Moondale

Etiqueta: Drizz es fan del sci-fi

  • DISFRUTANDO POR EL CAMINO

    IDRIS SOLO-NOVAK

    PLAYA CERCA DE LA KVASIR

    Después de despedirme del señor badajo antes de que la cosa degenerase más, volví donde estaba Elle mientras le daba vueltas en mi cabeza, divertido, a la idea de contarle a mamá qué tal se lo estaba pasando el bueno de Mike en la otra punta.

     – [Elle]¿Es cosa mía o le he visto el culo a tu hermano?[/Elle]- preguntó ella sonriendo. Me apetecía tanto estar con ella al cien por cien de mi atención que deseché la idea de fastidiar a mi hermanito. Además, Elle estaba pasando por un momento muy duro que yo mismo había sufrido hacia unos cuantos años.

    – [Idris]Estoy intentando borrarme esa imagen.[/Idris] – sonreí, disfrutando de verla alegre aunque fuese un rato. – [Idris]Rápido, desnúdate.[/Idris] – bromeé. El hielo estaba muy bien pero mi verdadero superpoder era animar a la gente, «superpayaso». Tenía la contra de que podían no tomarme en serio, a veces ni yo mismo, pero compensaba con ver la risa de Coquito.

    – [Elle]Ja, ja. No[/Elle].- replicó fingiendo ser sarcástica.- [Elle]Es guapo Mike[/Elle]. – añadió. Sabía que era parte de nuestro tira y afloja, que era muy divertido y excitante pero mi cabeza seguía luchando por ese «algo más». Que además si las cosas se enfriaban algún día en la cama dejando a un lado los juegos con mi poder, siempre estaba la opción de jugar a roles. Yo estaba acostumbrado a otro tipo de rol pero no era un territorio que me fuese a molestar explorar.

    – [Idris]Si te van altos, musculosos, carismáticos y hermanos pequeños de alguien más guapo, musculoso, alto y carismático sí, supongo que sí.[/Idris] – repliqué mientras cruzábamos el sendero por la arena que conducía a las escaleras de la pequeña cala a la que yo había bautizado «Cala Nudista», pero en la que en realidad nadie había llegado a desnudarse que yo supiera. No podía decir lo mismo de la otra en la que Mike y Sophie estarían ya haciendo un san jacobo bien rebozado.

    – [Elle]Te ha dolido[/Elle].- me pinchó ella, sin dejar de reír. Qué bonita era, la verdad, me sorprendía a menudo pensando eso, pero no bonita de físico, aunque estuviera muy muy bien, si no bonita como ser vivo. Era la mejor forma que se le ocurría a mi cerebro extraño resumir sus muchas virtudes.

    – [Idris]Profundamente.[/Idris] – respondí. – [Idris]Pero con un beso se me quita.[/Idris] – iba camuflado de broma pero no perdía nada por intentarlo.

    – [Elle]Luego le digo a Mara que te mande uno por el orbe[/Elle].- puse una mueca. Estaba encantado de dar besos y abrazos a mi madre, pero no buscaba uno de esos precisamente. Al pensar en la Tierra una sombra cruzó por sus ojos aunque trató de disimularlo.

    Al llegar a la orilla extendió la toalla y se sentó, mirando al horizonte, a un mar al que ya llegaba el ocaso. La Luna no era una maravillosa fuente de vitamina D, pero al parecer, según Henry, la Kvasir se las ingeniaba para captar toda la luz solar posible y emitir esos preciosos rayos cargados de vitaminas durante bastantes horas del día a través de la iluminación interna. Dios, adoraba esa nave. Estaba claro que la habían hecho para durar, para un viaje muy largo, y ahí estaba aún, pero sin rastro de tripulación.

    – [Idris]Pareces la portada de un disco de Amy y Leo.[/Idris] – dije mirándola. Entre su silueta – y qué silueta – recortada contra el mar atardeciendo y su introspección, encajaba en el perfil lacónico de los Daë más cantantes. – [Idris]¿Qué te pasa? ¿Es por tu abuela?[/Idris] – pregunté, la respuesta era obvia pero me gustaba considerarme el rey de lo obvio y no dejar nada nunca sin aclarar.

    – [Elle]Un disco de Amy y Leo se acercaría más a Pimpinela, pero sé a qué te refieres[/Elle].- no me había imaginado un disco juntos, quedaba ahí tanta animadversión que se me hacía imposible. Y por eso niñes no podéis dejar que las ganas de fornicar se caduquen si son mutuas y consentidas. Las cosas se ponen raras y al final no aguantas a la otra persona. – [Elle]La verdad es que sí estoy bastante triste por la muerte de mi abuela, pero me imagino que después de la cena de despedida me encontraré mejor[/Elle]. – añadió, mirando hacia la arena apoyando el mentón en su rodilla. Parecía muy frágil en esa postura, pero no lo era en absoluto, podría partirme como una ramita física y mentalmente.

    – [Idris]Yo todavía me acuerdo de mi abuelo.[/Idris] – dije acercándome a ella. –  [Idris]Parecía serio pero siempre se moría de risa conmigo.[/Idris] – me encantaba el acento de mi abuelo y lo fácil que tenía siempre sacar una sonrisa de la manga hasta en el peor momento. Fue un palo cuando nos enteramos, y hoy por hoy seguía echándolo de menos.

    Ella esbozó una sonrisa triste. Vi que sus ojos estaban brillantes por las lágrimas que estaban a punto de caer.- [Elle]También me preocupa la misión, que cada vez parece que va a durar más[/Elle]. – añadió. Sabía que estaba buscando algo en lo que mantenerse ocupada y preocupada, así que la ayudé a seguir por ese camino.

    – [Idris]No sé, en teoría terminamos con los tres próximos. El grupo estará reunido.[/Idris] – tampoco es que tuviéramos una información maravillosa y detallada, pero hay que jugar con las cartas que nos dan. – [Idris]Los Daë irán a sacrificarse y tal cerrando el círculo y nosotros…pues no sé, con todo esto de que también somos Daë supongo que tendremos que cruzar las Pruebas.[/Idris] – no me gustaba recordar que estábamos ayudando a juntarse a unas personas que iban a sacrificarse. Que para nosotros ya lo hubieran hecho no hacía más fácil mirarles a la cara. – [Idris]No sé si prefiero que me den a elegir la Kvasir o una clon de Elle que odie la ropa. Espera…¿estoy hablando en voz alta?[/Idris]  – bromeé redigiriendo el curso de mi mente. Tampoco me fascinaba pasar las Pruebas, la mitad de la generación de los Moondies había palmado en ellas, ¿pero quién no fantasea con un premio que satisfaga lo que más quiere?

    Elle apoyó su cabeza en mi hombro y yo le puse una mano en la cintura para que pudiera acercarse más.- [Elle]El grupo está reunido, pero no está unido[/Elle]. – respondió. Pensé que se refería a los Daë del cúmulo, pero era por nosotros, había entendido que nuestro grupo estaba reunido. Bueno, podía decirse que sí, al menos bajo un mismo techo, aunque hubiera abismos entre nosotros.

