XANDER ECHOLLS – CASA DE JANE

Sábado
Futuros hijos e hijas y nietos y nietas y lo que sigue. Hoy me ha pasado algo raro. Estaba con los demás en la Escuela Legado y de pronto estaba en el cuerpo de papá y papá en el mío.
Estoy intentando que se entienda la letra, pero no controlo las manos de papá. Ya he roto dos bolis y tengo miedo de estropear el diario nuevo. Iba a empezar el diario hablando de Jane Jessica Williams, vuestra madre o abuela, pero ahora es el tío Dom y no sé si podremos tener hijos.
Esta mañana ya había empezado mal, os cuento: Jane y yo estábamos su casa, jugando a la consola hasta que el tío Dom nos llevase a la Escuela Legado.
– [Xander]Yo te curo.[/Xander] – dije, buscando el conjuro de mi personaje, un guerrero arcano de nivel 56 que se transformaba en dragón. De mayor siempre había querido tener un dragón.
— [JJ]No, no.[/JJ] — dijo Jane, haciendo que su personaje se tomase una poción. Ella tenía una maga de nivel 57. No le gustaba que la salvase porque eso era un pareado apatriado que era cosa de hombres que hacen de menos a las mujeres, o eso decía mamá. Ya he hecho borrones en la libreta nueva. Bueno, a Jane no le gustaba que la salvase y estaba bien. También cogía los mejores objetos pero no pasaba nada porque las parejas comparten. Cuando fuéramos mayores si no arreglábamos el cambio de cuerpo tendríamos que compartir cuchilla de afeitar.
– [Xander]Vale, entonces me encargo de esa sala.[/Xander] – respondí, moviendo mi personaje a una de esas salas que siempre tienen cosas ocultas. Lancé una lluvia de fuego y me sentí como la madrina.
Al pasar el nivel, Jane pausó el juego. — [JJ]Mi papi hace los bocadillos de Nutella más ricos del mundo.[/JJ]— dijo comiéndose uno mientras subía de nivel a Janessica. Yo subí la fuerza de Xarkkan el elfo y di un salto, por fin pude ponerle dos espadas.
– [Xander]Mi mamá los hace de mantequilla de cacahuete casera y chocolate blanco.[/Xander] – dije con una sonrisa. Mamá siempre decía que tenía los gustos de papá y eso me hacía reír. Quería comer como papá para ser un héroe fuerte y valiente. Mamá era más fuerte, pero el padrino siempre decía que hay que soñar con realismo.
Jane sonrió. Lo recuerdo porque era muy guapa cuando sonreía.— [JJ]No están tan ricos.[/JJ] – respondió. Tenía manchas de chocolate en los labios.
– [Xander]A mí me gustan.[/Xander] – dije, algo triste. Si íbamos a estar siempre juntos y no le gustaban, tendría que comer siempre nutella.
— [JJ]Eh, no te pongas triste.[/JJ]— respondió dejando el mando en el sofá. Book pegó un salto, asustado, y se fue.— [JJ]Están ricos, pero no son de chocolate normal.[/JJ] – dijo ella, asintiendo con la cabeza.
– [Xander]Ya, a mí mamá y a Elle les gusta el negro. A mí me sabe a tierra.[/Xander] – confesé. Los matrimonios no tienen secretos. Jane se echó a reír y yo me reí también, aunque no sabía de qué.
— [JJ]Cuando sea mayor no me voy a casar nunca porque me voy a ir de viaje con mi papá a ver Europa.[/JJ]— explicó mientras volvíamos a jugar.— [JJ]Bueno, y con mamá.[/JJ] – la tía Rebecca era más seria que el tío Dom. Si diera la vuelta al mundo con alguien sería con el tío Dom, seguro que compraba muchos helados y nos dejaba comer hamburguesas y patatas fritas. Una vez me dejó cenar patatas fritas con bacon encima, un cuenco entero para mí.
– [Xander]Yo quiero casarme y tener un jardín con siete perros.[/Xander] – Xena estaba bien, pero siete Xenas eran mejor.
— [JJ]A mí me dan miedo los perros.[/JJ]— dijo con cara triste. No sabía que los perros daban miedo, adoro a los perros, son lo mejor junto con las patatas fritas, los viedojuegos videojuegos y Jane.
– [Xander]Puedes venir a ver a Xena. Es como un peluche gigante.[/Xander] – la invité. Cuando nos casáramos me llevaría a Xena. Podía tener perritos inmortales. Siete.
Ella se quedó callada.— [JJ]Sí, algún día.[/JJ]— dijo, volviendo a estar triste.
Saqué una bolsa de patatas fritas que me estaba guardando y se la ofrecí. Cuando estaba triste las patatas me animaban. – [Xander]¿Quieres?[/Xander] – pregunté.
— [JJ]No, gracias.[/JJ]— dijo, aún triste. Seguimos jugando sin hablar un rato. A veces la miraba, parecía triste.
Entonces un monstruo dejó caer un arma con un brillo dorado y sonreí por mi buena suerte. Se lo iba a decir a Jane pero seguía seria. – [Xander]Mira, una legendaria. Cógela.[/Xander] – me había tocado, pero Jane no se lo pensó y la cogió para ponérsela. Volvió a sonreír. Sentí un poco de envidia cuando se cargó a una horda de un golpe, pero no pasaba nada.
– [Xander]Jane…[/Xander] – la llamé. Quería preguntarle algo superimportante.
— [Jane]¿Digamelóoooon?[/Jane]— respondió, riéndose. Jane es muy graciosa.
– [Xander]Nunca vamos a dejar de ser mejores amigos, ¿verda’?[/Xander] – tenía miedo de perder nuestros ratos juntos.
— [Jane]Claro que no. Hicimos un juramento de escupitajos y sabes que eso es super sagrado.[/Jane]— me acuerdaba de eso. Me dio miedo coger una enfermedad pero era la saliva de Jane así que no pasaba nada.— [Jane]Voy a ser tu padrina cuando te cases.[/Jane] – añadió. Me asusté un poco y un enemigo me atacó por detrás.
– [Xander]Si nos casamos no puedes ser padrino. [/Xander] – me reí. Owen tendría que ser el padrino y Elle la madrina y cuando ellos se casaran, nosotros seríamos sus padrinos. Era lógico.
Jane puso la cara que pone la tía Cara cuando come pescado.- [Jane]Ughhhh.[/Jane]- dijo. – [Jane]Los amigos no se casan. No funciona así.[/Jane] – explicó.
– [Xander]Pero mi papá dice que él y mamá son mejores amigos. [/Xander] – dije. Papá siempre me lo decía, ‘pórtate bien con mamá, que es muy buena y quiere lo mejor para nosotros’. La gente decía que Papá miraba a Mamá con amor, así que yo miraba a Jane también así. El tío Daakka y la tía Cara habían sido amigos de pequeños y ahora eran matrimonio.
– [Jane]Imposible.[/Jane]- dijo. Le iba a llevar la contraria pero a Jane no le gustaba y no quería que se enfadara después de haber vuelto a sonreír, así que seguimos jugando hasta que el tío Dom nos llevó a la Escuela Legado.
Y eso, cambiamos de cuerpo. Ahora era mi padre y ella el tío Dom. Íbamos en un autobús de la Escuela Legado, con el resto y con nuestros padres. El tío Nate conducía para llevarnos a casa.
Miré a Jane a los ojos de su padre y ella sonrió con más dientes y más pelos en la cara. Si no nos podíamos casar por ser amigos, no sabía que iba a pensar de ser nuestros padres. Pero Papá siempre decía que el amor lo supera todo.