Moondale

Etiqueta: Edward MacLay

  • INVOCACIONES QUE SE TE VAN DE LAS MANOS

    INVOCACIONES QUE SE TE VAN DE LAS MANOS

    Edward MacLay | Afueras de Moondale

    MAÑANA

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    Una vez más me encontraba en la salida de Moondale, solo que estaba vez no iba a marcharme. En los últimos meses no había tomado las mejores decisiones precisamente, y por como me acababa de marchar parece que seguía por el mismo camino, pero estaba empeñado en enmendar mis errores. Tras todo lo que me había contado Mara, no podía dejar a Sarah en la estacada, no otra vez después de haberme marchado como me marche.

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  • ALGUIEN QUE SE PREOCUPA MÁS POR SUS AMIGOS QUE POR MÍ

    ALGUIEN QUE SE PREOCUPA MÁS POR SUS AMIGOS QUE POR MÍ

    Lucy | Estación de autobuses de Moondale

    MAÑANA

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    Los besos con Ed después de que despertase de aquella suerte de siesta larga se prolongaron hasta que Karen empezó a carraspear sonoramente, recordándome que por mucho que hubiera una cama no era para que la utilizásemos nosotros. Después, todo empezó a ir a toda velocidad, él me dijo que teníamos que irnos, porque toda mi vida era una farsa: esos padres cuya cara no conseguía dibujar en mi cabeza, las supuestas amigas con las que quedaba todos los viernes para tomar unas copas, el curso de Diseño de Moda que había hecho en París, el único novio que había tenido en mi vida y al que había pillado en la cama con una de las amigas. Nada. Todo era una mentira urdida por Wolfram & Hart, especialmente por el padre de Ed que era un ente maligno, casi sacado de una telenovela. Según él, mi vida de verdad era aquella de la que me llegaban recuerdos, pero seguía sin sentirla como si fuera mía. Algo no iba bien.

    No pude ir al taller a recoger los diseños que tenía a medias, ni la máquina de coser, simplemente fui a mi apartamento en el que me esperaba Sky todavía con la correa puesta y enseñándole los dientes a Ed. Habían pasado unos cuantos días conociéndose y no les había ido muy bien, en parte porque Ed no era muy amigo de los perros, por mucho que no se atreviera a decírmelo.

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  • LA MUERTE DE UN ANGEL

    LA MUERTE DE UN ANGEL

    DIARIOS DE DESTINO | PALACIO KVINNEBY

    MADRUGADA

    palaciokvinneby

    El Palacio Kvinneby se iluminó poco a poco con la luz del amanecer, señal de que era hora de despertar y volver a poblar los pasillos sumidos en un silencio sepulcral. Un silencio, que no tardó en ser roto con un agudo grito cuando la protegida más madrugadora llegó a una de las grandes salas comunes de camino a las cocinas, dispuesta a prepararlo todo para los demás, como había decidido que era su cometido, y en lugar del vacío habitual lo que encontró fue un cuerpo con grises alas de ave y ojos vacíos y sin vida, clavado sobre la chimenea por sus alas, con una punta de metal firmemente clavada en cada una de ellas.

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  • UNA HABITACIÓN LLENA DE LUZ

    UNA HABITACIÓN LLENA DE LUZ

    Lucy | Apartamento de Vincent

    TARDE

    lucywithcrown

    Tenía ganas de despertarme, pero no era capaz de abrir los ojos. Era plenamente consciente de lo que pasaba a mi alrededor: sabía que llevaba un tiempo sobre la cama de Vincent, que me habían sondado (y cómo dolía), que una vía me atravesaba la muñeca para que no me muriese deshidratada (dolía aún más) y, que cuando todos se iban, Ed se quedaba a mi lado. Escuchaba los comentarios subidos de tono de Karen, la mala leche de Bill, lo conciliador que resultaba Vincent, lo pesada que era Keli y que Ed pocas veces comentaba algo, porque estaba preocupado, pero Mara estaba haciendo bien su trabajo. Sus caras aparecían en mi mente como si los conociera, excepto la de Karen, que no me sonaba de nada. Eso era en los escasos momentos de paz en los que recuperaba la consciencia, porque el resto del tiempo estaba sumergida en recuerdos que parecían sueños al principio, pero que luego fueron calándome hondo, hasta que me quité la venda.

