Moondale

Categoría: Diarios de Destino

  • INTERLUDIO: CUATRO PARES DE ALAS

    INTERLUDIO: CUATRO PARES DE ALAS

    Mia Browning, Wing | Interludio

    MEDIODÍA

    miabrowningwing

    Wing bajó las escaleras que separaban ‘Gambit’ de la plebe un poco deprimida, en parte porque ya no llevaba a Vine en brazos, pero sobre todo, porque echaba de menos a la que era su mejor amiga de toda la historia. Entendía que Sarah quisiera pasar más tiempo con su novia y, obviamente, necesitaban intimidad para…lo que fuera que hiciesen sin poder tocarse, pero desde la llegada de Rogue, se sentía relegada en un tercer o cuarto plano, como si fuera la amante de un viejo multimillonario que le asegurase día sí y día también que iba a dejar a su esposa y nunca lo hiciera porque no era lo bastante buena.

    Echaba de menos hablar con ella y jugar al parchís hasta las tantas junto a Vine y Dwarf, reírse imitando el acento de Faust, desayunar en su dormitorio y que supiera lo que pasaba por su cabeza con sólo echarle un vistazo a sus alas, pero todo se había ido al garete por la rockera aquella de la que se había enamorado a primera vista. En esas iba pensando cuando llegó al descansillo de las escaleras, observó los diez escalones que faltaban para llegar al suelo, tomó impulso y planeó con sus alas para caer cómodamente: ¡Que se chupara esa Rogue, porque ella no podía volar!

    Ni siquiera le había podido contar que tenía un novio que la invitaba todas las noches a su habitación para unos «juegos especiales», como a él le gustaba decirle. Ya tendrían tiempo si es que alguna vez Rogue se buscaba alguna obligación que no fuera robarle a su mejor amiga de todos los tiempos.

    Con un subidón de confianza, saludó a los que eran del bando blanco que se encontró por el camino y entró en su habitación en la que se encontró a su hermano, a Seraph, con sus preciosas alas grises caídas, mala cara y una botella en la mano. Wing arrugó la nariz con desaprobación y cerró la puerta tras de sí.- [Wing]Seraph, ¿qué te pasa?[/Wing]- preguntó con el corazón encogido por la preocupación. Si algo le pasaba a Seraph…ni siquiera era capaz de pensarlo.

    – [Seraph]Tenemos que tener cuidado Wing, este sitio es peligroso.[/Seraph] – dio un trago a la botella, que vació y la tiró a la papelera como si estuviera lanzando a canasta.

    – [Wing]¿Por qué?[/Wing]- se sentó a su lado, alisando la camisa de color aguamarina que le habían confeccionado a medida en el Palacio. Por fin podía llevar ropa sin tener que romperla para que le entrasen las alas.

    – [Seraph]Hay gente muy peligrosa. No estamos seguros. Hay…que ir recogiendo las cosas.[/Seraph] – sus ojos se encontraron con los de Wing y ella le pasó la mano con cariño por las alas, que no eran tan suaves como las suyas.

    – [Wing]Tienes que contarme lo que ha pasado[/Wing].- le pidió con paciencia. Seraph era así, a veces se enfadaba cuando los chicos miraban mucho a Wing, pero lo hacía por su bien, porque tenía que protegerla de los monstruos (o eso decía).

    – [Seraph]No puedo, no quiero que te te metas en medio.[/Seraph] – Seraph bajó la vista a los tres botones que su hermana llevaba desabrochados, con los que mostraba un generoso escote y los empezó a cerrar sin pedirle permiso. Wing se echó hacia atrás frunciendo el ceño con desagrado.

    – [Wing]Me proteges demasiado[/Wing].- se puso en pie molesta y volvió a desabotonar el tercero.

    – [Seraph]Tienes que estar preparada, nos iremos en cuanto sea posible.[/Seraph]- instó su hermano. La chica echó un vistazo a esa habitación en la que estaban todas sus cosas (que no eran muchas) y a ese Palacio en el que estaban todos sus amigos. Por fin tenían un hogar. Seraph era insufrible.

    – [Wing]No me has dicho lo que pasa, así que no pienso irme[/Wing].- espetó clavando la puntera de las bailarinas en el suelo de madera.

    Se hizo el silencio en la habitación de los hermanos Browning. Mia quería salir de la habitación para decirle al mismísimo Z que su hermano estaba como una cabra, porque quería marcharse de allí.- [Seraph]Alguien de aquí dentro me quiere muerto…y podría matarte a ti también..[/Seraph] – La rubia notó cómo le flaqueaban las piernas. Nadie podía querer matar a Seraph, era un poco…especial, pero adorable la mayor parte del tiempo, además de guapísimo, claro, aunque era un poco rarito para las novias.

    Wing notó cómo se ablandaba y fue hasta él para darle un abrazo.- [Wing]No va a pasar nada[/Wing].- mientras Mia rodeaba a su hermano con las alas y con los brazos, susurró.- [Wing]Z nunca dejaría que nos pasase nada malo. Él no es el malo de esta historia[/Wing].- le dijo al oído.