    – [Idris]No, si decía el otro, esos sí que van bien.[/Idris] – admití echándome a reír. A veces viene bien un poco de autocrítica. Aunque ya os digo que formar un grupo no es fácil, la mitad de los Drow se odiaban entre sí, algunos incluso con odio a primera vista. – [Idris]Nosotros acabamos de empezar, más de la mitad no habían ni imaginado luchar en su vida, es un milagro que sigamos vivos.[/Idris] – comenté dándole un beso en el pelo. – [Idris]Y he visto cómo te miran, cómo les inspiras.[/Idris] – la animé. Ella no había admitido ningún papel de líder, pero si teníamos que coger a alguien a quien valorase practicamente toda la nave bien, era a ella. El resto le caí mal a alguno o tenía alguna tara. En mi caso por ejemplo, pese a mi carisma maravilloso y que seguro que todos me querían con locura, no parecía tomarme las cosas con seriedad.

    – [Elle]No me veo mandando. Mejor que lo haga Jane que tiene más carácter[/Elle].- replicó encogiéndose de hombros. Había un subtexto en sus palabras, mi instinto me decía que no se creía merecedora de ello, que tenía miedo de la responsabilidad pero en el fondo sabía que tenía que cogerla. Y lo camuflaba tratando de ser indiferente.

    – [Idris]La mitad de los libros de fantasía coinciden en que para ser buena líder tienes que no quererlo.[/Idris] – comenté. La ventaja de ser un consentido de mis papis era que tenía una buena biblioteca de todos los libros que me había apetecido leer. – [Idris]La otra mitad nos tendría caminando por el bosque con erótico resultado. Y unos corpiños muy cucos.[/Idris] – alcé las cejas una y otra vez y ella se rió.

    – [Elle]El erótico resultado ya lo están teniendo Soph y tu hermano[/Elle].- comentó señalando la otra cala con la cabeza. Mis oídos de elfo oscuro eran buenos, pero por suerte no tanto como los de un lican o como los de ella, así me ahorraba escuchar nada.

    – [Idris]Rápido, vamos a ver quien grita más alto.[/Idris] – cambié de tercio. Vale, todas mis bromas iban hacia Coquito y yo intimando, pero en mi defensa diré que me atraía demasiado y que una luna es un lugar muy solitario donde hace falta mucho cariño. – [Idris]Es broma, estoy aquí para lo que necesites. Y no esquives, eres la líder. Lo sé. Me gustan las personas con poder.[/Idris] – sonreí, aquella nave estaba de personas con poder así que era una suerte que solo tuviera ojos para ella.

    – [Elle]¿Sabes? Hay alguien que me ha dicho lo de ser la líder antes que tú[/Elle].- explicó misteriosamente.

    – [Idris]Si es el Sr Cabinas, al menos tiene buen ojo.[/Idris] – respondí cuando me di cuenta de que había ido a saludar al nuevo inquilino. Vale, tampoco tenía nada en su contra más allá de la desconfianza sana de que acababa de llegar y no lo conocíamos, pero la cabina era mi safe place. Vale, tenía mi cuarto, pero ahora ya no podía cumplir mi fantasía de trincar en una cabina de una nave espacial a menos que él se mudara a otro sitio antes de irnos.

    – [Elle]Zeke. No le he preguntado si le gusta el apodo, pero es lo que hay[/Elle].- aclaró, sacudiéndose un polvo imaginario de los hombros. – [Elle]Privilegios de líder[/Elle]. – añadió fingiendo una soberbia que nunca tendría, por eso mismo merecía el puesto, porque no se le iba a subir a la cabeza.

    – [Idris]Ya le vas cogiendo el gustillo a eso de mandar ¿eh?[/Idris] – bromeé guiñándole un ojo.

    – [Elle]Si tengo que hacerlo, voy a necesitar ayuda[/Elle].- me agarró la mano con la suya y mi corazón dio un latido más fuerte.

    – [Idris]Monta una especie de consejo, nadie va a ofenderse.[/Idris] – le sugerí. Éramos los 101 dálmatas, una persona sola no daba para vigilar todos los problemas que había allí y los que estarían por salir. – [Idris]Kaylee tiene cabeza, te sería útil.[/Idris] – añadí. Tampoco era una novedad, Kay había llevado el rescate de Infinity y lo había hecho bien así que era la mejor candidata a segunda al mando.

    –  [Elle]Sigue dándome ideas. Luego fingiré que son todas mías[/Elle]. – rió ella fingiendo que tomaba nota.

    – [Idris]Me encanta hacer listas.[/Idris] – admití, demasiado, tenía muchas acumuladas de mis tiempos opositando. Aunque visto que ahora estábamos en otra punta de la galaxia y cuando volviéramos ya estaría más que graduada mi promoción, mejor invertirlo en entretenerme. – [Idris]A Jane tendrás que aprovecharla de tu lado, es como la oposición del Gobierno, mejor de apoyo. Y además es buena tía y se preocupa por todos. Hay que compensar un poco lo lógica que es a veces en exceso pero…[/Idris] – era otra decisión básica, a Jane le gustaba mandar pero también cuidaba del resto.

    – [Elle]Todos los días discute con Lexie porque critica su comida[/Elle].- me recordó ella. A veces se las escuchaba en media nave pero creo que en el fondo a las dos les gustaba tener algo o alguien de quién quejarse.

    – [Idris]Lexie es ‘echá palante’ pero no le gustaría mandar. Tampoco obedecer, pero sentirse útil y valorada sí.[/Idris] – vamos que le gustaba que le dorasen un poco la píldora pero no tener muchas obligaciones y desde luego la «niña perro tanuki» no quería mandar, aunque si se lo decías puede que intentara hacerlo por llevar la contraria.

    – [Elle]¿Y qué opinas de mi hermano?[/Elle]- preguntó. Xander, era heroico, tenía muchas cualidades, no habría sido mal líder, pero le faltaba una, en el fondo no lo quería, las preocupaciones se lo habrían comido. Pero como asesor sería una buena decisión.

    – [Idris]Xander te puede aconsejar bien, es estratégico y empático.[/Idris] – admití, no había mucho que decir, era otra opción lógica que nadie discutiría, como Kaylee.

    – [Elle]¿Alguien más con quien creas que puedo contar? Dos cabezas piensan mejor que una sola[/Elle].- comentó, tomando notas en su cabecita tan bien amueblada.

    Sonreí ampliamente, con mil respuestas para esa frase a la que ella misma se había dado cuenta que era muy fácil dar un doble sentido. – [Idris]Me voy a guardar el chiste para cuando termine con esto.[/Idris] – dije guiñándole un ojo, esperando que en su mente se dibujase tan fácil como en la mía nuestro «monstruo de dos cabezas». – [Idris]Noah porque sabe de casi todo lo que vamos a necesitar y Ezra porque ya ha vivido una guerra.[/Idris] – sugerí, dos opciones más que tampoco se salían de la zona sin riesgo. Pensé añadir a Nate pero se preocupaba demasiado por nosotros, quizá no le viniese bien. – [Idris]De los demás creo que nadie querría esas responsabilidades. Aunque si necesitas un líder experto estoy yo, pero prefiero darte consejos a cambio de sexo.[/Idris] – si había suerte, eso que me llevaba. Y ya en la parte seria, tenía experiencia con los Drow.

