Moondale

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    EZRA WALKER

    MAÑANA – CASA DE CAMPO MACLEY-WALKER

    Habían pasado dos meses y el mundo seguía en pie. Permanecí alerta durante semanas negándome a mí mismo el acomodarme, pero al final acabe cediendo. Cambie el bosque por una habitación en la casa de mis padres, de Ed y Lucy, aun no sabía muy bien cómo llamarlos. Supongo que en mi diario me referiré a ellos como mis padres y en persona les llamare por sus nombres.

    No me gustaba estar quieto sin hacer nada, bastante tiempo había pasado ya así, por lo que me dedique ayudar cultivando la huerta que tenían y dando de comer a los animales, los cuales huían cada vez que me acercaba, no por ser un extraño sino por el lobo de mi interior. De hecho el único animal que no corría despavorido al verme era Sky, el perro de mi madre se había convertido en una extensión de mí.

    Y hablando de mi otra contraparte el lobo también agradeció estirar las patas en las noches de luna llena. Si de por sí las transformaciones duelen notando como todos tus huesos se rompen y tu cuerpo se reajusta, no os podéis hacer una idea de cómo era transformarse mientras estaba cautivo. Cada pequeño cambia era una punzada que parecía durar años.

    Puede parecer extraño pero en todo ese tiempo no estuve solo, estaba esa otra parte de mí haciéndome compañía, ambos sufrimos lo mismo y llegamos a comprendernos mejor. Así que me adentraba en el bosque y le dejaba correr, libre. No podía controlarle, pero al igual que él era una voz en mi cabeza pugnando por salir yo lo era en la suya para contenerlo de atacar a nadie.

    También aproveche para ponerme al día con la cultura popular de la que apenas conocía de mi mundo. Pero sin duda había algo parecido y esa era la ausencia de contenido original. En mi futuro era normal que no hubiese nada nuevo, pero esta nueva realidad llevaba años estancada en el pasado. Ahora entiendo lo de Terminator, ¿eso me convierte en Kyle Reese?.

    Había pasado un poco de tiempo con el resto para que me conocieran un poco mejor. Resultaba un poco raro saber tanto de ellos y que no supieran nada de mí. Para mi sorpresa Amy y Kaylee tenían una tercera hermana, Vera. Al igual que Jane y Owen, aun me resultaba extraño llamarlos así.

    Escuche ruido en el pasillo y tanto Sky como yo levantamos la cabeza sobresaltados. Mis padres vivían en una casa demasiado grande para ellos dos solos. Encontré a mi madre apoyada contra la puerta del baño. – [Ezra]¿Te encuentras bien?.[/Ezra]

    – [Lucy]Sí, es que me ha debido sentar mal algo que he comido.-[/Lucy] Sonrió para no preocuparme pero tenía la cara pálida. Me preocupo un poco la verdad. No me gustaría perderla ahora por alguna clase de enfermedad.  –[Lucy]Gracias por preguntar.[/Lucy]

    – [Ezra]Puede ser. También estas trabajando demasiado en la nueva colección.-[/Ezra] Estaba trabajando en una nueva colección masculina y me había pedido que fuera el modelo para las fotos. Me acorde de Mia, la madre de Dante, la cual fue la cara más visible de su empresa y la catapulto a la fama. Es curioso como en algunos casos es imposible alterar la línea temporal ya que Mia también había sido asesinada aquí.

    – [Lucy]¿Tú crees? Tendré que darme un homenaje cuando la termine.-[/Lucy] Un homenaje que podría ser cena, fiesta o viaje a Europa. O tal vez las tres cosas.

    – [Ezra]Le he estado dando vueltas y no sé como pedírtelo, así que simplemente lo voy a decir. El colgante con forma de disco ¿podrías dejármelo? te lo devolveré.-[/Ezra] Apenas teníamos confianza y nos conocíamos desde hace poco, al menos ella a mí. Así que entendía sino quería dejármelo. Probaría suerte con mi padre en ese caso.

    – [Lucy]¿El de Kaylee?[/Lucy] – Pregunto un poco sorprendida llevándose la mano a la camiseta en la altura que debía de estar el colgante palpándolo.

    – [Ezra]Si. Xander ha dicho que los necesitaba para… algo.-[/Ezra] No quería mentirle, pero seguramente fuera consciente de para que lo íbamos a utilizar. En parte le había pedido el suyo porque estaba más despegada del mundo sobrenatural que el resto. Si se lo pedía a mi padre pondría trabas, nos desaconsejaría hacer lo que había pensando Xander, un destierro a la nada, el vacio.

    Mi madre enarco una ceja consciente de lo que podría pasar de usarlos. –[Lucy] La podéis liar muy gorda.[/Lucy]

    – [Ezra]No creo que funcione lo que tiene en mente, pero quiere intentarlo.-[/Ezra] Al contrario que el resto yo era más partidario de eliminar la amenaza. Tanto la de Veronica como la de la nueva Iniciativa remodelada con un nuevo nombre. Si no hacía nada mi propio futuro podía ser más negro que el antiguo.

    – [Lucy]Tened cuidado.[/Lucy]- Se saco el collar que llevaba colgado. El disco era de varios colores y al trasluz daba la sensación de que se movían entre sí cambiando de posición. Me alzo la mano y me lo tendió en ella.- [Lucy]¿Lo vas a llevar tú?[/Lucy]

    – [Ezra]Si.-[/Ezra] Asentí colocándomelo notando el frio del metal contra mi pecho.

    – [Lucy]¿Echas de menos a tu familia?.-[/Lucy] Se quedo mirándome fijamente aun agarrando mi mano.

    – [Ezra]Vosotros sois mi familia. Quiero decir sois ellos. Es complicado.-[/Ezra] Mi padre paso por el pasillo de la parte de abajo con varios protectores en el cuerpo y cargado de objetos de combate. Se estaba tomando en serio el entrenamiento a Elle.

    – [Lucy]Ed… tu padre… bueno, como sea.-[/Lucy] Se echo a reír por lo bizarro que parecía todo. [Lucy]- La cuestión es que pasó por lo mismo, pero tuvo suerte y se le olvidó.[/Lucy]

    – [Ezra]A pesar de todo siempre ha tenido suerte. Es decir, te conoció a ti después de todo.-[/Ezra] Mi madre era un cumulo de energía en varios sentidos. Era la reencarnación de Kaylee y tenía más energía que cualquiera. Recuerdo la historia de cómo se reencontraron, parecía el cuento de una princesa y su príncipe en tiempos modernos.

    – [Lucy]¿Me estás haciendo la pelota?[/Lucy] – Pregunto echándose a reír.

    – [Ezra]¿Ha funcionado?.-[/Ezra] De poco servía hacerle la pelota cuando ya había conseguido su colgante. Pero podía ganarme de nuevo su confianza como en antaño.

    – [Lucy]Puede ser.-[/Lucy] Sonrió tirándome de una mejilla. Ese gesto por insignificante que sea significaba mucho ya que solía hacerlo cuando era pequeño. Mi madre seguía presente en ella, al igual que mi padre, solo tenía que olvidar de donde vengo, entablar nuevo recuerdos con todos, pero siempre es difícil dejar atrás el pasado.

  • UNA ESTRELLA EN MITAD DEL CAOS

    LEO ARKKAN

    BOSQUE DE LOS LOBOS – MADRUGADA

    Sentí un tirón y aparecimos en mitad del Bosque de los Lobos. Nada más llegar, percibí la conexión con aquel lugar y la lucha del licántropo que pugnaba por salir.

    Recorrimos un tramo en silencio. Miré un par de veces hacia Kaylee pero ella evitaba devolverme la mirada y caminaba a la altura de Dante, hablando sobre el resto del equipo. Tras un rato, llegamos a un claro donde nos esperaban Jane, Nate, Cole y los amigos de Noah: Lexie y Niall.

    No hubo mucho intercambio de saludos. Casi todos estaban nerviosos por lo que estaba a punto de pasar. No teníamos planes, solo el poder con el que habíamos nacido y la intención de salvar a nuestros seres queridos. Jane estaba especialmente inquieta. Siempre me había parecido una de las más sensatas de todos, pero en ese momento la situación la superaba, como a todos.

    Después de aclarar algunas cosas, la tenue conversación se detuvo de golpe a mi señal. Había captado un olor, pero muy ligero, se perdía en el aroma a los abedules que nos rodeaban. Cerré los ojos y, con miedo, dejé que el licántropo y yo fuésemos uno, sin llegar a ceder del todo. Los colmillos rajaron mis encias al crecer en tamaño. Ese dolor empezaba siendo molesto, pero terminabas notando alivio. Sin embargo, notar las uñas desgarrar la punta de mis dedos era una de las cosas que peor llevaba. El pelo apenas se notaba y los huesos dolían poco al pasar a esa forma más humana que licantrópica. No era muy  lobo, pero sí lo suficiente como para que mi olfato captase un olor familiar. Mi hermano estaba cerca.

    Me coloqué delante de los demás y les hice una seña para que me siguieran. En ese momento era todo sentidos. El viento rozaba mi piel y era capaz de paladear los aromas que dejaba el aire que respiraba. No tarde en empezar a escucharles también.

    – [Zeus]El camino pacífico es la sumisión.[/Zeus] – escuché decir a una voz. El lobo en mí reconoció que era un líder por su tono.

    – [Elle]No hemos venido a luchar[/Elle].- dijo una voz femenina. Era mi prima Elle.

    – [Hades]Pequeñas ratas ladronas.[/Hades] – añadió un desconocido. El licántropo rehuía esa presencia y eso no me gustó nada. No presagiaba nada bueno.

    – [Zeus]Nadie os hará daño si os entregáis a nuestra autoridad.[/Zeus] – afirmó de nuevo el alfa.

    – [Amy]No.[/Amy]- esa voz no podía olvidarla. Ahora no era el lobo quien no quería enfrentarse a esa persona, si no yo, porque era la de Amy. Sabía cómo le había afectado mi marcha y durante años me había protegido evitando hablar con ella. En el tiempo que llevaba en Moondale no había salido del Bosque por no encontrarme a nadie que me reconociese, pero también para no verla a ella, porque no sabía qué decir.- [Amy]Tenían a dos personas en cápsulas, ¿pensáis que estamos tan mal de la cabeza?[/Amy] – su voz seguía siendo la de una alfa y mi licántropo la reconocía.

    Una nueva voz femenina, serena y calmada, habló.- [Atenea]No están preparados para el exterior.[/Atenea]- empezó a decir. -[Atenea]Cuando lo estén, Infinity les dejará ir.[/Atenea] – dudaba que nadie fuese a creerse eso, y menos Noah, con la historia que teníamos en nuestra familia con aquél lugar.

    – [Ezra]No soy ningún experimento vuestro. Quedé atrapado aquí por error. No podéis retenerme.[/Ezra] – esa voz no la reconocí, debía ser una de las personas que habían ido a rescatar. Kaylee no había entrado en detalles pero se suponía que era el famoso Ezra, el hijo de Edward en una realidad alternativa. Mi olfato emparejó la voz con el olor y supe que era otro licántropo. Amy estaba cerca suyo.

    – [Atenea]Crees que estás atrapado, pero estás enfermo.[/Atenea] – respondió la mujer. Apuré el paso y los demás me siguieron. La tensión estaba aumentando, podía sentirla incluso desde allí. Ellos no se iban a rendir e Infinity aún menos.

    – [Hermes]Aún estás confuso por haber despertado tan brusco. Infinity no experimenta, salva vidas. Sin nosotros habrías muerto[/Hermes] – añadió otro de los del otro bando. Noté algo extraño en él, como si yo mismo quisiera creerme sus palabras.

