[SIZE=2][align=center][b]Illya Novak | Biblioteca[/b]
[i]Bum, bum, bum…[/i]
Intentaba apartar de mi mente el sonido de los corazones, pero me era imposible. Todos y cada uno de los que se encontraban allí tenían un corazón que latía bombeando sangre hasta todos los puntos de su cuerpo. Sangre caliente, apetecible y que en ese momento, me moría por probar.
El corazón de la Cazadora era fuerte y enérgico, como una apisonadora [i]Bum. Bum. Bum[/i]. En cambio, el de su chico iba a toda velocidad
[i]Bumbumbumbumbum[/i], como un coche que funciona permanentemente con la quinta marcha puesta. Luego estaba el del tipo moreno y alto que parecía sobresaltado por algo y cuya vena de la yugular parecía que iba a estallar de un momento a otro. Por no hablar del otro moreno y su corazón gigante, de la rubia y sus 140 pulsaciones por minuto o del chico más tímido que gracias al incesante movimiento de su pierna estaba desbocado. En cambio, el de la novia de McLeod parecía algo irregular, como si estuviese en medio de una crisis de ansiedad.