Moondale

Etiqueta: Henry L. Crowe

  • ORGULLOSO DE MÍ

    Laura – La isla

    Tarde

    Cuando terminé de hablar con Henry, todavía me latía el corazón a toda velocidad. No recordaba el momento exacto en el que había empezado a verlo de esa forma y desde luego, no era algo que hubiera ocurrido de la noche a la mañana. Siempre había sido mi mejor amigo, aunque yo fuese dos años mayor que él y durante los primeros años de mi vida me pareciera un grano pegado a mi fantástico culo.

    Todo comenzó a encajar como un puzle cuando pasamos a la adolescencia. Me imagino que el hecho de que siempre estuviera por allí, influyó para no reparara en él. En la isla no había fiestas en casas con un montón de adolescentes, ni opciones a meterte mano con alguien detrás de las gradas. Todo era mucho más sencillo y a la vez más difícil: menos gente y más control.

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  • MI INTELIGENCIA SUPERIOR

    Bowie – Kvasir

    Mañana

    Chloe estaba tan pesada con Dante que no me dejaba descansar. Se lo había dicho varias veces, pero a ella le daba igual. La asertividad en el futuro estaba en pleno apogeo y si alguien quería hacer algo, lo hacía. Supongo que por eso, aquella mañana me escapé en dirección a la biblioteca para continuar con mi búsqueda. Aunque podría haber hablado con Henry para que me ayudara a conectarme de manera directa a la base de datos de la nave, prefería hacerlo manualmente. Me costaba entablar conversación con él y en parte era lógico, porque sus sentimientos se habían visto heridos por culpa del egoísmo del Laura. Y no estoy criticando, solo señalo los hechos.

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  • LOS DIAS QUE PASARON

    LOS DIAS QUE PASARON

    4X11 – LOVE AND LOSS

    HENRY L. CROWE

    LA KVASIR

     

    Habían pasado un par de días desde nuestro encontronazo con Caitriona y los efectos que había ocasionado en nosotros aún eran palpables. Pero esa no era la única razón por la que se respiraba una atmósfera diferente en la nave, al poco recibimos noticias de la Tierra y descubrimos que Elizabeth, la abuela de gran parte de las personas que estaban aquí había fallecido. Pude conocerla brevemente cuando los Moondies me ocultaron de Infinity. Era una mujer agradable, simpática y no le gustaba que le llamaran señora, por eso me he referido a ella simplemente como Elizabeth.

    No sabía que hacer por ellos más allá de darles espacio, mi escape para la perdida era huir, marcharme de un lugar a otro como si no pudiera alcanzarme, pero esta vez me había alcanzado y no podía huir hacia ningún lado. Laura se había marchado y había intentando llenar ese vacío intentando mejorar la nave, pero era incapaz de concentrarme, aún percibía su presencia, como si en cualquier momento fuera a aparecer detrás de mí.

    – [Henry]Buenos días.-[/Henry] No esperaba encontrarme con nadie tan temprano en la cocina, me constaba dormir en esa habitación vacía, de por si ya era difícil en la sala de maquinas. Así que me sorprendió encontrar a Jane allí, seguramente había pasado la noche en vela también con Xander.

    – [Jane]Buenos días, Henry.-[/Jane] Me serví una taza de café y me coloque en el otro extremo de la cocina. Me costaba socializar con la gente, no entendía como pudieron elegirme para liderar una de las primeras misiones de reclutamiento, por suerte si existe alguien más antisocial que yo ese es sin duda un elfo. Además no quería que me preguntara por Laura. – [Jane]No te voy a preguntar por Laura.-[/Jane] Añadió levantando la cabeza de su taza y me tembló la mano de la mía al escuchar su nombre – [Jane]Puedes desayunar tranquilo.[/Jane]

    – [Henry]No es ningún secreto que quería marcharse. Simplemente pensé que no sería así.-[/Henry] La verdad no sé lo que pensé. Que aguantaría hasta el final de todo esto y la llevaría de nuevo a casa. En primer lugar nunca quiso estar aquí, se vio arrastrada hasta este lugar por mí culpa.

    – [Jane]Las heridas en las manos no creo que hayan ayudado.-[/Jane] No ahí día en el que no me culpe de ello. Imaginaba que conmigo estaría a salvo y le falle.

    – [Henry]¿Has hablado con ella?.-[/Henry] Quería que me dijera que si. Que estaba feliz, que había dejado todo esto atrás a pesar de lo que pudiera pensar el resto de ella, que me había… olvidado.

    – [Jane]Aún no.-[/Jane] Admitió – [Jane]Estoy enfadada con ella.-[/Jane] Añadió dándole un sorbo a su café. Jane era una de las pocas personas que había congeniado con Laura fuera de la isla. – [Jane]Me da igual que esté en la Tierra, pero me molesta que haya dejado de ser Daë. Y ya se que eso no tiene sentido.[/Jane]

    – [Henry]En parte entiendo porque lo hizo. Cuando le prometí a Xander ayudarle no pensé que fuera a ser tan complicado.-[/Henry] Cuando varios mundo se interponen en el camino no resultaba tan sencillo eso de reclutar a los Daës, y eso de que fuera un Daë aun estaba por ver. Los hijos de los anteriores eran ellos, yo aquí no era más que un mero espectador.

    – [Jane]¿Tú también quieres volver?.-[/Jane] Pregunto aguantándome la mirada. No tenía sentido mentirle ya que podía verlo perfectamente, además se me daba fatal, aún me sorprende que consiguiera estar tanto tiempo infiltrado en Infinity sin que se dieran cuenta.

    – [Henry]No te puedo mentir porque lees el pensamiento. Si, ha pasado por mi mente. Pero tranquila, no lo voy a hacer.-[/Henry] Había hecho una promesa y si algo me caracterizaba era por cumplirlas. Le prometí a Laura que volvería a por ella a la isla, a mi madre que confiara en los Moondies y me infiltrara en Infinity y a Xander que le ayudaría a encontrar los Daës.

    – [Jane]Menos mal porque de lo contrario tendría que matarte.-[/Jane] Dijo muy seria. Debió de percibir lo que estaba pesando porque acto seguido añadió con una sonrisa – [Jane]¿En serio crees que podría matarte?.[/Jane]

    – [Henry]No, no, no… es decir tu otra… lo siento quería decir… mejor me callo.-[/Henry] No quería que le molestara mi comentario. Estaba claro que lo decía de broma, pero había visto lo que su otro yo de otra linea temporal era capaz de hacer y su encuentro con el grupo fue aterrador.

    – [Jane]Te callas demasiado.-[/Jane] Y acto seguido se tapo la cara con la taza mirando al techo de la cocina. Sabía porque lo decía, después de todo era su amiga, raro sería que no le hubiese contado algo, además todos estaban presentes en aquel momento.

    – [Henry]Creo que por eso se ha marchado Laura también. No sabía como decirle que yo…-[/Henry] No entiendo como podía ser tan difícil decir dos simples palabras, a veces podía parecer una maquina sin sentimientos. La realidad es que no quería salir herido ni poner a Laura en una tesitura porque ella no sintiera lo mismo  – [Henry]¿Sabes qué? Se lo dije al que supuestamente era Niall, porque no a ti. Me gusta. Pero mi miedo es que ella no sienta lo mismo, somos amigos desde hace bastante tiempo…[/Henry]

    – [Jane]Más debería haberte dado que se fuera y no un posible rechazo.-[/Jane] A todo lo que habíamos pasado podíamos sumarle también el que por mi culpa había dejado de ser Daë.

    – [Henry]Tienes razón, no quería perder lo que teníamos y al final lo he conseguido de todos modos.-[/Henry] El mayor error que había cometido era el no ser sincero con ella. Si me hubiese abierto a ella quizás todo esto habría sido muy diferente. Tal vez no hubiese aceptado el trato de Caitriona y seguiría aquí. El trato que me ofreció Caitriona era mis sentimientos por ellas ha cambio de una cura para mi enfermedad. Si no era sincero con ella no tenía sentido el haber rechazado ese trato, aunque acabara con el corazón roto debía abrirme a ella.

    – [Jane]Aprovecha el comunicador que ha dejado en la nave y cuando termine todo esto, ve a verla a ver que opina.-[/Jane] Esta claro que no me iba a declarar a ella ahora que no estaba aquí, pero era buen momento para recuperar de nuevo su confianza, una confianza que sentía había perdido.

    – [Henry]Se te da bien esto. Gracias.[/Henry]

    [Jane]Owen tiene problemas amorosos desde que nació. Esto no es nada.-[/Jane] Jane dejo su taza en el lavavajillas y se marcho. Coloque la esfera que Laura había dejado en le encimera de la cocina y la active. No me imagine como podría reaccionar al verme, pero una sonrisa se dibujo en su rostro al ver que era yo. Los días que pasaron ya estaban haciendo efecto, se le veía mejor, más feliz de lo que nunca había sido aquí.  Laura había elegido, y lo que ahora necesitaba era la paz y tranquilidad de la isla, de nuestro hogar.

  • BESOS Y TRAJES FUTURISTAS

    HENRY L. CROWE

     NAVE – NOCHE

    Por mucho que estuviéramos en una nave espacial y la emoción que eso pudiera despertar, el entretenimiento se resumía en leer en la biblioteca o hacer ejercicio en el gimnasio, y no era muy bueno haciendo ejercicio. Así que me apunte a jugar al verdad o reto sin ser muy consciente en lo que eso podría desencadenar.

    En cuanto empezó el juego comprendí que esto no iba a ser un verdad o reto normal como esos que ves en las películas, Idris había llevado el juego un paso más allá y quien no cumpliera sus retos sufriría un pequeño castigo como granos y demás ligeras molestias en la piel.

    Todo se estaba desarrollando tal y como pensaba, por lo que cuando la botella cayó en Laura sabía lo que se avecinaba. La botella giro una segunda vez hasta pararse en mí.

    -[Laura]Reto.-[/Laura] Me sorprendió la rapidez con la que lo dijo. Idris se había pasado todo nuestro viaje jugando a ser celestino y ahora tenía una oportunidad de oro.

    [Idris]Qué alegrías da la vida a veces.-[/Idris]  Idris se echo a reír y yo mire al resto esperando que alguien se adelantara al reto que estaba maquinando en su cabeza. [Idris]Un beso, nada de casto y puro. Lo voy a cronometrar.[/Idris]

    Laura se encogió de hombros y se puso en pie, nervioso hice lo mismo y nos colocamos frente a frente en el centro del círculo ante la atenta mirada del resto. Parecíamos unos animales enjaulados como los había antes en zoos. – [Laura]Si no quieres, pido verdad.[/Laura]

    -[Henry] Conociendo a Idris la verdad puede ser peor. Además es un juego tonto.-[/Henry] Intente quitarle importancia, solo era un beso. ¿Qué es lo peor que podría pasar?.

