Moondale

Etiqueta: Chloe Maclay Walker

  • AGÁRRATE FUERTE

    Choe – Kardas

    Tarde

    A Dante los barcos no le gustaban mucho, así que cuando atracamos en el puerto de destino, su tono, ligeramente verdoso durante el viaje, se tornó más saludable.- [Chloe]¿Qué, ya estás mejor?[/Chloe]- le pregunté con sorna mientras nos cambiábamos de ropa detrás de un mostrador de especias para encajar mejor en aquella especie de pueblo de Aladdin.

    – [Dante]Soy demasiado pálido para este sitio[/Dante]. – comentó poniéndose unos pantalones blancos y una casaca roja que robó de un tendedero.

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  • LAS MANOS VAN AL PAN

    Chloe – Kardas

    Mañana

    La ropa de esta época, que tanto se parecía a la Edad Media, picaba. Supongo que el hecho de que estuviera hecha de lana influía. El vestido, de tonos rojizos y amarillos, era de manga larga e iba acompañado de una toca que me cubría el pelo. Había tenido suerte y mi compañero de mundo era Dante, pero qué asco de sitio. La higiene brillaba por su ausencia y tuve que dejar atrás la extravagancia de lavar mis atuendos (¡DOS!) a diario, porque la gente comentaba que era una cosa muy rara.

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  • MEJOR BESANDO QUE HABLANDO

    Chloe – Kvasir

    Mañana

    Que mi padre y mi madre ya peinaran canas cuando nací no fue una suerte. No es algo que les diría, pero hizo que desde pequeña me sintiera diferente. Mucha gente creía que era hija de mi hermano y alguna vez tuve que escuchar cómo ese rumor se extendía y alguien malintencionado o más perdido que the moon in winter me preguntaba «si la abuelita me estaba comprando un helado mientras llegaba papi».

    Los achaques les llegaron cuando a mí me empezaron a crecer las tetas y estar rodeada de una generación de primos y primas que tenía edad de beber alcohol cuando yo aún tomaba milkshakes hizo que me consintieran y sobreprotegieran hasta el extremo. No me quejo de mi vida, porque adoro a mi familia y en especial a mi hermano, que cada vez está más calvo.

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  • TRES TRATOS

    Chloe – Bosque del Crepúsculo

    ¿Tarde?

    – [Chloe]No sé si sabes que he venido del futuro con lo puesto[/Chloe].- farfullé evitando el colchón mohoso y sacudiéndome el polvo de la falda.- [Chloe]Poco puedo darte[/Chloe].

    – [Caitriona]Precisamente[/Caitriona].- se acomodó en la silla aquella que había materializado y me miró durante un largo rato.

    – [Chloe]Te escucho, porque sé que no me vas a dejar salir si no lo hago[/Chloe].- me miré las uñas, cuyo esmalte empezaba a cuartearse.

    – [Caitriona]Te ofrezco pertenecer a esta línea temporal con efecto inmediato[/Caitriona].

    Shit. Me quedé callada y me rasqué el esmalte del dedo índice de la mano derecha.- [Chloe]¿Qué quieres a cambio?[/Chloe]

    Era tentadora la idea de quedarme en esta línea temporal y compartir mi vida con les New Moondies, pero el precio seguro que era muy alto. Difícilmente podía no serlo cuando esta tía podía tener una cabaña en medio de la nada en la que ofrecía tratos.

    Caitriona sonrió y habló.- [Caitriona]El poder que tienes por ser quien eres[/Caitriona].

    Me eché a reír. Era tan absurdo lo que me pedía, que solo podía hacer eso.

    – [Chloe]No way[/Chloe].- moví las manos.- [Chloe]Puedes irte cuando quieras. Es un «no» definitivo[/Chloe].

    – [Caitriona]¿Es definitivo?[/Caitriona]

    Asentí.- [Chloe]Dante está bueno, pero no pienso dar nada por un tío[/Chloe].- carraspeé. Todo sería más fácil si fuéramos de la misma línea temporal, incluso la relación con mi familia, porque mi padre y mi madre no peinarían canas cuando yo naciera, pero mi poder me permitía muchas cosas.- [Chloe]Si tiene que ser, será y si no, pues estoy muy bien así[/Chloe].

    Tras eso, la silla desapareció y ella comentó que volveríamos a vernos. Cuando la puerta se cerró, le hice un corte de mangas.

    Sophie – Bosque del Crepúsculo

    ¿Tarde?

    Chiquito el asco que daba la cabaña. Menos mal que Caitriona apareció y me dio una silla, porque estuve a punto de entrar en pánico.- [Sophie]¿Qué me ofreces?[/Sophie]- le pregunté sin dar muchas vueltas, porque aquella mujer bellísima tenía una agenda muy apretada a juzgar por los restos de magia que había.

    – [Caitriona]Revelar lo que eres en realidad[/Caitriona].

