Moondale

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  • LA MÚSICA AMANSA A LAS FIERAS

    Kaylee – Cabaña

    Noche

    Era tarde. Tan tarde, que esperaba que Leo no llevase durmiendo un par de horas. Lo único que tenía a mi favor para no pensar eso, era que Leo seguía siendo una estrella del pop y esperaba que se comportase como tal.

    Cuando Dante me dejó en las inmediaciones de las cabañas, me sentí ridícula. Noah me había dejado en Escocia para que empezase a recuperarme y, en lugar de eso, tenía que salvarle el culo por haber jugado la carta del héroe.

    Tomé aire. Me centré, disfruté del fresquito de la noche y recordé que había decidido venir, que no estaba enferma y que la ansiedad no me daba permiso para comportarme como una gilipollas. Abrí la verja y avancé por el jardín. Vi a Daakka y a Cara dormir delante de la tele y la cabaña de Noah con todo apagado. Después, llegué a la de Leo.

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  • CAMBIOS Y RETORNOS

    Mike Solo-Novak

    Casa de los Williams – Noche

    Volver a Moondale después de estar unos años lejos de todo estaba resultando más fácil de lo que había creído posible. Habían cambiado muchas cosas en mí desde que dejé Louna para irme a estudiar mi vocación y desde luego, no había vuelto exactamente como había pretendido.

    Sí, mi tiempo en la Universidad había ido sobre ruedas al principio, al menos como se suponía que debía irme. Llevaba mis asignaturas al día, pero no dejaba de lado la vida social universitaria, conocí mucha gente nueva, intimé con bastantes personas y tuve alguna que otra pareja.

    Era un poco frustrante estudiar algo a sabiendas de que no cuenta con la fisiología de una gran variedad de seres, por el mero hecho de desconocerlos, pero como ya iba sabiendo eso, me centré en aprender en base a los seres humanos para después poder aplicar y combinar esos conocimientos para curar a todo tipo de personas.

    Todo siguió bien durante un tiempo, hasta que hacía poco más de unos meses me había visto arrastrado a algo que cambió parte de mis planes. De la noche a la mañana ya no era un humano con vocación por ayudar a los sobrenaturales aprendiendo sobre su biología, era uno de ellos.

    Mi condición trastocó bastante mi vida al principio. Me afectaba por las noches, mi mejor momento para el estudio. Así que durante unas horribles semanas, mis notas tuvieron un bache. Por suerte la mayoría de mis profesores me ofrecieron una oportunidad que no desaproveché. Mi vida había dado un giro y mi nueva condición no era algo que pudiese elegir, así que tuve que decidir entre la vida social y los estudios, y lo tuve claro.

    El día a día para mí se convirtió en asistir a clases, realizar las comidas diarias, estudiar por las tardes y estudiar formas para mantener a raya mi condición. Probé técnicas de todo tipo: medicaciones, infusiones, acupresión…al final, lo que dio resultado fue lo más simple, seguir el consejo de mi madre.

    No sabíamos muy bien como, pero en su día ella había conseguido mantener el control como vampiresa y también había controlado su licantropía. Había algo en ella que era diferente, y yo había heredado ese algo. Después de unas semanas, conseguía transformarme y ser consciente y racional.

    No me atribuyáis más mérito de lo que había. No era un Alexander Fenris o una Mara Novak. Por el momento me controlaba y evitaba salir salvaje por los alrededores y eso gracias a la genética, no a ningún trabajo duro que pudiera atribuirme.

    Mi hermano, mi madre y mi padre siempre estaban ahí para ayudarme. Nadie más sabía mi secreto, ni siquiera Dante. Creo que mi madre estuvo bastante preocupada al principio, igual que mi padre. Drizz siempre intentó quitarle importancia diciendo que era una pena que no fuese una pantera para hacer la gracia completa en lugar de…lo que era.

    Supongo que estoy siendo demasiado misterioso, pero tengo miedo a escribirlo y que pueda llegar a manos de algún estudiante. Aun así, necesito escribirlo en detalle y no es que nada del resto de mi diario le fuera a hacer pensar que esto cuerdo, hablando y teorizando sobre seres sobrenaturales.

    Lo que me atacó aquella noche después de una fiesta no fue un licántropo, fue un Irbis, un leopardo de las nieves. Al principio pensé que era simplemente un animal salvaje de los bosques cercanos a la ciudad, pero luego vino la fiebre y la primera transformación. No diré que la primera fue dolorosa, porque absolutamente todas lo eran.

    Después de todos esos meses tan inmerso en mis estudios y mi condición, controlando cada sentimiento, cada emoción, era abrumador llegar a aquella fiesta, pero por el momento, todo había ido bien y resultaba agradable volver a ver a los New Moondies.

    Mientras los demás bailaban, decidí atracar un poco la carne que había dejado Owen en la mesa. Su olor había atraído mi olfato agudizado desde hacía un buen rato. Cogí un par de trozos de carne que no estaban muy hechos y un poco de ensalada de patata. Siempre me había gustado bastante la comida sana, pero en casa no habíamos abandonado del todo la carne, simplemente se comía de una forma casual. Cuando lo hacíamos, a mí me gustaba bastante hecha, pero desde la transformación mi paladar le había cogido el gusto a que estuviera poco hecha.

    En ese momento, vi a una chica muy guapa acercarse hacia donde estaba. Le devolví una sonrisa cordial.

