Moondale

Etiqueta: Idris x Elle

  • UN VIAJE AGRADABLE

    IDRIS SOLO-NOVAK

    CREO QUE POR LA MAÑANA – UN SITIO CON VEGETACIÓN Y COSAS HECHAS MIERDA

    Vale, voy a hacer un pequeño resumen para cuando adapten mi diario a serie como original de InfiniTV, cosa que les va a salir barata porque total, ya tienen casi todo de mí, hasta el adn por si quieren hacer del mundo un lugar feliz lleno de Idrises. Y todo por jugar en Endless y conseguir saldo gratis, les salió barato.

    Pues eso, el resumen. Anteriomente, en ‘Fresh Coconut’, nuestro intrépido antihéroe Idris se unió a sus amigos para salvar el mundo de la pérfida Omega. Lo que no sabía es que su camino de daë estaría truncado y antes de poder serlo técnicamente, todos tenían que unirse en un mundo extraño para reunir y guiar a otro grupo de daë que lo fue antes de sus propios padres. Así que ahora se encontraba en una galaxia lejana y probablemente en el pasado, o en el futuro, o vete a saber, porque en el Axis Mundi el tiempo no existía y a saber si la Tierra no sería más que polvo para cuando nacieron esos daë o si aún tendría dinosaurios.

    Y eso ya nos lleva al presente actual. Aparecí en una zona fría, gris y húmeda en mitad de la vegetación. Diría que estaba en un bosque, pero había mucho espacio entre los árboles. Cerca había una especie de castillo o casa del que solo quedaba un par de muros comidos por la hiedra. Miré hacia arriba, el cielo estaba cubierto de unas espesas nubes de color gris. Era bastante desagradable.

    Me sentía un poco desorientado, pero acostumbrado a cruzar a menudo el portal entre Louna y Moondale, me recuperé ligeramente más rápido que los demás y les observé. No me llevo mucho, también os lo digo, porque solo había dos personas más conmigo: Henry y su aminovia Laura.

    – [Idris]¿Tanto os costaba mandarme con Coquito?[/Idris] – pregunté alzando el puño al cielo. Seguro que era cosa de Diarmud, todo el mundo sabía que tenía favoritas, así que Elle también tenía que serlo, objetivamente, porque, bueno, Elle le gustaba a todo el mundo.

    Así que me habían dejado sin unas vacaciones en ese maravilloso y tétrico lugar con Coquito. Pensándolo mejor, ella se habría desmotivado con ese cielo.

    – [Laura]¿Dónde estamos?[/Laura]- preguntó Laura. Parecía sentirse muy perdida.

    Saqué la brújula planar de mi padre y se me quedó el culo torcido con la cantidad de portales que había cerca, tantos, que en ese momento me sentía casi más perdido. Una cosa sí me quedó clara, eso no era la Tierra, debíamos estar ya en el Cúmulo Nexus.

    – [Idris]Ya no estamos en Kansas.[/Idris] – les dije.

    – [Henry]Ni la tierra al parecer.-[/Henry] corroboró Henry, echando un vistazo al muro semiderruido que teníamos cerca. Al menos los Daesdi nos habían dicho que nos iban a mandar a otro grupo de planetas. Era algo.

    – [Idris]Debe ser el Cúmulo. Hay una bestialidad de portales por aquí.[/Idris] – volví a mirar la brújula, pensando si alguno de esos portales me llevaría con Elle. Os confesaré mi deducción de situación, por partes:

    1º En las películas de miedo, cuando los grupos se separan, mal rollo.

    2º A los negros no nos iba muy bien en esas pelis.

    3º Encima iba con una pareja, así que salvo que se pusieran a hacerlo como monos y viniera alguien a matarlos mientras lo hacían, yo tenía las peores posibilidades.

    – [Laura]¿Eso significa que estamos en peligro?[/Laura]- preguntó de nuevo Laura. Me hacía gracia porque se notaba que era medio rusa cuando decía cosas como peligrro.

    – [Idris]Lo raro sería que no.[/Idris] – confesé. Y el peligrro no tardó en aparecer. Escuché un ruido entre las hojas y una cosa que caminaba a cuatro patas, oscura, monstruosa, deforme. Como en la peli aquella en la que no pueden hacer ruido porque si no los bichos les matan, pues imaginad la escena igual pero en lugar de silencio, conmigo gritando a pleno pulmón con una voz a lo Ruby Rhod.

    Evidentemente, corrimos como alma que lleva el diablo.

    – [Idris]Nos tuvo que tocar el sitio con el puto bicho más feo del universo.[/Idris] – me quejé, intentando no ir demasiado adelantado. Miré de reojo a aquella cosa horrenda y traté de congelarlo, pero parecía no funcionar.

    No sé cuanto tiempo corrimos, pero Laura y Henry cada vez parecían ir más despacio y el bicho más rápido, pese a que le ponía muros de hielo en el camino. Por suerte, alguien nos mandó un ángel de la guarda en forma de figura encapuchada que se apareció tras un muro.

    – [Zahra]¡Por aquí![/Zahra]- nos indicó, haciendo una seña.

    – [Henry]Seguidla[/Henry]. – dijo Henry. La muchacha tampoco se recreó mucho en las indicaciones y ya había desaparecido, pero la seguimos a toda velocidad.

    – [Laura]¿Te fías de una desconocida?[/Laura] – preguntó Laura. Como siguieran con la tensión sexual no resuelta el bicho me iba a acabar comiendo para que la audiencia pudiese ver como avanzaba su trama romántica.

    – [Henry]Mejor ella que el monstruo[/Henry]. – comentó Henry. Ahí había un chiste, pero lo dejé pasar porque, bueno, estaba a punto de palmar.

    Era difícil seguir el ritmo de la chica, atravesaba la zona por los lugares más cerrados, estrechos y complicados. Entre tanta oscuridad, costaba localizarla, así que dejé salir mi forma de elfo de la luna y mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, viendo a través de ella como si fuera de día.

    Guié a los demás y finalmente llegamos a una cueva. Esperamos, guardando silencio sepulcral, hasta que pasó el peligro.

    – [Idris]Parece que ha pasado de largo, suerte que listo no es.[/Idris] – dije mirando a nuestra salvadora. Era una chica más o menos de la edad de Laura, con una tez cobriza y un pelo negro como el azabache.

