Moondale

Etiqueta: Idris el Celestino

  • REUNIDOS EN EL HOGAR

    IDRIS SOLO-NOVAK

    LA KVASIR, LUNA VILTIS – MAÑANA, CREO

    La preciosa Kvasir ya estaba empezando a rebosar de gente, murmullos y vida. Casi todos los que habíamos llegado al mundo de los Daesdi estábamos ya allí, salvo casualmente, el grupo de Coquito, por suerte sabíamos que estaban bien pero el portal los traería aquí cuando le viniera en gana.

    Aquello era lo más parecido a un campamento de verano que había tenido nunca. Me recordaba a los pisos de protección que había puesto en marcha para los Drow, aunque en esos no me solía quedar a dormir, sabía que mamá siempre estaría vigilante.

    Soy una persona bastante positiva, me tomaba la misión como una aventura y este nuevo hogar como unas vacaciones con mi otra mitad, mis mejores amigos y amigas y un montón de gente desconocida. Aun así, echaba de menos saber que si pasaba cualquier cosa, contaba con mis padres a un paso para ayudarme.

    Puede, y digo puede, que haya estado ligeramente consentido la mayor parte, o toda, mi vida. No es que mis padres lo hicieran por ser adoptado y todos esos clichés, con Mike habría sido igual, pero él no aprovechaba la situación como yo. Se parecía demasiado a mamá.

    No penséis con eso que yo no soy una persona responsable. Allí estaba, en el exterior, de ayudante/capataz de Henry mientras seguía con las reparaciones de la Nave, que no sé cómo demonios había conseguido poner en marcha.

    – [Idris]Dime que lo has solucionado, porque estoy deseando bañarme en pelotas en la piscina.[/Idris] – puede sonar irresponsable, pero con una nave llena de gente que OLÍA, sí, en mayúsculas, el agua es una responsabilidad primordial para la supervivencia.

    – [Henry]Funciona, el problema es la falta de agua.-[/Henry] estaba revisando en ese momento lo que parecía el sistema principal de fontanería, situado cerca de la entrada de carga de la nave, que no habíamos podido dejar en funcionamiento porque estaba hundida en la tierra y el mecanismo se bloqueaba al no haber espacio suficiente.

    Por lo demás, con mi inestimable ayuda claro, Henry se había encargado de que la energía de la nave, contenida en una sala de ingeniería que en el mapa bauticé como «zona solo de Henry’s», volviese a irradiar al resto del aparato. Aquello parecía ciencia ficción de la buena, ya os lo digo, lucecitas y un orbe de energía pura allí flotando en mitad de un recinto protector que parecía de cristal pero era mucho más resistente. Fuera lo que fuera eso, estaba a años luz de nuestra tecnología y había conseguido aguantar el tiempo que llevase allí estrellada.

    Miré a nuestro alrededor, a aquél valle que parecía sacado de mis recuerdos de las vacaciones en Turee. Era un valle enorme, donde no tendríamos problema en identificar si cualquiera se acercaba por cualquier posición. Hacia el suroeste de la nave había un enorme lago que tendría agua suficiente para eso. Además, por lo que decía Henry, la Kvasir tenía filtros para purificarla, incluso la que se había utilizado, así que no gastaríamos más que la que bebiésemos. No creo que fuese tan fácil beberse un lago, ni siquiera siendo los Brady al cuadrado. Ah, y también tenía algo muy chulo, desintegraba la caca, ¡la caca!. Toma tecnología.

    – [Idris]Hay un lago ahí. ¿No hay una manguera o algo así? Mucho futuro y mucha tecnología pero luego hay que bañarse a lo salvaje.[/Idris] – bromeé. La Kvasir estaba preparada para viajes en el espacio, lo sé porque Henry había estado hablando emocionado de todo lo que había ido descubriendo y yo era el único que parecía escucharle. Era lógico que no tuviera nada para absorber el agua porque ya partía con ella y como sus sistemas se aseguraban de que durase una barbaridad, no era una preocupación. Pero se ve que no contaban con estrellarse y que un grupo de intrépidos y guapos aventureros y aventureras se quedaran con su nave.

    – [Henry]Las mangueras parece que han quedado obsoletas en el futuro.-[/Henry] se incorporó y se secó el sudor de la frente. El pobre hombre llevaba días matado a repararlo todo y gracias a él teníamos luz y con suerte, agua. Como mínimo habría que robarle una tarta en la ciudad mercado o algo. – [Henry]Estaba pensando que quizas podrías usar tu poder. Solo tendríamos que esperar a que se derritiera el hielo.[/Henry] – señaló hacia las partes más íntimas de la Kvasir, donde había un enorme almacén de agua. Nunca había usado mis poderes tan a lo bestia, pero de una mala, podíamos ir poco a poco.

    – [Idris]Y yo que pensaba que iba a ser más cómodo…[/Idris] – sonreí, dándole una palmada en la espalda. Henry me caía muy bien, era un gran tipo, entregado, buena persona. Quizá demasiado silente pero para eso ya estaba yo. – [Idris]Podemos fundirlo con algo. Owen es un cabeza caliente, y las amigas prehistóricas hacen magia.[/Idris] – me sorprendió a medida que fueron llegando los demás todo lo que no sabíamos de aquellos mundos.

    Algunos de ellos los muy cabritos habían aprendido a comunicarse a través de aquellas esferas que nos habían dado como cambiazo. Y resulta que los mundos eran como una fantasía húmeda de aquella serie vieja del Oeste, Westworld o algo así, cada uno estaba anclado en una época determinada de la humanidad. A Noah le había tocado en la prehistoria con Kaylee, Sophie y Lexie, habían llegado agotados de tanto fornicar como cavernícolas, junto con mi hermano y Niall, porque si, también se podía viajar entre mundos. Pero no, a mí tenía que tocarme el puto apocalipsis. ¿Por qué nunca me dejan tener cosas bonitas? No sé, Coquito y yo en la prehistoria en taparrabos en una playa sin gente por ninguna parte.