    – [Owen]Tío no erais capaces ni de abrir su cápsula. Lo teníais de adorno en un almacén.[/Owen] – replicó la voz de Owen. No la escuchaba prácticamente desde el día en el que me di cuenta de que no era tan tonto como parecía.

    – [Hermes]Para no exponerlo a un trauma como el que ha tenido que pasar ahora. Su mente está confusa.[/Hermes] – el mismo tipo de antes, tratando de volver lo blanco negro, por desgracia sus palabras tenían sentido. No estaba tan cerca de él como para saber si ese tal Ezra decía la verdad, pero incluso aunque no mintiese, podía creerse la historia porque ese tiempo encerrado hubiese hecho estragos en su mente.

    En ese momento estábamos llegando a un pequeño claro cerca de la linde del bosque que daba hacía la sede de Infinity. No se veían soldados en el horizonte, solo el grupo que ya había olido antes. Catorce personas con uniformes completos en fila frente a los nuestros.

    Al vernos llegar, su mirada se fijó en nosotros. Miré a Noah y asentí cuando le vi sonreír. Por suerte estaba a salvo. Antes de poder saludar a los demás olí algo que no debía estar allí, un olor duplicado. Era tenue, no era exactamente igual, pero sí muy parecido. Mis ojos siguieron el rastro y se encontraron con otra Jane en el grupo de Noah.

    El cambio era sutil, engañana al olfato y a la vista. Evidentemente no engañaba al hecho de que hubiésemos traido otra Jane con nosotros. En cuando los demás se dieron cuenta, cundió el caos.

     – [Amy]¿Qué cojones…?[/Amy] – espetó Amy.

    – [Elle]¿Jane?[/Elle] – gritó Elle, mirando hacia nuestra Jane. Todos empezamos a distanciarnos de ambas. Mi hermano estaba mirando fijamente a su Jane, con suspicacia. El grupo de Infinity parecía confuso, pero irradiaban tanta seguridad que no se habían movido.

    – [Xander]¿Omega?[/Xander] – la voz de Xander parecía a punto de quebrarse. Se alejó de su Jane, aterrado, esperando una respuesta que no fuera la que él ya parecía saber a ciencia cierta.

    – [Kaylee]Aléjate de ella[/Kaylee]. – le gritó Kaylee. La miré, debía haber visto algo que los demás no.

    Por desgracia, fue tarde. La Jane que estaba al lado de Xander hizo un gesto con la mano y nuestra Jane salió volando a toda velocidad contra un árbol. Ni siquiera Noah pudo reaccionar a tiempo.

    -[Ezra] Lo sabía. Sabía que eras tú. [/Ezra] – Ezra se lanzó contra ella pero acabó varios metros más allá, estrellado contra el suelo.

    – [Elle]¡Jane![/Elle] – el grito de Elle se superpuso a las palabras de Ezra y la vi cruzando el claro a toda velocidad para unirse a los que habían ido a ver cómo se encontraba Jane, inconsciente en ese momento.

    La que se hacía pasar por Jane tenía un gesto completamente diferente a la que conocía de toda la vida. Parecía cruel y violenta, todo en su nueva postura lo emanaba. De pronto todos se habían vuelto contra y su respuesta fue desatar una tormenta de arena a nuestro alrededor. Pronto apenas se pudo ver nada. No veía a los demás, estábamos aislados y el caos reinó por todas partes, así que empecé a guiarme solo por mi olfato y mis instintos.

    Necesitaba mis poderes así que me concentré.

    You can be anything you want to be
    Just turn yourself into anything you think that you could ever be
    Be free with your tempo, be free be free
    Surrender your ego – be free, be free to yourself

    Sentí el anillo en mi dedo y mi cuerpo se convirtió en plata pura. La arena ya no me hacía daño, así que me adentré en ella para ayudar a los demás.

    – [Elle]Jane está inconsciente.[/Elle]- escuché decir a Elle, más alejada. La tormenta era más tenue donde se encontraba. Me abrí paso hasta ellas. – [Elle]Noah, tienes que llevártela a un hospital.[/Elle]- vi a mi prima con los ojos brillantes por las lágrimas que estaba tratando de controlar. Mi hermano apareció a nuestro lado, estaba en su forma Rakkthathor y llevaba a una muchacha inconsciente atada a la espalda. Cogió a Jane en brazos. Desapareció y al instante volvió a estar allí, un miembro de Infinity le miraba fijamente, cerca de nosotros, le había cortado el paso. Lo intentó varias veces más, sin resultado. Me preocupó pensar que era más rápido que mi hermano.

    Un cuerpo salió de la tormenta, tosiendo. Era Xander. – [Xander]Elle, el poder de papá.[/Xander] – le indicó a Ellie. Llevaba una espada en la mano y tenía varios cortes, al parecer ya no estábamos peleando solo contra la Jane falsa, los de Infinity habían decidido intervenir.

    – [Elle]¿Y si la quemo y es peor?[/Elle] – preguntó, dudando. Algo la preocupaba, algo que no estaba contando. Podía oler su miedo.

    Un cuerpo fornido salió de la tormenta y se escuchó el sonido de metal contra metal cuando una espada enorme chocó contra la de Xander. Vi sus brazos ceder ante la fuerza de quien estaba atacándole, un tipo de piel oscura con el símbolo de un casco emplumado y una lanza.

    Alguien se lanzó sobre él, evitando que golpease a Xander, y lo echó hacia atrás con un torrente de hielo. – [Idris]No hay nada peor.[/Idris] – dijo, tosiendo.

    El licántropo en mí sintió algo y al ver una punta afilada asomar entre la arena, me coloqué entre Jane y Elle y el atacante, que resultó ser una arquera que no dudó en disparar. Sus primeras flechas rebotaron, pero después empezó a cargarlas con un aura brillante. Una de ellas me rozó el brazo y me hizo un corte, pese a ser de plata maciza. Entonces se giró al escuchar la voz del que parecía el líder.

    Detrás de mí, escuché la respiración profunda de Elle antes de que una luz saliese de sus manos, temblorosas, colocadas sobre Jane. Era el poder de mi tío, nunca había visto a Elle utilizarlo, pero tampoco había hecho falta hacerlo. Era nuestro primer combate y se notaba.

    Al cabo de un rato, Jane volvió en sí. – [Jane]Me encuentro mal.[/Jane] – dijo llevándose una mano a la cabeza. Michael llegó corriendo, había tenido que bordear la tormenta.

    – [Mike]Tenemos que llevárnosla, aquí no la puedo atender bien.[/Mike] – dijo, después de agacharse a su lado y observarla.

    – [Noah]Es más rápido que yo, no me va a dejar pasar.[/Noah] – explicó mi hermano. El tipo nos observaba, listo para lanzarse sobre cualquier en cualquier momento. Me extrañó que no lo hubiese hecho ya. Quizá estaba pendiente de sus compañeros, que debían estar encargándose de la Jane falsa.

    – [Henry]Es rápido, pero no lo suficiente.[/Henry] – un tipo joven al que no conocía, pero al parecer los demás sí, apareció a nuestro lado de pronto. Se había teletransportado, porque de lo contrario habría sentido su rastro acercándose. Llevaba a una muchacha inconsciente a cuestas y caminó hasta Jane.

    – [Elle] Yo no me puedo ir.[/Elle] – le explicó mi prima. Muchos estábamos ya allí, cerca de Jane, cerrando un círculo a su alrededor para protegerles mientras se iban. Kaylee estaba cerca, murmurando un hechizo de protección.

    – [Xander]Tienes que cuidar de ella. Protegedles.[/Xander] – le pidió Xander.

    – [Elle]Xander, tienes que irte tú con Jane.[/Elle] – Elle se acercó a su hermano y le miró frente a frente.

    – [Xander]No os puedo dejar aquí solos.[/Xander] – sentenció. Entendía a Xander, yo tampoco sé si habría podido irme sabiendo lo que pasaba. En el tiempo que tardase ese chico en teletransportarse podrían habernos cogido a los demás.

    – [Elle]Se lo debes.[/Elle] – añadió, mirándole seria. Xander pareció callarse una infinidad de maldiciones, pero todo sucedía demasiado deprisa, nuestro tempo era cada vez más apremiante y caótico.

    Respiré profundamente y empecé a hacer sonar una canción en mi mente. Eso me relajaba mientras los de Infinity nos atacaban, por suerte, una pequeña fracción, el resto se enfrentaba a la otra Jane.

    Aguantamos como pudimos, prácticamente estábamos derrotados porque los poderes de aquellos soldados parecían los de los dioses olímpicos. El más grande, el dios de la guerra, era una bestia que apenas conseguimos parar Xander, Elle y yo. Idris fue listo y se enfrentó a su Poseidón, que pese a estar en inferioridad por poder, no cedía ni un ápice. Un licántropo fue en su ayuda, Ezra supuse. Nate aguantaba solo contra Atenea, que luchaba de forma implacable. Noah se encargó de distraer a su Hermes, pero estaba recibiendo demasiados golpes, hasta que de pronto había dos copias exactas de Noah y Hermes empezó a estar confuso, cerca de ellos, oculta tras un árbol, estaba su amiga Lexie. Su otro amigo, Niall, corrió a ayudarle con un grito que me hizo taparme los oídos. Cole y Dante caminaban sin un paso firme, enfrentándose a un hombre mayor, con la mirada fija en ellos, que parecían ebrios. No vi a Amy ni a Owen por ninguna parte. Kaylee estaba un poco más alejada, temblando. No sabía qué le estaba pasando, pero olía su miedo, su inseguridad.

    – [Idris]Necesitamos un poco de tu mojo señorita Granger.[/Idris] – escuché cómo le decía Idris. Me sorprendió su naturalidad a la hora de hablar de lo que le estaba pasando. Poseidón estaba enzarzado con Ezra, pero Idris se enfrentaba ahora a su versión de Deméter, que estaba alzando literalmente tentáculos de plantas de la misma tierra para apresarle. Quise ir en su ayuda, pero el falso Hefesto no me dejaba margen.

    – [Kaylee]No funciona.[/Kaylee] – respondió ella, mirándose las manos como si quiera enterrar la cara en ellas y esperar a que todo pasara.

    – [Idris]¿Cómo no va a funcionar? ¿Estás oxidada?[/Idris] – le replicó Idris.

    – [Kaylee]No, es que no funciona.[/Kaylee]- respondió, nerviosa. Quise ayudarla, quise decirle algo, pero no se me daba muy bien hablar, quizá por eso escribía canciones.

    – [Idris]Kaylee, necesitas concentrarte. ¿Cómo sabes que no funciona si no lo estás intentando?[/Idris] – insistió. Congelaba sin parar las enredaderas que trataban de llevarle, pero su enemiga no cedía.

    – [Kaylee]Lo estoy intentando.[/Kaylee] – afirmó ella, que permanecía inmóvil.

    – [Idris]No lo intentes, hazlo.[/Idris] – replicó, esquivando un latigazo. – [Idris]Porque yo estoy intentando no morir y veo la cosa muy negra.[/Idris] – aseguró. Una cadena del falso Hefesto me aferraba el brazo, tirando de mí. Tenía una fuerza que parecía que me lo iba a arrancar de cuajo, incluso siendo de plata.

    – [Kaylee]No puedo.[/Kaylee]- dijo, paralizada por el miedo. Idris fue a responderle pero recibió un golpe de una rama y salió despedido. Se puso en pie pero le sangraba una ceja.

