NOAH ARKKAN
NOCHE – INFINITY
– [Owen]Tú no has visto nada.-[/Owen] dijo Owen, cuando llegué a recogerle. El recipiente de muestras de sangre estaba carbonizado. Lo que debería haber sido un suspiro, por el material genético perteneciente a los Moondies y algunos de los Daë, era más bien una preocupación, porque el de Omega también se había ido con ellos. No podía culpar a Owen tampoco, solo quería proteger a su hermana, pero a qué precio.
– [Noah]Vamos, aún queda un camino libre.[/Noah] – le hice una seña para que estuviese preparado. Había ido dejando a los demás en subterráneos más cercanos y el nuestro era uno de los últimos.
– [Owen]Tratame con cuidado. Ya sabes que me mareo.-[/Owen] respondió. Me resultaba difícil enfadarme con él. Era una buena persona, lo conocía desde hacía el tiempo suficiente como para saberlo, pero cuando se trataba de proteger a alguien que le importaba, podía ser un poco imprudente.
Le cogí en brazos y sentí un fuerte pinchazo en el costado, donde la herida que me había hecho uno de los guardias aún no había sanado.
– [Owen]Si luego te vomito…-[/Owen] le escuché decir cuando me vi forzado a parar en mitad de un pasillo, para evitar a unos guardias y porque el costado me estaba matando. Más despacio de lo habitual, aunque lo suficiente rápido como para que Owen no se diese cuenta.
En lugar de atravesar el pasillo, crucé las puertas que comunicaban los laboratorios y tuve cuidado de cerrar suavemente la puerta que volvió a llevarme al pasillo, esta vez detrás de los guardias. Seguí mi camino descendiendo las escaleras lo más rápido que podía hasta el último de los subterráneos. Me sentía dolorido y mareado, pero no podía detenerme allí. Finalmente llegamos y me detuve frente a los ascensores. – [Owen]…no te quejes.-[/Owen] consiguió decir antes de doblarse tratando de contener las náuseas.
– [Noah]Este es de los que menos celdas tiene.[/Noah] – dije, disimulando el dolor e intentando no llevarme una mano a la herida. Mi respiración estaba agitada y estaba sudando.
– [Owen]Me encanta cuando me traes a sitios bonitos.-[/Owen] comentó, echando un vistazo a nuestro alrededor. Comparado con el resto de subterráneos, éste no se había rehabilitado y vuelto a utilizar. El blanco impoluto del resto de las instalaciones dejaba paso a gris oscuro, negro en algunas zonas, eco de un incendio que lo había consumido todo. Había manchas viejas en las paredes, sangre seca de hacía décadas. Algunas de las paredes frontales de cristal estaban rotas y cuando más avanzábamos hacia el final del pasillo, más destrozado estaba todo.
– [Noah]Ten a mano esas llamas…que esta cita se está poniendo siniestra.[/Noah] – le avisé, algo inquieto. Había algo que me preocupaba y aún no le había contado a ninguno. Mientras les dejaba a todos en los diversos subterráneos me había llevado la desagradable sorpresa de que la mayoría volvían a estar ocupados por prisioneros, igual que cuando habían experimentado con los Moondies. Había reconocido incluso algunas caras gracias a la memoria genética, entre ellos: la vampiresa Alice, April la Satellite hija de ‘Mental’ y algunos protegidos de Z que no había ido a la isla, como Khrisna que parecía no haber envejecido ni un solo día desde los recuerdos de mi padre del Palacio. Lo que quedaba de las luces titilaba y a medida que avanzábamos empezaban a estar completamente apagadas, solo iluminados por la tenue luz de emergencia sobre cada celda.
– [Owen]Nadie me dijo que ibamos a meternos en una pelicula de terror.-[/Owen] admitió Owen, haciendo bailar una llama entre sus dedos, inquieto.
