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Etiqueta: Idris Solo-Novak

  • UNA VORÁGINE DE PROGRAMAS DE TV

    Elle – Valantis

    Tarde

    Si algo había aprendido de mi familia, es que siempre hay que disfrutar de cada momento. Por eso, a mí la búsqueda esta del cerdo de marras más que un castigo me parecía un regalo. ¿Cuántas veces tendríamos la oportunidad de viajar a un conjunto de realidades que eran la versión condensada de la historia de la humanidad? Que sí, que nos podíamos morir en cualquier momento, pero a lo mejor a ti te atropella un día un coche volviendo del InfiniMarket después de haber comprado un paquete de rollos de papel higiénico. Cosas más raras se han visto, yo qué sé.

    Idris y yo nos cambiamos de ropa para adentrarnos en aquel estudio televisivo que parecía sacado del imaginario colectivo. Ya sabéis: dos columnas de hormigón, un letrero enorme, naves industriales y más gente que en la cola de Endless.

    Cuando salimos al exterior de la tienda, estudié nuestras pintas. Nos habíamos decantado por unos atuendos de lo más random: camiseta del estudio ‘Producciones Valantis’ y pantalones vaqueros. A Idris casi le da un síncope al descubrir que sus zapatillas no eran de marca. ¿Para cuándo una charla sobre la obsesión de mi Idris con las deportivas?

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  • NO SE PUEDE ESTAR A TODO

    Ellie – Brand-New San Francisco, Valantis

    Tarde

    ***EL SIGUIENTE PROGRAMA CONTIENE EMPLAZAMIENTO DE PRODUCTO***

    +12. Connotaciones sexuales, racismo, ideología de los 90.

    Aquel día solo necesité un par de intentos para encender la cocina de gas y colocar en el fuego la olla en la que iba a cocinar unas lentejas. Cuánto glamour desprendíamos. Solo me faltaba cardarme el pelo un poco más y remover mientras me fumaba un pitillo y ya sería una Peggy Bundy cualquiera.

    Giré la vista a mi alrededor y posé los ojos en el calendario. Dieciséis de octubre de 1995. Llevábamos aquí tres meses y aún me costaba acostumbrarme al olor a aquel combustible fósil que en el futuro ya había desaparecido, pero claro, en 1995 había pocas más opciones.

    Eché un poco de aceite y empecé a pochar una cebolla. De la radio salía una canción que me sonaba. La escaneé con mi InfiniBand que funcionaba con lo que había almacenado en su memoria y luz solar y resultó ser ‘Let Me Entertain You’, de Robbie Williams. No era el primer anacronismo con el que me encontraba, puesto que la canción era de 1997, pero eso explícaselo al Antailtaire.

    Suspiré. En cualquier momento aparecería Idris y dejaría de sentirme como un hámster enjaulado. En los 90 no estaba mal visto que las mujeres trabajasen, pero yo solo había encontrado algo a tiempo parcial como niñera de mis vecinas. Además, me costaba relacionarme con gente que veía bien la esclavitud de sobrenaturales, aunque tenía que ser cordial si no quería llamar la atención.

    Dejé la cebolla pochándose y las primeras notas de ‘When you’re gone’ de Bryan Adams empezaron a inundar el piso. 1998. Antaltaire no daba una o quizás solo quería sacarme de quicio. Madre mía, estaba empezando a volverme paranoica o tal vez, eso era lo que él quería…

    Sin darme cuenta, empecé a bailar. Me fijé en lo ridículo de mi ropa: pantalones vaqueros anchos, cinturón enorme, unas Air Jordan en blanco y una camiseta que decía FANTA metida por dentro. ¿En qué momento me había convertido en un extra de «Salvados por la Campana»?

    Baby when you’re gone
    I realize I’m in love
    Days go on and on
    And the nights just seem so long

    El pequeño apartamento que habíamos conseguido gracias a la nómina de Idris me recordaba al de Monica en Friends: la cocina y el comedor formaban una única estancia atascada de muebles con alfombras y sofás por doquier, así como una televisión de las de culo grande que te valían de repisa. Después, teníamos un baño con bañera (un lujo que en esta época no se consideraba un despilfarro de agua) y un dormitorio con una cama de matrimonio en la que, obviamente, dormíamos juntos. Sí, sí, ya sé lo que vais a decir.

    Una vez terminó la canción, me fui a continuar con las lentejas y en ello estuve hasta que la puerta se abrió y apareció él con una camiseta, unos vaqueros y, claro está, otras Air Jordan.- [Idris]Cariño ya estoy en casa[/Idris].- con su InfiniBand hizo que sonaran unas risas enlatadas.

    – [Elle]¿Qué tal la mañana?[/Elle]- pregunté dándole u abrazo.- [Elle]¿Tú es que no tienes frío?[/Elle]

    – [Idris]Sin parar de hablar. La gente tiene Cheers y el bar de friends muy presente[/Idris].- se encogió de hombros.

    – [Elle]A mí esta tarde me traen a los gemelos[/Elle].- comenté tendiéndole el mantel de cuadros para que pusiera la mesa.

    – [Idris]¿La cigüeña?[/Idris]- alzó una ceja.

    – [Elle]Ya te gustaría[/Elle].- coloqué las cucharas encima de las servilletas que él había puesto.

    – [Idris]Tengo madera de padre. Me lo dicen mucho, feminismo caduco y eso[/Idris].

    – [Elle]¿Sigues encontrándote con racistas?[/Elle]- me senté y él colocó la ensalada en el centro, para acto seguido, servir las lentejas.

    – [Idris]Mmm…espesitas. Estás hecha una crack de la cocina[/Idris].- me colocó el plato delante.- [Idris]En esta época todavía no lo son[/Idris].- en cuanto tuvo su plato, se sentó.

