Rebecca Lee | Su apartamento, Barrio Residencial del Oeste
TARDE – NOCHE
Cuando me di cuenta, me había pasado dos paradas de la que, en teoría, era en la que tenía que bajarme. Como estaba tan cansada, me había quedado dormida, así que pulsé el botón de «parada solicitada» y me bajé del autobús. Se notaba que ya había llegado septiembre porque había refrescado y la camisa que me había prestado Diana resultaba poca cosa con el aire que corría por las calles medio desiertas de Moondale. La gente de aquí era así, en cuanto hacía un poco de frío, se metían en sus casas y no salían hasta que volvía el buen tiempo, aunque también podía ser por el exceso de actividad sobrenatural.