Moondale

Categoría: 4×01 – On Body and Soul

  • EL AMOR LO SUPERA TODO

    XANDER ECHOLLS – CASA DE JANE

    Sábado

    Futuros hijos e hijas y nietos y nietas y lo que sigue. Hoy me ha pasado algo raro. Estaba con los demás en la Escuela Legado y de pronto estaba en el cuerpo de papá y papá en el mío.

    Estoy intentando que se entienda la letra, pero no controlo las manos de papá. Ya he roto dos bolis y tengo miedo de estropear el diario nuevo. Iba a empezar el diario hablando de Jane Jessica Williams, vuestra madre o abuela, pero ahora es el tío Dom y no sé si podremos tener hijos.

    Esta mañana ya había empezado mal, os cuento: Jane y yo estábamos su casa, jugando a la consola hasta que el tío Dom nos llevase a la Escuela Legado.

     

    – [Xander]Yo te curo.[/Xander] – dije, buscando el conjuro de mi personaje, un guerrero arcano de nivel 56 que se transformaba en dragón. De mayor siempre había querido tener un dragón.

    — [JJ]No, no.[/JJ] — dijo Jane, haciendo que su personaje se tomase una poción. Ella tenía una maga de nivel 57. No le gustaba que la salvase porque eso era un pareado apatriado que era cosa de hombres que hacen de menos a las mujeres, o eso decía mamá. Ya he hecho borrones en la libreta nueva. Bueno, a Jane no le gustaba que la salvase y estaba bien. También cogía los mejores objetos pero no pasaba nada porque las parejas comparten. Cuando fuéramos mayores si no arreglábamos el cambio de cuerpo tendríamos que compartir cuchilla de afeitar.

    – [Xander]Vale, entonces me encargo de esa sala.[/Xander] – respondí, moviendo mi personaje a una de esas salas que siempre tienen cosas ocultas. Lancé una lluvia de fuego y me sentí como la madrina.

    Al pasar el nivel, Jane pausó el juego. — [JJ]Mi papi hace los bocadillos de Nutella más ricos del mundo.[/JJ]— dijo comiéndose uno mientras subía de nivel a Janessica. Yo subí la fuerza de Xarkkan el elfo y di un salto, por fin pude ponerle dos espadas.

    – [Xander]Mi mamá los hace de mantequilla de cacahuete casera y chocolate blanco.[/Xander] – dije con una sonrisa. Mamá siempre decía que tenía los gustos de papá y eso me hacía reír. Quería comer como papá para ser un héroe fuerte y valiente. Mamá era más fuerte, pero el padrino siempre decía que hay que soñar con realismo.

    Jane sonrió. Lo recuerdo porque era muy guapa cuando sonreía.— [JJ]No están tan ricos.[/JJ] – respondió. Tenía manchas de chocolate en los labios.

    – [Xander]A mí me gustan.[/Xander] – dije, algo triste. Si íbamos a estar siempre juntos y no le gustaban, tendría que comer siempre nutella.

    — [JJ]Eh, no te pongas triste.[/JJ]— respondió dejando el mando en el sofá. Book pegó un salto, asustado, y se fue.— [JJ]Están ricos, pero no son de chocolate normal.[/JJ] – dijo ella, asintiendo con la cabeza.

    – [Xander]Ya, a mí mamá y a Elle les gusta el negro. A mí me sabe a tierra.[/Xander] – confesé. Los matrimonios no tienen secretos. Jane se echó a reír y yo me reí también, aunque no sabía de qué.

    — [JJ]Cuando sea mayor no me voy a casar nunca porque me voy a ir de viaje con mi papá a ver Europa.[/JJ]— explicó mientras volvíamos a jugar.— [JJ]Bueno, y con mamá.[/JJ] – la tía Rebecca era más seria que el tío Dom. Si diera la vuelta al mundo con alguien sería con el tío Dom, seguro que compraba muchos helados y nos dejaba comer hamburguesas y patatas fritas. Una vez me dejó cenar patatas fritas con bacon encima, un cuenco entero para mí.

