DUKE RIVERA | SUBTERRANEO 5, LA INICIATIVA
TARDE
Cuando nos despertamos, Sarah ya no estaba, pero habían cambiado incluso más cosas. Las rejas de metal de la celda se habían alzado hacia el techo, aún podía ver el metal, como si se tratase de una puerta de garaje. Pero eso no significaba que las hubiesen abierto, en su lugar había bajado una pared de cristal que no dudé que podría resistir nuestro poder. Estábamos encerrados en una pecera.
El contacto frío del cristal contra la palma de mi mano evocó recuerdos almacenados en mi memoria genética. Tuve que hacer un esfuerzo para evitar el impulso de arrastrarme a ella y revivirlos. No necesitaba recordar lo que ese lugar me había hecho desde que «nací» hasta que mi Rakkna me rescató.