    – [Laura]Cronometra, Idris.-[/Laura] Sin darme tiempo a reaccionar me agarro por la camisa y me atrajo hacia ella, la diferencia de altura se resolvió conmigo inclinado hacia delante. Pasee la vista por la habitación hasta dar con Idris que acababa de poner el cronometro en marcha.

    – [Idris]Henry no sabía que te alegrabas tanto de verme.-[/Idris] Aparte la mirada de él para centrarme en Laura y la suavidad de sus labios. Note como posaba una de sus manos en mi cuello mientras yo no sabía qué hacer con mis brazos. – [Idris]Esto dice que lleváis un segundo.-[/Idris] Alguien comenzó a silbar, supongo que para que le diéramos más intensidad al beso, así que en un acto reflejo pose mis manos en su cintura y nos acercamos un poco más. –  [Idris]Mañana seguro que me baño con agua fría pero merecerá la pena.-[/Idris] Nos separamos y nos quedamos mirándonos unos segundos. Ella sonrió y sus mejillas se ruborizaron un poco, a lo que yo debería de estar rojo como un tomate. – [Idris]Hay un cuarto en el que no va a hacer falta calefacción.[/Idris]

    Tomamos asiento de nuevo pero desconecte por completo tras el beso, por lo que no recuerdo que es lo que les toque a los demás tras nosotros. Todos se levantaron por lo que hice lo mismo, tal vez ya habíamos terminado, había perdido la noción del tiempo. Escuche decir algo a Idris pero no sé muy bien el que, por lo que me limite a negar con la cabeza.

    -[Idris] Te arrepentirás, mis masajes son de órdago.-[/Idris] Añadió mientras posaba las manos en los hombros de Elle y avanzaba detrás de ella según se movía.

    Eche un vistazo a la mesa de bebidas y aperitivos. Era curioso cómo se parecían a los alimentos comunes de nuestro mundo. En cierta forma la gente que habitaba aquí me recordaba a los de la isla. Eran gente de diferentes épocas, de diferentes mundos con sus propias costumbres, pero todos vivían juntos como una familia.

    Las botellas eran rudimentarias sin marcas pero con contenido alcohólico sacadas seguramente de un mundo de piratas. Al menos no eran bidones de madera. Menos mal que no había comido nada de aquella comida, a saber el aliento que me hubiera dejado para el beso con Laura.

    – [Laura]No has querido el masaje de Idris[/Laura].- Me sobresalto la voz de Laura a mí espalda. Al girarme la vi parada con los brazos cruzados y un vaso de plástico en la mano. Haciendo memoria note un cierto sabor a ron de sus labios.

    – [Henry]Estoy bien. No he levantando nada de peso como para que me duelan los músculos.-[/Henry] Todo había sido cambiar cables y piezas en mal estado, había sido más sufrido el trabajo de mentira en Infinity.

    – [Laura]Pero has trabajado mucho para que la nave sea habitable[/Laura].- Bueno yo la hice habitable, pero la limpieza la fue haciendo el resto. Menos mal que no encontramos inquilinos dentro de esos de varias patas cuando entramos.

    – [Henry]No ha sido nada.-[/Henry] Fue más un entretenimiento que una obligación. Además las opciones eran hacerlo habitable o dormir a la intemperie.

    – [Laura]Sí lo ha sido. No te quites mérito[/Laura].

    – [Henry]Tú lo que quieres es que le diga que si por si te llevas un masaje también.-[/Henry] Recordé que de pequeños nos reíamos de Vine porque parecía que le estaba haciendo un masaje a alguien cuando iba a sus espaldas. Si te parabas a pensarlo ahora lo más seguro es que estuviera intentando matarlos.

    – [Laura]Me vendría bien[/Laura].- Añadió sonriendo y me fije en la venda que sobresalía de su guante.

    – [Henry]¿Que tal la muñeca?.-[/Henry] Tenía la impresión de que siempre le sacaba este tema, pero era porque me preocupaba por ella.

    – [Laura]Mejora más lento de lo que esperaba, pero bueno[/Laura].- Se encogió de hombros mientras le daba un sorbo a su bebida.

    – [Henry]Sobre lo que acaba de ocurrir…-[/Henry] Empecé a decir pero fui incapaz de proseguir.

    – [Laura]¿El beso?[/Laura]- Añadió con total naturalizad mientras que yo no era capaz ni de llamarlo por su nombre.

    – [Henry]Si… sobre eso…-[/Henry] Nunca me había costado tanto hablar en la vida.

    – [Laura]Si quieres que no signifique nada, podemos hacer como que nunca ha pasado[/Laura].- Pero ha pasado, y nunca iba a poder olvidarlo.

    – [Henry]No, no es eso. Quiero decir si para ti no significa nada…-[/Henry] Desee que sonaran las alarmas de la nave. Que nos atacaran unos marcianitos, incluso que me tragara la tierra.

    – [Laura]¿Para ti qué significa?[/Laura] Tal vez más de lo que había significado para ella, pero no me atrevía a decirle nada por el miedo a estropear nuestra amistad.-[Laura]Bueno, te dejo que te lo pienses[/Laura].- No tenía nada que pensar, yo ya sabía lo que significaba- [Laura]No te quiero agobiar y hace mucho que no hablo con Jane[/Laura].

    La observe marcharse hasta la otra punta de la habitación. Cualquier otro en mi posición hubiese reaccionado más rápido que yo. Es verdad que a veces resulta más fácil tratar con maquinas que con personas. Pensé en beberme una copa y acercarme hasta ella para besarla de nuevo y viera lo que había significado. En su lugar me marche de la sala rumbo a los dormitorios.

    Si desde que llegamos las noches habían sido incomodas, no me quería imaginar aquella. Parecíamos un matrimonio que llevaban juntos toda la vida y ahora se limitaban a mirar al techo. Una mañana amanecimos pegados, su cabeza en mi pecho y mi brazo en lugar de quedarse estirado por debajo de su cuello se fue hacia los terrenos del sur.

    – [Noah]Henry, ¿no tenías sueño?[/Noah] – Me sobresalte al escuchar a Noah llegar por detrás de mí. Debía de resultar ridículo cuando todo el mundo se acercaba a mí sin darme cuenta.

    – [Henry]¿Qué?. No, solo necesitaba pensar un poco.-[/Henry] No me había dado cuanto de que estaba parado en medio del pasillo que daba a los dormitorios.

    [Noah]- Ha sido increíble lo que has hecho con la nave.-[/Noah] Tal vez Laura tenía razón y había hecho demasiado en la nave por hacerla habitable, pero a mí no me lo parecía. Era lo único en lo que era bueno y podía ayudarles, las batallas las librarían ellos.

    – [Henry]Gracias. Lo que me recuerda que tengo algo que darte.-[/Henry] Me acerque hasta el cuarto, el cual tenía literalmente al lado y regrese con el audífono que me dio cuando salimos de Infinity para que lo arreglara. Yo sin saber cómo declararle mis sentimientos a Laura y Noah estaba a punto de darle algo al suyo que cambiaría su vida.

    – [Noah]¿Funciona?.-[/Noah] Pregunto sin quitarles ojo de encima y sujetándolo con cuidado entre sus manos como si de un tesoro se tratara.

    – [Henry]Si. Me dio por investigar la base de datos de la nave, así que llevan una pequeña actualización.-[/Henry] La nave tenía un registro de varias idiomas, supuse que de todos los planetas del Nexo, quien sabe si de algunos más. El caso es que ahora podría entender a cualquiera que hablara otra lengua.

    -[Noah]¿Y la batería?.-[/Noah] Por lo que me dijo cuando me lo entrego para ver qué podía hacer, era una de las grandes preocupaciones de Lexie.

    – [Henry]Eso es lo mejor. Calor corporal. Está regulado a la temperatura del cuerpo humano, no se gasta.-[/Henry] Había convertido un prototipo en algo completamente funcional. Si Infinity lo hubiera sacado al mercado pedirían una cantidad ridícula de dinero por ellos y serian asquerosamente ricos… más ricos aun.

    – [Noah]No sé cómo darte las gracias. –[/Noah] Noah no tenía pinta de saber hacer masajes como Idris.

    – [Henry]Considéralo un regalo por sacarnos de Infinity.-[/Henry] De no haber sido por él seguiríamos atrapados en esa prisión subterránea siendo objeto de experimentos.

    -[Noah] Es impresionante. –[/Noah] Con algo más de emoción y sin miedo a romperlo le echo un vistazo más detalladamente. [Noah]- Esto es territorio de ciencia ficción y te las has arreglado para ponerlo en marcha.[/Noah]

    – [Henry]Entrando en temas de ciencia ficción. ¿Para qué crees que son estas habitaciones?.-[/Henry] Le enseñe las dos habitaciones que estaban antes de llegar a los cuartos. Si pasabas con prisas de un lado a otro apenas eran perceptibles, todo era demasiado futurista y dos habitaciones con impresoras no llamaban especialmente la atención. Noah se disponía a decir su teoría pero Julia se quedo parada en la puerta observándonos.

    – [Julia] Si que tenéis fijación con los armarios. –[/Julia] Debía de venir de las duchas porque llevaba una bata, una toalla liada en el pelo y unas zapatillas de estar por casa. Lo cual era gracioso porque después de todo estábamos en su casa.

    – [Henry]¿Armarios? ¿Entonces esas impresoras?.-[/Henry] Pregunte esperando la respuesta obvia por parte de Julia.

    -[Julia] Pues para la ropa. Se imprime, como tú dices.[/Julia] – Se acerco hasta la impresora y tras encenderla nos enseño varios modelos de ropa y uno en concreto que parecía un uniforme futurista que llamo la atención de Noah.

    – [Noah]Podríamos usar eso como traje de grupo.[/Noah] – Se notaba la emoción de Noah en sus palabras y en el brillo de sus ojos. Julia por el contrario no parecía tan emocionada y negó con la cabeza marchándose. – [Noah]Y si alguien supiera podríamos hacer ropa de época.[/Noah]

    – [Henry]No sé donde le he dado pero he cambiado el color del traje.-[/Henry] Lo típico de las impresoras que te pones a trastearlas y acabas con un traje futurista de colores.

    – [Noah]Podríamos llevar trajes cambiando parte del color.-[/Noah] El audífono le había hecho ilusión por lo que significaría para Lexie, pero esto lo estaba disfrutando para él. –[Noah] Parece muy resistente.[/Noah]

    – [Henry]¿Quieres ser el primero en probarlos?.-[/Henry] Asintió emocionado, así que busco un color hasta dar con un verde parecido al de su forma Rakkthathor. Si no le hubiese dicho que probablemente tardaría toda la noche en hacerse se habría quedado en la puerta esperando que estuviera listo.

  • REUNIDOS EN EL HOGAR

    IDRIS SOLO-NOVAK

    LA KVASIR, LUNA VILTIS – MAÑANA, CREO

    La preciosa Kvasir ya estaba empezando a rebosar de gente, murmullos y vida. Casi todos los que habíamos llegado al mundo de los Daesdi estábamos ya allí, salvo casualmente, el grupo de Coquito, por suerte sabíamos que estaban bien pero el portal los traería aquí cuando le viniera en gana.