    – [Owen]Me pitan los oidos.-[/Owen] dijo una voz conocida, atenuada por la distancia.  El sol me cegaba un poco, pero  la forma de caminar era inconfundible. Owen venía hacia nosotros vestido como un ¿nativo americano? Eso o había acabado en el mundo de los YMCA, pero por desgracia, era lo primero, Vera y el silente nuevo amigo, Lekwaa, iban vestidos igual. Cosas del Oeste. – [Owen]¿Se requieren mis servicios?[/Owen] – preguntó. Chocamos las manos y Owen me siguió en un saludo inventado que nos hacía quedar bastante cool.

    – [Idris]¿Eres un ángel? Porque nos vienes que ni caído del cielo.[/Idris] – le di un abrazo de bienvenida y por encima de su hombro vi al resto de sus compañeros de viaje. Había más pero sinceramente, vi a Ellie y lo siguiente que sé es que estaba corriendo hacia ella y saltando para abrazarla. No la tiré al suelo porque era mucho más fuerte que yo.

    – [Owen]Nunca me habia sentido tan rechazado.-[/Owen] escuché decir a Owen. Nate y Bowie saludaron y se acercaron a Henry. Xander y Jane se detuvieron un poco más allá, sin matarse ni nada. Roma hacía milagros. Eso o con las togas se habían puesto mimosones. Pese a todo, tenían un aspecto un poco sombrío, pero eso debía ser por la hermana de la Daë, así que evité a propósito preguntarles. – [Owen]¿Necesitas ayuda con algo más mientras esperamos que vuelva este?[/Owen] – mis oídos de elfo me permitían estar al día de todo.

    – [Henry]Creo que ya esta todo, gracias. Ahora me voy a tomar un breve descanso.[/Henry] – breve, pobre hombre. Menos mal que ahora nos tocaba al cabeza caliente y a mí trabajar un poco.

    Solté a Ellie a regañadientes y abrí mucho los brazos. – [Idris]Bienvenides a nuestro nuevo hogar en las estrellas, ¡La Kvasir![/Idris]- la inclusión era importante. Vi a Coquito sonreír y se me quitó la losa que llevaba en la espalda.-[Idris]¿Muy dramático?[/Idris] – pregunté, alzando una ceja.

    – [Xander]¿Estáis todos bien?[/Xander]- preguntó Xander, preocupado. Si fuera un rey o un héroe de un rol ese sería su nombre Xander el Preocupado.

    – [Idris]Ahora que habéis llegado si, ya estamos todos.[/Idris]- respondí mientras nos acercábamos a los demás, que observaban atónitos la Kvasir. Sí, era preciosa, menos que Coquito, pero la segunda en mi corazón, bueno, la tercera, la segunda es mami.

    – [Owen]¿Todos, TODOS?-[/Owen] Owen parecía sorprendido. Ahí venían las explicaciones. Me daba pereza que me hubiese tocado a mí en lugar de a Noah por ejemplo, que podría habernos puesto al día a todos de todo en un santiamén. Al menos estaba garabateando en la biblioteca sus «líneas de comunicación esférica» para ver con quiénes podíamos hablar. Había estado haciendo pruebas con los que habían ido llegando y con los Moondies en la Tierra y decía que estaba a punto de tener una teoría.

    – [Idris]Si, no os lo toméis a pecho. [/Idris]- les animé. – [Idris]En teoría terminasteis los segundos…[/Idris] – lo siento pero los MVP del grupo éramos nosotros, que habíamos acabado primero y habíamos llegado primero. – [Idris]…pero según el tercer grado que hicieron al elfo, esto es… como la sala del tiempo hiperbólico de dragon ball. No hay tiempo, y fuera si, así que apareceis cuando le sale del coño a la trama[/Idris] – resumí. Sí a ver, Eldric lo había dicho con palabras más elocuentes seguro, y Noah que fue el torturador…digo el que le preguntó, también. El caso es que el ‘big bad’ de la zona, el Pensaer o el Arquitecto o algo así, que era el que había mandado a la mierda el mundo de sagitario, controlaba el resto de mundos sacando beneficios de todos ellos. Con su magia había destrozado las leyes de la física para gobernarlo todo, así que en esta luna y ya no había tiempo. O sea, para nosotros pasaba, pero una vez cruzabas el portal hacia otro mundo, podían haber pasado años. Por eso la ciudad era un enorme mercado de intercambio lleno de gente de todo tipo de épocas, razas, tonos de piel, sexos o carencia de ellos, que habían ido encontrando portales en sus mundos. Era una especie de luna puente, pero que además era neutral. Sin quererlo el malo había hecho un mundo sobre el que no tenía poder.

    – [Bowie]Lo que Idris quiere decir es que somos los perdedores y perdedoras.[/Bowie]- anunció Bowie sin perder la sonrisa.

    – [Idris]No, eso es lo que NO quería decir.[/Idris]- me eché a reír, lo decía tan convencida y tan inocentemente que me fue imposible aguantar.

    – [Bowie]Pues no te explicas bien.[/Bowie] – replicó. Para acabar de despertar venía con el té hirviendo.

    – [Idris]Eh, yo no tengo un tomo de física en la cabeza, menos de ciencia ficción. Para mí el tiempo era eso que pasa entre comidas o estar con Coquito[/Idris] – y el resto siempre sonaba bien, así que me limitaba a aceptar las teorías de los demás y las historias ancestrales de Eldric.

    Amy salió de la linde de uno de los bosques cercanos, que caí en la cuenta que no tenía nombre oficial, así que podía ponerme a nombrar todas las cosas que había por allí. El lago Idris, el valle de Coquito, la cordillera Solo-Novak y el bosque Fornicio.

    Cuando Amy llegó a nosotros, fue directa a abrazar a Elle, que sonreía. La pobre estaba encantada desde que volvían a llevarse bien, la había echado mucho de menos. La verdad es que para ser los hijos e hijas de los mejores amigos de la historia, dábamos un poco de pena, pero aún había tiempo.- [Amy]Burbuja.[/Amy]- sentí un cosquilleo y casi suelto una lágrima. Soy un hombre sensible y a mi estas cosas y estos reencuentros no me los podéis poner en primera persona. – [Amy]Habéis llegado los últimos…[/Amy] – sentenció. Bowie me fulminó con la mirada alzando perfectamente una ceja.