– [Noah]Dentro de un rato tendré que irme a ver si ya no hay soldados por los pasillos.[/Noah] – le expliqué. Cuando estuviera todo más o menos despejado tendría que correr lo más rápido posible para sacar a los demás. Podría haberlo intentado ya pero no sabía qué medidas tendría Infinity preparadas y no quería que supiesen más de mi poder de lo que ya debían conocer. Habíamos cometido el error de darles todo nuestro perfil biológico para conseguir jugar en el mundo definitivo de los videojuegos evitando trampas.
– [Owen]Si. Dejemos al gracioso ser el primero en morir solo. Aunque lo contrarresto siendo el deportista.-[/Owen] comentó Owen, mirándome. Era la típica historia de miedo, muy distinta de la realidad, donde todos estábamos en peligro. Pensé en Allie, en que quizá no volviese a verla. Mis días podían convertirse en ser el sujeto de los terribles experimentos de Infinity, alejado para siempre de todos. Pensé también en Lexie. – [Owen]¿Estas bien?[/Owen] – preguntó. Me giré y vi que me observaba, preocupado. No debía tener muy buen aspecto, y eso sin contar con la herida que me atravesaba a cada paso.
– [Noah]Sinceramente, no. Tengo todos los recuerdos de mi padre y aquí le hicieron… le torturaron…[/Noah] – confesé. La mayoría de los «hijos e hijas» ya lo sabían. Mi padre lo llevaba con normalidad, sin atribuirle importancia, pero cuando era pequeño, aún poco acostumbrado a la memoria genética, me aventuré en los recuerdos de su tiempo en la Iniciativa y lo que sentí me acompañaría toda la vida.
– [Owen]Te comes demasiado la cabeza. Piensa en otras cosas mientras estamos aquí. No sé, los 20 exámenes que tienes que hacer de las carreras que te estás sacando.-[/Owen] sonreí para despreocuparle. Los exámenes nunca habían sido un problema, el inconveniente siempre había sido no ceder a la tentación de entrar a la memoria genética y sacar todas las respuestas.
– [Noah]Por este lado parece que no hay salida.[/Noah] – llegamos al final del pasillo y nos encontramos con que, al contrario que el resto de subterráneos de celdas, que tenían ascensores y escaleras a cada lado, este estaba cerrado por un enorme muro de hormigón reforzado. La última de las celdas era diferente al resto. No tenía una pared frontal de cristal, si no de metal, que ahora descansaba a un lado, doblada. Me agaché para tocar el metal y vi que no era un material normal, si no uno mucho más resistente. Me pregunté qué clase de criatura podría doblar ese muro así.
– [Owen]A saber qué es lo que tenían aquí encerrado.-[/Owen] preguntó, mirando el interior de la celda, que parecía ser el origen del incendio que había calcinado el resto.
Pasé una mano por encima de la placa del muro de metal para quitar la ceniza y entonces lo leí: ‘Celda Omega’.
– [Owen]No hace falta ser un genio para ver que me mató y se quedó con mi poder. Genial Owen, menudo pringado.-[/Owen] comentó la voz de Owen, detrás de mí. No había llegado a contárselo nunca, no me parecía que fuese lo mejor para él. Pero sí, ese fuego había sido obra del poder del Owen de esa realidad, de Victor. Así que era cierto, Verónica había estado aquí y se había fugado la misma noche que se marcharon la tía Sarah y el resto de los primeros capturados.
– [Noah]Y a Leo, Amy…[/Noah] – fue como si mi boca estuviese contectada directamente a mi memoria y lo que había contenido durante años empezase a salir. Antes no había motivo para alarmar al resto, ahora había que ser conscientes de la amenaza que llevaba suelta más de veinte años. – [Noah]Será mejor que no pensemos en eso ahora.[/Noah] – dije para mí mismo, intentando no abstraerme de mi propio yo. En ese momento, se escuchó un golpe cuyo eco resonó por el pasillo. – [Noah]¿Has oído eso?[/Noah] – le pregunté. El ruido había venido de unas celdas más atrás. Alguna en la que no nos habíamos fijado.
