[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Cara Arkkan | El vacio
[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b][/align]
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Ojalá supiera expresarme como los demás y explicar con palabras complicadas lo que era estar en el vacío, lo que sentí estando allí caminando como si flotara o quizás flotando como si caminara, quién sabe. En el vacío no hay reglas y si las hay, yo no las entiendo. Es un lugar extraño e infinito en el que no hay ruido, ni miedo, ni dolor. No hay nada, ni siquiera estás tú, porque no existe. O a lo mejor la que no existe soy yo, quizás era era verdad lo que decía el viejo de que me escapé entre las piernas de mi madre con un río de sangre cuando ella estaba embarazada de trece semanas. Una anomalía genética que su cuerpo expulsó [i]porque estaba tan dañado que no podría sobrevivir[/i] y encima con el trece de las narices, el número de la mala suerte. Pues a mí me gusta, porque si es verdad que no soy más que una anomalía genética reconvertida en charco de sangre, soy el primer charco de sangre que camina, habla y come mucho.