    – [Zahra]Cuando pase el peligro tenéis que iros[/Zahra].- soltó sin apenas mirarnos.- [Zahra]No hay comida ni refugio para todos[/Zahra]. – añadió. Para ser un ángel de la guarda era bastante antipática y un poco agoniosa.

    – [Idris]¿Amabilidad regional?[/Idris] – pregunté mientras la veía quitarse la capucha y echar unas setas que llevaba en un atillo a un cazo que tenía sobre una hoguera. Me sentía en el Skyrim, lo que tampoco me lo ponía fácil porque todo el mundo era racista con los elfos oscuros.

    – [Zahra]No quiero más muertes a mi espalda[/Zahra]. – replicó, todavía sin mirarnos. Se quitó la capa y vi que llevaba ropas que sin duda no eran de ninguna moda actual de la Tierra. Iba vestida a trozos, con una parte que parecía de cuero y sobre ella pieles para mantener el calor.

    – [Henry]¿Qué ha pasado aquí? Podemos ayudar.[/Henry] – se ofreció Henry. Quise decirle que estábamos ya bastante jodidos, pero era demasiado buen tipo como para entenderlo.

    – [Zahra]¿Acaso puedes devolverle la vida a todo mi pueblo?[/Zahra]- espetó con bastante mala leche.

     – [Idris]¿Han sido esos bichos?[/Idris] – pregunté, sentándome en una roca. Por suerte era plana, porque me habría dejado el culo como si hubiera  venido a verme Dante. ¿Demasiado?

    – [Zahra]No. Fui yo. [/Zahra] – replicó. Nos miró a los ojos y vi que decía la verdad.

    – [Idris]Plot twiiist.[/Idris] – mi boca siempre iba por delante de mi cabeza, pero a veces venía bien para paliar la gravedad de la situación, ya sabéis, como cuando estás perdido en un mundo desconocido en una cueva oscura con una aparente genocida. Absorbí frío de nuestro alrededor y  formé en mi mano una espada rudimentaria. Llamarla espada era mucho, pero yo era un tipo positivo.

    – [Laura]Mató a su pueblo. Tu espada va a hacer poco[/Laura].- intervino Laura, que estaba empezando a parecerme una chica no muy positiva, pero por suerte me caía bien igual.

    – [Henry]No os alejéis mucho.[/Henry] – dijo Henry, casi poniéndose frente a nosotros. Lo admiré, era blanco puro de lo buena gente que era. También me caía bien.

    – [Zahra]Si os quisiera muertos, no os habría salvado del Espantajo[/Zahra].- afirmó la demonio de la guarda, negando con la cabeza. Así que esa cosa se llamaba Espantajo, muy apropiado.

    – [Idris]Vale, eso tiene su lógica. Pero la parte de matar a todo tu pueblo sigue dando mal rollo.[/Idris] – puntualicé. La chica no se vendía muy bien. No me caía mal de base, pero tenía muy mal marketing.

    – [Zahra]Me dieron a elegir entre mi vida y la de ellos[/Zahra].- empezó a explicar.

    – [Idris]Suena a material de buen compañero de viaje.[/Idris] – respondí, haciendo una mueca con la boca.

    – [Henry]¿Podrías ayudarnos? Estamos buscando a alguien.-[/Henry] preguntó Henry. Cierto, que no solo teníamos que sobrevivir y encontrar a los demás, si no también cumplir la misión de los Daesdi de la que Henry no se había olvidado.

    – [Zahra]No[/Zahra].- respondió Zahra, que contaba las palabras que utilizaba.

    -[Heny]Como has podido deducir no somos de por aquí. Estamos buscando a una persona y cuanto antes la encontremos antes podremos dejarte en paz.-[/Henry] – resumió, la parte de dejarla en paz seguro que la convencía. Pero en lugar de respondernos, avivó un poco el fuego y empezó a remover en su olla tamaño de una persona.

    – [Idris]Si nos llevas a alguien que pueda ayudarnos dejaremos de molestarte y podrás hacer tu «cosa»[/Idris] – ofrecí señalando su olla. No podía llamar comida a esa mezcla de hierba y setas chungas preparada en  dudosas condiciones higiénicas. Ella se encogió de hombros, le importaba todo tres pitos, me caía bien.

    – [Henry]Te vendría bien un poco de compañía. Estar sola no es lo mejor créeme.-[/Henry] añadió Henry, negociando. Vi a Laura cruzarse de brazos y mirarle. Nuestra nueva «amiga» siguió removiendo por lo menos diez minutos y luego se sirvió un plato. Resulta que entre todo aquello sobresalía un muslo de pollo que cogió por el hueso y empezó a mordisquear.

     

    – [Idris]No es que no me guste verte aquí comer como un perro, pero si no nos ayudas vas a ver la tensión romántica de estos dos durante todo el capítulo.[/Idris] – venga, alguna forma tenía que haber para que nos ayudase: pistas sobre en qué mundo estábamos, algo que nos llevara al daë…no sé…algo. Yo solo había visto a los daë de géminis por los discos de mis padres y al de acuario por el del tío Bill. Henry debía conocer al daë al que se enfrentó Logan, que no recuerdo que signo era.

    Nuestra amiga perruna dio otro mordisco y masticó el «quieropensarqueespollo» mientras me miraba fijamente.

    – [Idris]¿Y vosotros entonces estáis juntos?[/Idris] – sentado de nuevo en mi rocaDante apoyé la cabeza en la mano y miré a Henry y Laura, tratando de forzar una situación.

    – [Laura]No[/Laura]. – respondió Laura rápidamente.

    – [Henry]¿Qué?. No. No…-[/Henry] dijo Henry, rascándose la cabeza, nervioso. Su reacción me daba más juego, pero la chica seguía comiendo.

    – [Idris]¿No? Pues hacéis buena pareja.[/Idris] – comenté, sonriendo. Venga, había sido partícipe en destapar un trío que llevaba años en la sombra, tenía que sacar algo de ahí que hiciera moverse a la montaraz aquella.

    – [Henry]¿Tú crees? -[/Henry] preguntó Henry, con un brillo en los ojos.

    – [Laura]¿HENRY Y YO? NO[/Laura].- gritó Laura, pero no se me escapó que su nombre lo pronunciaba con mucho cuidado. Me da que ni ella misma sabía lo que sentía.

    – [Henry]Si no nos ayudas no solo nuestro mundo estará condenado, el tuyo también. No creo que quieras más muertes sobre tu conciencia.-[/Henry] intentó desviar la conversación y convencer a la muchacha de una forma más rápida, pero ella pasó.