    – [Elle]Se te ha olvidado el pan[/Elle].- hice un gesto con la mano para restarle importancia.- [Elle]Ah, es verdad. El racismo empezó en 2008, como la crisis del capitalismo[/Elle].

    – [Idris]Estamos en pleno boom de series poc pero llenar de cliché, o de acosadores[/Idris].- eché un poco de agua en cada vaso y cogimos las cucharas para comer.

    No dijimos nada en un rato. El silencio solo lo rompía la vieja radio en la que sonaba ‘Bitch’, de Meredith Brooks, 1997.- [Elle]¿Crees que volveremos?[/Elle]

    Él se metió una cucharada casi sin haber tragado la anterior y, cuando pudo, habló.- [Idris]Sigo intentando conseguir información, lo que sea, chismes de un loco que haya cruzado a otro mundo[/Idris]. – parecía sentirse culpable y no lo era. – [Elle]Nada. La gente solo habla de la liberación de los sombras[/Elle].

    – [Elle]Esta mañana han vuelto a venir para venderme a un vampiro de compañía[/Elle].- reprimí un escalofrío.- [Elle]Están buenas, pero yo creo que les falta un poco de sal. A lo mejor debería comprar Avecrem. En esta época aún no se sabe lo malo que es[/Elle].

    – [Idris]También nos miran cuando vamos por la calle[/Idris].- me recordó.- [Idris]Y déjate de Avecrem que el glutamato me da dolor de cabeza[/Idris].

    – [Elle]Ya te gustaría que fuera tu sombra[/Elle].- riéndome, pinché un poco de tomate de la ensalada.

    – [Idris]Si incluye favores sexuales por mí bien[/Idris].

    – [Elle]No me quedará otra que envenenarte con Avecrem[/Elle].- fingí una risa malvada.

    ***

    Quedaba poco más de media hora para que llegaran los gemelos e Idris había estado en el sofá trasteando con su brújula en vano.- [Elle]Nada, ¿verdad?[/Elle]- pregunté abrazándole desde atrás.

    Él negó con la cabeza. – [Idris]Lo siento, vida[/Idris].

    – [Elle]Eh, ni se te ocurra culparte[/Elle].- le di un beso rápido en el cuello.- [Elle]Lo peor que puede pasar es que nos quedemos aquí los dos para siempre[/Elle].- susurré.

    – [Idris]Uh, qué pesadilla[/Idris].- tiró de mí hasta que caí en el sofá.

    – [Elle]Deja de hacerte el forzudo que te recuerdo que puedo cogerte en volandas[/Elle].- le recordé riéndome y me acomodé tumbada con la cabeza en su regazo.

    – [Idris]Seguimos teniendo estos souvenir[/Idris].- sacó la esfera. – [Idris]Entre nosotros funciona, así que tiene que ser porque los portales están cerrados[/Idris].

    – [Elle]Confío en que se abran y si no, viviremos aquí hasta que la muerte nos separe[/Elle].- fingí que me daba igual. Me encantaba vivir con Idris, pero echaba de menos a mi familia y a Jane.

    – [Idris]¿Voy a ser un Echolls?[/Idris]- abrió mucho los ojos.

    – [Elle]Ya veremos[/Elle].

    – [Idris]Yuju, solo ha hecho falta viajar en el espacio tiempo y quedar anclados en los noventa para estar comprometidos[/Idris].- me besó en los labios.- [Idris]Mmm…lentejas[/Idris].- bromeó.

    – [Elle]¡Oye, que yo me lavo los dientes con Binaca![/Elle]- me defendí.- [Elle]Además, ¿quién está hablando de casarse? ¿Ya estás con las ideas raras de los noventa?[/Elle].

    – [Idris]Es la segunda temporada, o avanzamos o la audiencia nos deja de mejores amigos[/Idris].- me hizo cosquillas y manoteé para que parara, pero flojito que no quería ir al hospital.

    – [Elle]»Siempre he querido tener un mejor amigo negro»[/Elle].- imité una voz conocida.

    – [Idris]Y desde ese día me hago el sordo en el súper[/Idris].- confirmó.

    En ese momento, sonó el timbre e Idris se preparó para ir a trabajar mientras yo iba a abrir la puerta.

    Si hubiéramos estado atentos, habríamos visto un punto iluminado en la brújula.

    Pero no se puede estar a todo.

  • LAS PINTAS DE UNA MONJA DEL ESPACIO

    Lexie – Nexus

    Tarde

    Como no estoy segura de quién lo dijo, supongamos que yo misma definí La Flecha como la hija entre la ciudad Blade Runner y El Capitolio. Por ello, tras las explicaciones de Zahra en las que nos quedó claro que aquí el que partía el bacalao era «Antinitaires» y viendo las pintas que tenía todo el mundo, decidí que lo mejor sería conseguir ropa apropiada para la infiltración. Que sí, que ya sé que me vais a decir que si tengo un poder de ilusión por qué no lo creé todo de la nada. Pues a lo mejor porque no me dio la gana.

    Idris y yo dejamos al resto tras una ilusión de un callejón y fuimos en dirección a la primera tienda que encontramos, que era el Forever 21 de Nexus. Era aún por la tarde pero lloviznaba y estaba oscuro como en el mes de noviembre a las seis de la tarde. Me estaba dando depresión solo de ver el día que hacía.- [Lexie]Con estas pintas no pasamos de la primera calle[/Lexie].- le expliqué viendo cómo miraban nuestra ropa y la evidente ausencia de implantes visibles.

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  • REENCUENTRO EN LA KVASIR PARTE I

    Jane – Kvasir

    Noche

    Cuando los tratos terminaron, Caitriona tuvo el detalle de dejarnos en la puerta de la nave. Fuimos apareciendo con segundos de diferencia y sentí un alivio enorme al ver a la imponente Kvasir frente a mí.

