Moondale

Etiqueta: Daakka x Cara

  • EPILOGO

    DIARIOS DE DESTINO – BARRIO OESTE

    Magnolia se bajó del coche y se despidió del resto de los ocupantes. Ninguno mostró demasiado ánimo ni alegría, todos estaban cansados y ese no era un día que la mayorían fueran a festejar. Pese a que habían detenido la guerra y habían puesto a salvo a casi toda la gente, habían sufrido pérdidas en todos los bandos, algunas, muy cercanas.

    Había pedido que la dejaran en un cruce para que no tuvieran que desviarse demasiado, así que mientras caminaba sola por aquella solitaria y silenciosa calle, Magnolia sintió que algo la observaba, pero no fue capaz de ver nada. Apuró el paso sin poder quitarse de la cabeza el recuerdo de Christopher, destrozado por la muerte de su hermano.

    En ese momento los Moondies estaban todos reunidos, apiñados para superar los duros momentos. En parte, los envidiaba. Magnolia volvería ahora a su apartamento solitario sin poder hablar con nadie de lo ocurrido, sin poder llorar a Nicholas porque los demás también necesitaban hacerlo. Ni siquiera se hablaba ya con sus padres desde hacía una buena temporada.

    Apuró el último tramo hasta llegar al portal. Llevaba encima algunos botecitos con arena que la hacían sentirse más segura, pero los viejos miedos son difíciles de olvidar. Cerró la puerta y sintió de nuevo que algo acechaba en las sombras. Ese pensamiento le acechó también en el ascensor y en el rellano, pero no había nada.

    Entró a su casa y colgó el bolso en una percha. Cansada, encendió las luces y entonces se sobresaltó al ver a una joven muchacha sentada en su sofá. Estaba pálida y tenía las manos sobre una herida sangrante.

    – [Omega]Ne…necesito tu ayuda[/Omega].- pidió la joven. Magnolia sintió entonces el viento filtrarse por una ventana rota de la sala de estar, por donde debía haber entrado la muchacha.- [Omega]Soy…soy la hija de Dominic Williams[/Omega]. – al escuchar ese nombre se relajó. Podía ser mentira, claro, pero Magnolia tenía un talento para saber si la gente le estaba mintiendo, y sentía que ella decía la verdad.

    – [Magnolia]¿La hija de Dom?[/Magnolia]- preguntó mientras corría al baño a coger el botiquín para ayudarla.- [Magnolia]¿Vienes del futuro?[/Magnolia]- añadió al volver junto a ella. La muchacha respondió y Magnolia se llevó una mano a la boca por la sorpresa. A Dominic seguro que le alegraría, Magnolia le había escuchado hablar a veces con Daniel y con Sarah preocupado sobre sus hijos. Seguro que no se tenía por buen padre, pero ella sabía que sí lo sería. Se arrodilló junto a la joven y empezó a tapar su herida. – [Magnolia]Deberíamos llamar a tu padre y a Sarah[/Magnolia].- comentó, pensativa. Quizá eso les animara un poco esa noche.

    – [Omega]Nadie puede saber que estoy aquí[/Omega].- replicó la joven, cortante. Magnolia alzó la vista. De las facciones agradables e inocentes que había visto al principio ahora quedaba poco. La muchacha tenía una mirada fría como el acero. Entonces se fijó en que la herida se estaba cicatrizando sola, poco a poco. – [Omega]¿Vas a ser un estorbo, Magnolia?[/Omega]- preguntó. Fue demasiado rápida, para cuando Magnolia quiso apartarse, la joven ya le sujetaba la mandíbula con fuerza, apretando mientras la miraba fijamente a los ojos. No, ahí no había rastro de la bondad de Dominic.

    Cansada aún del combate pero motivada por la supervivencia, se apartó y convocó la arena que tenía dispersa en botecitos de cristal para defenderse. La atacante intentó desviar la arena con telekinesis, quizá sí era la hija de Dominic después de todo.

     – [Omega]Verás, mi poder no está en sus mejores días desde que la Iniciativa experimentó conmigo hasta que escapé. La misma noche que mi «padre».[/Omega] – explicó, sonriendo mientras se quitaba la arena de encima. Magnolia sabía que los Moondies habían estado cautivos en la Iniciativa haría unos cuatro años. Intentó pensar como le había enseñado Christopher: tenía telekinesis y se regeneraba, pero hablaba de que su poder no estaba en sus mejores días. Había escuchado hablar a los Moondies de algo acerca de un enemigo muy peligroso que habían conocido en una visión del futuro, un enemigo con el poder de robar los de otros. Omega, lo llamaban. Siempre había asumido que era un hombre.