    – [Elle]Me gustaría tenerte a mi lado[/Elle].- dijo sonrojándose. Me hizo mucha gracia verla así, porque significaba…muchas cosas.

    – [Idris]¿Aquí mismo? Vaaaale.[/Idris] – bromeé. Dudaba que el sonrojo tuviese que ver con eso porque a fin de cuentas ya nos conocíamos en ese sentido. Quizá eran imaginaciones mías pero por primera vez parecía estar admitiendo ir camino de algo más. – [Idris]Ya en serio, igual se toman a mal que tu novio esté en el «consejo».[/Idris] – dejé caer la palabra con mi locuacidad habitual, ahora solo había que esperar, era igual que la pesca con el tío Bill, pero con menos maldiciones.

    – [Elle]¿Quién ha dicho que seas mi novio? Además, estarían mi hermano, mi prima, mi mejor amiga…[/Elle]- tampoco le dio mucho peso a la pregunta así que no le había «ofendido» la idea. Esta es tu oportunidad Drisín.

    – [Idris]Estaba esperando que no te dieras cuenta del detalle y ya estuviéramos casados y eso.[/Idris]

    La respuesta fue más agradable y cálida que cualquier palabra, porque acorde a mi locuacidad os diré que me plantó un beso en los labios que despertó en mi interior ese tocadiscos con la canción de la piña colada.- [Elle]Corres mucho.[/Elle] – dijo al separarse. Pero parecía tener más ganas que todas las veces anteriores de ser algo más. Solo había hecho falta viajar en el espacio y el tiempo, tampoco me iba a quejar.

    – [Idris]No para todo.[/Idris] – respondí alzando una ceja. Aún seguíamos cerca así que acorté distancia siendo yo esta vez el que inicio el beso, disfrutando del tacto.

    – [Elle]Voy a dejar de besarte porque estoy intentando pensar.[/Elle]- se apartó, pero como estaba muerta de risa me lo tomé estupendamente.

    – [Idris]Pensar está sobrevalorado[/Idris] – y lo decía un experto.

    – [Elle]Quiero que toda la nave se participe en la fiesta en honor a mi abuela. Quizás eso favorezca la cohesión del grupo.[/Elle] – sugirió.

    – [Idris]Es una buena idea.[/Idris] – admití. – [Idris]Ahí si que te puede ayudar Lexie, es lo suyo[/Idris]. – comenté, mirándola a esos ojos tan impresionantes. Yo tenía un encanto natural y había reunido a los Drow, pero en cuanto a fiestas, no había nadie que se pusiera por encima de Lexie – guiño guiño -. La tía era un hacha, te aparecía la primera, se iba la última y había sacado la vena generosa de su padre, que a fin de cuentas le había regalado el edificio principal de la escuela a los padres de Coquito y una granja a los de Ezra y Chloe.

    – [Elle]Le pediré ayuda[/Elle]- asintió.- [Elle]Y de paso le diré que me arregle con un look a lo Louna para dar más miedo.[/Elle]

    – [Idris]Estoy deseando ver cómo te arregla[/Idris] – reconocí. Al look de Louna podían acusarlo de muchas cosas, choni, escaso de ropa, llamativo, pero nunca podrían decir que te tapaba mucho. Y mira, me moría por cada centímetro de esa piel tostada en Merelia antes de venir de Coquito.

    – [Elle]Nada de look Lounie.[/Elle]- negó ella, pinchándome. Qué poco duran los sueños.

    – [Idris]Una pena, a ti todo te sienta bien.[/Idris] – la animé. – [Idris]¿Qué jefa, hacemos esta playa nudista entonces? [/Idris] – ya habíamos acabado el trabajo así que era un buen momento para empezar por lo de abajo.

    – [Elle]Creo que la playa nudista es la de al lado.[/Elle] – dijo mirándome.

    – [Idris]Hacemos todas nudistas y listo[/Idris]. – estábamos muy cerca, a un chasquido de lanzarnos el uno sobre la otra. O eso quería creer.

    – [Elle]Empieza tú.[/Elle] – dijo, apoyando el mentón en la mano mientras me observaba. No es que me fuera a cohibir eso, pero veía un brillo divertido en los ojos de Ellie que me hizo sospechar.

    – [Idris]No me fío, te vas a llevar mi ropa y darme un escarmiento por picantón.[/Idris]

    – [Elle]Pero si yo soy buena…[/Elle] – dijo aguantándose la risa. La había pillado por completo.

    – [Idris]A mi no me engañas señorita Echolls[/Idris] – aclaré.

    Nos quedamos un buen rato más en la playa y como buen caballero aliado deconstruido, no desvelaré qué hicimos o dejamos de hacer, pero sí que diré que con el mero hecho de pasar el tiempo con ella mereció la pena.

    Aunque las desgracias estaban ancladas a nuestros hombros, estábamos demostrando ser unos expertos y expertas en descubrir el amor en cualquier esquina y usarlo para arrojar luz sobre toda esa oscuridad. Así que con esas fuerzas ahora teníamos que afrontar todo lo que teníamos por delante, formar un grupo, cumplir la misión y volver a casa. Eso sin olvidarnos de disfrutar por el camino.

  • TODO EL MUNDO ODIA A IDRIS

    IDRIS SOLO-NOVAK

     LUNA VILTIS, LA KVASIR – NOCHE

    Aquella botella siguió girando controlada solo por la voluntad de Kaylee. Juntos actuábamos como una máquina bien engrasada que se encargaba de hacer que nuestro variopinto grupo empezase a unirse más. Kaylee era el cerebro y yo la bocaza.

    Lo peor de mi papel era que me había ganado algunas malas caras porque le había puesto demasiado empeño en impulsar algunas interacciones y forzar a la gente a saltarse sus inhibiciones.

    Aquella vez, la botella giró y apuntó primero a Ezra y después a Xander. No necesité saber qué iba a pedir, así que cuando lo hizo, respiré aliviado por no tener que pensar nada más durante unos segundos. – [Ezra]Verdad.[/Ezra] – pidió. Lo bueno de la verdad es que a mí no me tocaba hacer nada. Al principio me había divertido mucho con los retos, pero después de un buen rato jugando, no dejaban de pasar por mi cabeza las personas que podían haberse molestado.

    – [Xander]¿A quién te gustaría conocer mejor?[/Xander] – preguntó Xander. Le miré y después observé a Ezra. La pregunta no estaba mal. Ezra era desconocido para casi todos nosotros aunque hubiésemos oído hablar de él durante media vida, porque su padre lo había buscado con ahínco.

    – [Ezra]A todos la verdad.[/Ezra] – alcé una ceja esperando que su mirada se cruzase con la mía, pero no pasó. – [Idris]Di al menos tres, Bob el Silencioso.[/Idris] – bromeé. Aquél grupo no se iba a unir solo mientras hacía misiones separados en mundos jodidos, necesitábamos cumpleaños, viajes y momentos extraños entre nosotros. Los Moondies habían estado encerrados en una pesadilla, pero también habían ido a Escocia; habían tenido paranoia, pero también habían cantado en la boda de Elizabeth.

