Moondale

Categoría: La Nave

  • ALGO PRODUCTIVO

    Kaylee – Nave

    Mediodía

    Aunque hubiera cambiado de cuerpo, seguía estando en mi cabeza. Todos los miedos, inseguridades y preocupaciones seguían estando dentro de mí. Daba igual que ahora tuviera barba y midiera veinte centímetros más. Al menos, no me picaba el hombro.

    No es que estuviera cómoda con el cambio, pero la otra opción era dejarme llevar por el pánico, cosa que me daba bastante bien.

    Cole y yo nos habíamos quedado en la cocina. Hablar con él era agradable, porque era un tío muy zen y liberado de prejuicios. No era lo que una esperaría de un hijo de Logan Villiers, pero la vida a veces nos daba sorpresas.

    – [Noah]¿Se puede?[/Noah] – Noah, con el cuerpo de Leo, dio un par de golpes en la piedra de granito gris claro de la isla de la cocina.

    (más…)

  • OS ESTOY OYENDO, IDIOTAS

    Kaylee – Nave

    Mañana

    No pasé toda la noche con Leo. Me habría gustado, pero de madrugada empezó a removerse y sentí la necesidad de salir corriendo para no darle explicaciones. Al salir, me crucé con Owen, que venía de limpiar la cocina. Los hijos de Rebecca estaban todos un poco tocotó, para qué nos vamos a engañar.- [Kaylee]¿Adónde vas con eso, Don Limpio?[/Kaylee]- solté cerrando la puerta de la habitación de Leo tras de mí.

    – [Owen]¿ME ESTÁS LLAMANDO CALVO?[/Owen]- gritó y le hice una seña para que bajara la voz.- [Owen]¿Qué le ha pasado, hipotermia por bañarse en pelotas?[/Owen]

    – [Kaylee]Se ha transformado[/Kaylee].- resumí.

    – [Owen]No me había parado a pensarlo. Después de todo estamos en una luna, lo mismo les afecta[/Owen].- se quedó pensativo. Owen estaba guapo, siempre lo había sido. Incluso con un bañador a modo de pijama y una camiseta de publicidad de una bebida japonesa. No dudaba que mi yo de quince años quisiera enrollarse con él.  En cualquier otra circunstancia, habría sido un buen tío con el que salir, pero aunque de físico iba sobrado y tenía un carácter afable, sentía que nos faltaba lo más importante: la conexión mental. – [Owen]No ha habido ningún problema ¿verdad?.-[/Owen]

    – [Kaylee]No ha sido por eso[/Kaylee].- le aclaré.- [Kaylee]Leo no debería haber dicho de jugar. Se ha enfadado, primero cuando le han preguntado por mí y después con el casi beso a Dante[/Kaylee].

    En la cara de Owen apareció una sonrisa triste.- [Owen]Me ha dolido que no me consideraras el más atractivo con la ausencia de Leo.-[/Owen]- su boca decía eso, pero sabía que estaba hablando de otra cosa.

    – [Kaylee]Tenemos demasiada historia juntos[/Kaylee].- empecé diciendo. Aún no le había pedido perdón por salir corriendo aquella noche.- [Kaylee]No quería remover el pasado[/Kaylee].

    – [Owen]Bien pensando[/Owen].- supe que no hacía falta que le pidiera perdón de manera directa, pero se lo merecía.- [Owen]No quiero que me beses y te enamores de mí. Menudo drama entonces.[/Owen]

    – [Kaylee]Es que eres irresistible[/Kaylee].- bromeé y solté una carcajada.

    – [Owen]Calla, que te va a oír tu hermana. Tiene súper oído.[/Owen]- me recordó.

    Nos quedamos en silencio y supe que tenía que cerrar ese capítulo.- [Kaylee]Me gustaría decirte algo[/Kaylee].- tragué saliva.- [Kaylee]Del instituto[/Kaylee].

    Sus ojos, casi siempre brillantes, se tornaron un poco más oscuros.- [Owen]Una época turbia de mi vida, pero dime[/Owen].

    – [Kaylee]Yo a ti te gustaba de verdad y…[/Kaylee]- tomé aire. Qué pequeño parece el mundo a veces. ¿Habrá aire para todos? – [Kaylee]Yo…me dejaba querer. Me hacía gracia saber que estabas ahí para adorarme[/Kaylee].- tomé una bocanada de aire.- [Kaylee]Me porté fatal contigo. No te merecías que fuera tan mezquina[/Kaylee].

    – [Owen]Perdonada[/Owen].- me dijo con rapidez.- [Owen]Ahora adoro a otra persona[/Owen].

    Respiré con normalidad.- [Kaylee]No te olvides de ti mismo por el camino[/Kaylee].- le pedí. Quise darle un abrazo, pero no fui capaz. Solo pude despedirme con un leve «hasta mañana» y me fui a dormir.

    Cuando me desperté, supe que había dormido mal. Me dolía todo el cuerpo y seguía teniendo sueño, pero si volvía a echarme en la cama, sería peor, así que me puse en pie y me duché para despejarme. Después desayuné y me fui a dar vueltas por la nave evitando encontrarme a Leo.