    – [Zahra]Seguid con la historia de amor un poco más[/Zahra].- casi se había terminado la comida y había tirado el hueso de «quenosearata» fuera de la cueva.

    – [Idris]¿En tu mesa de Infinity no tenías una foto de tu novia? Se parecía a ella.[/Idris] – ventajas de habernos colado en la sede de Infinity. A Laura casi se le salen los ojos de las cuencas.

    – [Henry]Era para aparentar, fue idea de los de la isla.-[/Henry] respondió Henry tratando de esquivar la bala.

    – [Zahra]¿Y no hay más chicas en la isla de la que vienes?[/Zahra] – preguntó ella, uniéndose a la trama.

    – [Henry]Si bueno, está Sophie…-[/Henry] comentó Henry. A ver, Sophie era una alegría para la vista, no había más que ver a mi hermano babeando en la fiesta de los gemelos, pero se notaba que la había nombrado porque sabía que otra gente la veía atractiva. El chico estaba colado por Laura.

    Nuestra salvadora terminó de comer y se fue, dejándonos allí solos sin saber que hacer. Volvió al rato con la olla limpia y la metió en una especie de mochila que se echó a la espalda. – [Zahra]Seguidme.[/Zahra]. – dijo.

    – [Idris]Antes de volver a salir a villaespantajo, ¿tienes nombre?[/Idris] – pregunté cuando estábamos a punto de atravesar la «puerta» de la cueva.

    – [Zahra]Sí, pero no te interesa.[/Zahra] – replicó.

    – [Idris]Va a ser un viaje agradable.[/Idris] – aseguré. Al menos tenía todo el camino para seguir haciendo de celestino particular.

    No sabía que las nubes grises que cubrían el cielo eran en realidad polución provocada por una ciudad que se alzaba kilómetros por encima de nosotros, una ciudad en la que vivía uno de los mayores enemigos de los Moondies y que pronto sería también el nuestro. El Arquitecto.

  • DIVIDIDOS EN LA BOCA DEL LOBO

    IDRIS SOLO-NOVAK

    TARDE NOCHE – SEDE DE INFINITY EN MOONDALE

    Bueno esto es un poco spoiler pero conseguimos salir vivos de aquellos guardias que nos apuntaban, si no, no estaría escribiéndolo ahora, desde el futuro. Eso sí, la cosa se puso bastante negra.

    – [b]Al suelo, de rodillas.[/b] – indicaron. Llevaban unas armas que parecían sacadas del Mass Effect y tenían casi todo el cuerpo cubierto, seguramente con protección. Eché un vistazo a nuestro alrededor para ver cómo podíamos librarnos de ellos y salir de allí echando leches.

    – [Henry]Tranquilos, no pasa nada. Son… sujetos de prueba.-[/Henry] el muchacho que nos había llevado allí, Henry, se colocó delante de nosotros alzando las manos mientras sostenía su acreditación en una de ellas. No digo que el chaval no mintiera bien, pero con Xander armado, Amy convertida en una loba, su primo del futuro alternativo en pelotas y la hermana clon de Coquito con mi sudadera, teníamos poca credibilidad. Intercambié una mirada con Amy, que negó con la cabeza.

    – [b]Central, tenemos sujetos no autorizados en el almacén 24-601. Solicitamos refuerzos.[/b] – comunicó uno de ellos, antes de cargar su arma. Cinco segundos después se activó una molesta alarma. El sitio no iba a tardar en llenarse de minions armados hasta las cejas. Por cierto, en ese momento, con las cejas enarcadas, Coquito estaba muy guapa. Si salíamos vivos de esa, tenía que pedirle salir conmigo en serio, estar a punto de morir disipa muchas dudas. – [b]No os mováis.[/b] – dijo el que parecía ser el jefe. Miré a Noah, pero se encogió de hombros, no se atrevía a usar su poder por si no era lo suficientemente rápido. Esos guardias no dudarían en disparar.

    – [Elle]Owen, prueba a usar tu poder pero no mates a nadie.[/Elle] – escuché susurrar a Coquito con mis oídos de elfo. Un par de segundos después se escucharon explosiones y nos pusimos a cubierto cuando los guardias cayeron al suelo, inconscientes. Miré a Owen, pero él alzó las manos.

    Detrás de los guardias, entre el humo, apareció una figura encapuchada, riendo como un demente. – [Andrzej]Tomad firobolas.[/Andrzej] – replicó, plantando en el suelo un báculo de metal con un orbe rojiza en la punta. Me fijé en que su túnica llevaba un nombre bordado ‘Lordling’, en ese momento se le abrió y dejó ver una camiseta de ‘Alabad al todopoderoso superadmin’. – [Andrzej]Corred, insensatos.[/Andrzej] – indicó, haciéndose a un lado. La capucha se le descubrió y dejó ver el rostro de un hombre de mediana edad, con una melena rala de color castaño claro atada en una coleta a la espalda. Parecía el típico ‘Dungeon Master‘.

    Amy fue la primera en moverse. Avanzó su transformación y me quedé pensando por qué no hacían una película de la ‘Mujer Lobo’, mucho menos manido y las transformaciones tendrían erótico resultado. – [Andrzej]¡Hostia, una Garou![/Andrzej] – exclamó nuestro salvador.

    Las alarmas no paraban de sonar y me daban ganas de arrancarme las orejas. No llegué a transformarme porque mis sentidos se habrían agudizado más y habría sido insoportable. – [Xander]Tienes que sacarnos de aquí cuanto antes.[/Xander] – indicó Xander. Henry levantó un dedo para hacernos esperar y se acercó corriendo a la mesa en la que tenían nuestra información, abrió un cajón y metió un objeto en su bolsa de mensajero cogiéndolo con un guante que volvió a quitarse. Nos reunimos a su alrededor sin hacer preguntas y esperamos, pero después de un rato concentrándose, negó con la cabeza.

    – [Henry]Algo va mal. No puedo teletransportarnos.-[/Henry] respondió, frustrado. Le había debido salir mal la tirada de dados. Edito desde el futuro: o el máster era un poco cabroncete. Sí, te hablo a ti Dagrawn, por eso Esharthi es mi favorita. No te ofendas, Diarmud. O sí, sé que odiais a Noah, pero ¿qué os hemos hecho los demás? ¿eh?