    – [Idris]Kaylee, tienes dos opciones: seguir ahí diciendo que no puedes mientras mi cuerpo se separa de mi maravillosa cabeza o ayudarnos y salvarnos la vida.[/Idris] – le recordó. No pude evitar mirar hacia Kaylee, estaba preocupado por ella, pero a la vez no era capaz de decirle nada. Ese despiste me hizo recibir un golpe que me tiró al suelo.

    – [Kaylee]Yo no tendría que estar aquí.[/Kaylee] – replicó, aferrándose los brazos.

    – [Idris]Ya, yo tampoco, preferiría una playa y a Coquito en bikini al lado, pero como no hagamos algo, no voy a llegar a eso[/Idris] – insistió. Necesitabamos su magia. La había visto hacer algunos trucos cuando era pequeño y todos sabíamos el poder que tenía Diana.

    – [Idris]Kaylee, levántate por lo que más quieras.[/Idris] – le rogó. Los demás trataban de aguantar como podían.

    – [Kaylee]No puedo.[/Kaylee]- olí su tristeza y su estrés. Kaylee estaba pasando un muy mal momento. Quise correr hacia ella y reconfortarla, pero yo no era más que un cobarde. Por eso había dejado de lado a mi mejor amiga, había huído de la fama y me había refugiado de todos los que había conocido durante más de un mes.

    – [Idris]Sí puedes. Te necesitamos.[/Idris] – le recordó. Habría deseado ser como él. Ser yo quien pudiera inspirarla.

    – [Kaylee]No.[/Kaylee]- replicó, entre sollozos.

    – [Idris]No vamos a poder[/Idris] – continuó él.

    – [Kaylee]Lo siento.[/Kaylee] – se lamentó ella.

    – [Idris]No digas lo siento cuando puedes cambiarlo.[/Idris] – una enredadera le cogió un pie y después el otro, arrastrándole.

    – [Kaylee]No puedo.[/Kaylee] – repitió. Una delgada y ágil loba crinos de color pardo empezó a desgarrar plantas para intentar ayudar a Idris, pero la falsa Deméter parecía no estar cansada y sus plantas no daban tregua.

    – [Idris]Claro que puedes. Has venido hasta aquí. Tu hermana está en peligro.[/Idris] – estamos aguantando porque el resto de falsos dioses estaba enfrentándose a la otra Jane, pero no aguantaríamos mucho así, incluso ahora que Poseidón se había internado en la tormenta para ayudar a los otros.

    – [Kaylee]No me merezco la magia, ni nada.[/Kaylee] – se lamentó. Sentía parte de su dolor a través de mis sentidos aumentados y me desgarraba por dentro. ¿Quién era? ¿En quién me había convertido? ¿Por qué no era capaz de llegar a la gente?

    – [Idris]Abre los ojos y mira a tu alrededor[/Idris] – gritó Idris, peleando con todas sus fuerzas con las enredaderas que le devoraban.

    Kaylee abrió los ojos y observó el caos en el que estábamos sumidos. No había duda de que no estábamos preparados. Nuestros padres y madres a nuestra edad ya llevaban mucho tiempo luchando y entrenándose y nosotros nada. Por un momento me asaltó el pensamiento de quién defendería el mundo cuando ellos no estuviesen. – [Kaylee]¿Y qué puedo hacer yo?[/Kaylee] – preguntó, preocupada.

    – [Idris]Protegernos.[/Idris] – dijo, ya con dificultad. Dejé que mi mente flotase de nuevo libre hasta alcanzar el otro anillo, el de titanio. Mi cuerpo se convirtió en titanio puro y no esperé a que mi oponente se adaptase. Tiré de su cadena y la partí con mis manos, lancé el trozo contra él y me abalancé aprovechando su confusión. Él colocó unas manos ardientes en mi espalda y me lanzó sobre su cabeza. Me arrastró por el suelo, horadando la tierra, pero conseguí golpear su brazo y hacer que me soltara.

    – [Kaylee]¿Cómo?[/Kaylee] – preguntaba Kaylee. Estaba recuperando su energía pero todavía tenía dudas.

    – [Idris]¿Eres hija del Fénix o de la gallina?[/Idris] – le espetó, con una mirada burlona. Kaylee se puso en pie y le fulminó con la mirada.

    – [Kaylee]Del Fénix.[/Kaylee]- dijo. El lobo que había en mí la notó más segura, más confiada, y se sintió de nuevo atraído hacia ella. La estructura de los licántropos era más sencilla, respetaban el poder sin tener en cuenta si lo portaba un hombre o una mujer. – [Kaylee]Pero yo no lo soy.[/Kaylee] – retrocedió un poco, pero seguía teniendo su fuego.

    – [Idris]Pues haz como si lo fueras.[/Idris] – le aconsejó Idris. El hielo lo cubría todo a su alrededor pero las plantas no retrocedían.

    – [Kaylee]No va a salir bien.[/Kaylee] – dijo Kaylee, intentando concentrarse.

    – [Idris]Te estás boicoteando, deja de pensar y actúa.[/Idris] -ya casi no podía hablar, las enredaderas le estaban cubriendo y no tardarían en asfixiarle si nadie hacía nada. Traté de librarme y correr hacia él, pero el falso Hefesto me atacaba sin piedad. Aunque sí me di cuenta que ninguno de ellos parecía atacar con el fin de matarnos, si no de capturarnos. No sabía qué perspectiva me gustaba menos.

    El falso dios me agarró por la espalda y trató de asfixiarme con su cadena. Mientras trataba de liberarme, pude ver a Kaylee concentrar su magia. Una especie de aura llameante la rodeaba y las enredaderas que contenían a Idris retrocedieron, ardiendo.

     

    – [Idris]Vale, eso parece el Fénix, así que sigue.[/Idris] – le agradeció, poniéndose en pie mientras se sumaba de nuevo a la lucha.

    – [Kaylee]Puedo con esto[/Kaylee] – dijo en voz alta. Sus ojos brillaron, por un instante creí ver fuego también en ellos. Cuando puso a obrar su magia estaba brillante. Resplandecía como una estrella en mitad de toda aquella vorágine de destrucción. Su magia era una chispa de belleza. Y yo habría creído merecer la oportunidad de estar con ella.

    De un momento a otro una cúpula llameante nos cubrió. El falso Hefesto soltó la presa que me retenía y se vio expulsado por la magia. Kaylee estaba apartando de nuestro camino a los falsos dioses, empujándolos a la tormenta de arena.

    – [Idris]Ya has podido.[/Idris] – la animó Idris, acercándose, con una sonrisa agradable. Ella le devolvió un abrazo y pensé que podría haber sido él, que tendría que haber dicho algo para ayudarla y en lugar de eso me había quedado allí, sin hacer nada.

    – [Kaylee]Gracias.[/Kaylee] – dijo. Por un instante nuestras miradas se cruzaron, pero enseguida sus hipnóticos ojos avellana se apartaron.

    Los falsos dioses no tardarían en volver a aparecer y Amy y Owen no estaban entre nosotros, así que mientras los demás se preparaban para huir, me adentré en la tormenta de nuevo. Escuchaba el combate y un eco de algún grupo de heavy metal que no conocía resonando de fondo. – [Owen] Me has tomado por un imbécil. Como a tu Owen[/Owen]. – escuché decir a Owen. Identifiqué una figura dando tumbos entre la tormenta, frente a mí.

    – [Omega]Hermanito, con lo que te gustaba jugar conmigo a Frozen.[/Omega]- respondió una voz que pese a ser la de Jane, no se parecía en nada. Había muy odio reprimido en sus palabras, mucha ira. La música procedía de ella, de sus auriculares.

    – [Owen] Muy gracioso que digas eso. Tienes el corazón congelado por lo que veo.[/Owen] – espetó Owen. Caminé, tratando de acercarme a ellos.

    – [Omega]Hazme un muñeco de… fuego…[/Omega]- canturreó, imitando una de las canciones. Recuerdo haber cantado de pequeño casi todas las canciones de Disney, así que escucharlas de esa forma me daba escalofríos. – [Omega]¿O no era así? [/Omega]- preguntó. Vi un destello de luz rojizo.

    – [Owen] Puede que tengas mi poder, pero el maestro de las llamas soy yo.[/Owen] – declaró Owen. No sabía qué estaba pasando pero parecía tener el poder del propio Owen, además de manipular la arena y la telekinesis de antes. Noah me había confesado cuando ya éramos mayores que Jane no estaba enferma como nos habían dicho, si no que su poder podía robar los poderes de otros que tocase, pero a costa de llevarse también su vida. Los destellos aumentaron y la arena se sumó al sofocante calor de las llamas, que por suerte notaba con menos intensidad en mi cuerpo de plata.

    – [Dionisio] O ya estoy borracho, o cada vez hay menos gente.[/Dionisio] – escuché decir a uno de los falsos dioses de Infinity, el más viejo.

    – [Dante]Puta mierda de poder.[/Dante] – se quejó Dante, cerca de él.

    – [Zeus]La prioridad es el sujeto Omega, pero no podemos dejar que escapen.[/Zeus] – escuché decir a la voz del líder. Supuse que esa era ella, ‘Omega’. La tormenta empezó a difuminarse ahora que ella luchaba contra Owen y los falsos dioses.

    Vi que Dante y Henry se estaban turnando para ir teletransportando a todo el mundo a un lugar seguro. No veía a Kaylee y a Noah por ninguna parte, así que esperé que ya estuviesen a salvo.

    Dante me hizo una señal, pero no podía dejar a Owen allí. Un estallido le lanzó varios metros más allá de ella. Cuando se incorporó, tenía delante una enorme licántropa hispo que lo agarró por la camiseta y se lo lanzó encima, corriendo a toda velocidad hacia nosotros. Reconocería su pelaje en cualquier parte.

    Los falsos dioses intentaron interceder. El más viejo era el único que estaba cerca e intentó embriagarles, pero Amy siguió corriendo.

    – [Owen] Porque me están arrastrando que sino te ibas a enterar…. uy que pelaje más suave.[/Owen] – gritó Owen con el puño alzado, bajo los efectos de su poder.

    En cuanto estuvieron en el radio de acción, Dante nos cubrió de oscuridad y el bosque dio lugar a la amplia zona de reuniones del edificio central de la Escuela Legado.

    Todos los demás estaban allí, salvo Xander, Mike y Jane. Después de comprobar que todos estuviésemos enteros, me di cuenta de que aún seguía siendo de plata y desactivé mi poder. Ya estábamos a salvo, por el momento. – [Nate]Estáis castigados tanto tiempo que vuestros nietos van a estar castigados también.[/Nate] – bramó el vozarrón de Nate.

    Infinity no dejaría estar las cosas tan fácilmente viendo los recursos que tenía a su disposición y era una empresa que prácticamente controlaba el mundo, con hilos en todas partes y su propio ministerio. Y por si eso fuera poco, había visto escaparse en el último instante a la versión malvada de Jane. Había desplegado unas enormes alas blancas y se había alejado mientras su telekinesis mantenía a raya a los falsos dioses. No estaba seguro de que Dante lo hubiese visto también, pero estaba mucho más silente y taciturno de lo habitual, así que probablemente pensaba lo mismo que yo. Omega era la asesina de su madre.

  • EL DESPERTAR DEL LOBO

    Ezra Walker

    NOCHE – SEDE DE INFINITY (ANTIGUA INICIATIVA)

    Aun tenía una fina capa de escarcha por el cuerpo y notaba los músculos entumecidos, pero sentaba bien moverse de nuevo. Aunque aun no era libre, no del todo, y ambos lo sentíamos. El lobo estaba despierto y quería salir.

