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Etiqueta: Idris Solo-Novak

  • BESOS Y TRAJES FUTURISTAS

    HENRY L. CROWE

     NAVE – NOCHE

    Por mucho que estuviéramos en una nave espacial y la emoción que eso pudiera despertar, el entretenimiento se resumía en leer en la biblioteca o hacer ejercicio en el gimnasio, y no era muy bueno haciendo ejercicio. Así que me apunte a jugar al verdad o reto sin ser muy consciente en lo que eso podría desencadenar.

    En cuanto empezó el juego comprendí que esto no iba a ser un verdad o reto normal como esos que ves en las películas, Idris había llevado el juego un paso más allá y quien no cumpliera sus retos sufriría un pequeño castigo como granos y demás ligeras molestias en la piel.

    Todo se estaba desarrollando tal y como pensaba, por lo que cuando la botella cayó en Laura sabía lo que se avecinaba. La botella giro una segunda vez hasta pararse en mí.

    -[Laura]Reto.-[/Laura] Me sorprendió la rapidez con la que lo dijo. Idris se había pasado todo nuestro viaje jugando a ser celestino y ahora tenía una oportunidad de oro.

    [Idris]Qué alegrías da la vida a veces.-[/Idris]  Idris se echo a reír y yo mire al resto esperando que alguien se adelantara al reto que estaba maquinando en su cabeza. [Idris]Un beso, nada de casto y puro. Lo voy a cronometrar.[/Idris]

    Laura se encogió de hombros y se puso en pie, nervioso hice lo mismo y nos colocamos frente a frente en el centro del círculo ante la atenta mirada del resto. Parecíamos unos animales enjaulados como los había antes en zoos. – [Laura]Si no quieres, pido verdad.[/Laura]

    -[Henry] Conociendo a Idris la verdad puede ser peor. Además es un juego tonto.-[/Henry] Intente quitarle importancia, solo era un beso. ¿Qué es lo peor que podría pasar?.

    – [Laura]Cronometra, Idris.-[/Laura] Sin darme tiempo a reaccionar me agarro por la camisa y me atrajo hacia ella, la diferencia de altura se resolvió conmigo inclinado hacia delante. Pasee la vista por la habitación hasta dar con Idris que acababa de poner el cronometro en marcha.

    – [Idris]Henry no sabía que te alegrabas tanto de verme.-[/Idris] Aparte la mirada de él para centrarme en Laura y la suavidad de sus labios. Note como posaba una de sus manos en mi cuello mientras yo no sabía qué hacer con mis brazos. – [Idris]Esto dice que lleváis un segundo.-[/Idris] Alguien comenzó a silbar, supongo que para que le diéramos más intensidad al beso, así que en un acto reflejo pose mis manos en su cintura y nos acercamos un poco más. –  [Idris]Mañana seguro que me baño con agua fría pero merecerá la pena.-[/Idris] Nos separamos y nos quedamos mirándonos unos segundos. Ella sonrió y sus mejillas se ruborizaron un poco, a lo que yo debería de estar rojo como un tomate. – [Idris]Hay un cuarto en el que no va a hacer falta calefacción.[/Idris]

    Tomamos asiento de nuevo pero desconecte por completo tras el beso, por lo que no recuerdo que es lo que les toque a los demás tras nosotros. Todos se levantaron por lo que hice lo mismo, tal vez ya habíamos terminado, había perdido la noción del tiempo. Escuche decir algo a Idris pero no sé muy bien el que, por lo que me limite a negar con la cabeza.

    -[Idris] Te arrepentirás, mis masajes son de órdago.-[/Idris] Añadió mientras posaba las manos en los hombros de Elle y avanzaba detrás de ella según se movía.

    Eche un vistazo a la mesa de bebidas y aperitivos. Era curioso cómo se parecían a los alimentos comunes de nuestro mundo. En cierta forma la gente que habitaba aquí me recordaba a los de la isla. Eran gente de diferentes épocas, de diferentes mundos con sus propias costumbres, pero todos vivían juntos como una familia.

    Las botellas eran rudimentarias sin marcas pero con contenido alcohólico sacadas seguramente de un mundo de piratas. Al menos no eran bidones de madera. Menos mal que no había comido nada de aquella comida, a saber el aliento que me hubiera dejado para el beso con Laura.

    – [Laura]No has querido el masaje de Idris[/Laura].- Me sobresalto la voz de Laura a mí espalda. Al girarme la vi parada con los brazos cruzados y un vaso de plástico en la mano. Haciendo memoria note un cierto sabor a ron de sus labios.

    – [Henry]Estoy bien. No he levantando nada de peso como para que me duelan los músculos.-[/Henry] Todo había sido cambiar cables y piezas en mal estado, había sido más sufrido el trabajo de mentira en Infinity.

    – [Laura]Pero has trabajado mucho para que la nave sea habitable[/Laura].- Bueno yo la hice habitable, pero la limpieza la fue haciendo el resto. Menos mal que no encontramos inquilinos dentro de esos de varias patas cuando entramos.

    – [Henry]No ha sido nada.-[/Henry] Fue más un entretenimiento que una obligación. Además las opciones eran hacerlo habitable o dormir a la intemperie.

    – [Laura]Sí lo ha sido. No te quites mérito[/Laura].

    – [Henry]Tú lo que quieres es que le diga que si por si te llevas un masaje también.-[/Henry] Recordé que de pequeños nos reíamos de Vine porque parecía que le estaba haciendo un masaje a alguien cuando iba a sus espaldas. Si te parabas a pensarlo ahora lo más seguro es que estuviera intentando matarlos.

    – [Laura]Me vendría bien[/Laura].- Añadió sonriendo y me fije en la venda que sobresalía de su guante.

    – [Henry]¿Que tal la muñeca?.-[/Henry] Tenía la impresión de que siempre le sacaba este tema, pero era porque me preocupaba por ella.

    – [Laura]Mejora más lento de lo que esperaba, pero bueno[/Laura].- Se encogió de hombros mientras le daba un sorbo a su bebida.

    – [Henry]Sobre lo que acaba de ocurrir…-[/Henry] Empecé a decir pero fui incapaz de proseguir.

    – [Laura]¿El beso?[/Laura]- Añadió con total naturalizad mientras que yo no era capaz ni de llamarlo por su nombre.

    – [Henry]Si… sobre eso…-[/Henry] Nunca me había costado tanto hablar en la vida.

    – [Laura]Si quieres que no signifique nada, podemos hacer como que nunca ha pasado[/Laura].- Pero ha pasado, y nunca iba a poder olvidarlo.

    – [Henry]No, no es eso. Quiero decir si para ti no significa nada…-[/Henry] Desee que sonaran las alarmas de la nave. Que nos atacaran unos marcianitos, incluso que me tragara la tierra.

    – [Laura]¿Para ti qué significa?[/Laura] Tal vez más de lo que había significado para ella, pero no me atrevía a decirle nada por el miedo a estropear nuestra amistad.-[Laura]Bueno, te dejo que te lo pienses[/Laura].- No tenía nada que pensar, yo ya sabía lo que significaba- [Laura]No te quiero agobiar y hace mucho que no hablo con Jane[/Laura].

    La observe marcharse hasta la otra punta de la habitación. Cualquier otro en mi posición hubiese reaccionado más rápido que yo. Es verdad que a veces resulta más fácil tratar con maquinas que con personas. Pensé en beberme una copa y acercarme hasta ella para besarla de nuevo y viera lo que había significado. En su lugar me marche de la sala rumbo a los dormitorios.

    Si desde que llegamos las noches habían sido incomodas, no me quería imaginar aquella. Parecíamos un matrimonio que llevaban juntos toda la vida y ahora se limitaban a mirar al techo. Una mañana amanecimos pegados, su cabeza en mi pecho y mi brazo en lugar de quedarse estirado por debajo de su cuello se fue hacia los terrenos del sur.

    – [Noah]Henry, ¿no tenías sueño?[/Noah] – Me sobresalte al escuchar a Noah llegar por detrás de mí. Debía de resultar ridículo cuando todo el mundo se acercaba a mí sin darme cuenta.

    – [Henry]¿Qué?. No, solo necesitaba pensar un poco.-[/Henry] No me había dado cuanto de que estaba parado en medio del pasillo que daba a los dormitorios.

    [Noah]- Ha sido increíble lo que has hecho con la nave.-[/Noah] Tal vez Laura tenía razón y había hecho demasiado en la nave por hacerla habitable, pero a mí no me lo parecía. Era lo único en lo que era bueno y podía ayudarles, las batallas las librarían ellos.

    – [Henry]Gracias. Lo que me recuerda que tengo algo que darte.-[/Henry] Me acerque hasta el cuarto, el cual tenía literalmente al lado y regrese con el audífono que me dio cuando salimos de Infinity para que lo arreglara. Yo sin saber cómo declararle mis sentimientos a Laura y Noah estaba a punto de darle algo al suyo que cambiaría su vida.

    – [Noah]¿Funciona?.-[/Noah] Pregunto sin quitarles ojo de encima y sujetándolo con cuidado entre sus manos como si de un tesoro se tratara.

    – [Henry]Si. Me dio por investigar la base de datos de la nave, así que llevan una pequeña actualización.-[/Henry] La nave tenía un registro de varias idiomas, supuse que de todos los planetas del Nexo, quien sabe si de algunos más. El caso es que ahora podría entender a cualquiera que hablara otra lengua.

    -[Noah]¿Y la batería?.-[/Noah] Por lo que me dijo cuando me lo entrego para ver qué podía hacer, era una de las grandes preocupaciones de Lexie.

    – [Henry]Eso es lo mejor. Calor corporal. Está regulado a la temperatura del cuerpo humano, no se gasta.-[/Henry] Había convertido un prototipo en algo completamente funcional. Si Infinity lo hubiera sacado al mercado pedirían una cantidad ridícula de dinero por ellos y serian asquerosamente ricos… más ricos aun.

    – [Noah]No sé cómo darte las gracias. –[/Noah] Noah no tenía pinta de saber hacer masajes como Idris.

    – [Henry]Considéralo un regalo por sacarnos de Infinity.-[/Henry] De no haber sido por él seguiríamos atrapados en esa prisión subterránea siendo objeto de experimentos.

    -[Noah] Es impresionante. –[/Noah] Con algo más de emoción y sin miedo a romperlo le echo un vistazo más detalladamente. [Noah]- Esto es territorio de ciencia ficción y te las has arreglado para ponerlo en marcha.[/Noah]

    – [Henry]Entrando en temas de ciencia ficción. ¿Para qué crees que son estas habitaciones?.-[/Henry] Le enseñe las dos habitaciones que estaban antes de llegar a los cuartos. Si pasabas con prisas de un lado a otro apenas eran perceptibles, todo era demasiado futurista y dos habitaciones con impresoras no llamaban especialmente la atención. Noah se disponía a decir su teoría pero Julia se quedo parada en la puerta observándonos.

    – [Julia] Si que tenéis fijación con los armarios. –[/Julia] Debía de venir de las duchas porque llevaba una bata, una toalla liada en el pelo y unas zapatillas de estar por casa. Lo cual era gracioso porque después de todo estábamos en su casa.

    – [Henry]¿Armarios? ¿Entonces esas impresoras?.-[/Henry] Pregunte esperando la respuesta obvia por parte de Julia.

    -[Julia] Pues para la ropa. Se imprime, como tú dices.[/Julia] – Se acerco hasta la impresora y tras encenderla nos enseño varios modelos de ropa y uno en concreto que parecía un uniforme futurista que llamo la atención de Noah.

    – [Noah]Podríamos usar eso como traje de grupo.[/Noah] – Se notaba la emoción de Noah en sus palabras y en el brillo de sus ojos. Julia por el contrario no parecía tan emocionada y negó con la cabeza marchándose. – [Noah]Y si alguien supiera podríamos hacer ropa de época.[/Noah]

    – [Henry]No sé donde le he dado pero he cambiado el color del traje.-[/Henry] Lo típico de las impresoras que te pones a trastearlas y acabas con un traje futurista de colores.

    – [Noah]Podríamos llevar trajes cambiando parte del color.-[/Noah] El audífono le había hecho ilusión por lo que significaría para Lexie, pero esto lo estaba disfrutando para él. –[Noah] Parece muy resistente.[/Noah]

    – [Henry]¿Quieres ser el primero en probarlos?.-[/Henry] Asintió emocionado, así que busco un color hasta dar con un verde parecido al de su forma Rakkthathor. Si no le hubiese dicho que probablemente tardaría toda la noche en hacerse se habría quedado en la puerta esperando que estuviera listo.