    – [JJ]¿Va a salir todo mal?[/JJ] – se quejó Jane, agobiada. No dejaba de mirar a los guardias caídos y a la nevera con sus muestras.

    – [Andrzej]Esperad.[/Andrzej] – el tipo que nos había rescatado se sacó un Inphone último modelo del bolsillo y empezó a teclear. Yo solo vi una pantalla negra con letras blancas. – [Andrzej]Hay una alarma activa y según esto, desactiva el «teletransporte».[/Andrzej] – explicó, acercándose más a la pantalla. Quise decirle que igual necesitaba gafas, pero quizá no era el momento.

    – [Xander]Estupendo, eso significa que vamos a tener que abrirnos paso.[/Xander] – aclaró Xander, que venía preparado, pero no venía preparado. Suspiré, sabía por experiencia propia que Infinity podía actuar de dos formas: una era intentando acabar con nosotros y otra, denunciándonos por allanar una propiedad privada y herir a sus guardias.

    – [Elle]¿No se puede desactivar la alarma como en las pelis?[/Elle] – preguntó Coquito. Estaría bien que su mojo informático nos pudiera sacar de esto, pero el tipo alzó una ceja.

    – [Andrzej]Si ya dices «como en las pelis» vamos mal.[/Andrzej] – se quejó. – [Andrzej]Llevaría tiempo y los de los fuscos son más rápidos. Los niveles de más abajo suelen estar vacíos, yo voy a los baños de allí.[/Andrzej] – aclaró, echando una calada a su InVape. – [Andrzej]Y sé que hay un camino que da a la superficie por el que salen los guardias a fumar.[/Andrzej] – añadió con voz grave por el humo. Olía a ron añejo y a roble.

    – [Noah]Hay que darse prisa.[/Noah] – intervino Noah, inquieto. Me fijé en que le temblaba una mano, con el tiempo me daría cuenta de que había que preocuparse cuando Noah estaba en modo dildo.

    – [JJ]¿No nos puedes sacar tú?[/JJ] – le preguntó Jane. No me imaginaba a cuestas de Noah, la verdad, hasta el momento con la Brújula Planar de mi padre había tenido de sobra como para no requerir sus servicios. Prefería verle marchar, el tío tenía buen culo de tanto correr. No, es broma, eso ya no lo hacía, solo había espacio para un par de Coquitos en mi corazón.

    – [Noah]No puedo con más de dos cada vez.[/Noah] – replicó. Noah no quería dejar a ninguno atrás por miedo a llegar a tiempo. Para ser un tipo tan rápido era bastante indeciso y vivía con miedo a no correr lo bastante.

    – [JJ]Pues empieza.[/JJ] – mandó Jane, a su estilo habitual. Noah asintió y nos indicó que nos dividiéramos en grupos: yo me fui con Coquito, obviamente; Xander se fue con Jane a recuperar tiempos perdidos; Amy se llevó a Ezra, por aquello de que era su primo y se le había ido un poco la pinza antes con Jane; a Henry le confiaron a Rainbow, aunque Xander y Ellie sufrieron por tener que separarse de ella, pero si en algún momento Andrzej reactivaba la teletransportación, sería la mejor forma de salir; y Owen se quedó esperando el último, como pareja de Noah.

     

    Se llevó primero a JJ y Xander y volvió al cabo de un rato, tenía gotas de sudor en la frente y parecía preocupado – [Noah]He tenido que dejarles en uno de los sótanos. Está todo lleno de guardias, así que tienen que esperar allí a que esté despejado para salir.[/Noah] – explicó, preocupado. – [Noah]Voy a tener que hacer así con todos.[/Noah] – nos explicó. Teniendo en cuenta que la mayoría de los guardias irían en masa a ver si estábamos en el almacén, cualquier sitio era mejor que allí.

    Siguió llevándose gente. Nosotros fuimos de los últimos en irnos, quisimos esperar para no dejar a Owen solo. Cuando nos recogió, todo fue demasiado rápido. Olí la sangre y vi que Noah tenía una herida en un costado, pero al ver que me había fijado, no me dejó preguntarle y nos llevó a toda velocidad a uno de los sótanos, aprovechando el desconcierto de movernos tan rápido para volver a irse.

    Miré el sitio en el que nos encontrábamos. Encajaba con el lugar en el que se decía que habían encerrado a los Moondies. Un pasillo enorme y ancho, con salas de paredes transparentes en el medio y celdas a ambos lados, también con una pared transparente para ver su interior. Estaba preocupado por todos, así que hice lo que siempre hago. – [Idris]Bueno, Coquito, ¿se te ocurre qué hacer solos en este gran sótano vacío con dormitorios a ambos lados?[/Idris] – sonreí, intentando paliar la gravedad de la situación.

     

  • TRES ENTRADAS EN UN DÍA

    IDRIS SOLO-NOVAK

    MAÑANA – ÁTICO DE LOS SOLO-NOVAK, LOUNA

    Bueno, aquí estoy de nuevo, tengo demasiado tiempo libre, pero como sé que os gusta saber de mí, vamos a contar la otra parte del día que decidí mi futuro. Luego no me llaméis pesado por escribir dos veces en unas horas. O por ser la tercera entrada de hoy.

    Después de hablar con mi madre me senté un rato a leer ‘El Marciano‘, un libro que ya tenía unos cuantos años pero que me hacía partirme de risa cada poco con su protagonista. Entre carcajada y carcajada, escuché unas llaves en la puerta de casa, solo podía ser mi padre.

    – [Idris]Papa papa.[/Idris] – le llamé, al verlo cruzar el umbral.

    – [Vincent]Hola hijo. ¿Qué tal?[/Vincent] – preguntó con una sonrisa. Caminó hasta el salón con la cojera un poco más evidente, hoy debía ser uno de los días dolorosos, otros apenas se le notaba. Por suerte ni siquiera esa lesión había minado su ánimo. – [Vincent]¿Y tu madre?[/Vincent] – preguntó, buscándola con la mirada.

    – [Idris]Fuera, con sus plantas.[/Idris] – dije, señalando la terraza. Mamá no había debido oír la puerta, porque si no, ese par de agapornis habrían corrido el uno contra el otro como si no se hubieran visto en años. – [Idris]Necesito hablar contigo de una cosa.[/Idris] – le comenté. Había resuelto mi duda romántica más o menos y ahora necesitaba resolver la laboral, y para eso les necesitaba a los dos. No es que no apreciara la opinión romántica de mi padre, pero sabía que me iba a apoyar sin reservas.

