Etiqueta: Diana Echolls
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REGALOS. CUARTA PARTE
[align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte IV[/b][/SIZE][/font][/align]
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REGALOS. TERCERA PARTE
[align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte III[/b][/SIZE][/font][/align]
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REGALOS. PRIMERA PARTE
[align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte I[/b][/SIZE][/font]
Al aplauso de Daniel se unieron los demás mientras Daniel agarraba a Sarah para que se quedase con los cumpleañeros. La pobre estaba muy roja, pero se le veía una gran sonrisa en la cara. January aprovechó para acercarse y darle un achuchón rápido, para después volver a su sitio.
Así quedaron los cuatro en el improvisado escenario de Nickleback, ahora le tocaba el turno a los demás de repartir los regalos.
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REGALOS PARA TODOS
[align=center][SIZE=5][font=Bookman Old Style][b]Diarios de destino[/b][/SIZE][/font]
La tarde estaba a punto de dejar paso a la noche cuando en casa de las Echolls, la fiesta estaba aún en pleno apogeo. Había llegado el momento de entregar los regalos, y de seguir formando los lazos que crearían el núcleo de una barrera contra el mal que protegería al mundo más veces de las que se atreverían a imaginar.
Fenris estaba hablando con Sarah, cerca del montón de regalos. Sarah asintió y Fenris se dirigió a la parte del salón donde estaba el improvisado escenario y se colocó delante del micrófono con una sonrisa que imborrable.
– [b]Hola. ¿Podéis escucharme un segundo? No tardaré demasiado.[/b] – dijo Fenris. Todos los invitados, que ya se habían reunido cerca de los regalos cuando Sarah los llamó, estaban ahora mirando hacia él. – [b]Me gustaría aclarar una cosa antes de que entreguemos los regalos. [/b] – se aclaró la garganta y habló con voz clara. – [b]Quiero dejar claro, que para mí es un placer dar estos regalos, pero también quiero que todos veáis, que aunque mis regalos puedan sorprender a simple vista, son los regalos de los demás los que merecen más atención.[/b] – hizo una pausa breve y continuó. – [b]Les ha costado más que a mí, y sin duda tienen más valor del que se podría comprar con dinero, así que tened en cuenta los míos como simples detalles. Es por eso que he pensado darlos primero.[/b] – les sonrió a todos y finalizó con un: – [b]Gracias por escucharme.[/b] – después se acercó hacia donde estaba Sarah, cerca del montón de regalos. – [b]Ya podemos empezar ‘[i]kiddo[/i]’[/b]. – le dijo a Sarah, que cogió una bolsa y miró el nombre escrito en la pegatina.
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PERFECTA
[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Christopher McLeod | Casa de las Echolls {Con Diana Echolls}[/SIZE][/font][/b]
No había ninguna duda de que Sarah sabía cómo organizar una fiesta, y aún más, que sabía lo que muchos necesitaban, un momento de descanso para algunos, una distracción otros, una ocasión para reunirnos, la vuelta de una hermana para Diana, la vuelta de una familia para Daniel.
Sarah estaba convirtiéndose en una auténtica Elegida más rápido de lo que se podría imaginar, sabía lo que necesitaban en un momento tan tenso y supo cómo dárselo, incluso aunque no se diese cuenta, si eso no es un líder, yo soy un Goa’ul.
Todo el mundo parecía estar disfrutando bastante de la fiesta, cosa que me alegraba bastante, pero no podía sentir lo mismo. Por mucho que me alegrase, no conseguía que eso se reflejase en mi cara, por eso tenía que pasarme el rato intentando no estropearle a nadie la fiesta, especialmente a Diana. No estaba muy seguro de que mi presencia allí fuese muy buena idea, no se merecía pasar su cumpleaños recordando lo que le he hecho pasar.
La conversación con Jamie me había infundido fuerzas momentáneas para acercarme a Diana, pero cuando llegué a la pista de baile perdí enseguida mis renovadas fuerzas de la mano de mis preocupaciones. Al menos me había gustado encontrar a Jamie distinta, quizá algo más aliviada por su reciente descubrimiento. Podía dar fe de que este no era el mejor momento para sumar preocupaciones con las amenazas que teníamos en el frente, con una podías lidiar, pero las dos cosas eran demasiado para levantar cabeza, eso podía asegurarlo.
