Diana Echolls| Iniciativa Awaken
Cuando Bill y McLeod se marcharon el silencio se apoderó de los escasos veinte metros cuadrados en los que nos encontrábamos el chico misterioso, Abigail Grey y yo. Nos mirábamos los unos a los otros sin saber muy bien qué hacer o qué decir. Y a mí esa situación me estaba sacando de mis casillas.
– [b][i]¿Si me fumo un cigarrillo pasará algo?[/b][/i] – Pregunté sin esperar respuesta alguna y hurgué en los bolsillos de mi pantalón.
– No creo que sea el momento.- Respondió la chica en voz baja y yo chasqueé la lengua en señal de desagrado.
Iba a responderle algo sarcástico, tenía preparada la frase perfecta para que me dejase tranquila, pero no pude hacerlo porque una imagen penetró mi cerebro haciendo que no pudiese prestarle atención a nada más. Vi a un chico aparecer de la nada delante de McLeod, mirarlo detenidamente y después pronunciar su nombre en voz alta como si se extrañase de verlo.