Moondale

Etiqueta: Diana Echolls

  • NUESTRO GARFIELD PARTICULAR

    [align=center][SIZE=3][color=black][b]Liad | Escocia[/b][/SIZE][/color]

    liadanwalt
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    [SIZE=2]El día anterior se me había hecho eterno, larguísimo. Había procurado disimularlo, pero normalmente, lo único que tenía en la cabeza era estar sentado, entretenido y no tener que moverme mucho. La noche había pasado de la misma manera, sintiéndome como si estuviera rodeado por un mar de llamas, sensación que permaneció conmigo de forma perpetua y continua. Una vez que por la mañana abrí los ojos, me encontré con un Cecil ya vestido, listo para salir a dar una vuelta, pero al mismo tiempo algo preocupado e insistiendo que durmiera un poco más si no me encontraba bien para estar danzando por todos lados.

    Le hice caso a medias, ya que no tardé mucho en levantarme y vestirme. Escuchar apenas ruido por allí me ponía francamente nervioso, aunque se suponía que uno debía de estar así para descansar. De tal manera que, al rato de salir, me encontré en el sillón de la casa de los Mcleod, tapado con una mantita mientras intentaba ver algo interesante en la tele. Pero estaba aburrido, moqueando más que respirando y esperando a que alguien no se decantase por salir y se quedase aquí un ratito. Afortunadamente, así fue. Más o menos al mismo tiempo de mi sonoro estornudo, Diana apareció por el pasillo con su habitual forma de caminar. Como si fuera una pequeña bailarina de las típicas cajitas musicales.

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  • UN TRIVIAL DE NOSOTROS MISMOS

    [align=center][SIZE=5][font=Bookman Old Style][b]Diarios de destino[/b][/SIZE][/font]

    trivial

    [SIZE=2]

    La mañana y la tarde habían pasado de forma apacible, al igual que la noche anterior. Para unos cuantos era una liberación de las cargas que habían tenido que soportar hasta el momento, pero aún así, para algunos no dejaba de resultar extraño. Moondale era un gran foco de actividad sobrenatural, pero Perth no era así y apenas habían avistado ningún vampiro, solo se toparon con un neófito mientras iban a buscar leña, y pasó a ser cenizas mucho antes de que la leña tocase el fuego. Acostumbrados a las noches de cacerías no conseguían dormirse hasta bien entrada la noche, así que después de darse cuenta de que era más de uno al que le pasaba, alguien sugirió reunirse y hacer algo para pasar el rato.

    Esa noche se reunieron en la zona cubierta en la que estaba la piscina para así poder hablar con tranquilidad sin molestar a nadie y también librarse así un poco del extraño bochorno de una noche de febrero.

    – [b] [i] [color=#843181]¿No hubiese sido más fácil jugar a cualquier otra cosa? El Trivial me hace sentir tonta[/SIZE] [/i] [/b]- se quejó la Echolls pelirroja.

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  • OS CONOZCO, PERO NO SABÉIS NADA DE MÍ

    [align=center][b][SIZE=4]Edward MacLay | Escocia

    edcute

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    Después de varios días sin conseguir pegar ojo o dormir apenas horas el viaje había logrado lo que llevaba necesitando hace tiempo, descansar. La primera noche con el viaje del avión caí casi inconsciente sobre la cama, la segunda noche tarde algo más en dormirme, pero con el desgaste físico de pasar el día en la piscina jugando al voleibol acuático o los largos entre algunos tampoco tarde mucho.

    Me quede unos segundos desorientado al levantarme, no recordaba donde estaba hasta que vi la maleta apartada a un lado de la habitación. Al ver la hora que marcaba el reloj de cuco pensé que estaba parado, pero al mirar por la ventana vi como el sol empezaba a salir, por lo que la hora era la correcta.