    Inhalé y exhalé varias veces intentando calmarme. Ella sabía que yo era adoptada y lo estaba utilizando. No tenía ningún problema con mi desconocido origen y adoraba a mi madre, pero siempre quedada la duda de saber si mi afinidad mágica era heredada o producto de haberme criado con una bruja.- [Sophie]¿Qué quieres a cambio, cariño?[/Sophie]

    – [Caitriona]Tu poder[/Caitriona].- sonreí. De todo lo que podía pedirme, aquella cosa que me hacía flotar era lo que menos me importaba.

    – [Sophie]Acepto[/Sophie].- esbocé una sonrisa.- [Sophie]Quédatelo todito[/Sophie].

    – [Caitriona]¿Aceptas entonces dar tu poder a cambio de saber quién eres en realidad?[/Caitriona]- las sillas desaparecieron cuando nos levantamos y me agarró por el antebrazo.

    – [Sophie]Sí[/Sophie].- tomé aire.- [Sophie]Muéstrame la verdad[/Sophie].- noté cómo la levitación me abandonaba dejando un pequeño vacío y después, fue como si me despertara de un letargo. Algo había cambiado, pero no sabría decir qué.- [Sophie]¿Soy diferente?[/Sophie]

    – [Caitriona]Tendrás que descubrirlo tú misma[/Caitriona].- anunció y se fue en dirección a la puerta.- [Caitriona]Volveremos a vernos[/Caitriona]

    Cuando se fue, me fijé en que mi pelo tenía ahora unos mechones rosas que antes no estaban. Y ese fue solo el principio.

    Robin – Bosque del Crepúsculo

    ¿Tarde?

    Aquella cabaña olía a magia oscura y putrefacta. Pasé los dedos por las paredes intentando entender qué llevaba a alguien a sentirse tentado por algo tan turbio, pero hasta que no la tuve frente a mí, no pude entenderlo del todo. – [Caitriona]Hola, Robin, soy Caitriona[/Caitriona].

    – [Robin]Hola[/Robin].- la saludé de forma cordial, pero seca y mantuve las distancias. Aquella mujer de rasgos asiáticos estaba acompañada por algo que me ponía en tensión.  Por eso, y  a pesar de que mi magia estaba diluida, como los restos de pintura en un pincel cuando lo pones en el agua, no dudaría en usarla.

    – [Caitriona]Tu magia…[/Caitriona]- me miró con dureza.- [Caitriona]Somos incompatibles. No puedo ofrecerte nada[/Caitriona].

    – [Robin]Tampoco lo necesito[/Robin].- atajé la conversación y le dediqué una sonrisa forzada.- [Robin]Puedes irte cuando quieras y así esta pantomima para alimentar a tu carcelero acabará cuanto antes[/Robin].

    – [Caitriona]Te crees muy buena, princesita[/Caitriona].- dijo cada palabra con lentitud, como si quisiera sacarme de quicio.

    – [Robin]Lo soy[/Robin].- la miré.- [Robin]De ti no se puede decir lo mismo[/Robin].

    – [Caitriona]Volveremos a vernos[/Caitriona].- y se fue cerrando la puerta tras de sí.

     

  • COMPAÑERAS DE HABITACIÓN

    Bowie – Nave

    Mañana

    En el cuerpo de Chloe me encontraba demasiado humana. Veía peor (¿necesitaba gafas?), oía peor, era bajita y mis movimientos estaban más limitados. Ella acababa de terminar de traer sus cosas a la habitación cuando todo pasó.- [Bowie]Deberías usar gafas[/Bowie].- comenté dándome una vuelta por aquella estancia de paredes de metal y falta de decoración.

    – [Chloe]Jaja, nope[/Chloe].- se rio de una forma que asumí que era sarcástica, porque sus facciones no delataban que nada le hiciera especial gracia. Era raro ver mi cuerpo con aquellos leggins negros y la sudadera de color granate, pero que no los llevara puesto yo.

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  • ¿ESTÁS OYENDO LO QUE PIENSO?

    Jane – Valantis (60s/70s)

    Tarde

    Cuando empezó a sonar una canción de ‘The Beatles’ no me quedó ninguna duda de que estábamos en los sesenta. Mientras aparcábamos en las afueras de un hotel, las primeras notas de ‘God Only Knows’ de ‘The Beach Boys’ hicieron que Ellie y yo intercambiáramos una mirada. Era una de las canciones de la BSO de ‘Love Actually’, el pastelazo de los primeros 00’s que era el equivalente con dinero a una película de Navidad de InfinityTV.

    – [Elle]Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo…[/Elle]- comenzó a decir mi mejor amiga.

    – [Jane]Pienso en la zona de llegadas del aeropuerto de Heatrow[/Jane].- continué y nos reímos.