    En esas estaba cuando pasé delante de la habitación de Idris. Me lo encontré tumbado en la cama viendo La Patrulla Canina en un Inpad.- [Idris]Vamos Everest, tú puedes.[/Idris] – le dijo a la pantalla.

    Toqué a la puerta, aunque estaba abierta.- [Idris]Kay, pasa.[/Idris]

    – [Kaylee]No seré yo la que juzgue a nadie, pero no tiene pinta de que vayas a salir de la cueva.[/Kaylee]- comencé diciendo.

    – [Idris]Estaba de maratón.[/Idris]- confesó. Llevaba un pantalón viejo a modo de pijama y una camiseta raída. La ropa que estaba robando Lexie no era ninguna maravilla.

    – [Kaylee]¿Sin Elle?[/Kaylee]- enarqué una ceja.

    – [Idris]Sí, bueno, está intentando acostumbrarse a todo esto.[/Idris] – era bueno bromeando, pero disimular no era lo suyo.

    – [Kaylee]Ya…[/Kaylee]- me senté en el borde de la cama.- [Kaylee]Mientes de pena[/Kaylee].

    – [Idris]Meh, no es nada. Esto es un cambio muy gordo.[/Idris] – le restó importancia.

    – [Kaylee]Es una mierda[/Kaylee].- confirmé.

    – [Idris]Ya solo nos quedan unos cuantos planetas.[/Idris] – intentaba ser positivo, pero le salía regulín.

    – [Kaylee]Eso no lo sabes[/Kaylee].- le recordé estirándome la camiseta tres tallas más grande que llevaba a modo de vestido con un cinturón viejo para darle un toque moderno.- [Kaylee]A saber cuánto tiempo nos espera aquí[/Kaylee].

    Vi que Idris asentía y continué.- [Kaylee]Yo me lo intento tomar de forma positiva, porque estoy con todos vosotros de vacaciones pagadas[/Kaylee].-

    – [Idris]Amén hermana.[/Idris] – levantó una mano y la movió. – [Idris]Muy bien llevado el juego ayer[/Idris]

    – [Kaylee]Sé que nadie nos ha pedido opinión para venir aquí, pero somos jóvenes y tenemos la oportunidad de hacer LO QUE QUERAMOS[/Kaylee].- hablaba como si supiera lo que decía, pero en realidad, actuaba por impulsos.- [Kaylee]¿El precio? Salvar el mundo, pero si nos han elegido, es que podemos hacerlo[/Kaylee].

    – [Idris]Mira, no me imaginaba hasta venir aquí que me ibas a caer tan bien.[/Idris] – me sonrió.

    – [Kaylee]Soy majísima[/Kaylee].- apunté.

    – [Idris]No me cabe duda. A ver, hablando seriamente, somos lo más simpático de la nave.[/Idris] – afirmó y me reí.- [Kaylee]Competimos con gente como Leo, así que no es tan difícil[/Kaylee]

    – [Idris]Tenemos el peso de que esto no sea un muermo sobre nuestros bellos hombros.[/Idris]

    – [Kaylee]Hay que cambiar la forma de ver esto para que cada vez que volvamos a la Kvasir, sea una fiesta[/Kaylee].- le propuse.

    – [Idris]Con tu magia, nuestro cerebro y mis ideas perversas, eso va a ser fácil.[/Idris] –  confesó mucho más alegre que al principio.

    – [Kaylee]Lo malo pasará y lo que recordaremos será todo lo que hayamos reído, follado y abrazado[/Kaylee].- cada palabra que dije, me imaginé compartiéndola con una persona y siempre era la misma.

    Él dejó escapar una carcajada. – [Idris]Eres mi pelirroja favorita.[/Idris]

    – [Kaylee]La tuya y la de todo el mundo[/Kaylee].- le guiñé un ojo.

    – [Owen]Yo soy tan Marshall…[/Owen].- escuché decir a Owen, que había entrado en la habitación y miraba el Inpad que continuaba con el capítulo parado.

    – [Kaylee]¿Por patoso?[/Kaylee]- le sonreí.

    – [Owen]Obvio.[/Owen]

    – [Idris]Yo estoy dividido: Everest, Rocky…[/Idris] – enumeró Idris – [Idris]Me encantaba el helicóptero.[/Idris]

    Viendo que la conversación se estaba yendo por otros derroteros, cambié el rumbo.- [Kaylee]Idris y yo estábamos hablando de convertir cada vez que estemos en la Kvasir en una fiesta[/Kaylee].

    – [Owen]El premio a un trabajo bien hecho.[/Owen]

    – [Idris]Ni confirmo ni desmiento que ahora mismo un 90% de muchedad de la nave está en este cuarto.[/Idris] – apuntó Idris.

    – [Kaylee]Id pensando qué podemos hacer[/Kaylee].- propuse.

    – [Idris]Idris mira a Owen. Caperucita ha tenido la idea de «planear» fiestecillas para desconectar entre «incursiones»[/Idris].

    – [Owen]La gente trabaja mejor con recompensas[/Owen].- Owen nos dio la razón.

    – [Kaylee]Tenemos la oportunidad de que esto sea nuestro viaje de estudios[/Kaylee].- me froté las manos.