    – [Omega]Si matas a alguien que ya está muerto: no cuenta, ¿verdad?[/Omega]- preguntó, socarrona. Parecía estar disfrutando de darle caza. No entendía cómo podía salir de alguien tan puro y bondadoso como Dominic una persona tan oscura y perversa.

    Magnolia trató de defenderse interponiendo la arena entre ellos, moviéndola cada vez más rápido para cortar la piel de su atacante, pero ella tocó un plato decorativo de metal y se cubrió del mismo, cruzando la arena sin preocuparse. Trató de enviar un mensaje a los demás para socorrerla, pero los nervios no la dejaban hacerlo bien.

    No tuvo tiempo a hacer nada más. Lejos de ella, Omega usó su telekinesis partiéndole el cuello con rapidez. – [Omega]Joder[/Omega].- se quejó. Con Magnolia muerta, ya no podía acceder a su poder para unirlo a su lista. Sin recuperar el uso en condiciones de sus poderes no podía hacer más que mantenerse oculta. Los Moondies ya habían echado por tierra su oportunida de acceder a ese festín que era la gente de Z. Se colocó los auriculares y se marchó, dejando el cuerpo sin vida de Magnolia tras ella.

    Mientras tanto, en otro lugar, Dominic descorchó una botella con su poder para diluir las penas, pero el cansancio hizo que el corcho saliera volando sonoramente y la bebida le salpicase. – [Dom]Joder[/Dom].- se quejó, masajeándose la cabeza mientras otro servía la bebida.


    CUATRO MESES MÁS TARDE

    DAAKKA – CERCA DE LA PLAYA DE LOS MUERTOS, MERELIA

     

    Los meses posteriores a la ‘Guerra de Moondale‘ vivimos en una calma expectamente. La ciudad estaba aún lamiéndose las heridas de sus pérdidas y recuperando fuerzas para volver a ser la misma de siempre, aunque nunca volvería a ser la misma. Ninguno lo haríamos.

    Como era de esperar, o al menos eso decía Matias, el pulso electromagnético de la Iniciativa había evitado que se tomase cualquier tipo de grabación de los hechos y para el resto del mundo, Moondale fue una ciudad más víctima de un atentado terrorista cargado de tintes racistas por un gobierno que lo era abiertamente.

    Los de arriba enviaron ayuda militar, sí, supuestamente para ayudar con la reconstrucción de los edificios que se habían visto dañados. El dinero llegó, teóricamente, pero solo para cubrir que los soldados que habían enviado se habían encargado en su lugar de cubrir sus huellas y enterrar profundamente la llave de la Iniciativa Awaken. El lugar que me había visto nacer y me había mantenido en cautiverio, junto con las pesadillas de muchos miembros de mi familia, había pasado a la historia.

    El Bosque de los Lobos se encargaría de engullir con el tiempo la construcción de los hombres que habían intentado sobreponerse a la naturaleza. Algunos de los activos habían escapado gracias al poder de Mental, por desgracia también los peligrosos como King, Queen e incluso Easy, pero muchos habían muerto en una guerra sin sentido y probablemente sus familias, si es que las tenían, no sabrían nada de su desenlace. La cabeza visible del proyecto había muerto con Preston y ahora era demasiado arriesgado para el gobierno mantenerlo en funcionamiento.

    No podía decir que me alegrase tampoco, aunque resultase un alivio que mi hijo fuese a crecer en una Moondale sin la Iniciativa. En estos meses habíamos tenido muchos temas personales de los que ocuparnos, pero no pudimos estar del todo tranquilos porque Z y los suyos seguían ocupando el Palacio Kvinneby.

    Sus números también habían disminuido. Habían perdido gente y algunos de los que tramaban dentro del bando negro se habían conseguido escapar, concretamente el Rey y la Reina del bando negro, otra amenaza de la que teníamos que estar pendientes.

    A sabiendas de que su trabajo con la Iniciativa estaba terminado por el momento, los O.W.L.S. decidieron trabajar junto a Gambit para idear el nuevo refugio de los sobrenaturales y asegurarse de mantener a raya el poder que ostentaba Z y la amenaza que suponía para el mundo.

    Eso era lo que nos había llevado a mí y a una cala vecina de la Playa de los Muertos de Merelia, donde en ese momento estábamos viendo docenas de camiones cargados de productos de primera necesidad y materiales de construcción. Dudaba que fuesen a construir su ciudad en una cala, así que la curiosidad me embargaba.