  • CUERPO Y PSIQUE

    XANDER ECHOLLS

    LUNA VILTIS, LA KVASIR – NOCHE

    Mi prima hizo girar de nuevo la botella y se detuvo en Jane. Por un momento temí que le tocase con otra persona después del momento tan cercano que habíamos tenido hacía un rato, pero Kay captó mi mirada preocupada y me guiñó un ojo. Como era de esperar la botella giró una segunda vez deteniéndose en mí.

    – [Jane]Xander, ¿cuánto le has pagado a tu prima?[/Jane] – dijo Jane riéndose. Hacia tanto que no la veía reírse y hablar conmigo así que cuanto más nos acercábamos aquella noche más me parecía que eso no podía ser real y alguien estaba jugando con nuestra mente.

    – [Xander]Yo no…[/Xander] – me excusé, notando como me subía la sangre y la cara se me encendía. Esperaba que el resto pensaran que era cosa del calor de estar todos juntos en un espacio reducido.

    – [Jane]Y creo que elijo reto.[/Jane]-  añadió. La miré y ella parecía despreocupada. Después de que nos hiciesen bañarnos desnudos y de haber visto…bueno, su perfecta anatomía trasera, no sabía cómo reaccionar, así que parecía Geralt meditando mientras el resto del mundo pasaba a mi alrededor.

    – [Idris]Se lo voy a ceder a Lexie, Kay o Coquito, porque no quiero que me odies.[/Idris] – escuché decir a Idris. Caí en la cuenta de que yo podía haber pedido el reto y mi turno había pasado al no decir nada. En parte mejor, desde la piscina no dejaban de pasarme todo tipo de pensamientos y no quería que Jane me tomase por un pervertido o coaccionarla de alguna forma a hacer algo que no quería.

    – [Lexie]Os toca comeros la boca.[/Lexie] – dijo Lexie. Mi estómago dio un vuelco y me puse un poco nervioso. Miré a Jane, que no parecía para nada afectada.

    – [Xander]¿U-un beso?[/Xander] – pregunté. Lexie no había dicho beso pero necesitaba clarificar. No os podéis imaginar las veces que había pasado por mi cabeza un beso con Jane. Tantas que para mí verlo convertido en realidad era algo muy importante. El «primero» se había estropeado por haber sido engañado por Omega y no quería que un verdadero beso con Jane se quedase en una prueba de un juego en un noche loca. Además, era mucho asumir que Jane quisiera besarme. Ella misma lo había dicho, que pudiera tocarla no implicaba que tuviera que atraerla.

    – [Lexie]He dicho comeros la boca. Nada de un beso.[/Lexie]- escuché puntualizar a Lexie, que me miraba fijamente. Era extraño que actuase con confianza conmigo cuando esa relación la asociaba a otra cara completamente diferente, pero tenía que educarme y empezar a pensar en ella con ese aspecto. En realidad, le pegaba más, se la veía más suelta, menos contenida, menos como una actriz y me alegraba de que finalmente hubiese podido salir de eso.

    De pronto me asaltó a la mente un pensamiento. No solo sería mi primer beso con Jane, sería su primer beso. ¿Allí, mientras todos observaban? – [Xander]Delante de vosotros no.[/Xander] – avisé, sorprendido al no haberme parado a pensarlo antes de decirlo. No podía hacerlo delante de ellos. No era justo para ella, ni tampoco para mí.

    – [Lexie]Pues Dante se va con vosotros a vigilar.[/Lexie]- sugirió Lexie. Miré a Dante, que negó con la cabeza con total tranquilidad.

    – [Idris]También están las ronchas, desconfiada. Deja intimidad.[/Idris] – añadió Idris, intercediendo a mi favor.

    – [Lexie]Lo siento, Dante. No ha colado.[/Lexie]- respondió Lexie sonriendo. Entonces se levantó y vino hacia mí. No sé cómo lo hizo tan rápido pero de pronto tenía un pintalabios y me estaba pintando los míos. – [Lexie] Para que no haya dudas.[/Lexie] – añadió.

    Cuando terminó, vi que Jane me esperaba de pie, así que fui hasta ella y empezamos a caminar sin una dirección clara, pero lejos del resto.

    – [Xander]Es un juego. Sé que sería tu primer beso así que…yo hablaré con Kay.[/Xander] – estaba siendo un imbécil, ocultando mis sentimientos y lo que de verdad me apetecía hacer, solo por el hecho de que tenía miedo al rechazo o quizá peor, a la indiferencia.

    – [Jane]¿Dónde quieres…?[/Jane] – preguntó ella con timidez, como si no me hubiese escuchado. Se apartó un mechón de pelo de la frente y no pude dejar de fijarme en lo bonita que era su melena, tan oscura y tan brillante, aún húmeda después del baño.

    – [Xander]No te preocupes. Yo me llevo las culpas[/Xander] – dije aparentando seguridad. Ya veis, no era precisamente un ejemplo de asertividad. Sabía perfectamente que lo lógico habría sido decirle que me gustaba, que quería besarla y preguntarle si a ella le apetecía, pero en lugar de eso, me puse el último de la lista. Con esa mentira me había engañado muchos años, pensando que Jane estaba mejor sin saber de mí, que no quería mis explicaciones.

    – [Jane]Oye, yo quiero mi beso.[/Jane] – dijo ella, rompiendo el hechizo que llevaba años maldiciéndome. En aquél momento todo a lo que alguna vez me había resignado se tambaleó. Era la segunda vez que pasaba, después de volver a hablarnos en Senatus. Jane me rompía todos los esquemas.

    – [Xander]¿S-si?[/Xander] – fue lo único que conseguí decir. Era aún joven, acababa de ver semidesnuda a una chica con la que llevaba media vida soñando y ahora íbamos a besarnos, así que mi cabeza no regaba excesivamente bien.

    – [Jane]Hay que seguir las reglas del juego siempre y nos ha tocado besarnos, así que quiero mi beso.[/Jane] – dijo ella. Parecía un razonamiento muy lógico pero no conseguía saber si de verdad le apetecía.

    Al final, llegamos hasta la enorme cabina de la nave, desde la que se veía en toda su inmensidad el valle en el que nos encontrábamos y el cielo, en ese momento oscuro y repleto de estrellas gracias a aquél mundo sin contaminación lumínica.

    Me acerqué a Jane y apoyé una temblorosa mano en su cintura. Y hasta ahí llegué porque las dudas volvieron a atormentarme. ¿Y si no salía bien? ¿Y si solo lo hacía por la presión del juego?

    – [Jane]Ven aquí.[/Jane] – tercera vez que Jane ponía mi mundo patas arriba. Me cogió de la camiseta y nuestros labios chocaron. Eran suaves y buscaban los míos. Al principio nuestro beso fue torpe, atropellado. Yo parecía un maniquí de nuevo y ella hacía lo que podía. Entonces mi mente se conectó y me dejé llevar, entregándome a un beso que nada tenía que ver con el de Omega. En aquél había intensidad, rabia. Este era intenso pero en un sentido completamente diferente, apasionado pero contenido, melodioso, tierno. Un beso en el que los dos estábamos verdaderamente conectados.

    – [Jane]Bueno, pues listo.[/Jane]- dijo, separándose. El carmín estaba por toda su boca y probablemente también por toda la mía. Cada momento se estaba grabando a fuego en mi memoria, seguramente para revisitarlo más tarde y analizar cada uno de mis errores justo antes de dormir.-[Jane] Vamos.[/Jane] – añadió. Observé cada uno de sus movimientos cuando se puso en pie y por mi mente se cruzaron algunos pensamientos que me hicieron caer en la cuenta de que tenía un problema allí mismo.

    – [Xander]Ve… Ve delante.[/Xander]- le pedí. Ella se giró y me miró, sorprendida. – [Xander]Ahora voy.[/Xander]- no había manera en la que pudiera hablarle de eso en ese momento.

    – [Jane]¿Qué te pasa?[/Jane] – preguntó, preocupada.

    – [Xander]Nada, necesito unos minutos para… estirarme[/Xander] – disimulé, aunque no sabía si a esas alturas ya colaría entre la piscina y aquél beso.

    Jane enarcó una ceja y pensé que ese gesto la hacía terriblemente sexy. Piensa en cosas no eróticas, piensa en cosas no eróticas….Merelia, la playa de Merelia….Jane en bikini en la playa de Merelia…mierda. – [Jane]Tengo dos hermanos.[/Jane] – sentenció. Me había pillado, pero aquello era como cuando te caes y te levantas como si no pasara nada. Ya había intentado fingir así que tocaba seguir hasta el final.

    – [Xander]¿Y?[/Xander] – me hice el tonto, y no, no era buen actor, no quedó muy convincente.

    – [Jane]Nada, nada.[/Jane]- soltó una risilla y caminó de vuelta al círculo dejándome allí, mirando las estrellas y pensando en que la que más brillaba se estaba alejando en ese momento. Me giré para mirarla y terminé hipnotizado por el movimiento de su trasero. Mi cuerpo y mi psique estaban totalmente a su merced.

     

  • TODO EL MUNDO ODIA A IDRIS

    IDRIS SOLO-NOVAK

     LUNA VILTIS, LA KVASIR – NOCHE

    Aquella botella siguió girando controlada solo por la voluntad de Kaylee. Juntos actuábamos como una máquina bien engrasada que se encargaba de hacer que nuestro variopinto grupo empezase a unirse más. Kaylee era el cerebro y yo la bocaza.

    Lo peor de mi papel era que me había ganado algunas malas caras porque le había puesto demasiado empeño en impulsar algunas interacciones y forzar a la gente a saltarse sus inhibiciones.

    Aquella vez, la botella giró y apuntó primero a Ezra y después a Xander. No necesité saber qué iba a pedir, así que cuando lo hizo, respiré aliviado por no tener que pensar nada más durante unos segundos. – [Ezra]Verdad.[/Ezra] – pidió. Lo bueno de la verdad es que a mí no me tocaba hacer nada. Al principio me había divertido mucho con los retos, pero después de un buen rato jugando, no dejaban de pasar por mi cabeza las personas que podían haberse molestado.

    – [Xander]¿A quién te gustaría conocer mejor?[/Xander] – preguntó Xander. Le miré y después observé a Ezra. La pregunta no estaba mal. Ezra era desconocido para casi todos nosotros aunque hubiésemos oído hablar de él durante media vida, porque su padre lo había buscado con ahínco.

    – [Ezra]A todos la verdad.[/Ezra] – alcé una ceja esperando que su mirada se cruzase con la mía, pero no pasó. – [Idris]Di al menos tres, Bob el Silencioso.[/Idris] – bromeé. Aquél grupo no se iba a unir solo mientras hacía misiones separados en mundos jodidos, necesitábamos cumpleaños, viajes y momentos extraños entre nosotros. Los Moondies habían estado encerrados en una pesadilla, pero también habían ido a Escocia; habían tenido paranoia, pero también habían cantado en la boda de Elizabeth.

    – [Ezra]Vera y Elliot no existían en mi futuro. Supongo que Jane y Owen también debido a que son distintos. Y he dicho cuatro. [/Ezra] – eso ya estaba mejor. Vera levantó la cabeza y miró hacia Ezra, encantada de sentirse incluida. Lo cierto es que podíamos haberles dicho que se sentaran, aunque sean más pequeños, habría puesto sus retos a la altura, sin cosas raras. Pero con suerte habría una próxima vez.

    De los gemelos, Jane parecía la más preocupada, debía haberse puesto a pensar en su clon malvada y eso había aguado lo bien que parecían haberlo pasado en la piscina.

    Kaylee estuvo rápida y la botella volvió a girar, emparejando de nuevo a Amy y Owen. – [Amy]Dejadme en paz. [/Amy] – se quejó ella. No parecía haber salido tan triste del armario, pero después de un rato pensando demasiado tenía pinta de haberse vuelto a preocupar. – [Owen]Supongo que…verdad. [/Owen] – pidió él, facilitándole las cosas.

    – [Amy]¿Por qué te haces el tonto si no lo eres?[/Amy] – preguntó. Todos los ojos se giraron hacia Owen.

    – [Owen]Es más sencillo así. Tenéis esa idea de mí y no me molesté en cambiarlo.-[/Owen] respondió él, demostrando que todos tenemos mucho más de lo que aparentamos.