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QUE SIGA LA FIESTA
[align=center][b]Suzanne Sommerville | Casa de las Echolls | {Con Daniel, Sarah, Diana, Benjamin & Cecil}[/b]
La fiesta va sobre ruedas, y, la verdad, es un alivio. Porque si yo estaba nerviosa por la innumerable cantidad de posibles contratiempos que pudiésemos sufrir, la pobre Sarah se había puesto increíblemente nerviosa. Por suerte, todo el mundo llegó a tiempo y el momento ‘¡SORPRESA!’ salió como debía ser. He de reconocer que por un instante casi me emocioné, cuando Sarah y Diana se abrazaron. Sé que es una tontería, pero Sarah me recuerda tanto a Caroline que por momentos echo mucho de menos a mi pequeña Campanilla.
Acabo de dejar una bandeja de canapés, y me acerco a la mesa de las bebidas para comprobar que aún queden hielos, limón y refrescos, o, de lo contrario, reponerlos.
La verdad, me está costando un poco mantener la calma, y no tiene nada que ver con el cumpleaños (bueno, en realidad sí). Pero es que Nickelback aquí es demasiado para mí. No puedo mirarlos demasiado rato directamente, porque corro el riesgo de quedarme ciega de tanta emoción.
Suspiro, ordenando las filas de vasos sin usar. Veo que se me acerca un chico, bastante mono él, que creo que es el chico de Sarah (yo soy terrible para los nombres y para quedarme con las caras de la gente; a veces es sorprendente que esté estudiando una carrera).
— Hola, eres Ann ¿no?—me dice.
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RECUPERANDO A MIS AMIGOS
[align=center][b]Edward Maclay | Casa de las Echolls [color=blue]{Con Daniel | Sarah | Diana}[/color][/b]
Intente hacer memoria para recordar cuándo fue la última vez que vi a todos reunidos con una sonrisa en la cara y sin mayor preocupación que pasarlo bien pero no conseguí recordar ningún momento así, tal vez esta era la primera vez que veía a todos reunidos tan felices.
Sin duda el momentazo fue cuando llegaron los cumpleañeros, a Diana le brillaban los ojos y se llevo las manos a la cara sorprendida, dude por un segundo si estaba sorprendida de verdad, igual tuvo una visión hace un mes y sabia de todo esto, pero no, el abrazo a su hermana me quito por completo las dudas, abrazo al que también se sumaron January y Daniel al descubrir sorprendidos por el cartel de cumpleaños que la fiesta también era para ellos.
Seguía sin comprender que hacia McBeth en la fiesta, cuando apareció por la puerta un escalofrío me recorrió la espalda, pero la reacción de Sarah ante que un demonio apareciera en la fiesta no era la que me esperaba, igual en esta realidad es completamente diferente, o solo estaba actuando para ganarse la confianza de los demás.
Vi como January le gritaba algo a Diana que no alcance a escuchar, pero no tarde en descubrir lo que era cuando hizo parar la música y lo dijo por el micro, avergonzando solo como ella sabía a Sarah y Daniel.
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OBLIGADA E INCOMODA
Jamie Smith – Casa Echolls – {Con Christopher McLeod y Elizabeth Echolls}
[QUOTE]Que tu abuela te empujara literalmente dentro del coche y te amenazara bajo muerte de como no fueras al cumpleaños que te habían invitado al día de hoy, en Moondale… bien jodida ibas. No sé si había sido peor esa parte o la parte en que dormía a gusto en mi cama y Nana entrando como un tornado quitándome todas las sábanas, frazadas y cubrecama, consiguiendo que el frío se colase hasta mis huesos. Creo que los minutos siguientes no los tengo tan claros: no sé si me he duchado o no, no sé si mi abuela me encasquetó un vestido negro con escote sugerente y yo le chillé escandalizada, no sé si Carolina me lo quitó y me puso un vestido negro con escote decente. Hasta estoy poco segura de si tuve manos invisibles arreglándome el cabello. La fiesta era a las siete y media de la tarde, y por arte de magia a las doce y media del mediodía ya estaba bañada, cambiada, peinada y perfumada como si fuera a ir a un desfile o algo por el estilo.Recuerdo haber conducido un poco más veloz de lo usual, tampoco era plan de chafarle la sorpresa y no quería que ¿Sam? ¿o era Sally? Era con S…¡SARAH! se pusiera mal al verme llegar justo cuando llegasen los cumpleañeros. A pesar de que Nana me había puesto unos tacones de infarto que se los voy a regalar a Sylver en cuando la vea, porque me voy a matar con esos diez o doce centímetros, para conducir me puse mis Converse favoritas. [/QUOTE]