Moondale

Categoría: 4×05 – Through a glass darkly

  • MÁS SOLA QUE LA UNA

    Lexie – Louna

    Noche

    Noah y yo habíamos quedado en el puerto justo al lado del puesto de los helados de ‘Arthur’. Estaba oscureciendo y la noche parecía que se presentaba fresca, pero no en exceso. Se suponía que era una cena informal en el restaurante con forma de barco que había frente a la playa, pero cuando me encontré con él, se había puesto un smokin y una pajarita. Os juro que no me caí redonda al suelo, porque encima de las plataformas era capaz de matarme.

    – [Noah]La moda en Louna es muy diferente[/Noah].- comentó al verme con unos shorts negros, un top rojo y unas cuñas rojas también.

    – [Lexie]¿Por qué no me has dicho que ibas a ponerte elegante?[/Lexie]- le pregunté enarcando una ceja tras los dos besos de rigor y el pellizco en el culo que le pegué.

    – [Noah]Era esto o camisetas de superhéroes.[/Noah] – sonrió cohibido.

    – [Lexie]Pero ahora cada uno vamos a una sitio[/Lexie].- me coloqué el pelo.

    – [Noah]Pero si vas arreglada, ¿no?[/Noah] – se encogió de hombros.

    – [Lexie]No[/Lexie].- expresé lo obvio.

    – [Noah]Si quieres cambiarte te espero, o me cambio yo…lo siento.[/Noah] – titubeó con nerviosismo.

    – [Lexie]Vale, espérame aquí[/Lexie].- le guiñé un ojo y le invité a un helado en lo de ‘Arthur’, mientras iba en dirección de una de las boutiques de las calles cercanas en la que vendían vestidos de fiesta que no eran demasiado caros. Por suerte, aún no habían cerrado y encontré un jumpsuit negro con escotazo y volví a donde estaba Noah después de regalarle a la chica de la tienda lo que llevaba puesto antes.

    – [Noah]Va…vaya.[/Noah] – soltó a verme. Se le caía la baba casi de forma literal.

    – [Lexie]Ahora sí[/Lexie].- sonreí. Lo bueno de esta cara era que casi nadie me conocía, aunque con este escote más de uno/a estuvo a punto de comerse un par de farolas.

    – [Noah]Estás muy guapa.[/Noah] – admitió.

    – [Lexie]Esa es la idea, cariño[/Lexie].- le guiñé un ojo y le limpié un poco de helado de vainilla de la comisura del labio.

    Él me sonrió.- [Noah]Lo has conseguido, totalmente.[/Noah]

    Comenzamos a andar ante las miradas de algunos Lounies y me enganché a su brazo. «Es mío, bitches», quise tatuarme en la frente.- [Lexie]Te voy a llevar a un sitio súper pijo[/Lexie].

    – [Noah]Te aviso que como mucho.[/Noah] – agachó la cabeza de forma timida. Ay, Noah…

    – [Lexie]¿Y qué comes?[/Lexie] – le susurré al oído. Por un instante se me pasó por la cabeza hacer el resto del trayecto en limusina, pero me parecía muy exagerado, así que lo deseché en el último momento.

    – [Noah]De…de todo.[/Noah] – le costó mantener la compostura. – [Noah]Te iba a invitar a mi casa un día pero ya no me atrevo.[/Noah]

    – [Lexie]O me invitas tú o Cora me dice dónde vives[/Lexie].- era broma (o no).

    Parecía extrañado. A ver si se había asustado- [Noah]No me tiene localizado.[/Noah] – me mostró su muñeca sin Infinity Band. En teoría, tendría que haber dejado de usarla también, pero en un mundo controlado por Infinity, no podías escapar de ellos – [Noah]Vivo en una cabaña de madera, en el Bosque de los Susurros.[/Noah]

    – [Lexie]Qué envidia[/Lexie].- a lo mejor mi padre me podía comprar una cabaña. O un bosque.

    – [Noah]No sé, viendo lo de esta noche creo que podrías comprar mi casa fácilmente.[/Noah] – señaló mi nuevo outfit.

    – [Lexie]Mis padres tienen pasta, pero no vamos a hacer un mundo de eso[/Lexie].- le resté importancia.

    Noah me miró y creo que le brillaron los ojos. Qué obvio era mi chico a veces.- [Noah]Cuando quieras puedes venir, conozco una zona bastante bonita.[/Noah] – la invita.

    – [Lexie]Yuju[/Lexie].- di un salto y le planté un beso en la mejilla.- [Lexie]Mierda, te lo he dejado marcado[/Lexie].- se lo limpié con el pulgar (y sin saliva).

    – [Noah]No te preocupes, así puedo fardar de que me ha besado una chica guapa.[/Noah] – me miró.

    – [Lexie]Ven[/Lexie].- tiré de él y entramos en el restaurante, que estaba cerrado para nosotros. Habían recogido todas las mesas y la nuestra estaba en el centro, con un mantel de hilo blanco y un jarrón de rosas rosas en el medio. Por el hilo musical sonaba ‘Home’, de Red Riding Wolf. Qué pena que hubieran acabado cada uno por su lado.

    – [Noah]¿No decías que iba muy arreglado?[/Noah]- preguntó mirando a su alrededor a ver al personal del restaurante darnos la bienvenida.

    – [Lexie]Este es mi castigo[/Lexie].- nos sentamos en la mesa. Frente a nosotros, solo estaban la playa de Louna y el atardecer.

    – [Noah]Que todos los castigos fueran una cena en la playa con una persona maravillosa.[/Noah] – le puse un dedo en los labios para que dejara de intentar ruborizarme.- [Lexie]Shhh[/Lexie].

    Pedimos las bebidas (vino con refresco de cola para mí y un té para él) y esperamos a la comida, que decidimos que fuera elección de la chef.- [Lexie]¿Me he pasado un poco? No pienses que quiero fardar de pelas ni nada[/Lexie].- me disculpé. Nunca sabía dónde estaba el límite entre ser agradable y pasarse de creída.

    – [Noah]No, claro que no. No pensaría eso de ti.[/Noah] – me miró a los ojos. – [Noah]Si después de esta noche sigo queriendo salir contigo, no pienses que es por dinero. Me habría pasado igual si hubiéramos cenado en un Infinity Burguer.[/Noah] – explicó dándole un sorbo a su té.

    – [Lexie]Me flipan las de un dólar[/Lexie].- me imaginé la salsa y me relamí.- [Lexie]Me podría comer un camión[/Lexie].- muchas noches, Idris y yo habíamos ido a comer unas cuantas.

    – [Noah]Están buenísimas.[/Noah] – se sinceró – [Noah]Te invito a una cuando terminemos.[/Noah]- llegaron los platos. Para él, una lasaña vegetal cuyas placas estaban fritas en lugar de al horno y para mí, un filete empanado con patatas. Era gracioso lo diferentes que éramos.

    El personal del restaurante se retiró y nos quedamos solos. Durante un rato, solo comimos escuchando por los altavoces al tostón de Zahara, que era la prima de Lana del Rey.-[Noah]Eh…Allie…[/Noah] – miró a ese fraude de lasaña sin carne – [Noah]Tampoco quiero asumir nada pero…bueno, me gusta pasar tiempo contigo. Mucho.[/Noah]

    – [Lexie]¿Y te gustaría hacer más cosas conmigo? Follar, por decir una[/Lexie].- sonreí después de tragar un trozo de carne.

    Noah se atragantó. – [Noah]Yo…eh…sí pero…Dos…[/Noah] – soltó una carcajada. – [Noah]…me gustas mucho Allie, no quiero que pienses que es solo por físico.[/Noah]

    – [Lexie]¿Qué tiene de malo si sólo es físico?[/Lexie] – me comí una patata con las manos. Las patatas fritas no se pueden comer con cubiertos o pierden la gracia.

    – [Noah]Pues…no es que tenga nada de malo…pero no querría que fuera solo eso.[/Noah] – se excusó.

    – [Lexie]¿Y la otra?[/Lexie]- pregunté como la cacho de cabrona que soy.

    – [Noah]No te voy a mentir. Lexie es mi mejor amiga y durante mucho tiempo sentí algo por ella.[/Noah] – se confesó. ¿Cómo podía ser tan mala? – [Noah]Pero la conexión contigo es…diferente. Sé que…bueno…que te quiero.[/Noah] – se sonrojó y la carne se me fue para Turee.

    – [Lexie]Coño[/Lexie].- tosí con violencia y me recompuse.

    -[Noah]P-perdón…¿me he pasado?[/Noah] – parecía preocupado.

    Cogí el móvil a tientas del pequeño clutch rojo y fui en dirección a la terraza.- [Lexie]No, no, es que…me llaman[/Lexie]- mentí. Noah se quedó tan quieto que ni terminó la lasaña.

    Llegué a la terraza con las piernas temblorosas y marqué el número de Idris sin pensarlo. Cuando descolgó, empecé a hablar. Por las pintas, parecía que estaba tirado en el sofá viendo algo el muy vago.- [Lexie]Idris, que me cago en la leche que me ha dicho que me quiere[/Lexie].

    – [Idris]¿Y Lexie?[/Idris] – Idris se lo estaba tomando a coña a jugar por las carcajadas que oía y a mí me estaban dando ganas de clavarle el tacón en los cojones.

    – [Lexie]Que es su amiga y yo qué sé qué más[/Lexie].- daba vueltas por el porche como una posesa.

    – [Idris]Vamos a ver, ¿a ti te gusta?[/Idris]- la pregunta de Idris me detuvo.

    – [Lexie]No sé[/Lexie].- mentí.

    – [Idris]O eres la tanuki que peor miente o he pasado mucho tiempo con mi padre.[/Idris] – confesó. – [Idris]¿Qué dudas tienes?[/Idris]

    – [Lexie]Que soy una colección de tías, mentirosa compulsiva y en mi versión de verdad, sorda y orco[/Lexie].- todos mis miedos parecían estar sentados conmigo en el porche.

    – [Idris]Un orco dice la tía…[/Idris] – bufó- [Idris]A ver, ciega sabemos que eres, pero aparte de eso, Noah está ligando con «Allie», no con Lexie, así que no te quiere solo por Lex y Xie.[/Idris]

    – [Lexie]Las llamo las Lexies[/Lexie].- me reí por no tomarme un Trankimazin.- [Lexie]Pero no puedo sacar esa apariencia porque me lo cargo todo[/Lexie].