    Después de eso, trató de bromear para tapar lo que acababa de decir y como unos cuantos se quedaron pensativos, aprovechamos para hacer una pausa en el juego y cubrir necesidades básicas como mear, beber, comer o en mi caso, disculparme.

    Decidí que lo mejor era empezar fuerte, así que caminé directo hacia Lexie que en ese momento estaba sirviéndose un trago de bebida.

    – [Idris]Eh, ¿podemos hablar?[/Idris] – le pregunté.

    – [Lexie]Depende. ¿Me vas a dejar o vas a monopolizarlo todo?[/Lexie] – vale, la valoración previa en la escala de cabreo era considerable. Aun así, conocía a Lexie de toda la vida y estaba acostumbrado a llevarle la contraria en algunas cosas y que nuestra relación saliese airosa. De todas formas, esta vez el enfado venía por algo distinto.

    – [Idris]Vale, es eso. Pensé que nos estábamos divirtiendo.[/Idris] – comenté. Cuando surgió la oportunidad no me di cuenta de que a ella pudiera molestarle. Solo lo hice, esperando dirigir la orquesta hacia nuestro momento triunfal.

    – [Lexie]El juego ha sido idea mía. Yo he robado esa botella y lo he propuesto.[/Lexie]

    – [Idris]Eso lo saben todos. Solo proponía cosas divertidas Lex.[/Idris]

    – [Lexie]Siendo el centro de atención como siempre.[/Lexie]

    – [Idris]No sabía que te había molestado tanto.[/Idris]

    – [Lexie]Pues sí.[/Lexie]- se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido. No penséis que no me afectaba su enfado, pero cuando fruncía el ceño siempre me la imaginaba en su forma de mapache y me daba ganas de echarme a reír.

    – [Idris]Lo siento. Quería dar un empujón a todos aprovechando tu idea.[/Idris] – a veces el camino más rápido es una disculpa sincera. Pensé que todos nos divertiríamos igualmente y que de paso podríamos unir fuerzas, pero no quería eclipsar a Lexie.

    – [Lexie]Bueno, da igual, es que a veces parece que no te vas a callar nunca y me apetece esperarte en la puerta de la nave con una navaja.[/Lexie] – espetó. Ahí la tenías, con más billetes que todos los demás juntos y parecía salida directamente del gueto.

    – [Idris]No tenía que haberte presentado a los Drow.[/Idris] – bromeé, echándome a reír. Llevaba mucho rato luchando con la imagen mental del mapache cabreado.

    – [Lexie]Para eso ya es tarde.[/Lexie]- sonrió, así que ya me había perdonado.

    – [Idris]¿Me perdonas bigotillos?[/Idris] – insistí para confirmarlo, aún tenía a mucha gente posiblemente cabreada y tocaba ir tachando nombres.

    – [Lexie]No juegues con la idea de que pueda tener bigote en un mundo sin pinzas de depilar.[/Lexie] – replicó seriamente, buscando un espejo en el que mirarse.

    – [Idris]Seguro que puedes robar unas.[/Idris] – le rasqué la coronilla suavemente, como hacía desde que era una renacuaja a la que le encantaba meterse en problemas. – [Idris]Pienso vengarme de tu enfado.[/Idris] –  le susurré.

    – [Lexie]Te recuerdo que podría tomar tu apariencia y asesinar a alguien.[/Lexie] – respondió ella. Los dos sabíamos perfectamente que mentir estaba en su naturaleza, pero jamás sería capaz de hacer daño a una mosca.

    – [Idris]Ya te tocará con Noah, ya.[/Idris] – le dirigí una mirada pseudomalvada y respiré aliviado mientras me alejaba.

    Os confesaré algo, esperando que nadie encuentre ahora este diario y le de por ponerse con él. Parezco un tipo muy seguro, atractivo, con mucha autoconfianza y atractivo, pero no me gusta que nadie esté cabreado conmigo, me gusta hacer las cosas bien y llevarme bien con todos.

    Así que mis ganas de que ellos también se llevasen bien entre sí habían chocado un poco con ese deseo de llevarme bien con ellos y al final, como soy un angelito de dios, les había puesto a ellos por delante.

    Chloe estaba saliendo del baño de la planta principal justo cuando pasé al lado, así que me acerqué.

    – [Chloe]Mira tío, no seas stalker.[/Chloe] – dijo al ver que caminaba hacia ella.

     – [Idris]No, no soy Dante. Soy yo, Idris.[/Idris] – bromeé, alzando una ceja.

    – [Chloe]Ja, ja.[/Chloe]- estaba empezando a notar lo adolescente que era aún.

    – [Idris]Ya sé que todo el mundo sabe que soy un poco bocazas, pero parece que hoy he batido records.[/Idris] – sinceridad amigos, la respuesta fácil. El truco está en quererse lo suficiente como par ano (jajajaja he escrito ano)…para no sentirse mal por hacer algo mal. – [Idris]Lo de antes era una broma. No quería cortarte el rollo[/Idris] – añadí. La chica había hecho un buen reto y la había cortado por ponerme yo a las riendas. Caca Idris, caca.

    – [Chloe]Da igual.[/Chloe]- gesticuló con la izquierda para quitarle importancia.- [Chloe]En en futuro eres majo y siempre me contabas chistes de caca.[/Chloe] – de ahí sacaba dos cosas, una que estaba vivo y dos que seguía teniendo mano con les niñes.

    – [Idris]Ah, bien. Ya tengo repertorio por si quieres escucharlos.[/Idris] – respondí agradecido de pasar a una conversación menos seria. En el fondo me sentía cohibido por el estar a la altura de mi yo futuro. – [Idris]Entraban un ruso, un italiano y una americana en un bar. ¿Sabes como sigue?[/Idris] – pero mi boca siempre iba por delante.

    – [Chloe]Me gustaban cuando tenía tres años. No ahora.[/Chloe] – dijo ella, poniendo los ojos en blanco. Dios mío, la adolescencia, que intensa es.

    – [Idris]Prrrrrrrrr[/Idris] – tenía práctica haciendo pedorretas, así que conseguí no regarla con saliva. – [Idris]Lo siento, ese era el chiste. Prrrrrrrr[/Idris] – alargué la pedorreta.

    – [Chloe]Qué vergüenza das, tío.[/Chloe]- espetó alejándose.

    – [Idris]Oye, no me hundas en la miseria. Te veo reírte.[/Idris] – la señalé con el dedo mientras se alejaba. Al principio había hecho un gesto dramático de vergüenza, pero mi chiste era especial, te iba calando poco a poco y ya estaba echándose a reír aunque lo disimulase.

    – [Idris]Oye, te veo reírte.[/Idris] – le dije.

    – [Chloe]No, estoy llorando. [/Chloe]- respondió ella. Solté una risa y le guiñé un ojo de complicidad. Su secreto estaba a salvo conmigo.

    Leo estaba sentado allí al lado, sin haberse movido apenas desde que se levantó del juego. Si hubiese estado hecho de piedra habría pensado que era una estatua. Por lo inmóvil y por estar esculpido como un dios olímpico.

    – [Idris]Oye Leo. Siento que lo de antes te molestase.[/Idris] – dije sentándome al lado. Había cogido práctica a las disculpas y ya daba pocos rodeos.

    Leo tardó unos segundos en arrancar a hablar y cuando lo hizo, di gracias, porque todo ese tiempo estuve pensando en que si mis ojos no fueran solo para Coquito, estaría alucinando con aquél «físico». – [Leo]No le des vueltas.[/Leo] – comentó.

    – [Idris]Ya, pero bueno, te veo aquí rallado, sin jugar y me da cosa.[/Idris]

    – [Leo]No soy mucho de juegos.[/Leo]

    – [Idris]Bueno, si te apetece algo tú dilo.[/Idris] – me puse en pie porque era mejor no insistirle y le tendí la mano. – [Idris]Sin rencores entonces, ¿no?[/Idris] – solo para asegurarme, porque era tan lacónico que aún tenía dudas.

    – [Leo]He tenido mi dosis de rencor para toda una vida.[/Leo]- añadió con amargura. Le di un apretón de manos para intentar animarle y pensé cómo demonios podía estar tan mazas alguien que se dedica a la música y no parece estar todo el día en el gimnasio.

    Mientras me alejaba pensé que todavía nos quedaba mucha intervención que hacer. Con aquél juego conseguiríamos unir a muchos, pero otros todavía se resistían más y Leo tenía varios puntos abiertos. Sobre todo con las MacLeod.

    Hablando de las reinas de Roma, me encontré a Amy hablando con Vera y esperé mientras se hacía la loca para evitarme.

    – [Idris]Ams, te toca el turno en la ronda de disculpas.[/Idris] – le pedí. Vera me miró y se fue a hablar con el tipo serio nuevo, Lekwaa. – [Idris]Lo de Owen era broma, no pensé que pasase nada…serio.[/Idris] – expliqué cuando nadie nos escuchaba. Lo que le pasaba a Amy desde hacía años era un secreto a voces y por eso quería tener especial tacto con ella, porque no se merecía recaer en esa depresión por culpa de un comentario o una acción desafortunada. Solo había querido animarla y tenía miedo de haber conseguido lo contrario.

    – [Amy]No tienes que pedir perdón.[/Amy]- respondió, intentando parecer despreocupada. – [Amy]Yo dije de jugar a esta mierda de juego en el que también estaba Owen.[/Amy] – añadió. Me pareció que se refería solo al tema del armario.

    – [Idris]Decía también desde antes de eso, cuando llegaron.[/Idris] – pensándolo bien, Amy tenía unas cuantas cosas por las que podía estar enfadada. – [Idris]Vi que estabas tensa pero no sabía que pasaba algo.[/Idris] – me acerqué a ella y le puse una mano en el hombro. Cercano pero sin pasarse.

    – [Amy]Ah, eso.[/Amy]- dijo. – [Amy]Tú no tienes nada que ver. Owen es muy intenso.[/Amy] – añadió. Intenso porque le gustaba la muchacha más que comer con los dedos. Y en este caso, era mutuo, que era un denominador común a la mayor parte de los retos que había puesto con la ayuda de Kay. A ver si fornicaba ya toda esa gente y se les quitaban las tensiones y las dudas.

    – [Idris]Ya pero no quería incomodarte. A veces intento ayudar demasiado.[/Idris] – a veces por no mencionar todo el viaje espaciotemporal este.

    – [Amy]Esto no tiene arreglo.[/Amy]- dijo ella. La miré a los ojos, o al menos lo intenté, porque el pelo le tapaba la cara.

    – [Idris]¿Tan grave es?[/Idris] – pregunté. No parecía enfadada con él ni nada por el estilo y en el armario parecía haber ido medio bien.

    – [Amy]Sí.[/Amy]- replicó.- [Amy]Y no hay forma de huir de ello.[/Amy] – añadió.

    – [Idris]Explícamelo para tontos que no estoy seguro de que ese alcohol estuviera en buen estado.[/Idris] – tenía la cabeza un poco embotada y la botella que Lexie había robado no venía precisamente con la graduación y la fecha de caducidad. Ni siquiera en un idioma comprensible, salvo quizá para Vera. Nota mental: que Vera lea la etiqueta.

    – [Amy]Pero no lo cuentes, por favor.[/Amy]- me pidió. Asentí, podía ser un bocazas, pero los secretos me los llevaría a la tumba. Que si seguía cabreando a tanta gente no sería dentro de mucho tiempo. – [Amy]Owen va a morir por mi culpa.[/Amy]- añadió.

    – [Idris]¿Cómo lo sabes?[/Idris] – pregunté, tratando de procesarlo.

    – [Amy]Lo he visto.[/Amy] – dijo, por cómo lo pronunció supe que se refería a visiones del futuro.

    – [Idris]No jodas que ves el futuro. ¿No puedes…no matarlo?[/Idris] – dije forzándome a bajar la voz. Que vida más intensa teníamos los New Moondies. No podíamos tener una vida sencilla como otra gente. «Oye, ¿por qué no quedamos luego?» sería lo normal y para nosotros la respuesta habitual era algo como «Uff no puedo, hay una profecía que dice que tengo que morir y resucitar para salvar el mundo justo esta noche. Me pilla un poco mal. Lo dejamos para un día que no haya apocalipsis». Asco de vida.

    – [Amy]Los aesir y los lican son incompatibles[/Amy] – dijo Amy, sacándome de mis ensoñaciones de una vida corriente. Mi mente tardó un poco en hacer click.

