NOAH ARKKAN
MAÑANA – TARDE, UCM – BOSQUE DE LOS SUSURROS

Ya te he contado demasiadas veces en estos últimos años mi continua indecisión respecto a Lexie y Allie, pero vas a tener que aguantarme una vez más porque creo que quizá esta sea la definitiva, porque ese día había sido un poco raro.
El día anterior había sido relajado, disfrutando de la fiesta pese a estar preocupado por Kaylee y cómo intentar ayudarla a superar su ansiedad y autodesprecio.
Xander me había llamado poco después de despedirme de Allie en Louna para contarme algo que apenas me dejó dormir esa noche. Al parecer, Infinity, la megacorporación de tecnología y cibercultura que iba a revolucionar el mundo siendo parte del nuevo gobierno, había aprovechado sus contactos para instalarse en el viejo edificio de la Iniciativa, recuperando sus experimentos con a saber qué macabros fines.
Yo era consecuencia directa de las acciones de la Iniciativa y había sentido en mis carnes sus torturas a través de los recuerdos de mi padre, así que no podía haber más que esperar lo peor. Por si fuera poco, la misión se trataba de rescatar a dos personas: una de ellas era S.H.E., el experimento híbrido de mis tías Sarah y Sasha que se suponía que habían evitado años atrás al destruir sus muestras; y el otro era Ezra, el hijo del futuro alternativo de Ed y Lucy, lo que situaba a Verónica Preston también en escena, un secreto que los Moondies me habían pedido guardar hacía mucho tiempo.
Después de una noche de perros, esa mañana temprano me había puesto en contacto con Kaylee. Estaba aprovechando para disfrutar de sus abuelos, así que decidí no comentarle nada de lo que me había contado Xander y le dije que la recogería en un par de días. Aunque no estaba muy volcada en ella desde hacía unos años, su magia nos habría venido muy bien, pero necesitaba descansar más de lo que nosotros la necesitábamos a ella.
El grupo de los que íbamos a entrar estaba más o menos montado. Pensé hablarlo con Niall porque a fin de cuentas él era como nosotros y yo ya había visto su poder en uso, pero no tenía experiencia en el terreno. Bueno, en realidad ninguno tenía demasiada, excepto Idris, nuestros padres se habían encargado de que pudiéramos vivir una vida normal ajena a luchar contra la oscuridad.
Después de comer algo a media mañana entre dos clases se me había ocurrido una persona más que nos habría resultado muy útil, así que fui a verla.
Lexie me abrió la puerta de su habitación de la residencia y pasé.
– [Lexie]Noah, ¿qué tal la fiesta?[/Lexie]- comentó distraída mientras se preparaba un café de su máquina de cápsulas.
– [Noah]Ah, bueno, estuvo bien.[/Noah] – respondí, intentando no fijar la mirada en su camiseta de tirantes. Normalmente Lexie escondía sus «atributos» en ropa holgada, pero habíamos ganado mucha confianza con los años y eso siempre había hecho que resultase duro no parecer un pervertido – [Noah]Te habrías divertido.[/Noah] – añadí, pensativo. No sabía cómo abordarla con el tema de Infinity. Nadie te enseña normalmente cómo socializar y menos aún cómo pedirle a una persona que se embarque en una misión potencialmente suicida. Y Lexie no era una persona cualquiera, era mi mejor amiga y alguien a quien no le gustaba mucho hablar de su vida privada ni del mundo sobrenatural. Con el tiempo había hecho las paces con su secretismo.
– [Lexie]No creo. Ya sabes que no soy de fiestas. [/Lexie]- comentó, sentándose en el sofá, frente a mí.
– [Noah]Quiero hablarte de algo.[/Noah] – dije después de un rato en silencio, viendo sus labios cerrarse sobre el borde de la taza y sus ojos claros fijos en mí. – [Noah]Voy a hacer algo…peligroso, para salvar a dos personas.[/Noah] – pese a que me tomé mi tiempo pensando a máxima velocidad, la frase no salió como esperaba. Había demasiadas cosas que no sabía, demasiado que explicar.
Su respuesta fue fruncir el ceño, así que era una mala señal.
– [Noah]Nos vendría bien tu ayuda.[/Noah] – comenté sin esperanzas.
– [Lexie]No puedo.[/Lexie] – respondió, seria. Es como si siempre hubiese sabido qué iba a responder, pero me decepcionó su respuesta igualmente.
Me quedé un rato en silencio, lamentándome por haberle preguntado siquiera. – [Noah]No te preocupes. Ni siquiera debería habértelo pedido.[/Noah] – la asertividad y la sinceridad habían sido mi arma durante mucho tiempo cuando no sabía qué responder, algo que solía pasarme con Lexie. Desde el malentendido con mi sexualidad habíamos llegado a conversaciones en punto muerto más veces, pero nunca como aquella. El miedo a repetirlo y perderla de vista me había hecho adelantarme siempre.