    – [Idris]Somos guapes, jóvenes y lejos de casa.[/Idris] – nos recordó el mayor de los Novak.- [Idris]¿Alguna idea, cerilla?[/Idris]

    – [Owen]Fiesta en la piscina. Si no se tiene bañador no importa[/Owen].- miré a Owen con los ojos abiertos de par en par.

    – [Idris]Me gusta como piensas.[/Idris] – guardó el Inpad. El bajón parecía superado.

    – [Kaylee]Yo lo de la fiesta en la piscina lo veo, pero lo de ir desnudos…mejor que sea opcional[/Kaylee].- no pensaba desnudarme en presencia de nadie que no fuera Leo.

    – [Idris]Ya lo solucionaremos con alcohol alienígena.[/Idris] – enarqué una ceja.- [Idris]Tampoco vendría mal no tener que compartir cuarto con mi hermano.[/Idris] – fingió un ataque de tos.

    – [Kaylee]Eso es fácil[/Kaylee].- sonreí.- [Kaylee]Decidme lo que queréis y se os concederá[/Kaylee].

    – [Owen]¿Eres como un genio?. Vale, mi primer deseo es que nadie folle en las zonas comunes[/Owen].- Owen se había quedado traumatizado con lo de sus padres. No tenía pruebas, pero tampoco dudas.

    – [Kaylee]Denegado[/Kaylee].- negué con la cabeza.- [Kaylee]Estoy deseando que Leo me empotre contra la encimera[/Kaylee].

    – [Idris]Puedes pedir una neverita para tu habitación o salir con una venda en los ojos.[/Idris] – propuso Idris.

    – [Owen]Sí, la nevera me vendría bien. Por mucho froti froti que le diera a la cocina, yo no vuelvo a entrar allí[/Owen].- simuló un escalofrío y nos tuvimos que reír.

    – [Kaylee]Yo te condeno a que Amy y tú zumbéis contra la nevera y se te quiten las tonterías[/Kaylee].-  y estallé en carcajadas.

    Lo que no sabíamos es que Amy pasaba por la puerta en ese momento.- [Amy]Os estoy oyendo, idiotas[/Amy].-  y volvimos a reírnos.

     

  • BASTANTE PATÉTICA

    BASTANTE PATÉTICA

    Chloe – Nave

    Mañana

    No me sentía muy integrada. A lo mejor era cosa de la diferencia de generación. Esta gente tenía veinte años más que yo, aunque en este preciso instante pareciéramos de la misma edad. El juego ese, el de la botella, estaba caducadísimo en mi época. Nadie jugaba a eso. Era como decirle «botellón»a beber en la calle como si fueras un homeless (en serio xd) o ir a una discoteca ruidosa. Lo normal, en el futuro, era ir a una discoteca silenciosa, ponerte tus auriculares y que cada uno bailase sus mierdas. ¿Qué necesidad tenía yo de escuchar heavy si a mí me molaban el trap y el reggaeton? Pues eso mismo.

    (más…)

  • HASTA QUE LLEGA UN MACLAY

    Ellie – Nave

    Noche

    Una vez terminó el juego, fui a darme una ducha y me puse una camiseta larga de Idris a modo de pijama. Evitaba, en la medida de lo posible, utilizar lo que robaba Lexie porque algo dentro de mí se removía ante la idea de dejar a alguien sin su sustento, pero tampoco teníamos muchas más opciones. Henry había propuesto el trueque, pero cuando no sabes el valor de las cosas ni el idioma, es complicado negociar. Teníamos a Bowie, sí, pero no era muy ético utilizar a una niña para conseguir nuestros propósitos.

    Salí de la ducha y dejé mi toalla secando. Después, comencé a andar sin rumbo fijo. La Nave no me gustaba. Intentaba colaborar para hacer de ella nuestro hogar temporal, pero algo dentro de mí me decía que tenía que volver a casa, que allí no se me había perdido nada. Cada día que pasaba sin que hubiéramos avanzado en la misión, era un día más lejos de mi casa, de mi familia.

    Pensar en eso me hizo volver a la habitación que compartía con Jane y coger la esfera de Daë. Si había alguna posibilidad de volver a escuchar la voz de mi padre, tenía que aferrarme a ello.

    Caminé en dirección al puesto de mandos de la Nave, me senté en el asiento de pilotaje y le hablé.- [Elle]¿Papá?[/Elle]- al otro lado nadie respondía. ¿Y si habían pasado años y ya estaban todos muertos? ¿Y si aún no había nacido o esta era una realidad alternativa en la que no existía?

    Frente a mí, se veía la colina en la que la Nave descansaba y el cielo estrellado. Era de noche cerrada y estaba sola por primera vez en mi vida, me sentí sola.-  [Logan]¿Lennie?[/Logan] – escuché al otro lado.  El corazón me dio un vuelco. No era mi padre, pero era alguien. No estaba todo perdido.

    – [Elle]Creo que no eres mi padre[/Elle].- en mi cabeza se fue formando la imagen de mi interlocutor, que era, ni más ni menos, que el mismísimo Logan Villiers.

    – [Logan]¿Qué coño es esto?[/Logan] – farfulló. Estaba igual que siempre. Como si no hubiera pasado ni un minuto desde la última vez que lo vi.

    – [Elle]¡Logan![/Elle]- no pude disimular mi alegría- [Elle]Soy Elle. Elle Echolls[/Elle].- le aclaré por si no me reconocía.