    – [Vincent]Dame un segundo y ya mismo vengo.[/Vincent] – se disculpó. No pude evitar reírme, el tío después de veinte años lo primero que hacía era ir a buscar a mi madre para darse cariñitos. Eh, no penséis mal, nada subido de tono, eso cada uno en su cuarto, coche, playa o lo que sea.

    – [Idris]Vale pero con cuidado, que me veo viejo para tener un hermano nuevo.[/Idris] – bromeé. En realidad me gustaba ver que todavía se querían tanto. Diana había bromeado alguna vez con ellos recordándoles el nacimiento de Mike unos meses después de que siguieran manteniendo que habían empezado a estar juntos como un arreglo. Claaaaro que si. Diana es mi musa, por cierto, mi spirit person.

    Mi madre fingió mirarme mal y volvió de la terraza después de diez minutos. – [Idris]¿Ya?[/Idris] – pregunté, muerto de risa. – [Idris]¿Es que no pensáis en esas pobres plantas?[/Idris] – añadí. Mi mente sucia me imaginó dentro del cactus de la habitación de Ellie.

    – [Vincent]Anda, hazme un sitio.[/Vincent] – papá se sentó a mi lado y cogió unos pistachos de los que estaba comiendo, aunque para él eran avellanas. Cómo se notaba que era de otra dimensión. – [Vincent]¿Qué querías contarme, lo de Elle?[/Vincent] – preguntó. Seguramente mi madre ya había estado cuchicheando con él.

    – [Idris]Sí que ha tardado en cascarlo.[/Idris] – bromeé. No me importaba en realidad, me venía bien el consejo de todos, aunque se lo había dicho a ella no porque tuviera una mente retrógrada que asociase hablar de mi madre con consejos amorosos y con mi padre de trabajo. No, malpensados, así no se piensa, caca. Hablé con mi madre de Elle porque es la hija de su mejor amiga. Bueno y porque había sido la niña de los veinte novios. Y con mi padre tenía que hablar de trabajo porque…no os lo voy a spoilear, ahora lo leeréis, impacientes.

    – [Vincent]A mí me parece estupendo. Si te gusta, adelante. [/Vincent] – me animó. No me esperaba nada distinto de él. – [Vincent]Lo que no sé es cómo no te has lanzado ya con lo suelto que eres para todo.[/Vincent] – sentenció, sonriendo.

    – [Idris]¿Me estás llamando FACILÓN?[/Idris] – exclamé, fingiendo indignarme. No le faltaba razón, bocachancla para todo menos para decirle a Coquito en serio que quería estar con ella. – [Idris]Tomo nota. Pero era otra cosa. Un tema más profesional.[/Idris] – le aclaré. A mis espaldas acumulaba una carrera llamada ‘Historia y Justicia Social‘ que no me había dejado muy claro mis salidas profesionales. Desde que la había terminado, había estado debatiendo qué hacer con mi vida. Como soy un consentido pero no tanto, trabajaba casi todos los veranos en chiringuitos en la playa, era un maestro del pescado frito, pero mi año anterior había sido sabático, porque montar una red de caza de demonios nocturna no cotizaba ni estaba remunerado y los chiringuitos no abren todo el año, por desgracia.

    – [Vincent]No será otra vez lo del «curso de natación nudista», ¿no?[/Vincent] – preguntó mi padre, recordando una de las muchas ideas emprendedoras que había tenido el año anterior. El mundo no estaba preparado para mi creatividad.

    – [Idris]Vale, primero: era una idea estupenda.[/Idris] – comenté, alzando el dedo. Vamos a ver, a todo el mundo le gusta nadar en pelotas y con un buen reclamo físico, como el mío, atraería a muchos clientes y clientas. Pero cuando empecé a pasar más tiempo con Coquito abandoné mis ideas nudistas grupales por ideas de nudismo en pareja. – [Idris]Y segundo: no. Ellie me ha estado convenciendo de que debería aceptar el consejo de Diamond. [/Idris] – añadí, para ir al grano. Diamond Graham era el capitán de la comisaría de policía de nuestro distrito y un viejo conocido de cuando mi padre y el tío Bill estaban en el cuerpo. Me fue cogiendo cariño después del cuarto arresto. En el fondo, creo que sabía algo de lo que se cocía por las noches en Louna. Llevaba un tiempo insistiendo en que me uniese al cuerpo, pero había dudado. El racismo en la policía había sido un tema serio durante mucho tiempo y todavía lo era, así que resultaba un poco difícil quitarse ese estigma, más aún cuando te han detenido varias veces simplemente por ir con otros hermanos por la calle de noche.

    – [Vincent]El Capitán Graham no suele equivocarse en esas cosas.[/Vincent] – comentó mi padre. La verdad es que ninguno de los dos me había presionado nunca, pero yo mismo sabía que no podía seguir sin hacer nada un año más. – [Vincent]Pero tienes que pensarlo bien. No es un trabajo fácil y hay riesgos.[/Vincent] – añadió, señalándose la pierna mala. Os podría contar una historia épica de aquél famoso caso sobrenatural en el que mi padre, el tío Bill y la tía Karen detuvieron a un líder Yokai que llevaba la mafia de Louna y resultó herido, pero la realidad era tan triste como que a mi padre le atropelló un ladrón intentando darse a la fuga porque saltó delante del coche para evitar que se arrollase a un hombre.

    Mi madre entró desde el jardín, el momento perfecto para hacer un dos por uno.

    – [Idris]He estado pensando y creo que voy a hacer el Máster de Crimen Internacional, Conflicto y Criminología para intentar ser negociador.[/Idris] – planteé, mirándoles. Los dos se quedaron en silencio. Mi madre caminó hasta mí y me midió la temperatura con los labios en la frente. Mi padre se echó a reír.

    – [Idris]¿Qué? Soy un tipo serio y responsable….y fue idea de Ellie.[/Idris] – repliqué. Coquito era mi buena influencia, el ancla de mi barco pirata.

    – [Mara]¿Es lo que quieres? Al margen de…lo que opine Elle[/Mara].- preguntó mi madre, mirándome fijamente, siempre tan cauta.

    – [Vincent]Tienes que pensarlo bien. Es tu futuro.[/Vincent] – añadió mi padre. Por primera vez en mucho tiempo, tuve clara la respuesta.