    Acababa de cambiar una prisión inmóvil de más de 20 años por una abandonada y mugrienta. El olor en el ambiente era de polvo y sangre seca, era como si nada hubiese cambiado, aun oculto en las sombras de las cloacas.

    Rebusque entre las celdas algo con lo que poder taparme hasta dar con un pijama mugriento y raido por el paso del tiempo. No era la primera vez que llevaba uno de ellos puesto, en el futuro casi todo el mundo llevaba uno de ellos.

    – [Ezra]Gracias.-[/Ezra] Dije a la nada como si estuviera hablando solo, pero a mi espalda pude percibir que estaba Amy.

    – [Amy]Nada[/Amy].- Añadió escuetamente. Llevaba una bata de laboratorio que había encontrado. Estaba cruzada de brazos como si se estuviera abrazando incomoda.

    – [Ezra]Es la tercera vez que me salvas. Aunque para ti será la primera vez.-[/Ezra] Parecía algo habitual ya entre nosotros. Me salvo de morir, se sacrifico por el resto y de no ser por ella posiblemente hubiese seguido atrapado para siempre.

    – [Amy]No soy ella[/Amy].- Añadió apartando la vista. Sin duda era distinta a como la conocía. A pesar de estar intacto, de no haberse ido a la mierda el mundo, era como si algo le hubiese dañado.

    – [Ezra]Ninguno lo sois.-[/Ezra] Había viajado en el tiempo para salvarlos de Veronica, pero todo estaba bien, no les había ocurrido nada a ninguno, todos seguían con vida. La línea temporal había continuado sin problema en mi ausencia.

    – [Amy]Por suerte, porque tu mundo se fue a la mierda ¿no? Como el del tío Ed[/Amy].- Era demasiado pequeño, pero recuerdo a mi padre preocupado viendo como todo se volvía a repetir, solo que esta vez no era un vampiro milenario.

    – [Ezra]No lo sé. Las cosas estaban empezando a cambiar antes de mi marcha.-[/Ezra] Preston había muerto y con el descontrol de Veronica la Iniciativa colapso comenzando a caer.  – [Ezra]Mi padre y mi madre. ¿Están bien?.[/Ezra]

    Lo último que recordaba era a mi padre en el campo de batalla. No comprendía como acabe aquel día proyectado junto a él, al igual que tampoco sé como aparecí ante Amy.  Ella asintió y respire aliviado. – [Amy]No son tus padres. Tienes que recordar eso[/Amy].

    Sabía que no eran mis verdaderos padres. Mi verdadero padre había muerto a manos del alquimista. Mi verdadera madre había muerto en el refugio en un ataque de la Iniciativa. – [Amy]Lo siento, a veces tengo la sensibilidad de un zapato. Vamos a empezar de nuevo.-[/Amy] Se acerco hasta donde estaba y me tendió la mano. –[Amy] Soy Amy.-[/Amy] Añadió sonriendo con timidez. Bueno al menos en eso seguían pareciéndose ambas, la incomodidad de presentarse ante alguien.

    – [Ezra]Ezra.-[/Ezra] Le di la mano y Amy dio un ligero traspiés, como si se hubiese mareado. – [Ezra]Está claro que la Iniciativa no gano. ¿Algo más diferente que deba saber?[/Ezra]

    – [Amy]Jane es buena.[/Amy]- Lo note en su mirada, el miedo al verme abalanzarme sobre ella. Las cosas habían cambiado tanto que los mellizos no eran marionetas de su abuelo. Habían crecido junto al resto a diferencia de mí.  –[Amy] Insoportable, pero buena.[/Amy]

    – [Ezra]La has visto ¿verdad?.-[/Ezra] A lo que ella asintió. El poder de Amy podía desencadenarse al entrar en contacto con alguien y al estrechar nuestras manos había visto porque estaba aquí. – [Ezra] Puede que la tuya sea buena. Pero tenemos que detener a la mía sino queremos que ambos mundos terminen igual.[/Ezra]

    – [Amy]Poco a poco, Terminator.[/Amy] – Añadió golpeándome en el brazo.

    – [Ezra]¿Terminator?.-[/Ezra]  Pregunte extrañado.

    – [Amy]¿De qué clase de mundo vienes?[/Amy] – Ella enarco una ceja y sonrió.

    – [Ezra]¿Uno en el que no tienen Terminator?.-[/Ezra] Supuse que debía de tratarse de alguna clase de novela y película. En el futuro del que venía no quedaba mucho de eso precisamente.

    – [Amy]Un mundo horrible con Jane de villana.[/Amy]- Y su hermano, y su abuelo. Y cientos de sobrenaturales con la cabeza lavada.

    – [Ezra]¿Kaylee está bien? No la he visto con el resto.-[/Ezra] Me preocupaba que pudiese haberle ocurrido algo. Gracias a ella me encontraba aquí. El destino era retorcido si ahora le había ocurrido algo a ella.

    – [Amy]Tiene ansiedad y está en Escocia pasando unos días.-[/Amy] En el futuro siempre hablaba de ir allí. Pero era imposible salir del país con control de Preston. [Amy]- ¿En tu mundo…queda alguien vivo?[/Amy]

    – [Ezra]Pocos. Kaylee y Noah seguro.-[/Ezra] Eran las dos últimas personas que vi antes de marchar. Sin Preston la línea temporal habían cambiado. Ellos habían dejado de existir. O se encontraba en otra realidad como la de mi padre. Sea como sea, esperaba que se encontraran bien.

    – [Amy]Lo siento.-[/Amy] Amy se quedo mirándome y se echo a reír. –[Amy] En tu familia tenéis un gafe cojonudo.-[/Amy] su risa resonó más por el pasillo. [Amy]- Perdón. No me río de ti. En nada aparece tu hijo que viene de otro mundo hecho mierda.-[/Amy] Las lagrimas le corrían por las mejillas de la risa.[Amy] – Si vives en un mundo en el que hay un Maclay desde el principio: vas a palmar.-[/Amy] Se llevo las manos a las costillas e intento recuperar el aire.

    Me quede inmóvil y Amy debió de notar mi incomodidad porque se acerco hasta donde me encontraba para abrazarme.

    – [Amy]Me está afectando haber pasado tanto tiempo con Xander. –[/Amy] Se separo y me agarro por los brazos. – [Amy]Tranquilo. Ya estás en casa.[/Amy]

  • DIVIDIDOS EN LA BOCA DEL LOBO

    IDRIS SOLO-NOVAK

    TARDE NOCHE – SEDE DE INFINITY EN MOONDALE

    Bueno esto es un poco spoiler pero conseguimos salir vivos de aquellos guardias que nos apuntaban, si no, no estaría escribiéndolo ahora, desde el futuro. Eso sí, la cosa se puso bastante negra.

    – [b]Al suelo, de rodillas.[/b] – indicaron. Llevaban unas armas que parecían sacadas del Mass Effect y tenían casi todo el cuerpo cubierto, seguramente con protección. Eché un vistazo a nuestro alrededor para ver cómo podíamos librarnos de ellos y salir de allí echando leches.

    – [Henry]Tranquilos, no pasa nada. Son… sujetos de prueba.-[/Henry] el muchacho que nos había llevado allí, Henry, se colocó delante de nosotros alzando las manos mientras sostenía su acreditación en una de ellas. No digo que el chaval no mintiera bien, pero con Xander armado, Amy convertida en una loba, su primo del futuro alternativo en pelotas y la hermana clon de Coquito con mi sudadera, teníamos poca credibilidad. Intercambié una mirada con Amy, que negó con la cabeza.

    – [b]Central, tenemos sujetos no autorizados en el almacén 24-601. Solicitamos refuerzos.[/b] – comunicó uno de ellos, antes de cargar su arma. Cinco segundos después se activó una molesta alarma. El sitio no iba a tardar en llenarse de minions armados hasta las cejas. Por cierto, en ese momento, con las cejas enarcadas, Coquito estaba muy guapa. Si salíamos vivos de esa, tenía que pedirle salir conmigo en serio, estar a punto de morir disipa muchas dudas. – [b]No os mováis.[/b] – dijo el que parecía ser el jefe. Miré a Noah, pero se encogió de hombros, no se atrevía a usar su poder por si no era lo suficientemente rápido. Esos guardias no dudarían en disparar.

    – [Elle]Owen, prueba a usar tu poder pero no mates a nadie.[/Elle] – escuché susurrar a Coquito con mis oídos de elfo. Un par de segundos después se escucharon explosiones y nos pusimos a cubierto cuando los guardias cayeron al suelo, inconscientes. Miré a Owen, pero él alzó las manos.

    Detrás de los guardias, entre el humo, apareció una figura encapuchada, riendo como un demente. – [Andrzej]Tomad firobolas.[/Andrzej] – replicó, plantando en el suelo un báculo de metal con un orbe rojiza en la punta. Me fijé en que su túnica llevaba un nombre bordado ‘Lordling’, en ese momento se le abrió y dejó ver una camiseta de ‘Alabad al todopoderoso superadmin’. – [Andrzej]Corred, insensatos.[/Andrzej] – indicó, haciéndose a un lado. La capucha se le descubrió y dejó ver el rostro de un hombre de mediana edad, con una melena rala de color castaño claro atada en una coleta a la espalda. Parecía el típico ‘Dungeon Master‘.

    Amy fue la primera en moverse. Avanzó su transformación y me quedé pensando por qué no hacían una película de la ‘Mujer Lobo’, mucho menos manido y las transformaciones tendrían erótico resultado. – [Andrzej]¡Hostia, una Garou![/Andrzej] – exclamó nuestro salvador.

    Las alarmas no paraban de sonar y me daban ganas de arrancarme las orejas. No llegué a transformarme porque mis sentidos se habrían agudizado más y habría sido insoportable. – [Xander]Tienes que sacarnos de aquí cuanto antes.[/Xander] – indicó Xander. Henry levantó un dedo para hacernos esperar y se acercó corriendo a la mesa en la que tenían nuestra información, abrió un cajón y metió un objeto en su bolsa de mensajero cogiéndolo con un guante que volvió a quitarse. Nos reunimos a su alrededor sin hacer preguntas y esperamos, pero después de un rato concentrándose, negó con la cabeza.

    – [Henry]Algo va mal. No puedo teletransportarnos.-[/Henry] respondió, frustrado. Le había debido salir mal la tirada de dados. Edito desde el futuro: o el máster era un poco cabroncete. Sí, te hablo a ti Dagrawn, por eso Esharthi es mi favorita. No te ofendas, Diarmud. O sí, sé que odiais a Noah, pero ¿qué os hemos hecho los demás? ¿eh?

    – [JJ]¿Va a salir todo mal?[/JJ] – se quejó Jane, agobiada. No dejaba de mirar a los guardias caídos y a la nevera con sus muestras.

    – [Andrzej]Esperad.[/Andrzej] – el tipo que nos había rescatado se sacó un Inphone último modelo del bolsillo y empezó a teclear. Yo solo vi una pantalla negra con letras blancas. – [Andrzej]Hay una alarma activa y según esto, desactiva el «teletransporte».[/Andrzej] – explicó, acercándose más a la pantalla. Quise decirle que igual necesitaba gafas, pero quizá no era el momento.

    – [Xander]Estupendo, eso significa que vamos a tener que abrirnos paso.[/Xander] – aclaró Xander, que venía preparado, pero no venía preparado. Suspiré, sabía por experiencia propia que Infinity podía actuar de dos formas: una era intentando acabar con nosotros y otra, denunciándonos por allanar una propiedad privada y herir a sus guardias.