    – [Owen]¿Para mi no hay abrazo? -[/Owen] Owen estiró los brazos y Amy se quedó quieta, tensa como una tabla. Pasaron unos segundos incómodos, Amy no se movía y Owen no estaba seguro de cuando cerrar los brazos, así que fui yo a abrazarle.

    – [Idris]No te acostumbres que estás muy cariñoso y llevamos todos solos mucho tiempo.[/Idris] – bromeé. – [Idris]Hay habitaciones dentro para cada dos, pero las mejores ya no os van a tocar.[/Idris] – aclaré. No es que los primeros que llegamos nos hubieramos quedado las mejores, solo las segundas o terceras mejores. Luego habían llegado Kaylee y Lexie y sí que se habían quedado las mejores. Noah parecía muy deprimido por el hecho de que compartiese habitación con Niall en vez de con él, pero ya no estaban peleados. Una ventaja, otra pelea que tachar de la lista, ya solo quedaban catorce o quince.

    – [Bowie]Por llegar los últimos.[/Bowie]- recordó Bowie.

    – [Idris]Pir lliguir lis iltimis.[/Idris] – me reí. Ella me sacó la lengua, aprendía rápido la jodía.

    – [Xander]Ha dicho que fuimos los segundos… Pero llegamos aquí los últimos.-[/Xander] replicó Xander, que no quería perder su puesto. Los últimos oficialmente eran la manda de lobos, que por fin habían empezado a hablarse después de que la Daë les trolease.

    – [Jane]Id pensando con quién queréis dormir.[/Jane]- dijo Jane, siempre dispuesta a organizar las cosas. Vamos, que algo le gustaba mandar a la muchacha.

    Me froté las manos y miré a Coquito. Xander no respondía, el tío seguro que quería dormir encima de Jane, pero sin literas…no sé si lo pilláis. Vamos que tendría ganas de ir al bosque Fornicio con ella.

    – [Owen]Ya bueno, y yo ayude a reclutar dos Daë, ¿donde esta mi suite?[/Owen] – se quejó Owen.

    – [Jane]Elle y yo vamos juntas, ¿no? [/Jane]- Jane se me adelantó y la temperatura bajó un par de grados.

    – [Elle]Síiiiii.[/Elle]- respondió Elle contenta, dando un saltito. Mierda, a saber con quién me tocaba ahora.

    – [Owen]Siempre podemos sortear los compañeros. ¿Tenéis un sombrero y papel y boli?-[/Owen] – no se podía decir que Owen no lo intentaba, pero en aquella nave, mandaban las mujeres.

    – [Amy]Mejor no jugar con la suerte.[/Amy]- sentenció Amy, que seguía rehuyendo a Owen como si tuviera la peste. Hombre olía, pero para tanto no. Pero vamos que un poco de agua tampoco le venía mal.- [Amy]Que pueden salir cosas raras.[/Amy] – añadió, colocándose un mechón de pelo suelto.

    – [Idris]Déjalo, no tiene pinta de que te vaya a tocar Amy y a mi Coquito, así que…[/Idris] – repliqué poniéndole una mano en el hombro.

    – [Amy]¿Y por qué iba Owen a querer dormir conmigo?[/Amy] – replicó ella, nerviosa.

    – [Idris]Le gustan pelirro..peligrosas.[/Idris] – le sonreí, esperando no molestarla, pero volvió a quedarse tiesa como un palo. Tenía que ir a hablar con ella luego para asegurarme de que no estaba enfadada y para disculparme si le había molestado. Le pasaba algo grave con Owen y había algo que se escapaba.

    Cambié de tema para evitar que estuviese incómoda y saqué los «planos» de la Kvasir que había hecho con unos folios que había en la biblioteca. Al parecer el papel no se había quedado obsoleto en el futuro. Ezra me había ayudado dibujando la estructura de la nave y Noah la distribución de las salas, así que habíamos hecho entre todos un plano para no perdernos y poner la distribución de habitaciones cuando todos llegaran. Por suerte había una máquina de impresión que también fotocopiaba.

    – [Idris]Como no hay relojes, quien quiera encontrarme en la «sala de baño» podrá hacerlo desde que sale el sol hasta que se va, y después de eso también.[/Idris] – bromeé, señalando la sala de la planta superior en la que había una puñetera piscina frente a un ventanal enorme. Me imaginé la maravilla que tendría que ser bañarse viendo el espacio, pero hacerlo viendo aquél valle tampoco estaba mal. En esa sala estaban también un montón de duchas individuales, unas diez o así, y un par de duchas especiales para relajación. Como no había agua aún no las habíamos probado, pero me imaginé que serían como las duchas escocesas o algo así.

    Mi mirada pasó por el «váter general». Había aseos en la planta principal pero eran un par y unitarios. Aquella sala de la planta superior era un baño mixto con unos doce cubículos independientes para hacer cada uno sus cositas. Otro detalle importante, cada cubículo estaba insonorizado, así que podía abrirse el «bastión de tormentas» sin miedo a que nadie te escuchase. Al principio daba un poco de agobio pero cuando Henry arregló el filtro de aire, se estaba de maravilla.

    – [Jane]Que no haya tiempo aquí, no implica que podamos estar eternamente.[/Jane]- intervino Jane.- [Jane] Nosotros sí envejecemos.[/Jane]

    – [Idris]Año sabático literal. Salvando el mundo, pero con relax.[/Idris] – bromeé. Ya íbamos a tener que dar muchas explicaciones y no sabíamos cuando demonios volveríamos a casa, así que si ya estaba hecho, ¿qué mal hacía disfrutarlo un poco? No íbamos a salvar mejor los mundos y la historia al completo estando estresados, sucios y desnutridos.

    – [Jane]No lo veo.[/Jane]- añadió la señorita respondona. Si no me cayera tan bien…no me caería tan bien. Pero la condenada era un cacho de pan y sabía por Elle todos los pormenores de lo mal que lo había pasado en su vida, así que mi responsabilidad como hermano mayor de todos ellos era asegurarme de que sus penurias fuesen un poco menos.