    – [Logan]¿La pequeña Ellie? Menudo estirón.[/Logan] – en su cara se dibujó una sonrisa.

    – [Elle]Tú estás igual[/Elle].- le devolví la sonrisa- [Elle]¿Cómo te trata la vida?[/Elle]

    Él soltó una risotada.-  [Logan]Voy tirando.[/Logan] – no entró en detalles. – [Logan]¿Me puedes decir cómo demonios estamos hablando?[/Logan]

    – [Elle]Es por la orbe de los Daë. Debemos tener algún elemento en común[/Elle].- le expliqué. No sabía muy bien cuáles eran sus elementos, pero lo más probable es que tuviéramos alguna relación.

    – [Logan]¿Orbe? Si perdí ese puto cacharro hace años.[/Logan] – vi que miraba en sus bolsillos.- [Logan]¿Qué cojones? Lo vuelvo a tener.[/Logan]

    – [Elle]¿Ves?[/Elle]- comenté con orgullo, aunque era un poco raro que perdieras algo y apareciera en tu bolsillo por arte de magia.

    – [Logan]Es una maldita pesadilla recurrente.[/Logan] – sacó un paquete de tabaco y se encendió un cigarro. Arrugué la nariz de manera instintiva, aunque el humo no podía alcanzarme – [Logan]¿Y ahora qué, han cogido una nueva generación que putear?[/Logan]- asentí sin saber qué decirle.

    Logan dio una calada para no soltar improperios.- [Logan]Mira niña. Sois muy jóvenes. No perdáis la vida. Que salve el mundo otro. Que vuelvan a llamar a los viejos, nadie nos echará de menos.[/Logan]

    No sé qué fue en concreto, pero noté cómo algo dentro de mí se rompía.- [Elle]No tenemos elección. Estamos…en una Nave, perdidos en el Cúmulo[/Elle].- detuve una lágrima que corría por mi mejilla.- [Elle]Ni siquiera sé si volveremos. Es más difícil de lo que pensaba[/Elle].

    – [Logan]Una nave…¿espacial? ¿Dónde está ese Cúmulo?[/Logan]- Logan no daba crédito.

    – [Elle]En la otra punta del universo[/Elle].- le expliqué cómo pude y desvié el tema.- [Elle]Cole y Dante están aquí[/Elle]

    Se tomó unos segundos para procesarlo. – [Logan]Qué hijos de puta.[/Logan]

    – [Elle]Están bien[/Elle].- aclaré.- [Elle]Dante es…como tú. Así «grr arghhh» «me da igual todo»[/Elle].- imité.

    Vi que esbozaba una sonrisa triste y apagó el cigarrillo. – [Logan]Será mejor que no te escuche decir eso.[/Logan] – confesó un poco más triste de lo que quería mostrar. – [Logan]Volveré a Moondale. A ver si los cerebritos saben cómo llegar hasta vosotros.[/Logan]

    – [Elle]Cole es diferente[/Elle].- continué.- [Elle]Es…como Mia[/Elle].

    Sus ojos se cruzaron con los míos. – [Logan]¿Le ha ido bien desde que nos separamos?[/Logan] – parecía preocupado. Este Logan que tenía frente a mí distaba mucho del Logan que describía su hijo Dante.

    – [Elle]Estuvo con su tío Hiroshi y es un chico calmado[/Elle].- había hablado poco con Cole, pero transmitía mucha paz.

    – [Logan]Me alegro.[/Logan] – y supe que lo decía de verdad. – [Logan]Oye, tardaré en volver, pero puedes llamarme o como coño se llame esto siempre que quieras.[/Logan]

    – [Elle]Gracias y tú…cuídate[/Elle].- le pedí.

    – [Logan]Tú también, pero seguro que no necesitas que te lo diga. Pareces fuerte como tu madre.[/Logan]

    – [Elle]Ojalá me pareciera a ellas[/Elle].- suspiré.

    – [Logan]¿Ellas?[/Logan]- preguntó alzando un ceja y soltó una carcajada.- [Logan]Sarah sí que sabe…maldito pelirrojo[/Logan]- corté la comunicación de manera abrupta al escuchar unos pasos que se acercaban y dejé la orbe sobre la mesa de mandos.

    – [Idris]¿Qué hace una chica como tú en una nave como esta?[/Idris] – preguntó Idris. El corazón me latió más rápido. Estaba muy guapo incluso con aquel pijama de ositos que no era de su talla.

    – [Elle]No dormir[/Elle].- esbocé una sonrisa triste.

    – [Idris]Necesitabas un osito de peluche gigante, lo entiendo.[/Idris] – bromeó y no fui capaz de seguirle.- [Idris]¿Te pasa algo Coquito?[/Idris] – se acercó hasta mí y me pasó una mano por la cara.

    – [Elle]Lo de Calliope…[/Elle]- admití.- [Elle]Estar aquí…[/Elle]- las lágrimas brotaron con demasiada facilidad y él se arrodilló para abrazarme.

    – [Idris]Desahógate.[/Idris] – me estrechó entre sus brazos.

