Moondale

Etiqueta: Idris ha nacido para estar con Elle

  • UN VIAJE AGRADABLE

    IDRIS SOLO-NOVAK

    CREO QUE POR LA MAÑANA – UN SITIO CON VEGETACIÓN Y COSAS HECHAS MIERDA

    Vale, voy a hacer un pequeño resumen para cuando adapten mi diario a serie como original de InfiniTV, cosa que les va a salir barata porque total, ya tienen casi todo de mí, hasta el adn por si quieren hacer del mundo un lugar feliz lleno de Idrises. Y todo por jugar en Endless y conseguir saldo gratis, les salió barato.

    Pues eso, el resumen. Anteriomente, en ‘Fresh Coconut’, nuestro intrépido antihéroe Idris se unió a sus amigos para salvar el mundo de la pérfida Omega. Lo que no sabía es que su camino de daë estaría truncado y antes de poder serlo técnicamente, todos tenían que unirse en un mundo extraño para reunir y guiar a otro grupo de daë que lo fue antes de sus propios padres. Así que ahora se encontraba en una galaxia lejana y probablemente en el pasado, o en el futuro, o vete a saber, porque en el Axis Mundi el tiempo no existía y a saber si la Tierra no sería más que polvo para cuando nacieron esos daë o si aún tendría dinosaurios.

    Y eso ya nos lleva al presente actual. Aparecí en una zona fría, gris y húmeda en mitad de la vegetación. Diría que estaba en un bosque, pero había mucho espacio entre los árboles. Cerca había una especie de castillo o casa del que solo quedaba un par de muros comidos por la hiedra. Miré hacia arriba, el cielo estaba cubierto de unas espesas nubes de color gris. Era bastante desagradable.

    Me sentía un poco desorientado, pero acostumbrado a cruzar a menudo el portal entre Louna y Moondale, me recuperé ligeramente más rápido que los demás y les observé. No me llevo mucho, también os lo digo, porque solo había dos personas más conmigo: Henry y su aminovia Laura.

    – [Idris]¿Tanto os costaba mandarme con Coquito?[/Idris] – pregunté alzando el puño al cielo. Seguro que era cosa de Diarmud, todo el mundo sabía que tenía favoritas, así que Elle también tenía que serlo, objetivamente, porque, bueno, Elle le gustaba a todo el mundo.

    Así que me habían dejado sin unas vacaciones en ese maravilloso y tétrico lugar con Coquito. Pensándolo mejor, ella se habría desmotivado con ese cielo.

    – [Laura]¿Dónde estamos?[/Laura]- preguntó Laura. Parecía sentirse muy perdida.

    Saqué la brújula planar de mi padre y se me quedó el culo torcido con la cantidad de portales que había cerca, tantos, que en ese momento me sentía casi más perdido. Una cosa sí me quedó clara, eso no era la Tierra, debíamos estar ya en el Cúmulo Nexus.

    – [Idris]Ya no estamos en Kansas.[/Idris] – les dije.

    – [Henry]Ni la tierra al parecer.-[/Henry] corroboró Henry, echando un vistazo al muro semiderruido que teníamos cerca. Al menos los Daesdi nos habían dicho que nos iban a mandar a otro grupo de planetas. Era algo.

    – [Idris]Debe ser el Cúmulo. Hay una bestialidad de portales por aquí.[/Idris] – volví a mirar la brújula, pensando si alguno de esos portales me llevaría con Elle. Os confesaré mi deducción de situación, por partes:

    1º En las películas de miedo, cuando los grupos se separan, mal rollo.

    2º A los negros no nos iba muy bien en esas pelis.

    3º Encima iba con una pareja, así que salvo que se pusieran a hacerlo como monos y viniera alguien a matarlos mientras lo hacían, yo tenía las peores posibilidades.

    – [Laura]¿Eso significa que estamos en peligro?[/Laura]- preguntó de nuevo Laura. Me hacía gracia porque se notaba que era medio rusa cuando decía cosas como peligrro.

    – [Idris]Lo raro sería que no.[/Idris] – confesé. Y el peligrro no tardó en aparecer. Escuché un ruido entre las hojas y una cosa que caminaba a cuatro patas, oscura, monstruosa, deforme. Como en la peli aquella en la que no pueden hacer ruido porque si no los bichos les matan, pues imaginad la escena igual pero en lugar de silencio, conmigo gritando a pleno pulmón con una voz a lo Ruby Rhod.

    Evidentemente, corrimos como alma que lleva el diablo.

    – [Idris]Nos tuvo que tocar el sitio con el puto bicho más feo del universo.[/Idris] – me quejé, intentando no ir demasiado adelantado. Miré de reojo a aquella cosa horrenda y traté de congelarlo, pero parecía no funcionar.

    No sé cuanto tiempo corrimos, pero Laura y Henry cada vez parecían ir más despacio y el bicho más rápido, pese a que le ponía muros de hielo en el camino. Por suerte, alguien nos mandó un ángel de la guarda en forma de figura encapuchada que se apareció tras un muro.

    – [Zahra]¡Por aquí![/Zahra]- nos indicó, haciendo una seña.

    – [Henry]Seguidla[/Henry]. – dijo Henry. La muchacha tampoco se recreó mucho en las indicaciones y ya había desaparecido, pero la seguimos a toda velocidad.

    – [Laura]¿Te fías de una desconocida?[/Laura] – preguntó Laura. Como siguieran con la tensión sexual no resuelta el bicho me iba a acabar comiendo para que la audiencia pudiese ver como avanzaba su trama romántica.

    – [Henry]Mejor ella que el monstruo[/Henry]. – comentó Henry. Ahí había un chiste, pero lo dejé pasar porque, bueno, estaba a punto de palmar.

    Era difícil seguir el ritmo de la chica, atravesaba la zona por los lugares más cerrados, estrechos y complicados. Entre tanta oscuridad, costaba localizarla, así que dejé salir mi forma de elfo de la luna y mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, viendo a través de ella como si fuera de día.

    Guié a los demás y finalmente llegamos a una cueva. Esperamos, guardando silencio sepulcral, hasta que pasó el peligro.

    – [Idris]Parece que ha pasado de largo, suerte que listo no es.[/Idris] – dije mirando a nuestra salvadora. Era una chica más o menos de la edad de Laura, con una tez cobriza y un pelo negro como el azabache.

    – [Zahra]Cuando pase el peligro tenéis que iros[/Zahra].- soltó sin apenas mirarnos.- [Zahra]No hay comida ni refugio para todos[/Zahra]. – añadió. Para ser un ángel de la guarda era bastante antipática y un poco agoniosa.

    – [Idris]¿Amabilidad regional?[/Idris] – pregunté mientras la veía quitarse la capucha y echar unas setas que llevaba en un atillo a un cazo que tenía sobre una hoguera. Me sentía en el Skyrim, lo que tampoco me lo ponía fácil porque todo el mundo era racista con los elfos oscuros.

    – [Zahra]No quiero más muertes a mi espalda[/Zahra]. – replicó, todavía sin mirarnos. Se quitó la capa y vi que llevaba ropas que sin duda no eran de ninguna moda actual de la Tierra. Iba vestida a trozos, con una parte que parecía de cuero y sobre ella pieles para mantener el calor.

    – [Henry]¿Qué ha pasado aquí? Podemos ayudar.[/Henry] – se ofreció Henry. Quise decirle que estábamos ya bastante jodidos, pero era demasiado buen tipo como para entenderlo.

    – [Zahra]¿Acaso puedes devolverle la vida a todo mi pueblo?[/Zahra]- espetó con bastante mala leche.

     – [Idris]¿Han sido esos bichos?[/Idris] – pregunté, sentándome en una roca. Por suerte era plana, porque me habría dejado el culo como si hubiera  venido a verme Dante. ¿Demasiado?

    – [Zahra]No. Fui yo. [/Zahra] – replicó. Nos miró a los ojos y vi que decía la verdad.

    – [Idris]Plot twiiist.[/Idris] – mi boca siempre iba por delante de mi cabeza, pero a veces venía bien para paliar la gravedad de la situación, ya sabéis, como cuando estás perdido en un mundo desconocido en una cueva oscura con una aparente genocida. Absorbí frío de nuestro alrededor y  formé en mi mano una espada rudimentaria. Llamarla espada era mucho, pero yo era un tipo positivo.

    – [Laura]Mató a su pueblo. Tu espada va a hacer poco[/Laura].- intervino Laura, que estaba empezando a parecerme una chica no muy positiva, pero por suerte me caía bien igual.

    – [Henry]No os alejéis mucho.[/Henry] – dijo Henry, casi poniéndose frente a nosotros. Lo admiré, era blanco puro de lo buena gente que era. También me caía bien.

    – [Zahra]Si os quisiera muertos, no os habría salvado del Espantajo[/Zahra].- afirmó la demonio de la guarda, negando con la cabeza. Así que esa cosa se llamaba Espantajo, muy apropiado.

    – [Idris]Vale, eso tiene su lógica. Pero la parte de matar a todo tu pueblo sigue dando mal rollo.[/Idris] – puntualicé. La chica no se vendía muy bien. No me caía mal de base, pero tenía muy mal marketing.

    – [Zahra]Me dieron a elegir entre mi vida y la de ellos[/Zahra].- empezó a explicar.

    – [Idris]Suena a material de buen compañero de viaje.[/Idris] – respondí, haciendo una mueca con la boca.

    – [Henry]¿Podrías ayudarnos? Estamos buscando a alguien.-[/Henry] preguntó Henry. Cierto, que no solo teníamos que sobrevivir y encontrar a los demás, si no también cumplir la misión de los Daesdi de la que Henry no se había olvidado.

    – [Zahra]No[/Zahra].- respondió Zahra, que contaba las palabras que utilizaba.

    -[Heny]Como has podido deducir no somos de por aquí. Estamos buscando a una persona y cuanto antes la encontremos antes podremos dejarte en paz.-[/Henry] – resumió, la parte de dejarla en paz seguro que la convencía. Pero en lugar de respondernos, avivó un poco el fuego y empezó a remover en su olla tamaño de una persona.

    – [Idris]Si nos llevas a alguien que pueda ayudarnos dejaremos de molestarte y podrás hacer tu «cosa»[/Idris] – ofrecí señalando su olla. No podía llamar comida a esa mezcla de hierba y setas chungas preparada en  dudosas condiciones higiénicas. Ella se encogió de hombros, le importaba todo tres pitos, me caía bien.

    – [Henry]Te vendría bien un poco de compañía. Estar sola no es lo mejor créeme.-[/Henry] añadió Henry, negociando. Vi a Laura cruzarse de brazos y mirarle. Nuestra nueva «amiga» siguió removiendo por lo menos diez minutos y luego se sirvió un plato. Resulta que entre todo aquello sobresalía un muslo de pollo que cogió por el hueso y empezó a mordisquear.