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  • PROMESAS PENDIENTES

    PROMESAS PENDIENTES

    Edward MacLay | SEDE DE WOLDRAM&HART, LOUNA

    MEDIODÍA

    lucytattler2

    Me dolía dejar a Lucy así, pero tras días sin poder hacer nada por ella finalmente opte por hacer otra promesa que tenía pendiente. No era una persona vengativa, por lo general siempre he pensando que hablando las cosas se pueden llegar a un entendimiento, pero en el caso de John no había entendimiento posible, le deje muy claro lo que pasaría si osaba volver a acercarse a Lucy, y había cruzado la raya una vez más.

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  • CONECTADOS. PRIMERA PARTE

    Diarios de Destino | Louna, Condado de Ripper

     MAÑANA

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    En la casa de Vincent Solo reinaba el silencio, marcado por la tensión de todos los asistentes, reunidos allí observando a la demonio sin apartar la mirada. Frente a la demonio, descansaba plácidamente sobre la cama Lucy, inerte ya desde hacía cuatro días, pero viva, como una Blancanieves de fábula, o una Bella Durmiente, pero a ella no la despertaría un beso de su príncipe, para eso había venido la demonio.

    Mara no se apartaba de su paciente, velando por sus constantes vitales, mientras que Bill y Vincent vigilaban constantemente a la demonio. Karen permanecía cerca de Mara, por si se la necesitaba para algo, aunque esperaba que no fuese hablar con el espectro de esa pobre muchacha.

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  • TE LO ADVERTÍ, HIJO

    Lucy | Tienda, Louna

     TARDE

    lucytattler2

    Todavía no había llegado la hora de abrir la tienda oficialmente, así que estaba en la parte de atrás escuchando cómo Sky roncaba  y protestaba por la música, mientras finalizaba las modificaciones en un patrón de cuerpo delantero para que se pareciese a la blusa que tenía en mente. Acompañada por la música que salía de mi tableta, que en ese momento estaba con una emisora local, canturreaba mientras hacía las rectificaciones con un lápiz azul cielo.
    – [Lucy]»La conosí balaaaando…ella me hipnotisó….y hubo asercamientoooooo…así ella me anamoróooo»[/Lucy]- grité a pleno pulmón en español, que me parecía bastante bueno y no es por presumir.
    En esas estaba cuando escuché la campanilla de la puerta, que me avisó que alguien había entrado a pesar del cartel que ponía «Cerrado». No me pareció mal, simplemente paré la música, dejé todo como estaba y salí fuera esbozando la mejor de mis sonrisas, que se amplió al ver que era Ed el que estaba delante del mostrador, entre rollos de tela, maniquíes y espejos en un desorden organizado que en realidad, no era fruto de la casualidad.
    Me fijé en que llevaba el pantalón del traje que le había hecho, pero no había rastro de la chaqueta ni de una corbata, además de que parecía muy nervioso. Eso me preocupó, pero las mariposas de mi estómago no me dejaban pensar.- [Lucy]¡Ed![/Lucy]- salí de detrás del mostrador y fui hasta él. El corazón me latía a toda velocidad y mi cuerpo me pedía que lo abrazara, así que eso hice. No pude evitar pasar mi nariz por su cuello e inhalar su olor. Creo que estuve a punto de derretirme (a lo mejor lo hice) y no por la parte del cuerpo que estáis pensando, enfermos – aunque a decir verdad…-. Bueno, que me voy del tema.

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  • REENCUENTROS

    Edward MacLay | CALLES DE LOUNA LOUNA

    TARDE | NOCHE

    EDPIENSAEra curioso como podía guardar toda mi estancia en Louna en una sola maleta, llegue con lo puesto y me marchaba exactamente con lo mismo. Había vivido meses de aislamiento saliendo solo para trabajar, por suerte Lucy había arreglado eso, de hecho había hecho mucho más sin darse cuenta, me había dado las fuerzas suficientes para levantarme y luchar por lo que quería, y ahora mismo no quería seguir más tiempo en Louna.

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  • ESE NO ES MI NOMBRE

    Edward MacLay | SEDE DE WOLDRAM&HART, LOUNA

    MAÑANA

    EDWOLFRAM

    Llevaba un rato inmóvil frente a la entrada del edificio, pesando solo en dos cosas, la conversación previa que había tenido con Lucy y todo lo que encontré anoche en el ordenador de mi padre. A la primera le daba vueltas lo que había dicho, seguía recordando cosas de su pasado, de ambos, y yo no tenía otra mejor forma que responderle con frases que podían malinterpretarse. En cuanto a lo segundo, no sabía como hacer frente a mi padre, era un iluso si pensaba que no se habría dado cuenta de que estuve en su despacho, estamos hablando de una organización maligna.

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