    – [Xander]¿A cuántos mundos hemos ido?[/Xander] – preguntó Xander, listo para ponerse de nuevo en marcha con el trabajo. Seguro que en el colegio tenía siempre los deberes hechos. Con lo emocionante que era hacerlos en cinco minutos.

    – [Idris]Sois dos aguafiestas, os voy a poner juntos en un cuarto.[/Idris] – moví un dedo como si les reprendiera y cuando vi sus caras sonrojadas al imaginarse en un cuarto juntos me eché a reír. Esos pobres necesitaban liberar la tensión de años peleados. Menos mal que los cuartos también estaban insonorizados. Resignado, me limité a hacer memoria para contestar a Xander. – [Idris]Puesss…futuro creepy, vaqueros, romanos, prehistoria con demonios y esclavistas, edad media y edad media escocesa…seis.[/Idris] – y eran catorce o algo así, porque había un Daë en cada uno, que ya habían podido estar juntitos, y estos eran catorce. Así que quedaban ocho, no estaba mal, en un par de viajecitos todo listo.

    – [Henry]Aunque quieras no podemos quedarnos mucho tiempo.-[/Henry] el descanso de Henry había sido breve y se había unido al grupo de los aguafiestas.

    – [Idris]Menos mal que está lexie.[/Idris]- repliqué, viendo como se acercaba mi tanuki favorita con su mochila cargada tras un paseo a la ciudad. No se había llevado nada cuando se marchó, así que todo aquello debía haberlo conseguido con su «habilidad innata» de tanuki. Vamos, que se había dedicado a mangar.

    – [Henry]Os dije que no era necesario robar. Hacen trueques.-[/Henry] replicó Henry, que había conseguido piezas cambiando algunas cosas que había rescatado por la zona.

    – [Lexie]Necesario no, pero divertido sí.[/Lexie] – sonrió. Saludó a todos y sacó de su mochila un par de botellas que tenían toda la pinta de ser alcohol.

    Sonreí. Empezaba la fiesta.

    P.D: Voy a pegar aquí uno de los planos.

  • UN VIAJE AGRADABLE

    IDRIS SOLO-NOVAK

    CREO QUE POR LA MAÑANA – UN SITIO CON VEGETACIÓN Y COSAS HECHAS MIERDA

    Vale, voy a hacer un pequeño resumen para cuando adapten mi diario a serie como original de InfiniTV, cosa que les va a salir barata porque total, ya tienen casi todo de mí, hasta el adn por si quieren hacer del mundo un lugar feliz lleno de Idrises. Y todo por jugar en Endless y conseguir saldo gratis, les salió barato.

    Pues eso, el resumen. Anteriomente, en ‘Fresh Coconut’, nuestro intrépido antihéroe Idris se unió a sus amigos para salvar el mundo de la pérfida Omega. Lo que no sabía es que su camino de daë estaría truncado y antes de poder serlo técnicamente, todos tenían que unirse en un mundo extraño para reunir y guiar a otro grupo de daë que lo fue antes de sus propios padres. Así que ahora se encontraba en una galaxia lejana y probablemente en el pasado, o en el futuro, o vete a saber, porque en el Axis Mundi el tiempo no existía y a saber si la Tierra no sería más que polvo para cuando nacieron esos daë o si aún tendría dinosaurios.

    Y eso ya nos lleva al presente actual. Aparecí en una zona fría, gris y húmeda en mitad de la vegetación. Diría que estaba en un bosque, pero había mucho espacio entre los árboles. Cerca había una especie de castillo o casa del que solo quedaba un par de muros comidos por la hiedra. Miré hacia arriba, el cielo estaba cubierto de unas espesas nubes de color gris. Era bastante desagradable.

    Me sentía un poco desorientado, pero acostumbrado a cruzar a menudo el portal entre Louna y Moondale, me recuperé ligeramente más rápido que los demás y les observé. No me llevo mucho, también os lo digo, porque solo había dos personas más conmigo: Henry y su aminovia Laura.

    – [Idris]¿Tanto os costaba mandarme con Coquito?[/Idris] – pregunté alzando el puño al cielo. Seguro que era cosa de Diarmud, todo el mundo sabía que tenía favoritas, así que Elle también tenía que serlo, objetivamente, porque, bueno, Elle le gustaba a todo el mundo.

    Así que me habían dejado sin unas vacaciones en ese maravilloso y tétrico lugar con Coquito. Pensándolo mejor, ella se habría desmotivado con ese cielo.

    – [Laura]¿Dónde estamos?[/Laura]- preguntó Laura. Parecía sentirse muy perdida.

    Saqué la brújula planar de mi padre y se me quedó el culo torcido con la cantidad de portales que había cerca, tantos, que en ese momento me sentía casi más perdido. Una cosa sí me quedó clara, eso no era la Tierra, debíamos estar ya en el Cúmulo Nexus.

    – [Idris]Ya no estamos en Kansas.[/Idris] – les dije.

    – [Henry]Ni la tierra al parecer.-[/Henry] corroboró Henry, echando un vistazo al muro semiderruido que teníamos cerca. Al menos los Daesdi nos habían dicho que nos iban a mandar a otro grupo de planetas. Era algo.

    – [Idris]Debe ser el Cúmulo. Hay una bestialidad de portales por aquí.[/Idris] – volví a mirar la brújula, pensando si alguno de esos portales me llevaría con Elle. Os confesaré mi deducción de situación, por partes:

    1º En las películas de miedo, cuando los grupos se separan, mal rollo.

    2º A los negros no nos iba muy bien en esas pelis.

    3º Encima iba con una pareja, así que salvo que se pusieran a hacerlo como monos y viniera alguien a matarlos mientras lo hacían, yo tenía las peores posibilidades.

    – [Laura]¿Eso significa que estamos en peligro?[/Laura]- preguntó de nuevo Laura. Me hacía gracia porque se notaba que era medio rusa cuando decía cosas como peligrro.