     

    – [Idris]No es que no me guste verte aquí comer como un perro, pero si no nos ayudas vas a ver la tensión romántica de estos dos durante todo el capítulo.[/Idris] – venga, alguna forma tenía que haber para que nos ayudase: pistas sobre en qué mundo estábamos, algo que nos llevara al daë…no sé…algo. Yo solo había visto a los daë de géminis por los discos de mis padres y al de acuario por el del tío Bill. Henry debía conocer al daë al que se enfrentó Logan, que no recuerdo que signo era.

    Nuestra amiga perruna dio otro mordisco y masticó el «quieropensarqueespollo» mientras me miraba fijamente.

    – [Idris]¿Y vosotros entonces estáis juntos?[/Idris] – sentado de nuevo en mi rocaDante apoyé la cabeza en la mano y miré a Henry y Laura, tratando de forzar una situación.

    – [Laura]No[/Laura]. – respondió Laura rápidamente.

    – [Henry]¿Qué?. No. No…-[/Henry] dijo Henry, rascándose la cabeza, nervioso. Su reacción me daba más juego, pero la chica seguía comiendo.

    – [Idris]¿No? Pues hacéis buena pareja.[/Idris] – comenté, sonriendo. Venga, había sido partícipe en destapar un trío que llevaba años en la sombra, tenía que sacar algo de ahí que hiciera moverse a la montaraz aquella.

    – [Henry]¿Tú crees? -[/Henry] preguntó Henry, con un brillo en los ojos.

    – [Laura]¿HENRY Y YO? NO[/Laura].- gritó Laura, pero no se me escapó que su nombre lo pronunciaba con mucho cuidado. Me da que ni ella misma sabía lo que sentía.

    – [Henry]Si no nos ayudas no solo nuestro mundo estará condenado, el tuyo también. No creo que quieras más muertes sobre tu conciencia.-[/Henry] intentó desviar la conversación y convencer a la muchacha de una forma más rápida, pero ella pasó.

    – [Zahra]Seguid con la historia de amor un poco más[/Zahra].- casi se había terminado la comida y había tirado el hueso de «quenosearata» fuera de la cueva.

    – [Idris]¿En tu mesa de Infinity no tenías una foto de tu novia? Se parecía a ella.[/Idris] – ventajas de habernos colado en la sede de Infinity. A Laura casi se le salen los ojos de las cuencas.

    – [Henry]Era para aparentar, fue idea de los de la isla.-[/Henry] respondió Henry tratando de esquivar la bala.

    – [Zahra]¿Y no hay más chicas en la isla de la que vienes?[/Zahra] – preguntó ella, uniéndose a la trama.

    – [Henry]Si bueno, está Sophie…-[/Henry] comentó Henry. A ver, Sophie era una alegría para la vista, no había más que ver a mi hermano babeando en la fiesta de los gemelos, pero se notaba que la había nombrado porque sabía que otra gente la veía atractiva. El chico estaba colado por Laura.

    Nuestra salvadora terminó de comer y se fue, dejándonos allí solos sin saber que hacer. Volvió al rato con la olla limpia y la metió en una especie de mochila que se echó a la espalda. – [Zahra]Seguidme.[/Zahra]. – dijo.

    – [Idris]Antes de volver a salir a villaespantajo, ¿tienes nombre?[/Idris] – pregunté cuando estábamos a punto de atravesar la «puerta» de la cueva.

    – [Zahra]Sí, pero no te interesa.[/Zahra] – replicó.

    – [Idris]Va a ser un viaje agradable.[/Idris] – aseguré. Al menos tenía todo el camino para seguir haciendo de celestino particular.

    No sabía que las nubes grises que cubrían el cielo eran en realidad polución provocada por una ciudad que se alzaba kilómetros por encima de nosotros, una ciudad en la que vivía uno de los mayores enemigos de los Moondies y que pronto sería también el nuestro. El Arquitecto.

  • ECOS DEL PASADO

    IDRIS SOLO-NOVAK

    NOCHE – SUBTERRÁNEO TRES, SEDE DE INFINITY

    Que Coquito estuviera seria no era una buena señal. Intentaba llevar toda la situación de la mejor manera posible, pero ya desde que empezamos a preparar el equipo para entrar, supe que iba a ser doloroso para ella.

    Hacía unos días recuerdo cómo habíamos entrado a su casa y Xander estaba allí sentado, esperando, con papeles desperdigados sobre la mesa de café con anotaciones. Sin Daniel, Sarah y Sasha allí, el lugar parecía algo carente de sensación de hogar y cuanto más presente se hacía la realidad de entrar a Infinity, más frío parecía volverse, incluso para mí.

    – [Idris]Cuántos nervios.[/Idris] – dije tratando de romper el hielo.

    Xander esbozó una sonrisa para conformarnos. – [Xander]Cómo ha ido Ellie?[/Xander] – preguntó.

    – [Elle]Más menos.[/Elle]- suspiró ella, resignada.-[Elle] No somos los Moondies.[/Elle] – añadió. La leyenda de los Moondies caía como una losa sobre ellos. Mi madre era una Moondie y mi padre un Daë, pero en mi caso no había recaído con tanta fuerza el peso de su leyenda. Para ellos resultaba difícil.

    Xander suspiró, hubo muchos suspiros aquella tarde y la siguiente. – [Xander]¿Con quién podemos contar?[/Xander] –  preguntó, montando el tablero del ‘Pandemia’.

    – [Elle]Amy, Noah, Owen, el hijo de Olivia.[/Elle]- enumeró, ayudándole a sacar el contenido de las bolsas. Yo me fui a preparar algo de beber, con ellos los juegos de mesa eran un ritual sagrado. Lo agradecía, nunca había tenido bastante gente para poder jugar en condiciones.-[Elle] Y nosotros.[/Elle] – añadió.

    – [Xander]No somos muchos.[/Xander] – comentó, nervioso. Los dos trataban de disimular, pese a que se les comían los nervios. Se notaba que de cara a lo sobrenatural era su «primera vez». Los dos habían entrenado, pero la realidad era muy diferente.

    – [Elle]Hay dos personas ahí dentro.[/Elle]- dijo Ellie, buscando insuflar energías y esperanza a su hermano. Era como una luz que nunca se apagaba y yo siempre había sido un poco polilla. Que a nadie se le ocurra añadir una l a esa palabra.

    – [Xander]Lo sé, pero quiero que todos salgamos a salvo. Esas dos personas también.[/Xander] – el principal problema estaba en que Xander y Ellie eran extremadamente perfeccionistas y querían controlar cómo iba a salir todo incluso antes de entrar allí. Yo era un poco más caótico y por eso conseguía ser más despreocupado, salvo respecto a lo que sentía por Coquito claro, y aun así lo dejaba caer cada dos segundos. – [Xander]Kaylee nos habría venido bien.[/Xander] – pensó en voz alta.

    Escuché un ruido en el exterior y dejé que mis ojos de elfo vislumbraran a través de la oscuridad que rechazaba la luz de la cocina. No vi nada, pero tenía la sensación de que había alguien cerca.

    – [Elle]Kaylee está pasándolo muy mal.[/Elle]- le recordó Ellie. Sabía que mi medio Chocobon no sería capaz de arrastrar a Kaylee a algo tan peligroso, pero compartía la opinión de Xander.- [Elle]Hace tiempo que no hace magia. Solo quiere estar en Endless para no pensar[/Elle]. – añadió. Ahora que tenía más tiempo libre cuando Elle estaba en clase y no estaba preparando las oposiciones, me había enganchado a algunos mundos, especialmente el de Dragones y Mazmorras, así que sabía que esa tecnología permitía evadirse muy fácilmente de lo que te rodeaba. De hecho, no sé si en el futuro seguirá siendo así, pero está empezando a haber muchos grupos para luchar contra la adicción e intentar sobreponerse a la cultura de los ‘Ended’, que prácticamente viven en Endless.

    – [Idris]A veces hacer algo tan peligroso ayuda a centrarse.[/Idris] – comenté. A mi me estaba resultando más difícil tener tiempo libre que cuando pernoctaba enfrentándome a todo tipo de cosas oscuras y espeluznantes. – [Idris]Ver que su magia es útil y eso.[/Idris] – añadí.

    – [Elle]Se lo volveré a preguntar.[/Elle]- respondió, pensativa.

    Xander asintió, de acuerdo. – [Xander]Ellie, una cosa. Si pasa algo. A mí no me esperes. Cuídate tú.[/Xander] – el premio al más agorero era para mi futuro cuñado, eso era indudable.

    – [Elle]No.[/Elle]- replicó Ellie, seria. Cuando Elle ponía esa mirada ya podías echar a correr, por suerte a mí solo me ponía ojitos tiernos y a veces un poco pícaros.

    – [Idris]Madre mía, te digo yo a ti que no.[/Idris] – añadí, mirando fijamente al señor Cenizo.

    – [Xander]Vale.[/Xander] – respondió, para no continuar con la conversación.

    – [Idris]Crea un CDC anda, mártir.[/Idris] – le pedí, sonriendo. En realidad me hacía poca gracia la situación y la gravedad con la que se lo estaban tomando empezaba a ser contagiosa.

    – [Elle]San Xander.[/Elle]- bromeó Coquito, echándose a reír. De pronto el aura ceniza pareció desaparecer y solté una carcajada.

    – [Xander]Qué bien os lo pasáis[/Xander] – dijo, sonriendo de verdad.

    Continuamos con la partida y después de un raro silencio, que era raro porque yo me hubiese quedado callado, Elle murmuró algo.

    – [Elle]Jane lo está pasando muy mal[/Elle]

    Viendo que Xander parecía el monstruo Boo cuando se le calentaba la sesera, me puse en pie y les dejé a solas. – [Idris]Os dejo un segundo, me estoy 42.[/Idris] – dije recogiendo los vasos para llevarlos a la cocina.

    – [Xander]¿Qué quieres que haga Ellie? No nos va muy bien cuando hablamos.[/Xander] – confesó. Vale, a ver, me fui de verdad para no cotillear la conversación, pero tengo oído de elfo sin ni siquiera transformarme, así que me pusiera donde me pusiera, iba a escucharles. Bueno, igual también me interesaba un poco.

    – [Elle]Es que Jane es muy cabezota.[/Elle]- suspiró Ellie. Os lo dije, muchos suspiros esos días.

    – [Xander]¿Sabes si recibió mi regalo?[/Xander] – preguntó, afectado. Ese muro de indiferencia que había intentado construir yéndose a Merelia no funcionaba. Yo no era quién para hablar, pero lo que tenían que haber hecho hacía mucho tiempo Jane y él era darle como monos durante un día entero. Tenían mucho mal humor acumulado.