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  • NO TODO VA A SER MALO EN LOS 50

    Ellie Coco – Valantis (50’s)

    Mañana

    Estaba anocheciendo cuando atravesamos el portal, por eso supongo que no esperábamos encontrarnos con un sol cegador que nos impidió ver el coche que pasó a toda velocidad por nuestro lado. No tenía ni idea de la marca ni del modelo. Solo os podría decir que era rojo y antiguo. En mi cabeza se dibujó la imagen de Dante riéndose de mí. Ni que decir tiene que le hice una peineta.

    Decidimos cruzar la calle, que bien podría haber sido cualquiera en los años 50 de Estados Unidos. Todo estaba limpio y cuidado, era casi irreal, pero había algo que me daba mala sensación. Frente a nosotros, al otro lado, había un diner. En él se agolpaba un montón de gente que parecía parte del elenco de Grease. Jane y yo nos miramos sonriendo. En el instituto, en pleno apogeo de su pelea con mi hermano, habíamos pasado mucho tiempo juntas y, como no éramos muy populares, vimos montones de series y películas. Grease tenía encanto, pese a contar una historia que, vista desde la perspectiva que te daba el feminismo, era un poco cuestionable: cambia tu personalidad y tu aspecto para encajar en la masa y que el chico que te gusta se fije en ti. Una pena que no tuviera la opción de «Elige tu propio final» y Sandy y Rizzo se morrearan en plena feria de fin de curso.

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  • BASTANTE PATÉTICA

    BASTANTE PATÉTICA

    Chloe – Nave

    Mañana

    No me sentía muy integrada. A lo mejor era cosa de la diferencia de generación. Esta gente tenía veinte años más que yo, aunque en este preciso instante pareciéramos de la misma edad. El juego ese, el de la botella, estaba caducadísimo en mi época. Nadie jugaba a eso. Era como decirle «botellón»a beber en la calle como si fueras un homeless (en serio xd) o ir a una discoteca ruidosa. Lo normal, en el futuro, era ir a una discoteca silenciosa, ponerte tus auriculares y que cada uno bailase sus mierdas. ¿Qué necesidad tenía yo de escuchar heavy si a mí me molaban el trap y el reggaeton? Pues eso mismo.

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  • TODO EL MUNDO ODIA A IDRIS

    IDRIS SOLO-NOVAK

     LUNA VILTIS, LA KVASIR – NOCHE

    Aquella botella siguió girando controlada solo por la voluntad de Kaylee. Juntos actuábamos como una máquina bien engrasada que se encargaba de hacer que nuestro variopinto grupo empezase a unirse más. Kaylee era el cerebro y yo la bocaza.

    Lo peor de mi papel era que me había ganado algunas malas caras porque le había puesto demasiado empeño en impulsar algunas interacciones y forzar a la gente a saltarse sus inhibiciones.

    Aquella vez, la botella giró y apuntó primero a Ezra y después a Xander. No necesité saber qué iba a pedir, así que cuando lo hizo, respiré aliviado por no tener que pensar nada más durante unos segundos. – [Ezra]Verdad.[/Ezra] – pidió. Lo bueno de la verdad es que a mí no me tocaba hacer nada. Al principio me había divertido mucho con los retos, pero después de un buen rato jugando, no dejaban de pasar por mi cabeza las personas que podían haberse molestado.

    – [Xander]¿A quién te gustaría conocer mejor?[/Xander] – preguntó Xander. Le miré y después observé a Ezra. La pregunta no estaba mal. Ezra era desconocido para casi todos nosotros aunque hubiésemos oído hablar de él durante media vida, porque su padre lo había buscado con ahínco.

    – [Ezra]A todos la verdad.[/Ezra] – alcé una ceja esperando que su mirada se cruzase con la mía, pero no pasó. – [Idris]Di al menos tres, Bob el Silencioso.[/Idris] – bromeé. Aquél grupo no se iba a unir solo mientras hacía misiones separados en mundos jodidos, necesitábamos cumpleaños, viajes y momentos extraños entre nosotros. Los Moondies habían estado encerrados en una pesadilla, pero también habían ido a Escocia; habían tenido paranoia, pero también habían cantado en la boda de Elizabeth.

    – [Ezra]Vera y Elliot no existían en mi futuro. Supongo que Jane y Owen también debido a que son distintos. Y he dicho cuatro. [/Ezra] – eso ya estaba mejor. Vera levantó la cabeza y miró hacia Ezra, encantada de sentirse incluida. Lo cierto es que podíamos haberles dicho que se sentaran, aunque sean más pequeños, habría puesto sus retos a la altura, sin cosas raras. Pero con suerte habría una próxima vez.

    De los gemelos, Jane parecía la más preocupada, debía haberse puesto a pensar en su clon malvada y eso había aguado lo bien que parecían haberlo pasado en la piscina.