    – [Idris]Lo raro sería que no.[/Idris] – confesé. Y el peligrro no tardó en aparecer. Escuché un ruido entre las hojas y una cosa que caminaba a cuatro patas, oscura, monstruosa, deforme. Como en la peli aquella en la que no pueden hacer ruido porque si no los bichos les matan, pues imaginad la escena igual pero en lugar de silencio, conmigo gritando a pleno pulmón con una voz a lo Ruby Rhod.

    Evidentemente, corrimos como alma que lleva el diablo.

    – [Idris]Nos tuvo que tocar el sitio con el puto bicho más feo del universo.[/Idris] – me quejé, intentando no ir demasiado adelantado. Miré de reojo a aquella cosa horrenda y traté de congelarlo, pero parecía no funcionar.

    No sé cuanto tiempo corrimos, pero Laura y Henry cada vez parecían ir más despacio y el bicho más rápido, pese a que le ponía muros de hielo en el camino. Por suerte, alguien nos mandó un ángel de la guarda en forma de figura encapuchada que se apareció tras un muro.

    – [Zahra]¡Por aquí![/Zahra]- nos indicó, haciendo una seña.

    – [Henry]Seguidla[/Henry]. – dijo Henry. La muchacha tampoco se recreó mucho en las indicaciones y ya había desaparecido, pero la seguimos a toda velocidad.

    – [Laura]¿Te fías de una desconocida?[/Laura] – preguntó Laura. Como siguieran con la tensión sexual no resuelta el bicho me iba a acabar comiendo para que la audiencia pudiese ver como avanzaba su trama romántica.

    – [Henry]Mejor ella que el monstruo[/Henry]. – comentó Henry. Ahí había un chiste, pero lo dejé pasar porque, bueno, estaba a punto de palmar.

    Era difícil seguir el ritmo de la chica, atravesaba la zona por los lugares más cerrados, estrechos y complicados. Entre tanta oscuridad, costaba localizarla, así que dejé salir mi forma de elfo de la luna y mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, viendo a través de ella como si fuera de día.

    Guié a los demás y finalmente llegamos a una cueva. Esperamos, guardando silencio sepulcral, hasta que pasó el peligro.

    – [Idris]Parece que ha pasado de largo, suerte que listo no es.[/Idris] – dije mirando a nuestra salvadora. Era una chica más o menos de la edad de Laura, con una tez cobriza y un pelo negro como el azabache.

    – [Zahra]Cuando pase el peligro tenéis que iros[/Zahra].- soltó sin apenas mirarnos.- [Zahra]No hay comida ni refugio para todos[/Zahra]. – añadió. Para ser un ángel de la guarda era bastante antipática y un poco agoniosa.

    – [Idris]¿Amabilidad regional?[/Idris] – pregunté mientras la veía quitarse la capucha y echar unas setas que llevaba en un atillo a un cazo que tenía sobre una hoguera. Me sentía en el Skyrim, lo que tampoco me lo ponía fácil porque todo el mundo era racista con los elfos oscuros.

    – [Zahra]No quiero más muertes a mi espalda[/Zahra]. – replicó, todavía sin mirarnos. Se quitó la capa y vi que llevaba ropas que sin duda no eran de ninguna moda actual de la Tierra. Iba vestida a trozos, con una parte que parecía de cuero y sobre ella pieles para mantener el calor.

    – [Henry]¿Qué ha pasado aquí? Podemos ayudar.[/Henry] – se ofreció Henry. Quise decirle que estábamos ya bastante jodidos, pero era demasiado buen tipo como para entenderlo.

    – [Zahra]¿Acaso puedes devolverle la vida a todo mi pueblo?[/Zahra]- espetó con bastante mala leche.

     – [Idris]¿Han sido esos bichos?[/Idris] – pregunté, sentándome en una roca. Por suerte era plana, porque me habría dejado el culo como si hubiera  venido a verme Dante. ¿Demasiado?

    – [Zahra]No. Fui yo. [/Zahra] – replicó. Nos miró a los ojos y vi que decía la verdad.

    – [Idris]Plot twiiist.[/Idris] – mi boca siempre iba por delante de mi cabeza, pero a veces venía bien para paliar la gravedad de la situación, ya sabéis, como cuando estás perdido en un mundo desconocido en una cueva oscura con una aparente genocida. Absorbí frío de nuestro alrededor y  formé en mi mano una espada rudimentaria. Llamarla espada era mucho, pero yo era un tipo positivo.

    – [Laura]Mató a su pueblo. Tu espada va a hacer poco[/Laura].- intervino Laura, que estaba empezando a parecerme una chica no muy positiva, pero por suerte me caía bien igual.

    – [Henry]No os alejéis mucho.[/Henry] – dijo Henry, casi poniéndose frente a nosotros. Lo admiré, era blanco puro de lo buena gente que era. También me caía bien.

    – [Zahra]Si os quisiera muertos, no os habría salvado del Espantajo[/Zahra].- afirmó la demonio de la guarda, negando con la cabeza. Así que esa cosa se llamaba Espantajo, muy apropiado.

    – [Idris]Vale, eso tiene su lógica. Pero la parte de matar a todo tu pueblo sigue dando mal rollo.[/Idris] – puntualicé. La chica no se vendía muy bien. No me caía mal de base, pero tenía muy mal marketing.

    – [Zahra]Me dieron a elegir entre mi vida y la de ellos[/Zahra].- empezó a explicar.

    – [Idris]Suena a material de buen compañero de viaje.[/Idris] – respondí, haciendo una mueca con la boca.

    – [Henry]¿Podrías ayudarnos? Estamos buscando a alguien.-[/Henry] preguntó Henry. Cierto, que no solo teníamos que sobrevivir y encontrar a los demás, si no también cumplir la misión de los Daesdi de la que Henry no se había olvidado.

    – [Zahra]No[/Zahra].- respondió Zahra, que contaba las palabras que utilizaba.