    – [Idris]Ah, joder…que se os va la mano…[/Idris] – alcé la voz y al darme cuenta la bajé. – [Idris]Hombre siempre podéis fornicar con bozal o algo así.[/Idris] – susurré. Y si alguno tenía ese fetiche hacían un dos por uno.

    Amy me miró como si le hubieran borrado todas las facciones de la cara.

    – [Idris]Y recuerda lo que toda lesbiana sabe. Uñas cortas.[/Idris] – añadí, ese meme atemporal siempre rondaba por mi cabeza.

    Las facciones de Amy seguían sin aparecer. Ante lo serio que era el asunto, no quedaba otra opción que tomarselo a broma.

    – [Idris]¿Qué? Solución tiene. Pensé que lo odiabas o algo así, pero si es por eso…[/Idris] – pensé en voz alta. Se me ocurrían mil formas. Si los padres de los gemelos habían conseguido darle al mambo sin que él la palmase y los de Amy habían conseguido tenerla sin que Diana se volviese lobuna, ellos también podían. – [Idris]Mira tus padres, tuvieron que fornicar para que…vale, ya paro.[/Idris] – frené, la imagen mental de los padres dándole candela era un trauma para todos, especialmente para los gemelos que lo habían visto hacía poco, en su fiesta de cumpleaños. «Toma un regalito hijo» «Papá por dios, vístete» «¡Y quitaos de la encimera!»

    Amy se pasó una mano por el pelo, pensativa.

    – [Amy]Owen es mi botón rojo gigante que pone «no tocar»[/Amy]. – resumió.

    – [Idris]Bueno, tú disfruta del presente que no sabemos que nos pasará mañana. Y si se muere lo resucitamos.[/Idris] – le pasé la mano por la espalda para darle ánimos y se quedó de nuevo hablando con Vera.

    Entendía su miedo, no podía haber nada peor que saber que la persona que te gusta puede acabar dañada por tu culpa, pero teníamos poder, entre todos, mucho. En su día los Daesdi habían premiado a los Daë con elecciones sobre cosas que necesitaban, así que si nosotros llegábamos hasta ese punto, podía haber una cura o un amuleto como el de su madre o algo así.

    La conversación con Xander y Jane fue breve, porque Xander estaba más agradecido que enfadado y Jane creo que debía haber visto algo de la anatomía de mi futuro cuñado porque tampoco estaba cabreada y eso en ella era raro. Tomé nota para volver a mandarles algo más tarde.

    Pasé al lado de Henry y le devolví una sonrisa. Laura estaba por allí, charlando con Jane. Me crucé con Kaylee antes de que se me olvidara y le susurré sus nombres. Ella tenía buena memoria así que caerían pronto.

    Cuando terminé de pegar un repaso a todos los presentes, hasta Vera y Elliot por no haberles dicho de jugar, me acerqué a Coquito, agotado.

    – [Idris]Creo que ya he pedido disculpas a toda la nave, hasta a las hormigas que hay fuera.[/Idris] – bromeé. La miré y os lo digo en serio, creí morir. Estaba guapísima. Era siempre tan alegre y sonriente que estaba radiante.

    – [Elle]Anda ya, no seas exagerado[/Elle].- me estrechó entre sus brazos y me sentí en casa. Sentí cómo se rellenaba toda mi estamina.

    – [Idris]Worth It. [/Idris]- dije, aliviado. El cuerpo de Elle era cálido. No me había dado cuenta hasta entonces de lo frío que estaba el mío.  -[Idris] No te preocupes por el plátano en el bolsillo[/Idris] – le susurré al oído. Sabía que le estaba haciendo cosquillas en el cuello porque su vello se erizó, pero sinceramente, era intencionado.

    Elle metió una mano en mi bolsillo y agarró el plátano que tenía guardado. Llevaba allí desde que Lexie lo había robado, no pude resistirme al chiste, ahora estaría incomible. – [Elle]Por un momento había creído que te alegrabas de verme[/Elle]. – respondió. Su mano sacó el plátano como si fuese a cámara lenta y lo siguiente ya no era un plátano.

    – [Idris]Eso siempre.[/Idris]-alcé una ceja. Elle me conocía lo bastante como para interpretar la señal, pero simplemente se rió. – [Idris]A ti aún no te he enfadado ¿no?[/Idris] – pregunté.

    – [Elle]Nunca[/Elle].

    – [Idris]Estoy deseando que Kaylee, digo, que la botella nos empareje.[/Idris]

    – [Elle]Eso va a tardar, porque he pedido magreo con Jane[/Jane].- hizo el símbolo de la victoria con los dedos. Tenía las uñas cortas y limadas. Estúpida y sensual Jane.

    – [Idris]No tenéis bastante compartiendo cuarto,¿eh?[/Idris] – me reí, siguiéndole la broma. A Elle le encantaba bromear con su crush juvenil con Jane. Por suerte ahora eran mejor amigas simplemente, porque con Jane era difícil competir. Xander y ella iban a tener unos hijos que dominarían el mundo. – [Idris]Como soy la voz de los retos me vengaré.[/Idris] – esa noche iba a soñar seguro con todos los retos porno que le habría puesto a Coquito.

    – [Elle]Tenemos que alimentar al fandom[/Elle].- sonrió. Me volvía más loco de lo que ya estaba y a la vez, me ponía los pies en la tierra.

    – [Idris]¿Y los Drizzle qué?[/Idris] – pregunté sin separarme. Era una tontería perder aquél abrazo tan agradable y además, si nos separábamos iba a tener que hacer la broma del plátano a todo el mundo. – [Idris]Alguna recompensa habrá por este sacrificio. [/Idris]- añadí. Elle me miró, ella me entendía, sabía por qué lo estaba haciendo. Con ella no tenía que disculparme ni darle explicaciones.

    – [Elle]Creo que nadie shippea eso[/Elle].- bromeó, sacándome la lengua. ¿Fantasía? Fantasía.

    – [Idris]Aquí el de los shippeos oficiales soy yo, que trabajo me está costando lanzarlos. [/Idris]- empecé a contar con los dedos. – [Idris]Xane, Leylee, Haura, Amowen, Drizzle, un poco de Jelle, Mophie, NoLexie, un poco de Soylee….[/Idris] – no se me daba de maravilla poner nombre de parejas pero algunas tenían gancho.

    – [Elle]Te vas a ganar que te echen por la puerta de la nave al espacio exterior[/Elle].- me recordó. Ah, qué maravilla pensar que aquel montón de hierro había surcado el espacio alguna vez.

    – [Idris]Alguien tiene que hacerlo[/Idris]. – por un momento se me cayó al suelo la máscara de la comedia y quedó el Idris cansado y preocupado. – [Idris]Nos hace falta unión. Ya hay muchas barreras y aunque les caiga un poco peor, hay menos. [/Idris]- Xander y Jane seguían hablando de películas de cómics y de juegos de rol desde hacía un buen rato. Owen y Amy estaban charlando de algo, que ya era un avance. En general, todos estaban aprovechando lo que habían visto y hecho para entablar conversación con los demás.

    – [Elle]A ver si vas a ser tú la Kvasir…[/Elle] – bromeó mirándome fijamente. Ah, la Kvasir, la elegida entre los Daë para unir al grupo. Nosotros no teníamos una Kvasir y eso era raro, los Moondies debían haber acaparado las existencias teniendo dos.

    – [Idris]Que fantasía. ¿Eso significa que habría Drizzle con tercera rueda?[/Idris] – repliqué, frotándome las manos. Ella soltó una carcajada. Era la risa más bonita del mundo.

    – [Elle]Yo solo tengo ojos para Jane…digo para ti[/Elle]- parpadeó, le encantaba quedarse conmigo.

    Me encogí de hombros. – [Idris]Todo el mundo sabe que la Kvasir tiene superfuerza, sueños proféticos, empatía y super trío. Y si no es canon me da igual[/Idris] – Elle me pegó una patada en el culo, con cuidado, porque si no habría estado como el coyote en los dibujos, incrustado en el techo.

    – [Idris]Podemos ir a soltar energía. Entrenar… En horizontal…. Sin ropa.[/Idris] – le ofrecí. Ella caminó hacia atrás, alejándose, mientras se echaba a reír con mi dramatización.

    Volvimos al círculo y al sentarme me di cuenta de que no le había dicho a Kaylee lo obvio, que me pusiera con Elle.

    La botella giró y le tocó a Niall. – [Niall]Reto. Y ni se te ocurra meterme en el armario.-[/Niall] – avisó, riendo.

    – [Noah]Te reto a besar a alguien que te guste.[/Noah] – Noah fue rápido evitando que les emparejase a ellos. Supuse que quería evitar lo que Lexie había pasado media vida pensando.

    Niall miró fugazmente a Leo, pero por suerte no jugaba, porque habría sido un «besa a Leo» en casi todos los casos. – [Niall]Veamos. No me va, no me va. Es hermano. No me va. Es hermano… bueno, como te las das de gracioso.-[/Niall] no esperaba que se parase en mí, pero tenía todo el sentido que me viese guapo. Nos dimos un beso rápido, sin recrearnos.

    – [Idris]Tienes suerte de que ya tenga mi medio Coquito.[/Idris] – bromeé guiñándole un ojo.

    La botella giró de nuevo y oh sorpresa, me tocó a mí y después a Elle. Pedí reto y miré de reojo a Lexie para que hiciese los honores, pero Elle se adelantó.

    – [Elle]Te reto a correr en pelotas por la nave.[/Elle] – abrí los ojos, sorprendido. Había esperado que si me desnudaba no fuese delante de tanta gente. Les miré, estaban pendientes de mi decisión. Lo pensé un momento, podría haber elegido cambiar de reto, pero después de haberles puesto a ellos todos esos retos e instarles a relacionarse, lo mejor que podía hacer era entregarme a la comedia y hacer el sacrificio, que tampoco era mucho porque era un poco exhibicionista.

    – [Idris]Pero tendrás que venir conmigo para asegurarte de que lo hago, ¿no?[/Idris] – le pregunté.

    – [Elle] Me fío de ti.[/Elle] – respondió sonriendo.

    Me encogí de hombros. – [Idris]Ya te tocará.[/Idris] –  amenacé en balde. Me puse de pie y caminé hasta las escaleras. Me quité la camiseta y les hice un calvo grupal, evitando que me vieran el faro de alejandría. Eché a correr y canturreé.

    If you like Pina Coladas, and getting caught in the rain 
    If you´re not into yoga, if you have half a brain 
    If you like making love at midnight, in the dunes of the cape 
    I´m the love that you´ve looked for, write to me, and escape

  • NUNCA CONTIGO

    Amy – Nave

    Noche

    Jane y Xander volvieron de la piscina y todos supimos que había ido bien. Estaban felices y parecía que habían rejuvenecido unos cuantos siglos. Solo podía alegrarme por ellos, en especial por mi primo, que llevaba enamorado de ella desde que nació, día arriba o abajo. No estaba segura de en qué punto de la relación estaban, pero esto era algo que iba a acabar con boda, un montón de bebés y una casa en las afueras. Coño, estaba empezando a parecerme a Dominic.

    La botella volvió a girar después del beso incestuoso, pero casto, entre Niall y Dante. Mi hermana era lista como el hambre y estaba forzando la maquinaria para que el amor y la amistad surgieran. Era una versión pelirroja y friki de Cupido.

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  • CON LAS MANOS ENTRELAZADAS

    Jane – Nave

    Noche

    La botella daba vueltas sin control. Kaylee intentaba disimular lo bien que se lo estaba pasando siendo la titiritera, pero un atisbo de sonrisa delataba sus intenciones. Me ponía nerviosa saber que carecía de control sobre esta situación, porque no teníamos tan buena relación como para pedirle que me tocara algo fácil.

    Tardó lo que pareció una eternidad en dejar de girar y se quedó apuntando a Xander. Me removí incómoda y volvió a rotar. Estaba tan convencida de lo que iba a pasar, que cuando vi el tapón señalando en mi dirección, solo pude murmurar un «lo sabía».

    Me miré las palmas de las manos, cubiertas por los guantes y moví los dedos, intentando recordar que todavía había cosas que controlaba. Levanté la vista y Alexander parecía estar buscándome con la mirada. – [Xander]¿Reto?[/Xander] – me encogí de hombros. ¿Qué mas daba una cosa que la otra? Éramos un blanco fácil, porque ninguno de los dos quería admitir lo que de verdad estaba pasando.

