Moondale

Categoría: Barrio Norte

  • UN MANTEL DE CUADROS ROJOS Y BLANCOS

    UN MANTEL DE CUADROS ROJOS Y BLANCOS

    Mia | Casa de las Echolls

    NOCHE

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    El día anterior, Logan me había dejado tirada. Supongo debería estar enfadada, pero el pobre me mandó un mensaje, gracias a Sarah, que le había dado mi número, diciéndome que estaba malito y que le dolía mucho la garganta.

    Sarah se molestó, porque sabía que Logan me estaba mintiendo y creía que eso me haría sentir mal, pero no era así. Logan era un mentiroso y si quería estar conmigo, debía aprender a decir la verda, porque no solo estaba infravalorándome, sino que confundía inocencia con estupidez.

    Aún así, aquella mañana se presentó en el local de Lucy y me explicó lo que había pasado. No fue divertido escuchar cómo alguien con el que no había salido ni una sola vez, me explicaba cómo «no era de piedra» y «una cosa llevó a la otra» con la madre de su hijo, un hijo que no sabía que tenía porque no nos conocíamos lo bastante. La verdad es que me enfadé con él y le tiré por encima de la cabeza el batido de fresa que me estaba bebiendo.

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  • ARKKAN

    ARKKAN

    DAAKKA | CASA DE LAS ECHOLLS

    MAÑANA

    DUKERIVERA

    Habíamos vuelto a estar todos juntos, al menos geográficamente. Además, volvía a disfrutar del tiempo con Cara, ahora mucho más unidos, en bastantes sentidos. Quizá debido a eso, parecía que mi cuerpo necesitase menos descanso, o puede que incluso fuese mi propia cabeza, deseando disfrutar de las maravillas de los días junto a mi Selardi. El caso es que me despertaba con el más mínimo ruido.

    Esa mañana me desperté cuando escuché a Sarah levantarse y prepararse para ir a algún sitio acompañada de Mia. Seguramente irían a ayudar a Lucy con sus obras, pensé en principio. Después recordé la conversación que habíamos tenido la noche anterior y las preocupaciones sobre todos los asuntos pendientes que rondaban su cabeza. La había animado a intentar «coger el toro por los cuernos» como decían los humanos y eso me había dado también mucho sobre lo que pensar acerca de Cara y de mí. Por eso cuando todos se fueron a la cama me quedé despierto, terminando algo que llevaba unos días preparando.

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  • FAMOSA, PERO NO A CUALQUIER PRECIO

    FAMOSA, PERO NO A CUALQUIER PRECIO

    Mia | Casa de las Echolls

    MAÑANA

    miabrowning290915

    Estaba escuchando ‘Bon Jovi’ a todo volumen y me sentía una malota mientras daba saltos en la cama. A lo mejor incluso me ponía un tatuaje que pusiera una cosa chunga, como un infinito del revés o alguna palabra en chino que nadie comprendiese. ¿Qué tal un piercing en la boca como el que llevaba Rebecca? O teñirme el pelo de negro y empezar a vestir con calaveras en las camisetas. Sonreí subida en la cama de Diana imaginándome con esas pintas y negué con la cabeza cayendo de culo. Definitivamente, ‘Bon Jovi’ me afectaba.

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  • A CONTRARRELOJ

    A CONTRARRELOJ

    Christopher MacLeod | Exterior de casa de las Echolls

    MAÑANA

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    Mi madre siempre decía que nunca se pueden hacer planes, porque siempre surge algún inconveniente que los complica. Solía achacarlo a dichos heredados de mi abuela, una buena mujer pero escocesa de su época, lo que implicaba una larga serie de dichos y costumbres que a veces contrastaban con aquello a lo que estábamos acostumbrados.

    Esta vez, habrían tenido razón. Hace unos minutos todavía estábamos trazando planes en caso de que necesitáramos entrar a la Iniciativa con urgencia, tratando de conseguir todos los recursos disponibles. Pero la llegada de ese miembro de Gambit, Russell, había eliminado toda posibilidad de contar con tiempo para prepararnos.