    – [Elle]Sí.[/Elle]- respondió Coquito.- [Elle]Le gustó mucho.[/Elle]
    añadió. Me imaginé a Xander sonriendo. Igual no era verdad, pero en mi cabeza la gente sonríe más. También se desnuda más, pero eso en otros momentos y Xander no, que era familia. – [Xander]Cuando salgamos…iré a hablar con ella de nuevo.[/Xander] – hablar no les iba bien, mejor se entregaban a otros lenguajes.

    – [Elle]A ver si os casáis de una vez y dejáis el drama.[/Elle]- se rió Coquito, seguramente pensaba lo mismo que yo pero en fino.

    – [Xander]Amy tiene la culpa de que vuelva a ver nuestra reconciliación como algo…posible.[/Xander] – comentó con resignación.

    – [Elle]Habéis nacido para estar juntos, pero sois tan tontos que no lo veis.[/Elle]- casi aplaudo, así que disimulé haciendo como que fregaba el vaso.

    – [Xander]¿Y tú qué, eh? ¿Va a haber Coquitoboda?[/Xander] – le picó. Agudicé al máximo mi oído, fregando el vaso sin agua ni jabón.

    Escuché un ruido y Xander se quejó. Elle debía haberle pateado.

    Me giré y vi que se daban un abrazo y Xander le daba un beso cariñoso en el pelo. – [Xander]Te he echado de menos.[/Xander] – dijo. Pensé en que  yo también había echado de menos a Mike y teníamos que aprovechar para pasar tiempo juntos.

    – [Elle]Yo a ti no.[/Elle]- bromeó ella. – [Elle]Me gustaba ser hija casi única.[/Elle] – sentenció. También fue mala suerte que Xander estuviera todo el día en casa ahora que no estaban ninguno de sus padres ni Dante.

    – [Xander]No soy el único que lo ha hecho.[/Xander] – añadió. Todos sabíamos quién más echaba de menos a Elle.

    – [Elle]Sé por quién lo dices, pero no estamos peleadas y te lo demostraré[/Elle].- replicó. Por lo que sabía de la historia, Coquito y Amy eran inseparables hasta que dejaron de serlo. Amy había pasado unos años muy chungos y se había evadido de todo el mundo, pero parecía que ahora con el empujón de irse a Merelia con Xander, las cosas habían mejorado un poco para ella.

    – [Xander]Pones el listón muy alto, Lilie.[/Xander] – le replicó. Recuerdo que cuando eran pequeños siempre la llamaba así. Claro, como soy el viejo del grupo.

    – [Elle]Anda ya[/Elle].-comentó ella, restándole importancia.

    – [Xander]Lo digo en serio.[/Xander] – añadió él. Me sentí orgulloso de que Coquito tuviese un hermano que la tratase bien, ella se lo merecía todo.

    Aquél día seguimos jugando hasta tarde, buscando el momento en el que nos librásemos de los nervios para poder irnos a dormir tranquilos. Xander fue el primero en irse, Elle y yo nos quedamos dormidos en el sofá, castos y puros, por desgracia.

    Los días pasaron volando y allí estábamos, en el sótano de los horrores

    – [Idris]Bueno, Coquito, ¿se te ocurre qué hacer solos en este gran sótano vacío con dormitorios a ambos lados?[/Idris] – sonreí, intentando paliar la gravedad de la situación.

    – [Elle]Puedo mirar a ver si tengo datos y vemos un capítulo. [/Elle]- sonrió. Vi a través de su sonrisa, estaba preocupada. Acababa de descubrir que tenía una hermana más y ahora ella, su hermano y un montón de gente a la que quería estaban en peligro inmediato, incluidos nosotros.

    – [Idris]¿InfiniTV and chill?[/Idris] – me reí mientras caminábamos. En realidad en parte iba en serio porque cuando me ponía nervioso me entraban ganas de fiesta. Como diría mi versión de Bruce Banner, mi secreto es que siempre estoy nervioso.

    – [Elle]Solo era una idea.[/Elle] – replicó ella. Estaba muy preocupada.

    – [Idris]Lo sé.[/Idris] – añadí. Ella pareció sentirse mal por estar seria, así que lo atajé. – [Idris]Es que este sitio apaga el sentido del humor.[/Idris] – dije mirándola. Nos sonreímos y nos detuvimos allí.

    – [Elle]Vamos a salir de aquí.[/Elle] – me dijo y se acercó para abrazarme. – [Elle]Vivos y bien. [/Elle]- puntualizó. Sí, no me apetecía salir de allí con menos Idris del que entró, especialmente sin el Señor Coco.

    – [Idris]No me abraces mucho que ahí veo una cama y no respondo.[/Idris] – bromeé, señálando una de las asépticas celdas dignas de una fantasía voyeur, con su pared frontal de cristal.

    – [Elle]En tus sueños, majo.[/Elle] – replicó alzando una ceja. Entre la ceja, la sonrisa y los nervios estaba a punto de darme mal.

    – [Idris]Vale, entonces me echaré a dormir.[/Idris] – respondí, alzando una ceja en respuesta, pero no tenía su habilidad. Ella se echó a reír, pero nuestro instante de felicidad duró muy poco, lo que tardó mi vista en fijarse en algo que se movía en una celda más allá.

    – [Elle]¿Qué pasa?[/Elle] – preguntó ella al ver mi cara.

    – [Idris]Esto no está vacío, Coquito.[/Idris] – le dije, señálando la celda. La miré y caminamos para acercarnos, con cautela.

    Dentro de la celda había una mujer aparentemente joven, vestida con una ropa que parecía cómoda, completamente blanca.

    – [Alice]No me digas que llevo veinte años en esta maldita celda y que sois los Nuevos Moondies.[/Alice]- espetó con mal humor, mirándonos fijamente.

    – [Elle]No eres humana.[/Elle] – dijo Elle, observándola. – [Elle]Ni buena.[/Elle] – Coquito había heredado bastantes cosas de su madre, pero no estaba claro cuánto porque no era muy habitual todo lo relacionado con su concepción. Por lo que parecía, era capaz de percibir a los sobrenaturales, quizá esa magia que corría con fuerza por sus venas le permitía ver las auras.

    Me fijé en que había una especie de bolsas en la esquina que contenían restos de un líquido rojo. Era una vampiresa.

    Antes de poder contestarle, miré la celda de al lado, en la que había ruidos. Un licántropo, transformado, arañaba y se golpeaba contra el cristal al vernos, pero no conseguía hacer ni una mella.

    – [Idris]¿Te ha capturado Infinity?[/Idris] – le pregunté, parecía poco amigable, pero el licántropo no iba a hablar mucho.

    – [Alice]Llevo mucho tiempo aquí.[/Alice] – comentó, acercándose más al cristal. No tenía mal aspecto pero sus ojos parecían más ávidos al habernos visto, como si solo viese un manojo de venas por las que corría sangre. Se fijaba demasiado en Elle. – [Alice]Otra rubia diminuta y maciza destinada a salvar el mundo. [/Alice] – puso los ojos en blanco, pero su lenguaje verbal dejaba claro que estaba deseando hincarle el diente. Los vampiros se alimentaban de los vivos, pero había algunas razas por las que tenían predilección. La que más, la de Elle y su madre.

    Vi un destello en la pared frontal y como aún no había superado la fase de niño curioso, le di a un símbolo ‘+’ que había aparecido. Eso desplegó una ficha de información y debajo un diario de investigaciones. Me leí el resumen por encima.

    – [Idris]Es una vampiresa. Alice.[/Idris] – leí. No llevaba veinte años allí, pero sí casi cinco. Eso significaba que Infinity llevaba ya un tiempo siendo el revival de la Iniciativa. En cinco años les podía haber dado tiempo a mucho.

    – [Elle]Me suena. [/Elle]- respondió Coquito, estaba muy guapa cuando fruncía el ceño pensativa.- [Elle]Trabajaba para Siegfried según me dijo mi padre.[/Elle] – recordó finalmente. Me daba grima escuchar hablar de Z, pero traté de ocultarlo.

    – [Alice]Tenéis que sacarme de aquí. [/Alice] – nos pidió. – [Alice]Si me llevan, no volveré.[/Alice] – rogó, con cara de pena. Sinceramente, parecía un papelón, pero lo hacía tan bien que te dejaba con dudas.

    – [Idris]Si los sacamos nos descubrirán enseguida.[/Idris] – comenté, buscando la respuesta de Elle, que seguramente sabría qué hacer, ella era la blanca, si por mí fuera no sé qué habría hecho.

    – [Elle]¿Y qué hacemos, los dejamos aquí?[/Elle] – preguntó ella, nerviosa. Vi que se mordía los labios y se había hecho una herida.

    – [Idris]Sinceramente, no lo sé.[/Idris] – confesé.

    Era una vampiresa, su único propósito en la vida era el de alimentarse de otros, sin importarle si vivían o morían, pero por otro lado, sabía perfectamente lo que era vivir con el arquetipo y los prejuicios que ponen en ti solo por tu apariencia.

    Recordé una tarde, tiempo antes de empezar a formar un grupo para ir de caza, antes incluso de empezar a ir yo mismo. Había salido con unos amigos al cine, para ver una película. Nos encontramos con los clásicos matones de clase, que estaban metiéndose con un chaval tímido que también iba con nosotros al instituto. Me puse delante de él y les reté. Uno de ellos fue a pegarme y le paré la mano, no me esperaba que jugaran tan sucio y otro de ellos consiguió golpearme. Perdí el equilibrio y caí al suelo con el labio partido. En un suspiro, alguien había llamado a la policía y ya estaban allí. ¿Sabéis lo primero que hicieron? Pista: no fue preguntarme si estaba bien. Me alzaron y me pidieron que pusiera las manos a la espalda y me colocase contra el escaparate de una tienda, igual que al resto de los que me acompañaban. Los matones de clase mintieron y conseguí salir de esa gracias a mi padre, pero nunca se me olvidaría la impotencia y la indefensión que sentí.

    – [Alice]No estáis a la altura de los Moondies. [/Alice] – espetó la vampiresa, trayéndome de vuelta del vagón de los recuerdos. – [Alice]Sois unos críos.[/Alice] – replicó volviendo a internarse en las sombras.

    – [Idris]Qué cabrona.[/Idris] – solté.

    – [Elle]Sabe dónde dar.[/Elle] – aseguró, siguiéndola con la mirada.

    – [Idris]Ya, y ahora nos deja en la Isla del Doctor Moreau con un debate filosófico que nos perseguirá durante varios capítulos.[/Idris] – comenté. Ya estaba siendo complicado sacarnos a nosotros mismos de allí, aún más intentar sacar a toda la gente que pudiesen tener cautiva. Pero si no lo hacíamos, nos perseguiría nuestra conciencia.

    – [Alice]Os estoy oyendo, inútiles.[/Alice] – gritó desde su esquina.

