January Allard | Subterraneo 3
No sé cuánto estuve bajo el agua. No mucho, creo, pero resulta difícil de decir, como resultaba difícil de decir cuánto tiempo había estado en aquella celda antes de despertarme del todo. Tenía vagos recuerdos, como si me hubiera ido despertando varias veces de un sueño profundo, pero antes de lograr despejarme unas manos invisibles me hubieran arrastrado de nuevo al fondo. Era extraño y pequeños ‘flashes’ de imágenes difusas se confundían en mi mente una y otra vez. [i]No vale la pena, Jan, no ahora[/i]. No, no valía la pena, porque no iba a ayudarme a salir de allí. Ni a mí ni a los demás, fueran quienes fuesen.
Así que sólo dejé la mente en blanco, hasta que dejé de tener ganas de llorar y poco a poco el miedo fue convirtiéndose en otra cosa que no era capaz de distinguir muy bien. Desafío, quizás. Una parte de mí quería que aquel cerdo que había hablado de abominaciones y de proteger a la raza humana apareciese en mi celda para poder lanzarme sobre él. No es que fuera a hacerle mucho daño, pero al menos toda la rabia que se acumulaba dentro de mí, que se agitaba impotente en mis venas, podría emplearla en reconstruirle la cara a base de arañazos y mordiscos a ese hijo de…