    Aquello era lo más parecido a un campamento de verano que había tenido nunca. Me recordaba a los pisos de protección que había puesto en marcha para los Drow, aunque en esos no me solía quedar a dormir, sabía que mamá siempre estaría vigilante.

    Soy una persona bastante positiva, me tomaba la misión como una aventura y este nuevo hogar como unas vacaciones con mi otra mitad, mis mejores amigos y amigas y un montón de gente desconocida. Aun así, echaba de menos saber que si pasaba cualquier cosa, contaba con mis padres a un paso para ayudarme.

    Puede, y digo puede, que haya estado ligeramente consentido la mayor parte, o toda, mi vida. No es que mis padres lo hicieran por ser adoptado y todos esos clichés, con Mike habría sido igual, pero él no aprovechaba la situación como yo. Se parecía demasiado a mamá.

    No penséis con eso que yo no soy una persona responsable. Allí estaba, en el exterior, de ayudante/capataz de Henry mientras seguía con las reparaciones de la Nave, que no sé cómo demonios había conseguido poner en marcha.

    – [Idris]Dime que lo has solucionado, porque estoy deseando bañarme en pelotas en la piscina.[/Idris] – puede sonar irresponsable, pero con una nave llena de gente que OLÍA, sí, en mayúsculas, el agua es una responsabilidad primordial para la supervivencia.

    – [Henry]Funciona, el problema es la falta de agua.-[/Henry] estaba revisando en ese momento lo que parecía el sistema principal de fontanería, situado cerca de la entrada de carga de la nave, que no habíamos podido dejar en funcionamiento porque estaba hundida en la tierra y el mecanismo se bloqueaba al no haber espacio suficiente.

    Por lo demás, con mi inestimable ayuda claro, Henry se había encargado de que la energía de la nave, contenida en una sala de ingeniería que en el mapa bauticé como «zona solo de Henry’s», volviese a irradiar al resto del aparato. Aquello parecía ciencia ficción de la buena, ya os lo digo, lucecitas y un orbe de energía pura allí flotando en mitad de un recinto protector que parecía de cristal pero era mucho más resistente. Fuera lo que fuera eso, estaba a años luz de nuestra tecnología y había conseguido aguantar el tiempo que llevase allí estrellada.

    Miré a nuestro alrededor, a aquél valle que parecía sacado de mis recuerdos de las vacaciones en Turee. Era un valle enorme, donde no tendríamos problema en identificar si cualquiera se acercaba por cualquier posición. Hacia el suroeste de la nave había un enorme lago que tendría agua suficiente para eso. Además, por lo que decía Henry, la Kvasir tenía filtros para purificarla, incluso la que se había utilizado, así que no gastaríamos más que la que bebiésemos. No creo que fuese tan fácil beberse un lago, ni siquiera siendo los Brady al cuadrado. Ah, y también tenía algo muy chulo, desintegraba la caca, ¡la caca!. Toma tecnología.

    – [Idris]Hay un lago ahí. ¿No hay una manguera o algo así? Mucho futuro y mucha tecnología pero luego hay que bañarse a lo salvaje.[/Idris] – bromeé. La Kvasir estaba preparada para viajes en el espacio, lo sé porque Henry había estado hablando emocionado de todo lo que había ido descubriendo y yo era el único que parecía escucharle. Era lógico que no tuviera nada para absorber el agua porque ya partía con ella y como sus sistemas se aseguraban de que durase una barbaridad, no era una preocupación. Pero se ve que no contaban con estrellarse y que un grupo de intrépidos y guapos aventureros y aventureras se quedaran con su nave.

    – [Henry]Las mangueras parece que han quedado obsoletas en el futuro.-[/Henry] se incorporó y se secó el sudor de la frente. El pobre hombre llevaba días matado a repararlo todo y gracias a él teníamos luz y con suerte, agua. Como mínimo habría que robarle una tarta en la ciudad mercado o algo. – [Henry]Estaba pensando que quizas podrías usar tu poder. Solo tendríamos que esperar a que se derritiera el hielo.[/Henry] – señaló hacia las partes más íntimas de la Kvasir, donde había un enorme almacén de agua. Nunca había usado mis poderes tan a lo bestia, pero de una mala, podíamos ir poco a poco.

    – [Idris]Y yo que pensaba que iba a ser más cómodo…[/Idris] – sonreí, dándole una palmada en la espalda. Henry me caía muy bien, era un gran tipo, entregado, buena persona. Quizá demasiado silente pero para eso ya estaba yo. – [Idris]Podemos fundirlo con algo. Owen es un cabeza caliente, y las amigas prehistóricas hacen magia.[/Idris] – me sorprendió a medida que fueron llegando los demás todo lo que no sabíamos de aquellos mundos.

    Algunos de ellos los muy cabritos habían aprendido a comunicarse a través de aquellas esferas que nos habían dado como cambiazo. Y resulta que los mundos eran como una fantasía húmeda de aquella serie vieja del Oeste, Westworld o algo así, cada uno estaba anclado en una época determinada de la humanidad. A Noah le había tocado en la prehistoria con Kaylee, Sophie y Lexie, habían llegado agotados de tanto fornicar como cavernícolas, junto con mi hermano y Niall, porque si, también se podía viajar entre mundos. Pero no, a mí tenía que tocarme el puto apocalipsis. ¿Por qué nunca me dejan tener cosas bonitas? No sé, Coquito y yo en la prehistoria en taparrabos en una playa sin gente por ninguna parte.

    – [Owen]Me pitan los oidos.-[/Owen] dijo una voz conocida, atenuada por la distancia.  El sol me cegaba un poco, pero  la forma de caminar era inconfundible. Owen venía hacia nosotros vestido como un ¿nativo americano? Eso o había acabado en el mundo de los YMCA, pero por desgracia, era lo primero, Vera y el silente nuevo amigo, Lekwaa, iban vestidos igual. Cosas del Oeste. – [Owen]¿Se requieren mis servicios?[/Owen] – preguntó. Chocamos las manos y Owen me siguió en un saludo inventado que nos hacía quedar bastante cool.

    – [Idris]¿Eres un ángel? Porque nos vienes que ni caído del cielo.[/Idris] – le di un abrazo de bienvenida y por encima de su hombro vi al resto de sus compañeros de viaje. Había más pero sinceramente, vi a Ellie y lo siguiente que sé es que estaba corriendo hacia ella y saltando para abrazarla. No la tiré al suelo porque era mucho más fuerte que yo.

    – [Owen]Nunca me habia sentido tan rechazado.-[/Owen] escuché decir a Owen. Nate y Bowie saludaron y se acercaron a Henry. Xander y Jane se detuvieron un poco más allá, sin matarse ni nada. Roma hacía milagros. Eso o con las togas se habían puesto mimosones. Pese a todo, tenían un aspecto un poco sombrío, pero eso debía ser por la hermana de la Daë, así que evité a propósito preguntarles. – [Owen]¿Necesitas ayuda con algo más mientras esperamos que vuelva este?[/Owen] – mis oídos de elfo me permitían estar al día de todo.

    – [Henry]Creo que ya esta todo, gracias. Ahora me voy a tomar un breve descanso.[/Henry] – breve, pobre hombre. Menos mal que ahora nos tocaba al cabeza caliente y a mí trabajar un poco.

    Solté a Ellie a regañadientes y abrí mucho los brazos. – [Idris]Bienvenides a nuestro nuevo hogar en las estrellas, ¡La Kvasir![/Idris]- la inclusión era importante. Vi a Coquito sonreír y se me quitó la losa que llevaba en la espalda.-[Idris]¿Muy dramático?[/Idris] – pregunté, alzando una ceja.

    – [Xander]¿Estáis todos bien?[/Xander]- preguntó Xander, preocupado. Si fuera un rey o un héroe de un rol ese sería su nombre Xander el Preocupado.

    – [Idris]Ahora que habéis llegado si, ya estamos todos.[/Idris]- respondí mientras nos acercábamos a los demás, que observaban atónitos la Kvasir. Sí, era preciosa, menos que Coquito, pero la segunda en mi corazón, bueno, la tercera, la segunda es mami.

    – [Owen]¿Todos, TODOS?-[/Owen] Owen parecía sorprendido. Ahí venían las explicaciones. Me daba pereza que me hubiese tocado a mí en lugar de a Noah por ejemplo, que podría habernos puesto al día a todos de todo en un santiamén. Al menos estaba garabateando en la biblioteca sus «líneas de comunicación esférica» para ver con quiénes podíamos hablar. Había estado haciendo pruebas con los que habían ido llegando y con los Moondies en la Tierra y decía que estaba a punto de tener una teoría.

    – [Idris]Si, no os lo toméis a pecho. [/Idris]- les animé. – [Idris]En teoría terminasteis los segundos…[/Idris] – lo siento pero los MVP del grupo éramos nosotros, que habíamos acabado primero y habíamos llegado primero. – [Idris]…pero según el tercer grado que hicieron al elfo, esto es… como la sala del tiempo hiperbólico de dragon ball. No hay tiempo, y fuera si, así que apareceis cuando le sale del coño a la trama[/Idris] – resumí. Sí a ver, Eldric lo había dicho con palabras más elocuentes seguro, y Noah que fue el torturador…digo el que le preguntó, también. El caso es que el ‘big bad’ de la zona, el Pensaer o el Arquitecto o algo así, que era el que había mandado a la mierda el mundo de sagitario, controlaba el resto de mundos sacando beneficios de todos ellos. Con su magia había destrozado las leyes de la física para gobernarlo todo, así que en esta luna y ya no había tiempo. O sea, para nosotros pasaba, pero una vez cruzabas el portal hacia otro mundo, podían haber pasado años. Por eso la ciudad era un enorme mercado de intercambio lleno de gente de todo tipo de épocas, razas, tonos de piel, sexos o carencia de ellos, que habían ido encontrando portales en sus mundos. Era una especie de luna puente, pero que además era neutral. Sin quererlo el malo había hecho un mundo sobre el que no tenía poder.

    – [Bowie]Lo que Idris quiere decir es que somos los perdedores y perdedoras.[/Bowie]- anunció Bowie sin perder la sonrisa.

    – [Idris]No, eso es lo que NO quería decir.[/Idris]- me eché a reír, lo decía tan convencida y tan inocentemente que me fue imposible aguantar.

    – [Bowie]Pues no te explicas bien.[/Bowie] – replicó. Para acabar de despertar venía con el té hirviendo.

    – [Idris]Eh, yo no tengo un tomo de física en la cabeza, menos de ciencia ficción. Para mí el tiempo era eso que pasa entre comidas o estar con Coquito[/Idris] – y el resto siempre sonaba bien, así que me limitaba a aceptar las teorías de los demás y las historias ancestrales de Eldric.