– [Owen]Me dices que no piense en eso y me saltas con que has escuchado un ruido.-[/Owen] susurró, mientras caminábamos con cuidado hacia ella. – [Owen]Que sean ratas, que sean ratas…[/Owen] – pidió, preparado para atacar a lo que fuese.
– [Noah]Que no sean ratas, que no sean ratas.[/Noah] – pedí yo también, no eran mis animales favoritos. Llegamos hasta la celda, una que estaba apenas marcada por las llamas. Había alguien encerrado allí, aunque no estaba seguro de si llamarlo «algo». Era más máquina que humano, tanto que ni siquiera sabía si primero había sido uno o lo otro. Toqué uno de los paneles del muro de cristal y leí su dossier. ‘Proyecto Cryad’, un viejo experimento de la Iniciativa con el que no querían experimentar, lo habían relegado a ese sótano, que al parecer iban a restaurar e iba a contener los desechos vivos con los que no quisieran seguir investigando.
– [Noah]Parece que no están tan vacías.[/Noah] – admití. No había muchas ocupadas, después de echar un buen vistado. La mayor parte de los sujetos estaban dormidos o en estado de hibernación dentro de las celdas. A uno de ellos lo reconocí, era el androide del equipo Adams-Zero.
– [Owen]Fijo que hubieses preferido una rata ahora.-[/Owen] comentó Owen. Sin duda. No sabía cómo podríamos salir de allí y seguir viviendo mientras Infinity tenía ese circo de los horrores y mantenía encerrados a todo tipo de personas.
– [Noah]Tenemos que salir de aquí cuanto antes.[/Noah] – le dije. Aunque fuese arriesgado, teníamos que salir de allí ya, no había tiempo. Por el camino intentaría descubrir si podía liberar al resto, pero viendo cómo estaban las cosas, tenía que poner primero a salvo a los demás, aquél lugar era aún más peligroso de lo que habíamos pensado. Tenían mucho más poder e información que la Iniciativa. – [Noah]Necesito que me guardes una cosa. Por si no…sale bien.[/Noah] – saqué una pequeña caja con un artefacto en su interior, un prototipo de audífono de última generación que había cogido de uno de los laboratorios al volver a buscar a Owen. Se lo tendí.
– [Owen]¿Seguro que me lo quieres dar a mí? Puede acabar chamuscado.-[/Owen] preguntó, sujetándolo. – [Owen]¿No es mejor que salgas corriendo y lo pongas a buen recaudo?-[/Owen] sugirió. Negué con la cabeza.
– [Noah]Si hay que correr, tengo que ser el último[/Noah] – afirmé. Owen accedió y se lo guardó en la chaqueta. Suspiré y dejé que mi lado demoníaco viese la luz. Era un poco más lento como Rakkthathor, pero sin duda mucho más resistente. El dolor de la herida remitió un poco, no estaba curada del todo, pero con suerte se regeneraría más rápido en esa forma. Cogí a Owen con un brazo y me lo eché al hombro antes de atravesar a toda velocidad los pasillos.
El camino no fue nada fácil, tomé muchos desvíos y me encontré con callejones sin salida, sin ni siquiera poder pararme a conseguir más información de los cientos de experimentos e investigaciones con los que me encontraba. Finalmente conseguí llegar al Subterráneo en el que había dejado a Henry y S.H.E sin que los guardias me viesen.
– [Noah]Tenemos que irnos ya.[/Noah] – tenía la respiración agitada, incluso en mi forma Rakkthathor, en alguna ocasión había tenido que poner a prueba mi velocidad para evitar que los guardias viesen una puerta abriéndose, seguramente atarían cabos rápidamente.