    – [Ezra]Vera y Elliot no existían en mi futuro. Supongo que Jane y Owen también debido a que son distintos. Y he dicho cuatro. [/Ezra] – eso ya estaba mejor. Vera levantó la cabeza y miró hacia Ezra, encantada de sentirse incluida. Lo cierto es que podíamos haberles dicho que se sentaran, aunque sean más pequeños, habría puesto sus retos a la altura, sin cosas raras. Pero con suerte habría una próxima vez.

    De los gemelos, Jane parecía la más preocupada, debía haberse puesto a pensar en su clon malvada y eso había aguado lo bien que parecían haberlo pasado en la piscina.

    Kaylee estuvo rápida y la botella volvió a girar, emparejando de nuevo a Amy y Owen. – [Amy]Dejadme en paz. [/Amy] – se quejó ella. No parecía haber salido tan triste del armario, pero después de un rato pensando demasiado tenía pinta de haberse vuelto a preocupar. – [Owen]Supongo que…verdad. [/Owen] – pidió él, facilitándole las cosas.

    – [Amy]¿Por qué te haces el tonto si no lo eres?[/Amy] – preguntó. Todos los ojos se giraron hacia Owen.

    – [Owen]Es más sencillo así. Tenéis esa idea de mí y no me molesté en cambiarlo.-[/Owen] respondió él, demostrando que todos tenemos mucho más de lo que aparentamos.

    Después de eso, trató de bromear para tapar lo que acababa de decir y como unos cuantos se quedaron pensativos, aprovechamos para hacer una pausa en el juego y cubrir necesidades básicas como mear, beber, comer o en mi caso, disculparme.

    Decidí que lo mejor era empezar fuerte, así que caminé directo hacia Lexie que en ese momento estaba sirviéndose un trago de bebida.

    – [Idris]Eh, ¿podemos hablar?[/Idris] – le pregunté.

    – [Lexie]Depende. ¿Me vas a dejar o vas a monopolizarlo todo?[/Lexie] – vale, la valoración previa en la escala de cabreo era considerable. Aun así, conocía a Lexie de toda la vida y estaba acostumbrado a llevarle la contraria en algunas cosas y que nuestra relación saliese airosa. De todas formas, esta vez el enfado venía por algo distinto.

    – [Idris]Vale, es eso. Pensé que nos estábamos divirtiendo.[/Idris] – comenté. Cuando surgió la oportunidad no me di cuenta de que a ella pudiera molestarle. Solo lo hice, esperando dirigir la orquesta hacia nuestro momento triunfal.

    – [Lexie]El juego ha sido idea mía. Yo he robado esa botella y lo he propuesto.[/Lexie]

    – [Idris]Eso lo saben todos. Solo proponía cosas divertidas Lex.[/Idris]

    – [Lexie]Siendo el centro de atención como siempre.[/Lexie]

    – [Idris]No sabía que te había molestado tanto.[/Idris]

    – [Lexie]Pues sí.[/Lexie]- se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido. No penséis que no me afectaba su enfado, pero cuando fruncía el ceño siempre me la imaginaba en su forma de mapache y me daba ganas de echarme a reír.

    – [Idris]Lo siento. Quería dar un empujón a todos aprovechando tu idea.[/Idris] – a veces el camino más rápido es una disculpa sincera. Pensé que todos nos divertiríamos igualmente y que de paso podríamos unir fuerzas, pero no quería eclipsar a Lexie.

    – [Lexie]Bueno, da igual, es que a veces parece que no te vas a callar nunca y me apetece esperarte en la puerta de la nave con una navaja.[/Lexie] – espetó. Ahí la tenías, con más billetes que todos los demás juntos y parecía salida directamente del gueto.

    – [Idris]No tenía que haberte presentado a los Drow.[/Idris] – bromeé, echándome a reír. Llevaba mucho rato luchando con la imagen mental del mapache cabreado.

    – [Lexie]Para eso ya es tarde.[/Lexie]- sonrió, así que ya me había perdonado.

    – [Idris]¿Me perdonas bigotillos?[/Idris] – insistí para confirmarlo, aún tenía a mucha gente posiblemente cabreada y tocaba ir tachando nombres.

    – [Lexie]No juegues con la idea de que pueda tener bigote en un mundo sin pinzas de depilar.[/Lexie] – replicó seriamente, buscando un espejo en el que mirarse.

    – [Idris]Seguro que puedes robar unas.[/Idris] – le rasqué la coronilla suavemente, como hacía desde que era una renacuaja a la que le encantaba meterse en problemas. – [Idris]Pienso vengarme de tu enfado.[/Idris] –  le susurré.

    – [Lexie]Te recuerdo que podría tomar tu apariencia y asesinar a alguien.[/Lexie] – respondió ella. Los dos sabíamos perfectamente que mentir estaba en su naturaleza, pero jamás sería capaz de hacer daño a una mosca.

    – [Idris]Ya te tocará con Noah, ya.[/Idris] – le dirigí una mirada pseudomalvada y respiré aliviado mientras me alejaba.

    Os confesaré algo, esperando que nadie encuentre ahora este diario y le de por ponerse con él. Parezco un tipo muy seguro, atractivo, con mucha autoconfianza y atractivo, pero no me gusta que nadie esté cabreado conmigo, me gusta hacer las cosas bien y llevarme bien con todos.

    Así que mis ganas de que ellos también se llevasen bien entre sí habían chocado un poco con ese deseo de llevarme bien con ellos y al final, como soy un angelito de dios, les había puesto a ellos por delante.

    Chloe estaba saliendo del baño de la planta principal justo cuando pasé al lado, así que me acerqué.

    – [Chloe]Mira tío, no seas stalker.[/Chloe] – dijo al ver que caminaba hacia ella.

     – [Idris]No, no soy Dante. Soy yo, Idris.[/Idris] – bromeé, alzando una ceja.

    – [Chloe]Ja, ja.[/Chloe]- estaba empezando a notar lo adolescente que era aún.

    – [Idris]Ya sé que todo el mundo sabe que soy un poco bocazas, pero parece que hoy he batido records.[/Idris] – sinceridad amigos, la respuesta fácil. El truco está en quererse lo suficiente como par ano (jajajaja he escrito ano)…para no sentirse mal por hacer algo mal. – [Idris]Lo de antes era una broma. No quería cortarte el rollo[/Idris] – añadí. La chica había hecho un buen reto y la había cortado por ponerme yo a las riendas. Caca Idris, caca.

    – [Chloe]Da igual.[/Chloe]- gesticuló con la izquierda para quitarle importancia.- [Chloe]En en futuro eres majo y siempre me contabas chistes de caca.[/Chloe] – de ahí sacaba dos cosas, una que estaba vivo y dos que seguía teniendo mano con les niñes.

    – [Idris]Ah, bien. Ya tengo repertorio por si quieres escucharlos.[/Idris] – respondí agradecido de pasar a una conversación menos seria. En el fondo me sentía cohibido por el estar a la altura de mi yo futuro. – [Idris]Entraban un ruso, un italiano y una americana en un bar. ¿Sabes como sigue?[/Idris] – pero mi boca siempre iba por delante.

    – [Chloe]Me gustaban cuando tenía tres años. No ahora.[/Chloe] – dijo ella, poniendo los ojos en blanco. Dios mío, la adolescencia, que intensa es.