    Kaylee estuvo rápida y la botella volvió a girar, emparejando de nuevo a Amy y Owen. – [Amy]Dejadme en paz. [/Amy] – se quejó ella. No parecía haber salido tan triste del armario, pero después de un rato pensando demasiado tenía pinta de haberse vuelto a preocupar. – [Owen]Supongo que…verdad. [/Owen] – pidió él, facilitándole las cosas.

    – [Amy]¿Por qué te haces el tonto si no lo eres?[/Amy] – preguntó. Todos los ojos se giraron hacia Owen.

    – [Owen]Es más sencillo así. Tenéis esa idea de mí y no me molesté en cambiarlo.-[/Owen] respondió él, demostrando que todos tenemos mucho más de lo que aparentamos.

    Después de eso, trató de bromear para tapar lo que acababa de decir y como unos cuantos se quedaron pensativos, aprovechamos para hacer una pausa en el juego y cubrir necesidades básicas como mear, beber, comer o en mi caso, disculparme.

    Decidí que lo mejor era empezar fuerte, así que caminé directo hacia Lexie que en ese momento estaba sirviéndose un trago de bebida.

    – [Idris]Eh, ¿podemos hablar?[/Idris] – le pregunté.

    – [Lexie]Depende. ¿Me vas a dejar o vas a monopolizarlo todo?[/Lexie] – vale, la valoración previa en la escala de cabreo era considerable. Aun así, conocía a Lexie de toda la vida y estaba acostumbrado a llevarle la contraria en algunas cosas y que nuestra relación saliese airosa. De todas formas, esta vez el enfado venía por algo distinto.

    – [Idris]Vale, es eso. Pensé que nos estábamos divirtiendo.[/Idris] – comenté. Cuando surgió la oportunidad no me di cuenta de que a ella pudiera molestarle. Solo lo hice, esperando dirigir la orquesta hacia nuestro momento triunfal.

    – [Lexie]El juego ha sido idea mía. Yo he robado esa botella y lo he propuesto.[/Lexie]

    – [Idris]Eso lo saben todos. Solo proponía cosas divertidas Lex.[/Idris]

    – [Lexie]Siendo el centro de atención como siempre.[/Lexie]

    – [Idris]No sabía que te había molestado tanto.[/Idris]

    – [Lexie]Pues sí.[/Lexie]- se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido. No penséis que no me afectaba su enfado, pero cuando fruncía el ceño siempre me la imaginaba en su forma de mapache y me daba ganas de echarme a reír.

    – [Idris]Lo siento. Quería dar un empujón a todos aprovechando tu idea.[/Idris] – a veces el camino más rápido es una disculpa sincera. Pensé que todos nos divertiríamos igualmente y que de paso podríamos unir fuerzas, pero no quería eclipsar a Lexie.

    – [Lexie]Bueno, da igual, es que a veces parece que no te vas a callar nunca y me apetece esperarte en la puerta de la nave con una navaja.[/Lexie] – espetó. Ahí la tenías, con más billetes que todos los demás juntos y parecía salida directamente del gueto.

    – [Idris]No tenía que haberte presentado a los Drow.[/Idris] – bromeé, echándome a reír. Llevaba mucho rato luchando con la imagen mental del mapache cabreado.

    – [Lexie]Para eso ya es tarde.[/Lexie]- sonrió, así que ya me había perdonado.

    – [Idris]¿Me perdonas bigotillos?[/Idris] – insistí para confirmarlo, aún tenía a mucha gente posiblemente cabreada y tocaba ir tachando nombres.

    – [Lexie]No juegues con la idea de que pueda tener bigote en un mundo sin pinzas de depilar.[/Lexie] – replicó seriamente, buscando un espejo en el que mirarse.

    – [Idris]Seguro que puedes robar unas.[/Idris] – le rasqué la coronilla suavemente, como hacía desde que era una renacuaja a la que le encantaba meterse en problemas. – [Idris]Pienso vengarme de tu enfado.[/Idris] –  le susurré.

    – [Lexie]Te recuerdo que podría tomar tu apariencia y asesinar a alguien.[/Lexie] – respondió ella. Los dos sabíamos perfectamente que mentir estaba en su naturaleza, pero jamás sería capaz de hacer daño a una mosca.

    – [Idris]Ya te tocará con Noah, ya.[/Idris] – le dirigí una mirada pseudomalvada y respiré aliviado mientras me alejaba.

    Os confesaré algo, esperando que nadie encuentre ahora este diario y le de por ponerse con él. Parezco un tipo muy seguro, atractivo, con mucha autoconfianza y atractivo, pero no me gusta que nadie esté cabreado conmigo, me gusta hacer las cosas bien y llevarme bien con todos.

    Así que mis ganas de que ellos también se llevasen bien entre sí habían chocado un poco con ese deseo de llevarme bien con ellos y al final, como soy un angelito de dios, les había puesto a ellos por delante.