    Nunca habría pensado que un cielo nocturno permanente me produciría semejante sensación de paz, pero así fue.- [Xander]¿Estáis todos bien?[/Xander].- el primero que habló fue Alexander. No sabía si era su genética de Echolls o parte de su personalidad, pero no disimulaba que tenía aspiraciones de líder del grupo. Y había algo en eso que me molestaba. Quizás porque yo también quería lo mismo, aunque en mi cabeza compartía el liderazgo con Ellie.

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  • NUESTRO JUEGO

    Ellie – Nave

    Mañana

    Todavía me estaba incorporando cuando escuché que alguien tocaba a la puerta. Jane hacía rato que se había levantado. Me había dicho que quería hablar con su hermano y eso me inquietaba, pero quién era yo para meterme en su relación. Mi mejor amiga ahora era telétapa y eso significaba que habíamos dejado de tener secretos para ella. El problema, es que Jane estaba convencida de que poseía el don de la razón absoluta y eso la había llevado a equivocarse muchas veces en su vida, pero seguía sin aprender.

    – [Idris]Que alegría verte menos…lacónica.[/Idris] – comentó Idris con una enorme sonrisa después de que le dijera que pasase.

    Aún llevaba el pijama de unicornio y él ya se había vestido, pero eso no me impidió acercarme a darle un abrazo.- [Elle]Ha sido duro, pero Ezra es un buen tío[/Elle].- me detuve a olerle un poco el cuello. Fue algo instintivo. Idris olía muy bien.

    – [Idris]No todo lo duro es malo.[/Idris] – sonrió bajando la mano por mi espalda.

    – [Elle]¿Qué tal en el cuerpo de Elliot?[/Elle]- pregunté cuando nos separamos.

    – [Idris]Yo no sé cómo el chaval se mantiene entero, supongo que porque nació así, pero eso de no sentir nada…[/Idris]

    – [Elle]Ven, vamos a sentarnos[/Elle].- tiré de su mano y le hice un sitio a mi lado.- [Elle]Sobre lo de Elliot, me imagino que es por lo que dices. Digamos que sería como una persona que nace con discapacidad visual[/Elle].

    – [Idris]Acojona.[/Idris] – sentenció y le di la razón.

    – [Elle]Tengo la impresión de que hace meses que no hablamos[/Elle].

    – [Idris]Los Daesdi han debido cansarse de jugar a los Sims Moondies. Seguro que están con el Animal Crossing. Jodido Tom Nook, maldito mapache capitalista.[/Idris] – alzó el puño y me eché a reír.

    – [Elle]Ahora en serio, ¿cuánto crees que va a durar esto? Tengo miedo de volver un día a la Tierra y que hayan pasado cien años[/Elle].

    – [Idris]Bueno ya vamos por la mitad o más de mundos, son catorce como el zodiaco ¿no?[/Idris] – empezó a decir. – [Idris]Ya hemos estado en…Japón malrollero, guerra y paz, Roma no se hizo en una hora, Egipto, el oeste, la revolución olorosa, medio siglo veinte, la Edad Media, un libro de escoceses calentorros, un mundo de elfos jodidos, vikingos pasados por agua y la prehistoria. Doce, así que quedan…¿dos? [/Idris] – su sonrisa se ensanchó. – [Idris]En nada estaremos en casa y además, por lo que ha dicho tu tío MacLeod, el tiempo pasa mas rápido aquí que allí, quizá volvamos a la misma vida pero más arrugados.[/Idris]

    – [Elle]A ver si, al menos, conseguimos ser un equipo como lo eran los Moondies[/Elle].- lo dije sin convicción. No terminábamos de encajar. Éramos un grupo enorme y parecía como si tuviéramos las pilas medio gastadas. Supongo que estar encerrados en una nave en mitad del espacio no ayudaba a tener el mejor de los humores.

    – [Idris]Podemos pedirle a Ruby que haga un Easy. A los Moondies les fue bien, mira cuantos retoños hay aquí y qué bien va la Escuela de tu madre con la generación Easy.[/Idris]- bromeó.

    – [Elle]Deja la natalidad como está[/Elle].- moví las manos.

    – [Idris]También hay gomitas, muchas gomitas. Infinitas.[/Idris] – mi menté no tardó ni un segundo en imaginarnos en la cama, en la ducha, en una tumbona, en el cuarto de máquinas…

    Le di un golpecito en el hombro para que cambiara de tema.- [Elle]¿Quieres dejar de pensar en eso?[/Elle]

    – [Idris]Vaale.[/Idris] – agradecí que no fuera telépata y cambió de tema.- [Idris]¿Te dio miedo el licántropo?[/Idris]

    – [Elle]Me daba miedo hacerle daño a alguien[/Elle].- recordé cómo me había sentido y reprimí un escalofrío.

    – [Idris]Pero pudiste encerrarte. Controlas más de lo que piensas.[/Idris]

    – [Elle]Por suerte, ahora está en manos de Ezra, que sabe lo que hace[/Elle].- suspiré aliviada.- [Elle]Se ha tirado veinte años encerrado en una cápsula. Eso es un confinamiento y no el del Covid19[/Elle].

    – [Idris]En parte tengo ganas de salir otra vez, me da mal rollo sentarme a esperar después del enjambre de muertos y el «cariño he cambiado de cuerpo a los niños».[/Idris]

    – [Elle]Al menos, vamos a tener un montón de anécdotas[/Elle].- le resté importancia, aunque a mí tampoco me hacía ninguna gracia sentirme una marioneta del destino.