Me fijé en que pocas de las celdas de ese subterráneo estaban vacías. Había todo tipo de personas allí, sobrenaturales principalmente, nada de seres artificiales como los que había visto en el último de los subterráneos.
– [Henry]Supongo que cuando nos dejaste aquí no te diste cuenta de que no estábamos solos.-[/Henry] – comentó, señalando las celdas con preocupación.
– [Noah]Iba demasiado rápido. Cuando dejé a Ezra y Amy lo vi y me imaginé que el resto estaría así, pero este…está completamente lleno.[/Noah] – estaba un poco sobrepasado. Conseguir que saliéramos nosotros de allí ya parecía un milagro viendo lo preparados que estaban. Salvar a todas las personas allí cautivas era…imposible.
– [Henry]Todo este tiempo aqui y tenian más de dos personas encerradas.-[/Henry] replicó con frustración. Henry había trabajado en secreto allí durante uno o dos años y había arriesgado todo para salvar a Ezra y S.H.E. cuando en realidad había tantas personas allí.
– [Noah]No sé si podremos sacarles a todos.[/Noah] – les dije. Había tenido tiempo a ver lo que más me interesaba en los diferentes viajes, lo que nos impediría salir de allí con facilidad. Había puertas bloqueadas por muros de emergencia de metal que ni se habían movido con un golpe a plena velocidad, por no mencionar varias medidas de seguridad que impedirían abrirlas cortando la corriente. Solo Henry podía conseguirnos salir, esperaba que tuviese algo preparado.
– [Owen]¿Y si alguno no merece ser liberado? ¿Y si alguno es un asesino como Omega? Demasiados y si…-[/Owen] pensó Owen en voz alta. No le faltaba razón, liberándoles podríamos llevar problemas al mundo, pero problemas que ya estaban allí antes de que los capturasen. Si les dejábamos allí solo estaríamos poniéndonos del lado de Infinity.
– [Noah]Tendremos que salir primero y pensarlo después.[/Noah] – dije con pesar. Era una derrota y a veces hay que asumirlas, pero sería una victoria si al menos estábamos con vida, listos para volver a planificar. Intentaría sacar a April al menos, que estaba encerrada en el subterráneo en el que estaban Elle e Idris. Tenía muy mal aspecto, no sabía si aguantaría a una segunda incursión.
– [Owen]Bueno speedy, sacame de aquí. Diría de que te llevaras primero a la hermana perdida de Xander y Elle, pero no es plan de dejarla sola en el bosque.-[/Owen] intervino Owen, sacándome de mis pensamientos. Asentí, tratando de no mirar a las caras de la gente que estaba allí cautiva, porque me torturarían durante mucho tiempo.
Negué con la cabeza. – [Noah]Os llevaré a los tres.[/Noah] – aclaré. No podía dejar a ninguno solo. Cuando saliésemos de Infinity solo tendría tiempo a dejarles en mitad del Bosque de los Lobos antes de volver a por los demás, no podía arriesgarme a perder ni un segundo. Mientras estuvieran fuera, eran vulnerables, igual que dentro, así que nadie podía quedar solo.
– [Henry]¿Podrás con los tres? -[/Henry] preguntó Henry, preocupado.
– [Noah]No hay más remedio.[/Noah] – aclaré. No pasaba demasiado tiempo como Rakkthathor y no controlaba totalmente cuánto peso podía llegar a levantar mientras corría, pero creía que podría llegar fuera con ellos. Luego solo serían dos de cada vez.
Ellos asintieron, preparados. Me até a S.H.E a la espalda con ayuda de ellos dos, poniendo cuidado en que no se hiciese una herida con mis escamas. Estando inconsciente era la que peores posibilidades tenía si salía despedida. Luego me eché en cada hombro a uno de ellos y los agarré por la cintura.
