Moondale

Categoría: Centro de la ciudad

  • SIEMPRE HE ODIADO LOS MUSICALES

    Antoni ‘Toni’ Esposito – Residencia Universitaria ‘Fenris’

    Noche

    Quedaban todavía unas semanas para volver a la rutina, pero ya estaba establecido en la residencia. Cualquier cosa era mejor que volver a casa y enfrentarme a la mirada inquisidora de mi padre. Cuando eres el único hijo de un inmigrante italiano que levantó un emporio de restaurantes en todo Ripper con sus propias manos, te lo piensas dos veces antes de vivir bajo su techo.

    Había conseguido que me enviaran a una Universidad pública en lugar de a un centro ultra religioso gracias a mi madre, que por una vez y sin que sirviera de precedente, se había puesto de mi parte. Supongo que saber que UCM estaba financiada por otro magnate de los negocios hacía que confiaran en ella. O quizás era que ya habían perdido la esperanza de que volviera «al buen camino».

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  • MI PRIMERA AVENTURA

    Cole Roman | Casa de Ed y Lucy

     

     

    No entiendo porque tengo que escribir un diario, eso es cosa de chicas. Pero mamá dice que es divertido, que puedo apuntar mis maravillosas aventuras con mis amigos como hace ella, y que no solo las chicas escriben diarios, papá también tiene uno en el que apunta sus penas. Así que aquí estoy, tirado en el suelo, ocupando gran parte de la habitación por el tamaño del cuerpo de papá.

    No he vivido ninguna aventura, soy demasiado pequeño para eso, así que supongo que solo puedo decir que me encuentro en una etapa rara de mi vida. Papá siempre esta distante, todas las noches llega tarde a casa y le escucho discutir con mamá. Por cierto, mamá no es mi madre bilo… biolo… mierda no me sale la palabra, pero yo la quiero como si lo fuera. Apenas tengo recuerdos de mi madre “eso” y papá no habla de ella.

    Me canse de escuchar a Owen y Xander decir todo el rato que iban a hacer el fuerte más grande del mundo mundial así que me levante para salir de la habitación, era extraño ver a mi cuerpo allí echado en un lado durmiendo como si nada pasando del resto, me asuste un poco cuando aparecí rodeado de un montón de gente que tenía menos pronunciación que yo. Por suerte mamá llego rápido con los demás y el demonio verde cantarín fue muy simpático.

    Cerré la puerta con cuidado y puse rumbo a mi primera aventura. No sabía qué hacer así que espiar para escuchar secretos y apuntarlo en mi diario de secretos me pareció una buena idea. La casa de Ed y Lucy era enorme y al final del pasillo me encontré a Idris con la oreja pegada al cuarto de las chicas, mi aventura iba a ser corta.

    – [Idris]Sí que madrugas, tío.[/Idris] – Dijo casi en un susurro mientras me llamaba con la mano para que me acercara.

    – [Cole]Tío, son las doce de la noche.-[/Cole] Me asuste al no ver mi reloj de Iron Maiden, pero entonces recordé que el que llevaba era el de papá.

    – [Idris]Exacto.[/Idris] – Tenía que esforzarme en recordar que era Idris porque resultaba extraño ver a Mara mover las cejas así. – [Idris]¿Cómo te has escapado? Y más importante, ¿para qué?[/Idris] – Los adultos habían dicho que a las 10 todo el mundo encerrado en sus cuarto, eran un rollo, pero si a esa hora estaban aun las noticias en la tele.

    – [Cole] Están haciendo un fuerte con las sabanas, no ha sido muy difícil. Voy a por… un vaso de leche.-[/Cole] No se me daba bien mentir, pero es cierto que a lo mejor en algún momento de mi aventura habría bajado a la cocina por un vaso de leche, así que no era mentira del todo. – [Cole] Espera ¿Y tú qué haces aquí?[/Cole]

    Idris cerró tanto los ojos que parecía Hiroshi. Hiroshi por cierto es mi padrino y una de las pocas personas que parece aguantar mi padre. – [Idris]Espiar a las chicas.[/Idris] – Me dijo con una sonrisa amplia.

    – [Cole]Y… has visto algo. No es que yo…-[/Cole] Me rasque la cabeza nervioso. También quería saber si había escuchado decir a Amy algo de mí, pero no le pregunte.

    – [Idris]Tío, si hubiera visto algo, ¿estaría aquí hablando contigo?[/Idris] – Se empezó a reír pero sin hacer ningún sonido, solo moviendo la boca, era raro.

    – [Cole] Tio creo que viene alguien.-[/Cole] Se escuchaban unas pisadas subiendo las escaleras, como si de un enemigo se tratara corrimos para ocultarnos. Nos metimos en una especie de armario repleto de abrigos y de zapatos.