    – [Idris]A los Moondies les dieron regalos, espero que uno de los míos sea la Kvasir. ¿Te la imaginas de chiringuito en la playa medio enterrada?[/Idris]

    Nos imaginé en Merelia con un chiringuito que solo funcionase durante los meses de verano, en el que venderíamos las bandejas de pescado al doble de lo costaban (triple si eran guiris) y durante el invierno, nos dedicaríamos a estar con nuestros hijos.

    – [Elle]Tiene pinta de que esta nave ha estado aquí antes y estará aquí después[/Elle].- la Kvasir parecía perdida en en el tiempo y en el espacio, como nosotros.

    Él me miró a los ojos.- [Idris]Siempre me quedará Coquito.[/Idris]

    Me acerqué y le di un beso rápido en los labios.- [Elle]Voy a cambiarme, que me muero de hambre[/Elle].- comprobé que la puerta estuviera bien cerrada y le pedí a Idris que cerrara los ojos mientras me cambiaba.

    Los dos sabíamos que no iba a hacerlo, pero ese era nuestro juego.

  • ¿ESTÁS OYENDO LO QUE PIENSO?

    Jane – Valantis (60s/70s)

    Tarde

    Cuando empezó a sonar una canción de ‘The Beatles’ no me quedó ninguna duda de que estábamos en los sesenta. Mientras aparcábamos en las afueras de un hotel, las primeras notas de ‘God Only Knows’ de ‘The Beach Boys’ hicieron que Ellie y yo intercambiáramos una mirada. Era una de las canciones de la BSO de ‘Love Actually’, el pastelazo de los primeros 00’s que era el equivalente con dinero a una película de Navidad de InfinityTV.

    – [Elle]Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo…[/Elle]- comenzó a decir mi mejor amiga.

    – [Jane]Pienso en la zona de llegadas del aeropuerto de Heatrow[/Jane].- continué y nos reímos.

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  • NO TODO VA A SER MALO EN LOS 50

    Ellie Coco – Valantis (50’s)

    Mañana

    Estaba anocheciendo cuando atravesamos el portal, por eso supongo que no esperábamos encontrarnos con un sol cegador que nos impidió ver el coche que pasó a toda velocidad por nuestro lado. No tenía ni idea de la marca ni del modelo. Solo os podría decir que era rojo y antiguo. En mi cabeza se dibujó la imagen de Dante riéndose de mí. Ni que decir tiene que le hice una peineta.

    Decidimos cruzar la calle, que bien podría haber sido cualquiera en los años 50 de Estados Unidos. Todo estaba limpio y cuidado, era casi irreal, pero había algo que me daba mala sensación. Frente a nosotros, al otro lado, había un diner. En él se agolpaba un montón de gente que parecía parte del elenco de Grease. Jane y yo nos miramos sonriendo. En el instituto, en pleno apogeo de su pelea con mi hermano, habíamos pasado mucho tiempo juntas y, como no éramos muy populares, vimos montones de series y películas. Grease tenía encanto, pese a contar una historia que, vista desde la perspectiva que te daba el feminismo, era un poco cuestionable: cambia tu personalidad y tu aspecto para encajar en la masa y que el chico que te gusta se fije en ti. Una pena que no tuviera la opción de «Elige tu propio final» y Sandy y Rizzo se morrearan en plena feria de fin de curso.

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  • OS ESTOY OYENDO, IDIOTAS

    Kaylee – Nave

    Mañana

    No pasé toda la noche con Leo. Me habría gustado, pero de madrugada empezó a removerse y sentí la necesidad de salir corriendo para no darle explicaciones. Al salir, me crucé con Owen, que venía de limpiar la cocina. Los hijos de Rebecca estaban todos un poco tocotó, para qué nos vamos a engañar.- [Kaylee]¿Adónde vas con eso, Don Limpio?[/Kaylee]- solté cerrando la puerta de la habitación de Leo tras de mí.

    – [Owen]¿ME ESTÁS LLAMANDO CALVO?[/Owen]- gritó y le hice una seña para que bajara la voz.- [Owen]¿Qué le ha pasado, hipotermia por bañarse en pelotas?[/Owen]

    – [Kaylee]Se ha transformado[/Kaylee].- resumí.

    – [Owen]No me había parado a pensarlo. Después de todo estamos en una luna, lo mismo les afecta[/Owen].- se quedó pensativo. Owen estaba guapo, siempre lo había sido. Incluso con un bañador a modo de pijama y una camiseta de publicidad de una bebida japonesa. No dudaba que mi yo de quince años quisiera enrollarse con él.  En cualquier otra circunstancia, habría sido un buen tío con el que salir, pero aunque de físico iba sobrado y tenía un carácter afable, sentía que nos faltaba lo más importante: la conexión mental. – [Owen]No ha habido ningún problema ¿verdad?.-[/Owen]

    – [Kaylee]No ha sido por eso[/Kaylee].- le aclaré.- [Kaylee]Leo no debería haber dicho de jugar. Se ha enfadado, primero cuando le han preguntado por mí y después con el casi beso a Dante[/Kaylee].

    En la cara de Owen apareció una sonrisa triste.- [Owen]Me ha dolido que no me consideraras el más atractivo con la ausencia de Leo.-[/Owen]- su boca decía eso, pero sabía que estaba hablando de otra cosa.

    – [Kaylee]Tenemos demasiada historia juntos[/Kaylee].- empecé diciendo. Aún no le había pedido perdón por salir corriendo aquella noche.- [Kaylee]No quería remover el pasado[/Kaylee].

    – [Owen]Bien pensando[/Owen].- supe que no hacía falta que le pidiera perdón de manera directa, pero se lo merecía.- [Owen]No quiero que me beses y te enamores de mí. Menudo drama entonces.[/Owen]

    – [Kaylee]Es que eres irresistible[/Kaylee].- bromeé y solté una carcajada.

    – [Owen]Calla, que te va a oír tu hermana. Tiene súper oído.[/Owen]- me recordó.

