Moondale

Etiqueta: Christopher MacLeod

  • OBLIGADA E INCOMODA

    Jamie Smith – Casa Echolls – {Con Christopher McLeod y Elizabeth Echolls}

    jamiesmith
    [QUOTE]Que tu abuela te empujara literalmente dentro del coche y te amenazara bajo muerte de como no fueras al cumpleaños que te habían invitado al día de hoy, en Moondale… bien jodida ibas. No sé si había sido peor esa parte o la parte en que dormía a gusto en mi cama y Nana entrando como un tornado quitándome todas las sábanas, frazadas y cubrecama, consiguiendo que el frío se colase hasta mis huesos. Creo que los minutos siguientes no los tengo tan claros: no sé si me he duchado o no, no sé si mi abuela me encasquetó un vestido negro con escote sugerente y yo le chillé escandalizada, no sé si Carolina me lo quitó y me puso un vestido negro con escote decente. Hasta estoy poco segura de si tuve manos invisibles arreglándome el cabello. La fiesta era a las siete y media de la tarde, y por arte de magia a las doce y media del mediodía ya estaba bañada, cambiada, peinada y perfumada como si fuera a ir a un desfile o algo por el estilo.

    Recuerdo haber conducido un poco más veloz de lo usual, tampoco era plan de chafarle la sorpresa y no quería que ¿Sam? ¿o era Sally? Era con S…¡SARAH! se pusiera mal al verme llegar justo cuando llegasen los cumpleañeros. A pesar de que Nana me había puesto unos tacones de infarto que se los voy a regalar a Sylver en cuando la vea, porque me voy a matar con esos diez o doce centímetros, para conducir me puse mis Converse favoritas. [/QUOTE]

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  • UNA VISITA INESPERADA

    [align=center][b][SIZE=4]Diarios de Destino | Cocina de la Casa de las Echolls[/SIZE][/b]

    echolls

    La cocina de la casa de las Echolls estaba rebosante de gente, comida y emociones. La fiesta los marcaría más de lo que ellos podían siquiera imaginar, porque los lazos que allí se formarían les daría fuerzas para resistirlo todo.

    Todos tenían algo que hacer, yendo de aquí para allá, vigilando que los demás no comiesen nada antes de tiempo, algunos como Fenris intentando comer algo antes de tiempo, mientras esperaban que llegasen los cumpleañeros. Pensaban que ya estaban todos, pero aún faltaban dos invitados por llegar, por eso se sorprendieron cuando escucharon llamar a la puerta de la cocina que daba al jardín de atrás.

    McLeod estaba cerca de la puerta, así que fue hasta ella y abrió. Allí estaba Cecil.

    – [SIZE=3][font=Bookman Old Style] [b]Oh, hola Cecil, Daniel me dijo que no podrías venir.[/SIZE][/font][/b] – McLeod le dio un apretón de manos y le invitó a pasar adelante. – [SIZE=3][font=Bookman Old Style] [b]Se alegrará de verte.[/SIZE][/font][/b] – Cuando se disponía a cerrar la puerta, Liad apareció de pronto. – [SIZE=3][font=Bookman Old Style] [b]Liad, hola.[/SIZE][/font][/b]

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  • PREPARATIVOS Y SORPRESAS INESPERADAS

    [align=center][b]Sarah Echolls | Casa de las Echolls [color=purple]{Con todo el mundo –literalmente-}[/color][/b]

    sarahfiesta

    Me miré al espejo un par de veces. Era la segunda vez en esa semana en la que me sentía realmente guapa y era todo gracias a Ann. Llevaba unos tacones tan altos que me hacían daño y aún así, seguía pareciendo la hermana pequeña de ella que estaba preciosa con su vestido negro.

    Salimos de la habitación riéndonos de nada en particular, seguramente por culpa de los nervios y tuvimos

    No tuvimos mucho tiempo de hablar cuando sonó la puerta y tras abrirla, vi a McLeod con su típico atuendo de profesor.