    – [Elle]¿Por qué se muere la gente?[/Elle]- pregunté.- [Elle]¿Por qué tenemos que salvar el mundo nosotros?[/Elle]

    Sin soltarme, habló.- [Idris]No te puedo prometer que salvaremos a todo el mundo. Pero lo vamos a intentar.[/Idris]

    – [Elle]Además, esta Nave…me agobia[/Elle].- le expliqué cuando nos separamos.- [Elle]No puedo salir con Xena, ni coger la bici, ni sentarme a leer fuera…[/Elle]

    – [Idris]¿Quién dice que no?[/Idris] – me dio una mano para que me pusiera de pie, pero no lo hice.

    – [Elle]No es lo mismo, porque sé que casi todo lo que conozco está muy lejos de aquí[/Elle].- me estaba agobiando y no sabía muy bien qué era.

    – [Idris]Bueno pues mañana cuando salga el sol nos damos un baño en el lago.[/Idris] – me propuso – [Idris]En pelotas.[/Idris] – de pronto, disfrutar de un rato a solas con él me pareció una pérdida de tiempo, porque cuanto menos centrados estuviéramos en la misión, más tardaríamos en volver.

    – [Elle]A lo mejor…tendríamos que darnos un descanso[/Elle].- las palabras salieron de mi boca disparadas.

    Idris pareció tambalearse. – [Idris]Pensé que ni siquiera habíamos empezado.[/Idris] – en su cabeza debió sonar con más confianza con la que en realidad lo dijo.

    – [Elle]Ahora mismo no soy la de siempre. Esto me está superando y no te quiero arrastrar conmigo[/Elle].- me expliqué.

    – [Idris]Eres mi medio Coquito. Da igual lo que pase. Siempre voy a estar ahí para ti.[/Idris] – me confesó. Sus ojos parecían más vidriosos que de costumbre. Le estaba haciendo daño.

    – [Elle]Esta situación me está superando. Yo…no soy como mi madre[/Elle].

    – [Idris]Gracias a dios, me costaría competir con una Sasha.[/Idris] – bromeó, pero su voz sonó rara, como si lidiara con un nudo en la garganta.

    – [Elle]Hablo en serio[/Elle].

    – [Idris]Es complicado.[/Idris] – me puse en pie y me pasó una mano por la espalda. – [Idris]A veces hay días duros en los que todo parece que nos va a superar. Pero al final, pasa.[/Idris] – señaló a la colina oscura que teníamos frente a nosotros.- [Idris]Intenta descansar. Mañana será otro día.[/Idris] – se giró y parecía un poco menos él.

    Cuando se fue, estuve un rato llorando en silencio hasta que recogí la orbe y caminé sin rumbo por la Nave.- [Ezra]Y yo pensando que era el único insomne. Eres la segunda persona que encuentro aquí.[/Ezra]- la voz de Ezra me sacó de golpe de mis pensamientos. Había llegado a la piscina sin saber lo que hacía..

    – [Elle]¿Me puedo sentar contigo?[/Elle].- pregunté al ver que tenía los pies metidos en el agua y él asintió.

    – [Ezra]¿La emoción del espacio no te deja dormir?[/Ezra]- llevaba todavía unos vaqueros y una camiseta. O no dormía nunca o tenía tanto miedo de echar a correr que no se permitía ponerse cómodo.

    – [Elle]Me agobia estar encerrada[/Elle].- le miré a los ojos. Era como si lo conociera de toda la vida. Dentro de mí podía sentirlo.- [Elle]¿Cómo lo aguantaste tú?[/Elle]

    – [Ezra]Durmiendo[/Ezra].- el intento de broma le salió regulín, pero sonreí

    – [Elle]¿Te estás acostumbrando bien a esto?[/Elle]

    – [Ezra]¿Diferentes mundos habitados por diferentes culturas? Sí, no es lo más raro que he visto[/Ezra].- su vista se perdió en la cristalera que daba al espacio. A Ezra se le daba bien esconderse, pero de mí le iba a resultar difícil.

    – [Elle]Decía a que estemos vivos[/Elle].- le aclaré y toqué en su hombro para que volviera a mirarme. Había pasado mucho tiempo sin hablar con la gente y estaba asilvestrado.

    – [Ezra]Eso podría considerarse más raro. En tu caso, aún estabas viva[/Ezra].- evitó mirarme directamente. Ezra era huidizo, como un ratoncito asustado.

    .- [Elle]Me alegra saberlo[/Elle].- en mi cara apareció un intento de sonrisa.

    – [Ezra]Y tú, ¿te acostumbras a esto de que en mi familia nos dé por viajar en el tiempo?[/Ezra]- supe que lo de Chloe le preocupaba. Era una variable con la que no había contado.

    – [Elle]Los Maclay tenéis la costumbre de viajar en el tiempo[/Elle].- le resté importancia.

    – [Ezra]Cuando una linea temporal esté en peligro, ¿a quién vas a llamar…?/Ezra]- bromeó y me reí. Me fijé en su cara, en todos los detalles que hacían de ella una mezcla entre la tía Lucy y el tío Ed. El recuerdo de que una vez se quisieron tanto como para crear una vida.- [Elle]Te pareces un montón a tus padres. Es hasta raro[/Elle].

    – [Ezra]Gracias. No los conozco tan bien como para notarlo. [/Ezra]- admitió. Las cicatrices de Ezra no era físicas, sino emocionales.