    Chloe estaba saliendo del baño de la planta principal justo cuando pasé al lado, así que me acerqué.

    – [Chloe]Mira tío, no seas stalker.[/Chloe] – dijo al ver que caminaba hacia ella.

     – [Idris]No, no soy Dante. Soy yo, Idris.[/Idris] – bromeé, alzando una ceja.

    – [Chloe]Ja, ja.[/Chloe]- estaba empezando a notar lo adolescente que era aún.

    – [Idris]Ya sé que todo el mundo sabe que soy un poco bocazas, pero parece que hoy he batido records.[/Idris] – sinceridad amigos, la respuesta fácil. El truco está en quererse lo suficiente como par ano (jajajaja he escrito ano)…para no sentirse mal por hacer algo mal. – [Idris]Lo de antes era una broma. No quería cortarte el rollo[/Idris] – añadí. La chica había hecho un buen reto y la había cortado por ponerme yo a las riendas. Caca Idris, caca.

    – [Chloe]Da igual.[/Chloe]- gesticuló con la izquierda para quitarle importancia.- [Chloe]En en futuro eres majo y siempre me contabas chistes de caca.[/Chloe] – de ahí sacaba dos cosas, una que estaba vivo y dos que seguía teniendo mano con les niñes.

    – [Idris]Ah, bien. Ya tengo repertorio por si quieres escucharlos.[/Idris] – respondí agradecido de pasar a una conversación menos seria. En el fondo me sentía cohibido por el estar a la altura de mi yo futuro. – [Idris]Entraban un ruso, un italiano y una americana en un bar. ¿Sabes como sigue?[/Idris] – pero mi boca siempre iba por delante.

    – [Chloe]Me gustaban cuando tenía tres años. No ahora.[/Chloe] – dijo ella, poniendo los ojos en blanco. Dios mío, la adolescencia, que intensa es.

    – [Idris]Prrrrrrrrr[/Idris] – tenía práctica haciendo pedorretas, así que conseguí no regarla con saliva. – [Idris]Lo siento, ese era el chiste. Prrrrrrrr[/Idris] – alargué la pedorreta.

    – [Chloe]Qué vergüenza das, tío.[/Chloe]- espetó alejándose.

    – [Idris]Oye, no me hundas en la miseria. Te veo reírte.[/Idris] – la señalé con el dedo mientras se alejaba. Al principio había hecho un gesto dramático de vergüenza, pero mi chiste era especial, te iba calando poco a poco y ya estaba echándose a reír aunque lo disimulase.

    – [Idris]Oye, te veo reírte.[/Idris] – le dije.

    – [Chloe]No, estoy llorando. [/Chloe]- respondió ella. Solté una risa y le guiñé un ojo de complicidad. Su secreto estaba a salvo conmigo.

    Leo estaba sentado allí al lado, sin haberse movido apenas desde que se levantó del juego. Si hubiese estado hecho de piedra habría pensado que era una estatua. Por lo inmóvil y por estar esculpido como un dios olímpico.

    – [Idris]Oye Leo. Siento que lo de antes te molestase.[/Idris] – dije sentándome al lado. Había cogido práctica a las disculpas y ya daba pocos rodeos.

    Leo tardó unos segundos en arrancar a hablar y cuando lo hizo, di gracias, porque todo ese tiempo estuve pensando en que si mis ojos no fueran solo para Coquito, estaría alucinando con aquél «físico». – [Leo]No le des vueltas.[/Leo] – comentó.

    – [Idris]Ya, pero bueno, te veo aquí rallado, sin jugar y me da cosa.[/Idris]

    – [Leo]No soy mucho de juegos.[/Leo]

    – [Idris]Bueno, si te apetece algo tú dilo.[/Idris] – me puse en pie porque era mejor no insistirle y le tendí la mano. – [Idris]Sin rencores entonces, ¿no?[/Idris] – solo para asegurarme, porque era tan lacónico que aún tenía dudas.

    – [Leo]He tenido mi dosis de rencor para toda una vida.[/Leo]- añadió con amargura. Le di un apretón de manos para intentar animarle y pensé cómo demonios podía estar tan mazas alguien que se dedica a la música y no parece estar todo el día en el gimnasio.

    Mientras me alejaba pensé que todavía nos quedaba mucha intervención que hacer. Con aquél juego conseguiríamos unir a muchos, pero otros todavía se resistían más y Leo tenía varios puntos abiertos. Sobre todo con las MacLeod.

    Hablando de las reinas de Roma, me encontré a Amy hablando con Vera y esperé mientras se hacía la loca para evitarme.