    – [Idris]Pues vete en pelotas y usa tu poder para hacerle ver un vestido.[/Idris] – propuso. – [Idris]O puedes ser una postadolescente del presente y mandarle un mensaje como Lexie por si tienes dudas.[/Idris]

    – [Lexie]Es que no quiero que sepa quién soy. Ni que me quiera ni nada. Quiero irme a casa[/Lexie].- protesté.

    – [Idris]A ver, Bigotillos, no vas a huir toda tu vida[/Idris].- se me iluminaron los ojos al escuchar eso.

    – [Lexie]Es un buen plan[/Lexie].- Noah era tan sigiloso que no lo vi llegar. A saber cuánto había escuchado.

    – [Noah]Allie, he venido para disculparme pero…¿qué está pasando?[/Noah] – puso los ojos como platos al ver a Idris en la videollamada.

    – [Lexie]Mierda[/Lexie].- colgué con tanta rapidez que el teléfono se cayó al suelo y la pantalla se rajó. Tantos avances y los teléfonos seguían siendo de cristal.- [Lexie]Nada[/Lexie]

    Recogí el teléfono y me miró.- [Noah]Allie, explícamelo. Por favor.[/Noah]-  parecía dolido. Me miraba como si fuera un cachorrillo abandonado. ¿Qué había hecho?

    – [Lexie]No sé de qué me estás hablando[/Lexie].- mentí.

    – [Noah]Estabas hablando con Idris. No quieres que sepa quién eres. ¿Qué es todo esto?[/Noah] – estaba tenso.

    – [Lexie]¿Nada?[/Lexie] – y yo no sabía ni qué decir.

    Noah negó con la cabeza y entró con rapidez al restaurante a coger su bandolera. Los camareros y la cocinera debían estar flipando en colores.- [Lexie]Noah, no te vayas… por favor[/Lexie].- le pedí, ahora como Lexie Reed, su amiga. Qué bien me venían las ilusiones para no reventar los vestidos, pero me iba a costar untar a unos cuantos del personal del restaurante si no quería que contaran lo que podía hacer.

    – [Noah]¿Lexie?[/Noah] – la cara se le desencajó y yo asentí.

    – [Noah]¿Has sido las dos….todo este tiempo?[/Noah] – cada pregunta que me hacía, se me clavaba como un puñal. Era una puta mentirosa compulsiva adicta a hacer daño a la gente.

    – [Lexie]Te dije que era una ilusionista[/Lexie]. – me defendí. – [Lexie]Pero no que también era una Tanuki[/Lexie].

    – [Noah]Reed…¿Eres la hija de Karen?[/Noah] – se quedó pensativo.- [Noah]Y Lowell…por Fenris.[/Noah] – fui enseñándole una a una a todas mis chicas. Joder, mi padre me iba a matar cuando tuviera que soltar el pastizal que me iban a pedir estos cabrones.- [Noah]¿Cuál es tu cara real?[/Noah] – pregunta

    Volví a mi cara antes conocida como Allie. – [Lexie]Nací con esta[/Lexie].

    – [Noah]¿Alexandra Fenris?[/Noah] – me miró con tristeza y decepción.

    – [Lexie]No te enfades, por favor[/Lexie].- lo pedí en vano.

    – [Noah]Cinco años, Allie…Lexie…ni siquiera sé cómo llamarte.[/Noah] – estaba tan dolido que me estaba empezando a doler a mí.

    – [Lexie]Me puedes llamar «gilipollas»[/Lexie].- le propuse y él negó con la cabeza.- [Noah]Has estado en mi casa…te he contrado mis secretos…dos veces.[/Noah]

    – [Lexie]Noah, no lo entiendes[/Lexie]. – fui a cogerle la mano. – [Lexie]Yo… no sé qué decir[/Lexie].

    Él se liberó con rapidez.- [Noah]¿Y lo de Lexie aquella vez?[/Noah]- se refería a cuando me declaré. Ups.

    – [Lexie]Lo siento[/Lexie].- agaché la cabeza.

    – [Noah]¿Qué pretendías? Puedes ser sincera por una vez.[/Noah] – eso fue duro de escuchar y noté cómo me entraban ganas de llorar, pero aguanté.

    – [Lexie]No quería darte pena[/Lexie]. – señalé el audífono. – [Lexie]Me parecías demasiado bueno y demasiado guapo y…[/Lexie]- ahora sí me cayeron unas lágrimas.

    – [Noah]…cinco años.[/Noah] – me replicó.

    – [Lexie]No lo quiero justificar, pero soy un puto mapache[/Lexie]. – en realidad, sí me estaba justificando – [Lexie]En el juego ese que tienes en tu casa siempre hacen trampas[/Lexie].

    Él suspiró. Supongo que estaba harto.- [Noah]Tendrás que coger un taxi. Yo iré andando.[/Noah] – comenzó a caminar.

    – [Lexie]¿Te vas?[/Lexie]- no entendía nada.- [Lexie]La lasaña sigue ahí[/Lexie].

    – [Noah]Necesito pensar.[/Noah] – dijo sin más.

    –  [Lexie]No es la mejor excusa cuando eres super rápido, pero bueno[/Lexie].- me fui a la mesa a comerme mi cena.

    – [Noah]Hay cosas que es muy difícil procesar.[/Noah]- y allí me quedé.

    En un puto restaurante más sola que la una.

  • MONSTRUOS

    LEO ARKKAN

    TARDE – MOONDALE

    No soy una persona a la que le guste mucho la televisión, de hecho en mi cabaña lo único similar que puede encontrarse es el monitor del ordenador en el que veo lo que me apetezca en InfiniTV, además del equipo de inmersión a Endless, pero eso ya es otro nivel.

    Pero uno no puede controlar siempre las cosas y si tenemos que ver algo, aunque no queramos, terminaremos por hacerlo. Esa tarde había decidido disfrutar del otoño en ciernes saliendo a tomar algo en un café local. Rehuí específicamente el InfiniCoffee por lo que había pasado en la sede de Infinity. Seguía usando Endless y otros de sus productos, para no levantar demasiadas sospechas. A fin de cuentas, los que más localizados estaban eran los que habían entrado y lo que supieran de nosotros, ya lo conocerían hacía mucho tiempo.

    Estaba disfrutando de un café con leche de almendras y panela cuando en la televisión me llamó la atención una canción. Me giré y vi que estaban hablando de ‘Wolf’s Bane’  y de cómo uno de sus integrantes había desaparecido del todo. Estaba acostumbrado a ello y había empezado a lidiar poco a poco con la gente que me reconocía por la calle y me preguntaba por qué lo había dejado. «Había decidido centrarme en la música» era la respuesta estándar, a la que no le faltaba razón. El mundo de la fama frivoliza todo lo demás y convierte a la música en una mera herramienta. Pero el motivo no era ese.

    Había empezado a desconectar mientras hablaban de ello, hasta que escuché un nombre «Freddie«.

    ‘Freddie Malik, anterior componente de esta banda, se ha lanzado al estrellato rebautizándose como Freddie Galaxy, situado en el top cinco de ventas de InfiniMusic y convirtiéndose en el más visto en InfiniClips gracias a sus actuaciones que imitan a las del grandioso Freddie Mercury’.

    Llevaba mucho tiempo esperando escuchar su nombre en las noticias, pero no así. Miré hacia la pantalla y vi un fragmento de uno de sus conciertos. Había cambiado, iba vestido con una capa y una corona, con el torso al descubierto y unos pantalones de color llamativo. Ahora llevaba el pelo corto y engominado y un bigote muy cuidado le adornaba el rostro. Estaba muy diferente, pero seguía vivo.

    No sabía cómo tomármelo. Una parte de mí se alegraba de que no hubiese muerto por mi culpa, pero a otra le preocupaba que conociese mi secreto, aunque si hubiese querido divulgarlo, ya lo habría hecho. Pagué el café y salí al exterior, pensativo.

    Solo mis padres y Noah sabían lo que había pasado para que dejase ‘Wolf’s Bane’. Si, no habría durado mucho tiempo en la banda porque aquello ya no me entusiasmaba y apenas soportaba a nadie del grupo. Freddie ya había empezado a cambiar por la influencia del resto. Quizá no era justo culpar a los demás, porque cada uno tenía su libre albedrío, pero cuando ves que todo el mundo hace lo mismo y que tienes unos recursos y libertad únicos en la vida, es fácil que pierdas los objetivos.

    Fuera como fuese, todo cambió de un día para otro. Estábamos celebrando el inicio de una nueva gira. Esa noche estaban especialmente insistentes respecto a que me tomase algo: alcohol, pastillas, polvo dorado. Daba igual, lo intentaron todo, pero la respuesta fue la misma. Estaba a punto de irme, cuando Freddie me pidió que me quedase. Había demasiado ruido y me distraje, incapaz de ver que echaba algo en mi bebida.

    ‘Jinx’. Así se llamaba. Normalmente una pastilla de color violeta intenso. Vaciaron su contenido en mi copa. No tardó demasiado en hacer efecto. La realidad se desdibujó y me sentí libre, pero no fui el único que lo hizo. La droga afectó a mi conexión con el licántropo y comencé a transformarme delante de todos ellos. Aún consciente, conseguí huir, pero Freddie vino detrás de mí y lo que se encontró era más bestia que hombre. A la mañana siguiente supe que estaba hospitalizado y lo dejé todo.

    Por mi mente habían pasado muchas opciones: haberle matado; haberle convertido; haberle dejado marcado para toda la vida. Pero ahí estaba, vivo, sano, aunque eso no impedía que le hubiese convertido.

    Saqué mi móvil y empecé a buscar detalles de sus conciertos y los comparé con el calendario lunar. Había noches de luna llena en las que había actuado, así que no podía ser eso. En mis tiempos en ‘Wolf’s Bane’ habíamos creado la leyenda urbana de que todos éramos licántropos. No me había costado venderles la idea. Así que por eso no actuábamos nunca en luna llena. Los problemas para compatibilizar las girar se compensaron con que a los fans les encantaba.

