[align=center][b][SIZE=3][color=black] Edward MaClay | Casa de los MaClay[/SIZE][/color][/b]
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No podía dormir, en mi cabeza no hacía más que darle vueltas que al día siguiente atacaríamos. Me levante de la cama y ande con cuidado hasta el escritorio para evitar despertar a Dante, el perro que compro mi madre cuando me marche a la residencia, según dijo ella para evitar sentirse sola en casa. Ahora era el dueño de mi viejo cuarto y le gustaba dormir en cualquier rincón de el, sobre todo en la cama.
Las dudas de si estábamos preparados era otra de las razones por las que no conseguía descansar. Habíamos entrenado duro y esperábamos con ansias a que el día llegara, pero ahora que estábamos tan cerca del enfrentamiento final empezaba a creer que no habíamos entrenado lo suficiente, sobre todo si me paraba a pensar lo que ocurrió la última vez.