    – [Idris]Ams, te toca el turno en la ronda de disculpas.[/Idris] – le pedí. Vera me miró y se fue a hablar con el tipo serio nuevo, Lekwaa. – [Idris]Lo de Owen era broma, no pensé que pasase nada…serio.[/Idris] – expliqué cuando nadie nos escuchaba. Lo que le pasaba a Amy desde hacía años era un secreto a voces y por eso quería tener especial tacto con ella, porque no se merecía recaer en esa depresión por culpa de un comentario o una acción desafortunada. Solo había querido animarla y tenía miedo de haber conseguido lo contrario.

    – [Amy]No tienes que pedir perdón.[/Amy]- respondió, intentando parecer despreocupada. – [Amy]Yo dije de jugar a esta mierda de juego en el que también estaba Owen.[/Amy] – añadió. Me pareció que se refería solo al tema del armario.

    – [Idris]Decía también desde antes de eso, cuando llegaron.[/Idris] – pensándolo bien, Amy tenía unas cuantas cosas por las que podía estar enfadada. – [Idris]Vi que estabas tensa pero no sabía que pasaba algo.[/Idris] – me acerqué a ella y le puse una mano en el hombro. Cercano pero sin pasarse.

    – [Amy]Ah, eso.[/Amy]- dijo. – [Amy]Tú no tienes nada que ver. Owen es muy intenso.[/Amy] – añadió. Intenso porque le gustaba la muchacha más que comer con los dedos. Y en este caso, era mutuo, que era un denominador común a la mayor parte de los retos que había puesto con la ayuda de Kay. A ver si fornicaba ya toda esa gente y se les quitaban las tensiones y las dudas.

    – [Idris]Ya pero no quería incomodarte. A veces intento ayudar demasiado.[/Idris] – a veces por no mencionar todo el viaje espaciotemporal este.

    – [Amy]Esto no tiene arreglo.[/Amy]- dijo ella. La miré a los ojos, o al menos lo intenté, porque el pelo le tapaba la cara.

    – [Idris]¿Tan grave es?[/Idris] – pregunté. No parecía enfadada con él ni nada por el estilo y en el armario parecía haber ido medio bien.

    – [Amy]Sí.[/Amy]- replicó.- [Amy]Y no hay forma de huir de ello.[/Amy] – añadió.

    – [Idris]Explícamelo para tontos que no estoy seguro de que ese alcohol estuviera en buen estado.[/Idris] – tenía la cabeza un poco embotada y la botella que Lexie había robado no venía precisamente con la graduación y la fecha de caducidad. Ni siquiera en un idioma comprensible, salvo quizá para Vera. Nota mental: que Vera lea la etiqueta.

    – [Amy]Pero no lo cuentes, por favor.[/Amy]- me pidió. Asentí, podía ser un bocazas, pero los secretos me los llevaría a la tumba. Que si seguía cabreando a tanta gente no sería dentro de mucho tiempo. – [Amy]Owen va a morir por mi culpa.[/Amy]- añadió.

    – [Idris]¿Cómo lo sabes?[/Idris] – pregunté, tratando de procesarlo.

    – [Amy]Lo he visto.[/Amy] – dijo, por cómo lo pronunció supe que se refería a visiones del futuro.

    – [Idris]No jodas que ves el futuro. ¿No puedes…no matarlo?[/Idris] – dije forzándome a bajar la voz. Que vida más intensa teníamos los New Moondies. No podíamos tener una vida sencilla como otra gente. «Oye, ¿por qué no quedamos luego?» sería lo normal y para nosotros la respuesta habitual era algo como «Uff no puedo, hay una profecía que dice que tengo que morir y resucitar para salvar el mundo justo esta noche. Me pilla un poco mal. Lo dejamos para un día que no haya apocalipsis». Asco de vida.

    – [Amy]Los aesir y los lican son incompatibles[/Amy] – dijo Amy, sacándome de mis ensoñaciones de una vida corriente. Mi mente tardó un poco en hacer click.

    – [Idris]Ah, joder…que se os va la mano…[/Idris] – alcé la voz y al darme cuenta la bajé. – [Idris]Hombre siempre podéis fornicar con bozal o algo así.[/Idris] – susurré. Y si alguno tenía ese fetiche hacían un dos por uno.

    Amy me miró como si le hubieran borrado todas las facciones de la cara.

    – [Idris]Y recuerda lo que toda lesbiana sabe. Uñas cortas.[/Idris] – añadí, ese meme atemporal siempre rondaba por mi cabeza.

    Las facciones de Amy seguían sin aparecer. Ante lo serio que era el asunto, no quedaba otra opción que tomarselo a broma.

    – [Idris]¿Qué? Solución tiene. Pensé que lo odiabas o algo así, pero si es por eso…[/Idris] – pensé en voz alta. Se me ocurrían mil formas. Si los padres de los gemelos habían conseguido darle al mambo sin que él la palmase y los de Amy habían conseguido tenerla sin que Diana se volviese lobuna, ellos también podían. – [Idris]Mira tus padres, tuvieron que fornicar para que…vale, ya paro.[/Idris] – frené, la imagen mental de los padres dándole candela era un trauma para todos, especialmente para los gemelos que lo habían visto hacía poco, en su fiesta de cumpleaños. «Toma un regalito hijo» «Papá por dios, vístete» «¡Y quitaos de la encimera!»