    – [Elle]¿No se puede desactivar la alarma como en las pelis?[/Elle] – preguntó Coquito. Estaría bien que su mojo informático nos pudiera sacar de esto, pero el tipo alzó una ceja.

    – [Andrzej]Si ya dices «como en las pelis» vamos mal.[/Andrzej] – se quejó. – [Andrzej]Llevaría tiempo y los de los fuscos son más rápidos. Los niveles de más abajo suelen estar vacíos, yo voy a los baños de allí.[/Andrzej] – aclaró, echando una calada a su InVape. – [Andrzej]Y sé que hay un camino que da a la superficie por el que salen los guardias a fumar.[/Andrzej] – añadió con voz grave por el humo. Olía a ron añejo y a roble.

    – [Noah]Hay que darse prisa.[/Noah] – intervino Noah, inquieto. Me fijé en que le temblaba una mano, con el tiempo me daría cuenta de que había que preocuparse cuando Noah estaba en modo dildo.

    – [JJ]¿No nos puedes sacar tú?[/JJ] – le preguntó Jane. No me imaginaba a cuestas de Noah, la verdad, hasta el momento con la Brújula Planar de mi padre había tenido de sobra como para no requerir sus servicios. Prefería verle marchar, el tío tenía buen culo de tanto correr. No, es broma, eso ya no lo hacía, solo había espacio para un par de Coquitos en mi corazón.

    – [Noah]No puedo con más de dos cada vez.[/Noah] – replicó. Noah no quería dejar a ninguno atrás por miedo a llegar a tiempo. Para ser un tipo tan rápido era bastante indeciso y vivía con miedo a no correr lo bastante.

    – [JJ]Pues empieza.[/JJ] – mandó Jane, a su estilo habitual. Noah asintió y nos indicó que nos dividiéramos en grupos: yo me fui con Coquito, obviamente; Xander se fue con Jane a recuperar tiempos perdidos; Amy se llevó a Ezra, por aquello de que era su primo y se le había ido un poco la pinza antes con Jane; a Henry le confiaron a Rainbow, aunque Xander y Ellie sufrieron por tener que separarse de ella, pero si en algún momento Andrzej reactivaba la teletransportación, sería la mejor forma de salir; y Owen se quedó esperando el último, como pareja de Noah.

     

    Se llevó primero a JJ y Xander y volvió al cabo de un rato, tenía gotas de sudor en la frente y parecía preocupado – [Noah]He tenido que dejarles en uno de los sótanos. Está todo lleno de guardias, así que tienen que esperar allí a que esté despejado para salir.[/Noah] – explicó, preocupado. – [Noah]Voy a tener que hacer así con todos.[/Noah] – nos explicó. Teniendo en cuenta que la mayoría de los guardias irían en masa a ver si estábamos en el almacén, cualquier sitio era mejor que allí.

    Siguió llevándose gente. Nosotros fuimos de los últimos en irnos, quisimos esperar para no dejar a Owen solo. Cuando nos recogió, todo fue demasiado rápido. Olí la sangre y vi que Noah tenía una herida en un costado, pero al ver que me había fijado, no me dejó preguntarle y nos llevó a toda velocidad a uno de los sótanos, aprovechando el desconcierto de movernos tan rápido para volver a irse.

    Miré el sitio en el que nos encontrábamos. Encajaba con el lugar en el que se decía que habían encerrado a los Moondies. Un pasillo enorme y ancho, con salas de paredes transparentes en el medio y celdas a ambos lados, también con una pared transparente para ver su interior. Estaba preocupado por todos, así que hice lo que siempre hago. – [Idris]Bueno, Coquito, ¿se te ocurre qué hacer solos en este gran sótano vacío con dormitorios a ambos lados?[/Idris] – sonreí, intentando paliar la gravedad de la situación.

     

  • PUTO NOAH ARKKAN

    NOAH ARKKAN

    MAÑANA – TARDE, UCM – BOSQUE DE LOS SUSURROS

    Ya te he contado demasiadas veces en estos últimos años mi continua indecisión respecto a Lexie y Allie, pero vas a tener que aguantarme una vez más porque creo que quizá esta sea la definitiva, porque ese día había sido un poco raro.

    El día anterior había sido relajado, disfrutando de la fiesta pese a estar preocupado por Kaylee y cómo intentar ayudarla a superar su ansiedad y autodesprecio.

    Xander me había llamado poco después de despedirme de Allie en Louna para contarme algo que apenas me dejó dormir esa noche. Al parecer, Infinity, la megacorporación de tecnología y cibercultura que iba a revolucionar el mundo siendo parte del nuevo gobierno, había aprovechado sus contactos para instalarse en el viejo edificio de la Iniciativa, recuperando sus experimentos con a saber qué macabros fines.

    Yo era consecuencia directa de las acciones de la Iniciativa y había sentido en mis carnes sus torturas a través de los recuerdos de mi padre, así que no podía haber más que esperar lo peor. Por si fuera poco, la misión se trataba de rescatar a dos personas: una de ellas era S.H.E., el experimento híbrido de mis tías Sarah y Sasha que se suponía que habían evitado años atrás al destruir sus muestras; y el otro era Ezra, el hijo del futuro alternativo de Ed y Lucy, lo que situaba a Verónica Preston también en escena, un secreto que los Moondies me habían pedido guardar hacía mucho tiempo.

    Después de una noche de perros, esa mañana temprano me había puesto en contacto con Kaylee. Estaba aprovechando para disfrutar de sus abuelos, así que decidí no comentarle nada de lo que me había contado Xander y le dije que la recogería en un par de días. Aunque no estaba muy volcada en ella desde hacía unos años, su magia nos habría venido muy bien, pero necesitaba descansar más de lo que nosotros la necesitábamos a ella.

    El grupo de los que íbamos a entrar estaba más o menos montado. Pensé hablarlo con Niall porque a fin de cuentas él era como nosotros y yo ya había visto su poder en uso, pero no tenía experiencia en el terreno. Bueno, en realidad ninguno tenía demasiada, excepto Idris, nuestros padres se habían encargado de que pudiéramos vivir una vida normal ajena a luchar contra la oscuridad.

    Después de comer algo a media mañana entre dos clases se me había ocurrido una persona más que nos habría resultado muy útil, así que fui a verla.

    Lexie me abrió la puerta de su habitación de la residencia y pasé.

    – [Lexie]Noah, ¿qué tal la fiesta?[/Lexie]- comentó distraída mientras se preparaba un café de su máquina de cápsulas.

    – [Noah]Ah, bueno, estuvo bien.[/Noah] – respondí, intentando no fijar la mirada en su camiseta de tirantes. Normalmente Lexie escondía sus «atributos» en ropa holgada, pero habíamos ganado mucha confianza con los años y eso siempre había hecho que resultase duro no parecer un pervertido – [Noah]Te habrías divertido.[/Noah] – añadí, pensativo. No sabía cómo abordarla con el tema de Infinity. Nadie te enseña normalmente cómo socializar y menos aún cómo pedirle a una persona que se embarque en una misión potencialmente suicida. Y Lexie no era una persona cualquiera, era mi mejor amiga y alguien a quien no le gustaba mucho hablar de su vida privada ni del mundo sobrenatural. Con el tiempo había hecho las paces con su secretismo.

    – [Lexie]No creo. Ya sabes que no soy de fiestas. [/Lexie]- comentó, sentándose en el sofá, frente a mí.

    – [Noah]Quiero hablarte de algo.[/Noah] – dije después de un rato en silencio, viendo sus labios cerrarse sobre el borde de la taza y sus ojos claros fijos en mí. – [Noah]Voy a hacer algo…peligroso, para salvar a dos personas.[/Noah] – pese a que me tomé mi tiempo pensando a máxima velocidad, la frase no salió como esperaba. Había demasiadas cosas que no sabía, demasiado que explicar.

    Su respuesta fue fruncir el ceño, así que era una mala señal.

    – [Noah]Nos vendría bien tu ayuda.[/Noah] – comenté sin esperanzas.

    – [Lexie]No puedo.[/Lexie] – respondió, seria. Es como si siempre hubiese sabido qué iba a responder, pero me decepcionó su respuesta igualmente.

    Me quedé un rato en silencio, lamentándome por haberle preguntado siquiera. – [Noah]No te preocupes. Ni siquiera debería habértelo pedido.[/Noah] – la asertividad y la sinceridad habían sido mi arma durante mucho tiempo cuando no sabía qué responder, algo que solía pasarme con Lexie. Desde el malentendido con mi sexualidad habíamos llegado a conversaciones en punto muerto más veces, pero nunca como aquella. El miedo a repetirlo y perderla de vista me había hecho adelantarme siempre.

    – [Lexie]No pasa nada.[/Lexie] – dijo ella, aunque su tono no acompañó a sus palabras.

    – [Noah]¿Te ha molestado?[/Noah] – le pregunté. Parecía evidente que sí.

    – [Lexie]No.[/Lexie] – dijo ella. Estaba pensativa, como si su mente estuviese en otro lugar. Dejó la taza sobre la mesa, sin terminar y aparentemente sin intenciones de hacerlo.

    – [Noah]Vale.[/Noah] – dije al cabo de un rato, al ver que no había intento de entablar conversación. Había aprendido que lo mejor en esos momentos era dejarla sola, así que me levanté para marcharme.

    – [Lexie]Noah, quiero…decirte una cosa.[/Lexie] – me interrumpió cuando mi mano estaba ya en la manilla de la puerta. La miré y vi que evitaba devolverme la mirada.

    – [Noah]Cuéntame.[/Noah] – dije, alejándome un poco de la puerta.

    – [Lexie]Es complicado.[/Lexie] – replicó. No había visto nunca a Lexie así, normalmente no tenía pelos en la lengua para prácticamente nada.

    – [Noah]Tenemos confianza.[/Noah] – la animé. Pese a que ella era hermética con su vida, yo le había abierto las puertas de la mía y le había confiado mis secretos para que no sintiese que tenía que seguir huyendo. Pese a todo, siempre parecía estar dispuesta a echar a correr y no mirar atrás.

    – [Lexie]Me gustas.[/Lexie]- soltó de pronto. Iba a decir algo, ni siquiera sé qué, y de la impresión solo conseguí atragantarme con mi propia saliva. Me quedé pensativo durante un instante, al menos para ella, para mí fue un buen rato repasando qué decir.

    – [Noah]Lexie yo…[/Noah] – que no fue gran cosa para todo el tiempo que estuve pensando.

    – [Lexie]¿No te gusto?[/Lexie] – preguntó ella, mirándome. Vi sus ojos claros durante una eternidad y me quedé en bucle. Lexie me había gustado desde siempre, y claro que me seguía gustando, eso era algo que no podía negar.

    – [Noah]Siempre me has gustado…[/Noah] – dije, con toda la asertividad posible. Ya se lo había dicho en su día y ella había dejado el tema en tablas, así que desde entonces había dado por imposible que hubiese algo entre nosotros más allá de la amistad. – [Noah]…pero…[/Noah] – el pero salió solo. Es justo de lo que te quería hablar, Destina, tanto tiempo pensándolo, dudando, sin hacer un movimiento con ninguna, para descubrir al final en el último momento lo que sentía.

    Los ojos de Lexie se humedecieron y me quedé sin poder hablar. No me sentía capaz de decírselo así. – [Noah]¿Estás bien?[/Noah] – pregunté, acercándome.