    – [Idris]Prrrrrrrrr[/Idris] – tenía práctica haciendo pedorretas, así que conseguí no regarla con saliva. – [Idris]Lo siento, ese era el chiste. Prrrrrrrr[/Idris] – alargué la pedorreta.

    – [Chloe]Qué vergüenza das, tío.[/Chloe]- espetó alejándose.

    – [Idris]Oye, no me hundas en la miseria. Te veo reírte.[/Idris] – la señalé con el dedo mientras se alejaba. Al principio había hecho un gesto dramático de vergüenza, pero mi chiste era especial, te iba calando poco a poco y ya estaba echándose a reír aunque lo disimulase.

    – [Idris]Oye, te veo reírte.[/Idris] – le dije.

    – [Chloe]No, estoy llorando. [/Chloe]- respondió ella. Solté una risa y le guiñé un ojo de complicidad. Su secreto estaba a salvo conmigo.

    Leo estaba sentado allí al lado, sin haberse movido apenas desde que se levantó del juego. Si hubiese estado hecho de piedra habría pensado que era una estatua. Por lo inmóvil y por estar esculpido como un dios olímpico.

    – [Idris]Oye Leo. Siento que lo de antes te molestase.[/Idris] – dije sentándome al lado. Había cogido práctica a las disculpas y ya daba pocos rodeos.

    Leo tardó unos segundos en arrancar a hablar y cuando lo hizo, di gracias, porque todo ese tiempo estuve pensando en que si mis ojos no fueran solo para Coquito, estaría alucinando con aquél «físico». – [Leo]No le des vueltas.[/Leo] – comentó.

    – [Idris]Ya, pero bueno, te veo aquí rallado, sin jugar y me da cosa.[/Idris]

    – [Leo]No soy mucho de juegos.[/Leo]

    – [Idris]Bueno, si te apetece algo tú dilo.[/Idris] – me puse en pie porque era mejor no insistirle y le tendí la mano. – [Idris]Sin rencores entonces, ¿no?[/Idris] – solo para asegurarme, porque era tan lacónico que aún tenía dudas.

    – [Leo]He tenido mi dosis de rencor para toda una vida.[/Leo]- añadió con amargura. Le di un apretón de manos para intentar animarle y pensé cómo demonios podía estar tan mazas alguien que se dedica a la música y no parece estar todo el día en el gimnasio.

    Mientras me alejaba pensé que todavía nos quedaba mucha intervención que hacer. Con aquél juego conseguiríamos unir a muchos, pero otros todavía se resistían más y Leo tenía varios puntos abiertos. Sobre todo con las MacLeod.

    Hablando de las reinas de Roma, me encontré a Amy hablando con Vera y esperé mientras se hacía la loca para evitarme.

    – [Idris]Ams, te toca el turno en la ronda de disculpas.[/Idris] – le pedí. Vera me miró y se fue a hablar con el tipo serio nuevo, Lekwaa. – [Idris]Lo de Owen era broma, no pensé que pasase nada…serio.[/Idris] – expliqué cuando nadie nos escuchaba. Lo que le pasaba a Amy desde hacía años era un secreto a voces y por eso quería tener especial tacto con ella, porque no se merecía recaer en esa depresión por culpa de un comentario o una acción desafortunada. Solo había querido animarla y tenía miedo de haber conseguido lo contrario.

    – [Amy]No tienes que pedir perdón.[/Amy]- respondió, intentando parecer despreocupada. – [Amy]Yo dije de jugar a esta mierda de juego en el que también estaba Owen.[/Amy] – añadió. Me pareció que se refería solo al tema del armario.

    – [Idris]Decía también desde antes de eso, cuando llegaron.[/Idris] – pensándolo bien, Amy tenía unas cuantas cosas por las que podía estar enfadada. – [Idris]Vi que estabas tensa pero no sabía que pasaba algo.[/Idris] – me acerqué a ella y le puse una mano en el hombro. Cercano pero sin pasarse.

    – [Amy]Ah, eso.[/Amy]- dijo. – [Amy]Tú no tienes nada que ver. Owen es muy intenso.[/Amy] – añadió. Intenso porque le gustaba la muchacha más que comer con los dedos. Y en este caso, era mutuo, que era un denominador común a la mayor parte de los retos que había puesto con la ayuda de Kay. A ver si fornicaba ya toda esa gente y se les quitaban las tensiones y las dudas.

    – [Idris]Ya pero no quería incomodarte. A veces intento ayudar demasiado.[/Idris] – a veces por no mencionar todo el viaje espaciotemporal este.

    – [Amy]Esto no tiene arreglo.[/Amy]- dijo ella. La miré a los ojos, o al menos lo intenté, porque el pelo le tapaba la cara.

    – [Idris]¿Tan grave es?[/Idris] – pregunté. No parecía enfadada con él ni nada por el estilo y en el armario parecía haber ido medio bien.

    – [Amy]Sí.[/Amy]- replicó.- [Amy]Y no hay forma de huir de ello.[/Amy] – añadió.

    – [Idris]Explícamelo para tontos que no estoy seguro de que ese alcohol estuviera en buen estado.[/Idris] – tenía la cabeza un poco embotada y la botella que Lexie había robado no venía precisamente con la graduación y la fecha de caducidad. Ni siquiera en un idioma comprensible, salvo quizá para Vera. Nota mental: que Vera lea la etiqueta.

    – [Amy]Pero no lo cuentes, por favor.[/Amy]- me pidió. Asentí, podía ser un bocazas, pero los secretos me los llevaría a la tumba. Que si seguía cabreando a tanta gente no sería dentro de mucho tiempo. – [Amy]Owen va a morir por mi culpa.[/Amy]- añadió.

    – [Idris]¿Cómo lo sabes?[/Idris] – pregunté, tratando de procesarlo.

    – [Amy]Lo he visto.[/Amy] – dijo, por cómo lo pronunció supe que se refería a visiones del futuro.

    – [Idris]No jodas que ves el futuro. ¿No puedes…no matarlo?[/Idris] – dije forzándome a bajar la voz. Que vida más intensa teníamos los New Moondies. No podíamos tener una vida sencilla como otra gente. «Oye, ¿por qué no quedamos luego?» sería lo normal y para nosotros la respuesta habitual era algo como «Uff no puedo, hay una profecía que dice que tengo que morir y resucitar para salvar el mundo justo esta noche. Me pilla un poco mal. Lo dejamos para un día que no haya apocalipsis». Asco de vida.

    – [Amy]Los aesir y los lican son incompatibles[/Amy] – dijo Amy, sacándome de mis ensoñaciones de una vida corriente. Mi mente tardó un poco en hacer click.

    – [Idris]Ah, joder…que se os va la mano…[/Idris] – alcé la voz y al darme cuenta la bajé. – [Idris]Hombre siempre podéis fornicar con bozal o algo así.[/Idris] – susurré. Y si alguno tenía ese fetiche hacían un dos por uno.

    Amy me miró como si le hubieran borrado todas las facciones de la cara.

    – [Idris]Y recuerda lo que toda lesbiana sabe. Uñas cortas.[/Idris] – añadí, ese meme atemporal siempre rondaba por mi cabeza.