    – [Xander]Yo quiero casarme y tener un jardín con siete perros.[/Xander] – Xena estaba bien, pero siete Xenas eran mejor.

    — [JJ]A mí me dan miedo los perros.[/JJ]— dijo con cara triste. No sabía que los perros daban miedo, adoro a los perros, son lo mejor junto con las patatas fritas, los viedojuegos videojuegos y Jane.

    – [Xander]Puedes venir a ver a Xena. Es como un peluche gigante.[/Xander] – la invité. Cuando nos casáramos me llevaría a Xena. Podía tener perritos inmortales. Siete.

    Ella se quedó callada.— [JJ]Sí, algún día.[/JJ]— dijo, volviendo a estar triste.

    Saqué una bolsa de patatas fritas que me estaba guardando y se la ofrecí. Cuando estaba triste las patatas me animaban. – [Xander]¿Quieres?[/Xander] – pregunté.

    — [JJ]No, gracias.[/JJ]— dijo, aún triste. Seguimos jugando sin hablar un rato. A veces la miraba, parecía triste.

    Entonces un monstruo dejó caer un arma con un brillo dorado y sonreí por mi buena suerte. Se lo iba a decir a Jane pero seguía seria. – [Xander]Mira, una legendaria. Cógela.[/Xander] – me había tocado, pero Jane no se lo pensó y la cogió para ponérsela. Volvió a sonreír. Sentí un poco de envidia cuando se cargó a una horda de un golpe, pero no pasaba nada.

    – [Xander]Jane…[/Xander] – la llamé. Quería preguntarle algo superimportante.

    — [Jane]¿Digamelóoooon?[/Jane]— respondió, riéndose. Jane es muy graciosa.

    – [Xander]Nunca vamos a dejar de ser mejores amigos, ¿verda’?[/Xander] – tenía miedo de perder nuestros ratos juntos.

    — [Jane]Claro que no. Hicimos un juramento de escupitajos y sabes que eso es super sagrado.[/Jane]— me acuerdaba de eso. Me dio miedo coger una enfermedad pero era la saliva de Jane así que no pasaba nada.— [Jane]Voy a ser tu padrina cuando te cases.[/Jane] – añadió. Me asusté un poco y un enemigo me atacó por detrás.

    – [Xander]Si nos casamos no puedes ser padrino. [/Xander] – me reí. Owen tendría que ser el padrino y Elle la madrina y cuando ellos se casaran, nosotros seríamos sus padrinos. Era lógico.

    Jane puso la cara que pone la tía Cara cuando come pescado.- [Jane]Ughhhh.[/Jane]- dijo. – [Jane]Los amigos no se casan. No funciona así.[/Jane] – explicó.

    – [Xander]Pero mi papá dice que él y mamá son mejores amigos. [/Xander] – dije. Papá siempre me lo decía, ‘pórtate bien con mamá, que es muy buena y quiere lo mejor para nosotros’. La gente decía que Papá miraba a Mamá con amor, así que yo miraba a Jane también así. El tío Daakka y la tía Cara habían sido amigos de pequeños y ahora eran matrimonio.

    – [Jane]Imposible.[/Jane]- dijo. Le iba a llevar la contraria pero a Jane no le gustaba y no quería que se enfadara después de haber vuelto a sonreír, así que seguimos jugando hasta que el tío Dom nos llevó a la Escuela Legado.

    Y eso, cambiamos de cuerpo. Ahora era mi padre y ella el tío Dom. Íbamos en un autobús de la Escuela Legado, con el resto y con nuestros padres. El tío Nate conducía para llevarnos a casa.