    – [Idris]Les pienso decir que te den de comer morcilla.[/Idris] – le repliqué. La jodía se acercó lo suficiente como para hacerme un corte de mangas. Mira, por ella no iba a tener debate filosófico. – [Idris]En fin, será mejor que miremos al resto de gente.[/Idris] – dije, fijándome en lo largo que era el pasillo. Largo como el camino a casa cuando tienes prisa o como el tiempo que tardaba en responder Coquito cuando hacíamos amago de sexting.

    Cuánto más avanzábamos menos duda quedaba de que Infinity estaba utilizando las instalaciones para su propósito original. Varias veces tragué saliva al ver las caras de pánico y tristeza en las caras de algunos sobrenaturales que había allí. Algunos debían ser humanos potenciados o demonios cruzados, porque no se les distinguía. Aquello era horrible, como caminar por un campo de concentración. Todo en mi cuerpo gritaba por salir de allí, incluso por dejar mi cuerpo a su suerte y observar desde la distancia cómo salía todo.

    – [Elle]Este sitio da miedo.[/Elle] – afirmó. Le temblaba un poco la barbilla.

    – [Idris]Te doy la mano si quieres.[/Idris] – dije con una sonrisa, tratando de quitarle importancia.

    – [Elle]Si yo tengo más fuerza que tú… [/Elle]- me dio un golpe en el brazo y lo corroboré, y eso que no había sido con fuerza.

    – [Idris]¿Por qué crees que te lo estoy pidiendo? Como vea otro demonio triste más me voy a cagar.[/Idris] – respondí con sinceridad.

    – [Elle]Tranquilo.[/Elle] – dijo con voz calmada, agarrando mi mano. – [Elle]Vamos a acabar con Infinity juntos.[/Elle] – afirmó con convicción. Quise creerla, pero tenía miedo a que aquello fuese demasiado.

    – [Idris]¿Con erótico resultado?[/Idris] – pregunté, ocultando cómo me sentía. Ya habría tiempo de lidiar con lo que le pasaba a aquellas personas, cuando estuviésemos a salvo. De nada servía intentar ayudarles y quedarnos por el camino.

    – [Elle]Ya veremos.[/Elle] – respondió. Con eso tuve suficiente para sacar fuerzas renovadas. Le sonreí y seguimos caminando, viendo quién más estaba allí dentro, porque éramos así de sacrificados y masoquistas y queríamos grabarnos en la retina las caras de la gente que teníamos que salvar.

  • SINCERIDAD PARA ALGUNOS

    IDRIS SOLO-NOVAK

    PLAYA DE LOUNA. NOCHE

    2 años después

    Buenos días futura gente que esté interesada en leer mi polvoriento diario, que lleva sin actualizarse años. Tengo que dar las gracias a Mike por convencerme de escribir, porque en los cuatro borradores que hice por ordenador le encontré la gracia, así que ahora creo que voy a escribir directamente a mano. Si veis alguna errata, pasadla por alto o achacadla a nuestro anticuado y primitivo idioma.

    Bueno, volvemos al tema. El tiempo pasa muy rápido, demasiado quizá, y las cosas estaban cambiando a velocidad vertiginosa. Ya hacía más de dos meses que habíamos acompañado a mi hermano, al principio del verano, a la Universidad de Alberta. Ahí fue cuando me convenció porque soy un sentimental y me dio pena no verle por casa en una temporada. Eso y que él, que era de verano, iba a pasar un frío del carajo. Yo me habría sentido como en casa.

    Lexie salía bastante con Noah y Niall, estaba convencida de que los dos estaban liados y que ella no tenía ninguna oportunidad con Noah y yo no dejaba de morirme de risa cada vez que me contaba las anécdotas.

    Los ‘Drow‘ estaban cada vez más estabilizados. Había llevado años pero al final los tiempos de drogas y trapicheos habían quedado atrás y ahora tenían un propósito, defendiendo a los habitantes de Louna por la noche. Yo les acompañaba muchas veces, pero normalmente se las arreglaban ya sin mí.

    Pensaban que tenían una deuda conmigo y que quitándome el trabajo de patrullar por las noches me hacían un favor, pero cuando me encontré con tanto tiempo libre, no supe qué hacer. Tenía más tiempo y menos hermanos con los que pasarlo.

    Pero no he venido aquí a quejarme, todo tiene su lado positivo y el mío era que poco después de un par de semanas de soledad existencial, empecé a pasar más tiempo con Coquito. Nos habíamos ido haciendo más cercanos en los últimos años. Quizá influyó que la llamase la mañana siguiente a nuestro encuentro en la pizzería para preguntarle por Kaylee, o que me presentara en su dieciocho cumpleaños envuelto en un lazo rojo. El caso es que nos divertíamos juntos, saliendo y bromeando mientras los demás ponían caras de vergüenza a nuestro alrededor.

    Esa noche acababamos de cenar en un italiano al lado de la playa y decidimos pasear por la arena disfrutando de la brisa nocturna aprovechando que era un fin de semana de inicios de otoño y aún no hacía frío. La miré y le sonreí abiertamente, llevaba un vestido largo de flores y una chaqueta vaquera. ¿He dicho alguna vez que me encanta el coco?

    – [Elle]A veces pienso que Jane y su hermano no se van a llevar bien nunca y me da mucha pena[/Elle].- comentó, suspirando. Estábamos hablando de los problemas que llevaban años dando vueltas alrededor de todos. Este año el verano nos había encontrado separados: Leo seguía de gira con su grupo; Amy estaba distanciada de todos porque Leo se hubiese ido; Kaylee intentaba cambiar su forma de ser pero de momento solo había conseguido que Blue cogiese su puesto durante el último año de instituto, con suerte cambiarían las cosas en la universidad; Jane no se hablaba ni con Xander ni con Owen; y Dante, era Dante, pasaba de todo.

    – [Idris]Yo no soportaría no hablarme con Mike.[/Idris] – respondí. Quería a mi hermano aunque la gente pensase que le tenía celos por ser hijo biológico. Esa diferencia en mi casa no existía. Jane se había ido hacía unos meses a vivir con su padre y la relación con Owen se había enfriado más. Sabía por mi madre que Elliot seguía con pruebas y tratamientos continuos y que todo giraba entorno a eso, como si el resto de la familia viviese en una burbuja temporal hasta que Elliot empezase a poder sentir algo. – [Idris]En el fondo la culpa es de Dom y Rebecca.[/Idris] – Normalmente soy un bocazas, pero capeo mis cagadas con humor. Con Elle, no necesitaba capear demasiado y podía ser sincero con las cosas que de verdad me preocupaban.

    – [Elle]Con las cartas que les han tocado, demasiado bien lo han hecho[/Elle].- Elle era de moralidad blanca, tenía tanta luz que me atraía como a una polilla. El problema es que no dejaba de chocarme con el cristal. No, no es una referencia a la falta de sexo, creo.

    – [Idris]No digo que sea consciente, pero al final les han metido en el problema y cada uno ha terminado tirando para el lado de un padre.[/Idris] – intenté explicarme, no quería que mi lengua me metiese en un problema con Elle. Espera, ahí si hay una referencia al sexo.

    – [Elle]Si me pasa eso con Xander o con Dante, creo que me muero[/Elle].- sentenció, la brisa le llevó un mechón de pelo a los ojos, que se apartó colocándose detrás de la oreja. Elle era preciosa, por dentro y por fuera. Fíjate, tan bocazas y no era capaz de lanzarme a ella salvo con bromas sexuales. Me paré a pensar en lo que había dicho. A ver, los Moondies eran una cosa del otro mundo, solo tenías que mirar lo geniales que eran mis padres, o los nudistas de los Arkkan. Los Echolls no eran menos, eran una familia de diez, no había más que ver a Elle para saberlo. Habían adoptado a Dante cuando su madre murió y le habían tratado como a uno más, igual que mis padres a mí. Eso me hacía sentir más cariño hacia mis futuros suegros.

    – [Idris]Eres demasiado pura ‘Coquito’.[/Idris] – repliqué, sonriente. Mi olfato agudizado captó el olor del coco que trajo la brisa. Elle llevaba su característico perfume, ese que le ganó el mote, aunque recientemente había bromeado ya con otros ‘Coquitos‘.

    – [Elle]Es que me gusta llevarme bien con la gente[/Elle].- afirmó encogiéndose de hombros. Veía en ella muchas cosas de su madre, había pasado bastante tiempo con ella de pequeño y de adolescente, ella se había encargado de que supiera cosas de mis padres biológicos. Tenían un sentido del deber que las hacía únicas, porque era auténtico, de verdad querían ayudar a la gente y eran buenas personas.

    – [Idris]Eres un regalo para todos nosotros.[/Idris] – respondí con una sonrisa amplia, casi caricaturesca, que normalmente le hacía reírse.

    – [Elle]Exagerado[/Elle].- respondió ella quitándole importancia. Guapa, simpática, buena, modesta… ¿A qué esperas Drizz? ¿A que se despelote en la arena y te diga ven? Pues mira, eso no estaría mal.

    – [Idris]Para nada. En realidad por eso salgo tanto contigo, para que se me pegue algo.[/Idris] – sonreí, mirándola, seguramente parecía un vagabundo mirando una hamburguesa doble con queso o cualquier persona en condiciones frente a un cachorrito. – [Idris]¿Te preocupa algo más?[/Idris] – pregunté. Había algo en su mirada, esa noche no estaba en la tierra, estaba encerrada en sus pensamientos.

    – [Elle]Mi prima Kaylee lo está pasando bastante mal, porque se arrepiente de todo lo que hizo en el instituto.[/Elle] – explicó. Elle llevaba intentando ayudarla desde la noche en la que la acompañó borracha a casa.

    – [Idris]¿Les ha dicho algo a los demás? No creo que la vayan a culpar toda la vida.[/Idris] – pregunté. A estas alturas, Kaylee se hablaba con Elle, con Noah, con Owen, con Dante y conmigo, pero no se había atrevido aún a ir a hablar con los demás por miedo al rechazo. Tenía que ser difícil, yo solía camuflar lo que sentía con bromas, así que plantarme delante de alguien y sacar un tema serio para pedir disculpas me aterraba.

    – [Elle]No se atreve por un lado y es bastante orgullosa por el otro.[/Elle]- se sentó en la arena y yo me despatarré a su lado. Kaylee había estado entretenida en los dos últimos años de instituto tratando de mantener su popularidad sin ser una chunga, pero al final, Blue le comió el terreno y se convirtió en la Queen. Por lo que dijo Elle para Kaylee fue un drama tener que pasarle la corona en el último baile después de haber sido la ganadora del anterior junto a Owen. Era una pena que hubieran empezado con tan mal pie, porque Lexie habría entendido perfectamente a Kaylee.