– [Lexie]No pasa nada.[/Lexie] – dijo ella, aunque su tono no acompañó a sus palabras.
– [Noah]¿Te ha molestado?[/Noah] – le pregunté. Parecía evidente que sí.
– [Lexie]No.[/Lexie] – dijo ella. Estaba pensativa, como si su mente estuviese en otro lugar. Dejó la taza sobre la mesa, sin terminar y aparentemente sin intenciones de hacerlo.
– [Noah]Vale.[/Noah] – dije al cabo de un rato, al ver que no había intento de entablar conversación. Había aprendido que lo mejor en esos momentos era dejarla sola, así que me levanté para marcharme.
– [Lexie]Noah, quiero…decirte una cosa.[/Lexie] – me interrumpió cuando mi mano estaba ya en la manilla de la puerta. La miré y vi que evitaba devolverme la mirada.
– [Noah]Cuéntame.[/Noah] – dije, alejándome un poco de la puerta.
– [Lexie]Es complicado.[/Lexie] – replicó. No había visto nunca a Lexie así, normalmente no tenía pelos en la lengua para prácticamente nada.
– [Noah]Tenemos confianza.[/Noah] – la animé. Pese a que ella era hermética con su vida, yo le había abierto las puertas de la mía y le había confiado mis secretos para que no sintiese que tenía que seguir huyendo. Pese a todo, siempre parecía estar dispuesta a echar a correr y no mirar atrás.
– [Lexie]Me gustas.[/Lexie]- soltó de pronto. Iba a decir algo, ni siquiera sé qué, y de la impresión solo conseguí atragantarme con mi propia saliva. Me quedé pensativo durante un instante, al menos para ella, para mí fue un buen rato repasando qué decir.
– [Noah]Lexie yo…[/Noah] – que no fue gran cosa para todo el tiempo que estuve pensando.
– [Lexie]¿No te gusto?[/Lexie] – preguntó ella, mirándome. Vi sus ojos claros durante una eternidad y me quedé en bucle. Lexie me había gustado desde siempre, y claro que me seguía gustando, eso era algo que no podía negar.
– [Noah]Siempre me has gustado…[/Noah] – dije, con toda la asertividad posible. Ya se lo había dicho en su día y ella había dejado el tema en tablas, así que desde entonces había dado por imposible que hubiese algo entre nosotros más allá de la amistad. – [Noah]…pero…[/Noah] – el pero salió solo. Es justo de lo que te quería hablar, Destina, tanto tiempo pensándolo, dudando, sin hacer un movimiento con ninguna, para descubrir al final en el último momento lo que sentía.
Los ojos de Lexie se humedecieron y me quedé sin poder hablar. No me sentía capaz de decírselo así. – [Noah]¿Estás bien?[/Noah] – pregunté, acercándome.
– [Lexie]¿Es por otra?[/Lexie] – preguntó ella, más cerca.
– [Noah]Lexie, yo…[/Noah] – titubeé, aunque no debía. No quería hacerle daño.
Ella se puso en pie frente a mí y no pude hacer otra cosa que tragar saliva. Ella me miró, sin decir nada más. Su cuerpo se acercó al mío y me acerqué un poco, como si fuéramos dos imanes, casi sin poder evitarlo.
Cuando su cuerpo se cernió sobre el mío y sus labios estuvieron a punto de rozar mi boca, solo pude pensar en una cosa: Allie.
En ese instante, en esa milésima de segundo, tuve claro lo que sentía por ella y no podía hacer lo que estaba a punto de hacer. Me eché a un lado y aparecí detrás de ella. Tardó unos segundos en darse cuenta y para entonces yo seguía tembloroso.
– [Noah]Lexie no puedo…ya no…estoy enamorado de otra persona.[/Noah] – confesé, caminando de un lado a otro sin poder controlarlo, bastante hacía que no estaba moviéndome a toda velocidad.
– [Lexie]¿Eh?[/Lexie] – preguntó ella, desconcertada. Estaba preciosa, siempre lo había sido, pero en mi corazón, incluso teniendo dos, solo había hueco para Allie. No sabía si ella sentía lo mismo por mí, pero tampoco podía seguir aferrándome a la duda entre Lexie y ella por el miedo a que me rechazase. Quería mucho a Lexie, pero no de la misma forma en la que quería a Allie.
– [Noah]Te quise mucho tiempo pero estoy enamorado de Allie.[/Noah] – aclaré. No podía mentirle. No quería hacerle daño, pero no podía mentirle. Ella se quedó allí, sin moverse. Casi me pareció verla sonreír como si no se creyera lo que estaba pasando.