    – [Sophie]Hola mi niño, ¿eres Owen?[/Sophie]- me preguntó. No pude evitar sonreír, especialmente para mí mismo, no quería que me tomase por alguien que se reía de alguien que estaba perdida claramente.

    – [Mike]No, soy Michael.[/Mike] – respondí, tendiéndole la mano. Ella se acercó para darme un par de besos y su colorida melena me hizo cosquillas en el cuello. Su olor me recordó al verano. -[Mike]Owen es el de la barbacoa.[/Mike] – expliqué, señalándole. En ese momento estaba intentando reconducir la fiesta después de que sus padres salieran volando en pelotas como en una versión porno de Peter Pan.

    – [Sophie]Ay, gracias[/Sophie].- replicó, colocándose un mechón detrás de la oreja. Tenía un deje de las islas Loverd, pero no me pareció apropiado preguntarle. En lugar de eso asentí para dejar claro que no tenía que darlas y ella fue hasta Owen para entregarle un par de paquetes. JJ no estaba a la vista en ese momento, no debía haber llevado muy bien lo de sus padres. La última vez que la había visto había sido hablando con esa muchacha y su trajeado acompañante.

    Owen asentía y sonreía a la muchacha, dirigiendo de paso alguna mirada a su llamativo físico. Después de un rato, la chica volvió hacia la mesa donde estaba toda la comida y la bebida y se quedó delante de las botellas, como si nada le sonase en absoluto.

    – [Mike]¿Puedo ayudarte con algo?[/Mike] – le pregunté. – [Mike]Te veo un poco perdida.[/Mike] – aclaré. Quizá tenía que haber omitido eso último, pero la costumbre de vivir toda la vida con mi padre no se quitaba con unos cuantos años de universidad.

    – [Sophie]¿Esencia de unicornio?[/Sophie]- preguntó agitando una botella de vivos colores.

    – [Mike]Eso creo que es cosa de Dante. Ginebra rosa con refrescos de colores.[/Mike] – le expliqué. Dante siempre había tenido un pequeño toc con lo que bebía: evitaba la cerveza, que es lo que solía beber su padre, y se tomaba siempre al menos una ginebra rosa, como su madre.

    – [Sophie]En casa es todo más fácil[/Sophie].- suspiró, buscando qué beber, después de volver a dejar la botella en su sitio.

    – [Mike]¿Loverd?[/Mike] – pregunté, pensé que al mencionar su casa ya no estaría mal preguntarle si era de las islas. Había ido unas cuantas veces con mis padres y mi hermano cuando éramos más pequeños. Recuerdo que a mis padres les encantaba relajarse en sus playas de arena negra.

    – [Sophie]Casi[/Sophie].-respondió ella, arrugando la nariz de una forma adorable. El felino que había en mí olió su perfume a fresas de gominola.

    – [Mike]No se me da bien lo de adivinar.[/Mike] – reconocí. La intuición me la reservaba para cuando me encontraba frente a un paciente. Esperaba que se me diera tan bien frente a un caso real como se me daba en los casos que habíamos visto en la carrera, porque cuando el próximo curso terminase las cuatro asignaturas que no me habían dado opción a recuperar, me tocaría empezar como interno. Hasta entonces, mi madre me había ofrecido trabajar con ella en la clínica y la Escuela Legado, un trabajo que acepté con gusto. – [Mike]¿Conoces a alguien?[/Mike] – no lo parecía, por cómo buscaba a alguien que no parecía estar por allí. Pensé que quizá sería también una amiga de JJ.

    – [Sophie]A Kaylee[/Sophie].- respondió. Bueno, ya dije que no se me daba bien adivinar. Hacía mucho tiempo que no sabía nada de Kaylee, pero sabía por mi hermano que había pasado por una etapa oscura y ahora sufría por eso mismo, culpándose demasiado. Me habría gustado verla, pero se había ido por un ataque de pánico un rato antes de que llegase. – [Sophie]Pero me ha plantado[/Sophie]. – añadió.

    – [Mike]Ah, verás, Kaylee ha tenido que irse.[/Mike] – le expliqué. – [Mike]Le dio un ataque de ansiedad.[/Mike] – añadí. Lexie, que al parecer seguía haciéndose llamar Allie por sus líos con Noah, me había explicado lo que había pasado después de ponernos al día. – [Mike]Pero estaba bien. La llevaron a ver a sus abuelos.[/Mike] – había sido la mejor opción.

    – [Sophie]Espero que esté bien[/Sophie].- respondió, preocupada.

    Asentí para intentar quitarle algo de preocupación. – [Mike]Lo pasó muy mal en el instituto, pero sí, con el tiempo seguro que está mejor.[/Mike] – comenté. Me sentía raro hablando de algo que me quedaba un poco lejano. Yo no había estudiado en Moondale así que no la había visto en primera persona comportándose como una abusona, pero por lo que me habían contado los demás, el abuso que se estaba haciendo ahora por culpabilizarse era mucho peor que el que hubiera podido hacer al resto.

    Viendo el sufrimiento de Kaylee tenía claro que había heredado lo mejor de mis padres: tanto la calma y la sinceridad de mi padre, como la practicidad y el autocontrolo de mi madre. Así no era de extrañar que cuando empecé a escuchar la música mi cuerpo se empezó a mover sin la menor preocupación. Me encantaba bailar.

    – [Sophie]¿Y eso?[/Sophie]- le escuché preguntarme. La miré y vi que sonreía, tenía unos labios preciosos.