    Así que Freddie estaba vivo, sano a juzgar por cómo se movía y no era un licántropo. Quizá ni siquiera recordaba quién le había atacado aquella noche. Tras irme, había enviado un mensaje oficial a la banda para decir que lo dejaba para buscar de nuevo la ilusión, aprovechando de paso para dejar claros sus problemas con las drogas. Así que quizá mi secreto seguía a salvo. Fuera como fuese, no irían a buscarme allí, a Moondale.

    Con un problema menos a la espalda, me entraron ganas de hablar con Freya, aunque últimamente parecía que le rondaba la cabeza algo importante y no hablaba demasiado conmigo. No le había dicho nada de lo que había estado a punto de ocurrir con Kaylee, porque tampoco había conseguido llegar a formalizar nada con Freya, ni siquiera conocer su nombre real. Pero aun así, seguía sintiendo una conexión con ella.

    Kaylee no me había dirigido la palabra desde aquella noche y no quise intentarlo, probablemente fuera mejor para ella si me mantenía fuera de su vida. Me habría gustado hablar con ella ahora que Noah y yo nos veíamos en el lado opuesto a Xander en todo ese asunto de reabrir el Axis Mundi. Sabía que ella había decidido no formar parte y quizá pudiera ayudarnos a impedir que cometiesen esa locura. Pero no podía ser.

    Las Pruebas de los Daesdi y el Axis Mundi eran uno de los terrenos en los que sabía casi tanto como el propio Noah con las memorias de nuestro padre, porque desde el principio mis padres me habían dejado ver sus discos para que no me sintiera de menos respecto a Noah. Los peligros que habían pasado todos allí eran evidentes, por no mencionar el sacrificio de Kaylee. No podíamos permitir que ninguno se sacrificase para expulsar a Omega, tenía que haber otra forma.

    Quizá fue liberarme de la carga de Freddie o quizá la preocupación, pero acabé buscando el nombre del videoclub en el que trabajaba Jane y caminando hasta allí.

    Cuando entré me maravillé de que algo así siguera existiendo, mantenido solamente por la nostalgia y por una crisis creativa que llevaba más de veinte años lastrando al mundo. Esperé a que se marchase la gente mientras ojeaba la portada de ‘Los Inmortales’, de la que solo recordaba la banda sonora.

    – [Jane]Leo, ¿a qué has venido?[/Jane] –  me preguntó en cuando el videoclub quedó vacío, saliendo de detrás del mostrador. Agradecía que Jane no andase con formalidades. Era directa y lo respetaba.

    – [Leo]¿Te han contado lo que piensan hacer?[/Leo] – le pregunté. Miré la cámara de seguridad y Jane negó con la cabeza, quitandole importancia. No debía tener audio.

    – [Jane]Sabes que Owen es mi hermano, ¿no?[/Jane]- respondió. Owen no mantenía demasiado el misterio, era muy distinto a su hermana, pero también respetaba que en él todo fuese lo que parecía, sin medias tintas, excepto que se hiciese más el tonto de lo que en realidad era.

    Me encogí de hombros. – [Leo]Noah y yo queremos impedírselo. Tú también puedes si consigues el disco de tu padre antes que tu hermano.[/Leo] – resumí, no tenía tiempo que perder en explicaciones. En un par de días sería la luna de sangre y aunque Noah y yo tuviéramos los discos de nuestros padres, los demás aún podían conseguirlos de alguna forma.

    – [Jane]No quiero volver a discutir con mi hermano[/Jane].- aseguró con un deje de tristeza. Algo me decía que estaba tan deprimida que no se molestaba en ocultarlo. ¿Verse reflejada en Omega habría apagado su fuerza dejando solo la tristeza?

    – [Leo]¿Prefieres que muera intentando enviar al vacío a tu doppleganger?[/Leo] – repliqué sinceramente, quizá demasiado. La gente tendía evitar hablar de la muerte, pero a todos nos acecha en una carrera que algún día perderemos. Y para nosotros, en el mundo que vivíamos, la carrera era más acentuada que para los mortales.

    – [Jane]Eres un borde de cojones, Leo[/Jane].- sentenció, molesta. Se marchó a limpiar las portadas de algunas películas, en aparente concentración, aunque estaba claro que estaba perdida en sus pensamientos.

    – [Leo]Ya, bueno, pero eso no hace que sea mentira. A veces hay que ser desagradable para proteger a la gente.[/Leo] – le expliqué. No servía de nada evitar herir sus sentimientos porque no había tiempo y después sería demasiado tarde para lamentarse.

    – [Jane]Ser desagradable no es excusa para nada.[/Jane] – respondió, con las cejas arqueadas mientras fruncía el ceño sin siquiera darse cuenta.

    Me quedé callado, estaba acostumbrado a que me lo dijesen y no podía negar que tenía razón esta vez. – [Leo]No debería haberlo dicho así, pero es peligroso.[/Leo] – me gustaba ser sincero y directo, así que intentaba esforzarme también con las disculpas, aunque a veces sonasen frías.

    – [Jane]Sé que es peligroso, pero son adultos y van a hacer lo que quieran.[/Jane]- continuó, relajando ligeramente el ceño.- [Jane]Nadie me hace caso nunca. Esto no va a ser una excepción.[/Jane] – apostilló. Jane se había dado por vencida. Era cierto que eran bastantes los que se habían reunido y teníamos poco que hacer para contradecirles, pero aun así, necesitaban los discos. Noah no tenía claro que pudiesen abrir un portal al Axis Mundi con eso, porque ni se habían enfrentado a sus miedos ni a sus deseos, ni ningún Daesdi se había presentado ante ellos para decir que eran los nuevos Daë. Ni siquiera había una Kvasir entre nosotros. Pero el riesgo era demasiado como para dejar lugar a error.

    – [Leo]Es tu decisión y la respeto.[/Leo] – asentí y me giré dispuesto a irme. Aún contabamos con Nate, sin tener que llegar a meter a los Moondies en todo aquello. Pero si llegaba el momento de hacerlo, no quedaría más remedio.

    Jane suspiró a mi espalda.- [Jane]Intentaré quitarle el disco, pero no sé si saldrá bien.[/Jane] – dijo finalmente.

    Me detuve y me giré. Parecía derrotada, pero no le habían abandonado las fuerzas, solamente estaban ahí, cubiertas por la oleada de acontecimientos que habían sacudido su vida.

    – [Leo]Haremos lo que podamos. Cómo salga no depende solo de nosotros.[/Leo] – comenté. No podíamos controlar el destino, solo podíamos hacer lo que estuviera en nuestra mano. No tenía sentido preocuparse, porque no controlábamos todo.

    – [Jane]Una pena lo del libre albedrío.[/Jane] – sentenció ella, que sí parecía querer controlarlo todo. Era demasiado protectora.

    – [Leo]Sé lo que es sentirse un monstruo.[/Leo] – moví la mano derecha, resumiendo mi discurso en solo eso. Se me habría dado mejor cantarlo, pero no era el lugar ni el momento, igual que en el Bosque de los Lobos. Jane me miró fijamente durante un instante. Sabía lo que le había pasado por la cabeza al ver a Omega, al ser consciente del alcance real de sus poderes y por qué durante toda su vida solo la habían dejado jugar sin vigilancia con Xander.

    Me tendió una caja. – [Jane]Te dejabas la película.[/Jane] – asentí y la cogí. ‘Los Goonies’. Era un paralelismo directo con lo demás y el lío en el que estaban a punto de meterse por llegar a encontrar el tesoro que tenían localizado en su mapa.

    Solo nosotros podíamos impedirlo. Pero ninguno podíamos impedir el Destino, que para entonces ya había sido escrito en su libro.

  • SIEMPRE HE ODIADO LOS MUSICALES

    Antoni ‘Toni’ Esposito – Residencia Universitaria ‘Fenris’

    Noche

    Quedaban todavía unas semanas para volver a la rutina, pero ya estaba establecido en la residencia. Cualquier cosa era mejor que volver a casa y enfrentarme a la mirada inquisidora de mi padre. Cuando eres el único hijo de un inmigrante italiano que levantó un emporio de restaurantes en todo Ripper con sus propias manos, te lo piensas dos veces antes de vivir bajo su techo.

    Había conseguido que me enviaran a una Universidad pública en lugar de a un centro ultra religioso gracias a mi madre, que por una vez y sin que sirviera de precedente, se había puesto de mi parte. Supongo que saber que UCM estaba financiada por otro magnate de los negocios hacía que confiaran en ella. O quizás era que ya habían perdido la esperanza de que volviera «al buen camino».

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  • PECADOS DEL PADRE

    COLE ROMAN

    MAÑANA – NOOR COFFEE & CO

    Después de haber decidido quedarme en Moondale una temporada, al menos hasta que el peligro se asentara. También me apetecía volver a conectar con mis raíces y hacer las paces con el hombre que era ahora, me gustase lo que me gustase. Y para qué mentir, también me había quedado por Dante, aunque si leyese esto me echaría la bronca. Pero mi hermano me necesitaba, descubrir a la asesina de nuestra madre era un golpe que no todo el mundo podía recibir bien y a Dante le había llenado de ira y ansias de venganza. En estos momentos se parecía más a nuestro padre de lo que nunca me atrevería a decirlo.

    Xander había aparecido con un plan hacía ya varios días que pronto habría que llevar a cabo. Era arriesgado, pero sinceramente lo prefería a evitar continuamente que Dante hiciese alguna locura o cruzase una línea que no le recomendaba cruzar. Cuando acabas con una vida, humana o demoníaca, cambias. Con los vampiros es algo diferente, porque no son más que muertos reanimados, pero los demonios, eso es muy distinto.

    Una de las ventajas de haberme quedado en Moondale era poder pasar tiempo con la familia y eso incluía el nuevo e inesperado miembro que Noah había conocido mucho antes que nosotros, Niall. Fue un poco extraño al principio, éramos cordiales pero no teníamos ni idea de cómo hablar el uno con el otro, pero habíamos hecho de una costumbre tomar un café por las mañanas cerca de la Universidad y eso nos había ido acercando. Lástima que Dante casi nunca viniese con nosotros y que mi padrino no pudiese venir una temporada a ver a la familia.

    – [Cole]¿Nunca supiste nada de él?[/Cole] – pregunté, mientras echaba un poco de azúcar. Mi tiempo en Japón me había acostumbrado a tomar menos azúcar en algunas cosas. Allí los postres apenas eran dulces porque la comida en general solía llevar algo más de ese dulzor que estamos acostumbrados a buscar.