    – [SIZE=3][font=Bookman Old Style] [b]No sabía que había que ponerse tan guapo. [/SIZE][/font][/b] – McLeod le dio dos besos a Ann tras mirarnos durante unos segundos- [SIZE=3][font=Bookman Old Style] [b]Encantado de volver a verte. [/SIZE][/font][/b] – Me dedicó una sonrisa y me dio dos besos también. – [SIZE=3][font=Bookman Old Style] [b]Estás muy guapa, Daniel se nos quedará de piedra. [/SIZE][/font][/b]

    – [SIZE=3][font=Calibri] [b][i]Igualmente. [/SIZE][/font][/i][/b]- Ann esbozó una sonrisa tímida, posiblemente porque le parecía raro que el bibliotecario y profesor de la Universidad de Moondale viniera a una fiesta en la que la media de edad rondaba los veinte años.

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  • UNA SORPRESA

    [align=center][b]Sarah Echolls | Casa de las Echolls[/b]

    sarahtelf

    Subí las escaleras de dos en dos con una libreta en una mano y mi teléfono móvil en la otra. Sólo había tenido tiempo de ducharme desde que llegué de entrenarme, pero no podía entretenerme. Daniel y Diana estarían al llegar y no podía enterarse de que estaba organizándoles una fiesta sorpresa – sobre todo porque dejaría de ser sorpresa y perdería la gracia-.

    Me senté en la cama de mi habitación y comencé a marcar el primer número. Le había robado el teléfono a Diana esa misma mañana, mientras ella estaba vegetando en el salón y apunté todos los números que encontré. No tenía ni idea de cuál sería la respuesta de la gente ante mi llamada, pero deseaba con todas mis fuerzas que fuera que sí porque ese tricumpleaños tenía que ser un éxito.

    Ese primer número correspondía a Silver, una de las chicas que había estado encerrada en la Iniciativa. Suspiré al escuchar el primer tono.

    Odiaba con todas mis fuerzas hablar por teléfono y sólo lo hacía en caso de necesidad extrema por lo que podía sentirme orgullosa de mí misma si conseguía no morir en el intento.

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  • DECEPCION

    Christopher McLeod | Cafeteria de la Universidad

    mcderrotado
    Apuré el último sorbo de café, era el séptimo del día, y no hacía mucho que habían pasado de las seis. Aún así, ya era de noche completamente, gracias al maravilloso y atrasado horario de invierno, que nos permitía disfrutar de unas cuantas horas más de amenazas sobrenaturales para ahorrar un poco de dinero a las empresas, [i]un gran acierto[/i] pensé.

    Me levanté de la silla para despejarme un poco, desde que Edward se había ido, había vuelto a la investigación sobre Mason. El panel que tenía en mi despacho estaba lleno de pequeñas anotaciones que creía importantes, aunque no estaba seguro de si acabarían sirviendo para algo. Mi mesa estaba llena de libros que había sacado de la biblioteca con la esperanza de que contuviesen la más leve información sobre enfrentamientos contra Mason. Sabía que era una pérdida de tiempo, porque todos los que se habían enfrentado a él habían caído en el intento, pero albergaba la pequeña esperanza de que alguien hubiese estado cerca de acabar con él, de que alguien le hubiese repelido de alguna forma, de encontrar el más leve detalle que pudiera servir, pero de momento, no había nada.

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  • EN SHOCK

    [b]Suzanne Sommerville | Biblioteca | {Con McLeod & Ed}[/b]

    annsommerville
    Creo que estoy en shock. Llevo un buen rato intentando concentrarme en el trabajo, pero una y otra vez mi cabeza vuelve a la cafetería, a [b]Ed[/b] y a todo lo que me ha contado. Soy un… licántropo. Soy una criatura sacada de la literatura gótica y llevada al mundo real. Los monstruos existen y yo soy una de ellos. Salvando las diferencias, soy una [b]Remus Lupin[/b] de la vida. Y aún con eso, pretendo hacer el trabajo. ¿A quién narices le importa que apruebe Filosofía si en realidad no soy más que una bestia con mucho pelo y sed de sangre?