    Selardi apretó mi mano, pese a estar en forma humana. Estos meses habíamos tenido tiempo a dedicarnos más a nosotros mismos y al bebé que crecía a pasos agigantados en su barriga. La miré, estaba radiante, como siempre. Su piel brillaba y su pelo rosa claro acentuaba sus ojos. Llevaba una capa que la protegía de la fría brisa marina. A Selardi no le habria gustado que le dijera que estaba muy guapa, pero no podía pensar de otra manera. Habíamos sobrevivido, estábamos juntos y esperábamos un niño.

    – [Shawn]No queda rastro, para el gobierno será una nación invisible.[/Shawn] – escuché decir a «Shawn Douglas», el nombre que había tomado Frank Umbra, – bueno, su clon – al recibir la impronta de un viejo miembro de los O.W.L.S. En ese momento estaba hablando con el resto de sus compañeros, Sarah y Christopher. Gambit estaba algo más alejado de nosotros, especialmente Petra que miraba el mar en la orilla. Z y Beatrix estaban manteniendo las distancias, sobre todo él.

    – [Sarah]¿Creéis que seréis capaces de ser una nación autosuficiente?[/Sarah]- preguntó Sarah, dejando patente la preocupación de todos. Shakti también tenía una barriga muy bonita y con su genética de Cazadora parecía que ni siquiera le molestaba. Daniel estaba cerca de ella, escuchando, mientras conversaba con Diana.- [Sarah]Parece difícil[/Sarah]. – añadió. Dom y Rebecca estaban un poco más alejados en ese momento, sentados en el muro de piedra que cercaba la cala. Rebecca tenía una barriga enorme por los gemelos y le molestaban los pies, que tenía sumergidos en el agua.

    La verdad es que escribiéndolo ahora me resulta gracioso pensar en los «ataques de Easy», que habían provocado un aumento de la natalidad en Moondale, o al menos en nosotros, impresionante. No había sido un mal plan, claramente nos habría dejado a todos fuera de juego, tanto por el cansancio del sexo en sí como por el embarazo posterior. Teniendo en cuenta que seguía libre, nos imaginaba a todos con una camada como nos tuviese por enemigos.

    Los que no tenían la misma excusa eran Vincent y Mara, que en ese momento escuchaban, con Idris en los brazos señalando a Mia, bueno, a una parte de Mia. Mara había anunciado hacía poco de una forma bastante aséptica que estaba embarazada, evidentemente con las bromas de Diana respecto a su «matrimonio apañado». Al final resultó que lo suyo funcionaba mejor de lo que incluso ellos debían haber imaginado. Quizá todo lo que nos había pasado juntos, las Pruebas, la guerra, los miedos…nos habían hecho formar un vínculo inquebrantable entre nosotros, yendo a más en algunos casos.

    – [Olivia]Pero no es imposible[/Olivia].- respondió Olivia metiéndose las manos en los bolsillos. Seguía vestida muy formal para tener los pies en la arena y a su hijo, Henry, jugando unos metros más allá. La teoría era que los O.W.L.S irían a la ciudad de los sobrenaturales a mantener el control. Me imaginé lo dificil que sería dar ese salto con un niño pequeño y el valor que debía tener para hacer lo que necesitaba hacer.- [Olivia]El Bando Negro ya no existe y todos los que nos vamos a la isla, sabemos qué es lo que nos conviene[/Olivia].- aseguró de forma parca. Era una mujer seria, que se hacía respetar, por eso la habían elegido para ser representante en Gambit en el puesto que había tenido en su día Abel Moreau. El resto de puestos que habían quedado vacíos estaban también asignados, pero nadie nos había dicho por quién.

    – [MacLeod]Aun así, no va a ser fácil. La Iniciativa puede volver. Si no ellos, otros.[/MacLeod] – intervino Christopher con aspecto aún más cansado. Esta vez no era por la pequeña Amy que reía en brazos de Ed mientras Lucy le hacía gracias. Lo que le pasaba a Christopher es que había tenido muchas preocupaciones y poco tiempo para llorar a su hermano Zack. – [MacLeod]¿Dónde os trasladaréis exactamente?[/MacLeod] – preguntó, intentando sacar a la luz el gran secreto. Los protegidos de Z caminaban de un lado a otro entre los camiones, preparando cosas.

    -[Lincoln]¿Conoces el mito de la Atlántida? Pues bueno…-[/Lincoln] trató de explicar Lincoln señalando a Petra con la cabeza. Cogió al pequeño Henry y se lo llevó a un camión de ganado para que viera las ovejas. La Torre blanca, dándose por aludida, se giró hacia nosotros.