    – [Mike]Si suena música me cuesta parar los pies.[/Mike] – respondí. Dejé la copa en la mesa y le tendí una mano para que se uniese a mí. Resultaba liberador volver a bailar, no lo hacía desde que me habían salido garras.

    Ella asintió y comenzó a bailar a mi lado.- [Sophie] I’m gonna pop some tags…Only got twenty dollars in my pocket[/Sophie].- cantaba.

    – [Mike]…this is fucking awesome.[/Mike] -me uní. A unos pasos de nosotros mi hermano estaba dándolo todo en la pista, moviéndose como si fuera un hombre de hojalata.

    La canción duró menos de lo que recordaba y JJ, que acababa de volver y colocarse tras el portátil, puso la siguiente.

    – [Sophie]La mejor DJ de la historia[/Sophie]. – sonreí. Era curioso cómo nuestros padres podrían haber estado en aquella fiesta y saberse perfectamente las canciones. Nuestro tiempo estaba plagado de innovaciones tecnológicas que no tenían en el suyo, pero la cultura había implosionado y seguíamos escuchando su música, viendo sus películas y sus series remasterizadas y jugando a sus viejos videojuegos en realidad aumentada.

    – [Mike]Es la otra cumpleañera. Jane, Owen es su mellizo.[/Mike] – le expliqué.

    – [Sophie]No se parecen. [/Sophie]- replicó.

    – [Mike]Y en carácter menos. Pero son buena gente.[/Mike] – JJ parecía estar animada tras su portátil, pero tenía el ceño fruncido. Lo de sus padres había sido un poco fuerte y teniendo en cuenta que Xander no estaba por allí, aquello todavía era un problema. – [Mike]¿De qué conoces a Kay? Si no es meterme donde no me llaman.[/Mike] – pregunté, porque me apetecía hablar un poco más con ella.

    – [Sophie]Nuestras madres son amigas. [/Sophie]- respondió, acercándose para que la escuchase a pesar del ruido.- [Sophie]Luego resultó que íbamos a la misma Universidad. [/Sophie] – aclaró. Su olor me abrumaba y no de una forma negativa. Mi amigo felino estaba muy despierto, habíamos llegado a conocernos recientemente y cada vez confiábamos más el uno en el otro, pero yo seguía siendo la personalidad dominante, al igual que mi madre con ‘Marauder‘.

     – [Mike]¿Estás en Biología?[/Mike] – le pregunté.

    – [Sophie]Fisioterapia[/Sophie]- comentó, moviendo las manos. Me fijé en que tenía las uñas cortas y pintadas. Sus dedos eran finos pero parecían fuertes.

    – [Mike]Tienes buenos dedos.[/Mike] – comenté, se me fue demasiado la vena médica y la vena sincera.

    Ella se echó a reír.- [Sophie]Déjalo, corazón[/Sophie].- comentó negando con la cabeza.

    – [Mike]Lo siento, deje de oficio, soy médico.[/Mike] – confesé, o casi. Tenía ganas de empezar mi residencia pero por el momento solo había trabajado con gente frente a frente en la clínica de mi madre. – [Mike]Y mi familia tiene un problema con decir la verdad.[/Mike] – repliqué, aunque yo lo había heredado con más fuerza que Idris, que era un pícaro redomado.

    Ella le quitó importancia.- [Sophie]Por cierto, soy Sophie[/Sophie]. – se presentó.

    – [Mike]Menos mal, ya me veía disimulando hasta ver si alguien dejaba caer tu nombre.[/Mike] – admití, sincero, nunca sabía cómo preguntar a alguien su nombre, especialmente después de un rato hablando sin que saliese el tema.

    – [Sophie]Soy muy despistada[/Sophie].- se disculpó. De nuevo sonreía, parecía que nunca se quedaba sin ganas.

    – [Mike]No te preocupes. Si se te olvida algo, pregúntame, cuando quieras.[/Mike] – le devolví la sonrisa y extendía la muñeca. Ella se quedó mirando el gesto y me estrechó la mano, al principio pensé que no quería intercambiar nuestros contactos pero después vi que no tenía InfiniBand en su muñeca.

    – [Mike]Ah, perdona, no me fijé que no tenías.[/Mike] – me disculpé, retirando la mano después de unos minutos extraños. Su piel era suave.

    – [Sophie]De la vieja escuela[/Sophie].- replicó sacando un móvil del bolsillo. Era uno de esos modelos que aún se vendían, tenían acceso a algunas aplicaciones pero a nada de Infinity.

    Le dicté mi número porque iba a ser vergonzoso verme intentar escribírselo yo mismo sin reconocer nada. – [Mike]¿Vienes de la isla?[/Mike] – pregunté. Después de comentar que su madre y Diana eran amigas y todo lo que había ido observando de ella, me hizo dudar si sería de la Isla de Z.

    – [Sophie]No sé de qué me estás hablando[/Sophie].- replicó, intentando disimular. Miró la InfiniBand con sus ojos oscuros y luego los fijó en mí. Capté el mensaje, no me equivocaba demasiado y tenía sentido, los mellizos habían invitado a gente a su fiesta que conocía el lado secreto del mundo. Era de imaginar al ver a Dante paseándose sin camiseta con sus alas a la vista, pero tampoco era la primera vez que lo hacía y le tomaban por un anuncio en vivo como a su madre.