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  • UNA PIEDRA EN EL CAMINO

    LEO ARKKAN

    LUNA VILTIS, LA KVASIR – NOCHE

    No sé exactamente por qué me dejé arrastrar a aquél juego adolescente. Siempre había rehuído cuando intentaban usar la presión de grupo para incluirme en cosas que no quería hacer, pero esta vez no había sido igual. Supongo que una parte de mi veía en eso la oportunidad de acercarme más a Kaylee, aunque habiendo encantado ella la botella lo más probable es que diese un salto antes de acercarse a mí.

    Se hizo el silencio cuando empezó a girar sola y veía sonrisas impacientes cuando estaba a punto de detenerse. Quizá no solo era Kaylee la que me ataba a ese juego, quizá también fuese la oportunidad de enmendar mi marcha y acercarme un poco más a aquella enorme familia rota que siempre habíamos tenido. Nunca me había faltado familia pese a ser alguien solitario y taciturno. ¿Pero cómo no serlo? Mi hermano era el hijo que merecían, el verdadero Arkkan hijo de Daakka y Cara, no un hijo de Duke que se convirtió en licántropo y vendió a su familia por unos años de fama.

    Moví los dedos con impaciencia. Cuando me asaltaban las emociones, me relajaba volcarlas en la música, pero allí no tenía ninguno de mis instrumentos. Habría dado cualquier cosa por estar frente a un piano y poder dejarme llevar, desahogar todo aquello, despejar mi cabeza.

    No me hacía gracia jugar a ese juego con toda la magia envuelta asegurándose de que no mentíamos ni dejábamos de cumplir los retos, pero ya estaba allí sentado y no quería quedar como un cobarde. Pero pensándolo bien, con el hervidero de pensamientos que tenía en ese momento, quizá no fuera la mejor idea.

    Tampoco tuve mucho tiempo para pensar. Aquella botella en cuyas manos, o más bien las de Kaylee, estaba el desenlace de nuestra noche, se detuvo primero en Dante y luego en Chloe. Miré a la chica de reojo, era el elefante en la habitación, todo el mundo sabía que era la hija de nuestro futuro de Ed y Lucy, pero nadie se atrevía a preguntar ni saber nada más. En el fondo todos temíamos saber qué nos deparaba el futuro.

    – [Dante]Mira por donde.[/Dante] – vi que Dante sonreía abiertamente. Siempre había sido un tipo muy directo, muy abierto con su sexualidad y su atracción por la gente, pero saltaba a la vista aún más de lo habitual que le atraía la chica.

    – [Lexie]Verdad o reto.[/Lexie]- preguntó Lexie. No dejaba de resultarme extraño ver a la mejor amiga desde hace años de mi hermano siendo también su interés romántico más reciente. En ese momento parecía un poco cabreada y miraba a Idris por el rabillo del ojo.

    – [Dante]Reto.[/Dante] – respondió con tranquilidad. Dante era una persona a la que, en términos profanos, le importaba todo una mierda, o al menos lo parecía de una forma muy convincente. A ratos me molestaba bastante su actitud, quizá porque quería llegar a interiorizar la despreocupación como él, pero sabía que no sería capaz.

    – [Chloe]Te reto a que me digas cuál es el tío más atractivo de esta nave para ti.[/Chloe] – dijo la chica después de pensarlo durante un rato. Aproveché para observar sus rasgos. Se parecía mucho a su madre, desde el físico hasta la personalidad, pero había un aroma a Ed continuo en ella, algo en sus rasgos, en sus movimientos.

    – [Dante]Pfft, eso es fácil. Leo.[/Dante] – respondió echándose a reír. Me giré al escuchar mi nombre, un poco perdido hasta que conseguí ubicarme. Me daba igual gustarle o no a Dante, porque no era recíproco, pero me incomodó que las miradas se centraran en mí.

    – [Idris]Vamos a tener que hacer que los retos los diga otro.[/Idris] – abucheó Idris echándose a reír a carcajadas como era habitual en él. Lo agradecí, porque las miradas pasaron a él y después al ceño fruncido de Chloe.

    – [Chloe]Pues dilos tú, listo.[/Chloe]- replicó cruzándose de brazos, sin querer aparentar que no le había parecido mal. Aparentaba ser bastante más joven que el resto, más cercana a la línea de edad de Vera y Elliot. Al acordarme de ellos vi que estaban sentados en la mesa del comedor, en la esquina más alejada del juego, apoyados en la ventana, hablando de sus cosas. Al menos Elliot, porque Vera miraba de refilón al círculo. Siempre le había gustado ser mayor de lo que era y eso había hecho que acabasen aquí con nosotros, malgastando su vida.

    – [Idris]Solo era broma, no te enfades. La idea fue de Lexie así que…[/Idris] – miró a la chica de piel broncínea que tenía a su lado. Estaba completamente desorientado al estar frente a ella en vivo. Noah me había enseñado fotos y jamás me habría imaginado que era la misma persona, pero estando allí, su olor natural lo dejaba claro. Casi todos los seres teníamos un olor único, diferenciador, como la huella dactilar o el iris, con algunos detalles comunes a sus parientes más cercanos, pero nunca coincidía completamente. El de Lexie en ese cuerpo apenas cambiaba del que estaba acostumbrado, apenas lo alteraba ligeramente su colonia, que acentuaba más con esta apariencia.

    – [Lexie]El bocazas eres tú.[/Lexie]- espetó Lexie. Parecía enfadada de verdad e Idris no lo debió pasar por alto, porque, raro para él, no respondió. La botella volvió a girar sola y para cuando me quise dar cuenta me apuntaba a mí. Entrecerré los ojos y vi que Kaylee apartaba la mirada. En el fondo era ella la que llevaba el juego. Volvió a girar y esta vez apuntó hacia Dante, que se frotó las manos y sonrió.

    – [Leo]Verdad.[/Leo] – respondí con tranquilidad. Sabía que Dante quería reto después de su respuesta anterior, igual que los demás, pero como ya he dicho, Dante no me atraía. En mi casa siempre había habido total libertad respecto a la sexualidad y la expresión de la misma, por eso nunca me lo había tomado como un tabú o algo que esconder. Si me apetecía tener un encuentro sexual con alguien y era recíproco, no había nada de malo en ello aunque fuese algo de solo una vez. En mis años con el grupo, había tenido varios encuentros de una noche con personas de cualquier sexo, pero siempre habían sido con gente que despertaba mi interés físico e intelectual. Para mí Dante era demasiado directo y tenía un excesivo aire de chico malo. Además, en aquél momento no conseguía que me atrayese físicamente nadie porque en mi mente solo estaba Kaylee.

    – [Dante]¿Has tenido algo con alguien de esta sala? ¿Y con quién?[/Dante] – preguntó, entrecerrando los ojos. En teoría, sabía que no iba a hacer daño, pero con esa pregunta lo consiguió. Acababa de ponerme en un aprieto.

    – [Leo]Sí. Con…[/Leo] – traté de contenerme, pero aquella magia no me iba a dejar mentir. Repasé a todos con la mirada, pero nunca había estado demasiado conectado al grupo cuando era joven y eso anulaba cualquier posibilidad de haber tenido nada esporádico con ninguno. La única cercana había sido Amy y nunca había pasado nada entre nosotros. – [Leo]Kaylee.[/Leo] –  añadí entre dientes. Mi enfado hizo que mis uñas se alargasen y afilasen, tomando además la composición del metal de la nave. Cuando me quise dar cuenta, había dejado una pequeña marca en el suelo.

    – [Dante]Eso pasa por no haber tenido nada conmigo.[/Dante] – miré a Kaylee, que no me devolvía la mirada y después a Dante, que se reía. No aguanté el cúmulo de emociones y decidí levantarme y apartarme del círculo antes de que aquél conjuro de la verdad terminase convirtiendo el juego en un enfrentamiento.

    – [Owen]Meh, yo ya lo sabía.[/Owen]- escuché decir a Owen. Sabía que los demás me estaban mirando porque notaba sus ojos clavados en mi espalda, pero me senté cerca de los que no se habían unido al juego. Nate me dirigió una sonrisa y traté de devolvérsela. Me fijé en Owen, que había seguido hablando y había conseguido distraer a los demás. Si lo había hecho para echarme una mano o no, no lo sabía con certeza, pero lo había conseguido.

    Observé distraídamente el juego durante un rato, dándome cuenta de que a Kaylee no le había tocado hasta el momento. En ese preciso instante Sophie estaba respondiendo una pregunta de Chloe sobre si había tenido alguna pareja en la isla. Su respuesta fue negativa, sonriendo al decir que allí eran cuatro gatos. Al parecer la natalidad aún no había ido en auge en aquella micronación.

    Aquella rueda del destino siguió girando pero esta vez Sophie le dijo algo a Kaylee al oído y se levantó en mi dirección. Me imaginé lo que iba a intentar, pero no me apetecía volver a jugar y exponerme más al resto.

    – [Sophie]¿No vas a volver a jugar, mi niño?[/Sophie] – se sentó a mi lado. Olía a playa, a cítricos y a fresas de gominola. Tengo que reconocer que como licántropo, los olores también influyen en tu relación con las personas. Sophie olía de una forma agradable para mí, así que de base tenía buena predisposición hacia ella. Dante olía a aceite de motor y eso me echaba un poco para atrás, lo reconozco.

    – [Leo]Ya he tenido bastante sinceridad para una temporada.[/Leo] – no sabía si ella estaba al tanto de cómo habían mejorado las cosas con Amy. En ese caso, tenía que dar las gracias a Geraldine por conseguir que dijese lo que de otra manera no me atrevía a decir, pero lo del juego era diferente. Sé que Dante no pretendía ofender, y no lo habría hecho si mi relación con Kaylee no estuviese tan cercenada.

    – [Sophie]No has dicho nada que los demás no supieran[/Sophie] – trató de animarme.

    – [Leo]No sabía que era de dominio público.[/Leo] – miré hacia Dante, preguntándome si habría sido él la raíz de los rumores. Por mucho que me hubiera enfadado antes sabía que no. Le gustaba tan poco meterse en la vida de nadie como que los demás se metieran en la suya. Kaylee había debido hablarlo con alguien en confianza y la cosa se había extendido. – [Leo]No me parecía justo para Kaylee.[/Leo] – aclaré, al ver que Sophie me observaba.

    – [Sophie]A Kaylee le da igual.[/Sophie] – trataba de quitarle importancia. El enfado seguía ahí, solo que no era enfado. En el fondo nunca lo había sido, si no frustración por no saber cómo hablar con Kaylee y ver que ella me evitaba. – [Sophie]El sexo es solo…sexo.[/Sophie] – dijo ella. La miré, tenía unos ojos muy bonitos, embellecidos por su perenne sonrisa.

    – [Leo]Pensamos igual. Pero ella…no.[/Leo] – respondí. Aun así, pese a que el sexo era solo sexo y no tenía nada que ocultar, con Kaylee era una cuestión que trascendía mi interés físico por ella. – [Leo]Si no, no me evitaría.[/Leo] – añadí. No conseguía explicarme qué pasaba. De pronto estábamos a punto de acostarnos, llegó Dante y desde entonces no me hablaba. Quizá por eso tenía un poco más de aversión a Dante últimamente.

    – [Sophie]A lo mejor no sabe manejar lo que siente por ti.[/Sophie] – comentó ella. Era su mejor amiga así que si alguien podía aconsejarme, era ella.

    – [Leo]No creo que sienta nada.[/Leo] – repliqué. Estaba acostumbrado a que en la vida las cosas no fueran lo que esperaba de ellas. Sí, Kaylee me gustaba, mucho, pero si ella no sentía lo mismo no había sentido en alargar la agonía. No todos teníamos la paciencia de mi primo Xander ni la resistencia para aguantar ese sufrimiento. – [Leo]Deberías estar pasándolo bien con los demás.[/Leo] – le recordé. Eran momentos de relax y diversión y sabía que sentada allí conmigo no era precisamente lo que iba a tener.

    – [Sophie]Lo estoy pasando bien contigo.[/Sophie]- su respuesta me sorprendió. Sophie era una persona muy agradable. Apenas nos habíamos cruzado algunas palabras desde que la conocía y empezaba a darme cuenta de lo que me había perdido.- [Sophie]Además, mientras yo no esté no le va a tocar a Mike.[/Sophie] – sonrió con picardía.

    – [Leo]Me imaginé que estaba trucado.[/Leo] – respondí, a punto de sonreír.