    Miré a Jane a los ojos de su padre y ella sonrió con más dientes y más pelos en la cara. Si no nos podíamos casar por ser amigos, no sabía que iba a pensar de ser nuestros padres. Pero Papá siempre decía que el amor lo supera todo.

  • DE TAL PALO…

    Owen Williams | De Farra

    Hacia como una hora que Xander y Dante se habían marchado dejándome tirado solo en el bar. Les quería, eran mis mejores amigos, pero tenían menos aguante que Elliot, y mira que Elliot salía poco, solo salía cuando quería jugar la baza del hermano preocupado y responsable.

    Me termine mi sexta copa de roncola, cualquiera a estas alturas iría de bruces de un lado a otro buscando bronca, a mi apenas me afecta, bendita genética aesir. El DJ se vino arriba y soltó la espuma en el centro de la pista, la gente saltaba como loca, porque saltar no es precisamente bailar. Por mi parte prefería permanecer en la barra, esa noche iba de misterioso seductor.

    En el otro extremo de la barra toda una señora mujer bebía de su copa con la ayuda de una pajita mientras pasaba de los buitres que le rodeaban, reconocí la bebida por su color rosa, la madre de Dante la puso de moda e incluso hizo algún que otro anuncio de la bebida. Mantuve contacto visual con ella un segundo y parte la vista.

    -[Owen] Caliente…-[/Owen] Balbucee en un paupérrimo español, después de todo la de los idiomas era mi hermana. Me recoloque mi cazadora negra, estaba un poco raída de todos los años que tenía encima, y si lo estáis pensando si, es la de mi padre. Pase por su lado sin mirarle pero asegurándome de que se fijaba en mi tropezando con algunos de esos lamebotas que tenía alrededor. Me escondí en el baño un par de segundos para darle suspense a la situación y cuando me dispuse a salir la encontré delante de la puerta. Tenía el pelo corto moreno a la altura de los hombros con unos mellones rubios casi blancos y unos ojazos azules cristalinos. Llevaba unos pantalones de cuero que debían de estar cortándole la circulación en las piernas con un corsé negro a juego y una chaqueta blanca. Me agarro por el cuello de la camisa y tiro de mí hacia el callejón del local, donde comenzaron los toqueteos y los morreos esos en los que parece que te van a arrancar los labios. Durante cierto momento me palpo las muñecas como buscando algo. Coloco uno de sus brazos contra mi cuello, era sorprendentemente fuerte, y en cuestión de segundos adiós a toda la magia, sus ojos se tornaron en un amarillo pis y su cara paso a parecer la de una setentona.

    -[b] ¿Tus últimas palabras?.-[/b] Me pregunto relamiéndose los colmillos con una sonrisilla de superioridad.

    -[Owen] ¿No tendrás un cigarrillo?.-[/Owen] Ella se echo a reír y saco un paquete del bolsillo de sus pantalones, estire el brazo y cogí uno llevándomelo a la boca –[Owen]¿Por casualidad no tendrás fuego?. Espera déjalo, ya lo enciendo yo.[/Owen]

    De mi dedo índice salió una llama y encendí el cigarrillo, ella retrocedió un par de pasos chocando con unos contenedores de basura. Le di una caladita pequeña al cigarro y lo tire, mi madre me había educado bien, fumar es malo. La vampiresa echo a correr por el callejón intentando huir, le lance dos bolas de fuego, la horrible música del local ahogo sus gritos y en cuestión de segundos solo quedaron sus cenizas.

    -[Owen]¿Porque siempre a las macizas?. ¿Por qué?.-[/Owen] No hacia frio pero note un escalofrío – [Owen]…Dejavu.[/Owen]

    Se lo que estáis pensando, esta historia me suena. Bueno quizás habéis oído hablar de mis padres y de los padres de los demás. Esta historia no empieza aquí, ni es nueva, es una continuación y me acaba de venir a la mente una historia muy divertida.

