Christopher MacLeod | Casa de las Echolls, Moondale
NOCHE
Elizabeth y Jaime condujeron durante el camino de vuelta, porque mi coche había quedado aparcado en casa con la prisa de la transformación inminente.
Cuando por fin llegamos, ya era casi de noche, y estaba francamente agotado. Diana y yo fuimos a darnos una ducha mientras Elizabeth se encargaba de la cena y después de cenar los seis, Daakka y Cara hicieron acto de presencia justo a tiempo, Diana y yo nos quedamos sentados en el sofá tapados con una manta mientras el resto se retiraba a sus habitaciones.