    Seraph miró a los ojos a su hermana y habló, estaba hecho un desastre, además apestaba a alcohol barato.-[Seraph]Ojalá hermanita, ojalá.[/Seraph]- y acercó sus labios a los de Mia para darle un breve beso que tenía poco de fraternal.

    Wing se removió incómoda, pero Seraph le acarició las alas y empezó a relajarse.- [Seraph]Eres preciosa[/Seraph].- siseó antes de que sus lenguas se encontrasen.

    A su novio no le iba a gustar nada como se enterase.

     

  • CONECTADOS. QUINTA PARTE

    CONECTADOS. QUINTA PARTE

    Diarios de Destino | Condado de Ripper

    MEDIODÍA

    ABELMOREAU

    Abel Moreau, más conocido como ‘El Consejero‘ entre la mayoría de los residentes del Palacio Kvinneby, ‘The Soul‘ por un círculo mucho más reducido de ellos y ‘El Consejero Pordiosero‘ por la mala prensa, condujo su sedán hacia el aparcamiento del Palacio.

    Había dejado atrás a una mujer preocupada y nerviosa, aunque no podía culparla, él también sentía una sensación incómoda cada vez que se acercaba al Palacio, la sensación de que algunas miradas le perseguían desde las sombras, aunque una de las miradas que más le preocupaba era la que no se escondía, la de la Reina Negra, Aislinn Gallagher, que en ese momento le observaba desde su ventana en la planta reservada a los miembros de ‘Gambit’. Él era uno de ellos, pero su mujer se había negado a mudarse allí con el pequeño Idris, y no había día en el que no la quisiera un poco más por eso.

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  • CONECTADOS. CUARTA PARTE

    CONECTADOS. CUARTA PARTE

    Diarios de Destino | Condado de Ripper

    MEDIODÍA

    frank

    En el subterráneo uno de la Iniciativa, en la amplia ‘Dollhouse’, el activo de Adams – Zero, Frank, se duchaba junto al resto de miembros de su equipo. Era algo a lo que estaban acostumbrados, hombres, mujeres, demonios y todo tipo de seres del Adams-Zero.

    Esa mañana algo le preocupaba, había dado lo mejor sí mismo en todas las pruebas, preparándose a fondo para la importante misión de su grupo, pero aun así, el General Preston no le había quitado ojo durante la demostración, cómo si por alguna razón no se fiase de él.

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  • CONECTADOS. TERCERA PARTE

    CONECTADOS. TERCERA PARTE

    Diarios de Destino | Condado de Ripper

    MEDIODÍA

    SASHAELLIOT

    En algún lugar del Condado de Ripper, una Cazadora rubia observaba cómo su plan no estaba yendo como planeaba.

    Desde lo alto de la azotea contemplaba como un grupo de gente abandonaba un viejo solar a medio construir que se había convertido en un nido de vampiros bastante amplio, porque ella lo había querido así.

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  • CONECTADOS. SEGUNDA PARTE

    CONECTADOS. SEGUNDA PARTE

    DIARIOS DE DESTINO | CONDADO DE RIPPER

    MEDIODÍA

    dreameater

    La bruma se había disipado, al menos en apariencia, porque permanecía en el interior de todos los Campeones y sus efectos todavía perduraban.

    Karen, Mara y Ed llevaban horas pendientes de Lucy, que parecía sumida aún en su profundo sueño, y poco podían hacer para despertarla. Mientras tanto Bill y Vincent habían estado tratando de sonsacar información a la demonio acerca de lo que había pasado. El problema era, que ella estaba tan desconcertada como ellos, nunca le había pasado nada parecido con esa magia, y tenía una amplia experiencia en la condición de Lucy porque ella misma había sido la causante.

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  • CONECTADOS. PRIMERA PARTE

    Diarios de Destino | Louna, Condado de Ripper

     MAÑANA

    dreameater

    En la casa de Vincent Solo reinaba el silencio, marcado por la tensión de todos los asistentes, reunidos allí observando a la demonio sin apartar la mirada. Frente a la demonio, descansaba plácidamente sobre la cama Lucy, inerte ya desde hacía cuatro días, pero viva, como una Blancanieves de fábula, o una Bella Durmiente, pero a ella no la despertaría un beso de su príncipe, para eso había venido la demonio.

    Mara no se apartaba de su paciente, velando por sus constantes vitales, mientras que Bill y Vincent vigilaban constantemente a la demonio. Karen permanecía cerca de Mara, por si se la necesitaba para algo, aunque esperaba que no fuese hablar con el espectro de esa pobre muchacha.

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  • CIENCIA CONTRA NATURALEZA

    Diarios de Destino | La Iniciativa

    NOCHE

    DOLLHOUSE

    Las botas militares del General Preston resonaron por el pasillo que conducía la ‘Dollhouse’, donde una de sus jefes de investigación, la Doctora Zoë Cooper le esperaba.

