[align=center][b][SIZE=3] Diario de viaje [/SIZE][/b]
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[i]Abandona toda esperanza.[/i] – pude leer en el cartel que acababa de pasar. No era nada nuevo, solo un punto más del camino, el retorno a un lugar que ya había visitado y en el que había empezado todo el caos, nada malo podría hacerle a alguien que ni tenía esperanza, ni la necesitaba. El futuro estaba más negro que el cielo, así que había que aprovechar bien el presente.
Mientras continuaba sin dejar de pisar el acelerador de la moto a fondo, vi edificios derruidos por todas partes y ni rastro de gente por la calle. Si los rumores que circulaban por ahí eran ciertos, uno de los mayores refugios estaba casualmente aquí, el lugar dónde empezó todo, donde surgió el mayor genocida que se haya conocido, un hijo de puta al que me llevaría por delante encantado, pero me gustaba demasiado respirar como para dejar de hacerlo tan pronto. La vida es dura, y yo ya me había acostumbrado, los demás tenían que apañárselas solos igual que todos.