    Nos quedamos en silencio. Yo, mirando mis pies que disfrutaban del agua y él, perdido de nuevo en sus pensamiento.- [Elle]Los conocerás. Date tiempo[/Elle].- le di un toquecito en el hombro para que se girara- [Elle]No sé cómo era nuestra relación en tu mundo, pero aquí me tienes si me necesitas[/Elle].

    – [Ezra]Lo mismo te digo[Ezra].- por primera vez, vi que sonreía de verdad. Para Ezra era más importante de lo que decía sentirse aceptado por nosotros. Llevaba esperándonos veinte años.- [Ezra]¿Quieres hablar de algo?[/Ezra]

    – [Elle]Estoy un poco agobiada por…todo, pero lo superaré[/Elle].- confesé- [Elle]Gracias por preguntar[/Elle].

    – [Ezra]No te preocupes por si podrás liderar o no. En mi mundo eras una líder. Pero…solo tienes que saber que llegado el momento, puedes contar conmigo para lo que necesites[/Ezra].- al escucharle decir eso, le di un abrazo.

    – [Elle]¿Y si tú eres…el pegamento que une todo esto?[/Elle]- dije sin soltarle.- [Elle]A lo mejor, la generación no está completa hasta que llega un Maclay[/Elle].

  • UNA EXTRAÑA BANDA

    HOTAH TEIKWEIDÍ ‘LEKWAA’

    LUNA VILTIS, LA KVASIR – NOCHE

    Poco podía imaginar que mi vida daría un giro tan abismal en unos años. Tenía todo lo que quería, un buen trabajo que disfrutaba, un día a día sin ataduras y a mi familia no demasiado cerca para criticar mi modo de vivir.

    Después todo eso se había ido por la borda cuando comenzó «La Putrefacción«. Las noticias empezaron a estar ocupadas por aún más catástrofes y llegó todo a un punto tan extremo que en cualquier canal podías consultar el número de personas que quedaban vivas en el mundo. Ese camino me llevó de nuevo hasta mi familia, solo para encontrar que iba a convertirme en el avatar de mi pueblo, cuyas costumbres siempre había rechazado.

    Apenas pude utilizar aquellos nuevos dones en mi mundo, porque me vi arrastrado a este sistema planetario remoto, en un tiempo que desconocía. Cómo podía llevar todo aquello a salvar mi mundo lo desconocía, pero estaba claro que en aquél mundo anclado en el lejano Oeste no iba a ser. Me apenó alejarme de la protección que me ofrecía la tribu, sin embargo, no tenía más opciones. Esos nuevos y extraños visitantes de otro tiempo tenían que ser parte de mi destino.

    Los Daë, como ellos los llamaban, aparecieron. Uno de ellos era un elfo que parecía sacado de una de esas películas de fantasía que siempre eran un éxito rotundo y que nunca solía ver. La otra era una chica joven y menuda, parecía frágil, pero mi visión mostraba un aura capaz de mover montañas. Ugg’Krah se unió a su grupo, tal y como habían predicho, así que yo seguí a aquellos dos muchachos que ni siquiera debían ser mayores de edad hasta esta…nave espacial, donde se reencontraron con todos los demás, incluidos Owen y Jane.

    Traté de ayudar con los trabajos de reparación para convertir aquella nave en un hogar improvisado, pero poco podía hacer más allá de limpiar lo que podía. No conocía a nadie de allí, salvo los Williams y Vera, con los que había intercambiado unas pocas palabras. Me encontraba perdido, sin un propósito claro, esperando continuamente una señal, algo que hacer. Mi nuevo nombre significaba «espíritu guerrero», pero sin una guerra, no entendía mi propósito.

    Una parte de mí, la que había quedado enterrada por Lekwaa, quiso unirse cuando empezaron aquél desenfadado e improvisado juego. Para Hotah habría sido divertido, habría reído, bromeado y habría intimado con gente guapa, pero para Lekwaa no había tiempo para ese tipo de cosas, no cuando había tanto en juego.

    Así que me senté allí cerca, aprovechando al menos para saber algo más de las personas con las que ahora convivía, personas con las que lucharía codo con codo. Pese al poder que ostentaban la mayoría de ellos, se notaba que aún eran jóvenes y tenían mucho que vivir. Había tensiones entre ellos, personalidades muy polarizadas, romances, tensiones sexuales, miedos e inseguridades.

    Al principio luché contra las voces en mi mente que me decían que aquello era perder el tiempo. Poco a poco se fueron convenciendo de que ese juego tenía un propósito, una estrategia. Un grupo desunido no tiene oportunidades y aquello estaba empezando a unirles. Incluso para voces tan arcaicas como las que convivían en mí, el cambio en el aura de la sala era más que evidente.

    Al cabo de un rato, cuando Kaylee entró buscando a su hermana mayor, Amy, por un asunto que parecía serio, el juego se paró y el ambiente se convirtió en varios grupos de conversación y de baile al son de un aparato rectangular de Lexie que parecía un teléfono, pero también reproducía música.

    Conseguí reunir convicción para acercarme a los demás, argumentando que eso me haría conocerles más a fondo y quizá, poder asegurarme de que todos eran personas de confianza. Hasta el momento había usado mi poder en algunos de ellos y, aunque los había más blancos que otros, hasta ahora había ido bien.