    – [Niall]No. Nada más allá de su nombre. De hecho dudo que sepa siquiera que existo.-[/Niall] respondió él, dando un trago a su té americano con una pizca de canela y licor 43, sin duda era un Villiers, pero de la parte refinada. Hasta ahora habíamos intentado hablar de nosotros y de nuestras vidas, aunque Niall era bastante escueto con la suya. Era cuestión de tiempo que llegáramos a hablar de Logan.

    – [Cole]Probablemente no. Mi padre no es un modelo.[/Cole] – resumí. No había por qué ocultarlo, mi padre había cometido muchos errores, todos lo hacemos. – [Cole]Pero no lo hacía del todo mal mientras mi madre estaba viva.[/Cole] – añadí. No quería que Niall se quedase solo con la visión que tenía Dante de mi padre, porque estaba marcada principalmente porque se hubiese ido de Moondale en lugar de cuidar de él, antes de eso parecían uña y carne. Mi padre no era ningún santo, pero Niall tenía que decidir él mismo qué clase de relación tendría con él. Si alguna vez volvía a aparecer claro.

    – [Niall]Mi madre tampoco tiene malas palabras de él. Solo que un día se fue a comprar tabaco y nunca regresó.-[/Niall] – por lo que había llegado a encajar de la historia, mi padre había estado con la madre de Niall cuando viajaba por estados unidos, hasta que mi padrino fue a buscarle para ayudar en la batalla contra Z.

     – [Cole]Lo peor que tenía es que no entendía todas las orientaciones sexuales.[/Cole] – le aclaré. Mi padre trataba de ser padre como buenamente podía teniendo en cuenta que su padre era un alcohólico abusivo. Pecaba de relacionarse con nosotros como colegas a veces, en lugar de como hijos y ahí entraban cosas como hacer cosas imprudentes o hablar de chicas. Mi madre era la que ponía la estabilidad en la casa y actuaba casi como si tuviera tres hijos en lugar de dos. Al menos mi padre siempre la escuchaba. – [Cole]Tampoco creo, como Dante, que nos fuera a repudiar, pero por su mente no pasaba siquiera la idea de que nos gustara algo que no fueran las mujeres, y mira.[/Cole] – me reí. De uno de los hetero más hetero habían salido de momento dos hijos bisexuales y uno gay. Tenía gracia, no se podía negar. Al final lo habría entendido, pero habría hecho como si no pasara nada, porque no habría sabido cómo llevarlo.

    – [Niall]Falta el hermano o hermana hetero.-[/Niall] comentó sonriendo.

    – [Cole]De momento somos tres, pero ya no digo nada.[/Cole] – aseguré. Si mi padre estaba orgulloso de algo era de su legado de aesir y estaba totalmente interesado en expandirlo, al menos antes de mi madre. Mientras viajé con él, no le vi con otras mujeres, pero tampoco ponía la mano en el fuego, hacía mucho tiempo que mi madre nos había dejado.

    – [Niall]En el tiempo que no le veis lo mismo ha plantado dos o tres churumbeles más. Eso hombre necesita hacerse una vasectomía.-[/Niall] bromeó. Di un trago al café, era bastante intenso y lo agradecí. Una de las cosas que había echado de menos era el café.

    – [Cole]No sé, tiene todas las faltas del mundo pero la muerte de mi madre le ha dejado tocado. Más tocado.[/Cole] – respondí. A veces parecía el mismo, pero si te fijabas bien la máscara se resquebrajaba. No sabía vivir sin ella, estaba claro.

    – [Niall]Bueno, eso es amor. Un poco escabroso por todo el tema de venganza pero amor.-[/Niall] afirmó él. Asentí y bebí un poco más, recargando las pilas, aunque en realidad lo que me estaba recargando era la luz solar que se filtraba por los ventanales. Mi cuerpo absorbía el calor de la luz y lo convertía en estamina, así que os imaginaréis que me gustaba más viajar a sitios cálidos. Era lagarto hasta para eso. – [Cole]Dante y yo estamos a punto de hacer una locura por ella. No te lo he dicho porque no quiero meterte en algo tan peligroso.[/Cole] – quería aclarárselo porque ahora prácticamente solo nos teníamos a nosotros tres, además de en mi caso al tío Hiroshi y en el de Dante a los Echolls. Había visto el disco de mi padre en su día, antes de que lo perdiese, y sabía a lo que nos ateníamos en las Pruebas. Solo esperaba, como los demás, que no fuese necesario un sacrificio para reactivar el portal, porque no teníamos a ninguna Kaylee.

    – [Niall]En eso no me parezco a él, ni a vosotros. Esto ha sido algo puntual. No me va lo de pelear.-[/Niall] aseguró. Asentí. Niall era un virtuoso de la música y un pacifista total pese a que su voz podía tanto deleitar los oídos como destrozar lo que se le pusiera delante.

    – [Cole]Haces bien en distanciarte de todo eso.[/Cole] – respondí. Yo sabía bien lo que era ese camino y Niall hacía bien en intentar disfrutar de una vida normal.

    – [Niall]Ahora me vas a hacer sentir mal por no ayudaros. Menuda mierda de hermano.-[/Niall] dijo para sí.

    Le sonreí y dejé el dinero en el mostrador. Después me acerqué a él y le puse una mano al hombro. Era más seguro para él hacerse a un lado. – [Cole]Tranquilo. No creo que te libres de nosotros tan rápido.[/Cole] – dije, con una sonrisa que al menos pretendía ser calmada. – [Cole]¿Damos una vuelta?[/Cole] – le pregunté mientras apuraba el último sorbo de su té.

    – [Niall]Sí, me vendrá bien airearme un poco. Llevo todo la mañana encerrado con un grupo. Algunas personas no saben lo que es la higiene.-[/Niall] se quejó. Solté una risa y salimos a la calle.

    Era extraño pasear por aquellas calles de nuevo, esta vez, acompañando a mi otro hermano menor del que hacía unos meses no sabía nada. Pero más extraño estaba a punto de volverse todo sin importar si queríamos luchar o no.

  • EL OSCURO CAMINO

    DOS DÍAS ANTES DE LA LUNA DE SANGRE

    DANTE VILLIERS

    TARDE – TALLER

    Pisé el acelerador y disfruté de la tierra suelta alzándose a mi alrededor. Mi Chevrolet Convertible del ’60 rugió bajo el capó. Su motor original había desaparecido hacía mucho tiempo para se sustituido por un motor eléctrico obligatorio, por normativa y porque los combustibles fósiles habían dejado de venderse hacía tiempo. Había vuelto a cambiar el motor hacía poco y ésta era la primera prueba. Me había costado bastante encontrar uno bueno que no fabricase Infinity, pero aún quedaban algunas compañías extranjeras, eso sí, a bastante precio.

    El viento me azotaba la cara y me sentía igual que cuando volaba. Miré el cronómetro y pisé más a fondo el acelerador. Después de unas cuantas vueltas sonreí, el nuevo motor no defraudaba.

    Conduje de vuelta al taller y aparqué el coche en mi plaza. Apenas un par de pasos fuera del coche y los pensamientos que me llevaban dando la paliza los últimos meses volvieron a estar ahí.

    Me costaba contener la ira y la frustración. No tenía nada que ver con lo de Infinity, porque a fin de cuentas, no me afectaba demasiado: no había vuelto a entrar a Endless, mi InfiniBand estaba tirada en un cajón del taller y apenas hablaba con los demás usando el móvil ni las aplicaciones de ellos. Ni siquiera me gustaban sus cafés.

    Lo que de verdad me llevaba presionando todo ese tiempo era ella, Omega. Desde el momento en el que la vi desplegar las alas para huir de allí, lo supe. No podría olvidar esas alas. Ella se las había robado, le había robado su poder y ahora se paseaba por el mundo impune.

    Traté de buscarla al principio. Quería matarla, no podía pensar en otra cosa. Cole trató de detenerme, pero no hizo falta, porque no había ni rastro de ella. Desde entonces había esperado una señal, hasta que Xander me llamó hacía unos días.

    Tenían un plan. Después de todo el puto verano tenían un plan para librarnos de esa asesina. Para Xander y Owen era la única opción que pasaba por no matarla. Me hizo gracia que se tomaran contemplaciones después de lo que había hecho. Pero para mí no dejaba de ser un plan magnífico, porque garantizaba algo peor que la muerte. Esa asesina iba a sufrir toda la eternidad en un vacío en el que no había nada más que tortura y locura.

    Para eso hacía falta encontrar los discos de los Daë. Bastante gracioso teniendo en cuenta que el inútil de mi padre era uno de ellos y en el único momento en que me podía hacer falta, volvía a fallar. El del tío Hiroshi era una suerte que lo tuviese Cole, pero el de Logan estaba perdido, de hecho, él mismo lo había perdido hacía unos años.

    En teoría los demás se iban a encargar de buscar todos los discos y darnos a los que no lo tuviéramos uno para pasar las Pruebas. Quizá ni siquiera hiciese falta hacerlo, y solo con abrir el portal podríamos mandarla allí. Lo que más le preocupaba a Xander era el sacrificio de su tía Kaylee, la que ahora era Lucy más o menos. Supuestamente no iba a hacer falta, pero si fuera necesario, no tenía problema en ofrecerme para castigar a esa asesina para toda su vida.

    Di un golpe a una viga del garaje e intenté calmarme, había demasiadas cosas que me gustaban en la vida como para morir. Nadie iba a morir, solo ella iba a sufrir por lo que había hecho.

    Tratando de despejar la mente, pensé en ir a ver a Kaylee. Xander me había dicho que no iba a participar y sin duda su magia nos había resultado muy útil, además ella sola había montado el grupo de rescate.

    Cogí el coche y me presenté en su casa. Tardó un rato en abrir y ya me estaba dando la vuelta cuando abrió. Parece que estaba sola en casa. Me sentí como en una película porno, salvo que esto no iba a acabar así.

    – [Dante]Menos mal que esta vez no está Leo aquí.[/Dante] – bromeé. No voy a negar que me habría gustado meterme entre ellos dos aquella noche, pero había que salvarles la vida a los demás y bla bla, además no parecía ninguno muy por la labor.