– [Owen]A ver donde pones las manos que estamos muy rejuntados.-[/Owen] solté una risa, la presión tenía que salir por algún lado y era una suerte que fuese risa y no echarme a llorar. Al estar en forma de Rakkthathor sonó un poco como un aspersor por mis afilados dientes. Tenía que haber abierto la boca.
– [Noah]Henry. Avisa cuando lleguemos al pasillo de salida.[/Noah] – le pedí. La idea era detenerme en las salidas que había visto para asegurarme de cuál era la buena.
Asintió, inseguro, y eché a correr. Noté como se removían incómodos por la velocidad. Subir las escaleras con su peso no era nada fácil, pero continué corriendo. Paré varias veces en direcciones de las que no estaba seguro, pero con las indicaciones de Henry conseguimos llegar a la puerta que había dicho. Traté de memorizar algunas cosas para poder guiarme luego de vuelta. También tenía un cierre de emergencia, así que nos quedamos frente a ella, esperando.
Henry se conectó al panel pero su tarjeta no respondía. Escuché unos pasos acercarse a nuestra dirección y un disparo me rozó el hombro. No era una bala, si no algún tipo de tecnología aturdidora. Por suerte mis escamas me protegieron y entre Owen y yo les despachamos. Sabían que estábamos allí así que era cuestión de tiempo que llegasen refuerzos.
Después de una interminable espera, el portón empezó a deslizarse hacia arriba, Henry lo había conseguido. Sin esperas, les cogí y atravesé la puerta sin frenar hasta llegar a la linde del Bosque de los Lobos. Les dejé allí y salí corriendo sin despedirme, encomendándome a todos los poderes ocultos del mundo para que siguiesen a salvo cuando regresara.
Un remolino de guardias armados me esperaba al volver. Tuve poco espacio para cruzar y recibí el impacto de una de sus armas, pero esta vez me incapacitó en el suelo. Temblaba, temiendo que eso fuera el fin, que terminaría convertido en uno de sus experimentos, encerrado en una cápsula mientras jugaban a despertarme y dormirme. Temí no volver a ver a Allie, a Lexie, a mi familia y a mis amigos.
Pero me puse en pie. Había gente que dependía de mí y no podía quedarme allí. Arrollé a los guardias a toda velocidad sin mirar atrás y corrí hacia el siguiente subterráneo. Xander, Jane, Elle, Idris, Ezra y Amy me esperaban y dependían de mí, no podía defraudarles.
Me forcé a actuar por instinto, solo la idea de elegir al siguiente al que recoger me hacía pensar que podía estar tomando una decisión sobre quién era libre y quien no. Xander y Jane fueron los primeros que encontré, así que sin muchas explicaciones los cogí y me los llevé al bosque junto a los demás. Ellos se encargarían de explicarles, no tenía tiempo para discutir con Xander, que querría volver a entrar hasta que todos estuvieran a salvo.
Luego les siguieron Ezra y Amy, un viaje un poco más incómodo porque los dos iban algo ligeros de ropa. El camino cada vez era más difícil. Tomaba rutas y atajos pero Infinity estaba muy bien pensada e trataban de evitarlo con ímpetu. Aun así, parecía estar yendo demasiado bien y eso me hizo sospechar. Todo lo que tenían allí, todo el material, los artefactos y los experimentos, tenían mucho poder y estaba consiguiendo superarles. Idris y Elle me recibieron con un sobresalto, visiblemente impactados por el hecho de que hubiera muchos más cautivos en las celdas.
– [Elle]¿Cómo estás, Noah?[/Elle] – preguntó mi prima, preocupada. Conseguí parecer calmado, más o menos.
– [Noah]He sacado a casi, todos, faltáis vosotros.[/Noah] – me notaba cansado, mi cuerpo pedía a gritos cuatro cenas y estaba nervioso por no conseguir sacar a todos de allí y porque no sabía si los demás estarían a salvo en el bosque. April estaba tumbada en la cama, inmóvil en su celda.