    Las facciones de Amy seguían sin aparecer. Ante lo serio que era el asunto, no quedaba otra opción que tomarselo a broma.

    – [Idris]¿Qué? Solución tiene. Pensé que lo odiabas o algo así, pero si es por eso…[/Idris] – pensé en voz alta. Se me ocurrían mil formas. Si los padres de los gemelos habían conseguido darle al mambo sin que él la palmase y los de Amy habían conseguido tenerla sin que Diana se volviese lobuna, ellos también podían. – [Idris]Mira tus padres, tuvieron que fornicar para que…vale, ya paro.[/Idris] – frené, la imagen mental de los padres dándole candela era un trauma para todos, especialmente para los gemelos que lo habían visto hacía poco, en su fiesta de cumpleaños. «Toma un regalito hijo» «Papá por dios, vístete» «¡Y quitaos de la encimera!»

    Amy se pasó una mano por el pelo, pensativa.

    – [Amy]Owen es mi botón rojo gigante que pone «no tocar»[/Amy]. – resumió.

    – [Idris]Bueno, tú disfruta del presente que no sabemos que nos pasará mañana. Y si se muere lo resucitamos.[/Idris] – le pasé la mano por la espalda para darle ánimos y se quedó de nuevo hablando con Vera.

    Entendía su miedo, no podía haber nada peor que saber que la persona que te gusta puede acabar dañada por tu culpa, pero teníamos poder, entre todos, mucho. En su día los Daesdi habían premiado a los Daë con elecciones sobre cosas que necesitaban, así que si nosotros llegábamos hasta ese punto, podía haber una cura o un amuleto como el de su madre o algo así.

    La conversación con Xander y Jane fue breve, porque Xander estaba más agradecido que enfadado y Jane creo que debía haber visto algo de la anatomía de mi futuro cuñado porque tampoco estaba cabreada y eso en ella era raro. Tomé nota para volver a mandarles algo más tarde.

    Pasé al lado de Henry y le devolví una sonrisa. Laura estaba por allí, charlando con Jane. Me crucé con Kaylee antes de que se me olvidara y le susurré sus nombres. Ella tenía buena memoria así que caerían pronto.

    Cuando terminé de pegar un repaso a todos los presentes, hasta Vera y Elliot por no haberles dicho de jugar, me acerqué a Coquito, agotado.

    – [Idris]Creo que ya he pedido disculpas a toda la nave, hasta a las hormigas que hay fuera.[/Idris] – bromeé. La miré y os lo digo en serio, creí morir. Estaba guapísima. Era siempre tan alegre y sonriente que estaba radiante.

    – [Elle]Anda ya, no seas exagerado[/Elle].- me estrechó entre sus brazos y me sentí en casa. Sentí cómo se rellenaba toda mi estamina.

    – [Idris]Worth It. [/Idris]- dije, aliviado. El cuerpo de Elle era cálido. No me había dado cuenta hasta entonces de lo frío que estaba el mío.  -[Idris] No te preocupes por el plátano en el bolsillo[/Idris] – le susurré al oído. Sabía que le estaba haciendo cosquillas en el cuello porque su vello se erizó, pero sinceramente, era intencionado.

    Elle metió una mano en mi bolsillo y agarró el plátano que tenía guardado. Llevaba allí desde que Lexie lo había robado, no pude resistirme al chiste, ahora estaría incomible. – [Elle]Por un momento había creído que te alegrabas de verme[/Elle]. – respondió. Su mano sacó el plátano como si fuese a cámara lenta y lo siguiente ya no era un plátano.

    – [Idris]Eso siempre.[/Idris]-alcé una ceja. Elle me conocía lo bastante como para interpretar la señal, pero simplemente se rió. – [Idris]A ti aún no te he enfadado ¿no?[/Idris] – pregunté.

    – [Elle]Nunca[/Elle].

    – [Idris]Estoy deseando que Kaylee, digo, que la botella nos empareje.[/Idris]

    – [Elle]Eso va a tardar, porque he pedido magreo con Jane[/Jane].- hizo el símbolo de la victoria con los dedos. Tenía las uñas cortas y limadas. Estúpida y sensual Jane.

    – [Idris]No tenéis bastante compartiendo cuarto,¿eh?[/Idris] – me reí, siguiéndole la broma. A Elle le encantaba bromear con su crush juvenil con Jane. Por suerte ahora eran mejor amigas simplemente, porque con Jane era difícil competir. Xander y ella iban a tener unos hijos que dominarían el mundo. – [Idris]Como soy la voz de los retos me vengaré.[/Idris] – esa noche iba a soñar seguro con todos los retos porno que le habría puesto a Coquito.

    – [Elle]Tenemos que alimentar al fandom[/Elle].- sonrió. Me volvía más loco de lo que ya estaba y a la vez, me ponía los pies en la tierra.

    – [Idris]¿Y los Drizzle qué?[/Idris] – pregunté sin separarme. Era una tontería perder aquél abrazo tan agradable y además, si nos separábamos iba a tener que hacer la broma del plátano a todo el mundo. – [Idris]Alguna recompensa habrá por este sacrificio. [/Idris]- añadí. Elle me miró, ella me entendía, sabía por qué lo estaba haciendo. Con ella no tenía que disculparme ni darle explicaciones.

    – [Elle]Creo que nadie shippea eso[/Elle].- bromeó, sacándome la lengua. ¿Fantasía? Fantasía.

    – [Idris]Aquí el de los shippeos oficiales soy yo, que trabajo me está costando lanzarlos. [/Idris]- empecé a contar con los dedos. – [Idris]Xane, Leylee, Haura, Amowen, Drizzle, un poco de Jelle, Mophie, NoLexie, un poco de Soylee….[/Idris] – no se me daba de maravilla poner nombre de parejas pero algunas tenían gancho.

    – [Elle]Te vas a ganar que te echen por la puerta de la nave al espacio exterior[/Elle].- me recordó. Ah, qué maravilla pensar que aquel montón de hierro había surcado el espacio alguna vez.

    – [Idris]Alguien tiene que hacerlo[/Idris]. – por un momento se me cayó al suelo la máscara de la comedia y quedó el Idris cansado y preocupado. – [Idris]Nos hace falta unión. Ya hay muchas barreras y aunque les caiga un poco peor, hay menos. [/Idris]- Xander y Jane seguían hablando de películas de cómics y de juegos de rol desde hacía un buen rato. Owen y Amy estaban charlando de algo, que ya era un avance. En general, todos estaban aprovechando lo que habían visto y hecho para entablar conversación con los demás.

    – [Elle]A ver si vas a ser tú la Kvasir…[/Elle] – bromeó mirándome fijamente. Ah, la Kvasir, la elegida entre los Daë para unir al grupo. Nosotros no teníamos una Kvasir y eso era raro, los Moondies debían haber acaparado las existencias teniendo dos.

    – [Idris]Que fantasía. ¿Eso significa que habría Drizzle con tercera rueda?[/Idris] – repliqué, frotándome las manos. Ella soltó una carcajada. Era la risa más bonita del mundo.

    – [Elle]Yo solo tengo ojos para Jane…digo para ti[/Elle]- parpadeó, le encantaba quedarse conmigo.