    Kaylee empezó a murmurar y unas pequeñas esferas de luz chocaron contra mí. Picaban como si fueran mosquitos. Entré a la casa y ella se sentó en un sofá de la sala de estar.

    – [Kaylee]¿Te da envidia?[/Kaylee] – preguntó, sonriendo. Parecía que estaba mejor que hacía unos meses, pero todavía se le veía cara de cansancio por las preocupaciones. Envidia no era la palabra, me daba pena la oportunidad perdida pero hay que aprovechar la vida en el momento.

    – [Dante]Venga, ¿con lo que te he visto hacer me vas a decir que no vas a venir con nosotros a echar a ese monstruo?[/Dante] – le pregunté, sentándome en un sillón.

    – [Kaylee]No.[/Kaylee]- negó rotundamente, sin ganas de dar más detalles.- [Kaylee]¿Quieres un café o algo?[/Kaylee] – añadió. Pensé si se refería a un café o a un «café». Tenía pinta d ser lo primero, por desgracia.

    – [Dante]No, venía solo a ver si te convencía.[/Dante] – confesé. Ninguno de los que íbamos por el momento a abrir el portal estaba muy versado en magia. Hasta ahora solo sabíamos seguro que íbamos: Cole y yo, Xander, Owen, Amy, Idris y Elle. Siete, y había catorce discos, aunque aún no los tuviéramos todos localizados. El mayor problema lo habían puesto Noah y Leo, que no querían participar en el plan y tenían los discos de sus padres. Quise ir yo a hablar con él, pero Xander no me dejó.

    – [Kaylee]¿Seguro? [/Kaylee]- insistió, alzando una ceja. Volví a pensar en qué tipo de café se refería, pero no, era el de beber. Antes de poder responderle, mi mirada se detuvo en él y la de Kaylee, tan aguda como siempre, me siguió.

    – [Kaylee]¿Quieres que te eche de cada como si yo fuera el tío Phil y tú Jazz? [/Kaylee]- amenazó al verme observar el disco.

    – [Dante]¿Tu amiga es la hija de Aphrodite?[/Dante] – le pregunté, disimulando. Ese disco era uno de los que no teníamos localizados y no lo iba a dejar escapar. Había visto un par de veces a la chica que compartía casa con Kaylee, otro dúo en el que habría participado con ganas. Sabía que era hija de una amiga de Diana pero no había pensado en qué amiga sería. Sophie no estaba por allí, pero al parecer se había dejado el disco allí.

    – [Kaylee]Sí.[/Kaylee]- replicó ella, seria. No me iba a dejar llevármelo ni iba a poder engañarla, era más lista que yo.

    Asentí y me di la vuelta. – [Dante]Ya, en fin. Tengo que irme, tenemos mucho que planear.[/Dante] – fui hacia la puerta y Kaylee me habló cuando estaba cruzando el umbral.

    – [Kaylee]Tened cuidado.[/Kaylee]- me deseó. Parecía apenada y preocupada, pero aun así, no quería actuar.

    – [Dante]No me apetece mucho ver a esos bichos que dibujó Daakka, pero a ver cómo sale.[/Dante] – comenté. No sabíamos si tendríamos que repetir las Pruebas que ellos pasaron, pero haríamos lo que fuese necesario.

    – [Kaylee]Puedes no ir.[/Kaylee] – me recordó. Eso no era una opción. Era mi única oportunidad.

    – [Dante]Quiero que esa asesina sufra como hemos sufrido los demás. Se merece algo peor que la muerte.[/Dante] – repliqué, conteniendo apenas la ira que crecía en mí cuando lo recordaba. Kaylee agachó la cabeza y no respondió.

    – [Dante]Ya nos veremos. Supongo.[/Dante] – me despedí. Subí al coche y di la vuelta a la manzana. Volví a la casa y me deseé suerte a mí mismo. Llamé a la puerta y al no abrir al momento, supe que Kaylee había vuelto a su habitación. Cuando llegó a abrir la puerta, usé mi poder una vez más y aparecí en su salón. Busqué el disco y lo cogí a toda velocidad. Escuché la puerta cerrarse a toda prisa. La sala de estar estaba cerca de la entrada así que volvía a teletransportarme. Mientras me internaba en la oscuridad escuché la voz de Kaylee.

    – [Kaylee]Dante, como cojas el disco, te mato.[/Kaylee]- gritaba. Ya era demasiado tarde. El disco estaba en mis manos. No tenía de qué preocuparse, lo devolvería en cuanto todo eso hubiese terminado, pero no antes.

     

  • READAPTARSE

    EZRA WALKER

    MAÑANA – CASA DE CAMPO MACLEY-WALKER

    Habían pasado dos meses y el mundo seguía en pie. Permanecí alerta durante semanas negándome a mí mismo el acomodarme, pero al final acabe cediendo. Cambie el bosque por una habitación en la casa de mis padres, de Ed y Lucy, aun no sabía muy bien cómo llamarlos. Supongo que en mi diario me referiré a ellos como mis padres y en persona les llamare por sus nombres.

    No me gustaba estar quieto sin hacer nada, bastante tiempo había pasado ya así, por lo que me dedique ayudar cultivando la huerta que tenían y dando de comer a los animales, los cuales huían cada vez que me acercaba, no por ser un extraño sino por el lobo de mi interior. De hecho el único animal que no corría despavorido al verme era Sky, el perro de mi madre se había convertido en una extensión de mí.

    Y hablando de mi otra contraparte el lobo también agradeció estirar las patas en las noches de luna llena. Si de por sí las transformaciones duelen notando como todos tus huesos se rompen y tu cuerpo se reajusta, no os podéis hacer una idea de cómo era transformarse mientras estaba cautivo. Cada pequeño cambia era una punzada que parecía durar años.

    Puede parecer extraño pero en todo ese tiempo no estuve solo, estaba esa otra parte de mí haciéndome compañía, ambos sufrimos lo mismo y llegamos a comprendernos mejor. Así que me adentraba en el bosque y le dejaba correr, libre. No podía controlarle, pero al igual que él era una voz en mi cabeza pugnando por salir yo lo era en la suya para contenerlo de atacar a nadie.

    También aproveche para ponerme al día con la cultura popular de la que apenas conocía de mi mundo. Pero sin duda había algo parecido y esa era la ausencia de contenido original. En mi futuro era normal que no hubiese nada nuevo, pero esta nueva realidad llevaba años estancada en el pasado. Ahora entiendo lo de Terminator, ¿eso me convierte en Kyle Reese?.

    Había pasado un poco de tiempo con el resto para que me conocieran un poco mejor. Resultaba un poco raro saber tanto de ellos y que no supieran nada de mí. Para mi sorpresa Amy y Kaylee tenían una tercera hermana, Vera. Al igual que Jane y Owen, aun me resultaba extraño llamarlos así.

    Escuche ruido en el pasillo y tanto Sky como yo levantamos la cabeza sobresaltados. Mis padres vivían en una casa demasiado grande para ellos dos solos. Encontré a mi madre apoyada contra la puerta del baño. – [Ezra]¿Te encuentras bien?.[/Ezra]

    – [Lucy]Sí, es que me ha debido sentar mal algo que he comido.-[/Lucy] Sonrió para no preocuparme pero tenía la cara pálida. Me preocupo un poco la verdad. No me gustaría perderla ahora por alguna clase de enfermedad.  –[Lucy]Gracias por preguntar.[/Lucy]

    – [Ezra]Puede ser. También estas trabajando demasiado en la nueva colección.-[/Ezra] Estaba trabajando en una nueva colección masculina y me había pedido que fuera el modelo para las fotos. Me acorde de Mia, la madre de Dante, la cual fue la cara más visible de su empresa y la catapulto a la fama. Es curioso como en algunos casos es imposible alterar la línea temporal ya que Mia también había sido asesinada aquí.

    – [Lucy]¿Tú crees? Tendré que darme un homenaje cuando la termine.-[/Lucy] Un homenaje que podría ser cena, fiesta o viaje a Europa. O tal vez las tres cosas.

    – [Ezra]Le he estado dando vueltas y no sé como pedírtelo, así que simplemente lo voy a decir. El colgante con forma de disco ¿podrías dejármelo? te lo devolveré.-[/Ezra] Apenas teníamos confianza y nos conocíamos desde hace poco, al menos ella a mí. Así que entendía sino quería dejármelo. Probaría suerte con mi padre en ese caso.

    – [Lucy]¿El de Kaylee?[/Lucy] – Pregunto un poco sorprendida llevándose la mano a la camiseta en la altura que debía de estar el colgante palpándolo.

    – [Ezra]Si. Xander ha dicho que los necesitaba para… algo.-[/Ezra] No quería mentirle, pero seguramente fuera consciente de para que lo íbamos a utilizar. En parte le había pedido el suyo porque estaba más despegada del mundo sobrenatural que el resto. Si se lo pedía a mi padre pondría trabas, nos desaconsejaría hacer lo que había pensando Xander, un destierro a la nada, el vacio.

    Mi madre enarco una ceja consciente de lo que podría pasar de usarlos. –[Lucy] La podéis liar muy gorda.[/Lucy]

    – [Ezra]No creo que funcione lo que tiene en mente, pero quiere intentarlo.-[/Ezra] Al contrario que el resto yo era más partidario de eliminar la amenaza. Tanto la de Veronica como la de la nueva Iniciativa remodelada con un nuevo nombre. Si no hacía nada mi propio futuro podía ser más negro que el antiguo.

    – [Lucy]Tened cuidado.[/Lucy]- Se saco el collar que llevaba colgado. El disco era de varios colores y al trasluz daba la sensación de que se movían entre sí cambiando de posición. Me alzo la mano y me lo tendió en ella.- [Lucy]¿Lo vas a llevar tú?[/Lucy]

    – [Ezra]Si.-[/Ezra] Asentí colocándomelo notando el frio del metal contra mi pecho.

    – [Lucy]¿Echas de menos a tu familia?.-[/Lucy] Se quedo mirándome fijamente aun agarrando mi mano.

    – [Ezra]Vosotros sois mi familia. Quiero decir sois ellos. Es complicado.-[/Ezra] Mi padre paso por el pasillo de la parte de abajo con varios protectores en el cuerpo y cargado de objetos de combate. Se estaba tomando en serio el entrenamiento a Elle.