    Nos quedamos en silencio y supe que tenía que cerrar ese capítulo.- [Kaylee]Me gustaría decirte algo[/Kaylee].- tragué saliva.- [Kaylee]Del instituto[/Kaylee].

    Sus ojos, casi siempre brillantes, se tornaron un poco más oscuros.- [Owen]Una época turbia de mi vida, pero dime[/Owen].

    – [Kaylee]Yo a ti te gustaba de verdad y…[/Kaylee]- tomé aire. Qué pequeño parece el mundo a veces. ¿Habrá aire para todos? – [Kaylee]Yo…me dejaba querer. Me hacía gracia saber que estabas ahí para adorarme[/Kaylee].- tomé una bocanada de aire.- [Kaylee]Me porté fatal contigo. No te merecías que fuera tan mezquina[/Kaylee].

    – [Owen]Perdonada[/Owen].- me dijo con rapidez.- [Owen]Ahora adoro a otra persona[/Owen].

    Respiré con normalidad.- [Kaylee]No te olvides de ti mismo por el camino[/Kaylee].- le pedí. Quise darle un abrazo, pero no fui capaz. Solo pude despedirme con un leve «hasta mañana» y me fui a dormir.

    Cuando me desperté, supe que había dormido mal. Me dolía todo el cuerpo y seguía teniendo sueño, pero si volvía a echarme en la cama, sería peor, así que me puse en pie y me duché para despejarme. Después desayuné y me fui a dar vueltas por la nave evitando encontrarme a Leo.

    En esas estaba cuando pasé delante de la habitación de Idris. Me lo encontré tumbado en la cama viendo La Patrulla Canina en un Inpad.- [Idris]Vamos Everest, tú puedes.[/Idris] – le dijo a la pantalla.

    Toqué a la puerta, aunque estaba abierta.- [Idris]Kay, pasa.[/Idris]

    – [Kaylee]No seré yo la que juzgue a nadie, pero no tiene pinta de que vayas a salir de la cueva.[/Kaylee]- comencé diciendo.

    – [Idris]Estaba de maratón.[/Idris]- confesó. Llevaba un pantalón viejo a modo de pijama y una camiseta raída. La ropa que estaba robando Lexie no era ninguna maravilla.

    – [Kaylee]¿Sin Elle?[/Kaylee]- enarqué una ceja.

    – [Idris]Sí, bueno, está intentando acostumbrarse a todo esto.[/Idris] – era bueno bromeando, pero disimular no era lo suyo.

    – [Kaylee]Ya…[/Kaylee]- me senté en el borde de la cama.- [Kaylee]Mientes de pena[/Kaylee].

    – [Idris]Meh, no es nada. Esto es un cambio muy gordo.[/Idris] – le restó importancia.

    – [Kaylee]Es una mierda[/Kaylee].- confirmé.

    – [Idris]Ya solo nos quedan unos cuantos planetas.[/Idris] – intentaba ser positivo, pero le salía regulín.

    – [Kaylee]Eso no lo sabes[/Kaylee].- le recordé estirándome la camiseta tres tallas más grande que llevaba a modo de vestido con un cinturón viejo para darle un toque moderno.- [Kaylee]A saber cuánto tiempo nos espera aquí[/Kaylee].

    Vi que Idris asentía y continué.- [Kaylee]Yo me lo intento tomar de forma positiva, porque estoy con todos vosotros de vacaciones pagadas[/Kaylee].-

    – [Idris]Amén hermana.[/Idris] – levantó una mano y la movió. – [Idris]Muy bien llevado el juego ayer[/Idris]

    – [Kaylee]Sé que nadie nos ha pedido opinión para venir aquí, pero somos jóvenes y tenemos la oportunidad de hacer LO QUE QUERAMOS[/Kaylee].- hablaba como si supiera lo que decía, pero en realidad, actuaba por impulsos.- [Kaylee]¿El precio? Salvar el mundo, pero si nos han elegido, es que podemos hacerlo[/Kaylee].

    – [Idris]Mira, no me imaginaba hasta venir aquí que me ibas a caer tan bien.[/Idris] – me sonrió.

    – [Kaylee]Soy majísima[/Kaylee].- apunté.

    – [Idris]No me cabe duda. A ver, hablando seriamente, somos lo más simpático de la nave.[/Idris] – afirmó y me reí.- [Kaylee]Competimos con gente como Leo, así que no es tan difícil[/Kaylee]

    – [Idris]Tenemos el peso de que esto no sea un muermo sobre nuestros bellos hombros.[/Idris]

    – [Kaylee]Hay que cambiar la forma de ver esto para que cada vez que volvamos a la Kvasir, sea una fiesta[/Kaylee].- le propuse.

    – [Idris]Con tu magia, nuestro cerebro y mis ideas perversas, eso va a ser fácil.[/Idris] –  confesó mucho más alegre que al principio.

    – [Kaylee]Lo malo pasará y lo que recordaremos será todo lo que hayamos reído, follado y abrazado[/Kaylee].- cada palabra que dije, me imaginé compartiéndola con una persona y siempre era la misma.

    Él dejó escapar una carcajada. – [Idris]Eres mi pelirroja favorita.[/Idris]

    – [Kaylee]La tuya y la de todo el mundo[/Kaylee].- le guiñé un ojo.

    – [Owen]Yo soy tan Marshall…[/Owen].- escuché decir a Owen, que había entrado en la habitación y miraba el Inpad que continuaba con el capítulo parado.

    – [Kaylee]¿Por patoso?[/Kaylee]- le sonreí.