    Me encogí de hombros. – [Idris]Todo el mundo sabe que la Kvasir tiene superfuerza, sueños proféticos, empatía y super trío. Y si no es canon me da igual[/Idris] – Elle me pegó una patada en el culo, con cuidado, porque si no habría estado como el coyote en los dibujos, incrustado en el techo.

    – [Idris]Podemos ir a soltar energía. Entrenar… En horizontal…. Sin ropa.[/Idris] – le ofrecí. Ella caminó hacia atrás, alejándose, mientras se echaba a reír con mi dramatización.

    Volvimos al círculo y al sentarme me di cuenta de que no le había dicho a Kaylee lo obvio, que me pusiera con Elle.

    La botella giró y le tocó a Niall. – [Niall]Reto. Y ni se te ocurra meterme en el armario.-[/Niall] – avisó, riendo.

    – [Noah]Te reto a besar a alguien que te guste.[/Noah] – Noah fue rápido evitando que les emparejase a ellos. Supuse que quería evitar lo que Lexie había pasado media vida pensando.

    Niall miró fugazmente a Leo, pero por suerte no jugaba, porque habría sido un «besa a Leo» en casi todos los casos. – [Niall]Veamos. No me va, no me va. Es hermano. No me va. Es hermano… bueno, como te las das de gracioso.-[/Niall] no esperaba que se parase en mí, pero tenía todo el sentido que me viese guapo. Nos dimos un beso rápido, sin recrearnos.

    – [Idris]Tienes suerte de que ya tenga mi medio Coquito.[/Idris] – bromeé guiñándole un ojo.

    La botella giró de nuevo y oh sorpresa, me tocó a mí y después a Elle. Pedí reto y miré de reojo a Lexie para que hiciese los honores, pero Elle se adelantó.

    – [Elle]Te reto a correr en pelotas por la nave.[/Elle] – abrí los ojos, sorprendido. Había esperado que si me desnudaba no fuese delante de tanta gente. Les miré, estaban pendientes de mi decisión. Lo pensé un momento, podría haber elegido cambiar de reto, pero después de haberles puesto a ellos todos esos retos e instarles a relacionarse, lo mejor que podía hacer era entregarme a la comedia y hacer el sacrificio, que tampoco era mucho porque era un poco exhibicionista.

    – [Idris]Pero tendrás que venir conmigo para asegurarte de que lo hago, ¿no?[/Idris] – le pregunté.

    – [Elle] Me fío de ti.[/Elle] – respondió sonriendo.

    Me encogí de hombros. – [Idris]Ya te tocará.[/Idris] –  amenacé en balde. Me puse de pie y caminé hasta las escaleras. Me quité la camiseta y les hice un calvo grupal, evitando que me vieran el faro de alejandría. Eché a correr y canturreé.

    If you like Pina Coladas, and getting caught in the rain 
    If you´re not into yoga, if you have half a brain 
    If you like making love at midnight, in the dunes of the cape 
    I´m the love that you´ve looked for, write to me, and escape

  • UN HOGAR

    IDRIS SOLO-NOVAK

    LUNA VILTIS

    Puede que os sorprenda, pero creo que esta entrada va a ser bastante introspectiva. Quizá os parezca raro, porque soy una persona con muy buen don de gentes y una labia espectacular, pero tiene sentido si os paráis a pensar que no estaba en el grupo más sociable de la historia y si a eso sumábamos que Laura estaba aprovechando la caminata para hablar con Henry, mis posibilidades de hablar con alguien se reducían a Zahra, que hablaba menos que….mierda no consigo una referencia graciosa, me estoy empezando a oxidar, por favor, que mandadme con alguien que hable, tengo miedo de perder mi muchedad.

    Bueno, el caso es que cuando Eldric se puso en plan elfo de película, con su armadura brillante, su arco mágico alimentado por su voluntad que luego se iba a quedar Cara y su mochililla con mudas de ropa limpia que quedaba menos impresionante, seguimos a Zahra hasta nuestro «centro de mando».

    Pensé que Zahra se había querido hacer le interesante – después de ver que era de género no binario preferí tratarle en neutro antes de meter la pata, porque tampoco es que fuera tan accesible como para preguntarle cómo se definía – con todo aquello de que teníamos que ir a una de las lunas, pero no, resulta que era literal.

    En ese «cúmulo» de planetas, como lo habían llamado los Daesdi, había mínimo dos lunas y cuando llegamos a un arco de piedras con una pinta extraña, Zahra pasó la mano por una serie de glifos brillantes y apareció una especie de portal al que saqué fotos con el móvil por si luego nadie me creía.

    Al ver aquella superficie que parecía plata fundida, supe que podían pasar varias cosas: que nos llevaba a un mundo desértico gobernado por unos extraterrestres que se creían dioses; que llegábamos a tiempo de salvar a Barb; que nos llevaba a un matrimonio inesperado con un highlander macizorro; o nos llevaba a la luna. Una pena que no fuera la tercera, pero de todas formas no me habría conformado con el highlander sin tener a Coquito conmigo y además, mi futuro suegro era una especie de highlander con su melena pelirroja y todo, así que empezó a darme escalofríos la idea.

    Repetiré una cosa que no me cansaré de decir, atravesar un portal es una absoluta mierda. Es como subirse al barco vikingo después de hincharse a burritos de la feria y pegar saltos cuando está llegando al punto más alto. Así el pan «senzu» que había comido esa mañana se quedó a las puertas del arco, con un aspecto bastante más desagradable que cuando me lo comí.

    Me recuperé un poco al quedarme impresionado con lo que vi. Con lo de «luna» me esperaba la clásica luna en la que podría dar saltos dobles como en el Mario Odyssey, pero no. Aquello no era una carcasa muerta, estaba completamente terraformada y desde el arco salía un camino que conducía a una enorme ciudad. Todo lo demás era territorio natural, surcado por vehículos de cualquier tiempo imaginable.

    A lo lejos vi otro camino parecido, que conectaba la ciudad con otro punto que parecía un tótem de alguna tribu indígena y otro al lado contrario que conectaba con un obelisco egipcio. Había más caminos a lo lejos rodeando en círculo a la enorme ciudad, así que teniendo en cuenta que la distancia entre caminos se repetía, me imaginé que habría al menos un portal con cada uno de los mundos, si no había más. Era imposible saberlo, porque apenas conseguía ver los que tenía al lado y la silueta difuminada del que estaba al lado del tótem, porque al lado del obelisco, una montaña cortaba el paisaje.

    Me agaché y toqué el suelo, la tierra y la hierba se sentían reales y corría una brisa agradable. Pese a que la ciudad era enorme, me impresionó que mirando al lado contrario, la naturaleza ocupaba todo lo que alcanzaba la vista. Me pregunté si habría mar, siempre había sido una persona de playa, especialmente desde que iba a ella con Coquito en bikini. Eh, y que conste que no la objetivizo, su mente también me pone rumboso y su forma de bromear me activa el joystick.

    – [Idris]Supongo que a la ciudad, ¿no?[/Idris] – pregunté a Zahra que era quien sabía dónde ir, porque Eldric había decidido que era un spoiler que lo supiéramos.

    – [Zahra]Supones mal. [/Zahra]- replicó ella, dándose la vuelta en dirección a una ladera. Genial, otra vez a hacer senderismo. Al menos esperaba que esta vez no hubiese engendros hululantes comegente.