    Había sido una buena idea aprovechar la impronta almacenada de la Doctora Saunders y realizar unas pequeñas modificaciones para mejorar a la Doctora Cooper, de esa forma los pocos escrúpulos de una se sumarían al intelecto de la otra, no había sido una completa pérdida la marcha de Saunders, al menos podía confiar en que Cooper hiciese su trabajo, porque lo disfrutaba, no había más que ver que ella misma se había ofrecido a recibir la impronta modificada de Saunders. Admiraba esa clase de dedicación a la causa.

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  • OSCUROS METODOS

    Diarios de Destino | Sede de Wolfram&Hart, Louna

    MAÑANA

    johnscott

    El señor Scott atravesó el pasillo vestido con su impecable e inmaculado traje de los viernes de los meses de invierno. Su armario era amplio, su posición en la firma lo permitía, tanto por su generoso sueldo como por el hecho de que la propia firma se encargaba del coste de los trajes de un miembro de su estatus, Director del Grupo de Proyectos Especiales.

    Pero no era el dinero y la buena vida lo único que acompañaban a su posición, también estaba el poder. Como Director, el señor Scott supervisaba él mismo diferentes «proyectos» en los que Wolfram&Hart se embarcaba.

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  • EL IMPULSO DEFINITIVO

    Cordelia Chase | Plano Superior

    Flashforward | Noche, 30 de diciembre

    queenc

    Por todos era sabido que, cuando Cordelia Chase se aburría, se dedicaba a enviarles regalos a los Moondies. Los Oráculos no la entendían, pero a ella no le importaba, lo que pensaba, lo decía y lo que decía, lo hacía.

    A pesar de que, por su condición de Ascendida, estaba más allá del tiempo y del espacio, la Navidad era un momento especial para ella. En parte porque echaba de menos las lujosas Navidades cuando era una niña rica de Sunnydale, pero sobre todo, por las que pasó en Los Ángeles: ¿Quién iba a pensar que un vampiro y un friki iban a ser los mejores amigos que iba a tener en su vida? ¿Quién le iba a decir que su vida no iba llegar hasta los treinta? Seguramente por eso, se sentía responsable de ese grupo de chicos y chicas que ahora estaban pasando por un mal momento.

    No era Navidad, pero ¿acaso no era más divertido que fuese, por ejemplo, un 30 de diciembre cuando les enviase algo importante?

    Avanzó hasta la sala que parecía hecha del propio Vacío, sin paredes ni techos y se concentró en todos y cada uno de ellos: Daniel, Sarah, Christopher, Diana, Edward, Dominic, Rebecca, Daakka y Cara. Los Moondies.

    Una vez visualizó sus caras, se concentró para que todos cayeran plácidamente dormidos, sin pensar en que en algunos casos, podía ser peligroso. Y entonces, la magia empezó a brotar, era un sueño, el más maravilloso de todos:

     Era el cumpleaños de Daniel y todos estaban en casa de las Echolls, en la que no cabía un alfiler. Sólo faltaba una persona, pero tenía que llegar, estaban seguros. Elizabeth corría de un lado a otro llevando bandejas de comida que había preparado Mara, todo tenía que ser perfecto. Daniel sonreía avergonzado con el gorrito que le habían puesto en el que podía leerse «cumpleañero», mientras que Diana se acariciaba su abultado vientre rondando el árbol de Navidad en el que había regalos para todos, porque aunque fuera el cumpleaños de Daniel, era un día especial.

    Christopher terminaba de poner la mesa con ayuda de Dominic y Rebecca, mientras Daakka y Cara encendían las luces del árbol y del Belén, porque Moondale había sido una colonia española.

    Y entonces, como por arte de magia, alguien tocó a la puerta: Éowyn y Freya empezaron a ladrar a coro. ¡Había llegado, ya sí que iba a ser todo perfecto!

    – [Diana]¡Ya vaaa![/Diana]- exclamó Diana echando a correr en dirección a la puerta. Al abrirla, su rostro se iluminó.- [Diana]Justo a tiempo[/Diana].- comentó dándole un abrazo, pero no venía solo, una chica rubia de enorme sonrisa estaba también ahí.

    – [Edward]Familia, os presento a mi…a…Lucy[/Edward].- comentó el chico sonriente.

    – [Lucy]Encantada de conoceros, Edward me ha hablado mucho de vosotros[/Lucy].- sin saber por qué, Sarah y Diana corrieron a abrazarla. Olía a melocotones.- [Diana]¿Se puede saber por qué tienes esos dientes tan blancos?[/Diana]- comentó entre risas.

    – [Daniel]¡Venga rápido, que por aquí hay hambre![/Daniel]- recordó el pelirrojo saludando a su amigo.

    Impulsados por lo que había dicho Daniel, se fueron sentando y entre risas, lágrimas de alegría y conversaciones a media voz, sin darse cuenta, fueron poco a poco conscientes de que era Navidad. Porque en Navidad es cuando estás con tu familia.

    Y ellos eran una.

    Una vez acabó el sueño, Cordelia asintió satisfecha. Vaya, se le habían escapado unas lágrimas de emoción, pero es que esos chicos y chicas se merecían ser felices.

    ¿Sería este regalo el impulso definitivo para ellos? Sólo el tiempo lo diría.

    Feliz Cumpleaños, Dani.