    – [Lucy]Ed… tu padre… bueno, como sea.-[/Lucy] Se echo a reír por lo bizarro que parecía todo. [Lucy]- La cuestión es que pasó por lo mismo, pero tuvo suerte y se le olvidó.[/Lucy]

    – [Ezra]A pesar de todo siempre ha tenido suerte. Es decir, te conoció a ti después de todo.-[/Ezra] Mi madre era un cumulo de energía en varios sentidos. Era la reencarnación de Kaylee y tenía más energía que cualquiera. Recuerdo la historia de cómo se reencontraron, parecía el cuento de una princesa y su príncipe en tiempos modernos.

    – [Lucy]¿Me estás haciendo la pelota?[/Lucy] – Pregunto echándose a reír.

    – [Ezra]¿Ha funcionado?.-[/Ezra] De poco servía hacerle la pelota cuando ya había conseguido su colgante. Pero podía ganarme de nuevo su confianza como en antaño.

    – [Lucy]Puede ser.-[/Lucy] Sonrió tirándome de una mejilla. Ese gesto por insignificante que sea significaba mucho ya que solía hacerlo cuando era pequeño. Mi madre seguía presente en ella, al igual que mi padre, solo tenía que olvidar de donde vengo, entablar nuevo recuerdos con todos, pero siempre es difícil dejar atrás el pasado.

  • UN MUNDO QUE SALVAR

    XANDER ECHOLLS

    MAÑANA – ESCUELA LEGADO, EDIFICIO CENTRAL

    El tiempo, cuando estás nervioso y preocupado, trascurre mucho más deprisa. Sin apenas poder pararme a pensarlo, el verano había llegado y se estaba marchando ya, mientras mi mente debatía día tras día las amenazas que teníamos ahora encima: Infinity y Omega.

    Supongo que es hablar demasiado bien de mí dejando pensar que mis únicas preocupaciones eran referentes a peligros trascendentales para todos los seres vivos y para mis seres queridos concretamente, así que voy a aclarar que no había sido eso lo único que había rondado mi mente.

    Durante un breve instante, en un lugar sacado del infierno, con todo el mundo en peligro, me había sentido como el héroe que siempre había querido ser, como los Moondies. Todo había parecido resuelto, las cosas con Jane estaban arregladas e iban incluso mejor de lo que jamás habría esperado. Nos habíamos besado y mi corazón albergaba solo esperanza por el futuro que teníamos por delante. Creía que todo, absolutamente todo, podía conseguirse con fuerza de voluntad. Y entonces mis esperanzas se vieron aplastadas delante de mis propias narices por nunca había sido Jane, solo Omega, jugando conmigo.

    No quería hablar de ello con nadie. Mis problemas con Jane habían sido públicos durante mucho tiempo y me avergonzaba confesarle a nadie Omega me había engañado con tanta facilidad porque me había dado lo que quería, el amor de Jane.

    Así que en lugar de hablarlo, me concentré en la preocupación que era común para todos. Usaba la InfiniBand con recelo, pese a las modificaciones que había hecho Henry a todas las nuestras. No había vuelto a conectarme a Endless, en su lugar, si conseguía concentrarme, usaba alguna de las viejas consolas de mi padre. No había vuelto a hablar con Jane desde la mañana siguiente, cuando ya estaba completamente recuperada, de hecho, ni siquiera hablamos en ese momento, solo me miró y desviamos la mirada.

    Mi tiempo, en resumen, se trataba principalmente de mi trabajo en la Escuela Legado, pasar tiempo con mi familia, incluida la nueva miembro a la que todos tratábamos de dar el mayor apoyo, y entrenarme con Owen para estar a la altura de lo que pudiera pasar.

    – [Xander]¿Qué tal está tu hermana?[/Xander] – pregunté, golpeando uno de los muñecos de Wing Chun, que en nuestro gimnasio privado eran de piedra y acero para soportar los golpes. Owen y yo los acolchábamos un poco, mis madres y Elle no lo necesitaban, de hecho, eran la fuente de ingresos de la empresa que los proporcionaba para la Escuela.

    – [Owen]¿La repostera o la malvada?[/Owen]. – trató de quitarle importancia, pero los dos sabíamos que no colaba. Ver a su hermana así, aunque fuese una versión malvada y psicópata, le había afectado profundamente. Yo también habría llevado mal enterarme de que estaba suelta por el mundo una Elle que me había matado. – [Owen]Bien supongo. Ya sabes como es se encierra en si misma.[/Owen] – comentó. Parecía acostumbrado a cómo lidiaba Jane con sus problemas. Se conformaba más que yo, por suerte eso le quitaba frustraciones.

    Asentí, serio. Bowie tenía razón pese a su «corta edad». Me habría gustado arreglarlo con Jane, especialmente ahora que podía necesitar ayuda una vez más para lidiar con la revelación de sus poderes. Pero una barrera invisible me lo impedía. – [Xander]No sé cómo pudo engañarnos.[/Xander] – comenté en voz alta. Cada día lo repasaba en mi cabeza, era exactamente igual.

    – [Owen] Jane siempre ha sido muy buena actriz. Supongo que eso se extiende a cualquiera de sus versiones.[/Owen]. – respondió. Cuando éramos pequeños siempre estaba apuntada a todas las obras que había en el colegio y se le daba bien. No dejaba de dar vueltas a la noche de los recreativos, ya no sabía quién de las dos me había encontrado. En su día me había parecido demasiado «punk» para ser Jane, pero estaba confuso y no quería hacerme ilusiones.

    – [Xander]Ya, pero me engañó la que es una asesina y una psicópata.[/Xander] – y que tenía casi tantos años como nuestros padres y madres. Noah había teorizado que Omega había debido conseguir el poder de un potenciado que no envejeciese o que tuviese regeneración celular. Con los Moondies había huido una chica que tenía regeneración y no volvieron a saber de ella, así que era una opción. Tenía un tablón en su cabaña con otras teorías de los asesinatos de potenciados que había habido en los últimos años, como Magnolia o la madre de Dante, junto a los que sabía que había matado en su futuro por los recuerdos que tenía su padre. Evidentemente, el poder de Owen y el de su padre eran preocupantes, pero el de la Amy de su mundo, que no estábamos seguros de si lo había conseguido o no, era uno de los más peligrosos, junto con la telepatía que había conseguido de la April de su mundo.

    – [Owen]Nos engañó a todos. Y no eres el único que cometió una estupidez por ella.[/Owen] – dijo, dejando el muñeco por un momento.

    Me detuve y le miré. Owen no me había dicho nada hasta ese instante,  pero saltaba a la vista que lo que fuese, le preocupaba. – [Xander]¿Qué hiciste?[/Xander] – pregunté sin juicios.

    – [Owen]Destruir las muestras de sangre.[/Owen] – aclaró, apartando la mirada. – [Owen]No me pareció bien que tuvieran algo con lo que pudieran hacer daño a Jane. Y ahora no podemos detener a su versión Killer Queen.[/Owen] – añadió.

    Volví a golpear el muñeco mientras pensaba. Las muestras habrían venido bien para encontrar la forma de detenerla, porque de una mala Infinity podría encargarse de ella. Golpeé demasiado fuerte el muñeco en una zona no acolchada y me quité el guante para ver si tenía la mano bien. Parecía que solo era el golpe, pero aun así, descansé.

    Owen lo había hecho por un buen motivo y de todas formas, seguro que Infinity habría intentando controlar a Omega o crear un ejército con su poder.

    – [Xander]No podemos dejarla libre otros veinte años.[/Xander] – llevaba mucho tiempo en las sombras. Según la teoría de Noah, recuperándose del viaje o de algo que le hubiesen hecho en la Iniciativa. Los Moondies sabían que estaba aquí porque en un futuro iba a tratar de controlar la utopía de Z después de reemplazar a mi madre, pero no había hecho acto de aparición y aunque ellos seguían alerta, no parecía una amenaza.

    Con Ezra por allí estaban más preocupados, se les notaba. Se habían reunido más veces, pero no tenían ningún atisbo de presencia de Omega por ninguna parte. No podíamos decírselo, era nuestra responsabilidad, nosotros le habíamos dado lo que quería y nosotros teníamos que librarnos de ella antes de que fuera tarde.

    – [Owen]¿Se te ocurre alguna idea?[/Owen] – preguntó. Dejé de divagar y volví a la realidad. Nos hacía falta un plan, algo para poder enfrentarnos a ella pese a que nos superase abismalmente en poder. – [Owen]Porque por muy versión malvada que sea, sigue siendo mi hermana. Y no me siento cómodo si la opción es matarla.[/Owen] – añadió. Le miré. Acababa de darme una idea con eso de no matarla.

    – [Xander]Vamos un momento a la biblioteca.[/Xander] – le dije, quitándome los guantes. Él me siguió y cerré la puerta detrás de nosotros. Esa biblioteca del edificio original de la Escuela era solo para Moondies e hijos. En su día había sido una biblioteca común para los alumnos con libros de demonología y ocultismo, pero ahora tenía su propio edificio con más colecciones y esta se había quedado para libros prohibidos y anotaciones de los propios Moondies, especialmente de mi tío Christopher.

    Empecé a repasar los tomos en busca de uno en concreto. Owen me ayudó, pero sin saber qué buscaba exactamente iba más lento. Tampoco yo recordaba cómo se llamaba, solo sabía que tenía que estar allí.

    Al final lo encontré, el tomo de los «Daë». Tenía como título Axis Mundi en sus tapas de cuero y en el interior recordaba perfectamente las ilustraciones de los Guardianes del tío Daakka. Eso era lo que buscaba. Los Moondies nunca tomaban a la ligera la solución violenta. Mason se devoró a sí mismo en la oscuridad y a Z se recluyó en su isla. Pero no eran ellos los que me habían dado la idea. Pasé las páginas y encontré la ilustración. Un vórtice arrastrando al Soberano a la Nada mientras los demás lloraban la pérdida de la tía Kaylee.

    – [Xander]Esto. Pero no sé cómo, ni si saldrá bien.[/Xander] – le indiqué, señalando la ilustración.

