[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana Echolls| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba del Fuego
[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

[SIZE=3]Kaylee se estaba muriendo. No estaba enferma, ni había sufrido un accidente, ni siquiera era una anciana, simplemente se moría porque Los Grandes Poderes la habían creado con ese propósito y eso era lo más duro.
La muerte nunca es agradable y siempre te pilla desprevenida, haciendo que te sientas como si te hubieran arrancado un pedazo de tu alma, un pedazo que se lleva la persona que se marcha, pero esto era mucho peor, porque su vida carecía de sentido. Se llamaba Kaylee y era mi hermana, pero podría haber sido Cara, Ed e incluso Sarah, porque su apariencia era lo de menos. Los Grandes Poderes la habían creado con un propósito, como si fuese un cerdo al que se alimenta para después sacrificarlo.
Siendo sincera, nunca me había gustado Kaylee. Primero, porque en la vida de Siobhan se llamaba Megan y nos odiaba, parecía como si hubiera venido este mundo a fastidiarnos a Sarah y a mí y segundo, porque en esta versión tenía un enorme palo en el culo. Prefería a Kaylee antes que a su versión dentuda, pero no encajábamos del todo, quizás porque era más [s]aburrida[/s] seria, y cerebral que yo. Éramos muy diferentes, pero no diferentes del tipo que encajan bien, sino diferentes del estilo que se ignoran para que no estalle una Guerra Mundial.
Aún así, que solo fuese un peón en la batalla contra el Doctor me dolía tanto que ni siquiera sabía cómo expresarlo. Cada vez me costaba más recordar a Siobhan y a la rubia. Era como si la vida siempre hubiera sido así, como si Ed nunca hubiese venido de otra realidad en la que todos estábamos muertos y como si a mí no me hubieran ofrecido cambiar para no morir de Cáncer. Si me paraba a pensarlo, tenía sentido haber crecido junto a los tres, con Ed queriendo jugar a los Playmobil y nosotras obligándole a ser el padre de nuestros muñecos, porque para eso era el único niño. Tenían más sentido los veranos en Merelia en los que estábamos los cuatro que cualquier retazo que pudiera recibir de Siobhan o de la rubia. La vida estaba bien así, con Ed dando un poco de grima por haberse enamorado de una de sus mejores amigas con las que había pasado la mayor parte de su infancia y adolescencia, pero ahora nos lo querían arrebatar todo y no era justo.
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