– [Noah]Lo siento…[/Noah] – me disculpé. Tuve miedo a que se fuera y no volver a verla, a que la vergüenza le hiciese no querer volver a verme.
¿Sabéis eso que dicen de que al final las cosas siempre son más fáciles en la vida real que en la imaginación? Bueno pues no siempre es verdad, porque Lexie se giró y salió de la habitación a toda prisa. Podría haberla seguido fácilmente, pero no creía que quisiera mi compañía en ese momento.
Derrotado, salí de su cuarto y cerré la puerta con una llave que me había prestado para emergencias. No había rastro de Lexie en el pasillo. Como no tenía humor para la clase de ‘Desarrollo del Portfolio’ porque de todas formas tenía ya un par terminados, me fui a mi cabaña y decidí descansar.
En cuanto me tumbé, mi cuerpo se dio cuenta de lo poco que había dormido e intenté cerrar los ojos, pero una nube de pensamientos me mantenía atado a la vigilia. Así que me preparé algo y comí para reponer fuerzas.
Ya con el estómago lleno, decidí que no podía seguir así más tiempo. Había descubierto lo que sentía por Allie y teniendo en cuenta que esa misma tarde podría acabar encerrado y convertido en un sujeto de laboratorio de la compañía tecnológica más grande del mundo, no podía perder más el tiempo.
Cogí el teléfono e hice una llamada a Allie. Ver el logo de Infinity en el teléfono y en la aplicación me dio escalofríos. – [Noah]Hola.[/Noah] – saludé con menos ánimo del que pretendía. En cuanto la vi en la pantalla me alegré al instante, estar con ella siempre era más fácil, como si uno de mis dos corazones estuviera ya en ella y cuando estábamos separados me sintiera incompleto.
– [Allie]¿Qué te pasa, guapo?[/Allie] – preguntó, aprovechando la llamada para colocarse un mechón de pelo y poner ‘duckface’.
Suspiré, no tenía sentido querer a alguien y ocultarle las cosas que nos preocupan. – [Noah]Lexie ha intentado…ligar conmigo.[/Noah] – le expliqué.
– [Allie]¿Tu amiga?[/Allie] – preguntó ella. Asentí. Parecía no importarle mucho y eso me generó dudas sobre si ella buscaría en nuestra relación lo mismo que yo. Traté de despejarlas, romantizar los celos es algo que está muy metido en la cultura popular ya desde hace un siglo, pero no es cierto.
– [Allie]Está buena, ¿no?[/Allie] – añadió.
No supe qué decir, sonaba a trampa, aunque Allie lo dijo de forma tan despreocupada que no estaba seguro. Podía ser una mera apreciación porque, hasta donde sabía, Allie también era bisexual. – [Noah]No sé, es guapa, sí…[/Noah] – comenté de pasada. Vale, sí, a mi yo adolescente le ponía muy nervioso estar cerca de ella con mis hormonas revolucionadas y su cuerpo curvilíneo. Bueno, a mi yo más adulto también le pasaba un poco. – [Noah]No quiero que se sienta mal por haberla rechazado. Le tengo mucho cariño, pero de otra forma.[/Noah] – confesé, despejando de mi mente la imagen del físico de Lexie para centrarme en sus ojos claros. Para mí Lexie era ya de mi familia, casi como lo que tenían los Moondies.
– [Allie]Pues ya lo superará. [/Allie]- replicó ella, encogiéndose de hombros.
– [Noah]Eso espero.[/Noah] – dije pensativo.
– [Allie]Anda, no te amargues.[/Allie] – añadió ella, sonriendo. Cuanto más la miraba, más preciosa me parecía. Quería memorizar cada uno de sus rasgos para tenerla siempre a mi lado.
– [Noah]¿Te gustaría cenar conmigo pasado mañana? En plan…cita.[/Noah] – pregunté, intentando por primera vez ir por delante de mi mente. Para algunas cosas es mejor hablar antes de pensar.
– [Allie]Claro.[/Allie]- afirmó ella, sonriendo ampliamente.
– [Noah]G-genial.[/Noah] – respondí algo nervioso, quizá había esperado un no por respuesta. Quizá algunas cosas sí son más fáciles en la vida real que en la imaginación.
Hablamos un rato más, disfrutando de estar con ella antes de sumergirme en el mundo de las pesadillas de mi padre.
Esa tarde, antes de reunirme con los demás, seguí descansando, escribiendo en mi diario todo lo que recordaba para que si pasaba lo peor, mis padres estuvieran tranquilos y el mundo supiese la amenaza que nos rondaba.
Evidentemente, también pensé en Lexie y en que en esos momentos quizá estaría pensando que su vida habría sido mejor sin conocer al puto Noah Arkkan. Esperaba poder volver para recuperar nuestra amistad y poder llegar a estar con Allie.