    – [Owen]¿Estás seguro? ¿Y si la cagamos y liberamos a ya sabes quién?[/Owen] – replicó. El sacrificio de la tía Kaylee les había marcado a todos. Incluso veinte años después, seguían recordando el día en el que pasó todo, porque la tía Lucy era ella pero no era ella. Para mi madre y mi tía Diana, Lucy era otra hermana, pero no Kaylee, ella se había perdido para siempre en el Axis Mundi. Por eso muchos no querían nombrar al Soberano, como si fuera nuestro propio Lord Voldemort.

    – [Xander]Según el tío Toph solo va en una dirección.[/Xander] – le expliqué, leyendo por encima las anotaciones. – [Xander]Él se escapó cuando fueron a buscar al tío Ed. Es el único arma que nos dejaron los Daesdi.[/Xander] – tenía dudas. Había muchas cosas que podían salir mal. En su día, los Daesdi habían preparado a los Daë para enfrentarse a ello y a nosotros no. Ellos tenían las piedras, nosotros no. Ellos eran un equipo, nosotros no. Pero aun así, no teníamos más opciones.

    – [Owen]Bueno. Si estas seguro me apunto. Es la única opción que no desemboca en un derramamiento de sangre.[/Owen] – aseguró, asintiendo con la cabeza.

    – [Xander]No sé, no es un gran plan, pero no se me ocurre nada más.[/Xander] – respondí con sinceridad. Tenía más cabos sueltos que atados e implicaba hacer muchas cosas a espaldas de los Moondies y de Nate. Traté de empezar a hilar un poco más las cosas. Nadie querría ayudarnos si presentábamos el plan así. – [Xander]Cuando ellos entraron había un evento cósmico.[/Xander] – pensé en voz alta, al ver la ilustración de la superluna de la cosecha, con su resplandor naranja tiñendo el pico Tantree. Volví a una de las estanterías para comprobar los calendarios de eventos astronómicos.

    Los eventos cósmicos afectaban de muchas formas al mundo sobrenatural, no solo por las lunas llenas de los licántropos. Después de un rato, encontré lo que buscaba, lo más parecido que encontraría ese año. – [Xander]Hay uno en nueve días.[/Xander] – le expliqué. Al menos era algo.

    – [Owen]Me encanta que siempre haya poco tiempo de preparación para estas cosas.[/Owen] – comentó con una sonrisa sarcástica.

    – [Xander]Ni siquiera sé si valdrá.[/Xander] – respondí. – [Xander]Se supone que será una luna de sangre.[/Xander] – le expliqué. No sería una superluna de la cosecha, pero la luna se teñiría de rojo y parece que se vería más grande y más nítida desde nuestra zona del mundo. – [Xander]Y no tenemos piedras como ellos, son discos.[/Xander] – comenté, volviendo al tomo de los Daë donde bocetos de los discos más toscos que debía haber hecho el tío Toph, a juzgar por el hecho de que tenían anotaciones y el nombre de sus dueños.

    – [Owen]Siempre podemos cogerlos «prestados».[/Owen] – propuso, haciendo unas comillas con sus dedos. No era lo más correcto moralmente hablando, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.

    – [Xander]¿Puedes conseguir el de tu padre?[/Xander] – le pregunté.

    – [Owen]¿Bromeas? Se pasa más tiempo sin ropa que con ella. Está tirado.[/Owen] – Owen le quitaba importancia pero seguía afectando bastante en su casa la acalorada reconciliación que estaban teniendo sus padres.

    Esbocé una sonrisa, no podía sonreír más con la preocupación que tenía encima, pero al menos ahora tenía un propósito. – [Xander]Tenemos que convencer al resto para conseguirlos.[/Xander] – dice.

    – [Owen]Te dejo eso a ti. Tu eres el de la labia.[/Owen] – respondió. Por un momento pensé que lo decía bromeando.

    – [Xander]Sí, como me ha ido tan bien…[/Xander] – le respondí.

    Volvimos a dejar los libros en su sitio para no despertar sospechas en los Moondies y terminamos el entrenamiento. Tenía muchas personas con las que hablar para reunir un grupo suficiente como para pasar las Pruebas. Como mínimo, necesitábamos todos los discos y una persona que lo llevase.

    Había algunos con los que contaba con más facilidad: Amy probablemente dijera que sí, y así tendríamos el del tío Christopher o la tía Diana; de Kaylee no estaba seguro, pero Amy podía coger ambos y otro usaría el que sobrase; Elle seguramente estuviese conmigo, entre los dos teníamos los de nuestros padres; Idris iría donde fuese Elle y podía conseguir dos discos, uno para él y otro para alguien más; Noah tenía acceso a los de sus padres incluso si Leo no quería venir; con Ezra no había hablado demasiado en este tiempo, era un tipo silente, no hablaba mucho de cómo se sentía y me costaba llegar a él, no sabía si nos ayudaría o no, pero de hacerlo, tenía acceso a otros dos discos; y eso nos dejaba con el de Logan, el de Bill, el de Aphrodite y el de Hiroshi, que no tenía ni idea de cómo conseguir.

    Con la primera con la que hablé esa mañana fue con Elle, que me apoyó. Tenía suerte de tenerla como hermana, era un auténtico regalo que ahora también compartía Bowie. Idris estaba con ella así que tuve también mi respuesta e incluso iba a intentar conseguir el de Bill además de los de sus padres, porque sabía que Mike no querría tener nada que ver.

    Después de hablar con ellas y comer algo mientras revisaba el plan, fui a casa de mis tíos a ver a Amy y a Kaylee. Ellos por suerte no estaban, pero Amy sí.

    – [Amy]Hueles a ese[/Amy].- replicó arrugando la nariz, apoyada en el marco de la puerta.

    – [Xander]Algún día tendrás que enfrentarte a ello.[/Xander] – respondí sin acritud, los dos sabíamos hablar entre nosotros sin tomárnoslo a mal. Se hizo a un lado y pasé. – [Xander]Pero vengo a hablarte de otra cosa.[/Xander] – empecé a explicarle, dudando de si ya lo habría visto o no.

    – [Amy]Pues dilo[/Amy].- me animó. Llevaba una ropa sencilla de estar en casa, pero seguía siendo tan magnética como siempre. Llenaba la habitación.

    – [Xander]Quiero abrir la puerta al Axis Mundi para expulsar a Omega igual que al Soberano.[/Xander] – resumí, intentando parecer seguro de mí mismo.

    – [Amy]Si tú vas, yo voy contigo.[/Amy]- ella también sintetizó. Con Amy las cosas eran bastante fáciles, era directa, sin complicaciones.

    – [Xander]Va a ser peligroso. Voy a intentar hablar con todos porque necesitaremos los discos.[/Xander] – expliqué, pese a saber que la respuesta sería la misma.

    – [Amy]Jane va a decir que no[/Amy].- me miró fijamente, así que sí sabía ya algo del plan. Me esperaba lo de Jane.

    – [Xander]Le he pedido a Owen que hablase con ella. De todas formas en su casa solo hay un disco.[/Xander] – respondí, casi para mí mismo más que para ella.

    Amy se quedó en silencio, mencionar a Owen no era la mejor forma de sacarle las palabras desde que tuvo la visión. Conocía bien a mi prima y sabía que le estaba sobreprotegiendo, al igual que a sí misma, pero de momento no podía hacer nada por evitarlo.

    – [Xander]¿Está tu hermana?[/Xander] – le pregunté. Sabía que me refería a Kaylee, Vera era demasiado pequeña como para meterla en ese lío.

    Ella asintió, mientras se ponía la chaqueta para salir.- [Amy]Está en su habitación[/Amy]. – dijo, cogiendo las llaves.

    Asentí. – [Xander]Luego hablamos. Tienes que conseguir un disco y si Kay no quiere, dos.[/Xander] – le aclaré. En su caso no sería difícil, el tío Toph y la tía Diana no los escondían demasiado, igual que mi padre y mi madre.

    Amy me guiñó un ojo y se fue, seguramente porque tenía turno. Subí las escaleras y llegué a la puerta que tenía un cartel de madera donde se leía ‘Kaylee’. Llamé a la puerta y me dijo que pasase. Cuando la abrí vi que tenía varios libros desperdigados por la cama. Las clases aún no habían empezado y lo que vi en uno de los libros antes de que lo cerrase me dejó claro que estaba volviendo a la magia.

    – [Xander]Hola, Kay. ¿Molesto?[/Xander] – le pregunté.

    – [Kaylee]No, pasa.[/Kaylee]- respondió. Se quitó las gafas y se rascó los ojos, cansada. Sabiendo como era en los estudios, debía estar tomándose esto también muy en serio.

    – [Xander]¿Cansada?[/Xander] – le pregunté, sentándome en la silla del escritorio. Me pregunté si seguiría usando Endless como antes o ahora tendría recelos como algunos de los demás.

    – [Kaylee]Sobreviviré.[/Kaylee]- replicó, tratando de sonreír.

    – [Xander]Tengo que hablarte de algo…relacionado con aquella noche.[/Xander] – le expliqué. No sabía cómo decirlo, porque no quería añadir más preocupaciones a las que ella ya tenía encima.

    – [Kaylee]¿Qué mierda te ha dicho Leo? [/Kaylee]- preguntó, visiblemente nerviosa. Le temblaban las piernas cuando se levantó la cama a pasear por la habitación.

    La miré, probablemente con los ojos como platos. – [Xander]¿¿¿Leo y tú???[/Xander] – pregunté. No conseguía creérmelo, tenía que ser que había entendido algo mal. Kaylee había sido la que le había convencido de ir, pero…no podía ser. Si se odiaban.

    – [Kaylee]No, no, no, no.[/Kaylee]- negó con la cabeza y casi solté un suspiro. No sé cómo había podido pensar en que Leo y ella hubiesen tenido algo, era una locura.- [Kaylee]Bueno, sí.[/Kaylee] – corrigió después. No tuve la más remota idea de qué decir.

    – [Xander]¿Quieres…hablar de ello?[/Xander] – se me estaba yendo el motivo por el que había ido allí, pero era más importante ayudar primero a mi prima.

    – [Kaylee]No.[/Kaylee]- respondió ella, aún nerviosa. Decidí dejar el tema como un tabú hasta que ella quisiera.

    Asentí para dejárselo ver y volví al tema principal. – [Xander]He venido a hablarte del rescate. De Omega.[/Xander] – aclaré.