    – [Idris]A Lexie le pasa algo parecido con tu primo.[/Idris] – comenté. Noah le gustaba y en el fondo se autoconvencía de que estaba colado por Niall como una forma de escapar de algo que podría retenerla. – [Idris]Lo ha pasado muy mal pero como siga escondiéndose nunca va a ser feliz.[/Idris] – añadí, preocupado. No podía seguir corriendo toda su vida. Me había costado horas convencerla de seguir en el Instituto Hedy Lamarr y ahora al final ella misma había decidido matricularse en la Universidad de Moondale para estar cerca de sus amigos, pero aun así seguía siendo Lexie Reed, la máscara de Lexie Fenris.

    – [Elle]Con lo fácil que es decir las cosas y ya está[/Elle].- se giró y nos miramos. Tuve una frase en la punta de la lengua. De hecho el tiempo se ralentizó y entró la típica secuencia que sabes que no es real, que solo es imaginación, en la que me arrodillaba y creaba un anillo de hielo para pedirle matrimonio. Volví a la realidad, donde la arena se me colaba en los gayumbos.

    – [Idris]A veces pensamos demasiado. Todos.[/Idris] – respondí con sinceridad. Si todos fuéramos como mi padre, las cosas serían más fáciles. Aunque fuese algo temporal. Espera. – [Idris]Coño, Jaheem…tengo una idea, Coquito.[/Idris] – le expliqué, girándome. Iba a tener que sacarme mucha arena de encima más tarde.

    – [Elle]No pienso bañarme en pelotas contigo[/Elle].- sentenció. Mierda, no se me había ocurrido pero habría estado bien, de ahí a bow chika bow bow había poco.

    – [Idris]Primero: no iba a decir eso. Segundo: maldita sea.[/Idris] – solté una risotada, cuadrando el plan en mi cabeza. – [Idris]Jaheem es un colega, puede hacer que la gente sea sincera durante 26 horas.[/Idris] – le expliqué. Le había visto usarlo alguna vez estando borracho. No penséis mal, sé que no está bien hechizar a nadie para decir la verdad, mi padre habia hablado de eso muchas veces. Pero el poder de Jaheem se aseguraba de que solo dijeses las verdades que quisieras dejar salir. Un plan perfecto. – [Idris]No lo usaba de forma muy legal y le salvé el culo. Nos haría el favor.[/Idris] – aseguré.

    – [Elle]¿26 horas? ¿Y por qué no 24? ¿Qué loco puso esa franja de tiempo?[/Elle]- replicó ella echándose a reír. Estaba preciosa cuando se reía, quizá por eso me volvía aún más payaso a su lado.

    – [Idris]No sé, no se quedó muy fino de la regadera. Le dio por traficar y consumir. Casi se lo come un demonio y el tío estaba partido de risa.[/Idris] – resumí. Era un poco raro entrar a una guarida de demonio y encontrárselo a punto de comerse a un hermano descojonándose. Llevaba una buena temporada sin consumir, era la primera regla para ser un ‘Drow’, pero la cabeza no se le había quedado del todo asentada.

    Elle se echó a reír.- [Elle]No tiene gracia, lo siento[/Elle]. – se disculpó, intentando mantener la risa.

    – [Idris]¿Que no? Se pensaba que había ligado con Karima Kareem.[/Idris] – expliqué, por si venís del futuro lejano y ya no hay una crisis creativa mundial, Karima Kareem era una diva Disney que ahora cantaba más ligera de ropa y era una diosa para el colectivo LGBT+. El tío tronao pensaba que estaban en los preliminares. – [Idris]Le salvé el culo y le ayudé a salir de las drogas así que puedes reírte.[/Idris] – dije quitándole hierro al asunto.

    – [Elle]Eres un cinnamon roll[/Elle].- sentenció mirándome orgullosa. A veces tenía miedo de hablarle de lo que sentía y romper esa magia que teníamos.- [Elle]Demasiado puro para este mundo[/Elle]. – añadió, bromeando, porque yo de puro no tenía mucho. Era más bien gris plata moralmente hablando.

    – [Idris]Cómeme antes de que me vuelva impuro.[/Idris] – repliqué echándome a reír. Por intentarlo, que no quedara.

    – [Elle]Ven, que te como ahora[/Elle].- respondió, haciéndome una seña. Alcé una ceja, sabía que me iba a hacer alguna jugarreta, pero mira, estaba un poco desesperado y por probar suerte..

    Me acerqué y ella también, pero en el último momento se giró y me lamió la cara. – [Elle]Grrr[/Elle].- gruñó. Se apartó y nos echamos a reír, eso sí, yo me quedé sentado y  evitando ponerme boca abajo en la arena.

    Al cabo de un rato, mi mente volvió a subir y retomé el plan. – [Idris]Vale, vamos a hacer la lista: Jane, Owen, Kaylee, Lexie, Noah…¿alguien más?[/Idris] – pregunté. Leo habría estado bien para que se soltara un poco pero estaba en la quinta coña y Amy parecido.

    – [Elle]Apunta a mis padres para ver si confiesan el lío con Sasha, que ya huele[/Elle].- afirmó, colocando los brazos en jarras. Lo decía en serio, así que los apunté.

    – [Idris]¿No es obvio?[/Idris] – pregunté, muerto de risa. Era un pequeño vox populi entre los más cercanos que los padres de Elle y Sasha pasaban bastante tiempo juntos, pero hacía ya tanto tiempo que las cosas eran así que a todo el mundo le daba ya miedo preguntar, por si solo lo parecía y ellos se ofendían.

    – [Elle]Pero si lo confiesan, le puedo decir Mamá Sasha[/Elle].- añadió ella guiñándome un ojo. Ya tienes que criar bien a tus hijos para que les de igual que tengas un trío, salvo por el hecho de portarse bien con la tercera persona.

    – [Idris]Y yo llamarla suegra.[/Idris] – dejé caer la indirecta tal y como yo entendía las indirectas.

    – [Elle]¿Suegra? Te estás viniendo arriba, Idris Solo-Novak[/Elle]. – sentenció ella, alzando una ceja de una forma muy sexy.

    – [Idris]Tú dame tiempo, Elle Solo-Novak.[/Idris] – bromeé, haciéndole ojitos.

    – [Elle]Idris Echolls[/Elle].- replicó ella, muy digna.

    – [Idris]Gracias, estaba deseando que lo confesaras.[/Idris] – me eché a reír al ver que había caído en mi trampa. Ella me dio un golpe en el hombro que casi me lo saca del sitio. Me gustaba eso de que fuera más fuerte que yo.

    – [Idris]¿Alguien más para el proyecto «The Truth»?[/Idris] – pregunté, inventando sobre la marcha.

    – [Elle]Lo que surja.[/Elle]- replicó. Me vi tentado a meternos a nosotros mismos en el saco, pero tenía miedo de que me matase. Era una pena ser de los que arreglan cosas, hubiese preferido que otro lo hubiese hecho y hubiese visto lo obvio de lo que sentía por ella para obligarme a decir lo que sentía.

    – [Idris]Pues listo, voy a mandarle un mensaje. Déjame que descargue alguna foto de InfinityFaces.[/Idris] – dije desbloqueando el Inphone Indus y abriendo la aplicación para buscar fotos. Encontré una en la que salían los padres de Elle y Sasha compuestos para algún evento; otra en la que salían Xander y Owen; Elle me pasó una de Jane sola, le pregunté si tenía también fotos comprometidas pero me gané un codazo; la que más me costó encontrar fue la de Noah y Lexie, lo mejor que conseguí fue una en la que aparecía Niall. Le pasé todos los datos a Jaheem y esperé a que me respondiera.

    – [Elle]Qué guapo estás cuando te concentras[/Elle]- me giré y vi que me estaba mirando, me pareció incluso que lo decía en serio, pero como soy gilipollas, en vez de decirle nada, bromeé y puse cara de esfuerzo.

    – [Idris]¿Así? ¿O parece que estoy 42?[/Idris] – la pregunté, riéndome. Ella se echó a reír y así fue como perdí otra oportunidad.

    La InfinityBand vibró y me mostró el mensaje que acababa de llegar el teléfono: ‘Vale tío, ke dices que haga a esta peña?‘. Esperé cinco minutos mientras leía «Jaheem está escribiendo» y leí. ‘Ah coño, que les haga el Verdatronic. Va. Mañana, que hoy estoy tirao.‘ Los cigarrillos aliñados no había conseguido que los dejase de momento, así que tendría que reenviarle el mensaje tres o cuatro veces, pero seguramente mañana por la mañana estaría hecho.

    Se lo dije a Elle y ella se alegró. Nos quedamos un rato más disfrutando del paseo por la playa, aunque de lo que más disfruté fue de estar con ella.

  • PARECIDOS FAMILIARES

    MICHAEL SOLO-NOVAK

    SU CASA, LOUNA. NOCHE

     

    Me apoyé en el respaldo de la silla y noté dolor en el cuello. Llevaba demasiado rato estudiando, así que aprovechando que empezaba a notar algo de hambre, me levanté de la silla y bajé a la planta de abajo.

    Cuando llegué a la cocina, las vistas nocturas de la costa de Louna a través de la cristalera de la terraza me dejaron parado unos instantes. Mi madre estaba fuera, leyendo algo en su InfinityBook.

    – [Mike]Mamá ¿queda guacamole?[/Mike] – le pregunté. En casa solíamos tener guacamole, hummus y otros untables veganos para matar el hambre entre horas. Principalmente para mi madre y para mí, mi hermano solía tener helados, tabletas de chocolate y bolsas de patatas que a veces le saqueaba mi padre.

    – [Mara]Claro.[/Mara]- mi madre se levantó, dejando el lector en el asiento y caminó hasta la nevera para buscar un tupper de cristal. – [Mara]Lo ha hecho tu padre hace un rato y le ha salido muy bueno.[/Mara]- comentó, dedicándome una sonrisa. Mi padre había salido a dar su paseo nocturno por la playa. Era algo habitual mientras todavía hacía calor, decía que le ayudaba con el dolor de la pierna. Cuando todavía era detective en Louna recibió un disparo en la pierna que le dejó un nervio afectado. Tenía movilidad aunque con cierta rigidez, pero de vez en cuando le dolía bastante.

    – [Mike]Me ha dado hambre. Pero igual espero a la cena.[/Mike] – aseguré, mirando la hora en la InfinityBand. Ya quedaba poco para la cena, así que prefería guardarme las ganas. – [Mike]Drizz está con Lexie ¿no?[/Mike] – pregunté. Mi hermano estaba completamente volcado a asegurarse de que Lexie tenía una vida normal. Su problema auditivo siempre la había acomplejado y como la gente era bastante cruel en los institutos y en la vida en general, no le había ido bien.

    – [Mara]Se han ido a Moondale a comer pizza como si aquí no hubiera sitios para cenar.[/Mara]- respondió mi madre, en modo suspicaz. Mi padre era el detective, pero mi madre tenía su «olfato de loba» muy acentuado, no se le solía escapar nada.