    – [Idris]Sí. Llevo unas semanas pensándolo.[/Idris] – respondí. Me veía apareciendo en una crisis de rehenes con unas gafas de sol y un traje, cogiendo el teléfono y liberando a todos los rehenes con mi labia y algunas frases ‘catchy‘ que soltase mirando a cámara. Quizá diciendo incluso la palabra maleantes. – [Idris]En el mundo hay más cosas malas que las que salen solo de noche.[/Idris] – esa era una de las frases. Reconocedlo, era de póster. Y muy cierta, además, tenía cubiertas las patrullas, al menos de uno de los peores distrintos, gracias a los ‘Drow’. Ellos se sostenían con los trabajos legales que les había buscado y las cosas iban más o menos sobre ruedas. Así que hacía falta que alguien se encargase de los problemas de día. Con mis sentidos de elfo oscuro podía percatarme de cosas que otros no y eso podía ser clave.

    – [Mara]Estoy muy orgullosa de ti[/Mara].- sentenció mi madre, dándome el segundo abrazo de mamá osa del día. Cualquiera se avergonzaría pero la verdad es que a mí me gustó notar el cariño de mi madre.

    – [Vincent]Te queremos mucho.[/Vincent] – añadió mi padre, como siempre, sincero a más no poder.

    – [Idris]Oh no, ¿ahora es cuando me decís que soy adoptado?[/Idris] – bromeé, como siempre que las cosas se volvían serias y trascendentales. Cuando mi madre se separó, se sentó al otro lado del sofá y se puso a leer mientras papá y yo veíamos una serie de casas en miniatura.

    – [Mara]Si necesitáis algún método anticonceptivo, podéis pasar por la consulta[/Mara].- añadió mi madre al rato. No sé qué estaba leyendo ni quería saberlo, mi madre era práctica para todo. No quería imaginármelos en la cama, de hecho, evitaba específicamente hacerlo porque mi mente tenía la manía de imaginarse a la gente intimando.

    – [Idris]¿Tienes 4XL?[/Idris] – pregunté, sonriendo.

    – [Mara]Ya te gustaría…[/Mara]- replicó ella, negando con la cabeza. Nota mental, no hacer ese chiste en reuniones con los Moondies.- [Mara]Y hablo en serio[/Mara]. – añadió.

    – [Idris]Que sí mamá, de una mala si no encuentro de mi talla podemos engancharnos al EndlessX[/Idris] – bromeé. Endless se había convertido prácticamente en el sustituto de internet, porque te metías directamente en él. No solo para jugar, para hablar, para buscar cosas, para ver películas o series en cines virtuales con gente en la otra punta del mundo. Y sí, evidentemente, internet estaba lleno de porno y gatos, así que Endless también. Habían sacado una línea de sex shop exclusivos incluso.

    – [Mara]¿Te he dicho alguna vez que eres adoptado? Y eso significa….que tienes ticket de devolución[/Mara].- replicó, mirándome, antes de dirigirse a la cocina.

    – [Idris]¡No puedes! ¡Los quemé todos![/Idris] – me levanté del sofá de un salto y solté una risa de villano.

    – [Mara]¿Seguro?[/Mara]- preguntó entrecerrando los ojos.

    – [Idris]Lo encontraré. Y entonces jamás os libraréis de mí.[/Idris] – me tras el sofá y cogí una manta para cubrirme con ella de forma teatral antes de irme

    – [Vincent]Está loco. Seguro que fue el aguacate.[/Vincent] – bromeó mi padre cuando me iba a la habitación. Le escuché comerse unas avellanas y cerré la puerta de la habitación para hablar con Coquito por si se ponían cariñosones. O si por suerte, me ponía yo cariñosete con Coquito y le apetecía hacer una videollamada nudista. Nah, seguro que Ellie no sería capaz ni de hacerse una foto subida de tono. En realidad íbamos a darle a la sin hueso y reírnos un rato de haber conseguido despertar el pastel de sus madres (eran mayoría femenina). Os lo confieso, cada día me caían mejor mis futuros suegros.

     

  • ALGUIEN QUE NO ERA

    Kaylee – Casa de los Echolls

    Mañana

    Sentía como si mi cerebro, que tantas alegrías me había dado en el terreno académico durante el colegio y el instituto, me hubiera abandonado. Vamos, que los apuntes de Genética no me iban a entrar en la cabeza salvo que me la abriera en canal y los hiciera una bola. Desde que había entrado en la Universidad, no daba pie con bola. A lo mejor me había creído que era una Noah Arkkan de la vida y lo de intentar terminar la carrera en dos años era venirse MUY arriba, pero claro, la Orientadora del Heidi Lamarr me había dicho algo parecido a: «por supuesto Kaylee, eres la Einstein pelirroja, ¿qué puede salir mal?». Os lo digo en un resumen breve: TODO. Y no os creáis que esto se debía a mi vida de fiestas y desenfreno, porque desde que me había vuelto buena no me llamaban ni las pulgas. Salvo Owen, que me había perdonado hasta que echase a correr del hotel en el que nos lo íbamos a montar después del baile de graduación (mi vida era como un cliché de película adolescente en la que todo sale al revés del guion).

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  • CONSEJO MATERNAL

    IDRIS SOLO-NOVAK

    MAÑANA, DÚPLEX DE LOS SOLO-NOVAK

    Últimamente tengo bastantes cosas que contar. Me he enganchado a esto de los diarios de mala manera y ya no hay quien me desintoxique, así que lo siento si saturo a la audiencia.

    La realidad es que con todo este tiempo libre me sentía como en el ojo de la tormenta, como si toda mi vida estuviera en pausa, esperando que tomase una decisión para ver si mi futuro se echaba sobre mí con rayos y granizo o si caían cuatro gotas y salía el sol.

    Tenía decisiones pendientes en el terreno romántico y en el profesional. Ya había hablado con Mike esa mañana mientras echábamos una partida en Endless en el mundo de Dragones y Mazmorras – mi avatar era Drizz Do’Urden, me había costado llorarle a mamá y a papá pero como era un consentido, lo había conseguido -. Mi hermano era un tío asertivo y quizá más ahora que estaba metido en las bacanales universitarias, así que me lo dejó claro y coincidía con Coquito, bueno, en una de las dos cosas, porque la otra iba sobre ella precisamente.

    Así que decidí pedir un poco más de ayuda y comentarlo con mis queridísimos padres, que si están leyendo esto quiero que sepan que los adoro y que me vendría bien la nueva InfiniBand. Cuando volví de dar un paseo y nadar por la playa, vi a mi madre en la terraza.