    Amy salió de la linde de uno de los bosques cercanos, que caí en la cuenta que no tenía nombre oficial, así que podía ponerme a nombrar todas las cosas que había por allí. El lago Idris, el valle de Coquito, la cordillera Solo-Novak y el bosque Fornicio.

    Cuando Amy llegó a nosotros, fue directa a abrazar a Elle, que sonreía. La pobre estaba encantada desde que volvían a llevarse bien, la había echado mucho de menos. La verdad es que para ser los hijos e hijas de los mejores amigos de la historia, dábamos un poco de pena, pero aún había tiempo.- [Amy]Burbuja.[/Amy]- sentí un cosquilleo y casi suelto una lágrima. Soy un hombre sensible y a mi estas cosas y estos reencuentros no me los podéis poner en primera persona. – [Amy]Habéis llegado los últimos…[/Amy] – sentenció. Bowie me fulminó con la mirada alzando perfectamente una ceja.

    – [Owen]¿Para mi no hay abrazo? -[/Owen] Owen estiró los brazos y Amy se quedó quieta, tensa como una tabla. Pasaron unos segundos incómodos, Amy no se movía y Owen no estaba seguro de cuando cerrar los brazos, así que fui yo a abrazarle.

    – [Idris]No te acostumbres que estás muy cariñoso y llevamos todos solos mucho tiempo.[/Idris] – bromeé. – [Idris]Hay habitaciones dentro para cada dos, pero las mejores ya no os van a tocar.[/Idris] – aclaré. No es que los primeros que llegamos nos hubieramos quedado las mejores, solo las segundas o terceras mejores. Luego habían llegado Kaylee y Lexie y sí que se habían quedado las mejores. Noah parecía muy deprimido por el hecho de que compartiese habitación con Niall en vez de con él, pero ya no estaban peleados. Una ventaja, otra pelea que tachar de la lista, ya solo quedaban catorce o quince.

    – [Bowie]Por llegar los últimos.[/Bowie]- recordó Bowie.

    – [Idris]Pir lliguir lis iltimis.[/Idris] – me reí. Ella me sacó la lengua, aprendía rápido la jodía.

    – [Xander]Ha dicho que fuimos los segundos… Pero llegamos aquí los últimos.-[/Xander] replicó Xander, que no quería perder su puesto. Los últimos oficialmente eran la manda de lobos, que por fin habían empezado a hablarse después de que la Daë les trolease.

    – [Jane]Id pensando con quién queréis dormir.[/Jane]- dijo Jane, siempre dispuesta a organizar las cosas. Vamos, que algo le gustaba mandar a la muchacha.

    Me froté las manos y miré a Coquito. Xander no respondía, el tío seguro que quería dormir encima de Jane, pero sin literas…no sé si lo pilláis. Vamos que tendría ganas de ir al bosque Fornicio con ella.

    – [Owen]Ya bueno, y yo ayude a reclutar dos Daë, ¿donde esta mi suite?[/Owen] – se quejó Owen.

    – [Jane]Elle y yo vamos juntas, ¿no? [/Jane]- Jane se me adelantó y la temperatura bajó un par de grados.

    – [Elle]Síiiiii.[/Elle]- respondió Elle contenta, dando un saltito. Mierda, a saber con quién me tocaba ahora.

    – [Owen]Siempre podemos sortear los compañeros. ¿Tenéis un sombrero y papel y boli?-[/Owen] – no se podía decir que Owen no lo intentaba, pero en aquella nave, mandaban las mujeres.

    – [Amy]Mejor no jugar con la suerte.[/Amy]- sentenció Amy, que seguía rehuyendo a Owen como si tuviera la peste. Hombre olía, pero para tanto no. Pero vamos que un poco de agua tampoco le venía mal.- [Amy]Que pueden salir cosas raras.[/Amy] – añadió, colocándose un mechón de pelo suelto.

    – [Idris]Déjalo, no tiene pinta de que te vaya a tocar Amy y a mi Coquito, así que…[/Idris] – repliqué poniéndole una mano en el hombro.

    – [Amy]¿Y por qué iba Owen a querer dormir conmigo?[/Amy] – replicó ella, nerviosa.

    – [Idris]Le gustan pelirro..peligrosas.[/Idris] – le sonreí, esperando no molestarla, pero volvió a quedarse tiesa como un palo. Tenía que ir a hablar con ella luego para asegurarme de que no estaba enfadada y para disculparme si le había molestado. Le pasaba algo grave con Owen y había algo que se escapaba.

    Cambié de tema para evitar que estuviese incómoda y saqué los «planos» de la Kvasir que había hecho con unos folios que había en la biblioteca. Al parecer el papel no se había quedado obsoleto en el futuro. Ezra me había ayudado dibujando la estructura de la nave y Noah la distribución de las salas, así que habíamos hecho entre todos un plano para no perdernos y poner la distribución de habitaciones cuando todos llegaran. Por suerte había una máquina de impresión que también fotocopiaba.

    – [Idris]Como no hay relojes, quien quiera encontrarme en la «sala de baño» podrá hacerlo desde que sale el sol hasta que se va, y después de eso también.[/Idris] – bromeé, señalando la sala de la planta superior en la que había una puñetera piscina frente a un ventanal enorme. Me imaginé la maravilla que tendría que ser bañarse viendo el espacio, pero hacerlo viendo aquél valle tampoco estaba mal. En esa sala estaban también un montón de duchas individuales, unas diez o así, y un par de duchas especiales para relajación. Como no había agua aún no las habíamos probado, pero me imaginé que serían como las duchas escocesas o algo así.

    Mi mirada pasó por el «váter general». Había aseos en la planta principal pero eran un par y unitarios. Aquella sala de la planta superior era un baño mixto con unos doce cubículos independientes para hacer cada uno sus cositas. Otro detalle importante, cada cubículo estaba insonorizado, así que podía abrirse el «bastión de tormentas» sin miedo a que nadie te escuchase. Al principio daba un poco de agobio pero cuando Henry arregló el filtro de aire, se estaba de maravilla.

    – [Jane]Que no haya tiempo aquí, no implica que podamos estar eternamente.[/Jane]- intervino Jane.- [Jane] Nosotros sí envejecemos.[/Jane]

    – [Idris]Año sabático literal. Salvando el mundo, pero con relax.[/Idris] – bromeé. Ya íbamos a tener que dar muchas explicaciones y no sabíamos cuando demonios volveríamos a casa, así que si ya estaba hecho, ¿qué mal hacía disfrutarlo un poco? No íbamos a salvar mejor los mundos y la historia al completo estando estresados, sucios y desnutridos.

    – [Jane]No lo veo.[/Jane]- añadió la señorita respondona. Si no me cayera tan bien…no me caería tan bien. Pero la condenada era un cacho de pan y sabía por Elle todos los pormenores de lo mal que lo había pasado en su vida, así que mi responsabilidad como hermano mayor de todos ellos era asegurarme de que sus penurias fuesen un poco menos.

    – [Xander]¿A cuántos mundos hemos ido?[/Xander] – preguntó Xander, listo para ponerse de nuevo en marcha con el trabajo. Seguro que en el colegio tenía siempre los deberes hechos. Con lo emocionante que era hacerlos en cinco minutos.

    – [Idris]Sois dos aguafiestas, os voy a poner juntos en un cuarto.[/Idris] – moví un dedo como si les reprendiera y cuando vi sus caras sonrojadas al imaginarse en un cuarto juntos me eché a reír. Esos pobres necesitaban liberar la tensión de años peleados. Menos mal que los cuartos también estaban insonorizados. Resignado, me limité a hacer memoria para contestar a Xander. – [Idris]Puesss…futuro creepy, vaqueros, romanos, prehistoria con demonios y esclavistas, edad media y edad media escocesa…seis.[/Idris] – y eran catorce o algo así, porque había un Daë en cada uno, que ya habían podido estar juntitos, y estos eran catorce. Así que quedaban ocho, no estaba mal, en un par de viajecitos todo listo.

    – [Henry]Aunque quieras no podemos quedarnos mucho tiempo.-[/Henry] el descanso de Henry había sido breve y se había unido al grupo de los aguafiestas.

    – [Idris]Menos mal que está lexie.[/Idris]- repliqué, viendo como se acercaba mi tanuki favorita con su mochila cargada tras un paseo a la ciudad. No se había llevado nada cuando se marchó, así que todo aquello debía haberlo conseguido con su «habilidad innata» de tanuki. Vamos, que se había dedicado a mangar.

    – [Henry]Os dije que no era necesario robar. Hacen trueques.-[/Henry] replicó Henry, que había conseguido piezas cambiando algunas cosas que había rescatado por la zona.

    – [Lexie]Necesario no, pero divertido sí.[/Lexie] – sonrió. Saludó a todos y sacó de su mochila un par de botellas que tenían toda la pinta de ser alcohol.

    Sonreí. Empezaba la fiesta.

    P.D: Voy a pegar aquí uno de los planos.

  • UN HOGAR

    IDRIS SOLO-NOVAK

    LUNA VILTIS

    Puede que os sorprenda, pero creo que esta entrada va a ser bastante introspectiva. Quizá os parezca raro, porque soy una persona con muy buen don de gentes y una labia espectacular, pero tiene sentido si os paráis a pensar que no estaba en el grupo más sociable de la historia y si a eso sumábamos que Laura estaba aprovechando la caminata para hablar con Henry, mis posibilidades de hablar con alguien se reducían a Zahra, que hablaba menos que….mierda no consigo una referencia graciosa, me estoy empezando a oxidar, por favor, que mandadme con alguien que hable, tengo miedo de perder mi muchedad.

    Bueno, el caso es que cuando Eldric se puso en plan elfo de película, con su armadura brillante, su arco mágico alimentado por su voluntad que luego se iba a quedar Cara y su mochililla con mudas de ropa limpia que quedaba menos impresionante, seguimos a Zahra hasta nuestro «centro de mando».

    Pensé que Zahra se había querido hacer le interesante – después de ver que era de género no binario preferí tratarle en neutro antes de meter la pata, porque tampoco es que fuera tan accesible como para preguntarle cómo se definía – con todo aquello de que teníamos que ir a una de las lunas, pero no, resulta que era literal.

    En ese «cúmulo» de planetas, como lo habían llamado los Daesdi, había mínimo dos lunas y cuando llegamos a un arco de piedras con una pinta extraña, Zahra pasó la mano por una serie de glifos brillantes y apareció una especie de portal al que saqué fotos con el móvil por si luego nadie me creía.

    Al ver aquella superficie que parecía plata fundida, supe que podían pasar varias cosas: que nos llevaba a un mundo desértico gobernado por unos extraterrestres que se creían dioses; que llegábamos a tiempo de salvar a Barb; que nos llevaba a un matrimonio inesperado con un highlander macizorro; o nos llevaba a la luna. Una pena que no fuera la tercera, pero de todas formas no me habría conformado con el highlander sin tener a Coquito conmigo y además, mi futuro suegro era una especie de highlander con su melena pelirroja y todo, así que empezó a darme escalofríos la idea.