    – [Lexie]¿Es por otra?[/Lexie] – preguntó ella, más cerca.

    – [Noah]Lexie, yo…[/Noah] – titubeé, aunque no debía. No quería hacerle daño.

    Ella se puso en pie frente a mí y no pude hacer otra cosa que tragar saliva. Ella me miró, sin decir nada más. Su cuerpo se acercó al mío y me acerqué un poco, como si fuéramos dos imanes, casi sin poder evitarlo.

    Cuando su cuerpo se cernió sobre el mío y sus labios estuvieron a punto de rozar mi boca, solo pude pensar en una cosa: Allie.

    En ese instante, en esa milésima de segundo, tuve claro lo que sentía por ella y no podía hacer lo que estaba a punto de hacer. Me eché a un lado y aparecí detrás de ella. Tardó unos segundos en darse cuenta y para entonces yo seguía tembloroso.

     – [Noah]Lexie no puedo…ya no…estoy enamorado de otra persona.[/Noah] – confesé, caminando de un lado a otro sin poder controlarlo, bastante hacía que no estaba moviéndome a toda velocidad.

    – [Lexie]¿Eh?[/Lexie] – preguntó ella, desconcertada. Estaba preciosa, siempre lo había sido, pero en mi corazón, incluso teniendo dos, solo había hueco para Allie. No sabía si ella sentía lo mismo por mí, pero tampoco podía seguir aferrándome a la duda entre Lexie y ella por el miedo a que me rechazase. Quería mucho a Lexie, pero no de la misma forma en la que quería a Allie.

    – [Noah]Te quise mucho tiempo pero estoy enamorado de Allie.[/Noah] – aclaré. No podía mentirle. No quería hacerle daño, pero no podía mentirle. Ella se quedó allí, sin moverse. Casi me pareció verla sonreír como si no se creyera lo que estaba pasando.

    – [Noah]Lo siento…[/Noah] – me disculpé. Tuve miedo a que se fuera y no volver a verla, a que la vergüenza le hiciese no querer volver a verme.

    ¿Sabéis eso que dicen de que al final las cosas siempre son más fáciles en la vida real que en la imaginación? Bueno pues no siempre es verdad, porque Lexie se giró y salió de la habitación a toda prisa. Podría haberla seguido fácilmente, pero no creía que quisiera mi compañía en ese momento.

    Derrotado, salí de su cuarto y cerré la puerta con una llave que me había prestado para emergencias. No había rastro de Lexie en el pasillo. Como no tenía humor para la clase de ‘Desarrollo del Portfolio’ porque de todas formas tenía ya un par terminados, me fui a mi cabaña y decidí descansar.

    En cuanto me tumbé, mi cuerpo se dio cuenta de lo poco que había dormido e intenté cerrar los ojos, pero una nube de pensamientos me mantenía atado a la vigilia. Así que me preparé algo y comí para reponer fuerzas.

    Ya con el estómago lleno, decidí que no podía seguir así más tiempo. Había descubierto lo que sentía por Allie y teniendo en cuenta que esa misma tarde podría acabar encerrado y convertido en un sujeto de laboratorio de la compañía tecnológica más grande del mundo, no podía perder más el tiempo.

    Cogí el teléfono e hice una llamada a Allie. Ver el logo de Infinity en el teléfono y en la aplicación me dio escalofríos. – [Noah]Hola.[/Noah] – saludé con menos ánimo del que pretendía. En cuanto la vi en la pantalla me alegré al instante, estar con ella siempre era más fácil, como si uno de mis dos corazones estuviera ya en ella y cuando estábamos separados me sintiera incompleto.

    – [Allie]¿Qué te pasa, guapo?[/Allie] – preguntó, aprovechando la llamada para colocarse un mechón de pelo y poner ‘duckface’.

    Suspiré, no tenía sentido querer a alguien y ocultarle las cosas que nos preocupan. – [Noah]Lexie ha intentado…ligar conmigo.[/Noah] – le expliqué.

    – [Allie]¿Tu amiga?[/Allie] – preguntó ella. Asentí. Parecía no importarle mucho y eso me generó dudas sobre si ella buscaría en nuestra relación lo mismo que yo. Traté de despejarlas, romantizar los celos es algo que está muy metido en la cultura popular ya desde hace un siglo, pero no es cierto.

    – [Allie]Está buena, ¿no?[/Allie] – añadió.

    No supe qué decir, sonaba a trampa, aunque Allie lo dijo de forma tan despreocupada que no estaba seguro. Podía ser una mera apreciación porque, hasta donde sabía, Allie también era bisexual. – [Noah]No sé, es guapa, sí…[/Noah] – comenté de pasada. Vale, sí, a mi yo adolescente le ponía muy nervioso estar cerca de ella con mis hormonas revolucionadas y su cuerpo curvilíneo. Bueno, a mi yo más adulto también le pasaba un poco. – [Noah]No quiero que se sienta mal por haberla rechazado. Le tengo mucho cariño, pero de otra forma.[/Noah] – confesé, despejando de mi mente la imagen del físico de Lexie para centrarme en sus ojos claros. Para mí Lexie era ya de mi familia, casi como lo que tenían los Moondies.

    – [Allie]Pues ya lo superará. [/Allie]- replicó ella, encogiéndose de hombros.

    – [Noah]Eso espero.[/Noah] – dije pensativo.

    – [Allie]Anda, no te amargues.[/Allie] – añadió ella, sonriendo. Cuanto más la miraba, más preciosa me parecía. Quería memorizar cada uno de sus rasgos para tenerla siempre a mi lado.

    – [Noah]¿Te gustaría cenar conmigo pasado mañana? En plan…cita.[/Noah] – pregunté, intentando por primera vez ir por delante de mi mente. Para algunas cosas es mejor hablar antes de pensar.

    – [Allie]Claro.[/Allie]- afirmó ella, sonriendo ampliamente.

    – [Noah]G-genial.[/Noah] – respondí algo nervioso, quizá había esperado un no por respuesta. Quizá algunas cosas sí son más fáciles en la vida real que en la imaginación.

    Hablamos un rato más, disfrutando de estar con ella antes de sumergirme en el mundo de las pesadillas de mi padre.

    Esa tarde, antes de reunirme con los demás, seguí descansando, escribiendo en mi diario todo lo que recordaba para que si pasaba lo peor, mis padres estuvieran tranquilos y el mundo supiese la amenaza que nos rondaba.

    Evidentemente, también pensé en Lexie y en que en esos momentos quizá estaría pensando que su vida habría sido mejor sin conocer al puto Noah Arkkan. Esperaba poder volver para recuperar nuestra amistad y poder llegar a estar con Allie.

  • APRENDIENDO

    Henry L. Crowe – Infinity

    Tarde

    Cuando me mandaron infiltrarme en Infinity no pensé que llegaría a pasar tanto tiempo trabajando para ellos. Pensaba que sería entrar, echar un vistazo a lo que tenían y salir. Sin embargo llevada dos años de guardián de dos capsulas para impedir que nadie se acercara a ellas.

    En ese tiempo que llevaba allí había trabajado en clasificar objetos e intentar descubrir sus utilidades. Pero sobre todo gran parte del tiempo lo invertí en piratear los sistemas de vigilancia del interior del almacén. Mi mayor preocupación era Andrej, pero pasaba más tiempo dentro de Endless que en el mundo real.

    Con las cámaras de vigilancia mostrándome clasificar objetos que llevaban meses catalogados me centre en SHE, así habían decidido llamarla en la isla por el momento. Al parecer compartía secuencia genética con dos cazadoras y la convertía en una amenaza si llegaba a cumplirse el plan original que tenían predestinado para ella.

    Así que cree un dispositivo, un holograma que proyectara sobretodo su conciencia. La primera vez que la desperté pude comprobar que no había amenaza alguna. Era un lienzo en blanco listo para ser pintado.

    – [SHE]Hola, Creador.-[/SHE] Se había convertido en una especie de seña de identidad saludarme así.  Algo extraño si tenemos en cuenta que solo me había encargado de despertarla.

    – [Henry]Henry. Con Henry está bien.-[/Henry] Aun no había conseguido configurar el holograma para que apareciera bien por completo, su rostro era lo único que tenía nitidez. Aunque casi mejor así, lo mejor era no trastear más y dejar que su cuerpo siguiera pareciendo el de un canal codificado.

    – [SHE]Hola, Henry con Henry está bien.-[/SHE] Parece que hoy tocaba así. Había llegado a ser Creador Henry, Henry Solo, Henry está bien, Henry a secas…

    – [Henry]Es un comienzo…-[/Henry] Llevaba 53 días despierta. Era como una esponja para retener información. Había aprendido a hablar y leer en cuestión de horas. Pero le faltaba por pulir las actitudes sociales. – [Henry]Tengo buenas noticias. Dentro de poco podrás salir de aquí.[/Henry]

    – [SHE]¿Contigo, Henry con Henry está bien?-[/SHE] Pregunto mirándome fijamente. Era un holograma y no necesitaba pestañear, pero resultaba raro que se quedara mirándote tan fijamente. Supongo que también tendré que enseñarle funciones básicas como pestañear.

    – [Henry]Si. Bueno y con más gente que viene para ayudaros.-[/Henry] Le señale la otra capsula. La verdad es que no sabía qué pasaría con SHE una vez que saliera de allí. El apartamento que tenía era minúsculo. Supongo que se quedaría con Sarah y Sasha, después de todo eran sus madres.

    SHE se quedo mirando la otra capsula. No sabía nada de la persona de su interior más allá de su nombre y eso lo acababa de descubir.- [SHE]Le queda poco tiempo.[/SHE]

    – [Henry]¿Que quieres decir?.-[/Henry] Le pregunte alterado mirando las constante vitales y todo parecía estar en orden.

    Se rebobino como un viejo videocasete y repitió lo mismo. – [SHE]Le queda poco tiempo.[/SHE]

    – [Henry]Si, le queda poco tiempo encerrado, igual que a ti.-[/Henry] Su sonrisa fue un poco forzada, era otro de los gestos que debíamos corregir.

    – [SHE]Iré de caza por las noches y protegeré Ripper de las amenazas sobrenaturales. También te protegeré a ti, Creador Henry con Henry está bien.-[/SHE] Añadió orgullosa. Había intentado eliminar esas directrices. Pero estaba resultando más complicado de lo que pensaba. Si bien sus funciones eran básicas, el motivo por el que fue creada en un principio seguía en su código.

    – [Henry]Ripper ya tiene varios defensores. Por el momento centrémonos en seguir aprendiendo algo nuevo ¿vale?.-[/Henry]. Le propuse mostrandole la tablet. Era nuestra pizarra magica de aprendizaje.

    – [SHE]Si me conectas a la red, podría adquirir el conocimiento en segundos y después, salvar a Ripper de las amenazas de los sobrenaturales.-[/SHE] Me propuso. No me gustaba nada esa idea. Si hiciera eso podría llegar a la conclusión de que la raza humana es un problema y exterminarla en lugar de protegerla como piensa.

    – [Henry]Si te conectara directamente a la red tu cerebro podría sobrecargarse. O pudrirse de tanta información innecesaria.-[/Henry] Esa era otra posibilidad, que su cerebro no pudiera procesar tanta información y acabara en estado vegetal.

    – [SHE]Puedes programarme para que deseche la información inútil.-[/SHE] Insistió. Para tener unas motrices básicas había descubierto rápido lo que era la persistencia.