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  • LA PRIMERA MOONDIE REUNIÓN DE LA NUEVA ERA

    LA PRIMERA MOONDIE REUNIÓN DE LA NUEVA ERA

    Diana | Casa de las Echolls, Moondale

    MAÑANA

    diana090915

    Me sentía como un puñetero globo terráqueo y estaba completamente convencida de que si lanzaban una pelota a mi alrededor, empezaría a orbitar como en el chiste de ‘Padre de Familia’. Me acercaba peligrosamente al tercer trimestre y todo iba bien, pero estaba en una especie de ataque de pánico permanente que consistía en «sal de ahí de una maldita vez y deja que me ponga mis vaqueros apretados» y «que no llegue nunca el momento del parto, por favor».

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  • COMO THELMA & LOUISE

    COMO THELMA & LOUISE

    Interludio | Lucy | Casa de las Echolls

    MAÑANA

    LACOSTURERA

    Me había pasado la noche despierta sin dejar de hablar con Elizabeth, la madre de las Echolls y…¿la mía?. La idea inicial era irme a dormir al hotel, pero sobre las doce de la noche empezaron a llamarnos para decirnos que algunos de los amigos y amigas de Ed se estaban quedando inconscientes y, aunque a mí eso me pareció raro de narices, ella me dijo que todo iba bien, que ya estaba acostumbrada.

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  • UN MUNDO CAMBIANTE

    UN MUNDO CAMBIANTE

    Christopher MacLeod | Residencia MacLeod-Echolls

    book

    Hace tiempo que este diario, al igual que el resto como él, no recoge la gran historia que nos acontece. El mundo ha cambiado mucho, quizá demasiado, y por eso mismo hay que volver a las viejas costumbres, al papel y a la tinta. Ya son más de quince años, es increíble como pasa el tiempo.

    Como iba diciendo, el mundo ha cambiado mucho en estos años, aunque la esencia sea la misma, pero para saber los motivos que nos llevan a escribir de nuevo en estos diarios debo remontarme a cuando empezó todo, cuando los ‘Moondies’ nos reunimos por primera vez.

    En aquél entonces, el país se recuperaba de una gran crisis que había asolado medio mundo, una crisis de la que eventualmente se salió, pero que solo fue un aviso de la que estaba por venir.

    Pensaréis que ahora voy a contaros acerca de la crisis económica que asoló nuestro país, teniendo en cuenta que acabo de decir que fue mucho peor que la anterior, pero no fue así, la recuperación fue rápida y las secuelas, al menos económicas, no se llegaron a percibir. De hecho, la economía mejoró.

    Os preguntaréis cómo, y la respuesta es muy sencilla: Internet y las grandes compañías. La mayor compañía de internet del momento, que había empezado en un simple buscador de internet, se presentó en la puerta de la Presidenta con una oferta tan tentadora como si la presentase el mismo diablo. Aunque la diferencia no era mucha.

    El dinero de la compañía salvó la economía, pero evidentemente querían algo a cambio. Consiguieron el permiso para extender sus redes por todo el país, convirtiéndose en el principal proveedor de servicios de internet, con el plus de derivar parte de sus beneficios para la propia economía interna del país.

    A partir de ahí, la cosa fue a más. Casi todo el mundo utilizaba sus servicios por sus precios más bajos y la ventaja de ayudar al país, y todos los datos de esas personas pasaban por sus redes. Después vino la reforma del documento de identificación, a partir de su aprobación, a todo el mundo se le concedía una cuenta de correo electrónico en la compañía junto a la obtención del documento, con la finalidad de hacer las transmisiones oficiales hacia esa cuenta. La gente se acostumbró con el tiempo y empezaron a utilizar solo esa cuenta, y a partir de entonces los correos electrónicos de toda esa gente, muchos todavía inexpertos en el uso de internet, pasaron por los servidores de la gran compañía nacional de telecomunicaciones, que había pasado a llamarse Infinity Corp.

    Fue una época de grandes avances, los recursos económicos de Infinity beneficiaban a la «nación» afianzando su posición de superpotencia. Se crearon nuevos prototiopos de transportes con la tecnología de Infinity , dando facilidades enormes a la gente, que se acomodó, mientras Infinity recopilaba más y más datos para ofrecerles publicidad dirigida.

    Gracias a los sistemas de seguridad de Infinity , cesaron los ataques terroristas, salvo aquél de hace seis años. Los terroristas eran detenidos antes de hacer «honor» a su nombre, antes de ser culpables, gracias al análisis de información.