    – [Owen]Obvio.[/Owen]

    – [Idris]Yo estoy dividido: Everest, Rocky…[/Idris] – enumeró Idris – [Idris]Me encantaba el helicóptero.[/Idris]

    Viendo que la conversación se estaba yendo por otros derroteros, cambié el rumbo.- [Kaylee]Idris y yo estábamos hablando de convertir cada vez que estemos en la Kvasir en una fiesta[/Kaylee].

    – [Owen]El premio a un trabajo bien hecho.[/Owen]

    – [Idris]Ni confirmo ni desmiento que ahora mismo un 90% de muchedad de la nave está en este cuarto.[/Idris] – apuntó Idris.

    – [Kaylee]Id pensando qué podemos hacer[/Kaylee].- propuse.

    – [Idris]Idris mira a Owen. Caperucita ha tenido la idea de «planear» fiestecillas para desconectar entre «incursiones»[/Idris].

    – [Owen]La gente trabaja mejor con recompensas[/Owen].- Owen nos dio la razón.

    – [Kaylee]Tenemos la oportunidad de que esto sea nuestro viaje de estudios[/Kaylee].- me froté las manos.

    – [Idris]Somos guapes, jóvenes y lejos de casa.[/Idris] – nos recordó el mayor de los Novak.- [Idris]¿Alguna idea, cerilla?[/Idris]

    – [Owen]Fiesta en la piscina. Si no se tiene bañador no importa[/Owen].- miré a Owen con los ojos abiertos de par en par.

    – [Idris]Me gusta como piensas.[/Idris] – guardó el Inpad. El bajón parecía superado.

    – [Kaylee]Yo lo de la fiesta en la piscina lo veo, pero lo de ir desnudos…mejor que sea opcional[/Kaylee].- no pensaba desnudarme en presencia de nadie que no fuera Leo.

    – [Idris]Ya lo solucionaremos con alcohol alienígena.[/Idris] – enarqué una ceja.- [Idris]Tampoco vendría mal no tener que compartir cuarto con mi hermano.[/Idris] – fingió un ataque de tos.

    – [Kaylee]Eso es fácil[/Kaylee].- sonreí.- [Kaylee]Decidme lo que queréis y se os concederá[/Kaylee].

    – [Owen]¿Eres como un genio?. Vale, mi primer deseo es que nadie folle en las zonas comunes[/Owen].- Owen se había quedado traumatizado con lo de sus padres. No tenía pruebas, pero tampoco dudas.

    – [Kaylee]Denegado[/Kaylee].- negué con la cabeza.- [Kaylee]Estoy deseando que Leo me empotre contra la encimera[/Kaylee].

    – [Idris]Puedes pedir una neverita para tu habitación o salir con una venda en los ojos.[/Idris] – propuso Idris.

    – [Owen]Sí, la nevera me vendría bien. Por mucho froti froti que le diera a la cocina, yo no vuelvo a entrar allí[/Owen].- simuló un escalofrío y nos tuvimos que reír.

    – [Kaylee]Yo te condeno a que Amy y tú zumbéis contra la nevera y se te quiten las tonterías[/Kaylee].-  y estallé en carcajadas.

    Lo que no sabíamos es que Amy pasaba por la puerta en ese momento.- [Amy]Os estoy oyendo, idiotas[/Amy].-  y volvimos a reírnos.

     

  • HASTA QUE LLEGA UN MACLAY

    Ellie – Nave

    Noche

    Una vez terminó el juego, fui a darme una ducha y me puse una camiseta larga de Idris a modo de pijama. Evitaba, en la medida de lo posible, utilizar lo que robaba Lexie porque algo dentro de mí se removía ante la idea de dejar a alguien sin su sustento, pero tampoco teníamos muchas más opciones. Henry había propuesto el trueque, pero cuando no sabes el valor de las cosas ni el idioma, es complicado negociar. Teníamos a Bowie, sí, pero no era muy ético utilizar a una niña para conseguir nuestros propósitos.

    Salí de la ducha y dejé mi toalla secando. Después, comencé a andar sin rumbo fijo. La Nave no me gustaba. Intentaba colaborar para hacer de ella nuestro hogar temporal, pero algo dentro de mí me decía que tenía que volver a casa, que allí no se me había perdido nada. Cada día que pasaba sin que hubiéramos avanzado en la misión, era un día más lejos de mi casa, de mi familia.

    Pensar en eso me hizo volver a la habitación que compartía con Jane y coger la esfera de Daë. Si había alguna posibilidad de volver a escuchar la voz de mi padre, tenía que aferrarme a ello.

    Caminé en dirección al puesto de mandos de la Nave, me senté en el asiento de pilotaje y le hablé.- [Elle]¿Papá?[/Elle]- al otro lado nadie respondía. ¿Y si habían pasado años y ya estaban todos muertos? ¿Y si aún no había nacido o esta era una realidad alternativa en la que no existía?

    Frente a mí, se veía la colina en la que la Nave descansaba y el cielo estrellado. Era de noche cerrada y estaba sola por primera vez en mi vida, me sentí sola.-  [Logan]¿Lennie?[/Logan] – escuché al otro lado.  El corazón me dio un vuelco. No era mi padre, pero era alguien. No estaba todo perdido.

    – [Elle]Creo que no eres mi padre[/Elle].- en mi cabeza se fue formando la imagen de mi interlocutor, que era, ni más ni menos, que el mismísimo Logan Villiers.

    – [Logan]¿Qué coño es esto?[/Logan] – farfulló. Estaba igual que siempre. Como si no hubiera pasado ni un minuto desde la última vez que lo vi.

    – [Elle]¡Logan![/Elle]- no pude disimular mi alegría- [Elle]Soy Elle. Elle Echolls[/Elle].- le aclaré por si no me reconocía.

    – [Logan]¿La pequeña Ellie? Menudo estirón.[/Logan] – en su cara se dibujó una sonrisa.