    – [Sophie]Todo está trucado.[/Sophie]- añadió con un gesto de la mano. ¿Por qué a aquella chica tan agradable y despreocupada le habían encomendado una tarea como salvar el mundo, solo por acompañar a su amiga a evitar que los demás hiciéramos una locura?

    – [Leo]¿Cómo lo llevas?[/Leo] – le pregunté. Sus estudios, los planes que hubiera hecho cuando se fue de la isla, estarían pausados hasta que consiguiéramos volver, si es que podíamos. Alguien había presionado el botón de ‘standby’ a nuestras vidas.

    – [Sophie]Me dejo llevar. Solo… fluyo.[/Sophie]- movió las manos acompasando sus palabras. – [Sophie]Ahora mismo, Kaylee cree que me necesita para hacer magia y yo le sigo el juego.[/Sophie] – la miré, sorprendido. Había muchas cosas que habían cambiado desde que me fui. Ver a Kaylee tal y como estaba, hecha un manojo de nervios e inseguridades después de conocer a aquella Kaylee reina del instituto que se reía del resto, fue impactante. Ni siquiera confiaba del todo en sus habilidades cuando siempre había tenido el intelecto y la intuición para ser una hechicera increíble. Sophie demostraba no solo ser buena amiga, si no también ser muy observadora.

     [Leo]Eres una buena amiga.[/Leo] – le dije. Miraba a Kaylee, riéndose en ese momento. – [Leo]Es fuerte, como Diana. Pero ha estado muy desanimada. Se boicotea.[/Leo] – esperaba que nadie me escuchase hablar de ella. A Kaylee la había conocido bien de pequeños, después había creído perder cualquier conexión con ella. A Freya la conocía muy bien y no era más que Kaylee siendo ella misma.

    – [Sophie]Se culpa por lo que hizo en el instituto, pero no se da cuenta de que eso hace mucho que pasó.[/Sophie] – añadió Sophie. El instituto suele ser una de las peores fases, donde muchos perdemos cualquier parecido con nuestro verdadero yo y caemos presa de la jungla social.

    – [Leo]Todos cometemos errores. Algunos más graves que otros.[/Leo] – asentí. – [Leo]Gracias por venir a hablar conmigo. Sé que no parezco muy accesible.[/Leo] – añadí. Sabía perfectamente lo que todos pensaban de mí, pero prefería eso a que me conocieran de verdad. Siempre me había resultado más fácil lidiar con eso que desnudarme ante los demás.

    – [Sophie]No eres nada accesible.[/Sophie]- afirmó ella sonriendo.

    – [Leo]Lo sé.[/Leo] – era uno de mis mayores problemas. Intentaba llegar a la gente con mi música, pero no podía hacerlo directamente con mis palabras. – [Leo]Hizo falta que una Daë me forzase a ser sincero para volver a hablarme con mi mejor amiga.[/Leo] – miré a Amy, que parecía estar más relajada. Aunque ella me perdonase y las cosas volvieran más o menos a la normalidad, yo mismo iba a tardar mucho tiempo en perdonarme.

    – [Sophie]Sé lo que pasó más o menos, porque me lo dijo Kaylee.[/Sophie] – escuché su voz como un susurro y volví al presente. – [Sophie]En parte, quizás por eso te rehuye.[/Sophie] – añadió. No le faltaban motivos. Hasta hacía poco no había llegado a ser consciente del daño que le había hecho a Amy. Siempre pensé que estaría mejor sin mí y me equivoqué en algo en lo que debí hacerlo. Me imaginé cómo me vería Kaylee, poco más que un monstruo, y con motivo.

    – [Leo]Quizá sea mejor dejar estar las cosas. Mejor para Kaylee, mejor para todos.[/Leo] – añadí. Si pasaba cualquier cosa y le hacía daño también a Kaylee no podría soportarlo. Amy lo había dicho, le faltaba razón. Mi destino no podía ser amargar la vida de todas las MacLeod.

    – [Sophie]Yo no te puedo decir cómo vivir tu vida, pero hablas como un perdedor.[/Sophie] – trataba de darme ánimos, pero todas las dudas y fantasmas del pasado me asaltaban a la vez. Habría matado por un piano o una guitarra.

    – [Leo]En la vida tiene que haber ganadores y perdedores.[/Leo] – confesé. Prefería perder para que Kaylee ganase.

    Sophie abrió mucho los ojos y me miró. – [Sophie]Haz lo que quieras, Leo.[/Sophie]- respondió.- [Sophie]Pero es guapa, simpática y muy inteligente. No creo que tarde mucho en encontrar a otra persona que lo sepa apreciar.[/Sophie] – aquellas palabras dolían como cuchillas, pero no conseguía encontrar motivos para pensar que yo mereciese ser esa persona. Apreciarla, sí, pero por lo demás solo sabía ser una decepción y una desgracia para los que me rodeaban.

    – [Leo]Y seguramente sea mejor para ella.[/Leo] – suspiré y Sophie me miró una vez más. Chasqueó la lengua y volvió a sentarse en el círculo, mirándome una vez más de reojo.

    No quería rendirme con Kaylee, por supuesto que no. ¿Pero cómo podía saber que nuestra vida juntos iba a ser buena para ella? ¿Cómo podía garantizarme que jamás le haría daño como se lo hice a Amy? Y además, era un monstruo, el más mínimo arañazo la convertiría en alguien como yo, si sobrevivía. Yo solo era una piedra en su camino y lo mejor que podía hacer era apartarme.

  • EMPIEZA EL JUEGO

    Lexie – Nave

    Tarde-Noche

    La Nave estaba bien. Al menos, había agua corriente, camas cómodas y comida. El problema era que no nos iba a durar eternamente, porque pronto tendríamos que volver a la tarea que nos habían encomendado los Daë. Señor, qué pereza.

    En el mundo hay dos tipos de personas: los héroes/heroínas y los que nos quedamos en nuestra casa con las puertas cerradas cuando pasa algo chungo. Yo era de las segundas. Admiraba a Noah y me parecía muy bonito que quisiera aprovechar los poderes que tenía por raza para hacer el bien, pero no todos habíamos nacido con esas aspiraciones.

    (más…)

  • REUNIDOS EN EL HOGAR

    IDRIS SOLO-NOVAK

    LA KVASIR, LUNA VILTIS – MAÑANA, CREO

    La preciosa Kvasir ya estaba empezando a rebosar de gente, murmullos y vida. Casi todos los que habíamos llegado al mundo de los Daesdi estábamos ya allí, salvo casualmente, el grupo de Coquito, por suerte sabíamos que estaban bien pero el portal los traería aquí cuando le viniera en gana.

    Aquello era lo más parecido a un campamento de verano que había tenido nunca. Me recordaba a los pisos de protección que había puesto en marcha para los Drow, aunque en esos no me solía quedar a dormir, sabía que mamá siempre estaría vigilante.

    Soy una persona bastante positiva, me tomaba la misión como una aventura y este nuevo hogar como unas vacaciones con mi otra mitad, mis mejores amigos y amigas y un montón de gente desconocida. Aun así, echaba de menos saber que si pasaba cualquier cosa, contaba con mis padres a un paso para ayudarme.

    Puede, y digo puede, que haya estado ligeramente consentido la mayor parte, o toda, mi vida. No es que mis padres lo hicieran por ser adoptado y todos esos clichés, con Mike habría sido igual, pero él no aprovechaba la situación como yo. Se parecía demasiado a mamá.

    No penséis con eso que yo no soy una persona responsable. Allí estaba, en el exterior, de ayudante/capataz de Henry mientras seguía con las reparaciones de la Nave, que no sé cómo demonios había conseguido poner en marcha.

    – [Idris]Dime que lo has solucionado, porque estoy deseando bañarme en pelotas en la piscina.[/Idris] – puede sonar irresponsable, pero con una nave llena de gente que OLÍA, sí, en mayúsculas, el agua es una responsabilidad primordial para la supervivencia.

    – [Henry]Funciona, el problema es la falta de agua.-[/Henry] estaba revisando en ese momento lo que parecía el sistema principal de fontanería, situado cerca de la entrada de carga de la nave, que no habíamos podido dejar en funcionamiento porque estaba hundida en la tierra y el mecanismo se bloqueaba al no haber espacio suficiente.

    Por lo demás, con mi inestimable ayuda claro, Henry se había encargado de que la energía de la nave, contenida en una sala de ingeniería que en el mapa bauticé como «zona solo de Henry’s», volviese a irradiar al resto del aparato. Aquello parecía ciencia ficción de la buena, ya os lo digo, lucecitas y un orbe de energía pura allí flotando en mitad de un recinto protector que parecía de cristal pero era mucho más resistente. Fuera lo que fuera eso, estaba a años luz de nuestra tecnología y había conseguido aguantar el tiempo que llevase allí estrellada.

    Miré a nuestro alrededor, a aquél valle que parecía sacado de mis recuerdos de las vacaciones en Turee. Era un valle enorme, donde no tendríamos problema en identificar si cualquiera se acercaba por cualquier posición. Hacia el suroeste de la nave había un enorme lago que tendría agua suficiente para eso. Además, por lo que decía Henry, la Kvasir tenía filtros para purificarla, incluso la que se había utilizado, así que no gastaríamos más que la que bebiésemos. No creo que fuese tan fácil beberse un lago, ni siquiera siendo los Brady al cuadrado. Ah, y también tenía algo muy chulo, desintegraba la caca, ¡la caca!. Toma tecnología.

    – [Idris]Hay un lago ahí. ¿No hay una manguera o algo así? Mucho futuro y mucha tecnología pero luego hay que bañarse a lo salvaje.[/Idris] – bromeé. La Kvasir estaba preparada para viajes en el espacio, lo sé porque Henry había estado hablando emocionado de todo lo que había ido descubriendo y yo era el único que parecía escucharle. Era lógico que no tuviera nada para absorber el agua porque ya partía con ella y como sus sistemas se aseguraban de que durase una barbaridad, no era una preocupación. Pero se ve que no contaban con estrellarse y que un grupo de intrépidos y guapos aventureros y aventureras se quedaran con su nave.

    – [Henry]Las mangueras parece que han quedado obsoletas en el futuro.-[/Henry] se incorporó y se secó el sudor de la frente. El pobre hombre llevaba días matado a repararlo todo y gracias a él teníamos luz y con suerte, agua. Como mínimo habría que robarle una tarta en la ciudad mercado o algo. – [Henry]Estaba pensando que quizas podrías usar tu poder. Solo tendríamos que esperar a que se derritiera el hielo.[/Henry] – señaló hacia las partes más íntimas de la Kvasir, donde había un enorme almacén de agua. Nunca había usado mis poderes tan a lo bestia, pero de una mala, podíamos ir poco a poco.

    – [Idris]Y yo que pensaba que iba a ser más cómodo…[/Idris] – sonreí, dándole una palmada en la espalda. Henry me caía muy bien, era un gran tipo, entregado, buena persona. Quizá demasiado silente pero para eso ya estaba yo. – [Idris]Podemos fundirlo con algo. Owen es un cabeza caliente, y las amigas prehistóricas hacen magia.[/Idris] – me sorprendió a medida que fueron llegando los demás todo lo que no sabíamos de aquellos mundos.

    Algunos de ellos los muy cabritos habían aprendido a comunicarse a través de aquellas esferas que nos habían dado como cambiazo. Y resulta que los mundos eran como una fantasía húmeda de aquella serie vieja del Oeste, Westworld o algo así, cada uno estaba anclado en una época determinada de la humanidad. A Noah le había tocado en la prehistoria con Kaylee, Sophie y Lexie, habían llegado agotados de tanto fornicar como cavernícolas, junto con mi hermano y Niall, porque si, también se podía viajar entre mundos. Pero no, a mí tenía que tocarme el puto apocalipsis. ¿Por qué nunca me dejan tener cosas bonitas? No sé, Coquito y yo en la prehistoria en taparrabos en una playa sin gente por ninguna parte.

    – [Owen]Me pitan los oidos.-[/Owen] dijo una voz conocida, atenuada por la distancia.  El sol me cegaba un poco, pero  la forma de caminar era inconfundible. Owen venía hacia nosotros vestido como un ¿nativo americano? Eso o había acabado en el mundo de los YMCA, pero por desgracia, era lo primero, Vera y el silente nuevo amigo, Lekwaa, iban vestidos igual. Cosas del Oeste. – [Owen]¿Se requieren mis servicios?[/Owen] – preguntó. Chocamos las manos y Owen me siguió en un saludo inventado que nos hacía quedar bastante cool.