    – [Mike]Bueno, cuando quieras un tour por la zona, avísame, aunque vivo en Louna.[/Mike] – comenté. Tenía alquilado un apartamento cerca de la playa. Mis padres habían pagado la fianza pero yo me encargaría de los gastos en cuanto empezase a cobrar por el trabajo en la clínica y en la Escuela.

    – [Sophie]Cuando quieras, siempre y cuando no lleves eso[/Sophie].- añadió, señalando la InfiniBand.

    – [Mike]Dicho y hecho.[/Mike] – respondí, quitándomela para guardarla en la mochila. Sonrió una vez más, mostrando sus blancos dientes. Tenía los dos incisivos superiores algo más grandes pero eso hacía su sonrisa aún más bonita.

    JJ puso una nueva canción y nuestros cuerpos se entregaron al baile.

  • BELLEZA SOBREVALORADA

    Niall – Universidad de Moondale

     

    Hace tiempo que veo a Noah escribir diarios, desde que le conozco vamos. Dice que es un buen modo de mantener los pensamientos en orden y que es como una especie de tradición entre su familia y amigos. Así que tras un par de insistencias por su parte me he decido por empezar también uno.

    Supongo que debería de empezar por el principio. Nací en un pequeño pueblo de Colorado, Graveyard Creek. Es el típico pueblo de interior de los Estados Unidos que con el paso de los tiempos se está perdiendo hasta que no será más que un pueblo fantasma. Tampoco es que tenga mucho más que ver más allá de sus bosques colindantes, es un lugar de paso en el parar a descansar.

    Nunca he sido popular en el colegio, tampoco es que lo fuera en la actualidad. No es precisamente sencillo ser gay en un país de religiosos hipócritas como lo es Estados Unidos. Aunque peor sería vivir en Rusia o en algún país islamista, supongo que no debo quejarme del acoso que he recibido teniendo en cuenta que en otros lugares se vive mucho peor.

    Noah y Lexie son mis dos únicos amigos con los que siempre podre contar. Hasta no hace mucho no tenía amigos, lo único que tenía en mi vida era la música, un modo de desinhibirme de la realidad y crear belleza del sonido. Moondale era el sitio más barato que me podía costear, así que probablemente no acabe siendo una estrella internacional pero tal vez acabe enseñando a generaciones futuras en alguna clase, quién sabe.

    Estaba intentando crear una nueva pieza instrumental cuando me percate de que Lexie se acercaba. Algunos de los chicos y chicas se le quedaron mirando. Lexie siempre era el centro de las miradas allá donde fuera, en algunos casos de manera asquerosa por parte de los tíos y un tanto envidiosa de las tías. Aunque estas últimas a veces simplemente asentían sorprendidas por lo agraciada que había salido Lexie. La envidiosa era Blue.

    – [Lexie]Te voy a contar una cosa, porque o te la cuento a ti o reviento[/Lexie].- Se sentó tan cerca de mí que podía oler el perfume que se había echado, encima la tía iba oliendo a piruletas, flipad.- [Lexie]Pero necesito que me acompañes a un sitio en el que no nos vea nadie.[/Lexie]

    -[Niall]¿Te has comido la hamburguesa pocha de la cafetería? Te he dicho que es mejor comer fuera del recinto. ¿O es que acaso te has acostado con Noah?.-[/Niall] La verdad es que no quería saber ninguna de las dos cosas, no quería detalles sexuales de heteros o hablar de comidas en mal estado que me provocaban nauseas.

    – [Lexie]¿Eh?[/Lexie]- Se quedo mirándome confusa con una ceja levantada.- [Lexie]Ven[/Lexie].- Se levanto y me agarro de la mano tirando de mi. Como puede metí las partituras con la mano libre en la mochila y la arrastre por los aires. Salimos de la cafetería a toda velocidad hacia el baño de las tías. Había dos chicas que gritaron un poco al verme entrar, madurad. Lexie les chasqueo los dedos para que espabilaran y salieran mientras miraba en los aseos asegurándose de que no había nadie. – [Lexie]Van a pensar que estamos trincando, pero no puedo arriesgarme a que nos vean[/Lexie].

    -[Niall]Lo dudo, lo de que soy gay es de dominio público. Bueno cuéntame.-[/Niall] Me eche contra el lavabo cruzándome de brazos expectante.

    – [Lexie]No grites[/Lexie].- Se quedo quieta en un punto moviendo las piernas de delante hacia atrás mientras echaba la cabeza hacia delante.

    [Niall]Que sea gay no implica que sea experto en tetas.-[/Niall] La sociedad tenía esa impresión del colectivo gay, solo por ir con mujeres la mayoría del tiempo ya daban por sentado de que eras un experto en la materia. Se me torció el culo, literalmente del lavabo, cuando la apariencia de Lexie cambio en mis narices.

    – [Lexie]Esta es mi apariencia de nacimiento[/Lexie].- Se recogió el pelo y me enseño un audífono que llevaba en el oído.- [Lexie]Estoy sorda de un oído[/Lexie].- Hizo una pausa en la que intente procesar todo lo que me iba soltando.- [Lexie]Pero como una puta tapia[/Lexie].