    Repetiré una cosa que no me cansaré de decir, atravesar un portal es una absoluta mierda. Es como subirse al barco vikingo después de hincharse a burritos de la feria y pegar saltos cuando está llegando al punto más alto. Así el pan «senzu» que había comido esa mañana se quedó a las puertas del arco, con un aspecto bastante más desagradable que cuando me lo comí.

    Me recuperé un poco al quedarme impresionado con lo que vi. Con lo de «luna» me esperaba la clásica luna en la que podría dar saltos dobles como en el Mario Odyssey, pero no. Aquello no era una carcasa muerta, estaba completamente terraformada y desde el arco salía un camino que conducía a una enorme ciudad. Todo lo demás era territorio natural, surcado por vehículos de cualquier tiempo imaginable.

    A lo lejos vi otro camino parecido, que conectaba la ciudad con otro punto que parecía un tótem de alguna tribu indígena y otro al lado contrario que conectaba con un obelisco egipcio. Había más caminos a lo lejos rodeando en círculo a la enorme ciudad, así que teniendo en cuenta que la distancia entre caminos se repetía, me imaginé que habría al menos un portal con cada uno de los mundos, si no había más. Era imposible saberlo, porque apenas conseguía ver los que tenía al lado y la silueta difuminada del que estaba al lado del tótem, porque al lado del obelisco, una montaña cortaba el paisaje.

    Me agaché y toqué el suelo, la tierra y la hierba se sentían reales y corría una brisa agradable. Pese a que la ciudad era enorme, me impresionó que mirando al lado contrario, la naturaleza ocupaba todo lo que alcanzaba la vista. Me pregunté si habría mar, siempre había sido una persona de playa, especialmente desde que iba a ella con Coquito en bikini. Eh, y que conste que no la objetivizo, su mente también me pone rumboso y su forma de bromear me activa el joystick.

    – [Idris]Supongo que a la ciudad, ¿no?[/Idris] – pregunté a Zahra que era quien sabía dónde ir, porque Eldric había decidido que era un spoiler que lo supiéramos.

    – [Zahra]Supones mal. [/Zahra]- replicó ella, dándose la vuelta en dirección a una ladera. Genial, otra vez a hacer senderismo. Al menos esperaba que esta vez no hubiese engendros hululantes comegente.

    – [Idris]Nunca me dejan tener cosas bonitas.[/Idris] – me quejé. – [Idris]Entonces qué, ¿de acampada?[/Idris] – pregunté colocándome a su altura mientras los tortolitos miraban bien por dónde pisaban.

    – [Zahra]Te voy a abandonar en cuanto pueda. [/Zahra]

    – [Idris]Que negligente.[/Idris]

    Negué con la cabeza y ella pasó de responder, así que la seguimos una vez más a través del monte, aunque esta vez no parecía un camino tan difícil pero sí inclinado.

    Después de una eternidad en la que decidí que ya había tenido bosque y montaña para media vida y me dediqué a pensar en qué deseos pediría a un genio en ese momento – mil deseos más – llegamos a un punto en el que el camino empezaba a descender.

    Atravesamos una serie de árboles y por fin vimos un valle ante nosotros. Allí, en mitad de él, bañada por la cobriza luz del atardecer, había una nave espacial estrellada.

    Parecía que había chocado hacía por lo menos un siglo. La pintura se veía levantada y desconchada en algunos puntos y en otros, estaba cubierta por musgo y vegetación.

    – [Idris]¿Tenemos nuestra propia nave espacial? Tenemos nuestra propia nave espacial.[/Idris] – respondí alucinando. Ya teníamos un refugio digno de superhéroes. Vi que Henry iba a decir algo probablemente realista y lógico pero increíblemente desilusionador, como que seguramente no podríamos hacerla volar. Pero daba lo mismo, seguía siendo una nave espacial.  – [Idris]No digas nada, no estropees el momento.[/Idris] – Henry sonrió tímidamente y seguimos bajando. Zahra no parecía entusiasmade con la idea, supuse que porque esa tecnología le representaba más las fuerzas del Arquitecto que un foco de esperanza.

    Para mí no, después de que nos teletransportasen al puñetero cu(mu)lo del mundo, no estaba mal cumplir una vida de sueños infantiles (vale y adultos) de ciencia ficción. Vale, no era mi Guenwyvar, la nave que llevaba años haciendo en Endless Galaxy, pero esta había costado menos dinero de mis padres y la otra probablemente no la volviese a ver por miedo a que los de Infinity me sorbieran los sesos mientras me conectaba – sí, soy positivo y creo que volveremos a casa -.

    El descenso del valle fue mucho más rápido. Cuanto más miraba la nave, más increíble me parecía. Tenía un diseño alargado hasta llegar a la cola, donde se ensanchaba en una especie de alas, su superficie había sido lisa aunque ahora tenía partes abombadas por los desconchones de la pintura granate, en su día formando un patrón.

    Eso significaba que había sido una nave de pasajeros, porque las armas no se veían por ninguna parte salvo que estuvieran muy bien escondidas en el fuselaje. El metal plateado aún parecía firme pese al paso del tiempo, en su día había debido ser una maravilla surcando los cielos con sus colores plata y granate.

    Cuanto más nos acercábamos, más grande me parecía. No podía esperar a verla por dentro, pero ya desde fuera parecía suficientemente amplia para poder quedarnos todos. Aunque cruzaba los dedos para que no hubiera habitaciones suficientes y tuviera que compartirla con Coquito.

    Me quedé atónito unos minutos observando el morro de aquella bestia e imaginándome en la cabina, surcando las estrellas en ella. Salí de mi trance y vi que los demás estaban recorriendo el fuselaje. Les seguí, Henry buscaba algo atentamente y entonces caí, debía estar buscando la entrada.

    Continuamos caminando y llegamos a la parte trasera de la nave, donde dos inmensos pares de motores traseros destacaban enormemente. Cuando conseguí apartar la vista de aquella maravilla, vi que Henry se acercaba a un panel y empezaba a trastear.

    Hay una cosa que se echa de menos en la vida real respecto a la ficción. En cualquier serie, Henry habría abierto la nave en ese mismo instante juntando dos cables de aquella tecnología desconocida. Pero aquí no. Acampamos, Henry inspeccionaba el control, comimos pan seco de los elfos, Henry se buscaba la vida para dar energía suficiente al panel y a la nave para abrirse, dibujé un plano de la nave, Henry jugueteaba con los controles y un aparato que había llevado consigo, di vueltas a cómo bautizar la nave y no conseguía más que pensar en Coquito. Así hasta que cayó la noche y estábamos a punto de obligar a Henry a dejarlo para el día siguiente cuando volviese a haber luz. En ese mismo momento, la rampa trasera se accionó y…empecé a estornudar porque allí dentro olía a cerrado que metía miedo.

    Entré delante, había visto Alien las veces suficientes como para estar preparado, en el espacio hay cosas muy jodidas y yo tenía la ventaja de ver mejor en la oscuridad. Bueno, en ese momento no era una ventaja, porque maldita gana tenía de ir delante a ser el primero en morir, que todos sabemos las reglas de las películas de miedo y son bastante racistas.

    Después de un mal rato extremadamente largo en el que estuve a punto de saltar con cada ruido que escuchaba allí dentro, el miedo paso. Os contaré mi truco, no soy valiente, pero imaginándome a Coquito a mi lado en una playa con un bikini de esos que le gustan, conseguí ir tirando.

    Voy a resumir. Encontramos dieciséis habitaciones, así que estupendo porque no había una por cabeza, lo que significaba, apretujarse, pero con la suerte que tenía, me tocaría con mi hermano. Había varias salas comunes, una zona de ingeniería en la que casi me explota la cabeza de la impresión, cocina, una especie de gimnasio, baños y la zona de pilotaje. Esa última podría haber sido otra habitación, concretamente la mía, pero Henry decía que podía pulsar cualquier cosa durmiendo y propulsar la nave con todos dentro o a saber qué, así que morí un poco por dentro pero seguí ilusionado.

    Como éramos los pioneros en llegar a nuestra nueva base de operaciones – si no contamos ya oficialmente como superhéroes, me retiro – elegimos habitaciones. Henry y Laura decidieron compartir la suya, así que les «ayudé» a elegir «la mejor» que basicamente era una de las que tenía solo una cama, pero para cuando se dieron cuenta, ya era tarde. Yo cogí una, esperando que mi compañera fuese Coquito. Zahra por su parte esperó a que eligiéramos todos y cogió la más lejana, más cerca a la cabina.

    Me tumbé en mi nueva cama y miré hacia el techo. Aquella habitación estaba hecha para que pareciese que no estabas en una nave, aunque en ese momento no funcionase todo lo que tenía que funcionar, pero confiaba en que Henry nos arreglase unas cuantas comodidades.

    Estaba preocupado por todos los demás, pero confiaba en que estarían a salvo y vendrían con nosotros pronto, de hecho me sorprendía bastante haber sido los primeros en terminar, casualidades de la vida. Seguíamos estando en algún punto desconocido del universo, que podía estar en la vía láctea o en cualquier otra galaxia, pero allí, en aquella nave, volví a sentirme seguro y cuando estuvieran todos, en casa.

    Así que decidí llamarla Kvasir, porque al igual que Sarah, nos uniría y nos protegería a todos.

     

     

  • HOSPITALIDAD ELFICA

    HENRY CROWE

    ESFERA NEXUS

    Nunca había caminado tanto en mi vida, aunque mejor andar a que esas extrañas criaturas que nos atacaron cuando llegamos a este mundo nos devoren. Además mi poder parecía no funcionar correctamente, había intentado llevar a Laura a casa sin resultado, era como si la conexión entre sí de estos mundos me impidiera emplear mi habilidad.

    Por suerte nos encontramos con Zahra y gracias a ella habíamos conseguido eludir a esas criaturas durante todo este tiempo y nos había llevado sin saberlo ella o nosotros hasta la persona que buscábamos.

    Llegamos hasta una pequeña comunidad de elfos, supongo que a cualquier otra persona le hubiese sorprendido, pero cuando te crías con sobrenaturales aprendes a ver que esas personas que podrían resultar extrañas para el resto del mundo no lo son para nosotros.

    Entramos en la casa más grande de todas en la que debía de encontrarse ese líder del que hablaba Zahra. La sala del trono era amplia o tal vez la escasez de decoración le daba esa sensación de amplitud. La sala estaba protegida por numerosos guardias a ambos lados, enfrente de nosotros a escasos pasos sentado en su trono un elfo nos miraba impasibles, como si mirara a través de nosotros.

    – [Eldric]¿Zahra? ¿Qué te trae de vuelta?[/Eldric] – Pregunto con cordialidad y serenidad. Zahra parecía no querer entablar contacto visual con él y permanecía oculta entre nosotros. Me fije en la armadura que descansaba en una esquina de la habitación impoluta, como si nunca le hubiesen dado uso. Y un arco de madera del cual llamaba la atención su ausencia de cuerda.