    -[Heny]Como has podido deducir no somos de por aquí. Estamos buscando a una persona y cuanto antes la encontremos antes podremos dejarte en paz.-[/Henry] – resumió, la parte de dejarla en paz seguro que la convencía. Pero en lugar de respondernos, avivó un poco el fuego y empezó a remover en su olla tamaño de una persona.

    – [Idris]Si nos llevas a alguien que pueda ayudarnos dejaremos de molestarte y podrás hacer tu «cosa»[/Idris] – ofrecí señalando su olla. No podía llamar comida a esa mezcla de hierba y setas chungas preparada en  dudosas condiciones higiénicas. Ella se encogió de hombros, le importaba todo tres pitos, me caía bien.

    – [Henry]Te vendría bien un poco de compañía. Estar sola no es lo mejor créeme.-[/Henry] añadió Henry, negociando. Vi a Laura cruzarse de brazos y mirarle. Nuestra nueva «amiga» siguió removiendo por lo menos diez minutos y luego se sirvió un plato. Resulta que entre todo aquello sobresalía un muslo de pollo que cogió por el hueso y empezó a mordisquear.

     

    – [Idris]No es que no me guste verte aquí comer como un perro, pero si no nos ayudas vas a ver la tensión romántica de estos dos durante todo el capítulo.[/Idris] – venga, alguna forma tenía que haber para que nos ayudase: pistas sobre en qué mundo estábamos, algo que nos llevara al daë…no sé…algo. Yo solo había visto a los daë de géminis por los discos de mis padres y al de acuario por el del tío Bill. Henry debía conocer al daë al que se enfrentó Logan, que no recuerdo que signo era.

    Nuestra amiga perruna dio otro mordisco y masticó el «quieropensarqueespollo» mientras me miraba fijamente.

    – [Idris]¿Y vosotros entonces estáis juntos?[/Idris] – sentado de nuevo en mi rocaDante apoyé la cabeza en la mano y miré a Henry y Laura, tratando de forzar una situación.

    – [Laura]No[/Laura]. – respondió Laura rápidamente.

    – [Henry]¿Qué?. No. No…-[/Henry] dijo Henry, rascándose la cabeza, nervioso. Su reacción me daba más juego, pero la chica seguía comiendo.

    – [Idris]¿No? Pues hacéis buena pareja.[/Idris] – comenté, sonriendo. Venga, había sido partícipe en destapar un trío que llevaba años en la sombra, tenía que sacar algo de ahí que hiciera moverse a la montaraz aquella.

    – [Henry]¿Tú crees? -[/Henry] preguntó Henry, con un brillo en los ojos.

    – [Laura]¿HENRY Y YO? NO[/Laura].- gritó Laura, pero no se me escapó que su nombre lo pronunciaba con mucho cuidado. Me da que ni ella misma sabía lo que sentía.

    – [Henry]Si no nos ayudas no solo nuestro mundo estará condenado, el tuyo también. No creo que quieras más muertes sobre tu conciencia.-[/Henry] intentó desviar la conversación y convencer a la muchacha de una forma más rápida, pero ella pasó.

    – [Zahra]Seguid con la historia de amor un poco más[/Zahra].- casi se había terminado la comida y había tirado el hueso de «quenosearata» fuera de la cueva.

    – [Idris]¿En tu mesa de Infinity no tenías una foto de tu novia? Se parecía a ella.[/Idris] – ventajas de habernos colado en la sede de Infinity. A Laura casi se le salen los ojos de las cuencas.

    – [Henry]Era para aparentar, fue idea de los de la isla.-[/Henry] respondió Henry tratando de esquivar la bala.

    – [Zahra]¿Y no hay más chicas en la isla de la que vienes?[/Zahra] – preguntó ella, uniéndose a la trama.

    – [Henry]Si bueno, está Sophie…-[/Henry] comentó Henry. A ver, Sophie era una alegría para la vista, no había más que ver a mi hermano babeando en la fiesta de los gemelos, pero se notaba que la había nombrado porque sabía que otra gente la veía atractiva. El chico estaba colado por Laura.

    Nuestra salvadora terminó de comer y se fue, dejándonos allí solos sin saber que hacer. Volvió al rato con la olla limpia y la metió en una especie de mochila que se echó a la espalda. – [Zahra]Seguidme.[/Zahra]. – dijo.

    – [Idris]Antes de volver a salir a villaespantajo, ¿tienes nombre?[/Idris] – pregunté cuando estábamos a punto de atravesar la «puerta» de la cueva.

    – [Zahra]Sí, pero no te interesa.[/Zahra] – replicó.

    – [Idris]Va a ser un viaje agradable.[/Idris] – aseguré. Al menos tenía todo el camino para seguir haciendo de celestino particular.

    No sabía que las nubes grises que cubrían el cielo eran en realidad polución provocada por una ciudad que se alzaba kilómetros por encima de nosotros, una ciudad en la que vivía uno de los mayores enemigos de los Moondies y que pronto sería también el nuestro. El Arquitecto.

  • MADRUGANDO

    IDRIS SOLO-NOVAK

    MAÑANA- LOUNA

    Esa mañana me tocó madrugar para algo distinto a lo habitual, que era ser despertado por Coquito y obligado a ponerme a estudiar ese horror de oposiciones. No me toméis por un vago, el trabajo de negociador me gustaba en la teoría, pero yo era una persona práctica y todo aquello que estaba dudando no parecía servirme para nada que no fuera un trámite.

    Bueno, lo que decía, que esa mañana había madrugado para ir a otra cosa distinta, hacer una visita al tío Bill para conseguir su disco, el último de los que nos faltaban.

    – [Idris]¿Qué tal tío Bill?[/Idris] – le pregunté cuando abrió la puerta. El tío parecía tener un segundo sentido. Allí estaba, con una bata azul oscuro, sus gafas de leer y una taza en la mano.

    – [Bill]¿Habíamos quedado? ¿Te has metido en algun lío? -[/Bill] con esa pinta era fácil tomarle por un jubilado, pero seguía siendo tan agudo como siempre. Ayudaba el hecho de que envejeciese un poco más despacio de lo habitual, lo que no evitaba que peinase ya canas y su ceño estuviese arrugado como una pasa. Entré al salón, era una casa discreta salvo por la abundancia de muebles y objetos en azules, las cosas de vivir con un demonio ancestral adicto a ese color.