    Me vestí lo más silenciosamente que pude por si los tíos de McLeod, Liad y Cecil seguían durmiendo. Yo podría haber echo lo mismo, seguir durmiendo, pero sorprendentemente el cansancio había desaparecido, y es que no hay nada mejor que recuperar el sueño perdido. Ande despacio de un lado a otro de la casa evitando el crujir del parquet. Primero me acerque al baño para lavarme la cara y terminar de despertarme, después baje hasta la cocina para desayunar. Para seguir evitando hacer ruido opte por el zumo natural de la nevera junto a las tostadas.

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  • HOGAR DULCE HOGAR

    [align=center][b][SIZE=3][color=black]Christopher McLeod[/SIZE][/color][/b]

    casamcleod-1

    [SIZE=3]
    – [b] [i] [color=#843181]¿Me vas a enseñar la faldita de tu familia?[/SIZE] [/i] [/b] – dijo Diana mientras se removía en su asiento.

    -[b] [i] [color=#BB609C] Yo también quiero verla.[/color] [/i] [/b] – añadió la voz de Sarah en el otro extremo del avión, al lado de Daniel. – [b] [i] [color=#BB609C]¡Cuanto verde![/color] [/i] [/b] – exclamó mientras miraba por la ventanilla.

    – [b] [i] [color=#457238]Ya veremos.[/color] [/i] [/b] – respondí para hacerlas rabiar. Solo esperaba que mi madre no la tuviese en una esquina de la casa preparada, junto a la pila de fotos de bebé y las anécdotas bochornosas tanto mías como de Daniel. Había conseguido asumir que entre las fotos de bebé habría por lo menos una en la que salía desnudo y que saldría a la luz sin duda.

    – [b] [i] [color=#843181]Eres un rollo.[/color] [/i] [/b] – respondió Diana a la vez que Sarah me sacaba la lengua. No pude evitar sonreír, después de todo lo que habíamos pasado el que habíamos denominado Día M, esto era una auténtica panacea.

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  • REUNION. PROLOGO

    [align=center][SIZE=5][font=Bookman Old Style][b]Diarios de destino[/b][/SIZE][/font]

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    Después de todo lo que habían pasado, juntos y separados, el grupo se había unido ahora más que nunca. Sus miedos habían sido superados una vez, y aunque algunos siguieran ahí y otros se hubiesen ido, sin duda habían cambiado, se habían fortalecido.

    La larga noche de sueños intranquilos pasó y a la mañana siguiente McLeod y Diana hablaron con los demás de las nuevas noticias: el nuevo puesto de Diana y el viaje. Todos los que estaban en la casa estuvieron de acuerdo, sólo quedaba hablar con los demás, algo que hicieron esa misma tarde. January no quiso ir y no quisieron insistir más. Ann y Silver enseguida dijeron que sí.

    Ya solo faltaba hablar con Fenris del tema de los billetes, pero decidieron esperarse mientras McLeod y Diana lo notificaban a la Universidad, algo que decididamente fue un acierto porque un par de días después del Día M (día del miedo para unos día de mierda según Diana) Dominic apareció por casa de las Echolls y estuvo hablando con los demás. Entonces decidieron hablarle del viaje y él aceptó de buen grado.

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  • DEMASIADA FE EN MI

    [SIZE=2][align=center][b]Suzanne Sommerville |Residencia[/b]

    annsommerville

    Sentada en el alfeizar de la ventana, con la mejilla pegada al cristal, mirando a las estrellas del cielo nocturno de Moondale, intento dejar la mente en blanco. Intento contenerme para no pensar en todo lo que he vivido (o soñado). Intento controlarme, compartimentarlo todo, racionalizarlo. Pero hay cosas que no se pueden racionalizar. Hay cosas que no se pueden más que entender en conjunto, cosas que ni siquiera es bueno intentar entender.