    – [Petra]La diferrensia es que esta isla no ssse va a hundirr[/Petra].- replicó. Christopher la observó con ojos entrecerrados mientras ella volvía a encararse hacia el mar. Pronto empezamos a escuchar un ruido y las aguas se agitaron violentamente. Temí que se acercase un tsunami y mi instinto me instó a correr y poner a salvo a Selardi y al resto, pero de pronto las aguas se pararon en el aire. Frente a nosotros, Edward Teach movía las manos, reteniendo el mar con su voluntad.

    Sentí que observaba de primera mano una recreación de Moisés dividiendo las aguas, salvo que esta vez, solo las retuvo mientras Petra hacía emerger un islote rocoso enorme que cubrió el horizonte.

    -[Dom]Un poco rocoso ¿no? -[/Dom] preguntó Dominic, observando la enorme extensión de tierra que se había alzado delante de nosotros. Una chica joven y una mujer con aspecto de árbol se colocaron juntas de cara a la isla y empezaron a hacer brotar la vida vegetal. Bosques e importantes recursos naturales brotaron con facilidad. Edward Teach extrajo del mar un torrente de agua que dejó atrás las impurezas para convertirse en agua dulce y se usó para formar ríos y lagos. El poder de los sobrenaturales podía cambiar el mundo para bien, erradicar el hambre, las enfermedades, los repartos desiguales de riqueza, pero la propia naturaleza del ser humano (y sobrenatural también) le hacía incapaz de aceptarlo. Solo funcionaría en una pequeña nación como esa, en la que los fundadores ya se conocían y habían formado sus vínculos. Otros miembros de Gambit y de los Protegidos se sumaron a los que ya estaban terraformando la isla para terminar de hacerla perfectamente habitable.  – [Dom]No he dicho nada.[/Dom] – replicó Dom, sonriendo impresionado. Ver el verdadero poder de esas personas en despliegue era abrumador.

    Nos despedimos de los más conocidos, al igual que de Ted y April, que se iban con ellos junto con algunos otros sobrenaturales. Leonard habría tenido un buen futuro allí, pero decidió luchar con nosotros y por ello perdió la vida a manos del Rey Negro, como tantos otros aquél desdichado día.

    – [Carbon]Pórtate bien, en serio.[/Carbon] – escuché decir a un Russell a otro, mientras que otro más estaba al lado. Al parecer iba a separarse para estar en varios sitios a la vez en lugar de recluirse en la isla.

    Cuando terminó la terraformación, la isla que estaba frente a nosotros parecía un paraíso, y eso solo a simple vista. Edward Teach se acercó a nosotros caminando lentamente mientras los camiones cruzaban a la isla. – [Tide]No tenemos que preocuparnos por que nos detecten. La isla estará siempre en movimiento y Software nos mantendrá fuera del radar.- [/Tide] aseguró. Parecía que lo tenían todo cubierto. Me fijé en que ‘Tide’ se quedó observando a Lucy, que le devolvió la sonrisa sin saber muy bien qué hacer.

    La Reina Blanca descendió de entre las nubes.- [Amaya]¡Qué maravilla[/Amaya].- respondió, admirando la isla. Solo con ella, ‘Tide’, ‘Petra’ y ‘Software’ podían ser ya invisibles e inaccesibles. Caminamos junto a Amaya, acercándonos a la nueva isla.

    Sarah se acercó hacia Z y Beatrix, bajo la atenta mirada de todos nosotros.- [Sarah]Que te vayas no implica que olvide que ha muerto gente por tu culpa[/Sarah].- le escuché advertirle con seriedad. Lo que había ocurrido había sido horrible, gente buena había muerto por una guerra sin sentido, que podría haberse resuelto de la misma forma que lo estaba haciendo ahora.

    – [Z]No eres la única con buena memoria, Sarah.[/Z] – respondió él, girándose. De nuevo vestía de blanco, un color que siempre me haría pensar en la sangre que estaba en sus manos. – [Z]No molestaremos a nadie mientras nadie nos moleste.[/Z] – sentenció. Sarah frunció el ceño, no era la única que se lo tomaba como una amenaza. La arrogancia de Z era su perdición, aunque de todas formas, una relación cordial con él era imposible.

    – [Sarah]¿Eso es una amenaza?[/Sarah]- le espetó Sarah, enarcando una ceja. Se cruzó de brazos y le miró. Su redonda barriga y si pequeña estatura no restaban poder a Shakti. Seguía emanando un halo de fuerza a su alrededor.