– [Elle]Tienes que descansar.[/Elle] – me recomendó, apoyando una mano cálida en mi hombro.
Negué con la cabeza y me apoyé en las rodillas mientras recuperaba el aliento. – [Noah]Cada vez hay más guardias y solo he podido llevar al resto al bosque.[/Noah] – les expliqué. Temía que los soldados llegasen a ellos, eran muchos y muy armados.
– [Idris]¿Y toda esta gente?[/Idris] – respondió Idris, señalando a los cautivos. Guardé silencio, con un nudo en la garganta.
– [Elle]Esto nos está sobrepasando.[/Elle] – admitió mi prima. No éramos los Moondies, ellos habían conseguido sacarlos a todos y nosotros no estábamos seguros de poder salir con vida.
– [Noah]Tenemos que intentar sacar al menos a April.[/Noah] – dije, señalando su celda. No estaba seguro de si ellos la conocían. Ted y ella se habían ido a la isla antes de nacer nosotros. – [Noah]Tiene mal aspecto.[/Noah] – añadí. Elle asintió, acercándose a su celda. Debía estar enferma, quizá habían experimentado demasiado con ella.
Idris se acercó tras ella y empezó a toquetear la terminal que había en el propio muro de cristal. Al ver que no conseguía abrirla, los dos intentamos moverla y golpearla. Incluso con nuestros poderes, permaneció intacta.
– [Idris]No podías ser un puñetero cristal normal.[/Idris] – maldijo. Nada funcionaba, no se movía, no podíamos hacer nada por April. Solo dejarla allí, abandonada a su suerte.
Empecé a sudar, algo que no era muy habitual estando enclaustrado en mis escamas Rakkthathor. El cuerpo me pedía echarme a llorar por la frustración y el dolor, pero traté de contenerlo. Idris seguía maldiciendo y fue como si todo pasase a segundo plano.
No conseguía apenas moverme, no quería irme de allí para no dejar abandonada a April y no podía hacer tampoco nada por salvarla. Estaba completamente derrotado. Los tacos de Idris seguían resonando, hasta que cesaron.
Volví a enfocar la vista y supe qué le había detenido. Elle caminaba con paso firme hacia el muro de cristal, sin mirarnos a ninguno. Había algo diferente en ella, y cuando más se acercaba al cristal, más se acrecentaba.
Cuando mis ojos se acostumbraron a estar enfocados, me di cuenta de que la piel de Elle emitía destellos, era como si resplandeciese con una luz que salía de su interior, iluminándola como si fuese una llama en el interior de un diamante.
Al principio pensé que era el poder de mi tío, pero le había visto usarlo en persona y en los recuerdos de mi padre y no se parecía en nada a eso. Vi a Idris mirar aterrado a Elle desde el frente y me moví un poco, siguiendo su mirada. Una especie de tentáculos de luz surgían de su pecho, creciendo, como lenguas de luz de múltiples colores.
Entonces llegó al cristal y posó su mano sobre él. El muro que habíamos sido incapaces de derribar con todas nuestras fuerzas se convirtió en arena cristalina, cubriendo los pies de mi prima. Pero no solo ese muro, si no todos los de ese subterráneo se vinieron abajo. Los primeros prisioneros empezaron a salir de sus celdas, perplejos.
Elle se derrumbó y corrí para evitar que cayese al suelo. La sujeté entre los brazos e Idris se puso al otro lado en unos segundos, así que me aparté para dejarles al ver que ella estaba consciente pero confusa.
– [Elle]No sé qué acabo de hacer.[/Elle] – confesó. Ni ella ni probablemente nadie.
– [Idris]¿Estás bien?[/Idris] – le preguntó. Me agaché a su lado y aproveché para tocar la arena. No había rastro de que una vez hubiese sido ese robusto cristal.
– [Elle]Supongo.[/Elle]- vi que temblaba. Sabía lo que había hecho pero se había movido en una especie de trance. Eso no podía tener nada que ver con un poder, no funcionaban así.