    – [Idris]¿Mami?[/Idris] – pregunté con una sonrisa.

    – [Mara]¿Qué quieres, Idris? [/Mara]- respondió con una media sonrisa. Allí estaba, con su sombrero de paja, regando las plantas de la terraza. Eché un vistazo para asegurarme de que la albahaca siguiera viva, era una pieza clave en mi cocina.

    – [Idris]Necesito tu ayuda.[/Idris] – comenté, observando mientras cogía unas tijerillas para podar. Mi madre era precisa con sus plantas como si estuviera operando a una persona. – [Idris]Temas del corazón.[/Idris] – añadí. Mi madre era muchas cosas: buena, paciente, seria, lacónica,  perseverante… y entre todas ellas, cotilla para los amoríos de sus hijos. A veces era tan práctica que parecía que iba a sacar el recetario y mandarte dos polvos por la mañana y dos por la noche. Es broma, porque cuando le pedí que me hiciera una receta así se negó.

    – [Mara]Espero que sea una metáfora.[/Mara]- replicó, dejando la regadera en el suelo y las tijerillas perfectamente colocadas en su sitio, donde nadie pudiera hacerse daño. Se sentó en uno de los sofás de mimbre de la terraza y me hizo una seña para que me sentase con ella.

    Me eché en una tumbona cerca de ella, despatarrado, me definiría mi madre. Hipo salió de su escondite y saltó a mi regazo para que lo acariciase. Ese gato llevaba con nosotros toda la vida y lo que le quedaba: era uno de los animales que les habían confiado los Daesdi y entre otras cosas, eran inmortales.

    – [Idris]Me gusta una chica.[/Idris] – confesé. Bueno, igual me he venido arriba con lo de confesé. Tampoco voy a extenderme pero había tenido escarceos con todo tipo de personas y mis padres los habían llevado todos bien, porque tampoco es que me los callase. Pero llevaba ya unos años muy calmado en ese aspecto, había una chica en concreto que me tenía comido el coco…el coco sexual.

    – [Mara]Siéntate bien.[/Mara]- hizo una seña y me incorporé. La cruz de oro blanco que llevaba al cuello se movió y la sentí fría al pegarse de nuevo contra mi cuerpo.- [Mara]¿Una chica que se llama Elle?[/Mara] – preguntó, perspicaz como ella sola en asuntos de amor.

    – [Idris]Qué bien me conoces, jodía.[/Idris] – le repliqué, sonriendo. La verdad es que había que armarse de paciencia para tenerme a mí de hijo.

    – [Mara]¿Y cuál es el problema?[/Mara] – me escaneó con su mirada. Aunque no hubiese luna en ese momento, sus ojos seguían pareciendo los de una loba. Me paré a pensar en su pregunta.

    – [Idris]Que no quiero estropear las cosas y no sé si ella pensará igual.[/Idris] – respondí. Hasta el momento Coquito y yo habíamos disfrutado de nuestra compañía y de nuestras bromas. Nos gustaba pasar tiempo juntos, pero igual era demasiado asumir que ella quisiera algo más. – [Idris]No sé cómo decírselo. Solo me sale bromear descaradamente.[/Idris] – añadí. En mi casa la sinceridad estaba a la orden del día. A mi madre le gustaba y por eso siempre se esforzaba en ser comprensiva.

    – [Mara]Déjate llevar, sé tú mismo y…que sea lo que Dios quiera.[/Mara]- me aconsejó, con cariño. Mi madre no era la mejor para dar muestras de afecto muy llamativas, pero siempre sabías que estaba ahí y pese a todo intentaba darlas. Tuvo mala suerte porque yo era todo un peluche abrazador. Me acuerdo que de pequeño, al poco de ser consciente de que era adoptado, rezaba todas las noches porque no se cansaran de mí.

    – [Idris]¿A ti te parece bien?[/Idris] – le pregunté. Habíamos tenido una charla hacía unos años respecto a eso mismo. Vale, de aquella ella era menor de edad, pero me había quedado la duda de que también le preocupase por ser hija de una de sus mejores amigas.

    – [Mara]Ahora sois dos adultos.[/Mara]- aclaró con su habitual paciencia. Añadió una diminuta sonrisa para que supiera que no había otras dudas ni peros.

    Sonreí ampliamente. – [Idris]A ver cómo me declaro…[/Idris] – fingí pensar, aunque en ese momento mi mente estaba bloqueada por la presión. – [Idris]Puedo aparecer envuelto en papel de regalo.[/Idris] – comenté.

    – [Mara]Idris…[/Mara]- mi madre negó con la cabeza. No quise decirle que eso ya lo había hecho en el dieciocho cumpleaños de Coquito.

    – [Idris]Mamá, relájate.[/Idris] – sentencié, riendo. – [Idris]Te veo tensa, ¿vamos a la calle? ¿a la calle?[/Idris] – bromeé. Mi madre ya estaba acostumbrada y las bromas con perros ya no le hacían efecto, salvo gracia…a veces….pocas.

    Sonrió, pero su cara volvió a su estado neutro al poco. – [Mara]Tienes que dejar de utilizar las bromas para camuflar tus sentimientos.[/Mara]- me aconsejó. Me conocía bien, pero en mis años no había conocido aún una forma mejor de hacerlo. Era parte de mi personalidad.

    – [Idris]Pero sé que a ti te da igual porque sabes que soy un peluche adorable relleno de caramelo.[/Idris] – le sonreí y la alcé en brazos, dándole un abrazo. La dejé en el suelo y miré hacia abajo para mirarla a la cara.

    – [Mara]Pero Elle querrás que te quiera por quien eres, no por lo que aparentas ser.[/Mara]- explicó, recolocándose el sombrero.

    – [Idris]No sé si le va a atraer mucho un niño lleno de miedos.[/Idris] – confesé, dejando salir la realidad, la duda que me atormentaba. Yo era bastante distinto cuando me conocías de verdad. Era un cachondo igual, sí, me gustaba reirme de la seriedad de la vida, pero eso no significaba que a veces no me alcanzase también. En la calle había visto cosas muy feas y el fantasma de Máscara Negra siempre me acechaba.