    – [Elle]Tú estás igual[/Elle].- le devolví la sonrisa- [Elle]¿Cómo te trata la vida?[/Elle]

    Él soltó una risotada.-  [Logan]Voy tirando.[/Logan] – no entró en detalles. – [Logan]¿Me puedes decir cómo demonios estamos hablando?[/Logan]

    – [Elle]Es por la orbe de los Daë. Debemos tener algún elemento en común[/Elle].- le expliqué. No sabía muy bien cuáles eran sus elementos, pero lo más probable es que tuviéramos alguna relación.

    – [Logan]¿Orbe? Si perdí ese puto cacharro hace años.[/Logan] – vi que miraba en sus bolsillos.- [Logan]¿Qué cojones? Lo vuelvo a tener.[/Logan]

    – [Elle]¿Ves?[/Elle]- comenté con orgullo, aunque era un poco raro que perdieras algo y apareciera en tu bolsillo por arte de magia.

    – [Logan]Es una maldita pesadilla recurrente.[/Logan] – sacó un paquete de tabaco y se encendió un cigarro. Arrugué la nariz de manera instintiva, aunque el humo no podía alcanzarme – [Logan]¿Y ahora qué, han cogido una nueva generación que putear?[/Logan]- asentí sin saber qué decirle.

    Logan dio una calada para no soltar improperios.- [Logan]Mira niña. Sois muy jóvenes. No perdáis la vida. Que salve el mundo otro. Que vuelvan a llamar a los viejos, nadie nos echará de menos.[/Logan]

    No sé qué fue en concreto, pero noté cómo algo dentro de mí se rompía.- [Elle]No tenemos elección. Estamos…en una Nave, perdidos en el Cúmulo[/Elle].- detuve una lágrima que corría por mi mejilla.- [Elle]Ni siquiera sé si volveremos. Es más difícil de lo que pensaba[/Elle].

    – [Logan]Una nave…¿espacial? ¿Dónde está ese Cúmulo?[/Logan]- Logan no daba crédito.

    – [Elle]En la otra punta del universo[/Elle].- le expliqué cómo pude y desvié el tema.- [Elle]Cole y Dante están aquí[/Elle]

    Se tomó unos segundos para procesarlo. – [Logan]Qué hijos de puta.[/Logan]

    – [Elle]Están bien[/Elle].- aclaré.- [Elle]Dante es…como tú. Así «grr arghhh» «me da igual todo»[/Elle].- imité.

    Vi que esbozaba una sonrisa triste y apagó el cigarrillo. – [Logan]Será mejor que no te escuche decir eso.[/Logan] – confesó un poco más triste de lo que quería mostrar. – [Logan]Volveré a Moondale. A ver si los cerebritos saben cómo llegar hasta vosotros.[/Logan]

    – [Elle]Cole es diferente[/Elle].- continué.- [Elle]Es…como Mia[/Elle].

    Sus ojos se cruzaron con los míos. – [Logan]¿Le ha ido bien desde que nos separamos?[/Logan] – parecía preocupado. Este Logan que tenía frente a mí distaba mucho del Logan que describía su hijo Dante.

    – [Elle]Estuvo con su tío Hiroshi y es un chico calmado[/Elle].- había hablado poco con Cole, pero transmitía mucha paz.

    – [Logan]Me alegro.[/Logan] – y supe que lo decía de verdad. – [Logan]Oye, tardaré en volver, pero puedes llamarme o como coño se llame esto siempre que quieras.[/Logan]

    – [Elle]Gracias y tú…cuídate[/Elle].- le pedí.

    – [Logan]Tú también, pero seguro que no necesitas que te lo diga. Pareces fuerte como tu madre.[/Logan]

    – [Elle]Ojalá me pareciera a ellas[/Elle].- suspiré.

    – [Logan]¿Ellas?[/Logan]- preguntó alzando un ceja y soltó una carcajada.- [Logan]Sarah sí que sabe…maldito pelirrojo[/Logan]- corté la comunicación de manera abrupta al escuchar unos pasos que se acercaban y dejé la orbe sobre la mesa de mandos.

    – [Idris]¿Qué hace una chica como tú en una nave como esta?[/Idris] – preguntó Idris. El corazón me latió más rápido. Estaba muy guapo incluso con aquel pijama de ositos que no era de su talla.

    – [Elle]No dormir[/Elle].- esbocé una sonrisa triste.

    – [Idris]Necesitabas un osito de peluche gigante, lo entiendo.[/Idris] – bromeó y no fui capaz de seguirle.- [Idris]¿Te pasa algo Coquito?[/Idris] – se acercó hasta mí y me pasó una mano por la cara.

    – [Elle]Lo de Calliope…[/Elle]- admití.- [Elle]Estar aquí…[/Elle]- las lágrimas brotaron con demasiada facilidad y él se arrodilló para abrazarme.

    – [Idris]Desahógate.[/Idris] – me estrechó entre sus brazos.

    – [Elle]¿Por qué se muere la gente?[/Elle]- pregunté.- [Elle]¿Por qué tenemos que salvar el mundo nosotros?[/Elle]

    Sin soltarme, habló.- [Idris]No te puedo prometer que salvaremos a todo el mundo. Pero lo vamos a intentar.[/Idris]

    – [Elle]Además, esta Nave…me agobia[/Elle].- le expliqué cuando nos separamos.- [Elle]No puedo salir con Xena, ni coger la bici, ni sentarme a leer fuera…[/Elle]

    – [Idris]¿Quién dice que no?[/Idris] – me dio una mano para que me pusiera de pie, pero no lo hice.

    – [Elle]No es lo mismo, porque sé que casi todo lo que conozco está muy lejos de aquí[/Elle].- me estaba agobiando y no sabía muy bien qué era.

