[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Illya Novak| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de Virtud | Parte I de II
[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]
Si hubiese estado viva cuando las antorchas se apagaron, habría suspirado de alivio. La presencia de Hiroshi me incomodaba sobremanera, no porque fuera una persona especialmente habladora o intensase que fuéramos amigos a toda costa, sino porque en cuanto estuvimos solos, empecé a percibir su olor. Al principio, fue sólo una sensación rara, la de mis fosas nasales abriéndose un poco para diferenciar un olor excesivamente dulzón, pero después llegó la sed, el ansia y el deseo de abrirle el cuello en cuanto se descuidase. Eso sólo puede explicarse porque su olor podría dividirse en dos capas, la superficial, que era demasiado floral para mi gusto y la que estaba bajo ésta, que olía a cerezas maduras, a picotas a punto de explotar por exceso de jugo. En cuanto me di cuenta de que ese olor estaba ahí, quise lamer su cuello para que la aorta me descubriese el punto exacto en el que debía clavar mis colmillos.