    Amy se pasó una mano por el pelo, pensativa.

    – [Amy]Owen es mi botón rojo gigante que pone «no tocar»[/Amy]. – resumió.

    – [Idris]Bueno, tú disfruta del presente que no sabemos que nos pasará mañana. Y si se muere lo resucitamos.[/Idris] – le pasé la mano por la espalda para darle ánimos y se quedó de nuevo hablando con Vera.

    Entendía su miedo, no podía haber nada peor que saber que la persona que te gusta puede acabar dañada por tu culpa, pero teníamos poder, entre todos, mucho. En su día los Daesdi habían premiado a los Daë con elecciones sobre cosas que necesitaban, así que si nosotros llegábamos hasta ese punto, podía haber una cura o un amuleto como el de su madre o algo así.

    La conversación con Xander y Jane fue breve, porque Xander estaba más agradecido que enfadado y Jane creo que debía haber visto algo de la anatomía de mi futuro cuñado porque tampoco estaba cabreada y eso en ella era raro. Tomé nota para volver a mandarles algo más tarde.

    Pasé al lado de Henry y le devolví una sonrisa. Laura estaba por allí, charlando con Jane. Me crucé con Kaylee antes de que se me olvidara y le susurré sus nombres. Ella tenía buena memoria así que caerían pronto.

    Cuando terminé de pegar un repaso a todos los presentes, hasta Vera y Elliot por no haberles dicho de jugar, me acerqué a Coquito, agotado.

    – [Idris]Creo que ya he pedido disculpas a toda la nave, hasta a las hormigas que hay fuera.[/Idris] – bromeé. La miré y os lo digo en serio, creí morir. Estaba guapísima. Era siempre tan alegre y sonriente que estaba radiante.

    – [Elle]Anda ya, no seas exagerado[/Elle].- me estrechó entre sus brazos y me sentí en casa. Sentí cómo se rellenaba toda mi estamina.

    – [Idris]Worth It. [/Idris]- dije, aliviado. El cuerpo de Elle era cálido. No me había dado cuenta hasta entonces de lo frío que estaba el mío.  -[Idris] No te preocupes por el plátano en el bolsillo[/Idris] – le susurré al oído. Sabía que le estaba haciendo cosquillas en el cuello porque su vello se erizó, pero sinceramente, era intencionado.

    Elle metió una mano en mi bolsillo y agarró el plátano que tenía guardado. Llevaba allí desde que Lexie lo había robado, no pude resistirme al chiste, ahora estaría incomible. – [Elle]Por un momento había creído que te alegrabas de verme[/Elle]. – respondió. Su mano sacó el plátano como si fuese a cámara lenta y lo siguiente ya no era un plátano.

    – [Idris]Eso siempre.[/Idris]-alcé una ceja. Elle me conocía lo bastante como para interpretar la señal, pero simplemente se rió. – [Idris]A ti aún no te he enfadado ¿no?[/Idris] – pregunté.

    – [Elle]Nunca[/Elle].

    – [Idris]Estoy deseando que Kaylee, digo, que la botella nos empareje.[/Idris]

    – [Elle]Eso va a tardar, porque he pedido magreo con Jane[/Jane].- hizo el símbolo de la victoria con los dedos. Tenía las uñas cortas y limadas. Estúpida y sensual Jane.

    – [Idris]No tenéis bastante compartiendo cuarto,¿eh?[/Idris] – me reí, siguiéndole la broma. A Elle le encantaba bromear con su crush juvenil con Jane. Por suerte ahora eran mejor amigas simplemente, porque con Jane era difícil competir. Xander y ella iban a tener unos hijos que dominarían el mundo. – [Idris]Como soy la voz de los retos me vengaré.[/Idris] – esa noche iba a soñar seguro con todos los retos porno que le habría puesto a Coquito.

    – [Elle]Tenemos que alimentar al fandom[/Elle].- sonrió. Me volvía más loco de lo que ya estaba y a la vez, me ponía los pies en la tierra.

    – [Idris]¿Y los Drizzle qué?[/Idris] – pregunté sin separarme. Era una tontería perder aquél abrazo tan agradable y además, si nos separábamos iba a tener que hacer la broma del plátano a todo el mundo. – [Idris]Alguna recompensa habrá por este sacrificio. [/Idris]- añadí. Elle me miró, ella me entendía, sabía por qué lo estaba haciendo. Con ella no tenía que disculparme ni darle explicaciones.

    – [Elle]Creo que nadie shippea eso[/Elle].- bromeó, sacándome la lengua. ¿Fantasía? Fantasía.