    – [Idris]¿Eres un ángel? Porque nos vienes que ni caído del cielo.[/Idris] – le di un abrazo de bienvenida y por encima de su hombro vi al resto de sus compañeros de viaje. Había más pero sinceramente, vi a Ellie y lo siguiente que sé es que estaba corriendo hacia ella y saltando para abrazarla. No la tiré al suelo porque era mucho más fuerte que yo.

    – [Owen]Nunca me habia sentido tan rechazado.-[/Owen] escuché decir a Owen. Nate y Bowie saludaron y se acercaron a Henry. Xander y Jane se detuvieron un poco más allá, sin matarse ni nada. Roma hacía milagros. Eso o con las togas se habían puesto mimosones. Pese a todo, tenían un aspecto un poco sombrío, pero eso debía ser por la hermana de la Daë, así que evité a propósito preguntarles. – [Owen]¿Necesitas ayuda con algo más mientras esperamos que vuelva este?[/Owen] – mis oídos de elfo me permitían estar al día de todo.

    – [Henry]Creo que ya esta todo, gracias. Ahora me voy a tomar un breve descanso.[/Henry] – breve, pobre hombre. Menos mal que ahora nos tocaba al cabeza caliente y a mí trabajar un poco.

    Solté a Ellie a regañadientes y abrí mucho los brazos. – [Idris]Bienvenides a nuestro nuevo hogar en las estrellas, ¡La Kvasir![/Idris]- la inclusión era importante. Vi a Coquito sonreír y se me quitó la losa que llevaba en la espalda.-[Idris]¿Muy dramático?[/Idris] – pregunté, alzando una ceja.

    – [Xander]¿Estáis todos bien?[/Xander]- preguntó Xander, preocupado. Si fuera un rey o un héroe de un rol ese sería su nombre Xander el Preocupado.

    – [Idris]Ahora que habéis llegado si, ya estamos todos.[/Idris]- respondí mientras nos acercábamos a los demás, que observaban atónitos la Kvasir. Sí, era preciosa, menos que Coquito, pero la segunda en mi corazón, bueno, la tercera, la segunda es mami.

    – [Owen]¿Todos, TODOS?-[/Owen] Owen parecía sorprendido. Ahí venían las explicaciones. Me daba pereza que me hubiese tocado a mí en lugar de a Noah por ejemplo, que podría habernos puesto al día a todos de todo en un santiamén. Al menos estaba garabateando en la biblioteca sus «líneas de comunicación esférica» para ver con quiénes podíamos hablar. Había estado haciendo pruebas con los que habían ido llegando y con los Moondies en la Tierra y decía que estaba a punto de tener una teoría.

    – [Idris]Si, no os lo toméis a pecho. [/Idris]- les animé. – [Idris]En teoría terminasteis los segundos…[/Idris] – lo siento pero los MVP del grupo éramos nosotros, que habíamos acabado primero y habíamos llegado primero. – [Idris]…pero según el tercer grado que hicieron al elfo, esto es… como la sala del tiempo hiperbólico de dragon ball. No hay tiempo, y fuera si, así que apareceis cuando le sale del coño a la trama[/Idris] – resumí. Sí a ver, Eldric lo había dicho con palabras más elocuentes seguro, y Noah que fue el torturador…digo el que le preguntó, también. El caso es que el ‘big bad’ de la zona, el Pensaer o el Arquitecto o algo así, que era el que había mandado a la mierda el mundo de sagitario, controlaba el resto de mundos sacando beneficios de todos ellos. Con su magia había destrozado las leyes de la física para gobernarlo todo, así que en esta luna y ya no había tiempo. O sea, para nosotros pasaba, pero una vez cruzabas el portal hacia otro mundo, podían haber pasado años. Por eso la ciudad era un enorme mercado de intercambio lleno de gente de todo tipo de épocas, razas, tonos de piel, sexos o carencia de ellos, que habían ido encontrando portales en sus mundos. Era una especie de luna puente, pero que además era neutral. Sin quererlo el malo había hecho un mundo sobre el que no tenía poder.

    – [Bowie]Lo que Idris quiere decir es que somos los perdedores y perdedoras.[/Bowie]- anunció Bowie sin perder la sonrisa.

    – [Idris]No, eso es lo que NO quería decir.[/Idris]- me eché a reír, lo decía tan convencida y tan inocentemente que me fue imposible aguantar.

    – [Bowie]Pues no te explicas bien.[/Bowie] – replicó. Para acabar de despertar venía con el té hirviendo.

    – [Idris]Eh, yo no tengo un tomo de física en la cabeza, menos de ciencia ficción. Para mí el tiempo era eso que pasa entre comidas o estar con Coquito[/Idris] – y el resto siempre sonaba bien, así que me limitaba a aceptar las teorías de los demás y las historias ancestrales de Eldric.

    Amy salió de la linde de uno de los bosques cercanos, que caí en la cuenta que no tenía nombre oficial, así que podía ponerme a nombrar todas las cosas que había por allí. El lago Idris, el valle de Coquito, la cordillera Solo-Novak y el bosque Fornicio.

    Cuando Amy llegó a nosotros, fue directa a abrazar a Elle, que sonreía. La pobre estaba encantada desde que volvían a llevarse bien, la había echado mucho de menos. La verdad es que para ser los hijos e hijas de los mejores amigos de la historia, dábamos un poco de pena, pero aún había tiempo.- [Amy]Burbuja.[/Amy]- sentí un cosquilleo y casi suelto una lágrima. Soy un hombre sensible y a mi estas cosas y estos reencuentros no me los podéis poner en primera persona. – [Amy]Habéis llegado los últimos…[/Amy] – sentenció. Bowie me fulminó con la mirada alzando perfectamente una ceja.

    – [Owen]¿Para mi no hay abrazo? -[/Owen] Owen estiró los brazos y Amy se quedó quieta, tensa como una tabla. Pasaron unos segundos incómodos, Amy no se movía y Owen no estaba seguro de cuando cerrar los brazos, así que fui yo a abrazarle.

    – [Idris]No te acostumbres que estás muy cariñoso y llevamos todos solos mucho tiempo.[/Idris] – bromeé. – [Idris]Hay habitaciones dentro para cada dos, pero las mejores ya no os van a tocar.[/Idris] – aclaré. No es que los primeros que llegamos nos hubieramos quedado las mejores, solo las segundas o terceras mejores. Luego habían llegado Kaylee y Lexie y sí que se habían quedado las mejores. Noah parecía muy deprimido por el hecho de que compartiese habitación con Niall en vez de con él, pero ya no estaban peleados. Una ventaja, otra pelea que tachar de la lista, ya solo quedaban catorce o quince.

    – [Bowie]Por llegar los últimos.[/Bowie]- recordó Bowie.

    – [Idris]Pir lliguir lis iltimis.[/Idris] – me reí. Ella me sacó la lengua, aprendía rápido la jodía.

    – [Xander]Ha dicho que fuimos los segundos… Pero llegamos aquí los últimos.-[/Xander] replicó Xander, que no quería perder su puesto. Los últimos oficialmente eran la manda de lobos, que por fin habían empezado a hablarse después de que la Daë les trolease.

    – [Jane]Id pensando con quién queréis dormir.[/Jane]- dijo Jane, siempre dispuesta a organizar las cosas. Vamos, que algo le gustaba mandar a la muchacha.

    Me froté las manos y miré a Coquito. Xander no respondía, el tío seguro que quería dormir encima de Jane, pero sin literas…no sé si lo pilláis. Vamos que tendría ganas de ir al bosque Fornicio con ella.

    – [Owen]Ya bueno, y yo ayude a reclutar dos Daë, ¿donde esta mi suite?[/Owen] – se quejó Owen.

    – [Jane]Elle y yo vamos juntas, ¿no? [/Jane]- Jane se me adelantó y la temperatura bajó un par de grados.

    – [Elle]Síiiiii.[/Elle]- respondió Elle contenta, dando un saltito. Mierda, a saber con quién me tocaba ahora.

    – [Owen]Siempre podemos sortear los compañeros. ¿Tenéis un sombrero y papel y boli?-[/Owen] – no se podía decir que Owen no lo intentaba, pero en aquella nave, mandaban las mujeres.

    – [Amy]Mejor no jugar con la suerte.[/Amy]- sentenció Amy, que seguía rehuyendo a Owen como si tuviera la peste. Hombre olía, pero para tanto no. Pero vamos que un poco de agua tampoco le venía mal.- [Amy]Que pueden salir cosas raras.[/Amy] – añadió, colocándose un mechón de pelo suelto.

    – [Idris]Déjalo, no tiene pinta de que te vaya a tocar Amy y a mi Coquito, así que…[/Idris] – repliqué poniéndole una mano en el hombro.

    – [Amy]¿Y por qué iba Owen a querer dormir conmigo?[/Amy] – replicó ella, nerviosa.

    – [Idris]Le gustan pelirro..peligrosas.[/Idris] – le sonreí, esperando no molestarla, pero volvió a quedarse tiesa como un palo. Tenía que ir a hablar con ella luego para asegurarme de que no estaba enfadada y para disculparme si le había molestado. Le pasaba algo grave con Owen y había algo que se escapaba.

    Cambié de tema para evitar que estuviese incómoda y saqué los «planos» de la Kvasir que había hecho con unos folios que había en la biblioteca. Al parecer el papel no se había quedado obsoleto en el futuro. Ezra me había ayudado dibujando la estructura de la nave y Noah la distribución de las salas, así que habíamos hecho entre todos un plano para no perdernos y poner la distribución de habitaciones cuando todos llegaran. Por suerte había una máquina de impresión que también fotocopiaba.

    – [Idris]Como no hay relojes, quien quiera encontrarme en la «sala de baño» podrá hacerlo desde que sale el sol hasta que se va, y después de eso también.[/Idris] – bromeé, señalando la sala de la planta superior en la que había una puñetera piscina frente a un ventanal enorme. Me imaginé la maravilla que tendría que ser bañarse viendo el espacio, pero hacerlo viendo aquél valle tampoco estaba mal. En esa sala estaban también un montón de duchas individuales, unas diez o así, y un par de duchas especiales para relajación. Como no había agua aún no las habíamos probado, pero me imaginé que serían como las duchas escocesas o algo así.

    Mi mirada pasó por el «váter general». Había aseos en la planta principal pero eran un par y unitarios. Aquella sala de la planta superior era un baño mixto con unos doce cubículos independientes para hacer cada uno sus cositas. Otro detalle importante, cada cubículo estaba insonorizado, así que podía abrirse el «bastión de tormentas» sin miedo a que nadie te escuchase. Al principio daba un poco de agobio pero cuando Henry arregló el filtro de aire, se estaba de maravilla.

    – [Jane]Que no haya tiempo aquí, no implica que podamos estar eternamente.[/Jane]- intervino Jane.- [Jane] Nosotros sí envejecemos.[/Jane]

    – [Idris]Año sabático literal. Salvando el mundo, pero con relax.[/Idris] – bromeé. Ya íbamos a tener que dar muchas explicaciones y no sabíamos cuando demonios volveríamos a casa, así que si ya estaba hecho, ¿qué mal hacía disfrutarlo un poco? No íbamos a salvar mejor los mundos y la historia al completo estando estresados, sucios y desnutridos.

    – [Jane]No lo veo.[/Jane]- añadió la señorita respondona. Si no me cayera tan bien…no me caería tan bien. Pero la condenada era un cacho de pan y sabía por Elle todos los pormenores de lo mal que lo había pasado en su vida, así que mi responsabilidad como hermano mayor de todos ellos era asegurarme de que sus penurias fuesen un poco menos.

    – [Xander]¿A cuántos mundos hemos ido?[/Xander] – preguntó Xander, listo para ponerse de nuevo en marcha con el trabajo. Seguro que en el colegio tenía siempre los deberes hechos. Con lo emocionante que era hacerlos en cinco minutos.

    – [Idris]Sois dos aguafiestas, os voy a poner juntos en un cuarto.[/Idris] – moví un dedo como si les reprendiera y cuando vi sus caras sonrojadas al imaginarse en un cuarto juntos me eché a reír. Esos pobres necesitaban liberar la tensión de años peleados. Menos mal que los cuartos también estaban insonorizados. Resignado, me limité a hacer memoria para contestar a Xander. – [Idris]Puesss…futuro creepy, vaqueros, romanos, prehistoria con demonios y esclavistas, edad media y edad media escocesa…seis.[/Idris] – y eran catorce o algo así, porque había un Daë en cada uno, que ya habían podido estar juntitos, y estos eran catorce. Así que quedaban ocho, no estaba mal, en un par de viajecitos todo listo.