    – [Mike]Creo que Lexie quería dejar el instituto de Moondale y Drizz intenta convencerla.[/Mike] – afirmé, pensativo. Cogí un nacho de la bolsa y lo mojé en guacamole, ya llegaba tarde para decirle a mi mano que no quería comer entre horas.

    – [Mara]No sé si lo conseguirá, porque Lexie es…testaruda.[/Mara]- replicó mi madre, haciendo lo mismo. Siempre era agradable hablar con mi madre, se preocupaba de nosotros y supongo que también influía que yo me parecía mucho a ella.- [Mara]De todas formas, creo… que tu hermano quiere algo.[/Mara] – añadió. Me reí, mi hermano era impredecible, un trozo de pan, sí, pero a veces formaba todo un espectáculo a su alrededor porque había heredado, quizá incluso más que yo, la riña de mi padre con las mentiras. Mi padre no podía genética o magicamente, decir mentiras, y nosotros habíamos acabado acostumbrándonos a no hacerlo. Además, parecía que a mi madre le gustaba bastante que todos fuésemos sinceros.

    – [Mike]Creo que es la pizzería favorita de Elle.[/Mike] – dije con sinceridad. Esbocé una tenue sonrisa.

    Mi madre estaba sirviéndonos un par de vasos de agua fría con hojas de menta y se quedó con una de ellas en la mano.- [Mara]Estás de broma, ¿no?[/Mara] – preguntó, asombrada. Lo de que llamase a Elle «Coquito» desde el verano, daba bastantes pistas.

    Me encogí de hombros, despreocupado. Mi madre se estaba preocupando de más. – [Mike]Yo te digo lo que sé.[/Mike] – dije, intentando sonar tranquilizador. Quizá eran puras especulaciones.

    – [Mara]Este Idris…[/Mara]-  exclamó, dando un trago de agua. Se quedó pensativa y yo sin darme cuenta, también. La brisa que se colaba por el ventanal era agradable, olía a mar. Pronto tendría que alejarme de allí, irme a un lugar completamente distinto, sin nadie conocido. Pero era mi vocación y estaba dispuesto al sacrificio que hiciese falta. Les echaría de menos a todos: a mis padres, a Drizz, al tío Bill, a la tía Karen y al tío Alex, a Dante…

    El verano había estado bastante bien. Había aprovechado que Idris iba y venía a menudo de Moondale para pasar más tiempo con mis amigos de la infancia, de los que me había distanciado un poco a medida que habíamos crecido. Con el único con el que había mantenido contacto era con Dante, pero tenía poco tiempo libre normalmente para seguir al día. Así que estuvo bien verles de nuevo a todos y almacenar buenos recuerdos antes de irme. La verdad es que en realidad fue Drizz el que me había convencido, mi hermano siempre intentaba que pasáramos más tiempo juntos y al final, nadando el uno tras el otro en el lago Gealach con el resto, me di cuenta de que echaría de menos no haber disfrutado más de su compañía por estar sumido en los estudios.

    – [Mike]Tranquila mamá, ya sabes cómo es. Siempre parece todo peor.[/Mike] – le defendí. Alguna vez me había parado a pensar que había tenido suerte con Idris. Siempre me había tratado bien. La gente a veces me había preguntado si no me tenía celos pero lo cierto es que no podía recordar ninguna vez en la que los hubiera mostrado. Era muy buena persona y la gente muchas veces por su aspecto o su forma de hablar, le tomaba por algo diferente. Hacía un par de años que no ocurría pero mi padre ya le había tenido que sacar dos veces de la comisaría. Daba igual que Idris se paseara por los barrios más problemáticos de Louna ayudando a chicos a salirse de las drogas dándoles un propósito cada noche. Para la policía solo era un negro con una banda con mala pinta y antecedentes. Le detuvieron por posesión de armas, pero al ver que eran un par de estacas afiladas les quedó poca defensa. Aun así volvieron a detenerle más veces por lo mismo.

    – [Mara]Confío en tu hermano, pero Ellie es menor.[/Mara]- respondió, algo estricta. Mi madre seguía las normas a rajatabla y creo que eso no habíamos terminado de heredarlo ninguno, desde luego Idris no. Le dediqué una mueca para que se relajara. Entendía parte de los problemas, principalmente que Elle era hija de una de sus mejores amigas y si las cosas saliesen mal, sería un lío. Pero mi hermano no iba a hacer nada que Elle no quisiera y al final, que fuera menor tampoco marcaba una diferencia significativa, no es que él tuviese 40 y ella 15.- [Mara]Bueno, cuéntame… algo de ti.[/Mara] – añadió, cambiando de tema, seguramente se quedase preocupada, pero mi madre era así, lo llevaría bien. Ella hacía las cosas a su manera, Sarah siempre contaba con orgullo que mi madre tenía tanta vocación de curar a la gente que se controlaba cuando era una vampiresa. Yo siempre había supuesto que había algo diferente en ella, porque también como licántropa era capaz de controlarse. Ella y el resto de gente cercana habían sido los que habían provocado mi interés por lo sobrenatural. La medicina humana me interesaba, pero quería ir más allá.

    Me encogí de hombros, no había nada relevante que no supiera. – [Mike]No sé, hay poco que contar. Estoy esperando la carta de la Western, pero habiéndome aceptado en Ottawa y la McGill.[/Mike] – no sabía qué esperar de Canadá ni de los estudios, pero sabía que era lo que tenía que hacer.

    – [Mara]No me refería…a los estudios.[/Mara]- puntualizó, mirándome. Vale, no lo había pillado, así que era una de esas charlas madre-hijo.

    – [Mike]Ah, eso.[/Mike] – repliqué. Tampoco es que tuviera mucho tiempo como para tener una vida amorosa muy plena.  – [Mike]No te creas que hay mucho que contar.[/Mike] – aseguré. Bueno, quizá había un par de cosas, una la sabía y la otra no.

    – [Mara]¿Nada… romántico ni amistoso?[/Mara]- preguntó, sonriendo. Me pregunté si mi madre habría mostrado esa faceta con todo el mundo. A veces ella y mi padre hablaban con nosotros de mis abuelos maternos. Después de «resucitar» con la orbe de isis, cuyo receptáculo llevaba yo ahora a modo de colgante, mi madre fue a verlos, pero no se atrevió. Mi padre tardó un tiempo pero finalmente la convenció de ir a verlos y contarles todo. No sé qué les sorprendió más de todo lo que les contó, pero en la foto que descansaba sobre la chimenea se veía al abuelo Illya sonriendo y feliz con Idris en brazos en una playa de Velze. Yo tuve la suerte de conocerles también.

    – [Mike]Si es que tampoco he tenido mucho tiempo entre la clínica y el curso.[/Mike] – me excusé. De pequeño no era un niño demasiado popular, pero con el aura de Idris cerca, al final te vuelves más desinhibido y te va mejor en las relaciones. Mi madre seguía observándome y me paré a pensar. – [Mike]Si lo dices por Dante, nos ha quedado claro que somos amigos y nada más.[/Mike] – afirmé. En verano, en una tarde en el Lago Gealach, Dante y yo fuimos a dar un paseo para distraernos. Al final terminamos intimando bastante y nos besamos. Éramos dos personas jóvenes, él era guapo, yo para él también y surgió. El tema es que nos dimos cuenta rápido de que había poca chispa, así que nos quedamos hablando y riendo. La etiqueta de mejores amigos nos pegaba más, estuvimos de acuerdo.

    – [Mara]Vaya.[/Mara]- replicó mi madre. – [Mara]Lo siento.[/Mara] – añadió. La pobre pensaba que era una decepción para mí.

    – [Mike]No sufras.[/Mike] – me reí y apoyé una mano sobre la suya. – [Mike]Fue algo del momento. Pero nos gusta más la etiqueta mejor amigo, sin la parte del derecho a roce.[/Mike] – confesé. Me alegraba habérselo contado, quería que supieran que me gustaban los hombres y las mujeres, sin más. Hoy en día era más habitual que en sus tiempos, pero seguía habiendo prejuicios. Aunque en una casa con alguien ‘ultrasexual‘, como Idris se definía, pocos prejuicios iba a haber.

    – [Mara]Estaba bien…que tuvieras a alguien…íntimo[/Mara].- comenzó a decir, tan avergonzada que empezó a contagiármelo. – [Mara]A veces, necesitamos…algo más que amistad[/Mara]. – añadió. No supe dónde esconderme, así que no me quedó otra que ser sincero.

    – [Mike]Mamá por dios…[/Mike] – me quejé, rompiendo a reír. Mi madre era práctica para todo, hasta para darse cuenta de que todos necesitamos pasar a horizontal de vez en cuando. – [Mike]Tampoco te preocupes por eso, tu becaria y yo…[/Mike] – añadí. Ahí estaba el secreto, no quería que me tomara por alguien poco profesional pero como estaba tan preocupada por mi vida íntima, se lo dejé saber.

    – [Mara]Vale[/Mara].- se tapó los oídos sin dejar de reírse. – [Mara]No quiero saberlo[/Mara]. – dijo intentando quitarse la imagen de la cabeza.

    – [Mike]Ahhh…tú has preguntado.[/Mike] – le respondí, tomándole el pelo. Nos quedamos un rato riendo y mi madre empezó a contar anécdotas de los Moondies. Siempre me habían gustado y ella lo sabía, no le había ocultado que en mi vocación médica estaba el interés por la biología de los sobrenaturales. Se sabía muy poco y casi siempre había que teorizar en base a la humana para poder curarlos, y eso si es que conseguían acudir a algún médico porque muchos vivían ocultos. Miré el calendario, tras ella, colgado en la nevera. Salíamos Idris y yo, como siempre, pero mis ojos se posaron sobre tres días marcados en rojo. No, no era la regla de mi madre, esa la marcaba en verde, era la Luna Llena. – [Mike]¿Vas a salir mañana o vas a contenerlo?[/Mike] – le pregunté. Llevaba ya unos meses quedándose en casa para estar con mi padre. No sabíamos qué podía hacerle contenerlo mucho tiempo, Christopher se había envenenado incluso para no transformarse durante años y seguía sano, pero me preocupaba que mi madre tuviera que rechazar su instinto, normalmente es lo que nos guía por el buen camino.

    – [Mara]Creo…que me quedaré en casa[/Mara].- comentó, pensativa.- [Mara]Tu padre…no lo está pasando bien[/Mara].- añadió. Aunque él se había tenido que retirar por la pierna y el tío Bill se jubiló tiempo después, a mi padre siempre se le quedó la sensación de que no habían hecho todo su trabajo, porque en Louna seguía habiendo problemas a los que no podía enfrentarse cualquier policía. El dolor a veces era demasiado para él, pero intentaba guardárselo para sí mismo. Para una persona que no puede mentir, mi padre era bastante reservado.