    – [Henry]Nos ha ayudado a llegar hasta aquí. Le estábamos buscando…-[/Henry] Sabia quien era por el libro de Xander sobre los Daë, pero no sabía cómo debía dirigirme a él. Su majestad, alteza, simplemente por su nombre de pila…

    – [Eldric]Perdonad mis modales. Eldric Northwood. ¿En qué os puedo ayudar?[/Eldric] – La cordialidad parecía ser un rasgo caracteristico de los elfos, siempre dispuestos a ayudar sin conocer en absoluto a una persona.

    – [Idris]¿Alguna idea de cómo explicarlo?[/Idris] – Negué con la cabeza, Laura se encogió de hombros y Zahra nos miro incrédula. La verdad es que en la caminata podríamos haber pensando en un modo de abordar la situación.

    – [Idris]Venga, va.[/Idris] – Añadió Idris dando un paso al frente. – [Idris]Unos seres nos han elegido, trayéndonos desde otro mundo, para ayudarte en tu camino para vencer al mal de este grupo de planetas.[/Idris] – Se encogió de hombros probablemente pensando que se estaba dejando la mitad y estaba siendo un poco bruto a la hora de explicarlo. – [Idris]Nosotros y los demás tenemos que guiar a los Daë de este «Cúmulo». Tú serías uno de ellos.[/Idris]

    – [Eldric]Pensé que mi misión para con los Daesdi había fallado hace mucho tiempo.[/Eldric] – Con un movimientos de manos frente a nosotros comenzaron a formarse varios mundos, uno de ellos brillo con intensidad sobre el resto y con una velocidad pasmosa ese mundo dio lugar a una ciudad. – [Eldric]Este mundo antes se llamaba Vildosani. Hasta que el Arquitecto vino y con su magia alzó la ciudad de la Flecha.[/Eldric] – La ciudad se levanto por los aires creando una nube de polvo naranja que aun perduraba en el cielo. A veces la magia se parecía mucho a la tecnología, era como estar viendo una proyección holográfica. Una sombra sin rostro se alzo sobre la imagen de aquella ciudad. Debía de tratarse de aquel al que había llamado Arquitecto.

    – [Henry]En realidad vuestra ayuda es requerida para otra persona, alguien más peligroso que el Arquitecto.-[/Henry] Tampoco es una persona exactamente aquello a lo que deben enfrentarse, pude ver brevemente su apariencia e información en el libro de los Daë y su mero recuerdo aun me provoca escalofríos.

    – [Eldric]Mi visión me ha mostrado una oscuridad que devora los catorce mundos.[/Eldric] – Si había visto aquello a lo que debía enfrentarse y era consciente de su tremendo poder no tardariamos en convencerlo. – [Eldric]Un ser más peligroso que el Arquitecto…[/Eldric]

    – [Laura]No me entero de nada.-[/Laura] Susurro tirando de mi. Quizás estaba un poco feo hablar en voz baja frente a un rey, pero le explique lo que ocurría, como Elric y los demás Daë se enfrentaran a un gran mal muriendo todos pero salvando los mundos y sus habitantes. Ella me guiño un ojo y note como las mejillas se me encendían, así que me gire con rapidez.

    – [Idris]Es una suerte que te hayamos encontrado.-[/Idris] Se refería a Elric, pero sin Zahra posiblemente aun estaríamos dando vueltas por el bosque o peor, como alimento de esas criaturas.

    – [Eldric]Yo no lo llamaría suerte, hermano de la noche.[/Eldric] – hasta que no dijo esto no fui consciente de que estaba ante dos razas distintas de elfos uno enfrente del otro, esto desde luego sí que no se veía todos los días. – [Eldric]Me rendí mucho antes de que tus abuelos nacieran. Si no pude con el Arquitecto, no podré hacer nada por ese gran mal.[/Eldric]

    – [Henry]No estarás solo en esta lucha, nosotros te ayudaremos.-[/Henry] No era la mejor elección de palabras, poco podía hacer yo sin mi poder. – [Henry]Bueno, no nosotros exactamente. Podemos guiaros y otros Daë se unirán a ti.[/Henry]

    – [Eldric]Os queda un gran sacrificio por delante.[/Eldric] – Dijo observándonos mientras meditaba que hacer. – [Eldric]Quizá inspiréis fuerza a estos viejos huesos. Debo meditarlo.[/Eldric]

    – [Idris]Ya sé que para ti esto será poco tiempo por aquello de la longevidad, pero tenemos un poco de prisa.[/Idris] – No lo había pensando, meditar para un elfo podrían significar años, y no teníamos tanto tiempo.

    – [Eldric]Descansad esta noche. Los demás os dejarán lechos para dormir.[/Eldric] – mi cuerpo agradeció una cama en la que descansar y no pasar otra noche en el suelo a la intemperie. – [Eldric]Os daré mi respuesta mañana.[/Eldric]

    Tras una cena ligera, me había llenado solo con el pan, nos fuimos a dormir los cuatro a una habitación que nos habían preparado. A pesar de la comodidad no conseguía pegar ojo, demasiadas cosas en mi cabeza, y la cama de plumón en la que me hundía no ayudaba. Idris por su parte roncaba a pierna suelta. Me incorpore y Zahra estaba agarrada a su macuto, no por si alguien se lo robaba, más bien por si tenía que salir corriendo, había debido de pasar por mucho sin nadie más a su alrededor.

    Laura dormía en una cama junto a la mía, o al menos eso intentaba también porque abrió los ojos y nuestras miradas se cruzaron.

    – [Henry]¿Como te encuentras?.-[/Henry] Le pregunte observando la mano que reposaba encima de una almohada. La inflamación parecía haber bajado, pero lo más seguro es que tuviera un esguince.

    – [Laura]Más o menos.[/Laura]- Si la conozco tan bien como creía debía de estar dándole vueltas a lo que había ocurrido cuando tropezó, el casi desatar su poder. Siempre he pensando que Laura es más poderosa que su madre, por eso la ayuda de los guantes para mantener a raya su poder.

    – [Henry]Lo siento, es culpa mía.-[/Henry] Me sentía fatal por lo ocurrido. Nunca me habría perdonado si le hubiese llegado a ocurrir algo más grave.

    – [Laura]No sabía que me habías empujado colina abajo…-[/Laura] Bromeo intentando quitarle importancia a los sucedido.

    – [Henry]Me refería a que si no hubiese venido no tendrías porque estar pasando por todo esto.-[/Henry] Era demasiado bueno con la gente, tal vez debería haber dicho que no desde un principio a Xander.

    – [Laura]No te eches la culpa.-[/Laura] Añadió quitándole importancia.

    – [Henry]Te lo compensare. Cuando salgamos de aquí te llevare a cualquier parte del mundo que quieras ir.-[/Henry] Echaba de menos nuestros viajes, le echaba de menos a ella.

    – [Laura]A casa.[/Laura]- dijo sin apenas meditarlo.- [Laura]Quiero volver a casa.[/Laura]

    – [Henry]Esta bien… a casa.-[/Henry] Le deje descansar y me recosté hasta quedar dormido dándole vueltas a si ya había hecho todo lo que pensaba hacer, si podía volver también a casa, con ella.

    A la mañana siguiente dejamos pasar el desayuno, el pan de la cena aun pesaba. En la sala del trono Elric nos esperaba con su armadura puesta. – [Eldric]He meditado. He visto más allá de la visión. Emprenderé mi viaje ahora.[/Eldric]

    – [Idris]¿Solo?.-[/Idris] Me preguntaba lo mismo. Desconocía que es lo que teníamos que hacer una vez encontráramos a los Daë. No podíamos interferir en su historia más allá de encaminarlos hacia su funesto final.

    -[Eldric] Ya he visto mi camino. El vuestro es aún más largo. Zahra sabe donde llevaros.-[/Eldric] Eldric recogió su arco y durante un breve instante el lugar en el que debería estar la cuerda brillo. Acabábamos de dejar a toda esta gente sin su líder y enviado a una persona hacia una muerte segura.

    – [Henry]Espero que para los demas alla sido igual de facil. ¿A donde tenemos que ir ahora?.-[/Henry] Había costado más llegar hasta el Daë que convencerlo de lo que tenía que hacer.

    – [Zahra]A una de las lunas.-[/Zahra] Añadió señalando hacia arriba. A estas alturas ningún nuevo mundo podía sorprenderme o eso pensaba.

  • ENCONTRANDO AL MAGO

    IDRIS SOLO-NOVAK

    ESFERA NEXUS

    No podía decir que el viaje por aquel mundo sacado de un videojuego postapocalíptico de Tim Burton fuese lo ideal. Tendía a ser una persona bastante positiva y alegre, pero es mucho más fácil serlo desde la comodidad de un sofá, una cama, un ordenador, una comida caliente y la posibilidad de ver y hablar con Coquito.

    Después de la caída de Laura fuimos con pies de plomo, especialmente porque al cabo de un rato mi bocaza había acertado y empezamos a escuchar ruidos extraños. Zahra nos cambió de pronto la ruta por una más escarpada que nos condujo hasta una caverna. Apenas minutos después de entrar vimos varias sombras oscuras pasar a toda velocidad por delante.

    Como ya era noche cerrada, comimos algo de lo que habíamos podido recolectar por la zona con la guía de Zahra, que se basaba en darnos manotazos si cogíamos algo venenoso – o al menos eso pensaba, quizá lo hacía aleatoriamente por diversión. Dos rarísimas frutas que parecían un hijo no reconocido de un aguacate y un plátano no me saciaron mucho, pero al menos era mejor que nada.

    Después de comer y de ayudar a Henry a entablillar mejor la mano de Laura, nos fuimos a dormir, o al menos, a descansar. Zahra se fue a la punta más alejada, era una chica sociable.

    Como me aburría y los nervios no me dejaban dormir bien, decidí mantener la cabeza ocupada y me acerqué a Laura para hablar de nada en concreto.

    – [Idris]¿Te duele mucho?[/Idris] – pregunté, sentándome al lado de su saco de dormir, que no tenía pinta de ser el suyo porque tenía bordado el nombre de Henry.

    – [Laura]Ahora mismo no.[/Laura]- respondió. Parecía cansada.- [Laura]Gracias.[/Laura] – añadió.

    – [Idris]Si necesitas más frío, soy una bolsa de guisantes humana.[/Idris] – le recordé. Habíamos obviado contarle que había tenido que hacer un esfuerzo adicional para que su mano no pareciese una morcilla.

    – [Laura]Si veo que se hincha, te avisaré.[/Laura]- comentó pensativa. Prometo que intenté no echarme a reír, pero soy un tipo simple que aprovecha las oportunidades que le ofrece la vida. Así que me tiré al suelo tratando de contener la carcajada.

    – [Laura] Tu mente solo piensa cosas X, ¿no?[/Laura] – preguntó. Cuando usas las bromas para enmascarar lo que te preocupa corres el riesgo de que la gente te tome por alguien a quien no le importa nada, aunque no sea el caso. Hay que reconocerlo, los dobles sentidos son siempre una buena fuente de bromas.