    – [Kaylee]Ahora mismo no os puedo ayudar.[/Kaylee] – respondió. Fue tan rápida su respuesta que supe que sus problemas personales estaban aún bloqueándola. Ella había montado el rescate y convencido a todo tipo de gente cercana para ayudarnos. No era por desmerecer a Dante, pero no tenía el don de gentes necesario como para reclutar a alguien que no fuera Cole y al recién descubierto hijo de Logan, Niall, el amigo de Noah. Él mismo lo había admitido, Kaylee había convencido a Lexie, a Leo, a Mike y había recurrido a Nate y Jane. Ella nos había protegido en el peor momento con su magia. Pero al parecer aún se veía poca cosa.

    – [Xander]Si no quieres, lo entiendo. Amy puede coger los discos de tus padres.[/Xander] – respondí. Para alguien tan inteligente como Kaylee la mención a los discos bastaba para dejar claro mi plan.

    – [Kaylee]Lo veo justo.[/Kaylee]- respondió casi automáticamente. Estaba muy tensa, pero no era solo por lo que había ido a decirle. No sabía que decir así que empecé a darme la vuelta, pensando cómo despedirme después de esa jarra de agua fría. – [Kaylee]No deberíais ir.[/Kaylee]- dijo, sin mirarme fijamente.

    – [Xander]No hay otra forma. Ya la viste.[/Xander] – le respondí. Omega tenía más poder del que ninguno de nosotros tenía, ni siquiera los Moondies. Temía perderles después de todo lo que habían luchado. – [Xander]Será mejor que vaya a hablar con los demás.[/Xander] – añadí, despidiéndome. No quería presionarla. Sabía que era capaz, pero no podía obligarla.

    – [Kaylee]Siento no estar a la altura.[/Kaylee]- replicó apenada, girándose para volver a sus estudios.

    – [Xander]Nos salvaste la vida.[/Xander] – le respondí, con una chispa de esperanza, pero ella ni se inmutó, así que salí de su cuarto.

    Casi me tropecé con Vera cuando cerraba la puerta.

    – [Xander]Hola, Vera.[/Xander] -la saludé. Estaba muy cerca, así que empecé a preguntarme si había escuchado nuestra conversación. Ella y el tío Toph estaban muy unidos y tenía miedo de que se lo pudiera contar.

    – [Vera]Uy, hola.[/Vera]- saludó ella, sonriente. Miró su móvil, en el que tenía abierto el InfiniChat. Seguramente no se hubiese enterado de nada, solo iba despistada mirando la pantalla.

    – [Xander]¿Qué tal?[/Xander] – le pregunté.

    – [Vera]Bien.[/Vera]-  dijo con una amplia sonrisa .- [Vera] ¿Y tú?[/Vera] – preguntó.

    Disimulé lo mejor que pude, no me gustaba mucho mentir, siempre me dejaba una sensación desagradable en el estómago. – [Xander]Bien bien. Hoy tengo un poco de prisa, a ver si el próximo día vengo con más tiempo y pasamos un rato juntos.[/Xander] – me despedí demasiado rápido.

    – [Vera]Estoy deseando pasar tiempo con vosotros.[/Vera]- se despidió ella, sonriendo. Hacía tiempo que no pasaba mucho rato con la pobre Vera y me dio pena, pero cuando todo estuviese arreglado las cosas serían más fáciles.

    Pero por el momento aún había muchos planes que hacer y un mundo que salvar. Y aun así, no conseguía quitarme una cosa de la cabeza. ¿¿¿Kaylee y Leo???

  • JAJAJAJA

    Bowie – Casa de lxs Echolls

    Mañana

    Hacía dos meses desde que había salido de ‘Infinity’ y la vida con mi familia era guay. Tenía dos madres, un padre, un hermano y una hermana. ¿Qué hay más guay que eso? Supongo que dos madres, dos padres, dos hermanos y dos hermanas. Vaya, eso sería extra guay. Bueno, a lo que iba. Poco a poco me estaba acostumbrando a la vida de las personas y, aunque oficialmente no existía, porque la burocracia es más lenta que Xena cuando intentas echarla de la cocina, me gustaba pasarme la mayor parte del día en casa entre realities japoneses y discos viejos.

    Si se me diera bien mentir, no hablaría de Creador Henry en este párrafo, pero le echaba un poco de menos. Sabía que estaba bien, porque la gente cuando está mal acaba saliendo en el telediario. Además, estaba refugiado en La Escuela Legado, pero no podía venir a verme porque me ponía en peligro. Estaba vetado en todas partes, incluso en Infinicoffee. ¿Cómo iba a estar seguro de que estábamos cerca de Halloween o de Navidad si no podía tomarse un pumpkin latte o un gingerbread? Al menos, esperaba que su AMIGA Laura estuviese con él.

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  • EL GUARDIÁN

    NATHANIEL ROGERS

    APARTAMENTO EN LA ESCUELA LEGADO – MADRUGADA

    Me desperté sobresaltado. Por suerte vivía solo y mis gritos no habían despertado a nadie. Miré el reloj y vi que el sol estaría a punto de salir. Era demasiado tarde para volver a acostarme, así que me levanté e hice la cama antes de ir a prepararme el desayuno.

    Hacía ya dos meses desde aquella fatídica noche en la que todo salió mejor de lo que cualquiera habría pensado. Desde entonces mi sueño no era el mismo. Mis habilidades me ponían en sincronía con las emociones de los demás y aquel rescate lleno de caos, miedo y dolor me había desestabilizado hasta el momento. Cierto era que había remitido ligeramente, pero las pesadillas seguían.

    Había visto morir a todos y cada uno de ellos y había revivido cada uno de los sufrimientos reales que habían padecido. Normalmente lidiaba bien con las emociones ajenas, pero estaba demasiado vinculado a los hijos de los Moondies y también me afectaba el hecho de mentir a sus familias.

    La historia oficial era que habían acudido todos al rescate de Henry, que había planeado huir de la sede de Infinity llevándose con él a Ezra y la nueva hija de Sarah y Sasha. Me había visto forzado a cumplir la promesa de no contar a ninguno de los Moondies que parte de ellos habían entrado directamente a Infinity, pero lo demás era imposible que no lo supieran por las dos personas que acababan de entrar en sus vidas y por las noticias del ‘sabotaje y robo’ en Infinity a manos de un exempleado. La foto de empresa de Henry salió en los telediarios durante un par de semanas y se había convertido en un fugitivo de la justicia. A fin de cuentas, Infinity era parte del Gobierno.

    De los demás no habían hecho mención por el momento y eso no significaba nada bueno. Solo hacía pensar que estaban esperando el momento ideal para experimentar con cualquiera de nosotros. Viendo el poder que tenía su defensa privada, temía que llegase el momento.

    Cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de que me estaba atormentando mentir a las personas que me habían dado un hogar y un propósito, pero no sabía cómo hacerlo sin traicionar al resto. Sarah, Daniel y Sasha no volverían a coger unas vacaciones si supieran lo que había pasado, y las merecían, igual que el resto. Además, los niños estaban pasando un mal momento generalizado por lo que habían visto hacer a Omega, especialmente Xander, Owen y la propia Jane.

    Así que viendo que sus familias no sabían nada de aquella noche ni de Omega, había decidido que tampoco podía volver a repetirse una locura como esa, así que empecé a vigilarles de cerca. Las cosas habían cambiado bastante desde aquél día:

    • Sarah, Daniel y Sasha habían vuelto de vacaciones para encontrarse una hija más
    • Edward había encontrado finalmente a su hijo, así que la maldición que había caído sobre él había desaparecido en teoría
    • Elle había empezado a entrenarse con Edward como Mentor, después de que Christopher decidiera delegar en él porque aún seguía siendo el Mentor de Sarah y Sasha
    • Cole había decidido no volver a Japón por el momento, por algo que Dante y él habían descubierto sobre el asesinato de su madre, un camino que me resultaba muy preocupante
    • Jane por suerte no había tenido secuelas físicas del ataque pero ahora todo el mundo sabía qué era lo que le había pasado toda la vida, cuál era su poder y de lo que era capaz y nadie estaba más aterrada que ella.
    • Xander había empezado a entrenarse más a menudo, ahora acompañado muchas veces por Owen. No había vuelto a hablar con Jane desde aquél día.
    • Noah volvía a llevarse bien con Lexie desde que ella se sumó al rescate y había seguido saliendo con esa muchacha de Louna, Allie. Parecía feliz pero mi poder me permitía sentir que lo que había pasado le había dejado marcado y seguiría preocupado durante un tiempo.
    • Kaylee había mejorado. Se había marcado el propósito de mejorar en la magia y había empezado a practicar, a veces con la ayuda de Sophie, la hija de Aphrodite que seguía instalada temporalmente durante el verano en casa de las MacLeod hasta conseguir un hueco en la residencia a principios de curso.
    • Idris seguía preparando los exámenes de la academia y no le había perdido la pista porque seguía pasando gran parte de su tiempo con Elle.
    • A Michael lo veía a diario porque mientras presentaba un trabajo de fin de carrera y se preparaba para sus años como interno, había ocupado el puesto de su madre en la Escuela Legado, aunque ella visitaba a menudo para comprobar que todo fuera bien. Estaba inmerso en los estudios de la ‘Biología del poder’ como él llamaba a investigar cómo funcionaban los poderes, especialmente el de Jane.
    • Henry visitaba de vez en cuando la Escuela. Los Moondies, conscientes de quién era y la realidad de lo que había pasado, le habían ofrecido refugio. A veces venía con él una muchacha de la isla llamada Laura, que había empezado desde entonces a salir a veces con Jane y Elle.
    • Amy seguía estando por allí a menudo, ayudando a Xander excepto cuando Owen estaba por allí. No sabía por qué le evitaba, pero parecía volver a estar algo preocupada de manera habitual, aunque por suerte ya no se aislaba.

    Pero incluso a mí, cuidando de todos y sintiendo lo que sentían, se me escapaban algunas cosas. En este caso lo que se me escapó y no sabría hasta que ya fuese tarde era que Vera y Elliot habían llegado a enterarse de lo que había pasado, y ahora ella, sintiéndose desplazada, buscaría la primera oportunidad que encontrase para demostrarles que era una New Moondie más.

    No me imaginaba que quedase tan poco para esa oportunidad y que durante mucho tiempo fuese a estar lejos del que siempre sería mi hogar.