    Cuando caminaba hacia los demás, un chico que estaba bailando en la pista con total efusividad dio un paso atrás inesperado y me choqué con él. – [Lekwaa]Perdona.[/Lekwaa] – mi mente aún no era capaz de concebir aquella escena tan propia de una noche de fiesta en una discoteca en lugar de en una nave espacial estrellada, en un planeta lejano, esperando para salvar el mundo. El chico se giró y me miró. Su piel oscura estaba adornada por unas marcas iridiscentes que a juzgar por cómo brillaban los labios de Lexie y media cara de Xander, debían ser del pintalabios de la primera. Traté de acordarme del nombre, pero eran tantos que solo conocía el de los que más hablaban o a los que más nombraban.

    – [Niall]Si querías hablar conmigo no hacia falta que hicieras como que chocabas.-[/Niall] respondió. Tenía una bonita sonrisa y un aire desenfadado que habría sido la garantía de atraer mi atención. Además, el chico era guapo, pero con ese mero pensamiento sentí algo removerse en mi cabeza.

    Esbocé una sonrisa tímida, mientras luchaba en mi interior. – [Lekwaa]Soy Lekwaa, creo que no nos conocemos.[/Lekwaa] – ése era parte del problema, Lekwaa. No se encontraba cómodo allí, Hotah, sí.

    – [Niall]Niall.-[/Niall] se presentó, colocando la mejilla para darnos dos besos. – [Niall]Nos faltan tres más y podemos hacer una banda de rock ochentera.[/Niall] – reconozco que tardé un poco en pillar la indirecta y mi cara debió estar seria en los segundos en los que pensé que se refería a que era de ascendencia nativa y todo en mí se removió de una forma no muy positiva. Pero comprendí que no, era más sencillo que todo eso, se refería a que era gay, como él, lo daba por hecho. En parte no le faltaba razón. Había tenido relaciones con mujeres y seguían atrayéndome, pero mayoritariamente las había tenido con hombres.

    – [Lekwaa]Eres…[/Lekwaa] – me di cuenta de que preguntarle por su orientación sexual no era la mejor forma de presentarnos, y además acababa de decírmelo. – [Lekwaa]…hermano de aquellos dos, ¿no?[/Lekwaa] – señalé hacia dos chicos de pelo claro que estaban hablando juntos con una chica joven que hacía unos minutos estaba encaramada encima del más robusto de los dos, devorándose mutuamente.

    – [Niall]¿Esos dos que estan cuchicheando como entrarle a la rubia y a la del pelo plateado? Sí.-[/Niall] sonrió. Había observado durante toda mi estancia en la nave a aquellas personas y trataba de mantenerme al día en sus parentescos, que eran bastantes.

    – [Lekwaa]Eres el guapo de la familia entonces.[/Lekwaa] – conseguí decir. Mi cara se ensombreció al instante pero traté de luchar con ello.

    – [Niall]¿Me estás tirando los trastos? Mi gaydar debe de estar fallando… o tal vez estoy demasiado centrando en conseguir lo inalcanzable. -[/Niall] dijo, probablemente pensando en voz alta porque no estaba seguro de a quién se refería. Pensé durante un momento y entonces me di cuenta del chico que faltaba, el que se había levantado del juego y que parecía gustarle a todo el mundo. La verdad es que era para mirarle dos veces.

    – [Lekwaa]Hace unos años ya lo habría conseguido hace rato.[/Lekwaa] – comenté, dedicándole otra sonrisa.

    – [Niall]Te lo tienes bien creído ¿eh? -[/Niall] replicó, sin ocultar una risa.

    No conseguí contener la risa. Esa respuesta no me la esperaba y me había venido bien. – [Lekwaa]Solo recordaba viejos tiempos.[/Lekwaa] – que parecía que eran muy viejos. – [Lekwaa]Cuando me presentaba como Hotah.[/Lekwaa] – o más bien, como Hunter, pero no me apetecía entrar en tanto detalle. Mi trabajo, las fiestas, los ligues de una noche en mi ático. De todo eso ya no había nada.

    – [Niall]Pero que viejos tiempos si tienes mi edad.-[/Niall] rió él.

    – [Lekwaa]Algún día te contaré a qué me refiero.[/Lekwaa] – respondí. Antes de hacerlo tenía que lidiar conmigo mismo.

    – [Niall]Seguramente también vengas del futuro. Parece ser un tema recurrente en esta gente.-[/Niall] movió la mano y vi a la muchacha rubia de antes hablando ahora con el chico de pelo rubio tostado y aire melancólico. Tenía entendido que eran hermanos, pero no se conocían porque ella venía del futuro y él y de otro futuro alternativo. Me paré un segundo a pensar si de verdad estaba viviendo todo eso, o si era incluso verdad lo que contaban. Pero a mí me habían creído, así que no era quien para dudar de nadie.

    – [Lekwaa]Casi. Mundo alternativo. Creo que unos años más atrasado que el vuestro, pero igual fue porque todo se echó a perder.[/Lekwaa] – respondí. Dejando a un lado que no sabía qué tecnología habían conseguido en esa nave y qué no, por las cosas que hablaban a veces, me había hecho a la idea de que eran unos cuantos años más avanzados. – [Lekwaa]Antes me resultaba más fácil hablar con la gente.[/Lekwaa] – aseguré. Antes de ser Lekwaa.