    – [Mike]Yo me quedo con él. Tú sal. No haces mal a nadie.[/Mike] – la animé. Mi madre parecía seria a mucha gente, pero yo la conocía bien y sabía que bajo toda esa lógica y practicidad, estaba también la loba de pelo negro que luchaba por salir. Contenerla no era bueno, somos quienes somos y tenemos que aprender a querernos así. Mi madre era consciente en su forma de loba así que no era un peligro para nadie. – [Mike]Veremos ‘Aun más loca academia de policía’, ya sabes que le gustan.[/Mike] – señalé la colección de discos GOD que mi padre tenía en una estantería del salón. Casi todos eran de «dudoso humor», pero al final todos acabábamos riéndonos, especialmente si Idris estaba en casa. Su risa era muy contagiosa.

    Mi madre se incorporó sobre la barra y me dio un beso en la frente. La miré, sonriendo.- [Mara]Gracias[/Mara].- dijo. Parecía más tranquila al ver que me iba bien. Quizá necesitaba esa charla para «dejarme ir», estaríamos una buena temporada apartados. – [Mara]Idris y yo…tenemos que hablar[/Mara].- aseguró, después de mirar el teléfono.

    – [Mike]Seguro que puedes estar tranquila, hasta el año que viene al menos.[/Mike] – bromeé, aunque no mentía. Me imaginaba a Idris presentándose en el dieciocho cumpleaños de Elle metido en una caja gigante y diciendo «I am the gift» como en el meme de Tyrion Lannister.

    – [Mara]No lo estás arreglando[/Mara]. – sentenció mi madre. Nos volvimos a echar a reír.

    Echaría de menos todo eso cuando me fuera, pero con suerte podría volver y trabajar en la clínica o en la Escuela Legado, aprendiendo más sobre los sobrenaturales y ayudándoles. Lo que no imaginaba es que terminaría por convertirme en uno de ellos de la forma más inesperada.

  • ELFO DE LA LUNA

    IDRIS SOLO-NOVAK

    CASA DE ED Y LUCY

    Bueno, como parece que está de moda y al final todo el mundo ha empezado con el diario, voy a empezar yo también. No sé muy bien desde donde tengo que empezar a contar, pero como mi madre siempre dice, hay que ser educados, así que voy a presentarme en condiciones.

    Me llamo Idris Solo-Novak, soy hijo de Vincent Solo y Mara Novak – bueno mezclaron sus apellidos y eso cuando mamá resucitó pero eso seguro que ya os lo han contado ellos – y hermano de Mike Solo-Novak. Soy medio elfo oscuro, que parece un concepto un poco racista por aquello de que mi piel humana también es oscura, pero no me ofendo porque mi madre siempre me ha enseñado a estar orgulloso de quien soy. Dicho esto, prefiero ‘Elfo de la noche‘ o ‘Elfo de la luna‘, quedan mejor y a la hora de ligar seguro que se nota.

    Mi padre es humano, más o menos, y mi madre una licántropa ex vampiresa – en mi familia no nos aburrimos, siempre tenemos anécdotas para el coche: «Eh, ¿te acuerdas de cuando era una vampiresa? Qué días más perros.» ¿Lo pilláis? ¿Eh? Por lo de que ahora es una licántropa. – así que diréis, ¿de dónde saca lo del elfo de la luna. Bueno, mis padres son mis padres adoptivos, me acogieron cuando mis padres biológicos fueron asesinados antes de la Guerra de Moondale. Mi padre se llamaba Abel Moreau y era El Consejero de Z, el tipo ese que la lió gorda. De mi madre sé menos, porque no la conocía nadie del círculo de Z. La tía Sarah se encargó de comunicarse con gente de la isla para preguntar y me contó que ella era la elfa de la luna y que mi padre confiaba en el sueño de Z por conseguir un sitio seguro para ambos, porque a ella la habían perseguido toda su vida.

    No suelo contárselo a mamá ni a papá, pero recuerdo más al asesino que a ellos. A veces sueño que corro mientras una sombra me persigue, cubriendo cada vez más espacio, hasta que me despierto sobresaltado. Sé que era el Rey Negro, por eso nunca he querido ir a la Isla para saber más de mis padres, no quiero saber nada de la gente que confió en su asesino.

    Seguro que os parece que soy muy sincero, contando así todo esto. Mi padre no puede mentir, por mucho que lo intente, es imposible, por una cosa que le hicieron cuando nació, en su mundo – ya os dije que teníamos muchas conversaciones para el coche – y cuando se ponía nervioso empezaba a decir todo lo que se le pasara por la cabeza, así que al final yo había acabado acostumbrándome a decir la verdad. Bueno, alguna vez la decía un poco a medias porque mamá siempre decía que le había salido un poco rebelde. Para calmado ya estaba Mike, yo le añadía un poco de especia a nuestra vida. Vale, sí, hay algo que no os he contado, mamá me está ayudando a escribir, quería parecer culto.

    Me acuerdo de cuando nació Mike, todo el mundo estaba nervioso y me observaba, sobre todo cuando me lo enseñaron por primera vez. Tengo recuerdos tenues, pero sé por las fotos que alguien había llorado y todo cuando lo cogí en brazos y le sonreí. En aquél momento no tenía ni idea, claro, pero ahora sí sabía por qué. Todo el mundo tenía miedo de que por ser adoptado tendría miedo de que Mike me quitase el sitio o lo quisieran más. La verdad es que sería dramatizar decir que alguna vez lo pensé, para mí la llegada de Mike fue una alegría, tenía un hermano, un amigo con el que jugar. Nos habíamos peleado alguna vez por la consola, pero por norma general me gustaba ser el hermano mayor guay de Mike que cuidaba de él. También me hacía sentir especial el orgullo que tenía mamá cuando me veía con él. Bueno y la verdad es que Mike era un hermano menor de lujo, así que lo hacía más fácil.

    Tampoco os penséis que todo es fácil, que a mí me de igual salir de mamá no quiere decir que a los otros niños no. Por desgracia había niños que me miraban diferente por mi piel y niños que se burlaban de ser adoptado, porque yo nunca me había avergonzado. Pero al final, aunque algún día terminase afectado, aprendí a ser como soy ahora y a reírme de lo seria que era la vida a veces. Al final la familia la eliges, igual que todo, y la sangre dice poco o nada. Lo que cuenta son las cosas que compartimos y que estén ahí cuando los necesitas. Para mí habían estado ahí desde el momento en el que me conocieron y ese amor vale más que mil litros de sangre. Por cierto, mamá no llora a menudo pero creo que ahora lo está haciendo.

    Bueno, pues eso, ése soy yo. Qué más, a ver. Vivo en Louna, pero acompaño muchas veces a mis padres a Moondale cuando van a ver a sus amigos o cuando mamá tiene que ir a hacer algo a la Escuela Legado. Así aprovecho para ver a los demás, que también son diferentes y me caen bastante bien. Vale, y hay chicas guapas, bueno y chicos, soy un hombrecito libre y adolescente, ¿qué esperáis?

    Este día ha estado bastante bien, ha sido toda una aventura cambiar de cuerpo con mi madre. La pena es que no conseguí ligar con nadie. Mamá deja de mirarme mal, es raro verme frunciendo el ceño. No tengo la culpa de que el mundo esté lleno de gente guapa.

    No sé qué más contaros. A ver, ah sí, tengo un poder, puedo congelar cosas, lo descubrí hace poco pero hizo que el último verano fuese la caña. De mayor me gustaría ser como los Moondies y luchar contra los malos para salvar el día. Si consigo que el tío Daniel me regale dos katanas sería como Drizzt Do’Urden, solo me faltaría tener una pantera negra de compañero. Mi madre era una loba de color negro así que estaba cerca. Además, me llamaba Idris, la gente podría llamarme Drizz fácilmente. Tenía que empezar a convencerlos, luego tendría que convencer a Daniel de que me hiciera las katanas, sería más fácil que convencerlo de casarme con su hija. Era una suerte contar con mi carisma natural.

     