    Me quede mirándola sorprendido. Era monísima, piel morena, una cara perfectamente perfilada y unos ojazos castaños, por no mencionar que tampoco iba mal servida de delantera. Supuse que se acomplejaba por lo de su oído, Lexie parecía no saber que la belleza estaba sobrevalorada y los defectos eran bonitos. Al rato volvió a cambiar de aspecto dos veces más, una de rasgos chinos, según ella, lo mismo tenía más apariencias asiáticas. Y otra de piel negra, y las dos igual de guapas, ¿es que esta chica no conocía la feura o qué? – [Lexie]Tengo muchas más[/Lexie].- Añadió volviendo a la que decía ser su aspecto de nacimiento.

    -[Niall]¿Y no tienes ninguna apariencia de un maromazo que rompa camisetas?.-[/Niall] Pregunte a modo de broma pero cruzando los dedos.

    Lexie se quedo mirándome y volvió a cambiar de aspecto, pero no a ningún maromo. Ahora tenía el aspecto de una joven delgada, alta, con una larga melena y cara de no haber roto un plato en su vida que había acaparado alguna que otra portada del corazón. – [Lexie]A esta seguro que la conoces[/Lexie].

    – [Niall]Eres la hija de el macizo de Alexander Fenris.-[/Niall] Alexander Fenris, fantasía sexual de señoras y gays, lo mismo te monta un piso en la playa que te deja preñada con la mirada.

    – [Lexie]Noah no se puede enterar[/Lexie].- Me agarro por los brazos zarandeándome.- [Lexie]Por fi, por fi, por fi[/Lexie].

    -[Niall]Lo entiendo, es capaz de explotarle la cabeza al verse ante tanta muchacha agraciada.-[/Niall] Noah era muy listo, pero ya lo estaba viendo cual gif de señora procesando todas las caras de Lexie.

    – [Lexie]Y yo pensando que Noah era más gay que tú[/Lexie].- Añadió sonriendo con su apariencia de Allie, porque al igual que caras tenía nombre para cada una de ellas. Tenía que hablar muy seriamente de esto con ella, no podía ocultar toda su vida quién era en realidad entre cientos de mascaras por un defecto auditivo.

    -[Niall]Veo que el pequeño Noah por fin te ha dicho el flechazo que tiene contigo.-[/Niall] No era… bueno si que lo era, era un secreto que solo yo conocía, Noah estaba prendado por ella desde el primer día que la vio. Caballero como es no sabía cómo entrarle a la muchacha sin parecer un acosador, así que ha optado por jugar la baza de esperar años. Ha tenido la flor en el culo de que no se le ha adelantado nadie.

    – [Lexie]Ya te contaré[/Lexie].- Añadió sin más.- [Lexie]Pero no ahora, que seguro que me paso dando detalles[/Lexie].

    Salimos del baño de las chicas, por suerte no había nadie por los pasillos para juzgar. Decidimos ir a tomar un buen desayuno a base de cereales. Noah diría que es puro postureo, pero estaban tan ricos.

     

     

  • No tengo todo el día para matarte

    LOGAN VILLIERS – BOSQUE DE LOS LOBOS

    No sé cómo me ha convencido Mia de escribir esta tontería del diario, pero ya que he llegado hasta este punto, supongo que tendré que seguir.

    Voy a ahorrarme un párrafo lacrimógeno sobre lo mucho que nos cambió ese día o la pena que sentía por la gente que murió. Si, las guerras eran una mierda, moría gente y casi todo el mundo sufría, pero no iba a lamentarme por defender a quien me importaba. Y si para eso tenía que llevarme por delante a alguien, lo haría.

    Cuando la Espada del Caos atravesó limpiamente el torso del tipo de piel negra – no lo digo en plan racista, su piel era negra azulada – seguía moviéndose como un condenado, con esos ojos rojo sangre fijos en mí mientras intentaba morderme con dientes como los de una piraña. Pero su ánimo empezó a decaer cuando la hoja empezó a alimentarse de su oscuridad hasta que dejó un cascarón vacío.

    No era la primera persona con la que acababa ese día. Tenía unos cuantos más, tanto de la Iniciativa como de Z. Para mí eran la misma mierda en dos colores diferentes. Por si queréis detalles, recuerdo a: uno que parecía un champiñón de roca, uno con pinta de serpiente, el cara de pasa con dientes afilados, un pez al que nadie querría follar, un demonio rojo con cuernos, unos cuantos vampiros, varios robots que parecían humanos y alguno más que no recuerdo.

    Los Moondies y sus Satellites – me negué en redondo a que me metieran en el mismo saco – se contenían más, intentando incapacitar a los que se enfrentaban en lugar de acabar con el mal de raíz. Con los únicos con los que habían empezado a contenerse menos era con los vampiros con el cerebro lavado que llegaron en cuanto anocheció.

    No íbamos del todo mal teniendo en cuenta que éramos muchos menos, era una ventaja de que los otros se estuvieran matando entre ellos, si hubiéramos tenido que ir contra uno solo de los bandos la cosa se habría puesto más complicada.

    Miré el móvil para ver si Mia había puesto algo y maldije a esos hijos de puta de la Iniciativa por habernos frito los teléfonos. Si su mayor miedo era que se viera lo que estaba pasando entonces era que no me habían conocido todavía.

