Sarah Echolls | Subterraneo tres
La conversación con Saunders no había ido del todo mal, al menos teníamos una lista de todo lo que nos podíamos encontrar que era mucho y muy peligroso.
– [b][i]Tenemos que irnos de aquí cuanto antes[/b][/i].- Al escuchar eso, no pude reprimir mirarle asustada. Si Daniel tenía miedo, ¿qué debíamos sentir los demás?
Sin pensármelo, le arrebaté de las manos los papeles y les eché un vistazo rápido. Algunas de las criaturas me sonaban, como el [i]Gnarl[/i], un demonio repugnante que se alimentaba de piel humana o los [i]Gentlemen[/i], que tenían la virtud de dejar sin habla a cualquiera y no precisamente de la impresión que causaban. Sonreí para mis adentros (y creo que se me notó por fuera) al verme pensando en todo aquello, porque al parecer, McLeod estaba haciendo un buen trabajo conmigo y me sentía orgullosa.