Moondale

Categoría: Diario de Mara Novak

  • LA CURA

    [align=center][b][SIZE=3]Illya Novak | Su realidad {Parte I}[/SIZE][/b]

    illyapiensa

    [SIZE=2]Cuando llegamos a la primera realidad en la que era noche cerrada, supe que estábamos en la mía. Me giré un segundo y sin decir nada, le di a entender a Sarah que debía seguir adelante por mi cuenta. No es que estuviésemos conectadas por telepatía, es que Sarah se había acostumbrado a que conmigo hay más silencios que palabras porque normalmente, prefiero tener la boca cerrada y parecer estúpida que abrirla y confirmarlo o eso es lo que dice Diana, normalmente entre risas, sobre mí.

    – [b] [i] [color=#BB609C] Ánimo[/SIZE] [/i] [/b].- Al decirlo me pasó la mano por el hombro. Tuve que contener mi crispación para que no se asustase, pero el exceso de contacto todavía me hacía sentir incómoda. Sería injusto decir que eso era culpa de mi condición de vampiro, porque incluso cuando [i]estaba viva[/i], si hablamos en sentido estrictamente científico, tampoco me agradaba que me tocasen demasiado. Supongo que el hecho de ser una inmigrante ucraniana con gafas enormes, ropa perteneciente a sus primas mayores (todas ellas con un claro sobrepeso) y una obsesión por la medicina no estaba muy bien vista en Velze, especialmente si hablamos de una niña de poco más de ocho años. Aún así, le dediqué algo parecido a una sonrisa o una mueca o lo que fuera que hice en aquel momento.

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  • DEMASIADO PRONTO

    [SIZE=3][align=center][b]Illya Novak | Moondale[/b][/SIZE]

    illyapiensa

    [SIZE=2]Lo peor de ser un vampiro es tener que pasar la mayor parte del día sin hacer nada, salvo estudiar y esperar a que anochezca. Sólo salía cuando era estrictamente necesario para ir a la biblioteca de la Universidad, moviéndome por las alcantarillas de Moondale como si fuese una rata más. Aún así, mi vida había mejorado enormemente desde que les conocí. Por ejemplo, ya no tenía que vivir en un edificio abandonado, ni pasar la mayor parte del tiempo tirada en el suelo mugriento subsistiendo a base de ratas, mapaches y demás seres de escaso valor nutricional y mucha grima. Elizabeth Echolls, la madre de Sarah, me había ayudado a conseguir un piso en Victoria St., una calle muy bien comunicada por el alcantarillado con su propia casa y la de McLeod que estaba a unas cuantas manzanas. El alquiler no era muy elevado, pues era un estudio, por lo que la única habitación separada del resto era el baño, pero como vivía sola no había problema.

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  • EL SILENCIO DE UN HOMBRE QUE ESPERA LA MUERTE

    [align=center][SIZE=3][b]Illya Novak | Iniciativa | Parte I [/b][/SIZE]

    illyamalacara

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    – [b] [i] [color=#4F5360]Yo me quedo[/SIZE] [/i] [/b].- Cuando Daniel dijo eso, todos nos quedamos en silencio. Lo único que se oía en aquella sala era el incesante palpitar de los corazones y de vez en cuando, un intento de llanto del pequeño Henry, el hijo de la agente Dunham.

    – [b] [i] [color=#843181] Ni de coña, ya te lo digo, cuñado. Te quito esa idea de la cabeza a tortas si hace falta[/color] [/i] [/b].- Le amenazó Diana rompiendo ese silencio que para todos podía resultar muy relajante, pero que a mí me estaba desquiciando.

    – [b] [i] [color=#8A3C3C] No puedes hacerlo tú sólo. ¡No te vayas![/color] [/i] [/b] – Añadió Liad con preocupación.

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  • LO QUE ME HACIA SEGUIR VIVIENDO

    [align=center][b][SIZE=3]Illya Novak | Moondale [/SIZE][/b]

    illyacaos

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    El viaje en moto lo hice con los ojos cerrados, no sólo porque siempre me habían dado miedo esos vehículos dada la cantidad de heridos que aparecían cada día cuando estaba haciendo las prácticas en el Hospital de Velze, si no porque quería evadirme de la realidad. El problema vino cuando Logan frenó en seco y me di cuenta de que habíamos llegado. Abrir los ojos y tener que enfrentarme de nuevo a lo que estaba ocurriendo no fue fácil, pero al menos volvía a tener a Logan. Hacía años que Diana me había obligado a admitir que si no hubiese estado muerta, habría estado enamorada de él, pero incluso eso había quedado atrás. Lo único que me importaba en ese momento era…

    – [b] [i] [color=#EE5159]¿Vienes?[/SIZE] [/i] [/b]- Le pregunté sin saber todavía qué era lo que me importaba. Lo que me hacía seguir viviendo.

    – [b] [i] [color=#232627]No creo que sea muy bien recibido ahí dentro.[/color] [/i] [/b]- Musitó con el semblante más serio de lo habitual.

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  • SANGRE CALIENTE

    [SIZE=2][align=center][b]Illya Novak | Biblioteca[/b]

    illyamalacara

    [i]Bum, bum, bum…[/i]

    Intentaba apartar de mi mente el sonido de los corazones, pero me era imposible. Todos y cada uno de los que se encontraban allí tenían un corazón que latía bombeando sangre hasta todos los puntos de su cuerpo. Sangre caliente, apetecible y que en ese momento, me moría por probar.

    El corazón de la Cazadora era fuerte y enérgico, como una apisonadora [i]Bum. Bum. Bum[/i]. En cambio, el de su chico iba a toda velocidad
    [i]Bumbumbumbumbum[/i], como un coche que funciona permanentemente con la quinta marcha puesta. Luego estaba el del tipo moreno y alto que parecía sobresaltado por algo y cuya vena de la yugular parecía que iba a estallar de un momento a otro. Por no hablar del otro moreno y su corazón gigante, de la rubia y sus 140 pulsaciones por minuto o del chico más tímido que gracias al incesante movimiento de su pierna estaba desbocado. En cambio, el de la novia de McLeod parecía algo irregular, como si estuviese en medio de una crisis de ansiedad.

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