    – [Idris]Nunca me dejan tener cosas bonitas.[/Idris] – me quejé. – [Idris]Entonces qué, ¿de acampada?[/Idris] – pregunté colocándome a su altura mientras los tortolitos miraban bien por dónde pisaban.

    – [Zahra]Te voy a abandonar en cuanto pueda. [/Zahra]

    – [Idris]Que negligente.[/Idris]

    Negué con la cabeza y ella pasó de responder, así que la seguimos una vez más a través del monte, aunque esta vez no parecía un camino tan difícil pero sí inclinado.

    Después de una eternidad en la que decidí que ya había tenido bosque y montaña para media vida y me dediqué a pensar en qué deseos pediría a un genio en ese momento – mil deseos más – llegamos a un punto en el que el camino empezaba a descender.

    Atravesamos una serie de árboles y por fin vimos un valle ante nosotros. Allí, en mitad de él, bañada por la cobriza luz del atardecer, había una nave espacial estrellada.

    Parecía que había chocado hacía por lo menos un siglo. La pintura se veía levantada y desconchada en algunos puntos y en otros, estaba cubierta por musgo y vegetación.

    – [Idris]¿Tenemos nuestra propia nave espacial? Tenemos nuestra propia nave espacial.[/Idris] – respondí alucinando. Ya teníamos un refugio digno de superhéroes. Vi que Henry iba a decir algo probablemente realista y lógico pero increíblemente desilusionador, como que seguramente no podríamos hacerla volar. Pero daba lo mismo, seguía siendo una nave espacial.  – [Idris]No digas nada, no estropees el momento.[/Idris] – Henry sonrió tímidamente y seguimos bajando. Zahra no parecía entusiasmade con la idea, supuse que porque esa tecnología le representaba más las fuerzas del Arquitecto que un foco de esperanza.

    Para mí no, después de que nos teletransportasen al puñetero cu(mu)lo del mundo, no estaba mal cumplir una vida de sueños infantiles (vale y adultos) de ciencia ficción. Vale, no era mi Guenwyvar, la nave que llevaba años haciendo en Endless Galaxy, pero esta había costado menos dinero de mis padres y la otra probablemente no la volviese a ver por miedo a que los de Infinity me sorbieran los sesos mientras me conectaba – sí, soy positivo y creo que volveremos a casa -.

    El descenso del valle fue mucho más rápido. Cuanto más miraba la nave, más increíble me parecía. Tenía un diseño alargado hasta llegar a la cola, donde se ensanchaba en una especie de alas, su superficie había sido lisa aunque ahora tenía partes abombadas por los desconchones de la pintura granate, en su día formando un patrón.

    Eso significaba que había sido una nave de pasajeros, porque las armas no se veían por ninguna parte salvo que estuvieran muy bien escondidas en el fuselaje. El metal plateado aún parecía firme pese al paso del tiempo, en su día había debido ser una maravilla surcando los cielos con sus colores plata y granate.

    Cuanto más nos acercábamos, más grande me parecía. No podía esperar a verla por dentro, pero ya desde fuera parecía suficientemente amplia para poder quedarnos todos. Aunque cruzaba los dedos para que no hubiera habitaciones suficientes y tuviera que compartirla con Coquito.

    Me quedé atónito unos minutos observando el morro de aquella bestia e imaginándome en la cabina, surcando las estrellas en ella. Salí de mi trance y vi que los demás estaban recorriendo el fuselaje. Les seguí, Henry buscaba algo atentamente y entonces caí, debía estar buscando la entrada.

    Continuamos caminando y llegamos a la parte trasera de la nave, donde dos inmensos pares de motores traseros destacaban enormemente. Cuando conseguí apartar la vista de aquella maravilla, vi que Henry se acercaba a un panel y empezaba a trastear.

    Hay una cosa que se echa de menos en la vida real respecto a la ficción. En cualquier serie, Henry habría abierto la nave en ese mismo instante juntando dos cables de aquella tecnología desconocida. Pero aquí no. Acampamos, Henry inspeccionaba el control, comimos pan seco de los elfos, Henry se buscaba la vida para dar energía suficiente al panel y a la nave para abrirse, dibujé un plano de la nave, Henry jugueteaba con los controles y un aparato que había llevado consigo, di vueltas a cómo bautizar la nave y no conseguía más que pensar en Coquito. Así hasta que cayó la noche y estábamos a punto de obligar a Henry a dejarlo para el día siguiente cuando volviese a haber luz. En ese mismo momento, la rampa trasera se accionó y…empecé a estornudar porque allí dentro olía a cerrado que metía miedo.

    Entré delante, había visto Alien las veces suficientes como para estar preparado, en el espacio hay cosas muy jodidas y yo tenía la ventaja de ver mejor en la oscuridad. Bueno, en ese momento no era una ventaja, porque maldita gana tenía de ir delante a ser el primero en morir, que todos sabemos las reglas de las películas de miedo y son bastante racistas.

    Después de un mal rato extremadamente largo en el que estuve a punto de saltar con cada ruido que escuchaba allí dentro, el miedo paso. Os contaré mi truco, no soy valiente, pero imaginándome a Coquito a mi lado en una playa con un bikini de esos que le gustan, conseguí ir tirando.

    Voy a resumir. Encontramos dieciséis habitaciones, así que estupendo porque no había una por cabeza, lo que significaba, apretujarse, pero con la suerte que tenía, me tocaría con mi hermano. Había varias salas comunes, una zona de ingeniería en la que casi me explota la cabeza de la impresión, cocina, una especie de gimnasio, baños y la zona de pilotaje. Esa última podría haber sido otra habitación, concretamente la mía, pero Henry decía que podía pulsar cualquier cosa durmiendo y propulsar la nave con todos dentro o a saber qué, así que morí un poco por dentro pero seguí ilusionado.

    Como éramos los pioneros en llegar a nuestra nueva base de operaciones – si no contamos ya oficialmente como superhéroes, me retiro – elegimos habitaciones. Henry y Laura decidieron compartir la suya, así que les «ayudé» a elegir «la mejor» que basicamente era una de las que tenía solo una cama, pero para cuando se dieron cuenta, ya era tarde. Yo cogí una, esperando que mi compañera fuese Coquito. Zahra por su parte esperó a que eligiéramos todos y cogió la más lejana, más cerca a la cabina.

    Me tumbé en mi nueva cama y miré hacia el techo. Aquella habitación estaba hecha para que pareciese que no estabas en una nave, aunque en ese momento no funcionase todo lo que tenía que funcionar, pero confiaba en que Henry nos arreglase unas cuantas comodidades.

    Estaba preocupado por todos los demás, pero confiaba en que estarían a salvo y vendrían con nosotros pronto, de hecho me sorprendía bastante haber sido los primeros en terminar, casualidades de la vida. Seguíamos estando en algún punto desconocido del universo, que podía estar en la vía láctea o en cualquier otra galaxia, pero allí, en aquella nave, volví a sentirme seguro y cuando estuvieran todos, en casa.

    Así que decidí llamarla Kvasir, porque al igual que Sarah, nos uniría y nos protegería a todos.