    No hace muchos años, que tampoco soy tan viejo…

    La Escuela Legado era como una segunda casa para nosotros, probablemente pasáramos más tiempo allí que en nuestras propias casas. Merendábamos, jugábamos y hacíamos los deberes del colegio allí.

    – [Elle]Mi mamá va a salvar el mundo otra vez[/Elle].- Elle era la niña más adorable que te podían tirar a la cara y bueno, actualmente lo seguía siendo solo que había ganado con los años como el buen vino y tenía una sonrisa que podía matarte.

    – [Xander]Ellie, te va a escuchar todo el mundo.-[/Xander] Recuerdo al mini Xander y esos choques entre dedos de nerviosismo.

    – [Elle]¿Estás paranótico?[/Elle]- Aun puedo escuchar esas eses como zetas por la falta de una de sus paletas.

    – [Kaylee]Se dice «paranoico», no «paranótico»[/Kaylee].- Kaylee era la más pequeña del grupo por aquel entonces y ya tenía más vocabulario que todos nosotros juntos. Llevaba unas gafas que le ocupaban toda la cara, ahora había cambiado sus gafas por lentillas y en su cara solo había un maquillaje muy cuidado.  – [Kaylee]No cuesta nada hablar correctamente[/Kaylee].

    – [Owen]Eso… eres un parasonico.-[/Owen] Yo tampoco es que fuera un genio de la palabra por aquel entonces.

    – [Noah]Bueno, realmente es un hecho que el gobierno nos escucha. –[/Noah] Ahora que recuerdo esto quizás es Noah el que debería estar en modo ermitaño en un bosque con papel de aluminio en la cabeza y no su hermano Leo, aunque miradlo, tirado en el sofá con los cascos de música puestos pasando de todos.

    – [Amy]Deberíais casaros y tener un montón de bebés empollones[/Amy].- Es sorprendente como Amy no ha cambiado nada con los años, sigue siendo más sosa que un bocadillo de aspirinas. Y no lo digo solo yo, lo dice todo el mundo. Por cierto, este comentario me dolió en su día porque era yo el que quería casarse con Kaylee.

    – [Idris]¿No deberíais estar jugando o algo?[/Idris] – El puñetero Idris. No me entendáis mal, es un tío que me cae de puta madre vulgarmente hablando, pero es otro de esos que podrían matarte con una sonrisa, no sé si me entendéis.

    .- [Amy]Hablamos de lo que nos da la gana[/Amy].- Amy era sosa sí, pero tenía más valor que cualquiera de nosotros, nadie osaba meterse con Idris, ni siquiera Cole.- [Amy]Vete a meterte con gente de tu edad[/Amy].

    – [Idris]Siempre has sido de mis favoritas.[/Idris] – Idris tenía un sentido del humor innato, era como un supepoder y siempre se partía de risa, era la felicidad echa persona.  Amy por su parte siempre parecía estar enfada con el mundo y le dedico una gloriosa peineta a Idris. Mi hermana y Elle se tapaban la boca para reírse por lo bajo siempre que veían algo obsceno.

    –  [Cole]¿Jugar a qué? Estamos en una puta biblioteca.-[/Cole] Dicen que soy la viva imagen de mi padre cuando era joven, bueno, Cole siempre se ha parecido a su padre incluso desde pequeño.

    – [Kaylee]¿Es necesario que seáis tan soeces?[/Kaylee]- Cada vez que Kaylee se enfurruñaba, las gafas se le iban hacia delante y las mejillas se le sonrojaban.

    Noah combatía el aburrimiento montando y desmontando piezas de Lego a toda velocidad. Dante se entretenía viendo los dibujos, una serie animada en la que salía su madre, sorprendentemente no sexsualizaron su dibujo, igual de sorprendente era esa tele cuadrada, por aquel entonces ya viejas y obsoletas.