    – [Idris]Aquí el de los shippeos oficiales soy yo, que trabajo me está costando lanzarlos. [/Idris]- empecé a contar con los dedos. – [Idris]Xane, Leylee, Haura, Amowen, Drizzle, un poco de Jelle, Mophie, NoLexie, un poco de Soylee….[/Idris] – no se me daba de maravilla poner nombre de parejas pero algunas tenían gancho.

    – [Elle]Te vas a ganar que te echen por la puerta de la nave al espacio exterior[/Elle].- me recordó. Ah, qué maravilla pensar que aquel montón de hierro había surcado el espacio alguna vez.

    – [Idris]Alguien tiene que hacerlo[/Idris]. – por un momento se me cayó al suelo la máscara de la comedia y quedó el Idris cansado y preocupado. – [Idris]Nos hace falta unión. Ya hay muchas barreras y aunque les caiga un poco peor, hay menos. [/Idris]- Xander y Jane seguían hablando de películas de cómics y de juegos de rol desde hacía un buen rato. Owen y Amy estaban charlando de algo, que ya era un avance. En general, todos estaban aprovechando lo que habían visto y hecho para entablar conversación con los demás.

    – [Elle]A ver si vas a ser tú la Kvasir…[/Elle] – bromeó mirándome fijamente. Ah, la Kvasir, la elegida entre los Daë para unir al grupo. Nosotros no teníamos una Kvasir y eso era raro, los Moondies debían haber acaparado las existencias teniendo dos.

    – [Idris]Que fantasía. ¿Eso significa que habría Drizzle con tercera rueda?[/Idris] – repliqué, frotándome las manos. Ella soltó una carcajada. Era la risa más bonita del mundo.

    – [Elle]Yo solo tengo ojos para Jane…digo para ti[/Elle]- parpadeó, le encantaba quedarse conmigo.

    Me encogí de hombros. – [Idris]Todo el mundo sabe que la Kvasir tiene superfuerza, sueños proféticos, empatía y super trío. Y si no es canon me da igual[/Idris] – Elle me pegó una patada en el culo, con cuidado, porque si no habría estado como el coyote en los dibujos, incrustado en el techo.

    – [Idris]Podemos ir a soltar energía. Entrenar… En horizontal…. Sin ropa.[/Idris] – le ofrecí. Ella caminó hacia atrás, alejándose, mientras se echaba a reír con mi dramatización.

    Volvimos al círculo y al sentarme me di cuenta de que no le había dicho a Kaylee lo obvio, que me pusiera con Elle.

    La botella giró y le tocó a Niall. – [Niall]Reto. Y ni se te ocurra meterme en el armario.-[/Niall] – avisó, riendo.

    – [Noah]Te reto a besar a alguien que te guste.[/Noah] – Noah fue rápido evitando que les emparejase a ellos. Supuse que quería evitar lo que Lexie había pasado media vida pensando.

    Niall miró fugazmente a Leo, pero por suerte no jugaba, porque habría sido un «besa a Leo» en casi todos los casos. – [Niall]Veamos. No me va, no me va. Es hermano. No me va. Es hermano… bueno, como te las das de gracioso.-[/Niall] no esperaba que se parase en mí, pero tenía todo el sentido que me viese guapo. Nos dimos un beso rápido, sin recrearnos.

    – [Idris]Tienes suerte de que ya tenga mi medio Coquito.[/Idris] – bromeé guiñándole un ojo.

    La botella giró de nuevo y oh sorpresa, me tocó a mí y después a Elle. Pedí reto y miré de reojo a Lexie para que hiciese los honores, pero Elle se adelantó.

    – [Elle]Te reto a correr en pelotas por la nave.[/Elle] – abrí los ojos, sorprendido. Había esperado que si me desnudaba no fuese delante de tanta gente. Les miré, estaban pendientes de mi decisión. Lo pensé un momento, podría haber elegido cambiar de reto, pero después de haberles puesto a ellos todos esos retos e instarles a relacionarse, lo mejor que podía hacer era entregarme a la comedia y hacer el sacrificio, que tampoco era mucho porque era un poco exhibicionista.

    – [Idris]Pero tendrás que venir conmigo para asegurarte de que lo hago, ¿no?[/Idris] – le pregunté.

    – [Elle] Me fío de ti.[/Elle] – respondió sonriendo.

    Me encogí de hombros. – [Idris]Ya te tocará.[/Idris] –  amenacé en balde. Me puse de pie y caminé hasta las escaleras. Me quité la camiseta y les hice un calvo grupal, evitando que me vieran el faro de alejandría. Eché a correr y canturreé.

    If you like Pina Coladas, and getting caught in the rain 
    If you´re not into yoga, if you have half a brain 
    If you like making love at midnight, in the dunes of the cape 
    I´m the love that you´ve looked for, write to me, and escape