    – [Henry]No. eso es hacer trampas y podría trastocar tu personalidad. Tienes que aprender y ser tu misma.-[/Henry] Si acababa haciendo lo que ella quería, adsorber toda la información acabaría siendo un ser frio sin corazón, sería más maquina de lo que por sí ya piensa que es.

    – [SHE]Pasando a modo ahorro de batería.-[/SHE] Dijo con una voz monótona mientas cerraba los ojos y se quedaba quieta.

    – [Henry]Eres un holograma, no funcionas con batería.-[/Henry] Le recordé pero permaneció con los ojos cerrados. – [Henry] Esta bien. Supongo que veré el recopilatorio de perros y gatos siendo estúpidamente monos solo.-[/Henry] Una de las mayores cosas con la que disfrutaba ahora mismo era ver a animales haciendo cosas graciosas o comportándose como humanos.

    Abrió un ojo y pregunto intrigada. [SHE]- ¿Cómo de monos?[/SHE]

    – [Henry]Bueno, parecen pequeños muñecos de peluche.-[/Henry] Añadí mostrándole la tablet.

    – [SHE]Ohhh…-[/SHE] Parecía encantada. Sus ojos se relajaron, no daban una sensación tan artificial. Cuando uno de los gatos tiro un vaso de chupito sonrió de verdad y no de manera forzada, realmente le hacía gracia lo que estaba viendo y no era su configuración básica. Estas eran las cosas que intentaba enseñarle, que a pesar de haber sido creada artificialmente en el fondo seguía siendo humana.

     

  • UNA APARICIÓN

    Xander Echolls

    MAÑANA – ESCUELA LEGADO, OFICINA DE DIRECCIÓN

    La tía Cara se había marchado a primera hora, después de dejar listos unos ajustes presupuestarios, para sumirse en su proyecto de cabañas nudistas. Como ya lo había anunciado incluso en televisión, había conseguido una lista de prereservas que ocupaba todo el verano, así que ahora estaba inmersa junto al tío Daakka en dejar todo el complejo listo.

    Por suerte era un mes tranquilo en la Escuela, eso era lo que había facilitado que mis tres padres/madres se pudieran ir de vacaciones. Era un poco extraño estar prácticamente a cargo de la Escuela Legado, pero por suerte tenía a Nate por allí que siempre estaba dispuesto a ayudar y para él la Escuela era su hogar y a Amy que había ido a ayudarme.

    Uno de los inconvenientes es que tenía que atender yo mismo a la gente en el despacho central, en lugar del mío. No vino prácticamente nadie esa mañana, solo una madre preocupada de una alumna y un par de distribuidores, hasta que Nate me pasó el aviso de un invitado que quería hablar con mi madre.

    Avisé a Amy, que no adoraba las interacciones sociales, pero decidió quedarse. Cada vez rondaba más por mi cabeza que podía tener un trabajo de futuro en la Escuela. Mis madres estaban de acuerdo, asi que solo faltaba convencer a Amy, algo que esperaba conseguir durante esos días en los que iba a ayudarme.

    Cuando la puerta se abrió, un chico un año o dos mayor que yo entró a la sala. Tenía aspecto de ser una persona cordial y agradable, algo que no solía pensar a menudo de las personas que se presentaban en la Escuela vestidas con ropa formal.

    – [Henry]Hola. Buenos días.-[/Henry] dijo nada más entrar, sin saber si cerrar la puerta tras de sí o no. – [Henry]Buscaba a… Sarah Echolls.[/Henry] . aclaró.

    – [Xander]Pues ahora mismo no está.[/Xander] – le expliqué. Mi madre nunca había sido la cara pública de la Escuela, así que era un poco extraño que preguntase directamente por ella, salvo que fuera un ex alumno y en caso de serlo, debía haber cambiado mucho para que yo no lo reconociera.. – [Xander]Está en un viaje. Pero si puedo ayudarte en algo[/Xander] -comenté, señalándole los sillones que había frente al escritorio de mi madre.

    Me giré y vi a Amy mirándole con el ceño fruncido, suspicaz.

    – [Henry]¿Diana Echolls? ¿Daniel Arkkan?.-[/Henry] preguntó. Si ya era raro que preguntara por mi madre, conocer también a mi padre y a mi tía me hacía sospechar a mí también, salvo que intenté disimular.

    – [Xander]Mi tía tiene una reunión importante en la Universidad. Y mi padre se ha ido con mis madres.[/Xander] – no me paré a pensar si le resultaría extraño escuchar «mis madres» pero no me importaba, después de ocultarse por nosotros me sentía en la obligación de no dejarlas nunca en la sombra.

    Amy le fulminó con la mirada, por suerte él no entabló contacto visual con ella.

    – [Henry]Vaya, esto es inesperado…-[/Henry] admitió, haciendo una pausa. Parecía estar meditando lo que iba a decir. – [Henry]Me envian varias personas, una de ellas en concreto Siegfried.[/Henry] – la mención de ese nombre hizo que tanto Amy como yo pusiéramos mala cara. Ni entre los Moondies ni entre sus hijos era bien recibida la mención del que provocó la Guerra de Ripper.

    – [Amy]Pues ahí tienes la puerta[/Amy].- sentenció Amy. No podía culparla, pero intenté darle una opotunidad a ese chico.

    – [Xander]Supongo que sabrás por qué es una mala carta de presentación.[/Xander] – le comenté. Detrás de mí,  había varios recortes de periódico enmarcados con las versiones oficiales de lo que había sido la «Guerra de Ripper»: armas experimentales, fuerzas militares rebeldes. Se los señalé, seguramente se habría fijado primero en los periódicos que hablaban de la Escuela y estaban justo detrás de mí, o en la foto enmarcada de todos los Moondies originales.

    – [Henry]Creedme, soy tan fan de él como vosotros.-[/Henry] aseguró. Le creí, pero no podía decir lo mismo de Amy. – [Henry]Llevo dos años trabajando en Infinity y digamos que no todo allí es tecnología. Por eso venía buscando a vuestos padres. Según tengo entendido se infiltraron varias veces en la Iniciativa.[/Henry] – repasé con cuidado toda la información que acababa de darnos. Infinity, la gran compañía de tecnología que había creado su propia cultura y tenía lazos con el Gobierno se había trasladado a Moondale hacía un par de años. Recuerdo a los Moondies hablar con preocupación porque se habían instalado en el viejo edificio de la Iniciativa, clausurado supuestamente por el Gobierno después de la Guerra.

    Miré a Amy buscando un consejo sobre si debíamos hablar con ese muchacho o no.

    – [Henry]Con los nervios no me he presentado. Me llamo Henry Crowe. Mi madre es Olivia.-[/Henry] añadió, tendiéndome la mano. La estreché rápidamente, pero cuando se la tendió a Amy se quedó en el aire.

    – [Amy]¿Y quién es tu padre?[/Amy]- preguntó Amy. Olivia era la líder de los O.W.L.S. un grupo secreto escindido del Gobierno que luchaba contra la Iniciativa. Se había ido a la Isla después de la Guerra como parte del pacto para que nunca pudiera repetirse algo así, para controlar a Z.

    – [Henry]Nunca he conocido a mi padre.-[/Henry] – replicó él, mirándola. Amy me miró y vi que estaba menos tensa, si ella le creía, yo no tenía duda.

     – [Xander]¿La líder de los O.W.L.S?[/Xander] – pregunté para confirmar.

    – [Henry]Si. Olivia, Winston, Lincoln, Shawn.-[/Henry] aclaró él. Conocía los nombres de la base de datos que guardaba mi padre en un servidor de la Escuela desconectado de la red. Mi tío Christopher había guardado toda la información que había podido y yo, que siempre había sido un fan de los Moondies, había repasado esas fichas muchas veces. Por desgracia las fichas no lo contaban todo y los diarios y discos no estaban a libre disposición. Querían aislarnos de su lucha, entendía que era para protegernos, pero no me parecía bien igualmente. Para eso, Noah había tenido más suerte, todo lo que su padre sabía, lo sabía él.

    – [Xander]Siéntate si quieres.[/Xander] – indiqué de nuevo, al ver que seguía de pie y ahora la conversación era menos tensa. Amy seguía apoyada contra la pared pero él se sentó. – [Xander]¿Qué está pasando allí?[/Xander] – pregunté, esperando cualquier cosa.

    – [Henry]Gracias.-[/Henry] respondió. Se tomó unos segundos para hablar. – [Henry]Así resumiéndolo. Me enviaron para infiltrarme en Infinity. Tienen un sótano repleto de cosas sobrenaturales que fueron abandonando la Iniciativa.-[/Henry] aclaró. Contuve una mueca, una empresa tan puntera como Infinity con acceso a los objetos que había allí, a sus investigaciones. Eso teniendo en cuenta que tenían tantísima información de todo el mundo, desde gustos, ubicación hasta incluso un escáner corporal que en su día fue aclamado y vendido como la mejor solución contra el spoofing y el robo de cuentas.- [Henry]Buscaba a vuestros padres porque hay dos cosas en particular que nos preocupan. Dos cápsulas.[/Henry] – añadió.

    – [Xander]¿Qué hay en esas cápsulas?[/Xander] – pregunté, lo primero que pensé fue en mi tío Daakka, que había sido «creado» por ellos.

    – [Amy]Ezra y Rainbow[/Amy].- sentenció Amy a mi lado. Su voz fue como un susurro pero escuché cada nombre con detalle. Llevaba el suficiente tiempo viviendo con Amy como para conocer un secreto que no sabía todo el mundo: Amy tenía visiones del futuro. Normalmente tocando un objeto o una persona recibía alguna visión, pero a veces bastaba con cualquiera de sus otros sentidos.

    – [Xander]¿Hay dos personas en esas cápsulas?[/Xander] – pregunté, preocupado. No quería llamar demasiado la atención al poder de Amy delante de un desconocido.

    – [Henry]Si. Una de ellas es una chica. Tiene ADN de tus… ¿madres?.-[/Henry] preguntó, abriendo los ojos como si hubiera encajado la pieza de algún puzzle por lo que yo mismo había dicho. Después desvió la mirada hacia Amy, extrañado. – [Henry]No sabíamos que es lo que había en la otra cápsula. Pensábamos que un licántropo prehistórico, pero ¿quién o qué es Ezra? -[/Henry] añadió. Eso mismo me preguntaba yo. Desvié la mirada hacia Amy.

    – [Amy]Es de mi manada[/Amy].- respondió simplemente, al cabo de unos minutos. Sabía perfectamente que Amy solo había convertido a Leo, así que había algo más que no podía contarme.

    Estaba preocupado, no voy a negarlo. Con Henry allí no podía sacar demasiada información, pero la vida de dos personas estaba en manos de un peligroso sucesor de la Iniciativa. – [Xander]Tenemos que sacarles de allí.[/Xander] – pensé en voz alta, intentando recolectar la información sesgada que tenía sobre las veces que habían entrado los Moondies. Por las historias que había escuchado a veces por boca de mis madres y a veces por boca del resto o por las propias fichas, habían entrado al menos cuatro veces: la primera de ellas es la que aún daba pesadillas a mi madre, de la que sabía poco porque era muy duro para ellos, mi padre siempre estaba serio cuando lo recordaba; la segunda entró el tío Christopher con los O.W.L.S para sacar al que había ayudado a que escaparan la primera vez; la tercera entraron a por la madre de Jane y el tío Daakka; en la última habían entrado mis dos madres, el tío Daakka, el tío Ed y un grupo de gente de Z, allí fue donde las dos se enamoraron.

    – [Henry]A eso venía. Me ha costado sacarlo pero al final lo hemos conseguido.-[/Henry] explicó con una sonrisa.