    – [JJ]Si no os vais, le diré a mi papá que nos estáis molestando[/JJ].- Si yo me parezco a mi padre, JJ es clavada a mi madre, sus gestos a tan temprana edad eran igual que los suyos. Elliot por otro lado no se parece en nada a ellos, sin embargo ha sacado lo mejor de ambos.

    – [Nate]¿También me vas a delatar a mí?.-[/Nate] Nate tenía una voz tan ronca que parecía que se había pasado la vida fumando cartones de tabaco, sin embargo nunca le había visto con un cigarrillo. Nate era buena gente, ninguno sabíamos de donde había salido pero se convirtió en un miembro más de la familia de los Moondies y en segurata de la nave y niñero ocasional.

    – [Cole]Nate, ¿me has traído lo mío?.-[/Cole] El nerviosismo no solía ser algo habitual en Cole, pero eso que le pedía con tantas ganas a Nate no era más que un batido de chocolate. Al parecer el chocolate estaba muy racionalizado en casa de los Villiers por Mia, por esa leyenda urbana de que producían granos. Nate alzo por los aires a mi hermana y se la llevo a los hombros.

    – [JJ]Si los mayores nos siguen molestando: te quedas sin trabajo[/JJ].- A JJ le gustaba utilizar la calva de Nate a modo de tambor.

    Nate le dedico una sonrisa y nos pregunto a todos echándonos un vistazo. [Nate]- ¿Que estáis tramando?.-[/Nate] Nate le paso una mano por la cabeza a Michael pero no separo la vista de su libro, juro que ese tochazo de libro que tenía delante ya era de medicina.

    Nadie le hizo caso a Nate, a Cole se le quedo un bigote de chocolate por el batido. Mi hermana le tapaba los ojos a Nate para que no viera por donde iban entre risas con Elle. Xander cual alma en pena iba detrás de Nate con las manos en alto preparado por si el gigantón se caía de espaldas, lo que su cerebro no supo procesar es que si esto ocurría lo aplastaría. A mí me picaba tanto la nariz que me saque un moquete, no me lo iba a comer, eso era asqueroso, mejor pegárselo a la niña que te gusta, cosas de críos.

     

    Es ahora donde la cosa se puso bizarra. Un temblor sacudió la habitación, Nate nos metió bajo la mesa por si se trataba de un terremoto. Conocéis esa sensación de estar a punto de quedarte dormido y notas un sobresalto como si alguien te hubiese tocado, pues más o menos fue eso lo que sentí. Algo o alguien nos había cambiado de cuerpo al lugar de nuestros padres.

     

    – [Dante]¿Dónde están mis tetas?[/Dante].- La voz de Dante sonaba distante al estar en la habitación de al lado, pero no paraba de repetir esta frase una y otra vez.

    – [Mia]¡TENGO TETAS![/Mia]- Nunca olvidare la reacción de felicidad de Mia al mirar hacia abajo y ver sus pechos, solo que claro, no era Mia sino Dante, y esto me acaba de confundir aun más.- [Mia]Mierda, pero son las de mi madre[/Mia].

    – [Owen]¿Porque tengo un moco en el dedo?.-[/Owen] Era mi voz gritando pero yo aun no había abierto la boca.
    – [Dom]Oh… DIOS…MIO.-[/Dom] Delante de mí estaba mi padre tocándose los bíceps con un dedo con la boca abierta. A Sarah le brillaban los ojos de felicidad y Daniel comenzó a brillar de emoción. Cara sacudía las manos alterada y Daakka se rascaba todas las escamas con nerviosismo.

    – [Rebecca]Me duele la barriguita…-[/Rebecca] Mi voz sonaba aguda, más que la mía propia de niño. Del dolor me senté en la silla y os tengo que decir una cosa, una patada en los huevos no es nada comparado a que te baje la regla en el cuerpo de tu madre.

     

    Tal vez otro debería de continuar con esta fascinante historia de cambios de cuerpo, porque yo me estoy poniendo malo solo de recordarlo…