    Volé por el claro en el que estaba el núcleo de la batalla, haciendo saltar por los aires de camino a los esqueletos que levantaba el tipo ese siniestro con cara de pervertido. De camino vi a los Moondies, no se les estaba dando mal. Sarah estaba peleando contra el Rey Blanco y sentí envidia. Cerca de ellos los otros dos aesir que habían salido menos favorecidos en el reparto genético estaban luchando contra un demonio. Al poco vi que no era un demonio cualquiera, cambiaba de forma y acarreaba a Sarah y a la novia maciza del aesir cabezón. Ese tenía que ser el hijo de puta del Rey Negro. Esbocé una sonrisa, le iba a devolver lentamente todo lo que le había hecho a Mia, multiplicado por cien.

    Cuando ya me estaba lanzando hacia él, sentí algo raro en mi cabeza. Entonces escuché la voz:

    – [April]Logan, Mia viene de camino, pero tenemos un problema.[/April] – dijo en mi mente. Era esa pelirroja tan alegre que leía las mentes. En cuanto nombró a Mia, tuvo mi atención.

    – [Logan]¿Qué problema?[/Logan] – pregunté, aunque ya no hacía falta. En ese momento, el sol volvió a salir, o al menos, lo pareció.

    Me giré para ver de dónde venía la luz y vi que dos figuras estaban volando, peleando entre sí soltando destellos de una luz de un verde no muy sano. A mis ojos no les hacía mucho daño la luz, así que pude fijarme en ellos. Uno era un viejo con barba y el otro el hombre radiactivo de la Iniciativa, el que llevaba una máscara y parecía que le iba el sado.

    – [Matias]George, el de la Iniciativa, está a punto de estallar por la energía que desprenden los dos.[/Matias] – dijo la voz del niño ese regordete que era tan listo. – [Matias]Es probable que a corto, medio o largo plazo nos mate a todos, pero a Mia y Beatrix las evaporará en el acto.[/Matias] – añadió.

    – [Logan]Yo me encargo.[/Logan] -pensé. No sabía como funcionaba del todo eso, pero según lo que nos habían enseñado, con eso valía para que April les llevara el mensaje.

    Sin perder el tiempo porque Mia estaba en peligro, desprendí energía para impulsarme a toda velocidad contra ellos. Cada vez los veía más cerca, pero ellos estaban enfrascados en su batalla de quién tenía la vara de uranio más larga. Cuanto más cerca estaba, más energía recibía mi cuerpo de la que ellos estaban lanzando. Si no hubieran estado volando tan alto las nuevas generaciones iban a salir con tres ojos.

    No frené y aproveché el impulso para chocar contra el viejo, que salió volando, inconsciente antes de tocar el suelo.

    – [Logan]Eh, Darth Vader, la despedida de soltera te espera.[/Logan] – sonreí, maldiciendo porque nadie hubiese escuchado esa frase.

    – [George]»El hombre superior es modesto en el hablar, pero abundante en el obrar.»[/George] – soltó como si estuviera en un teatro. Entonces me atacó.

    – [Logan]Dicen que vas a explotar y verás, no puedo permitirlo.[/Logan] – expliqué, evitando sus ataques y alimentándome de su energía. – [Logan]He conocido a una chica y viene volando de camino, así que no tengo todo el día para matarte.[/Logan]

    El radiactivo reaccionó con fuerza, lanzando su energía sin contenerse. Preparó un puñetazo en mi dirección y lo detuve con una mano. Luego repitió con la otra e hice lo mismo. Sin soltarle empecé a drenar toda su energía.

    – [George]»No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación».[/George] – su voz resonó en la máscara, burlona. Su energía parecía no terminarse nunca y no me hacía gracia ser yo el que explotase, así que empecé a ascender, sin soltarle, mientras dirigía mi energía en forma de calor hacia su cuerpo, colándose por cada hueco. Me sentí un poco sucio cuando mi imaginación se paró a pensarlo, pero no era una mala técnica.

    – [Logan]Ya, bueno, depende del fuego.[/Logan] – le sonreí. Seguí absorbiendo su energía y convirtiéndola en calor, hasta que empezó a sentir el fuego en su interior. No sé en qué punto lo supo, pero sus ojos cuando supo que se quemaba por dentro se me quedaron grabados.

    Ascendí más y cuando empecé a notar que no podía soportar la presión, dejé ir toda la energía que había acumulado en forma de un torrente contra él, elevándolo sin detenerse mientras su cuerpo se combustionaba. Subía cada vez más deprisa hasta que se perdió de vista.

    Su cuerpo debió congelarse al salir al espacio. Casi sentí pena por él, no me gustaba mucho el espacio. Descendí a suelo firme poco a poco, cansado por el esfuerzo que acababa de llevar a cabo. Me costaba caminar incluso, pero me recuperaría absorbiendo energía de aquí y allá. Lo importante era que Mía estaba a salvo. No sabía qué sería de mí si algún día le pasaba algo.

  • OJALÁ QUISIERA SER MI NOVIA

    OJALÁ QUISIERA SER MI NOVIA

    Cara Elle |Subconsciente de Mara

    ¿MADRUGADA?

    caraelle020316

    Los subconscientes eran complicados, igual que las personas. El de Sarah era una estación de tren en hora punta y el de Mara, un cielo repleto de nubes en plena puesta de sol. El mío, por otro lado, seguro que era una carnicería, porque era bastante menos interesante que ellas. Así que lo primero que hice cuando el tren se paró y dejó a Sarah lejos de Diana y de mí, fue perseguir las nubes e intentar morderlas. Pero no sabían a nada: ni a nubes de gominola (¿Por qué se llaman nubes si tienen forma de tubo?), ni a algodón de azúcar (mejor con salsa picante), ni a pechugas de pollo.