– [Idris]No pasa nada.[/Idris] – la tranquilizó Idris, haciéndome una seña. Entré a la celda y cogí a April. Poco la ataba ya a la vida, estaba muy debilitada. Vi marcas de inyecciones en sus brazos y un dispositivo metálico en su sien.
Cuando salí, mi prima se estaba mirando las manos. Quise reconfortarla diciendo que no pasaba nada, pero mientras recogía a April había recordado una conversación que había visto en las memorias de mi padre. Una conversación entre todos los Moondies que se había llevado a cabo poco antes de nacer Xander y una vez más cuando se supo que Elle iba a ser una niña. Era la primera Kvasir nacida de la que se tuviera registro. De su raza solo había constancia del nombre: Vanir.
Por suerte, Idris era menos preocupado y la estrechó en un abrazo. A veces solo hace falta eso para reconfortarse.
– [Noah]Tenemos que salir ya de aquí.[/Noah] – no quería interrumpir porque me preocupaba mi prima, pero la situación era peligrosa y tenía que volver a salir de allí con tres personas a cuestas, sin tener en cuenta todos los prisioneros que empezaban a buscar una forma de huir y algunos no parecían amigables.
– [Idris]Eres la mejor.[/Idris] – la animó Idris, mientras se ponía en pie.
– [Elle]Eso ya lo sabía, pero gracias.[/Elle]- respondió, disimulando el miedo que aún le recorría el cuerpo. Ellie era experta en que pareciese que todo iba bien.
– [Idris]Vamos, cuando salgamos te invito a un Coquito Helado.[/Idris] – le escuché decir.
Con su ayuda, me até de nuevo a April a la espalda y me los eché a los hombros. El camino estaba lleno de guardias, pero ahora tenían que lidiar también con todos los prisioneros que se habían escapado de ese sótano. Querría haberles ayudado, pero no tenía forma de proteger a los míos y ayudarles a ellos también.
Cuando finalmente llegamos al bosque junto a todos los demás, suspiré, al ver que estaban a salvo. – [Noah]Vámonos de aquí cuanto antes.[/Noah] – pedí, inquieto. Sentía algo raro, un miedo continuo a que algo iba a salir mal.
Por desgracia esa vez mis sospechas se cumplieron. Escuché un estruendo a mis espaldas, como si un rayo partiese la misma tierra. Eran algo más de una docena de distintos sexos y nacionalidades, todos vestidos con una especie de trajes tácticos con un símbolo en el pecho.
– [Zeus]Dejad las armas y entregaos pacíficamente.[/Zeus] – uno de ellos se adelantó, era alto, de pelo oscuro y piel tostada. Llevaba un traje táctico gris claro con un rayo en las solapas.
– [Ares]Pero si peleáis será más divertido.[/Ares] – añadió otro, con un traje negro. Su símbolo era un casco emplumado cruzado por una lanza.
– [Noah]¿Quiénes sois?[/Noah] – pregunté, sorprendido. Habían aparecido allí demasiado rápido y parecían muy seguros de sí mismos. Temí la respuesta, había visto muchas cosas en aquél lugar.
– [Zeus]Somos el Escuadrón Alfa. Defensa privada de Infinity.[/Zeus] – aclaró el del símbolo del rayo.
– [Hermes]Los Olímpicos para los amigos.[/Hermes] – comentó otro, despreocupadamente. Su traje era de color marrón y llevaba unas sandalias aladas como símbolo.
En ese momento até cabos, el rayo de Zeus, la lanza de Ares y ese que acababa de hablar debía ser Hermes. Infinity se había creado un equipo de seguridad a su medida y a saber con qué clase de poderes y mejoras.
Nos superaban en número y probablemente nos superasen en poder, pero algo estaba claro, si nos capturaban, no seríamos nunca libres.