    Mi mano va inconscientemente hacia el colgante de color verde oscuro que me fue entregado, y lo aprieto en mi mano, mientras mi mirada se pierde en el brillo de la luna. Ahora soy parte de algo mucho, muchísimo más grande que yo misma. Y da miedo pensar sobre ello. Mucho miedo. Aunque sé que ahora, pase lo que pase, nunca voy a estar sola. Tengo a Sylver y a Diana. Tengo a Ed. Y tengo a todos los demás. Gente de la que preocuparme, gente de la que cuidar. Y gente que, si fuese necesario, cuidará de mí.[/SIZE]

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  • UN SILENCIO TRIPLE

    [align=center][SIZE=3][b]Sarah Echolls | Casa de las Echolls {Con Daniel, McLeod, Diana, Ed, Cecil, Liad y su madre}[/SIZE][/b]

    sarah1324

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    [align=center][i]»Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.
    El silencio más obvio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban.»
    (El nombre del viento, Patrick Rothfuss)[/i][/align]

    El viaje de vuelta desde el Bar de Lorne hasta mi casa lo hicimos en completo silencio. Ni siquiera Cecil que solía ser casi tan hablador como Diana decía lo más mínimo. Le pedí a Daniel que me dejase conducir su coche para no pensar, así que él ocupó el asiento del copiloto y Cecil iba en la parte trasera asomando la cabeza de cuando en cuando por el hueco.

    En el otro coche iban McLeod, Diana y Silver. Nos repartimos así porque nadie quería quedarse solo. Nos habíamos enfrentado a nuestras peores pesadillas y ahora debíamos enfrentarnos también a las secuelas. Ni siquiera fuimos capaces de separarnos cuando McLeod y Diana tuvieron que desviarse para dejar a Silver en su casa o cuando pasamos por el piso de Cecil para que cogiese el pijama y la ropa para el día siguiente. Por ridículo que pueda parecer, nos daba miedo, aunque nadie tenía el valor de admitirlo.

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  • ORACULOS

    [align=center][b][SIZE=5][color=black]Diarios de Destino[/SIZE][/color][/b]

    negro

    [SIZE=2]La luz golpeó el cuerpo del vampiro y el mundo se fracturó. Arriba era abajo y abajo era arriba, la gravedad había desaparecido, pero se sintieron caer, hasta que las infinitas y blancas paredes dejaron paso a una zona más oscura.

    Se veía claramente un suelo de piedra, pero el techo al igual que las paredes, solo era una mancha oscura que se perdía en el infinito. Frente a ellos, a varios metros, había una pequeña zona un poco más elevada, con tres escalones para llegar a ella. Allí dos rayos de luz se colaban desde el techo, aunque no se distinguía exactamente dónde. Tras las luces se distinguían dos figuras levemente envueltas en las sombras.

    Se escuchó el sonido de las llamas y alrededor del grupo se encendieron varias velas y antorchas, dando algo más de luz a su alrededor, no demasiada, pero la suficiente para verse entre sí.

    Las figuras dieron un paso al frente, hacia la zona iluminada, y fue entonces cuando pudieron verlos con claridad. Eran un hombre y una mujer, o al menos uno tenía forma masculina y la otra femenina.

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  • EL APOYO DE LOS AMIGOS

    [align=center][b][font=Book Antiqua][color=black][SIZE=5]Daniel Arkkan | Pradera [/SIZE][/color][/b][/font]

    danielceo

    [SIZE=2]Me sentía de nuevo con fuerzas, las suficientes para al menos proteger a la niña, pero también tenía que salir a salvo y aguantar lo suficiente para encontrar una forma de traer de vuelta a Sarah y los demás. Me había aferrado a la esperanza de que traerlos de vuelta, aunque no tenía ni idea de dónde empezar a buscar. Aún así sabía que no era imposible, Willow había traído de vuelta a Buffy y aunque no tuviera ni una pequeña parte de sus conocimientos, los buscaría donde hiciese falta.

    Estaba seguro de que no iba a rendirme, pero eso no quería decir que no fuese a ser difícil, por eso cuando miré hacia mi izquierda y la vi no supe cómo me sentía: aliviado, alegre, pero confuso al mismo tiempo, había elegido la realidad que quería vivir, pero no sabía si aún así todo esto era real o era otra ilusión más dentro de mi cabeza, era demasiado extraño, incluso más de lo habitual. ¿Y si esa no era Sarah? ¿Y si era un juego mental más?

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