    – [Niall]Claro, los nativos no es que te dieran mucha conversación.-[/Niall] trató de bromear.

    – [Lekwaa]Por desgracia tengo demasiada conversación en mi cabeza.[/Lekwaa] – me di cuenta al instante de que parecía un esquizofrénico. Quizá, al menos sería una respuesta más racional que lo que habitaba en mí.

    – [Niall]Yo a veces también pienso demasiado.-[/Niall] continuó él, mirándome a los ojos.

    Volvió a conseguir que riera. Me ayudaba bastante que se lo tomase así, sin darle importancia. – [Lekwaa]Tengo que dejarte. Pero nos veremos por aquí. Esto no es tan grande.[/Lekwaa] – no me apetecía irme, pero tenía que meditar y pensar acerca de mí, acerca de Lekwaa, acerca de Hotah.

    – [Niall]Ten cuidado por donde andas, no te vayas a chocar con nadie más.-[/Niall] respondió, mirándome de una forma bastante sugerente.

    Pensé dar la vuelta y besarle sin detenerme, pero no quería que las complicaciones empezasen después. Primero tenía que ordenar mi mente. – [Lekwaa]No lo tengo pensado.[/Lekwaa] – dije simplemente.

    Eché a andar sin rumbo fijo y pensé en seguir aprovechando la noche para hablar y observar a los demás. Empezaba a sentirme menos como un espectador y más como parte de aquella extraña banda.

  • NI SIQUIERA LEO

    Kaylee – Nave

    Noche

     

    Me lo estaba pasando muy bien. No recordaba la última noche así. Quizás es que no había otra. Desventajas de ser una imbécil durante mi adolescencia.

    Aunque todo el mundo sabía que era yo la que controlaba la botella, tampoco era plan de ser injusta, así que dejé que se posara en Sophie. De un tiempo a esta parte, nuestra amistad había crecido. Al principio, solo era la hija simpática de una amiga de mi madre, pero con su infinita paciencia me ayudó a superar mis miedos con la magia, aunque no fue un camino de rosas ni algo rápido. No me malinterpretéis, cuando digo magia, hablo de la de verdad, de conjuros, pociones y hechizos. Entre nosotras no había nada sexual. Sophie era muy guapa y yo tampoco soy un orco de las mazmorras, pero no todo el mundo sueña con enrollarse con su mejor amiga. No todas somos Elle y Jane. (más…)

  • NUNCA CONTIGO

    Amy – Nave

    Noche

    Jane y Xander volvieron de la piscina y todos supimos que había ido bien. Estaban felices y parecía que habían rejuvenecido unos cuantos siglos. Solo podía alegrarme por ellos, en especial por mi primo, que llevaba enamorado de ella desde que nació, día arriba o abajo. No estaba segura de en qué punto de la relación estaban, pero esto era algo que iba a acabar con boda, un montón de bebés y una casa en las afueras. Coño, estaba empezando a parecerme a Dominic.

    La botella volvió a girar después del beso incestuoso, pero casto, entre Niall y Dante. Mi hermana era lista como el hambre y estaba forzando la maquinaria para que el amor y la amistad surgieran. Era una versión pelirroja y friki de Cupido.

    (más…)

  • CON LAS MANOS ENTRELAZADAS

    Jane – Nave

    Noche

    La botella daba vueltas sin control. Kaylee intentaba disimular lo bien que se lo estaba pasando siendo la titiritera, pero un atisbo de sonrisa delataba sus intenciones. Me ponía nerviosa saber que carecía de control sobre esta situación, porque no teníamos tan buena relación como para pedirle que me tocara algo fácil.

    Tardó lo que pareció una eternidad en dejar de girar y se quedó apuntando a Xander. Me removí incómoda y volvió a rotar. Estaba tan convencida de lo que iba a pasar, que cuando vi el tapón señalando en mi dirección, solo pude murmurar un «lo sabía».

    Me miré las palmas de las manos, cubiertas por los guantes y moví los dedos, intentando recordar que todavía había cosas que controlaba. Levanté la vista y Alexander parecía estar buscándome con la mirada. – [Xander]¿Reto?[/Xander] – me encogí de hombros. ¿Qué mas daba una cosa que la otra? Éramos un blanco fácil, porque ninguno de los dos quería admitir lo que de verdad estaba pasando.

    (más…)

  • EMPIEZA EL JUEGO

    Lexie – Nave

    Tarde-Noche

    La Nave estaba bien. Al menos, había agua corriente, camas cómodas y comida. El problema era que no nos iba a durar eternamente, porque pronto tendríamos que volver a la tarea que nos habían encomendado los Daë. Señor, qué pereza.

    En el mundo hay dos tipos de personas: los héroes/heroínas y los que nos quedamos en nuestra casa con las puertas cerradas cuando pasa algo chungo. Yo era de las segundas. Admiraba a Noah y me parecía muy bonito que quisiera aprovechar los poderes que tenía por raza para hacer el bien, pero no todos habíamos nacido con esas aspiraciones.

    (más…)