Categoría: 3×04 – Seeds
El padre de Ed no había dicho su última palabra, y con ella ha hecho que Lucy cayese en un profundo estado de inconsciencia al haberle devuelto de golpe todos sus recuerdos.
Bill, Vincent, Karen y Mara ayudan a Edward a encontrar a alguien que pueda ayudarla, y consiguen dar con una demonio que puede sacar sus recuerdos, pero mientras realiza el hechizo, algo va mal y todos terminan afectados por él, recibiendo visiones de la gente cerca y del resto de Campeones.
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BANDERA BLANCA
“Reúnete conmigo en mi despacho. Gracias. Z“Después de leerlo, me quedé unos cuantos minutos mirando a la pantalla sin decir nada. Estaba tan enfadada que temía empezar a levitar de un momento a otro. Mia, que me miraba sin entender nada, se acercó a mí y me pasó una mano por el pelo.- [Wing]Si te llamo yo, volverá a vibrar[/Wing].- asintió con la cabeza dos veces seguidas para darle énfasis y solté una carcajada.– [Sarah]No estoy enfadada por eso[/Sarah].- susurré y me despedí con la mano de Russell, que salió de la habitación caminando más despacio de lo normal para enterarse de todo.- [Sarah]Russ, vete de una vez o esta tarde meriendas cojín[/Sarah].- le amenacé. Rebecca fue hasta la puerta y cerré, para luego volver a abrirla y asegurarse de que se había ido. -
EL ROLLO A LO MARTIN LUTHER KING
Sarah | Palacio de Z
TARDE
– ¿Sabes que eso le pasa mucho a las embarazadas?– explicó Mia con su inconfundible vocecita y le lancé un cojín a la cabeza, que ella esquivó con un movimiento grácil y acabó estampado contra la montaña de vestidos.
– [Sarah]¿Y se puede saber cómo voy a quedarme embarazada?[/Sarah]- enarqué una ceja y me incorporé en la cama apoyándome con los codos. Todavía sentía una ligera sensación de irrealidad, pero se iría pasando. Russell, Rebecca, Vine y ella me dejaron espacio para que me fuese acostumbrando a estar alejada de esos recuerdos sobre el pasado de mi amiga, sobre los que procuraba pensar lo menos posible.
– [Wing]Bueno, todo el mundo sabe que Rogue y tú…[/Wing]- metió y sacó un dedo del círculo que había formado con sus manos. Si había un contexto en el que eso fuera correcto, era éste, pero eso no quitaba que tuviera que pasarme la mano por la cara un par de veces para aguantarme la risa. Miré a Rebecca, cuyas mejillas se habían teñido de rojo por la rabia y a Russell, que ahora parecía especialmente interesado en la conversación.
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UNA HABITACIÓN LLENA DE LUZ
Lucy | Apartamento de Vincent
TARDE
Tenía ganas de despertarme, pero no era capaz de abrir los ojos. Era plenamente consciente de lo que pasaba a mi alrededor: sabía que llevaba un tiempo sobre la cama de Vincent, que me habían sondado (y cómo dolía), que una vía me atravesaba la muñeca para que no me muriese deshidratada (dolía aún más) y, que cuando todos se iban, Ed se quedaba a mi lado. Escuchaba los comentarios subidos de tono de Karen, la mala leche de Bill, lo conciliador que resultaba Vincent, lo pesada que era Keli y que Ed pocas veces comentaba algo, porque estaba preocupado, pero Mara estaba haciendo bien su trabajo. Sus caras aparecían en mi mente como si los conociera, excepto la de Karen, que no me sonaba de nada. Eso era en los escasos momentos de paz en los que recuperaba la consciencia, porque el resto del tiempo estaba sumergida en recuerdos que parecían sueños al principio, pero que luego fueron calándome hondo, hasta que me quité la venda.
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UNA TARDE CON RUSSELL
Russell «Carbon Copy» Haynes |
PALACIO KVINNEBY
TARDE
Era en momentos como este cuando Russell agradecía no tener un gran poder y pertenecer a la alta sociedad de los grupos. Por suerte no era más que el peón blanco, y los peones no tenían porque reinarse, eran los Reyes y Reinas a los que Z había, digamos casi obligado, ha reunirse entre ellos para crear cierta sensación de unidad entre todos. La realidad era otra, a pesar de que todos anhelaban lo mismo los dardos envenenados volaban entre ellos y si las palabras mataran más de uno estaría ya en el otro barrio.
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UN VIGILANTE VIGILANDO
Christopher MacLeod | Universidad de Moondale
TARDE
Después de que Diana colgase el teléfono para ir al baño urgentemente y echarse una merecida siesta, me quedé unos minutos procesando todo lo que acababa de contarme. Quizá parezca una tontería, pero saber que tu ‘suegra’ (una palabra bastante desafortunada porque parecía más un término peyorativo que una relación familiar) tuvo una juventud un poco rebelde jugueteando con la magia y que tuvo un ‘affair’ con el padrino de Diana, que podría ser el padre de Kaylee en lugar de Robert Echolls, terminando todo en una tragedia de proporciones épicas, le añadía mucha sabiduría a Elizabeth cuando aconsejaba a Diana en contra del abuso de la magia, pero también resultaba…raro.
Es decir, la mente humana es increíblemente simplista a veces, todos somos conscientes de que gente a la que conocemos existía antes de que la conociésemos, pero cuesta trabajo imaginárselos, especialmente distintos a como son ahora mismo.
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MANTENER EL EQUILIBRIO
Daniel Arkkan | Bosque cerca del palacio, Cirth
TARDE
Pese al miedo inicial a encontrarme con cualquiera de ellos, a su rechazo, el encuentro con Dominic resultó más bien un alivio, o al menos en parte, como suelen decir, «Dios no da con las dos manos».
Por una parte había podido aliviar mis preocupaciones respecto a lo que planeaban hacerle a Sarah, porque sabía que Dom se lo contaría a los demás y harían todo lo posible por evitarlo, podrían avisarla incluso a ella.
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NUESTROS RECUERDOS, NUESTROS MAYORES MIEDOS
Dominic Williams| Cirth
MEDIODÍA
Tras la marcha de Rebecca procuraba mantenerme ocupado e intentaba estar lo menos posible en un apartamento vacío, por lo que únicamente pasaba por allí para dormir, o intentarlo. Pasaba largas horas tumbado en la cama a oscuras preocupado, hasta que el cansancio me dejaba descansar un par de horas. Pero aquella mañana fue diferente, no fue la luz del sol molestándome en la cara lo que me despertó, fue el traqueteo de la ventana y la densa bruma púrpura que entró por las rendijas hasta entrar en mi cuerpo.