    – [Idris]Solo un amplio porcentaje del tiempo que pienso.[/Idris] – repliqué, sonriendo. Era más fácil bromear que dejar que la gente supiera de verdad cómo eres. Eso permitía que tuvieran poder sobre ti, que te volvieras más vulnerable. Dejando a un lado mi familia, la única persona que me conocía de verdad era Ellie. Quizá por conocerme tan bien tenía tanto miedo de decirle que quería algo serio con ella y perder lo que ya teníamos. Me había decidido a hacerlo varias veces pero al final, nunca había cogido fuerzas. Siempre había una buena excusa para aplazarlo.

    – [Laura]¿Echas de menos a alguien?[/Laura] – preguntó. La miré, sorprendido, y ella simuló distraerse con la cremallera del saco.- [Laura]Perdona por la pregunta. No nos conocemos casi.[/Laura] – se disculpó.

    Le sonreí. – [Idris]Estamos perdidos y casi hemos muerto varias veces juntos, eso nos califica para mejor amistad según el estándar Moondie.[/Idris] – a los hechos me remito. – [Idris]Echo de menos a Coquito…a Elle. No sé si la conoces.[/Idris] – no tenía claro que se hubieran cruzado muchas veces aunque las dos tuviesen a Jane de amiga común.

    – [Laura]¿La mejor amiga de Jane?[/Laura] – preguntó ella. Pues igual sí la conocía. Tiene gracia, lo de Jane, porque antes de empezar a ser más «cercanos», había asumido que el crush juvenil de Elle con Jane había ido a más. Era cierto, sí que había ido a más, pero solo amigas.

    – [Idris]Estoy acostumbrado a hablar con ella a diario y ahora…[/Idris] – comenté, más pensativo de lo que tenía intención de mostrar. Me sentía triste y sabía que lo estaba. La echaba de menos, pero mi forma de ser pugnaba por ocultarlo.

    – [Laura]Me imagino.[/Laura]- dijo ella. Es curioso como a veces lo que más necesitas no es que te pregunten y hablar sobre un tema, si no que te escuchen y que no le den importancia.

    – [Idris]Bueno, no quiero aburrirte, que parezco un enterrador.[/Idris] – añadí. ¿Estaba preocupado por Elle? Sí, claro, viendo el mundo que me había tocado a mí, a ella podía haberle tocado peor o incluso en el mismo. Pero verdaderamente no tenía miedo de su integridad física, era mi David el Gnomo, siete veces más fuerte, y veloz, y siempre de buen humor. Sabía que ella podría estar a salvo y lidiar con lo que se encontrase. Estaba preocupado porque no quería pasar tiempo sin ella, porque echaba de menos hablar juntos y…bueno, también su integridad física.

    – [Laura]Rápido: haz una broma[/Laura] – dijo ella, sonriendo. Parecía que ya estaba empezando a pillar el punto a mi carácter.

    – [Idris]Dios…es demasiada presión….¡TETA![/Idris] – improvisé, echándonos a reír.

    – [Laura]Menos mal, ya me estaba preocupando.[/Laura] – dijo ella, aún sonriendo. Era buena chica, lo cierto es que los isleños me estaban sorprendiendo gratamente, tanto ella como Henry. A Sophie no la conocía aún demasiado, pero a la vista también sorprendía. Eh, que no lo decía yo solo, Elle pensaba lo mismo.

    – [Idris]Casi parecía que tenía sentimientos. ¿En qué me he convertido?[/Idris] – bromeé.

    – [Laura]En un Henry.[/Laura]- comentó ella sonriendo. No pasé por alto que acababa de redirigir la conversación hacia él.

    – [Idris]Pobre hombre, está coladito.[/Idris] – repliqué con mi habitual tacto de lija del cincuenta. Puede que os sorprendan mis conocimientos insólitos de carpintería, pero había pasado bastantes tardes con el tío Bill, comiendo en su casa mientras él se dedicaba a su hobby en el garaje.

    Laura no dijo nada. Había tocado terreno pantanoso.

    – [Idris]Lo siento. Es una rara enfermedad.[/Idris] – repliqué al momento. – [Idris]Me crea muchos problemas, pero al menos le pusieron mi nombre «Boca de Idris». Afecta a un 100% de los yo.[/Idris] – sonreí, esperando que aceptara mis disculpas.

    Ella se rió.- [Laura]Henry es mi amigo. No quiero pensar que pueda estar sufriendo por mí.[/Laura] – admitió.

    – [Idris]Mujer sufrir sufrir…con ese beso seguro que no ha sufrido.[/Idris] – reconocí. Si Ellie me hubiera dado en ese momento un beso en el cuello me habría vuelto loco.

    Laura se tapó la cabeza con el saco de dormir – quien pudiera dormir en uno – y se hizo la dormida.

    – [Idris]No cuela.[/Idris] – susurré, poniéndome en pie. – [Idris]Y no te quejes que tienes su saco. Yo dormiré en mi roca marca lumbago.[/Idris] – añadí. Sí, vale, puede que necesitara un sitio medio en condiciones y un buen sueño para ser persona.

    – [Laura]Buenas noches.[/Laura] – dijo ella.

    – [Idris]Descansa[/Idris] – respondí, volviendo a mi rinconcito de vagabundo, pero sin ni siquiera un cartón.

    Después de eso busqué alguna postura cómoda para dormirme, pero no había manera. Entre otras cosas, me había acostumbrado a hablar con Coquito antes de dormir y estar allí en un lugar tan peligroso sin su fuerza para ayudarme, me hacía pensar en exceso.

    La cueva estaba ya oscura. La hoguera hacía un rato que se había extinguido y no había forma de ver mucho, salvo por la tenue luz de las lunas que venía del exterior. Dejé que mi cuerpo se transformase libremente al de un elfo de la luna y mis ojos se acostumbraron al instante a la oscuridad, pudiendo verlo todo.

    Zahra estaba dormida en su esquina. Laura, parecía que también dormía profundamente, seguramente una mezcla entre ser la única que tenía saco y las pastillas para el dolor. Henry por otra parte, estaba despierto, sentado en una roca cerca de la entrada.

    – [Henry]¿Tampoco puedes dormir?-[/Henry] preguntó al verme ya a la luz. Sonreí para mí mismo por haber llegado hasta allí sin que me escuchase. Era una habilidad innata de los elfos de la luna de la que me enorgullecía bastante.

    – [Idris]Soy un animal nocturno. Y en una manta en el suelo se duerme de pena, verdaderamente.[/Idris] – bueno puede que haya exagerado un poco con lo de dormir en una roca y no tener ni un cartón, pero una manta en el suelo rocoso de una cueva en un mundo como aquél tampoco es que sea una suite.

    – [Henry]También están esas cosas que rondan por aquí.-[/Henry] – comentó, volviendo a mirar hacia la entrada de la caverna. Por alguna razón no nos habían visto allí. Era una suerte, apenas nos habíamos podido librar del primero que nos encontramos, y por el camino habíamos visto de lo que eran capaces. Cuerpos de los que apenas quedaban huesos astillados. Era normal no tener sueño con eso ahí fuera sin una buena puerta de un metro de ancho que nos respaldara.

    – [Idris]Lo de que ahúyen no me mata, no. Especialmente sin puerta acorazada.[/Idris] – reconocí. Había sugerido una de esas casas que habíamos visto por el camino para dormir, pero Zahra no se fiaba. Decía que los espectros de los viejos dueños solían vagar por allí. Reprimí un escalofrío, siempre me habían dado miedo las leyendas urbanas y los espíritus. – [Idris]¿Eres de la isla, no?[/Idris] – pregunté, por intentar hablar de algo que no fuese muerte o muerte inminente.

    – [Henry]Criado no nacido.-[/Henry] bromeó. Sonreí, no me esperaba poder hablar con él de una forma tan desenfadada. De lejos parecía un tipo serio, había mantenido la cabeza fría cuando había tenido que hacer de líder y eso había ganado mi respeto, pero no me lo esperaba tan agradable.

    – [Idris]Yo casi acabo allí, pero ya sabes, alguien pensó que era buena idea contar con malos de cuento en su equipo.[/Idris] – comenté de pasada. No me apetecía en exceso rememorar cosas que habían pasado antes de que tuviese memoria. La mayor parte de los New Moondies lo sabía y por supuesto Elle también. No dudaba que Henry lo sabría, teniendo en cuenta de quién era hijo.

    – [Henry]No te has perdido gran cosa. Salvo que te guste la vida monótona.-[/Henry] admitió. Se notaba que no le encantaba la vida en la isla, lo que era una suerte, porque yo tenía bastante resentimiento guardado respecto a Z.

    – [Idris]No mucho. Se nota viendo que habéis vuelto tres a Ripper.[/Idris] – bromeé. La isla estaba teniendo un boom de emigración juvenil, así que la famosa utopía debía cansar. – [Idris]Los New Moondies tienen tirón.[/Idris] – añadí. Como nadie nos había bautizado en una buena temporada, decidí hacer los honores y qué mejor que referenciando al supergrupo bajo cuya sombra estábamos actuando.

    – [Henry]Bueno Laura no parece muy convencida. Le gustaría volver.-[/Henry] replicó. Para no estar liados a los dos les gustaba sin duda alguna llevar los temas hacia el otro.

    – [Idris]Todavía queda saber cómo volver a la Tierra, así que aprovecha para pasar tiempo juntos. Dicen que estar a millones de kilómetros de casa en peligro de muerte une.[/Idris] – eso cuando tienes la suerte de que te toque con tu otp en el equipo. La mía a saber dónde estaba.

    – [Henry]Nos conocemos desde pequeños, creo que estamos bastante unidos.-[/Henry] respondió él. Se me desencajó la mandíbula como al Genio. No, no el de Will Smith, por dios, ¿qué soy, un monstruo? El de dibujos. Henry había pasado mucho tiempo entre máquinas y necesitaba una clase urgente con Hitchdris.

    – [Idris]Me refería a…[/Idris] – respondí, pensando como decírselo. – [Idris]Verás las mujeres tienen vagina y los hombres, pene, y cuando un hombre y una mujer se quieren, aunque también un hombre y un hombre, o una mujer y una mujer, o alguien no binario, o una persona trans….[/Idris] – iba a empezar con una sencilla broma sobre las charlas sexuales con los padres y al final la cosa se me había desmadrado intentando reflejar la verdadera realidad de las relaciones sexuales entre personas. Ser políticamente correcto es complicado, pero compensa. Ni siquiera el humor tiene derecho a ofender a nadie abiertamente. Las mujeres pueden tener pene, los hombres vagina y cada cual que viva como sienta que debe vivir. Y el que opine lo contrario…bueno, siempre he mantenido que debería haber un botón de silencio universal para que esa persona perdiera al instante la capacidad de comunicarse. – [Idris]Sexo Henry, sexo, o no si eres asexual, lo que te guste. ¿De qué estaba hablando?[/Idris] – pregunté, perdido en mis pensamientos. El resumen para mí era que cada uno puede hacer su vida cómo y con quien quiera, siempre que no se meta con lo que hace otro, dentro de unos límites claro. Pero tampoco sé cómo he llegado a explicar esto.