    – [Henry]Aunque quieras no podemos quedarnos mucho tiempo.-[/Henry] el descanso de Henry había sido breve y se había unido al grupo de los aguafiestas.

    – [Idris]Menos mal que está lexie.[/Idris]- repliqué, viendo como se acercaba mi tanuki favorita con su mochila cargada tras un paseo a la ciudad. No se había llevado nada cuando se marchó, así que todo aquello debía haberlo conseguido con su «habilidad innata» de tanuki. Vamos, que se había dedicado a mangar.

    – [Henry]Os dije que no era necesario robar. Hacen trueques.-[/Henry] replicó Henry, que había conseguido piezas cambiando algunas cosas que había rescatado por la zona.

    – [Lexie]Necesario no, pero divertido sí.[/Lexie] – sonrió. Saludó a todos y sacó de su mochila un par de botellas que tenían toda la pinta de ser alcohol.

    Sonreí. Empezaba la fiesta.

    P.D: Voy a pegar aquí uno de los planos.

  • UN HOGAR

    IDRIS SOLO-NOVAK

    LUNA VILTIS

    Puede que os sorprenda, pero creo que esta entrada va a ser bastante introspectiva. Quizá os parezca raro, porque soy una persona con muy buen don de gentes y una labia espectacular, pero tiene sentido si os paráis a pensar que no estaba en el grupo más sociable de la historia y si a eso sumábamos que Laura estaba aprovechando la caminata para hablar con Henry, mis posibilidades de hablar con alguien se reducían a Zahra, que hablaba menos que….mierda no consigo una referencia graciosa, me estoy empezando a oxidar, por favor, que mandadme con alguien que hable, tengo miedo de perder mi muchedad.

    Bueno, el caso es que cuando Eldric se puso en plan elfo de película, con su armadura brillante, su arco mágico alimentado por su voluntad que luego se iba a quedar Cara y su mochililla con mudas de ropa limpia que quedaba menos impresionante, seguimos a Zahra hasta nuestro «centro de mando».

    Pensé que Zahra se había querido hacer le interesante – después de ver que era de género no binario preferí tratarle en neutro antes de meter la pata, porque tampoco es que fuera tan accesible como para preguntarle cómo se definía – con todo aquello de que teníamos que ir a una de las lunas, pero no, resulta que era literal.

    En ese «cúmulo» de planetas, como lo habían llamado los Daesdi, había mínimo dos lunas y cuando llegamos a un arco de piedras con una pinta extraña, Zahra pasó la mano por una serie de glifos brillantes y apareció una especie de portal al que saqué fotos con el móvil por si luego nadie me creía.

    Al ver aquella superficie que parecía plata fundida, supe que podían pasar varias cosas: que nos llevaba a un mundo desértico gobernado por unos extraterrestres que se creían dioses; que llegábamos a tiempo de salvar a Barb; que nos llevaba a un matrimonio inesperado con un highlander macizorro; o nos llevaba a la luna. Una pena que no fuera la tercera, pero de todas formas no me habría conformado con el highlander sin tener a Coquito conmigo y además, mi futuro suegro era una especie de highlander con su melena pelirroja y todo, así que empezó a darme escalofríos la idea.

    Repetiré una cosa que no me cansaré de decir, atravesar un portal es una absoluta mierda. Es como subirse al barco vikingo después de hincharse a burritos de la feria y pegar saltos cuando está llegando al punto más alto. Así el pan «senzu» que había comido esa mañana se quedó a las puertas del arco, con un aspecto bastante más desagradable que cuando me lo comí.

    Me recuperé un poco al quedarme impresionado con lo que vi. Con lo de «luna» me esperaba la clásica luna en la que podría dar saltos dobles como en el Mario Odyssey, pero no. Aquello no era una carcasa muerta, estaba completamente terraformada y desde el arco salía un camino que conducía a una enorme ciudad. Todo lo demás era territorio natural, surcado por vehículos de cualquier tiempo imaginable.

    A lo lejos vi otro camino parecido, que conectaba la ciudad con otro punto que parecía un tótem de alguna tribu indígena y otro al lado contrario que conectaba con un obelisco egipcio. Había más caminos a lo lejos rodeando en círculo a la enorme ciudad, así que teniendo en cuenta que la distancia entre caminos se repetía, me imaginé que habría al menos un portal con cada uno de los mundos, si no había más. Era imposible saberlo, porque apenas conseguía ver los que tenía al lado y la silueta difuminada del que estaba al lado del tótem, porque al lado del obelisco, una montaña cortaba el paisaje.

    Me agaché y toqué el suelo, la tierra y la hierba se sentían reales y corría una brisa agradable. Pese a que la ciudad era enorme, me impresionó que mirando al lado contrario, la naturaleza ocupaba todo lo que alcanzaba la vista. Me pregunté si habría mar, siempre había sido una persona de playa, especialmente desde que iba a ella con Coquito en bikini. Eh, y que conste que no la objetivizo, su mente también me pone rumboso y su forma de bromear me activa el joystick.

    – [Idris]Supongo que a la ciudad, ¿no?[/Idris] – pregunté a Zahra que era quien sabía dónde ir, porque Eldric había decidido que era un spoiler que lo supiéramos.

    – [Zahra]Supones mal. [/Zahra]- replicó ella, dándose la vuelta en dirección a una ladera. Genial, otra vez a hacer senderismo. Al menos esperaba que esta vez no hubiese engendros hululantes comegente.

    – [Idris]Nunca me dejan tener cosas bonitas.[/Idris] – me quejé. – [Idris]Entonces qué, ¿de acampada?[/Idris] – pregunté colocándome a su altura mientras los tortolitos miraban bien por dónde pisaban.

    – [Zahra]Te voy a abandonar en cuanto pueda. [/Zahra]

    – [Idris]Que negligente.[/Idris]

    Negué con la cabeza y ella pasó de responder, así que la seguimos una vez más a través del monte, aunque esta vez no parecía un camino tan difícil pero sí inclinado.

    Después de una eternidad en la que decidí que ya había tenido bosque y montaña para media vida y me dediqué a pensar en qué deseos pediría a un genio en ese momento – mil deseos más – llegamos a un punto en el que el camino empezaba a descender.

    Atravesamos una serie de árboles y por fin vimos un valle ante nosotros. Allí, en mitad de él, bañada por la cobriza luz del atardecer, había una nave espacial estrellada.

    Parecía que había chocado hacía por lo menos un siglo. La pintura se veía levantada y desconchada en algunos puntos y en otros, estaba cubierta por musgo y vegetación.

    – [Idris]¿Tenemos nuestra propia nave espacial? Tenemos nuestra propia nave espacial.[/Idris] – respondí alucinando. Ya teníamos un refugio digno de superhéroes. Vi que Henry iba a decir algo probablemente realista y lógico pero increíblemente desilusionador, como que seguramente no podríamos hacerla volar. Pero daba lo mismo, seguía siendo una nave espacial.  – [Idris]No digas nada, no estropees el momento.[/Idris] – Henry sonrió tímidamente y seguimos bajando. Zahra no parecía entusiasmade con la idea, supuse que porque esa tecnología le representaba más las fuerzas del Arquitecto que un foco de esperanza.

    Para mí no, después de que nos teletransportasen al puñetero cu(mu)lo del mundo, no estaba mal cumplir una vida de sueños infantiles (vale y adultos) de ciencia ficción. Vale, no era mi Guenwyvar, la nave que llevaba años haciendo en Endless Galaxy, pero esta había costado menos dinero de mis padres y la otra probablemente no la volviese a ver por miedo a que los de Infinity me sorbieran los sesos mientras me conectaba – sí, soy positivo y creo que volveremos a casa -.

    El descenso del valle fue mucho más rápido. Cuanto más miraba la nave, más increíble me parecía. Tenía un diseño alargado hasta llegar a la cola, donde se ensanchaba en una especie de alas, su superficie había sido lisa aunque ahora tenía partes abombadas por los desconchones de la pintura granate, en su día formando un patrón.

    Eso significaba que había sido una nave de pasajeros, porque las armas no se veían por ninguna parte salvo que estuvieran muy bien escondidas en el fuselaje. El metal plateado aún parecía firme pese al paso del tiempo, en su día había debido ser una maravilla surcando los cielos con sus colores plata y granate.

    Cuanto más nos acercábamos, más grande me parecía. No podía esperar a verla por dentro, pero ya desde fuera parecía suficientemente amplia para poder quedarnos todos. Aunque cruzaba los dedos para que no hubiera habitaciones suficientes y tuviera que compartirla con Coquito.

    Me quedé atónito unos minutos observando el morro de aquella bestia e imaginándome en la cabina, surcando las estrellas en ella. Salí de mi trance y vi que los demás estaban recorriendo el fuselaje. Les seguí, Henry buscaba algo atentamente y entonces caí, debía estar buscando la entrada.

    Continuamos caminando y llegamos a la parte trasera de la nave, donde dos inmensos pares de motores traseros destacaban enormemente. Cuando conseguí apartar la vista de aquella maravilla, vi que Henry se acercaba a un panel y empezaba a trastear.

    Hay una cosa que se echa de menos en la vida real respecto a la ficción. En cualquier serie, Henry habría abierto la nave en ese mismo instante juntando dos cables de aquella tecnología desconocida. Pero aquí no. Acampamos, Henry inspeccionaba el control, comimos pan seco de los elfos, Henry se buscaba la vida para dar energía suficiente al panel y a la nave para abrirse, dibujé un plano de la nave, Henry jugueteaba con los controles y un aparato que había llevado consigo, di vueltas a cómo bautizar la nave y no conseguía más que pensar en Coquito. Así hasta que cayó la noche y estábamos a punto de obligar a Henry a dejarlo para el día siguiente cuando volviese a haber luz. En ese mismo momento, la rampa trasera se accionó y…empecé a estornudar porque allí dentro olía a cerrado que metía miedo.

    Entré delante, había visto Alien las veces suficientes como para estar preparado, en el espacio hay cosas muy jodidas y yo tenía la ventaja de ver mejor en la oscuridad. Bueno, en ese momento no era una ventaja, porque maldita gana tenía de ir delante a ser el primero en morir, que todos sabemos las reglas de las películas de miedo y son bastante racistas.

    Después de un mal rato extremadamente largo en el que estuve a punto de saltar con cada ruido que escuchaba allí dentro, el miedo paso. Os contaré mi truco, no soy valiente, pero imaginándome a Coquito a mi lado en una playa con un bikini de esos que le gustan, conseguí ir tirando.

    Voy a resumir. Encontramos dieciséis habitaciones, así que estupendo porque no había una por cabeza, lo que significaba, apretujarse, pero con la suerte que tenía, me tocaría con mi hermano. Había varias salas comunes, una zona de ingeniería en la que casi me explota la cabeza de la impresión, cocina, una especie de gimnasio, baños y la zona de pilotaje. Esa última podría haber sido otra habitación, concretamente la mía, pero Henry decía que podía pulsar cualquier cosa durmiendo y propulsar la nave con todos dentro o a saber qué, así que morí un poco por dentro pero seguí ilusionado.

    Como éramos los pioneros en llegar a nuestra nueva base de operaciones – si no contamos ya oficialmente como superhéroes, me retiro – elegimos habitaciones. Henry y Laura decidieron compartir la suya, así que les «ayudé» a elegir «la mejor» que basicamente era una de las que tenía solo una cama, pero para cuando se dieron cuenta, ya era tarde. Yo cogí una, esperando que mi compañera fuese Coquito. Zahra por su parte esperó a que eligiéramos todos y cogió la más lejana, más cerca a la cabina.

    Me tumbé en mi nueva cama y miré hacia el techo. Aquella habitación estaba hecha para que pareciese que no estabas en una nave, aunque en ese momento no funcionase todo lo que tenía que funcionar, pero confiaba en que Henry nos arreglase unas cuantas comodidades.

    Estaba preocupado por todos los demás, pero confiaba en que estarían a salvo y vendrían con nosotros pronto, de hecho me sorprendía bastante haber sido los primeros en terminar, casualidades de la vida. Seguíamos estando en algún punto desconocido del universo, que podía estar en la vía láctea o en cualquier otra galaxia, pero allí, en aquella nave, volví a sentirme seguro y cuando estuvieran todos, en casa.

    Así que decidí llamarla Kvasir, porque al igual que Sarah, nos uniría y nos protegería a todos.