    – [Xander]¿Cuánto tiempo tenemos?[/Xander] – pregunté. Si contábamos con bastante tiempo el deber era esperar a que mi padre y mis madres volvieran de viaje y dejarlo en manos de los Moondies por mucho que me molestase.

    – [Henry]Poco…-[/Henry] – sentenció. Por la gravedad con la que lo dijo supe que contábamos con poco más de un día. Mis madres y mi padre estarían una semana fuera y los demás lo tendrían complicado.

    – [Xander]No podemos esperar a los Moondies.[/Xander] – respondí. Además de mis madres, el tío Toph y la tía Diana estaban fuera un par de días, el tío Daakka y la tía Cara inmersos en su proyecto, el tío Dom se había cogido unos días por asuntos propios, el tío Vincent estaba retirado igual que el tío Bill. Teníamos al tío Ed y la tía Mara como mucho y si se lo decíamos a alguno, mis madres y mi padre tendrían que cancelar el viaje y volver, para no irse nunca más a disfrutar de sus merecidos descansos. Tendríamos que hacerlo nosotros, sin contar con los Moondies. – [Xander]¿Harán falta muchos?[/Xander] – pregunté. El problema de los hijos e hijas de los Moondies es que no éramos como ellos, no estábamos unidos, no salvábamos el mundo.

    – [Amy]Yo sé quiénes entran.[/Amy]- comentó Amy, mordiéndose el labio inferior con nerviosismo.- [Amy]Pero si lo digo, os estoy condicionando.[/Amy] – por su forma de moverse, o más bien, de no moverse, Amy debía estar viendo retazos de visiones todavía. Pese a que mi padre era muy parco al hablar de lo que habían tenido que vivir, siempre me había insistido en que no me fiase de un futuro ni aunque lo diese por sentado, que siempre creyese que podíamos cambiarlo.

    – [Xander]Prefiero ir sobre seguro.[/Xander] – le pregunté, a sabiendas de que ella no me decía lo que veía, ni siquiera aquella vez, con Owen. Amy negó con la cabeza, contuve la frustración, ella no tenía la culpa de mi miedo a lo que pudiera pasar, solo intentaba no cambiar las cosas.

    Asentí. Esperaba no equivocarme con mis decisiones. – [Xander]Puedes contar conmigo. Y creo que con tres personas más.[/Xander] – miré a Amy para confirmar mi teoría, pero ella tenía cara de póker. Las tres personas con las que contaba, a regañadientes en algún caso, eran: Owen, Elle e Idris. No me veía capaz de mentir a Elle y sabía perfectamente que ella querría ir sí o sí.

    – [Amy]Y conmigo.[/Amy]- añadió Amy. La miré, orgulloso. Quería mucho a Amy, el tiempo que habíamos pasado conviviendo me había hecho recuperar una relación que no debí desatender, confiábamos el uno en el otro y Amy siempre intentaba ayudarme con lo de Jane.- [Amy]Ezra es mi responsabilidad. Como Leo[/Amy]. – añadió.

    La miré, pero no cambió el gesto al hablar de Leo.  – [Xander]Intentaré reunir un equipo.[/Xander] – expliqué a Henry. – [Xander]¿Tienes forma de entrar?[/Xander] – pregunté. En los días de la Iniciativa, no se podía teletransportar con magia a su interior, pero dudaba que Infinity utilizase la magia, al menos de momento. Era cuestión de tiempo.

    – [Henry]Por eso no te preocupes. Yo me encargo.-[/Henry] aclaró él. No iba demasiado con mi naturaleza sobrepreocupada, pero me alivió dejar  esa parte clave del plan en sus manos, porque a fin de cuentas, llevaba dos años allí.

    – [Xander]De acuerdo. ¿Nos vemos mañana a esta misma hora aquí?[/Xander] – propuse.

    – [Henry]Ella es la experta.-[/Henry] aclaró él, mirando a Amy.

    – [Amy]¿Yo?[/Amy] – preguntó ella. Asentí, Amy podría guiarnos muy bien con sus visiones, y siempre había tenido madera de líder, era una alfa. – [Amy]No.[/Amy] – replicó ella.

    – [Xander]Dependemos de ti Amy. Tú puedes salvarles.[/Xander]- añadí. Amy no tuvo tiempo a responder porque el ambiente en la oficina se hizo frío y espeluznante en un instante.

    – [Ezra]Mañana me parece perfecto.-[/Ezra] dijo una voz que acababa de aparecer. Frente a nosotros había una figura masculina. A primera vista parecía normal, pero si te fijabas veías que no tenía sombra ni le afectaba la luz.

    Era una aparición. Henry parecía casi tan sorprendido como yo y Amy le miraba de una forma diferente, como si le conociera. Entonces lo supe. – [Xander]¿E-ezra?[/Xander] – pregunté. La figura asintió antes de desvanecerse de la misma forma en la que había llegado.

     

  • LOS ESTRAGOS DE LA GUERRA

    Edward MacLay – Bosque de los Lobos

     

    El aullido de un licantropo seguido del de una manada, posiblemente la de Canton, amortiguo por unos segundos todos los demás sonidos tras esto volvió el completo caos. La guerra era tal y como te la mostraban en lo libros de historia, cruel, pero cundo le sumas poderes a la ecuación todo era mucho mas horrible.

    Antes de la batalla pusimos a toda la gente que encontramos por las calles en refugios improvisados en la Universidad y la Nave. Era gente que salia de trabajar, estudiar o que no quisieron creer en lo que vieron en el discurso de Mia, a la gente le costaba quitarse la venda de los ojos. Sin embargo el mensaje llego a más gente de la que pensaba, Moondale parecía un pueblo fantasma que se había quedado sin habitantes, pero dentro de todas esas casas la gente permanecía expectante a oscuras a que todo terminara.

    Nunca había sido un guerrero y posiblemente nunca lo seria, pero no podía quedarme sentado a oscuras sin hacer nada mientras el resto ponía sus vidas en peligro. Por un lado el bando de Z, por otro el bando del general Preston y nosotros en medio con un reducido grupo de voluntarios dispuestos a ayudarnos a evitar bajas inocentes, algo que habíamos conseguido de momento pero que no valdría de nada si no conseguíamos detener a ambos grupos.

    Era sencillo localizar a alguien del grupo por si necesitaba alguna ayuda, todos íbamos a  juego con los trajes que nos había confeccionado Lucy, pero había alguien que reconocí que no iba como el resto. Llevaba el pelo rubio alborotado y su ropa estaba raída por el paso del tiempo.

    -[Ed] ¿Ez…ra?.-[/Ed] Lo primero que hice fue buscar a la reina negra por si se trataba de alguna de sus artimañas, pero estaba ocupada enfrentándose a Diana. Mire a mi alrededor por si se trataba de alguien más pero como si de mi misma vida se tratara nadie me prestaba atención.

    -[Ezra] ¿Padre?.-[/Ezra] Resultaba raro que me llamara padre cuando prácticamente teníamos mas o menos la misma edad. Su expresión era la misma que debía de tener yo en ese momento, de pura confusión, aun así acelero el paso hasta donde me encontraba e intento abrazarme pero paso  a través de mi.

    – [Ed] ¿Como…?.-[/Ed] Habitual en mi fui incapaz de encontrar las palabras. Ezra miraba extrañado sus manos intentando encontrar alguna respuesta y yo buscaba alguna que lo consolara.

    – [Ezra]No lo se.-[/Ezra] Negó con la cabeza y observo a su alrededor, por un instante había olvidado donde me encontraba – [Ezra]¿Que esta pasando? ¿Veronica?.[/Ezra]

    -[Ed]No.-[/Ed] Podía ver su rabia e impotencia al no poder hacer nada. Su mundo lo había moldeado en alguien fuerte para sobrevivir, en un autentico guerrero, no se parecía en nada a mi, pero tenía los ojos y el pelo de su madre, Lucy. -[Ed]No, no es ella. Es la batalla que puede cambiarlo todo. ¿Donde…?.[/Ed]

    [Ezra]-…estoy.-[/Ezra] Era como si conociera mi incapacidad de finalizar una frase completa y lo hacia por mi. Volvió a negar. -[Ezra]Todo lo que siento es frío y solo veo oscuridad, nada más. [/Ezra]

    [Ed]Aguanta, pronto…-[/Ed] No pude terminar la frase porque Ezra se desvaneció frente a mi dejando a  la vista a la Reina Negra. Su forzada sonrisa me provocaba escalofrios. Se fue acercando poco a poco balanceándose de un lado a otro, disfrutando de cada paso que daba, mientras se pasaba un alfiler por los dedos.

    – [Aislinn]Te maldigo…[/Aislinn]-  Era incapaz de tragar y moverme, la Reina Negra miro a su alrededor como buscando a alguien, se pincho el dedo indice y dejo caer una gota de sangre sobre el humedecido suelo.  – [Aislinn]hasta que con tu hijo tu camino cruces[/Aislinn].

    La Reina Negra volvió a sonreír de manera forzada, una bola de fuego paso cerca de ella, Diana había vuelto a entrar en acción, quería ir a ayudarla pero me quede inmóvil pensando en lo que acababa de decir. No tenía ni idea de con que me había maldecido y la única manera de romper el hechizo era encontrar a mi hijo del cual desconocía su paradero.

    – [Nicholas]¡Cuidado!.-[/Nicholas] Alguien me empujo y salí rodando por el suelo.  La cabeza me daba vueltas y apenas era capaz de enfocar la vista. La tierra caía del cielo junto a la ceniza de los arboles. Me arrastre por el suelo acercándome hasta donde había estado hace un momento, donde había tenido lugar la explosión.

    Encontré a Nicholas tirado en el suelo, me arrastre un poco más y me arrodille junto a él. Tenía quemaduras por todo el torso y el cuello. No tenía conocimiento de medicina y no encontré a Daniel por ningún lado para que me ayudara, lo único que podía hacer era quedarme a su lado hasta el final. Agarre su mano y la otra la pose en su frente, temblaba e intentaba hablar, negué con la cabeza para que no lo hiciera. El temblor fue cesando y su mirada quedo fija en el cielo, aparte su gafas para cerrarle los ojos. Apenas conocía a Nicholas, solo sabía que en el futuro casi había matado  mi hijo y ahora me había salvado la vida. Era otra muerte más en la que cargar en mi conciencia, nunca no podía salvar a nadie.

    [Diana]Ed, ¿crees que es el momento de ponerse a hacer un post instrospectivo?[/Diana]- Escuche a Diana gritar.- [Diana]Ahora toca patear culos[/Diana].

    Hice caso a Diana, me reincorpore e invoque el totem de sangre para que sacara a relucir toda su cólera dispuesto a evitar más bajas. Pero la realidad es que perdimos a mucha más gente aquella noche, y yo perdí algo que tarde mucho tiempo en descubrir que era.

  • UNA ASTILLA EN EL CORAZON DE MOONDALE

    UNA ASTILLA EN EL CORAZON DE MOONDALE

    NOAH RIVERA | CABAÑA ARKKAN

    MAÑANA

    Noah Rivera

    Tuve miedo de que la mano con la que me agarraba a la chica rubia me empezase a sudar y ella se apartase asqueada. En el fondo, pese a todo lo que nos había pasado, había detalles en el carácter que nunca se iban, detalles inherentes a nosotros mismos.

    Mientras Henry se preparaba para rasgar el tejido espacial a su alrededor y teletransportarnos a todos, pensé en cómo sería el mundo si conseguíamos que Ezra volviese atrás. En cómo sería yo.

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