    Z fue a responder, pero Beatrix le puso una mano en el brazo. Él la miró, iba vestida con una ropa escueta de playa, parecía estar adaptándose a los nuevos tiempos. En lugar de rebatir, miró una vez más a Sarah y caminó hacia la isla.

    – [Sarah]Hasta siempre[/Sarah].- se despidió Sarah, sin moverse. Beatrix se quedó atrás. Miró a Sarah y se acercó para darle un abrazo auténtico antes de irse. Sin Beatrix probablemente la guerra nunca habría terminado. Habríamos visto uno de los dos futuros y ninguno era muy llamativo. Por desgracia sabíamos que en algún lugar, Omega estaba pendiente de nosotros, amasando poder y recuperando fuerzas. Volví a mirar a Rebecca, cansada, con su enorme barriga. Sus hijos no serían los mismos que vimos, ya era imposible, el hombre vil que los había criado en ese futuro estaba ya muerto, pero Omega estaba aquí.

    – [Logan]Sigo sin saber por qué no estaríamos mejor en una isla en la que nadie diese por el culo.[/Logan] – escuché decir a Logan, sacándome totalmente de mis pensamientos.

    – [Mia]¿Te parece que he estado poco tiempo escondida, Logan?[/Mia]- respondió Mia. Desde que había huido con nosotros del Palacio se había convertido en una auténtica heroína, fuerte y sin dejarse pisar por el ego de Logan. En ese momento tenía a Cole en brazos. Su madre había intentado ayudar a gente a defenderse en la ciudad y había muerto a manos de un activo de la Iniciativa. Al menos el pequeño tenía a Mia, que le cuidaría a partir de entonces, pero perder a una madre no podía ser nada fácil. Cada vez que lo pensaba mi cuerpo, ya fuera humano o demoníaco, temblaba de miedo por las cuatro madres recientes en pasado o futuro que tenía nuestro grupo.

    – [Logan]Vale, vale, no digo nada…[/Logan] – replicó Logan. Por suerte no volvió a decir nada en todo el rato que estuvimos allí, despidiéndonos de la gente con la que en otras circunstancias podríamos haber conectado, como Petra, Bagheera o Aaron y Amaya, así como de los O.W.L.S.

    – [Diana]¿Esta gente no se va nunca o qué?[/Diana] – preguntó Diana, sonriente. El humor general era de alivio, pero también seguía la pena y la incertidumbre sobre nuestro futuro, así que Diana, como siempre, se aseguró de que todos nos encontrásemos mejor.- [Diana]¿Cuánto tiempo llevamos con esto de Z, cuatro años?[/Diana] – añadió, riéndose. Lo cierto es que parecía que había pasado una eternidad desde nuestras Pruebas, habíamos cambiado mucho. Habíamos ganado y habíamos perdido.

    – [BlackMarket]¿Alquien quiere cambiar de poderes? Última oportunidad…-[/BlackMarket] preguntó uno de los rezagados de Z, el tipo calvo que intercambiaba poderes, al que al parecer le daba cierto alivio hacerlo.

    – [Diana]Aquí lo único que parece que hace falta es una caja de preservativos[/Diana].- replicó Diana, consiguiendo que se fuese. Después miró al grupo, donde los embarazos destacaban fácilmente. – [Diana]¿Es que nadie tiene Netflix o qué?[/Diana] – preguntó. En realidad sí teníamos, era de Sarah, que nos había dejado una cuenta para cada casa, pero en el tiempo en el que se habían producido los embarazos teníamos más ganas de otras diversiones.

    – [Dom]Ed seguro que no, tiene cabras.-[/Dom] bromeó Dominic. Dudé si responder como lo habría hecho hablando con Selardi, pero me contuve, a los demás no les resultaría cómodo hablar de esos temas aunque todos sabíamos perfectamente lo que había hecho Easy y las «urgencias» que había despertado durante meses.

    – [Daakka]¿Selardi necesita algo? -[/Daakka] pregunté, acariciando su bonita barriga. Desvié la mirada a Daniel, temía que nuestra relación empeorase por el embarazo de Selardi. Quizá solo era que últimamente no habíamos podido hablar en privado.

    Daniel no respondió, pero vi a Sarah hincarle el codo en las costillas y entonces me devolvió la sonrisa. Aunque Sarah le hubiese espoleado, sentí que era una sonrisa sincera. Selardi me había dicho que había hablado con Daniel y que se alegraba por nosotros, pero solía ser tan serio que cuatro meses después había temido su reacción hasta ver esa sonrisa. – [Daniel]Lo bueno de que sean sostenibles es que con suerte no volveremos a saber de ellos.[/Daniel] – comentó, naturalmente resentido. Las cosas podrían haber sido muy distintas, pero al final solo podía ser un alivio verlos marchar. Por mucho que Z hubiese desviado una pequeña cantidad de sus reservas económicas a reconstruir los daños de la ciudad, la gente no podía volver a la vida con dinero y lo que habíamos vivido no iba a cambiar.