    – [Idris]Mierda, tío, no pegues mucho a tu padre a mi madre.[/Idris] – Idris movió un poco de ropa de un lado a otro para que nos separa.

    – [Cole]No es culpa mía de que tenga tanto cuerpo.-[/Cole] Mi padre era muy alto y tenía que estar un poco agachado para no golpearme en el techo, así que mis piernas se rozaban con las de la madre de Idris. Encima el suelo estaba lleno de zapatos y cajas con cosas dentro. Dejamos la puerta un poco abierta para ver de quien huíamos. Por delante paso una sombra y tras mirarnos decidimos abrir un poco más la puerta para asomarnos.

    – [Idris]Vale, esto mejora.[/Idris] – Era Lucy. Llevaba unos pantalones cortos y una camiseta con la cara de una vaca con corazones por ojos.

    – [Cole]Tío, Ed tiene suerte.-[/Cole] Se sujeto la toalla de la cabeza con una mano, mientras que en la otra llevaba una taza con mucha espuma y canela.

    – [Idris]Si me quedo en el cuerpo de mi madre igual puedo probar suerte.[/Idris] – A pesar de lo que dijera todo el mundo las chicas podían salir juntas y los chicos también. Y es aquí donde vuelvo a repetir que me encuentro en un momento raro porque no sé si me gustan las chicas o los chicos.

    – [Cole]Seguro que yo tengo más suerte con el de mi padre.-[/Cole] Podía ser apuesto como Fred de Scooby Doo.

    – [Idris]Qué va hombre, tu padre no cae bien.[/Idris] – Esto me molesto mucho, porque en verdad era a ellos a quienes no les caía bien mi padre.

    – [Cole]Ah sí, pues tu madre es… tonta.-[/Cole] En realidad no lo era siendo doctora, pero no sabía que decirle. Le empuje un poco para que se apartara y la puerta del armario se cerró.

    – [Idris]Me parece que nos vamos a quedar aquí.[/Idris] – Le escuche reírse muy fuerte pero no podía verle, estábamos a oscuras. Idris a veces me molestaba de verdad porque no sabía si se reía de mi.  – [Idris]Venga, no te lo tomes en serio, perdóname.[/Idris]

    – [Cole]Vale…-[/Cole] Nos quedamos un rato en silencio sin movernos, tenía los brazos cruzados porque no quería tocar nada por si era él. -[Cole]¿No puedes hacer nada para abrir la puerta?[/Cole]

    – [Idris]Eso es racista tío.[/Idris] – No dijo nada más y pensé que se había molestado, pero le escuche reírse otra vez a carcajadas.  – [Idris]En mi cuerpo si, en el de mi madre ni de coña.-[/Idris] Se volvieron a escuchar pisadas, me pegue tanto a la pared que quería desaparecer. La puerta se abrió de golpe y entro la luz cegadora de la habitación.

    – [Lucy]¿Qué, intentando verme las tetillas?[/Lucy]- Lucy puso los brazo en jarras y después de decir eso no podía apartar la vista de los corazones de la vaca. – [Lucy]Cari, mira a ver si te acuerdas del hechizo ese que hacía que se te cayera la pilila a trocitos y se lo aplicas a estos dos cochinos que espían a las mujeres[/Lucy].- Grito tan fuerte que el corazón se me iba a salir por la boca esperando que mamá no lo hubiese escuchado.

    – [Idris]Eh, no, no. Ya nos vamos.[/Idris] – Idris me dio con su codo justo en el mío y me dolió más que cuando Noah me dio el calambrazo sin querer.

    – [Cole]Buenas…. buenas noches.-[/Cole] La rodeamos por los lados, ella no aparto la vista hasta que nos vio salir corriendo. Vimos salir a Ed del dormitorio y aceleramos el paso hasta nuestro cuarto.

    – [Owen]¡Alto!. ¿Quién va?.-[/Owen] Nos soltó Owen tras entrar corriendo y cerrar la puerta. Llevaba un sable laser en la mano y una máscara de Darth Vader. A su lado Xander llevaba dos espadas de cartón y una caja a modo de casco. – [Owen]No contestan Ser Steve Rogers. A por ellos.-[/Owen] Saltaron la montaña de cojines y empezaron a darnos con las espadas en las piernas. Mi primera aventura en solitario había sido un asco.

  • LA REINA DE LAS HADAS

    Mia – La Nave

    Mañana

    Se supone que no está bien escuchar conversaciones ajenas, así que ahora mismo os imagino diciéndome: «Mia, no se está bien escuchar conversaciones ajenas». «Mii, ni istí biin iscichir cinvirsiciinis ijinis». Tampoco está bien hacer burla, pero es mi diario.

