Daniel Arkkan | Subterraneo tres
Ya hacia una hora que me había prometido ver todo lo que estaba ocurriendo a ese pobre licántropo, para mí siempre había sido fácil sintonizar con los demás, captar como se sentían, y pude imaginar que se sentiría impotente, completamente indefenso a las pruebas que le estaban realizando, sin posibilidad de escapar, debía ser un sufrimiento increíble tanto para el lobo como para el humano, en principio el humano no recordaría nada de lo sucedido estando transformado, pero también se suponía que un licántropo no podía transformarse a voluntad.
Hacía tiempo había escuchado de un licántropo llamado Oz que también se transformaba aunque no hubiese luna llena, lo había conseguido a base de técnicas de meditación, y la transformación se disparaba cuando perdía la calma, éste caso debía ser igual.