    – [Vincent]Nos hemos ganado un descanso.[/Vincent] – aseguró Vincent. Sin un problema nuevo en el horizonte cercano, pero varios problemas recurrentes que siempre estarían ahí, lo cierto era que había llegado nuestro momento. Habíamos salvado el mundo varias veces, teniendo que vivir nuestras vidas como parte de ese camino, casi siempre en segundo plano. Ahora había llegado el momento de disfrutar de nosotros y de nuestros hijos hasta que el mundo volviese a necesitar ser salvado.

    Habíamos superado tres de las cuatro puertas. Nos habíamos enfrentado a la mismísma Muerte, habíamos desafiado y vencido a la Locura y habíamos sobrevivido al Sueño. Por desgracia, todavía nos quedaba enfrentarnos al Olvido, aunque para eso, nos esperaban unos años de descanso relativo.

  • EL PALO ROSA DE MEAR

    Cara Elle – Bosque de los lobos

    Tarde – Noche

    Os voy a contar una cosa de las batallas que quizás os sorprenda: no molan. Las películas, las series y los libros las venden como si fuera inevitables, pero la mayoría de las veces, lo son. Si algo había aprendido de mi «infancia» con Elizabeth y Daakka, era el poder de hablar para solucionar las cosas.

    Por ejemplo, alguna vez he querido pegarme con alguien por hablar en el cine o por colarse en el supermercado, pero no lo he hecho. Otras veces he querido matar y deshacerme del cadáver con disimulo por pegarle una patada a un perro, pero también me he aguantado. ¿Por qué? Porque Elizabeth no me dejaba. Porque no está bien. Pero ahora estábamos luchando y tenía que creerme que la balanza moral que te prohíbe hacerlo normalmente, dejaba de funcionar en momentos como ese.

    (más…)

  • LIQUIDO CONDUCTOR

    DAAKKA | APARCAMIENTO DEL HOSPITAL ST.ANNE

    daakkagreen

    Me eché hacia un lado y evité el tentáculo de oscuridad que habían lanzado para agarrarme. El demonio azul oscuro enseñó sus fantasmales colmillos y sus ojos rojos centellearon de ira. Antes de que pudiese reaccionar con otro ataque, respondí con un rayo que le impactó en el pecho, tirándolo al suelo.

    Observé a los demás, todos enzarzados en un combate para mantener distraídos a los enviados de Z y que Sarah y Ed pudiesen ponerse a salvo de sus garras.

    Cerca de mí estaba Selardi con su piel recubierta de ese metal que Daniel había cogido en la Iniciativa, mitrilo. Aprovechando su resistencia se estaba enfrentando a un miembro de Gambit de piel nívea y cabellera rubia, que asestaba tajos a gran velocidad sin que sus espadas consiguiesen hacerle un rasguño.

    En mitad del caos que reinaba a mi lado izquierdo casi no conseguía ver a nadie. Distinguí a Dominic y a Daniel intentando abatir juntos a algo que no distinguí. Tras el caos del combate vi a ‘Mental‘ observándolo todo fijamente, temeroso de que estuviese concentrándose para dejar fuera de combate a alguno de los nuestros, me preparé para lanzar un rayo contra él. Por desgracia mi otro enemigo tardó un segundo en ponerse en pie, mientras la marca oscura que el rayo había dejado en su pecho se desvanecía. Un látigo de oscuridad aferró el brazo con el que me disponía a atacar.

    – [Daakka]Dominic, Mental.[/Daakka] – grité. Por el rabillo del ojo vi a Mental ser golpeado hacia atrás por una mano invisible.

    Me giré hacia mi contrincante justo en el momento en el que otro de sus tentáculos aferraba mi otra mano.

    – [Demonio]Cuando devore tu alma serás un buen huésped.[/Demonio] – rió con su espectral dentadura deformando el rostro del humano que una vez existió y ahora no era más que una cáscara vacía controlada por un muerto.

    – [Daakka]Selardi no acepta imitaciones.[/Daakka] – repliqué con una sonrisa irónica. Que se lo dijeran a mi apariencia humana. Por suerte Duke Rivera se había quedado en segundo plano, en un alias que utilizar cuando necesitase hacer algo con una identificación. Todavía estaba esperando que volvieran a viajar a Escocia, como solían hacer, pero parecía que había llegado en la época sin viajes.