    La cultura del miedo se había disparado hasta límites insospechados. La gente se preocupó porque sus datos estuvieran en manos de Infinity , y el Gobierno intervino para defender a su compañía, pero aprobó leyes de protección de datos personales que tranquilizaron a los que no sabían que sus datos seguían siendo recopilados y tratados, aunque con más «cuidado» para que no hubiese filtraciones.

    Infinity había extendido sus ramas por todas partes, incluso en el Condado de Ripper, ventajas de un precio bajo, ser parte del Gobierno y dar un «buen servicio». Pero el Condado de Ripper escondía muchos secretos, secretos que no debían salir a la luz sobre nosotros, los sobrenaturales, los metahumanos. Por eso empezamos a dejar de utilizar sus redes, porque nuestros secretos no podían desvelarse y arriesgarnos a su departamento de investigación se centrase en nuestras ventajas, en tener a gente como Daakka conectada a un reactor para proveer energía a toda una ciudad.

    Estaba seguro de que tenían información al respecto de otros puntos del estado, pero todavía no tenían una unión, no querían verlo, y no podíamos ser los que le diesen esa conexión final. Así que teníamos que volver a los diarios para contar nuestra historia.

    Hace mucho tiempo y han pasado muchas cosas, buenas y malas. Pero seguimos aquí, seguimos resistiendo y luchando contra la oscuridad, salvando el mundo un día más, tanto por la noche, como por el día en la Escuela Legado.

    Moondale vive.

    Pero todavía quedan unas temporadas por el medio, esto es para ir dando perspectiva de a dónde nos dirigimos.

  • NO ES FÁCIL SALVAR EL MUNDO CUANDO ESTÁS EMBARAZADA

    NO ES FÁCIL SALVAR EL MUNDO CUANDO ESTÁS EMBARAZADA

    Diana | Su despacho

    MAÑANA

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    En orden de aparición: Carmela D’Angelo, Braulio Matías Mendoza «Matty», Ted Sánchez y April Halpert.

    Me había pasado media noche sentada en una de las sillas de la cocina ideando formas de ahogar a MacLeod con la almohada sin que pudieran inculparme por ello. Porque sí, era el amor de mi vida, el padre de mi hija y cada vez que lo veía, me temblaban las canillas, pero roncaba como un puto perro viejo y encima, cuando le clavaba el codo en las costillas, me gruñía. Literalmente. El puñetero Christopher MacPerro me gruñía y amenazaba con enseñarme los dientes. Era lo que me faltaba, que me pegara la rabia el muy cabrón.

    No tenía bastante con parecer un globo terráqueo con piernas (tremendamente sexy, todo hay que decirlo), sino que encima ahora dormía de pena, porque mi hija tenía futuro bailando flamenco y su padre le tocaba las palmas con la nariz de puñetera madre. Si a eso le sumabas que me levantar a mear unas ochenta veces, más o menos, estaba a punto de meterme la mano en el vagina y sacar a la niña yo misma.

    Pero todavía me quedaban unos cuantos meses o no sé-qué-semanas, según la matrona que me había regañado por engordar dos kilos más de la cuenta y me había puesto a dieta. Se me habían acabado las pizzas, las hamburguesas y los desayunos de Hobbit, porque el test O’Sullivan era en unos días (la prueba de la diabetes gestacional) y sólo me faltaba tener que tomarme los cafés (que ya eran descafeinados) sin una pizca de azúcar.

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  • CUÉNTAME ALGO QUE NO SEPA

    CUÉNTAME ALGO QUE NO SEPA

    Diana | Casa de las Echolls

    TARDE

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    Volví a la realidad y me metí el tenedor rebosante de ensalada César como si hiciera años que no comía. Saboreé el pollo crujiente, la salsa César y la lechuga a punto de llorar de felicidad. Mi madre ya había terminado de comer y me miraba sin poder disimular una sonrisa, no porque se alegrase de que comiera, sino porque por fin alguien conocía su historia con Luke, aunque todavía tenía la sensación de que estaba inconclusa.- [Elizabeth]¿Qué has visto ahora?[/Elizabeth]- me resultaba curioso que en ningún punto le había dicho «oye mamá, estoy viendo tu pasado». Simplemente, lo sabía. Por suerte, Jaime estaba ese día aprendiéndose todos los recovecos de la ciudad para poder plasmarlos en su libro, porque no creía que le fuera a hacer mucha gracia enterarse de que el gran amor de la vida de mi madre era un macizo con las gafas de Harry Potter que llevaba unos cuantos años criando malvas.

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