    – [Idris]Bueno pues mañana cuando salga el sol nos damos un baño en el lago.[/Idris] – me propuso – [Idris]En pelotas.[/Idris] – de pronto, disfrutar de un rato a solas con él me pareció una pérdida de tiempo, porque cuanto menos centrados estuviéramos en la misión, más tardaríamos en volver.

    – [Elle]A lo mejor…tendríamos que darnos un descanso[/Elle].- las palabras salieron de mi boca disparadas.

    Idris pareció tambalearse. – [Idris]Pensé que ni siquiera habíamos empezado.[/Idris] – en su cabeza debió sonar con más confianza con la que en realidad lo dijo.

    – [Elle]Ahora mismo no soy la de siempre. Esto me está superando y no te quiero arrastrar conmigo[/Elle].- me expliqué.

    – [Idris]Eres mi medio Coquito. Da igual lo que pase. Siempre voy a estar ahí para ti.[/Idris] – me confesó. Sus ojos parecían más vidriosos que de costumbre. Le estaba haciendo daño.

    – [Elle]Esta situación me está superando. Yo…no soy como mi madre[/Elle].

    – [Idris]Gracias a dios, me costaría competir con una Sasha.[/Idris] – bromeó, pero su voz sonó rara, como si lidiara con un nudo en la garganta.

    – [Elle]Hablo en serio[/Elle].

    – [Idris]Es complicado.[/Idris] – me puse en pie y me pasó una mano por la espalda. – [Idris]A veces hay días duros en los que todo parece que nos va a superar. Pero al final, pasa.[/Idris] – señaló a la colina oscura que teníamos frente a nosotros.- [Idris]Intenta descansar. Mañana será otro día.[/Idris] – se giró y parecía un poco menos él.

    Cuando se fue, estuve un rato llorando en silencio hasta que recogí la orbe y caminé sin rumbo por la Nave.- [Ezra]Y yo pensando que era el único insomne. Eres la segunda persona que encuentro aquí.[/Ezra]- la voz de Ezra me sacó de golpe de mis pensamientos. Había llegado a la piscina sin saber lo que hacía..

    – [Elle]¿Me puedo sentar contigo?[/Elle].- pregunté al ver que tenía los pies metidos en el agua y él asintió.

    – [Ezra]¿La emoción del espacio no te deja dormir?[/Ezra]- llevaba todavía unos vaqueros y una camiseta. O no dormía nunca o tenía tanto miedo de echar a correr que no se permitía ponerse cómodo.

    – [Elle]Me agobia estar encerrada[/Elle].- le miré a los ojos. Era como si lo conociera de toda la vida. Dentro de mí podía sentirlo.- [Elle]¿Cómo lo aguantaste tú?[/Elle]

    – [Ezra]Durmiendo[/Ezra].- el intento de broma le salió regulín, pero sonreí

    – [Elle]¿Te estás acostumbrando bien a esto?[/Elle]

    – [Ezra]¿Diferentes mundos habitados por diferentes culturas? Sí, no es lo más raro que he visto[/Ezra].- su vista se perdió en la cristalera que daba al espacio. A Ezra se le daba bien esconderse, pero de mí le iba a resultar difícil.

    – [Elle]Decía a que estemos vivos[/Elle].- le aclaré y toqué en su hombro para que volviera a mirarme. Había pasado mucho tiempo sin hablar con la gente y estaba asilvestrado.

    – [Ezra]Eso podría considerarse más raro. En tu caso, aún estabas viva[/Ezra].- evitó mirarme directamente. Ezra era huidizo, como un ratoncito asustado.

    .- [Elle]Me alegra saberlo[/Elle].- en mi cara apareció un intento de sonrisa.

    – [Ezra]Y tú, ¿te acostumbras a esto de que en mi familia nos dé por viajar en el tiempo?[/Ezra]- supe que lo de Chloe le preocupaba. Era una variable con la que no había contado.

    – [Elle]Los Maclay tenéis la costumbre de viajar en el tiempo[/Elle].- le resté importancia.

    – [Ezra]Cuando una linea temporal esté en peligro, ¿a quién vas a llamar…?/Ezra]- bromeó y me reí. Me fijé en su cara, en todos los detalles que hacían de ella una mezcla entre la tía Lucy y el tío Ed. El recuerdo de que una vez se quisieron tanto como para crear una vida.- [Elle]Te pareces un montón a tus padres. Es hasta raro[/Elle].

    – [Ezra]Gracias. No los conozco tan bien como para notarlo. [/Ezra]- admitió. Las cicatrices de Ezra no era físicas, sino emocionales.

    Nos quedamos en silencio. Yo, mirando mis pies que disfrutaban del agua y él, perdido de nuevo en sus pensamiento.- [Elle]Los conocerás. Date tiempo[/Elle].- le di un toquecito en el hombro para que se girara- [Elle]No sé cómo era nuestra relación en tu mundo, pero aquí me tienes si me necesitas[/Elle].

    – [Ezra]Lo mismo te digo[Ezra].- por primera vez, vi que sonreía de verdad. Para Ezra era más importante de lo que decía sentirse aceptado por nosotros. Llevaba esperándonos veinte años.- [Ezra]¿Quieres hablar de algo?[/Ezra]

    – [Elle]Estoy un poco agobiada por…todo, pero lo superaré[/Elle].- confesé- [Elle]Gracias por preguntar[/Elle].

    – [Ezra]No te preocupes por si podrás liderar o no. En mi mundo eras una líder. Pero…solo tienes que saber que llegado el momento, puedes contar conmigo para lo que necesites[/Ezra].- al escucharle decir eso, le di un abrazo.

    – [Elle]¿Y si tú eres…el pegamento que une todo esto?[/Elle]- dije sin soltarle.- [Elle]A lo mejor, la generación no está completa hasta que llega un Maclay[/Elle].