    Tomé los tentáculos entre mis manos, asqueado por su tacto alquitranado, y solté una descarga que los recorrió hasta impactar de nuevo en el espectro, que salió despedido contra una pared contraria.

    Escuché un pitido y me giré con miedo hacia uno de los ascensores, temiendo que algún humano bajase al aparcamiento en ese instante y se encontrase con el combate. Por el momento no había sucedido, pero era cuestión de tiempo. Necesitábamos acabar cuanto antes, pero también teníamos que retenerlos para que no fuesen tras Sarah.

    Lo mejor sería dejarlos a todos incapacitados, pero no podía utilizar mi poder, había demasiadas cosas que podrían salir mal. Selardi estaba recubierta de metal, podría hacerle daño. O podría usar más intensidad de la debida y dañar seriamente a alguien.

    Es difícil tener poder para acabar con un problema y no poder utilizarlo. Con mi habilidad podría haber terminado con la vida de todos ellos, pero no era un asesino. La elección buena siempre era compleja, en eso tenían razón los juegos de rol.

    Suspiré con resignación y me lancé contra Steel, que en ese momento intentaba golpear por la espalda a Dominic y Daniel. Agarré al gigante de metal por la cintura y lo alcé notando la tensión en mis músculos de demonio. Imité una llave de lucha libre y lo lancé al suelo aprovechando su peso.

    – [Aislinn]Esto es absurdo.[/Aislinn] – replicó la Reina Negra, frente a una Rebecca arrodillada a sus pies. Me dispuse a ir hacia ellas pero Selardi fue más rápida, cogiéndola y alejándola de ella.

    A la Reina Negra no pareció importarle y eso no apuntaba a nada bueno. Tomó el alfiler entre sus manos y sus ojos perdieron la visión del mundo real mientras recitaba a toda prisa un salmo. Nadie tuvo tiempo a detenerla.

    Una gota de su sangre cayó al suelo y empezó a extenderse como un enorme charco del que empezaron a surgir formas humanoides que parecían hechas de la misma sangre. Se contaban por decenas.

    Varios de esos autómatas de sangre se lanzaron a por Selardi. Corrí hacia ella pero otro grupo vino directo hacia mí. Hacia donde quiera que mirase, pasaba lo mismo, los nuestros estaban rodeados por esos seres.

    Sus golpes parecían firmes pero cuando les golpeaba, mi puño atravesaba su cuerpo como si nada. Lo mismo les pasaba a los demás. Dom lanzaba lejos parte de la sangre que componía su cuerpo pero eso solo conseguía que donde había uno, surgieran dos. Mientras tanto, el bando negro se estaba agrupando, listos para irse.

    No podíamos perder más tiempo con esos seres. Me fijé en la posición de cada uno de los míos y sentí la carga eléctrica acumularse en las puntas de mis dedos antes de soltarse en varios rayos que impactaron en los autómatas de sangre haciendo que sus cuerpos burbujeasen y se terminasen colapsando en un charco de sangre borboteante.

    Habíamos acabado con todos, pero el bando negro había escapado. Dominic reunió la sangre con su poder y la dirigió a un sumidero, para evitar que cualquier humano fuese a encontrarse la escena y declarase un asesinato.

    Como Diana ya sabía lo que estaba pasando gracias a sus visiones, nos envió un mensaje para decirnos que Sarah y Ed estaban en el hotel y necesitarían nuestra ayuda. Así que sin más tardanza decidimos coger el coche de Daniel, bastante apretados, por cierto, incluso en la forma de Duke, y salir de allí a toda velocidad.

  • ARENA Y SAL

    Daakka | Playa Bitterwater, Merelia

    MADRUGADA

    dukepost1

    Finalmente, la celebración de la boda llegó a su fin después de que los invitados se fuesen retirando como un goteo a sus habitaciones. Los novios, los MacLeod y los Moondies fuimos los últimos en marcharnos, a fin de cuentas, estábamos acostumbrados a dormir poco cuando el deber lo requería, y era mucho menos cansado bailar y reír que matar vampiros.

    En lugar de irse a sus habitaciones, Sarah, Daniel, Elizabeth y Jaime decidieron marcharse al hospital a esperar que el bebé de Diana viniese al mundo. La primera de la nueva generación Moondie. Dominic se ofreció a llevarles, pero todo el mundo estuvo de acuerdo en que, aunque su constitución sobrenatural hubiese soportado tantos «cócteles», lo más seguro era que un alcoholímetro explotase en cuanto pusiera sus labios en él.

