Moondale

Categoría: Diario de Ruby

  • PEDIRÍA PERDÓN MÁS ADELANTE

    Ruby – ?

    Noche

    Una risa conocida la sorprendió. Cole estaba tras ella, sonriendo, pero sus dientes estaban afilados como cuchillas. Se echó hacia atrás y sus manos tocaron tierra oscura y fría. No podía ser cierto, no podía estar allí de nuevo. Y sin embargo, dos lunas recortadas en la profunda noche confirmaban lo contrario. Nunca había salido de Dyavol, solo había sido otro juego enfermizo del Amo del Portal. Seguía estando sola, indefensa, incapaz de liberarse.

    Temblé con violencia. Estaba segura de que lo que había vivido era real. Había salido de Dyavol, ¿verdad? Toda la vuelta a la Nave no podía ser el delirio de mi mente enferma.- [Ruby]¿Quién eres?[/Ruby]- pregunté, aún desde el suelo y me fui incorporando despacio, sin perder de vista al ser que parecía ser Cole.

    – [Cole]¿Es que ya no me reconoces?[/Cole]- dijo él con su mirada pérfida.

    Solté una carcajada cuando lo tuve frente a mí. No sabía decir exactamente por qué, pero estaba segura de que esto era una pantomima. [Ruby]No eres Cole[/Ruby].

    – [Cole]¿Te ha vuelto la fiebre?[/Cole]- alargó su mano para intentar mirarme la temperatura y le arreé un golpe.

    – [Ruby]No me toques[/Ruby]- le amenacé y eché un vistazo a mi alrededor. Algo no encajaba, aunque estaba bastante currado el escenario.- [Ruby]Dime quién eres de verdad[/Ruby].

    – [Cole]Sería mejor que durmieras, mañana será otro día[/Cole].- la luz de gas, tan propia de la Tierra, era algo casi inexistente en mi planeta. Pese a este hecho, me resultaba fácil reconocerla.

    – [Ruby]No[/Ruby].- me encaré. Dos lunas, la cueva, Cole. ¿Qué fallaba? Algo tenía que estar mal y me daría la pista de que estaba acertada en mis teorías.- [Ruby]Dime quién eres[/Ruby].

    – [Cole]Ya lo sabes, pequeña escurridiza[/Cole]. – sonrió con suficiencia. Me daban ganas de partirle la cara. Fuera real o no. – [Cole]No puedes huir de mí[/Cole].

    Me reí.- [Ruby]¿Sabes? Es gracioso, porque yo no soy un crío de los de la Nave. Soy una guerrera entrenada y la experiencia es un grado. Yo salí de aquí, sabandija[/Ruby].

    – [Cole]¿Un pequeño animalito como tú escapando de mí?[/Cole] – se rio de mí y lejos de amedrentarme, la mala leche empezó a crecer dentro de mí.- [Cole]Anda, deja que beba y duerme[/Cole].- me mostró los colmillos y quiso beber de mí.

    Tomé aire y entonces lo supe. En Dyavol el silencio era casi inexistente. Las criaturas que poblaban el mundo no eran tan silenciosas como ellas creían y, cuando aprendías a oírlas, era como un acúfeno que te martillea los oídos. Esto era una farsa de alguien listo, pero no tanto como yo.

    Sin pensarlo, le asesté un puñetazo en la mejilla derecha. El monstruo, que no se lo esperaba, escupió una sangre negra como el petróleo. Ese no era mi Cole.- [Ruby]Me da igual que seas real o no. Me voy a quedar en la gloria dándote una paliza[/Ruby].

    Y entonces, empecé a pegarle. Si me estaba equivocando, ya pediría perdón más adelante.

    What did you think I’d say to that?
    Does a scorpion sting when fighting back?
    They strike to kill, and you know I will
    You know I wil

    (Mad Woman, Taylor Swift)

  • EL VERDADERO COLE

    Ruby – Dyavol

    Noche

    Dejé caer a la criatura montaña abajo con una patada y me limpié el cuchillo con el pantalón. Tras eso, lo guardé en el cinto e inspiré. Eché un vistazo a mi alrededor: estaba oscuro. Qué novedad.

    Dyavol era un pedrusco casi carente de vegetación, repleto de seres deseosos de clavarme el diente, putrefacción y agua..

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  • LA MUJER MÁS ALUCINANTE

    Ruby – Dyavol

    Noche

    Dejé caer a la criatura montaña abajo con una patada y me limpié el cuchillo con el pantalón. Tras eso, lo guardé en el cinto e inspiré. Eché un vistazo a mi alrededor: estaba oscuro. Qué novedad.

    Dyavol era un pedrusco casi carente de vegetación, repleto de seres deseosos de clavarme el diente, putrefacción y agua.

    Mi último recuerdo antes de aparecer en este mundo infecto fue ese minuto de gloria en el que fui «La Moisés del sexo». Maldita la hora, también os digo. Las esferas no funcionaban y, por mucho que me gustase poner a prueba mis capacidades, estaba harta de ser poco menos que una rata que huye de un naufragio. Era una superviviente nata, mis habilidades eran de sobra conocidas y podía estar aquí ad infinitum, pero había algo que me ponía nerviosa y, aunque no fuera capaz de verbalizarlo, ahí estaba.

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  • LA MOISÉS DEL SEXO

    Ruby – Dyavol

    Noche

    Sophie había conseguido liberarse de la rusalca utilizando su verdadero poder. Si había algo que me parecía extraño del mundo del que procedían estos chicos y chicas y también de este en el que estábamos, era que las mujeres no se conocían en absoluto y eran incapaces de ver todo lo que podían hacer.

    En mi lugar de origen, los hombres eran minoría. Por alguna razón, cada vez habían sido más difíciles de concebir y, poco a poco, las mujeres fuimos ocupando los puestos que, tradicionalmente, habían sido suyos. Así fue como descubrimos que siempre deberían haber gobernado las mujeres y los desterramos a la casa y a crianza de las hijas.

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  • TALENTO DESPERDICIADO

    Ruby – Dyavol

    Tarde

    Avalon era una isla fea. Un enorme castillo en el centro de la misma era lo único majestuoso que podías encontrarte allí. En el resto, un montón de refugiados malvivían en las afueras de la muralla en tiendas de campaña que parecían haber pasado por tiempos mejores.

    Todo olía a pescado podrido y a falta de higiene. Y las mujeres, heroínas y veneradas en mi mundo, eran aquí poco más que un trámite para seguir trayendo churumbeles a sobrevivir en esa bazofia de destino.

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