[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Sarah Echolls | Casa de las Echolls, Nave
[color=orange]Tarde[/SIZE][/color][/b][/font]
[SIZE=2]Cuando apagué Skype después de hablar con Kaylee, que últimamente tampoco parecía ella misma, di un par de vueltas en la silla giratoria de la habitación en la que ahora dormía Ed. Habíamos estado hablando de cosas sin importancia: el último libro de literatura juvenil casposa que habíamos leído (ella porque le había obligado, yo porque quería leer algo que me hiciese sentir mejor), la ropa que nunca nos compraríamos y el hecho de que la gente oliese a sudor rancio los lunes por la mañana. Con Kaylee siempre era así, no había dramas, ni naturales ni sobrenaturales. A lo mejor era eso lo que a Ed le gustaba de ella, que pese a todo, era una chica normal. Había conseguido apartarse de este mundo y no tenía que preocuparse de ser la Elegida ni una Campeona de los Grandes Poderes. Tenía un trabajo de mierda, sí, pero era el que ella había elegido. El destino del mundo no dependía de que ninguna de sus decisiones y aunque era una bruja, tenía la suficiente fuerza de voluntad como para resistirse a la magia.