    (más…)

  • CAPACES DE TODO

    CAPACES DE TODO

    Daakka | Exterior de la Sede de los O.W.L.S, Cirth

    MEDIODIA

    duke1

    Abrí y cerré los puños e hinqué una rodilla en el suelo para colocar mis manos sobre la tierra, dejando que los retazos de electricidad que recorrían mi cuerpo se disipasen en ella. Mi poder ya había cumplido su función inhabilitando al androide, Lincoln, al que en ese momento se llevaba un demonio orco cargado a la espalda, y manteniendo ocupado a Echo, el que manipulaba el sonido, y Zero, la que manipulaba el hielo.

    El combate había terminado, al menos en lo que a la Iniciativa se refería, pero no había tiempo para celebrar la supervivencia, ahora teníamos otro enemigo frente a nosotros, la gente de Z que nos había ayudado momentos atrás.

    (más…)

  • UNA OLLA EXPRÉS DE SENTIMIENTOS

    UNA OLLA EXPRÉS DE SENTIMIENTOS

    Diana | La Nave

    NOCHE

    diana20102015

    Una vez salimos de La Iniciativa (por los pelos), los refuerzos de Louna, así como los Satellites, Sasha, Logan y su novio Hiroshi, decidieron que era mejor no acompañarnos a La Nave.

    Estaba tan enfadada que temía que en cualquier momento empezase a salir vapor por mis orejas, como si fuera una olla exprés de emociones, sentimientos y hormonas. Mientras Mara trataba a Daniel en su apartamento, los demás estábamos sentados en la sala de reuniones sin decirnos nada: Dom jugueteaba con su móvil ajeno a lo que pasaba a su alrededor, seguramente estuviera enviándole mensajes subidos de tono a Rebecca; Cara estaba sentada sobre el regazo de Daakka en una silla que iban a partir en cualquier momento; Sarah permanecía de pie esperando las noticias de Mara y Christopher me observaba como reprochándome que no supiera lo que estaba haciendo Ed, porque ni siquiera me dignaba a mirarle. No se lo merecía.

    (más…)

  • CAMINOS SEPARADOS

    CAMINOS SEPARADOS

    DUKE RIVERA | SUBTERRANEO 5, LA INICIATIVA

    TARDE

    duke1

    Cuando nos despertamos, Sarah ya no estaba, pero habían cambiado incluso más cosas. Las rejas de metal de la celda se habían alzado hacia el techo, aún podía ver el metal, como si se tratase de una puerta de garaje. Pero eso no significaba que las hubiesen abierto, en su lugar había bajado una pared de cristal que no dudé que podría resistir nuestro poder. Estábamos encerrados en una pecera.

    El contacto frío del cristal contra la palma de mi mano evocó recuerdos almacenados en mi memoria genética. Tuve que hacer un esfuerzo para evitar el impulso de arrastrarme a ella y revivirlos. No necesitaba recordar lo que ese lugar me había hecho desde que «nací» hasta que mi Rakkna me rescató.

    (más…)

  • NO LO SUFICIENTEMENTE RÁPIDO

    NO LO SUFICIENTEMENTE RÁPIDO

    Noah Rivera | Alcantarillas, Moondale

    noche

    Noah Rivera

    Caminamos en silencio durante lo que pareció una eternidad. Una vez más habíamos perdido a un ser querido delante de nuestras propias narices y lo único que habíamos podido hacer era correr y escondernos.

    Por mi mente pasaban toda clase de argumentaciones al hecho de haberme quedado paralizado sin hacer nada. Que no sabría si mis poderes fallarían por culpa del Obelisco y quedaría también a merced de ellos, que no podía arriesgarme a perder también a Kaylee, que ya era demasiado tarde… Pero ninguna servía para nada, sabía que debía haberlo intentado, porque al menos así habría muerto haciendo lo que debía en lugar de vivir escondido como una rata.

    (más…)

  • DUERME, DAAKKA VIGILA

    DUERME, DAAKKA VIGILA

     Daakka | La Nave, Moondale

    MAÑANA

    DAAKKAKK

    Traducido por Duke

    Cogí la taza de ‘Toothless‘ con tres dedos, porque el resto no cabían en el asa, y di un largo trago al latte que me había preparado en la cafetera de cápsulas de la sala común. Ese día no me habría sobrado tomarme uno bien cargado, pero la costumbre y el sabor dulce del café con leche me convencieron de lo contrario. Christopher me había preparado el primero, porque en Estados Unidos se tomaba solo o con crema, y encontraba ese sabor amargo bastante desagradable.

    (más…)