    – [Idris]No y más o menos.[/Idris] – respondí. El tío Bill era un hombre de acción, el Van Damme de los Moondies, pero sin sustancias. A él no tenía que mentirle porque entendía lo que era el deber. – [Idris]Necesito que me prestes algo para evitar un lío.[/Idris] – aclaré. El alzó una ceja. A otro le habría parecido enfadado, pero cuando lo conocías sabías que su cara era así. Verle sonreír era un poema.

    – [Bill]¿De cuanto estamos hablando? – [/Bill] preguntó, yendo a la cocina a buscar la cartera. Le seguí, fijándome en el ruido que hacían sus zapatillas.

    – [Idris]De un disco que tienes por ahí guardado.[/Idris] – no me hice el ofendido porque pensara que iba a pedirle dinero porque alguna que otra vez había ido a pedirle una mano para asentar a los ‘Drow’ hasta que pudieran salir de sus problemas.

    – [Bill]Te aconsejaría que no hiciérais lo que tengais pensado hacer. Pero lo vas a hacer de todos modos.-[/Bill] me miró fijamente, con esa mirada de juicio eterno del tío Bill. Se le notaba que había sido poli. – [Bill]Y si no te lo doy lo vas a acabar cogiendo en cuanto me distraiga un momento, así que…-[/Bill] lo sacó de un cajón y me lo tendió.

    – [Idris]Me tienes por un mangante. A ver si vas a ser como los otros polis.[/Idris] – repliqué, bromeando. Sabía que el tío Bill no tenía prejuicios, pero a veces me gustaba tocar un poco las narices y de paso asegurarme de las cosas.

    – [Bill]Te tengo por un granujilla desde que eras pequeño. Siéntate y desayuna algo anda.-[/Bill] me ofreció. Guardé el disco en la bolsa de tela en la que llevaba los de mis padres y me senté en un taburete de la barra americana.

    Me eché a reír después de intentar aparentar estar serio durante unos minutos. – [Idris]Unos huevos revueltos con salchichas me vendrían bien.[/Idris] – repliqué. El tío Bill había sido mi fuente de Nutella cuando era joven. De Nutella y de bacon a mansalva. – [Idris]¿Algún consejo por si hipotéticamente pasamos por las Pruebas de los Daë?[/Idris] – pregunté mientras olía las salchichas acompañadas del olor a ambrosía del bacon.

    – [Bill]No te encabrones con ellos, no tomes a ninguno a la ligera por su apariencia y… oh si, que no os maten.-[/Bill] terminó de freír las salchichas y el bacon y preparó los huevos en un abrir y cerrar de ojos. Quise llorar cuando vi el plato delante de mí. Luego había quedado con Lexie para desayunar pero iría andando, así mantenía mi escultural cuerpo tan bien esculpido como siempre. – [Bill]¿Se lo vas a decir a tu padre y madre o me vas a dejar ese marrón a mí?[/Bill] – preguntó, tomándose su café. Ya se imaginaba la respuesta. Era agradable saber que alguien sabía lo que iba a pasar por si necesitábamos ayuda en algún momento.

    – [Idris]Tenemos que hacerlo en secreto porque si no, sabes que no nos dejarían.[/Idris] – era lógico, yo tampoco nos habría dejado. Me habría dado a mí mismo muchos quebraderos de cabeza, lo raro es que me siguieran aguantando, tenía que ser cosa de mi carisma sobrenatural. – [Idris]Y el mundo hay que salvarlo sea como sea.[/Idris] – añadí, apelando a los instintos del tío Bill. Como Daë, él había sido el Guerrero, así que si alguien podía entenderlo, era él.

    – [Bill]Tened cuidado, o tu madre me matará y luego te matara a tí.-[/Bill] la idea era que con un poco de suerte todos lo contásemos. Kaylee se había sacrificado para reactivar el arma, pero eso había sido hacía veinte años, todavía tenía que tener pilas suficientes para mandar a alguien más al vacío. Y si había que hacer algún sacrificio, nos bajábamos del barco y listo, no iba a dejar que nadie perdiese la vida.

    – [Idris]Primero habrá que conseguir que salga todo medio en condiciones. Y si no, nos va a tocar sacaros del retiro.[/Idris] – le comenté. Si ese plan no iba bien, iba a hacer falta combinar nuestras fuerzas con las de los viejos Daë para conseguir acabar con alguien tan poderoso como Omega.

    – [Bill]Con lo tranquilo que estoy desde entonces no me vendría mal la verdad.-[/Bill] replicó cogiendo el periódico. Se notaba que siempre sería el mismo. Los años pasan pero nuestra esencia no cambia.

    – [Idris]Te dejo que he quedado con Lexie.[/Idris] – dije después de limpiarme con la servilleta y llevar el plato al fregadero. – [Idris]Gracias por todo.[/Idris] – añadí. La verdad es que siempre me había llevado bien con el tío Bill y me gustaba ir a verle de vez en cuando, tenía que volver a las visitas sorpresa alguna vez, estaba bastante solo excepto por nosotros y por Keli, claro.

    – [Bill]Una cosa más. Si pasas las pruebas. Evita al demonio ancestral. Es solo una sugerencia.-[/Bill] me aconsejó, alzando la mirada hacia el techo justo cuando se escuchaba sonoro ronquido de Keli.

    Me eché a reír, pensando si a nosotros también nos harían elegir entre varios regalos igual que les había pasado a ellos. Con mi suerte en el azar seguramente me tocaría otra brújula como la que ya me había dado mi padre.

    Crucé la carretera y atajé por un camino que ya conocía bastante bien para llegar al sitio donde había quedado.

    Después de lo mal que le había ido a Lexie con Noah la noche anterior y viendo que ese día Coquito iba a estar ocupada entrenando con su tío y Mentor, decidí invitar a Lexie a desayunar algo como en los viejos tiempos. Así que quince minutos después de la hora en la que habíamos quedado, pedimos el desayuno.