    – [Henry]¿QUE?-[/Henry] preguntó, alzando la voz sorprendido. – [Henry]Yo… ella… no.-[/Henry] – titubeó. Pobre hombre, se veía que no sabía dónde meterse.

    – [Idris]Ya, tú y ella no. Pero tú sí y ella probablemente también, o no, pero si no te arriesgas no se sabe.[/Idris] – consejos vendo y para mí no tengo. Ese era yo. Quizá debería plantearme en serio hablar con Elle. No sé, estar al borde de la muerte era una buena excusa si ella decía que no.

    – [Henry]Créeme, pasamos más de un año juntos viajando. Ella no me ve como yo la veo a ella.-[/Henry] me tuve que reír por dentro para que no pensara que me reía de él. Un año juntos viajando y yo llevaba años pegado a Coquito como una lapa.

    Al final decidí ser sincero en un arrebato de amor al prójimo. – [Idris]No sé, mira, yo soy un bocazas, estoy colado por Elle y años después aquí sigo, con miedo a decirle lo que siento y que me rechace.[/Idris] – comenté. No sé si quería ayudar a Henry con Laura por pura bondad de mi alma, porque me sentía identificado o simplemente quería reconocer mi problema en voz alta. Hola, me llamo Idris y soy Ellecohólico. – [Idris]No se lo deseo a nadie y menos a alguien que sea buena gente como tú.[/Idris] – añadí. Igual sí que lo hacía porque era buena gente. No sé, soy simpático, me gusta la bondad en el mundo. Tampoco tengo que pensar mal de mí de base. Puto Idris pensando mal de mí mismo. – [Idris]A veces vale más una respuesta mala que ninguna.[/Idris] – sentencié, como lección para los dos.

    Henry me miró y se quedó pensativo. Las criaturas aullaron fuera y decidí que no me apetecía seguir cerca de la entrada, así que le puse una mano en el hombro y me marché a intentar dormir.

    Diez minutos después, o al menos eso me pareció a mí, una bota me zaleó para despertarme. – [Zahra]Arriba, holgazanes.[/Zahra] – entreabrí los ojos y vi que el sol ya había salido hacía un rato. Si hace diez minutos era de noche cerrada, que alguien apague eso, por dios.

    Como nadie me hizo caso y lo apagó, me incorporé y traté de mantenerme despierto, aunque probablemente las siguientes dos horas fuese una mezcla entre mi yo despierto y mi yo somnoliento. – [Idris]Lo dices como si esto contase como dormir.[/Idris] – repliqué.

    Ella obvio responderme, se estaba preparando el desayuno, para ella sola, tan generosa como siempre.

    Tal y como os decía, las dos o tres horas siguientes pasaron como en un sueño. Un sueño en el que caminabamos por un frondoso bosque montañoso y no parábamos ni para beber agua, hasta que llegamos a la base de unas largas escaleras que desembocaban en un poblado sobre las copas de los árboles que parecía Rivendel venido a la…donde sea que estuviéramos.

    Empezamos a ascender las escaleras y por el camino sentí que había ojos pendientes de cada uno de nuestros pasos. Ellos nos llevaban viendo desde hacía mucho, pero como supimos más tarde, al ver a Zahra con nosotros, nos habían dejado pasar.

    Hacia la mitad de las empedradas escaleras comenzaron a dejarse ver. Había un pequeño ejército de ellos en las ramas de los árboles, armados con arcos de un diseño que daba ganas de llevarse uno de recuerdo. Sí, eran elfos, el poblado estaba lleno de ellos.

    Os diré una cosa, la fantasía es tremendamente racista. Sí, hay elfos claros o de la luz, elfos del bosque y elfos de la noche o de la luna entre otros, pero eso no quiere decir que sean todos una maldita fotocopia de uno rubio platino, de orejas puntiagudas, ojos claros y sosos como ellos solos.

    En la vida real, además de poder ser mestizos como en mi caso y tener una forma humana que no tenía por qué encajar en su estereotipo racista, el color de piel dentro de las distintas razas variaba, igual que el pelo, los ojos y la constitución, igual que en los seres humanos.

    Los elfos oscuros, por lo que sabía, no solo tenían la piel de color negro como el azabache, si no también en tonos azulados, marrones, morados, granates o verdes. Parece lógico si tenemos en cuenta que se mueven en la oscuridad. Los del bosque, siguiendo la misma línea, tenían la piel en tonos verdosos y cobrizos, para fundirse con el entorno. Y los claros, variaban también, estando algunos más bronceados que otros, más rosados y con melenas azabache, cobrizas o pelirrojas, además de rubias.

    Lo mío la verdad es que tenía su gracia. Podía haber sido mitad elfo claro perfectamente, pero era lo que era y no me avergonzaba. Me sentía orgulloso de mi piel en sus dos formas, por muchos problemas que me hubiese causado incluso en el tiempo en el que estábamos.

    Estos elfos en concreto se notaba que habían tenido su esplendor en su día. Esos arcos labrados y esas armas que llevaban algunos, estaban viejas y gastadas. Sus ropas, remendadas y la mayoría estaban delgados, pero no por elfos, si no por falta de comida. Las cosas iban mal en aquél mundo.

    Subimos aquellas escaleras mientras tarareaba ‘Gonna Fly Now‘. Cuando por fin llegamos arriba, no os creáis que pudimos descansar, porque Zahra todavía subió otro tramo más de escaleras hasta la casa más elevada de todo el maldito poblado. Era más grande, la típica a la que irías de cabeza en un videojuego para que el tipo importante de la zona te dejase avanzar en la historia. Por suerte habíamos muerto hasta el momento menos que Link en el ‘Breath of the Wild‘.

    – [Zahra]Ya habéis llegado.[/Zahra] – comentó, apenas fijándose en nosotros cuando se detuvo frente a la puerta, tras hablar con dos elfos armados que vigilaban la puerta. – [Zahra]Yo me voy que tengo cosas que hacer.[/Zahra]- se excusó.

    – [Idris]¿Adónde?[/Idris] – pregunté. Tenía demasiada prisa para ir a volver a ser una versión demasiado realista de Tarzán en el apocalípsis.

    – [Zahra]A mi hogar.[/Zahra]- replicó. La gente tiene claramente unas expectativas más bajas de hogar que yo.- [Zahra]Ya he hecho bastante tiempo de niñera.[/Zahra] – llevaba mucho rato hablando sin meterse con nosotros así que ya tocaba.

    – [Henry]Espera, no te vayas. Puedes venir con nosotros si quieres.-[/Henry] – intervino Henry, que seguía siendo buena gente.

    – [Zahra]¿Y qué gano yo con eso?[/Zahra] – preguntó, quedándose en el sitio. Se hacía la dura, pero tenía tantas ganas de volverse sola como yo de seguir lejos de Coquito.

    – [Idris]Tenemos seguro dental.[/Idris]- repliqué. La muchacha tenía los dientes muy blancos y perfectos para tratarse del apocalipsis, así que seguro que los cuidaba bien. – [Idris]Lisa necesita un aparato…[/Idris] – canturreé de fondo cuando nadie ya me escuchaba, o quizá sí, porque Laura me miró mal. En la isla no debían poner reposiciones de los Simpson.

    – [Henry]No estar sola por el resto de tu vida.-[/Henry] replicó Henry. Vendido.

    – [Zahra]Nunca estoy sola.[/Zahra] – dijo ella completamente en serio. Aquella respuesta me dio unas serias vibraciones de Crazy Jane.

    – [Idris]Sure, sure.[/Idris] – respondí, llevándome una mano a la sien, bromeando. Trataba de quitarle importancia, pero esperaba que de verdad no se hubiese vuelto loca mientras estaba sola. Habría sido muy triste.

    Ella me fulminó con la mirada y de un momento a otro, literalmente porque intenté ver cómo lo hacía pero no fui capaz, su apariencia cambió completamente. Ahora tenía el aspecto de un hombre de color de unos treinta con pinta de ser más sonriente que Zahra. Y también de fumar algo más que ella.

    – [Idris]Tengo una amiga que también hace eso, pero solo con chicas.[/Idris] – comenté de pasada. Lo de Lexie era visualmente bastante diferente, llegabas a ver parte de esa transición delante de ti. . – [Idris]Aunque tengas otra cara, sigues estando sola.[/Idris] – respondí. Por mucho que a todos nos guste estar solos de vez en cuando, al final puede llegar a ser una tortura.

    – [Zahra]No sé para qué queréis que os acompañe.[/Zahra] – respondió ella, volviendo a la cara que conocíamos, como si se avergonzara.

    – [Henry]Porque así te podras resarcir de lo que has hecho y ver que no fue tu culpa.-[/Henry] replicó Henry. Un viaje de redención, parecía un buen discurso para añadir a un nuevo miembro al equipo. Estaba deseando cambiar sus armas por las mías y ver si tenía algún accesorio de mayor nivel.

    – [Zahra]Está bien.[/Zahra]- dijo finalmente.

    – [Idris]Bueno, ¿a quién nos vas a presentar?[/Idris] – pregunté, al ver que no salía ninguna cinemática en la que se unía al grupo.

    – [Zahra]A un líder.[/Zahra] – dijo ella. Me pareció ver una nota de orgullo en su voz antes de que se girase para abrir la puerta.

    Allí estábamos, Henry el León, Laura la Espantapájaros y Zahra la persona de hojalata junto a mí, que evidentemente soy Dorothy pero con menos maldad, más belleza y sin zapatos gratis, esperando para conocer a nuestro Mago para cumplir nuestros deseos. Coquito, allá voy.

  • EN BUENA COMPAÑÍA

    Laura – Esfera Nexus

    Mañana

    Caminábamos a paso ligero detrás de aquella mujer, Zahra o algo así había dicho que se llamaba. Intentaba recordar las razones que me habían llevado a estar allí, mientras atravesábamos el angosto bosque, pero no se me ocurrían. Jane me había pedido que fuera con ella y como era lo más parecido a una amiga que tenía en la Universidad, le había dicho que sí. Bueno, a lo mejor también había influido el hecho de que Henry también se había apuntado, aunque fuera con el grupo contrario.

    La cuestión es que empezaba a hartarme. Tenía sed, ganas de hacer pis y me empezaban a doler las piernas. Mi vida en la isla siempre había sido muy tranquila: estudiaba, iba de fiesta, tomaba café con gente de las altas esferas y me tostaba al sol en la playa. No era una chica de acción y tampoco me interesaba. En el mundo había muchísima gente y seguro que estaban todos encantados de salvar al resto de la población. Vamos, que yo ni siquiera era de ese tipo de gente que hacía donaciones a ONGs. Cuando veía a los de la carpeta pulular por el campus, huía en dirección opuesta.

    (más…)