    – [Cara]Las nubes no le gustan a Cara Elle. No saben a nada[/Cara].- comenté bastante más decepcionada que cuando descubrí que ‘Expediente X’ no era una serie porno.

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  • UN PIJAMA GRIS CON UNICORNIOS

    UN PIJAMA GRIS CON UNICORNIOS

    Lucy| Hotel | FLASHBACK

    MAÑANA

    lucycupcake

    Hace tres días…

    Me desperté a ritmo de ‘Hot Stuff’, de Donna Summer, que sonaba a través de los altavoces que tenía conectados al móvil. Salté de la cama y empecé a bailar mientras descorría las cortinas, porque me esperaba un día movido y quería empezar con los ánimos por las nubes para no darme opción a deprimirme.

    Lookin’ for some hot stuff, baby this evenin’
    I need some hot stuff, baby tonight

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  • TE LO ADVERTÍ, HIJO

    Lucy | Tienda, Louna

     TARDE

    lucytattler2

    Todavía no había llegado la hora de abrir la tienda oficialmente, así que estaba en la parte de atrás escuchando cómo Sky roncaba  y protestaba por la música, mientras finalizaba las modificaciones en un patrón de cuerpo delantero para que se pareciese a la blusa que tenía en mente. Acompañada por la música que salía de mi tableta, que en ese momento estaba con una emisora local, canturreaba mientras hacía las rectificaciones con un lápiz azul cielo.
    – [Lucy]»La conosí balaaaando…ella me hipnotisó….y hubo asercamientoooooo…así ella me anamoróooo»[/Lucy]- grité a pleno pulmón en español, que me parecía bastante bueno y no es por presumir.
    En esas estaba cuando escuché la campanilla de la puerta, que me avisó que alguien había entrado a pesar del cartel que ponía «Cerrado». No me pareció mal, simplemente paré la música, dejé todo como estaba y salí fuera esbozando la mejor de mis sonrisas, que se amplió al ver que era Ed el que estaba delante del mostrador, entre rollos de tela, maniquíes y espejos en un desorden organizado que en realidad, no era fruto de la casualidad.
    Me fijé en que llevaba el pantalón del traje que le había hecho, pero no había rastro de la chaqueta ni de una corbata, además de que parecía muy nervioso. Eso me preocupó, pero las mariposas de mi estómago no me dejaban pensar.- [Lucy]¡Ed![/Lucy]- salí de detrás del mostrador y fui hasta él. El corazón me latía a toda velocidad y mi cuerpo me pedía que lo abrazara, así que eso hice. No pude evitar pasar mi nariz por su cuello e inhalar su olor. Creo que estuve a punto de derretirme (a lo mejor lo hice) y no por la parte del cuerpo que estáis pensando, enfermos – aunque a decir verdad…-. Bueno, que me voy del tema.

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  • FIN DEL VIAJE

    Hiroshi Sato | Barrow (Alaska)

    NOCHE

    hiroshi 2

    El ascensor termino de subir y de el bajaron cuatro vampiros que se encaminaron hacia la dirección donde había estado hasta hace un momento el camión, así que debía actuar rápido. Me gire hacia mi acompañante, la cual me lanzo una mirada como si me hubiese leído el pensamiento. Iba a decirle que espera aquí, pero quizás era mejor que viniese conmigo, estaba tiritando de frío y podía congelarse esperando.

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  • MIEDO A PERDER

    [b]Daniel Arkkan | La Iniciativa, Bloque Beta [/b]

    danielojomorao

    El momento que temía desde que Saunders nos dio la lista de cautivos había llegado, el enfrentamiento con el Turok Han.

    Cuando vi su nombre escrito en esa lista me di cuenta de que era el principal inconveniente para salir sanos y salvos, no estábamos en perfectas condiciones como para enfrentarnos a él, y además, si había sobrevivido a lo ocurrido en Sunnydale debía ser algo más fuerte que sus congéneres. Así que la primera idea que se me pasó por la cabeza cuando el enfrentamiento era inmediato fue distraerle y que los demás pudiesen escapar, después no tenía ni idea de cómo me las arreglaría para salir a salvo, tendría que improvisar.

    Eso es lo que habría hecho en mi anterior forma de vida, tratar de salvar a otros solo, siempre solo. Pero las cosas habían cambiado, cuando dije que distraería al Turok Han, Dominic se unió a mí sin dudarlo y poco después Sarah también. Está claro que me preocupaba que corriesen riesgo conmigo, pero en el fondo les estaba muy agradecido, la soledad en una lucha a vida o muerte es difícil de llevar.

    Así dejamos el grupo principal, nosotros íbamos a distraer al Turok Han mientras los demás iban a por los dos vampiros y salían de este bloque. El pasillo era lo suficientemente ancho como para que el Turok Han, que estaba en la parte izquierda, no se fijase en los demás, que iban por la parte derecha, mientras le distraíamos.

    El Turok Han se encontraba unos cuantos metros por delante, agazapado sobre un cuerpo, que lo distraería el tiempo suficiente para que desarrollásemos un plan, así que me volví hacia Dominic y Sarah.

    – [b]¿Tenéis algún plan?[/b] – pregunté.

    – [b][i]Distraerlo todo lo que podamos hasta que se pase el efecto de los sedantes, después….. correr.[/b][/i] – respondió Dominic. Seguía teniendo esa misma extraña sensación respecto a él, no estaba muy seguro de si era lo que pensaba, pero cuando lo viese luchar contra el Turok Han saldría de dudas.