  • NUESTRO ANCLA

    NUESTRO ANCLA

    Kaylee | Obelisco

    NOCHE

    kayleeezzygoodbye

    Cada minuto que pasaba, tenía más miedo de no volver a ver a Ezra nunca más del que jamás habría imaginado que pudiese sentir. Había perdido a mi hermana, a mis padres y a todos mis tíos y tías, pero la perspectiva de no volver a verle me provocaba un nudo en la el pecho. Junto con Xander, era el motor de esta mierda de mundo, el que hacía que cada día pudiésemos levantarnos, el que tiraba de Noah y de mí, que preferíamos perder el tiempo lanzándonos miraditas antes que luchar por nuestra vida . Ezra, Ezzy, era nuestro ancla, el que cuidaba de nosotros. Por eso era lógico que si alguien tenía que arriesgar su vida para salvarnos e intentar acabar con todo esto, lo hiciera él. Lógico y una mierda pinchada en un palo.
    Habíamos escapado del escuadrón de las pesadillas y de la tía cuyo poder consistía en calentar a la gente por un  pelo, pero él había tenido que volver a por Xander. No es que me estuviera quejando, pero podían haberme tocado unos primos con menos mala suerte. Bueno, sí me estaba quejando. En mi próxima vida me gustaría ser una Queen Bee que odia a toda su familia. Seguro que así me dolería mucho menos la cabeza.
    Noté la mano escamosa de Noah rozando la punta de mis dedos. Todavía tenía pinta de lagarto hormonado y era feo como una nevera por detrás , pero le sonreí, por eso que dicen de que la belleza está en el interior y en el interior y en la tranca de dos metros que debía gastarse cuando estaba de esa guisa. Sólo esperaba que no me destrozase mi preciosa y no utilizada vagina.
    Negué con la cabeza evitando pensar en mí y en Noah retozando, porque SHE, que iba delante seguida muy de cerca por un Henry que juraría que levitaba (todos sabemos que si no fuera cibernética no se habría fijado en él y siento ser yo la que lo diga), fue la que abrió una puerta metálica que pesaba como un muerto y que estaba al final del pasillo más largo que te puedas imaginar. Tras esa puerta había un labotario circular, rodeado de pantallas, ordenadores de última generación (que fue hace veinte años) y una máquina enorme, cuya parte más importante debía estar en la segunda planta, porque había una escalera y debajo, frente a los ordenadores, en una especie de pasarela más monitores que lo que indicaban era que quien fuera que estuviera allí, se estaba muriendo.
    – [SHE]Detecto la presencia de Ezra. Está en el piso superior[/SHE].- anunció con sus ojos azules brillando de una forma antinatural. Creo que a Henry se le cayó un poco la baba.
    – [Cole]Pensé que no saldríamos con vida.[/Cole] – comentó Nick guiñándome un ojo y yo puse los ojos en blanco. Punto número uno: no me gustaban los rubios.
    Subimos por las escaleras amarillas del lateral derecho: primero SHE, después Henry, tras ellos, Idris, Nick, Noah y la última yo, porque me negué a que intentaran hacerse los caballeros conmigo. Cuando estuve arriba, vi a Ezra, que parecía cansado, pero estaba bien. Fui a su lado y volví a darle un abrazo. Mi parte lupina le reconocía como a un miembro de su manada y podía decir cada olor que cubría su cuerpo (melocotón, bollitos de canela, lluvia y brisa marina, a veces, bromeaba diciéndole que olía a agua pocha), pero lo más importante era lo mucho que le iba a echar de menos. Al separarnos, me fijé en que Xander estaba recuperando la consciencia poco a poco.- [Ezra]Veronica ha escapado[/Ezra].- fue lo único que dijo Ezra al volver a vernos.
    Estábamos en una sala esférica bastante grande, en la que no había nada salvo las escaleras de subida y una puerta blanca, en cuyo letrero podía leerse Anulador AEEA274AS-B. Pasé la mano por la puerta, siendo consciente de que debíamos abrirla sin que nada ni nadie me lo dijera.- [Noah]Tenemos que llegar a la otra máquina.[/Noah]- me recordó Noah mirándome con sus ojos verdes.
    – [Idris]Detrás de esa puerta está lo único que nos mantiene sin poderes, si es una persona, le debemos misericordia. [/Idris] – nos recordó Idris, que pese a las bromas, era una persona bastante sensata. – [Idris]La otra máquina ni siquiera sabemos si funcionará, esto es real.[/Idris] – nos recordó.
    Busqué a Ezra con la mirada y me rehuyó, pero SHE estaba escaneando la sala y habló antes de que alguien más dijese algo.- [SHE]Es del sexo femenino[/SHE].- puntualizó.
    – [Ezra]Tenemos que encontrar esa otra maquina, porque si no el futuro tal y como lo conocemos está a punto de ser mucho peor[/Ezra].- parecía nervioso. Había algo que no nos estaba contando: ¿Qué había sido de Veronica? Me mordí el labio inferior con nerviosismo.
    – [SHE]Se está muriendo[/SHE].- inquirió SHE y Xander, que se había ido incorporando con dificultad, habló.- [Xander]No podemos dejarla así.[/Xander] – Noah asintió en silencio y los demás, no dijeron nada, ni siquiera se atrevían a moverse.
    Vi que no eran capaz de dar el paso, que parecían estatuas cobardes y no querían o no podían abrir aquella maldita máquina, que tenía un picaporte como si fuera una puerta.- [Kaylee]Parecéis tontos a veces[/Kaylee].- puse los ojos en blanco y giré el picaporte. La máquina hizo un ruido, como si estuviera abriendo una olla exprés gigante y el líquido en el que tenían a ese ser en éxtasis, bajó, dejándonos ver una chica rubia, no muy alta, completamente cubierta por cables, además de unas tiras de algún material blanco que le cubrían sus partes íntimas. Para que os hagáis una idea: esos cables la estaban drenando y conectaban con cientos de tubos que pasaban por encima de nuestras cabezas.
    SHE, con delicadeza, empezó a quitarle los cables, pero yo estaba tan conmocionada que no era capaz de moverme.- [Xander]Ellie…[/Xander].- mi primo se puso en pie y empezó a andar a duras penas, pero trastabilló.
    – [Ezra]No puede ser…[/Ezra]- Ezra hablaba y ayudaba a Xander a caminar, pero sus palabras no llegaban a mi cerebro: ¿Conocía a esa chica? No, era sólo una chica rubia. Una cibernética igual que SHE, ¿verdad?
    Me apoyé contra el pecho de Noah, abrumada por el horror que se escondía bajo la superficie de este mundo de mierda. SHE sujetó a la chica cuando cayó hacia adelante e Idris se quitó la chaqueta roja y cubrió su cuerpo, para después llevarla entre sus brazos.- [Idris]Tenemos que sacarla de aquí. Después podréis explicarme qué está pasando.[/Idris] – negó con la cabeza.
    Miré a la chica, que respiraba entrecortadament y vi a mi prima Ellie. El monstruo del Obelisco, el ser que nos dejaba sin poderes no era más que mi prima Elle.
     – [Henry]Esto… chicos, deberíais ver esto[/Henry].- comentó Henry toqueteando un ordenador en la parte de abajo. Bajamos las escaleras con rapidez y nos fuimos a su lado. Después de hacer una serie de no sé qués, se abrió una puerta que daba a otra sala pequeña en la que aparecieron dos cápsulas de escape de las que sólo quedaba una: Veronica había escapado. Ezra no había podido detenerla y la había seguido hasta este laboratorio para intentarlo una vez más.
    – [Kaylee]Es ésta[/Kaylee].- comenté encaminando la comitiva.
    – [Noah]Falta una cápsula.[/Noah] – aclaró tocando unos rastros de sangre que había en una de las lanzaderas. El panel de control de esa zona estaba encendido, pero algo falló y saltaron chispas: la psicópata nos había jodido hasta el último momento.- [Idris]Las chispas no tienen buena pinta. Henry, esto es lo tuyo. Yo me quedo con la chica a la que todos parecéis conocer.[/Idris] – miramos la pequeña sala, en la que había otra máquina similar a la que tenía a Ellie cautiva, pero más pequeña, en la que deduje que había un potenciado en unas condiciones similares.
    – [SHE]Arya Elle Arkkan, hija de Sarah Echolls y Daniel Arkkan, hermana de Edward Alexander Arkkan[/SHE].- recitó de carrerilla y examinó la puerta tras la que se escondía el segundo potenciado en malas condiciones del día. Maldito Preston.- [SHE]Se está muriendo…también[/SHE].
    – [Idris]Si me llegas a decir que tienes una hermana tan guapa te rescato antes.[/Idris] – Idris intentó bromear, pero nadie estaba de humor.
    – [Kaylee]Te toca[/Kaylee].- le dije a Henry, que empezó a conectarlo todo.- [Henry]He conectado de nuevo los cables que había arrancado, pero no podemos hacer nada sin energía[/Henry].- se lamentó.
    Noah me miró.- [Noah]Puedo intentar…hacer algo.[/Noah] – sus manos chisporrotearon y tuve miedo.- [Cole]Yo lo haré.[/Cole] -Nick se adelantó sin que nadie pudiese detenerlo y empezó a emitir energía. – [Cole]Cámbialo todo.[/Cole] – le pidió a Ezra.
    – [SHE]Si lo haces, morirás[/SHE].- le recordó al chico de la coleta rubia.
    – [Kaylee]Nick, no…[/Kaylee]-lo dije sin fuerza, porque prefería que muriera él a que lo hiciera Noah. Posiblemente, era la peor persona del universo.
     – [Henry]Espera, tiene que haber algo más que podamos usar.-[/Henry]- Henry intentó detenerle, pero ya era demasiado tarde: Nick brillaba como una bombilla a plena potencia y la máquina estaba volviendo a funcionar.
    Tragué saliva: conocía esa luz cegadora. – [Kaylee]Ha llegado el momento[/Kaylee].- noté que temblaba sin que pudiera controlarlo.
    Las despedidas empezaron: primero Henry, que le dio un apretón de manos, después Noah.- [Noah]Ezra, si sigo existiendo, me aseguraré de que nadie te olvide.[/Noah] – le puso una mano en el hombro y él asintió.
    – [SHE]Perote olvidará, porque en el mundo al que vaya habrá otra persona con tu aspecto[/SHE].- argumentó SHE y la miré con los ojos muy abiertos.- [SHE]Si explotas, tu muerte será rápida. No te preocupes[/SHE].- y le dio un beso en la mejilla.
    – [Ezra]Bueno es saberlo[/Ezra].- se giró para despedirse de Xander, de Noah y de mí a la vez.- [Ezra]Y yo me asegurare de impedir que esto ocurra, de que tengamos a Ellie, Leo y Amy aun con nosotros[/Ezra].- Xander le dio un abrazo y yo empecé a llorar.
    – [Xander]No te envidio, pero me gustaría volver a ver a mis padres una vez más, a todos los que hemos perdido.[/Xander].- se aclaró la garganta – [Xander]Recuerda que también es una víctima.[/Xander] – ambos cruzaron una mirada que no supe descifrar y me miró forzándose a sonreír.
    Le abracé con fuerza y coloqué mi cabeza sobre su pecho. [Kaylee]No te olvides de mí[/Kaylee].- le pedí intentando grabar cada milésima de segundo de ese abrazo en mi cerebro.- [Kaylee]Ezzy…ojalá se equivoque SHE y no explotes…[/Kaylee]- sonreí y volví a abrazarle. No quería que se fuera. Mi primo no tenía por qué ser un héroe.- [Kaylee]Te quiero mucho. No como te gustaría que lo hubiera hecho Amy, sino como primo. Eres el mejor de todos nosotros[/Kaylee].- me reí y le di un beso en la mejilla. Ya está, si no le soltaba, no podía irse.
    – [SHE]Si la despedida se alarga, no podrá irse[/SHE].- anunció SHE y él se zafó de mis garras. Sabía que no decía nada porque odiaba las despedidas.
    – [Idris]Suerte chico.[/Idris] – le dio un abrazo de medio lado sin soltar a Ellie, a la que Ezra le dio un beso en la frente y ella, entre sueños, balbuceó.- [Sarah]Me…cambiaron…mamá…era más fuerte[/Sarah].
    – [Henry]Todo listo[/Henry].- anunció Henry abriendo la parte superior de la pequeña cápsula. (Música: Dirty Paws – Of Monsters and Men)
    – [SHE]Treinta segundos para el despegue[/SHE].- la parte superior del laboratorio empezó a girar y el techo se abrió, dejando ver una enorme galería metálica por la que la cápsula se perdería en el espacio y en el tiempo.
    – [Ezra]Hasta más ver[/Ezra].- nos guiñó un ojo, plegó su tridente y se metió en la cápsula que Henry cerró.
    – [SHE]Quince segundos[/SHE].- volvió a decir sin dejar de escanearlo todo. Me abracé a Noah cuando la lanzadera se colocó en posición.- [SHE]Diez segundos. Nueve segundos.[/SHE].- Ezra se iba. Nunca más volvería a verle.- [SHE]Ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno…[/SHE]
    Y Ezra ascendió y desapareció en una onda expansiva que derribó al bueno de Nick.
    No volveríamos a verle. Nos habíamos quedado sin ancla. Ahora, sólo éramos una pequeña barca a la deriva en mitad del océano.
    Mi primo era un héroe, igual que mi hermana y que mis padres y tíos.
    Los libros hablarían de ellos.
    ¿Y a nosotros? Bueno, seguramente nos olvidarían. No éramos más que una posibilidad remota en una realidad condenada.
    But she and her furry friends took down the queen bee and her men.
    And that’s how the story goes, the story of the beast with those four dirty paw