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  • SIMPLEMENTE FRANK

    SIMPLEMENTE FRANK

    Diarios de Destino | Moondale – Andem

    ANOCHECER

    frankumbra080216

    La chica de tez pálida y pelo oscuro yacía en brazos de Frank. La sangre en su cuello, de un rojo intenso, manchaba las manos del muchacho, que no era la primera vez que la sostenía así.

    En su cabeza zumbaban los recuerdos de sus otras vidas, pugnando por salir al exterior y hacer algo con esa chica. Rematarla en el caso de su lado más oscuro, alimentarse de esa vida que sus manos intentaban que no se escapase de su cuerpo. La otra, al contrario, luchaba por salvarla.

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  • ARKKAN

    ARKKAN

    DAAKKA | CASA DE LAS ECHOLLS

    MAÑANA

    DUKERIVERA

    Habíamos vuelto a estar todos juntos, al menos geográficamente. Además, volvía a disfrutar del tiempo con Cara, ahora mucho más unidos, en bastantes sentidos. Quizá debido a eso, parecía que mi cuerpo necesitase menos descanso, o puede que incluso fuese mi propia cabeza, deseando disfrutar de las maravillas de los días junto a mi Selardi. El caso es que me despertaba con el más mínimo ruido.

    Esa mañana me desperté cuando escuché a Sarah levantarse y prepararse para ir a algún sitio acompañada de Mia. Seguramente irían a ayudar a Lucy con sus obras, pensé en principio. Después recordé la conversación que habíamos tenido la noche anterior y las preocupaciones sobre todos los asuntos pendientes que rondaban su cabeza. La había animado a intentar «coger el toro por los cuernos» como decían los humanos y eso me había dado también mucho sobre lo que pensar acerca de Cara y de mí. Por eso cuando todos se fueron a la cama me quedé despierto, terminando algo que llevaba unos días preparando.

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  • MÁS CERCA DE MI SUEÑO

    MÁS CERCA DE MI SUEÑO

    Lucy Walker | Despacho de Fenris

    Mañana

    lucycupcake

    Durante los últimos días, había pensado mucho en Ed y cuando digo mucho, quiero decir que empleaba una buena parte del día en pensar en él, aunque estaba segura de que mi imaginación estaba añadiendo detalles a su cuerpo que diría que no existían, como un tatuaje vergonzoso detrás de la oreja derecha y la necesidad imperiosa de arreglar las tuberías de mi baño sin camiseta. ¿Qué? Técnicamente era virgen, porque toda mi vida era una mentira y eso significaba que estaba en plena revolución hormonal.

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  • AHOGAR LAS PENAS EN ALCOHOL Y DOLOR

    Dominic Williams | La Nave, Moondale

    MAÑANA

    Dominic 4

    La luz de un nuevo día comenzaba a filtrarse por las ventanas del gimnasio de la nave, no quería regresar solo a una casa vacía, no podía ir a casa de Elizabeth, Jaime estaría allí y no quería seguir debatiendo la opción que tomo Rebecca. Así que pase la noche en el gimnasio aporreando el saco de boxeo, mentiría si dijera que no imagine la cara de Z en el, al final lo golpee con tal fuerza que el saco salio volando un par de metros.

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  • UNA JUGADA INESPERADA

    Christopher MacLeod | Plaza Silver Lake, Moondale

    NOCHE

    MACLEOD2

    Durante toda la tarde estuve deseando que llegase la noche para ir a casa con Diana y descansar juntos, poner una mano en su abultada barriga y acurrucarnos mientras estábamos simplemente juntos, oler su aroma a hierba fresca por la noche, a rocí0 y a pimienta.

    El día me estaba resultado demasiado largo, porque mi cuerpo parecía pedir a gritos un descanso. No sabía si el súbito cambio de temperatura, de casi verano a casi invierno, me había hecho constiparme, o coger una gripe. Ninguna de las dos cosas me hacía especial gracia, porque no me atrevería a estar muy cerca de Diana para no pegárselo.

    El caso es que estaba cansado, pero cuando al fin llegué a casa, ayudé a Diana, Cara y Daakka con la cena, recogimos todo y estaba a punto de darme una relajante ducha acompañado de mi pelirroja favorita – nada raro, no seáis malpensados -, sonó el teléfono.

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  • VOLVIENDO AL MUNDO

    Alexander Fenris | Apartamento

    NOCHE

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    Sentí el viento fresco en la cara y exhalé una vez más el frío aire nocturno. Cuando pasas casi un año en coma, empiezas a apreciar las pequeñas cosas, especialmente si casi todo ese tiempo vives en una ensoñación eterna en la que eres, simplemente, el licántropo.

    El peludo y yo habíamos empezado a hacernos amigos hacía tiempo, pero cuando estaba empezando a cogerle el gusto a todo eso de correr salvaje por ahí y librarme de las obligaciones de la empresa familiar, el deber apareció de por medio, y mi viejo siempre decía que el honor es algo que uno debe conservar aunque no le quede nada más.

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