    ¿Le habré hecho daño a alguien? Desde hace dos años me despierto desnuda y desorientada cada mañana tras la luna llena. A veces recubierta de sangre. Y si antes creía que me estaba volviendo loca y me dedicaba a vagar sin rumbo en medio de la noche, ahora que sé la verdad creo que puede llegar a ser mucho peor. ¿Y si… lo que le pasó a [b]Francis[/b] tiene algo que ver conmigo? Cierro los ojos con fuerza ante la simple posibilidad. De todas las personas a las que podría atacar, [i]porque, afrontémoslo, [b]Ann[/b], eres un licántropo descontrolado y puedes atacar a la gente[/i], [b]Francis[/b] sería, sin lugar a dudas, la que más me destrozaría si realmente hubiese sido yo. Así que sólo me queda rezarle a un Dios en el que no creo por no haber sido yo.

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  • LICANTROPO

    [b]Christopher McLeod | Cafeteria de la Universidad [color=maroon] {con Edward MacLay}[/b][/color]

    macleodfocus

    – [b]Un café solo con azúcar.[/b] – pedí en la barra en cuanto alguien se me acercó. – [b]Bien cargado por favor. [/b] – puntualicé.

    Desde luego necesitaba algo que me despejase y me centrase. Cuando Diana se fue no supe qué hacer ni en qué pensar, la tenía todo el rato en mi mente, a ratos me maldecía a mi mismo por no haber intentado seguir adelante, por haberme rendido, pero por otra parte, si hubiera seguido adelante el miedo a lo que pudiese ocurrir no me dejaría vivir.

    No pude evitar soltar un leve ¡JA! De joven no soportaba la manera en la que el miedo rige las vidas de las personas, como las ata y les impide crecer, me parecía incluso vergonzoso que el miedo me controlase de esa manera.

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  • DESCONTROL

    [b][Jamie Smith|| Cementerio||{Con Christopher McLeod}][/b]

    jamiesmith

    Me dolía el costado, me costaba respirar con regularidad y las lágrimas me empañaban los ojos, con lo cual me costaba entender como no me había tropezado con algo o alguien. Mis piernas siguieron corriendo sin parar, sin detenerse, sin inmutarse de los peligros. Atrás iba quedando la zona comercial, dejando paso a la zona residencial, hasta llegar a los lindes del cementerio. Entré en éste, sin detenerme hasta llegar a la zona de los grandes mausoleos de Moondale. Cuando me detuve, me doblé en dos, llorando entre hipidos y a la vez intentando recuperar mi resuello; luego me senté, apoyando mi espalda contra la pared de cemento de uno de los mausoleos y oculté mi rostro entre mis brazos cruzados, volviendo a llorar.

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  • DECISIONES DEL CORAZON

    [b]Christopher McLeod | Su casa {Con Diana Echolls}[/b]

    mcderrotado

    Me desperté atolondrado, la cabeza me martilleaba y no conseguía evitar sentirme mal por lo que había ocurrido, así que seguí tumbado en la cama un buen rato, observando cómo dormía Diana.

    Pensé en lo fácil que sería para mí tenerla siempre así a mi lado, lo fácil que sería mirarla dormir durante horas sin tener que reprimir lo que sentía por ella, pero no podía, precisamente porque sentía algo por ella no podía hacerlo. La historia no debía repetirse.

    Miré el reloj y vi que ya era la una de la tarde. La cabeza me seguía doliendo, así que decidí levantarme y arreglar uno de los muchos problemas que tenía pendientes. Me puse un pantalón de pijama y salí de la habitación en dirección a la cocina.

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