    – [Idris]Lexie, tengo una propuesta.[/Idris] – comenté mientras daba un mordisco a mi hamburguesa de dólar. Había comprado un par para cada uno y unos nugget para compartir. Ventajas de tener los dos el físico de dioses olímpicos, aunque yo ya llevaba unos huevos con bacon y salchichas encima.

    – [Lexie]No pienso hacer un trío con vosotros.[/Lexie]- compuse una mueca de grima, algo que nunca habría pensado hacer mientras me comía una hamburguesa.

    – [Idris]¿Por quién me tomas? Eso te lo preguntaría Coquito, no yo.[/Idris] – repliqué. Ellie siempre me había dicho que si las cosas no funcionaban conmigo, lo intentaría con Allie, dentro de poco conocida por todos como Lexie, gracias a dios, porque estaba harto de confundirme. – [Idris]Eres como mi hermana pequeña.[/Idris] – hice ‘brrr’ con los labios como si tuviera un escalofrío. Todas las caras de Lexie eran para mí terreno vedado. Ella repitió mi cara de asco y se echó a reir.

    Me alegró verla sonreír. Aunque disimulaba y se hacía la ofendida, lo de Noah le estaba dando una mala pasada. Por desgracia era algo que tenía que pasar eventualmente y ahora, sin secretos, podían arreglarlo. – [Idris]¿Te acuerdas de la clon de Jane? La psicópata.[/Idris] – le pregunté, volviendo al hilo. Quedaba un día, un puñetero día, para abrir un portal al centro de centros y usar un arma que unos seres todopoderosos habían dejado para usarse contra grandes males, para librarnos así de la versión maléfica de Jane que había matado a la mitad de nosotros en su mundo y ahora venía completamente ‘tocha’.

    – [Lexie]Como para olvidarme de ella.[/Lexie] – aseguró, comiéndose un nugget. Conté a ver cuantos llevaba, iba a tener que comprar más, con el pollo frito me podía el ansia.

    – [Idris]Bueno pues Xander tiene un plan para mandarla al vacío.[/Idris] – asentí haciendo una mueca con los labios. Tal cual sonaba, vivíamos en un mundo de locos. – [Idris]Y necesitamos gente para llevar uno de estos cada uno.[/Idris] – saqué la bolsita de tela de la chaqueta y saqué los tres discos: el de mi padre, el de mi madre y el del tío Bill. Me mataba no poder contar con Mike para esto, porque era el legado de los dos, pero él nunca habría aceptado. Tenía huevos que ahora tuviéramos más discos que personas.

    – [Lexie]Noah no quiere ni verme.[/Lexie] – dijo ella, jugueteando con uno de los discos.

    – [Idris]Se le pasará. Pero Noah no está con nosotros. Le parece mal plan.[/Idris] – le expliqué. Ni Noah, ni Leo, ni Mike, ni Kaylee, ni Jane, ni obviamente Nate. De momento solo Noah y Leo estaban activamente en contra y eso mismo es lo que íbamos a tener que usar para conseguir utilizar sus discos. Veréis, es fácil, no nos los iban a dejar y no los íbamos a coger por la fuerza, pero para detenernos tendrían que ir al Pico Tantree y si todo funcionaba, sus discos ya estarían allí. Quizá se verían arrastrados también a las Pruebas y no era lo más ético, pero no nos quedaba otra y seguramente nos perdonarían, al menos Noah, Leo daba igual porque tampoco podía empeorar. Sé que os gusta el plan, porque había sido idea mía.

    – [Lexie]Entonces contad conmigo.[/Lexie]-afirmó, orgullosa. Agradecí que no estuviera en mi cabeza para que no viese que técnicamente sí que acabarían en el mismo barco.

    – [Idris]Pues toma. No lo toques con muchas ganas salvo que quieras ver al tío Bill pasar sus Pruebas.[/Idris] – le acerqué el disco azul y rojo y ella lo sopesó. Me la imaginaba pensando cómo combinarlo.

    – [Lexie]Como sean tan divertidas como él…[/Lexie]- replicó, poniendo los ojos en blanco. Negué con la cabeza, pero me eché a reír. Pobre tío Bill.

    – [Idris]Ya te pasan los demás dónde quedamos. Hay que ir hasta el Pico Tantree.[/Idris] – le aclaré. Tenía pendiente mirar si algún portal me dejaba cerca del  sitio, pero teniendo a un tío que se teletransportaba, me daba un poco de pereza, así que seguramente Henry se dedicase a llevarnos a todos al sitio en cuestión, porque Dante ya había dicho que no volvería a usar su poder en una buena temporada.

    – [Lexie]Mierda, ¿senderismo? Paso.[/Lexie] – se quejó.

    – [Idris]Ya es tarde. De todas formas es más bien atravesar un portal dimensional que se va a abrir y pasar unas Pruebas.[/Idris] – repliqué. Ya no había forma de echarse atrás. – [i]Y seguro que la cercanía hace que os volváis a juntar.[/i] – pensé para mí. No hay nada como estar en peligro de muerte frente a un bicho que parecía sacado de un Final Fantasy para arreglar los amoríos y juntar al personal. Idris Solo-Novak, Celestino particular.

    Ojalá se me diese igual de bien solucionar mis propios problemas amorosos. Coquito y yo seguíamos igual que siempre, porque justo después de mi puñetera revelación y mis ánimos para arriesgarme a buscar algo más había tenido que aparecer el puñetero Henry con la misión de rescate y después la puñetera Omega con sus puñeteros poderes y la puñetera amenaza de Infinity además del puñetero despliegue de poder que había tenido Coquito allí dentro. Así que tenía demasiado en la cabeza como para declararme, pero por suerte seguíamos hablando tanto como de costumbre y viéndonos todo lo que podíamos.

    Así que os podéis imaginar que tenía bastante motivación para conseguir librarnos de todo eso de una maldita vez y volver a la paz. Lo que no sabía en aquél momento es lo que nos tenía reservado el Destino. Igual que los Moondies en su día, ahora nos iba a tocar estar una buena temporada volcados en salvar el mundo.