    – [b][i]¿Y si entre los tres intentamos…reducirlo?[/b][/i] – respondió a su vez Sarah pensativa.

    – [b][i]Podríamos intentarlo, pero con que le atacamos. Dudo que los puñetazos le hagan algo.[/b][/i] – respondió Dominic moviéndose de un lado a otro.

    – [b][i]No tenemos nada, sólo los…cacharros estos.[/b][/i]- dijo Sarah moviendo una de las cuchillas óseas con asco.- [b][i]que le arrancamos al polgara. Y con eso, no le vamos a hacer ni cosquillas.[/b][/i] – Sarah tenía razón, sin madera sería casi imposible acabar con él.

    – [b]Creo que lo mejor sería que alguien lo inmovilizase desde atrás mientras los otros dos intentan debilitarlo. [/b] – medité en voz alta.

    – [b][i]Me parece bien.[/b][/i] – dijo Dominic. Acto seguido comenzó a moverse hacia el Turok Han con la intención de ser quien lo inmovilizase, pero Sarah se acercó y le dio unos toques en la espalda. En una situación menos tensa no habría podido evitar reírme al ver como Sarah daba saltitos porque con su pequeña estatura no llegaba a alcanzar la espalda de Dominic.

    – [b]Eso déjamelo a mí.[/b]- sonrió Sarah mientras arrastraba a Dominic hacia nosotros tirándole de la camiseta.

    – [b][i]¿Te ves capaz de poder con él?[/b][/i] – dijo Dominic mientras retrocedía por los tirones de camiseta.

    – [b][i]¿Acaso lo dudas?.[/b][/i]- dijo Sarah enseñando el bíceps.

    – [b]Pequeña pero matona.[/b] – añadí con una leve sonrisa. – [b]Ahí donde la ves tiene más fuerza que yo.[/b]

    – [b][i]Vaya, la Cazadora. No iba mal desencaminado.[/b][/i] – dijo Dominic en voz baja. Parecía que ya había sospechado de la naturaleza sobrenatural de Sarah, lo que me confirmaba parcialmente lo que creía.

    – [b][i]Te oigo.[/i][/b]- Sarah lo fulminó con la mirada bromenado. – [b][i]Y ahora, pongámonos serios.[/b][/i] – tosió para cambiar de tercio y continuó. – [b][i]Daniel, ¿funcionará tu poder con el Turok Han?.[/b][/i]- asentí con la cabeza. Aunque le hiciese menos efecto que a los vampiros comunes, mi poder funcionaría. – [b][i]Vale, entonces utilízalo y tú Dom, toma esto.[/b][/i]- le lanzó la cuchilla y añadió.- [b][i]Espero que te sirva. [/b][/i] – Sarah se estaba convirtiendo ya en una auténtica líder. [i]McLeod va estar orgulloso cuando la vea.[/i] No pude evitar pensar en cuando sería ese momento, y si saldríamos todos bien parados del encuentro con el Turok Han.

    Estos últimos pensamientos trajeron el silencio a mí. En la calma antes de una gran batalla lo peor era ponerse a pensar en cómo saldría todo. Normalmente nunca me había parado a pensar de ésa forma, pero ahora tenía una “nueva vida” por decirlo de alguna forma, y sin duda muchas más cosas que perder, en especial Sarah.

    La voz de Dominic me sacó de mis pensamientos a tiempo. – [b][i]Me viene perfecto, no me veía capaz de usar mas telequinesis.[/b][/i]- respondió guiñándole un ojo a Sarah.

    – [b]Yo trataré de utilizar mi poder contra él, pero tengo que contenerme, podríamos necesitarlo más adelante.[/b] – añadí. Mi poder podía ser ofensivo para los seres vulnerables a la luz, pero no había que olvidar sus propiedades curativas, nunca se sabe cuando las necesitaríamos.

    – [b][i]Bien, intentare clavarle la cuchilla en el cuello, no lo matará pero ganaremos tiempo.[/i][/b]

    – [b][i]Buena idea.[/b][/i]- sonrió Sarah satisfecha. Yo asentí y comenzamos a caminar.

    A mitad de camino volví a pensar en lo mismo, lo que perdería si todo salía mal: a McLeod, que siempre fue como un hermano mayor para mí; a Sarah, que era lo más importante para mí, que me daba fuerzas para seguir luchando; y, es curioso, como en los peores momentos es cuando te das cuenta de las personas que, aunque no las conozcas demasiado, significan algo importante para ti. Como Dominic, que lo había conocido hace poco tiempo, pero me había abierto la esperanza de encontrarme con otro de mi misma raza, y que parecía que había llevado una vida de lucha como la mía; January, que era la amiga de Sarah, pero en realidad también mía. Era curioso cómo podía cambiar todo a partir de una persona, además de a Sarah, ahora tenía lo más parecido a una familia, y amigos. Todo gracias a ella, no podía imaginarme ya una vida sin Sarah.

    Paré de caminar y cogí la muñeca izquierda de Sarah para que se girase hacia mí.

    – [b]Sarah, tengo que decirte algo.[/b]

    [spoiler]Cuando Daniel se para no imaginéis que Dominic sigue avanzando y se enfrenta él solo al Turok Han, el pobre xDDD
    Todo el mundo ha sido controlado por su respectivo dueño
    [/spoiler]