    Como elfo de la luna, podía ver perfectamente en la oscuridad, así que no le temía. A lo que si le tenía miedo era a lo que pudiera encontrar en ella. Tiene gracia, lo sé, y es absurdo, como muchos de los miedos.  – [Mara]Todo el mundo le teme a algo y tú no eres un niño.[/Mara]- me pasó una mano por el hombro, con cariño.

    – [Idris]¡Pero quiero teta igual![/Idris] – repliqué, echándome a reír.

    – [Mara]Cariño, te estoy hablando en serio.[/Mara] – respondió ella, intentando no reírse.

    – [Idris]Ya, perdón.[/Idris] – me disculpé, antes de darle un beso en la mejilla por su santa paciencia. – [Idris]No sé, a veces pienso que no me atrevo a decírselo porque está mejor sin mí.[/Idris] – aseguré. Ya está, ya lo había dicho. ¿Y si estropeaba el blanco de Coquito con mi gris tirando a negro? Nunca me lo perdonaría. Además, no solo es lo que yo fuera, si no lo que la gente pensara de mí. Nunca me habían afectado las valoraciones de otros demasiado, pero quizá a Elle sí, y a esas alturas de mi vida ya me habían tomado muchas veces por ladrón, pandillero y vete a saber qué más. – [Idris]Tengo mucha maleta y ella es feliz y buena…no quiero que se entristezca o se compadezca de mí.[/Idris] – el asesinato de mis padres biológicos no definía del todo mi vida, porque me había criado con una familia maravillosa, pero evidentemente me había afectado, había creado un trauma que me acompañaba de manera subconsciente, un miedo a la pérdida que me nublaba el juicio. Supongo que la historia de los Moondies también influyó, igual que el trabajo de mi padre, pero si me había dedicado a salir por las noches desde que era joven para luchar contra los seres oscuros era porque uno de ellos había matado a gente inocente y no quería que nadie más pasara por eso.

    – [Mara]Solo ella puede decidir si está mejor contigo o sin ti.[/Mara]- sentenció mi madre, mirándome fijamente. Razón no le faltaba, pero eso no hacía más fácil imaginarse el «no» en sus labios. – [Mara]Yo no quería ser madre hasta que te conocí.[/Mara] – explicó. Como soy un payaso, al sentir que me emocionaba lo que acababa de decir, se me soltó la lengua.

    – [Idris]Ya sé que soy tu favorito.[/Idris] – repliqué sonriendo mientras me acercaba a la neverilla de fuera para sacar una cola light y un vaso de agua con menta y cosillas verdes del que le gustaba a mi madre.

    – [Mara]Eres uno de mis dos hijos favoritos.[/Mara]- le dio un sorbo y lo dejó en la mesa.

    – [Idris]Mike no está, puedes confesarlo.[/Idris] – bromeé, guiñándole un ojo con complicidad.

    – [Mara]Eh, quiero hablar con mi hijo.[/Mara]- me puso un dedo en el corazón, con su habitual precisión, era como la ‘Érase una vez el cuerpo humano’ convertida en madre. – [Mara]Sin coraza.[/Mara] – sentenció.

    Cuando apartó el dedo, me cubrí el torso de una coraza de hielo. El frío no me incomodaba, al contrario, ese día hacía aún bastante calor y me reconfortó. Chasqueé los dedos y la hice romperse. Hipo se puso a lamer un trozo de hielo. – [Idris]Vale. Dime.[/Idris] – no sé de quién había sacado el talento dramático. De Karen quizá.

    – [Mara]Sé tú mismo y si a Elle no le gusta, es que no es tu Selardi.[/Mara]- dijo con una sonrisa que casi se convierte en risa. No creía lo que acababa de pasar y lamenté no haber estado grabando la conversación. De nuevo, eché de menos mi sueño adolescente de tener un loro al que enseñar a decir «Fue Vincent. Fue Vincent«.

    – [Idris]Vale, si mi madre intenta bromear es que voy detrás de la chica adecuada.[/Idris] – afirmé, echándome a reír.

    – [Mara]Intenta y lo consigue, quieres decir.[/Mara]-  alzó una ceja y cogió un trozo de limón de la nevera que exprimió en su agua.

    – [Idris]Eres mi maestra.[/Idris] – le hice un gesto y con la mano libre aferré la lata y la enfrié un poco más. Ella me acarició el poco pelo que tenía. Para ella eso era como un beso.

    – [Idris]Si al final tengo hijos con Elle…[/Idris] – empecé a decir, esperándome la inminente charla sexual de mi madre. Puse mi ímpetu en que pareciera una frase seria, dándome cuenta sobre la marcha de que sí me veía teniéndolos. – [Idris]Me gustaría que salieran tan guapos como los tuyos.[/Idris] – añadí, partido de risa.

    – [Mara]Estoy muy orgullosa de ti.[/Mara]- me miró a los ojos y fue como si me atravesara el alma con ellos. Mi madre siempre se aseguraba de que Mike y yo supiéramos que estaba feliz con nosotros, incluso con todas las que yo había armado. Aunque en mi defensa diré que cuando me detenía la policía normalmente era patrullando por la noche. Negro, armado y con una banda…blanco y en botella.

    Le dediqué una sonrisa sincera antes de que volviera a sus plantas. – [Idris]Mamá…[/Idris] – la llamé. – [Idris]…te quiero.[/Idris] – confesé. Mis padres me lo habían dado todo, se lo debía todo y siempre estaban ahí cuando les necesitaba.

    – [Mara]A ver si vas a estar malo de verdad…[/Mara]- replicó guiñándome un ojo.

    – [Idris]Para una vez que se pone uno serio…[/Idris] – respondí. Si, vale, mi defecto era esconder cómo me sentía, aunque con las cosas positivas no tendía a hacerlo tanto. Pero a veces uno se olvida de pequeños detalles muy importantes, dando por hecho que las personas que queremos lo saben, cuando a veces necesitan escucharlo.

    – [Mara]Yo también te quiero.[/Mara]- respondió ella, antes de volver a coger las tijeras para dejar las plantas como nuevas.

    Me levanté y la dejé disfrutar de su rato de tranquilidad mientras me iba a ver al calvo de Saitama en InfinityTV, tenía mucho en lo que pensar aunque mi madre me había ayudado a calmar algunas dudas. La realidad era que temía el rechazo con todo mi ser y el de Elle, más.

    Así que yo, que soy como soy, no tardé en empezar a imaginarme conversaciones en la cabeza. Quedaba con Elle en uno de los restaurantes de Louna que le encantaban, ‘Tuscany‘. Comíamos bien y en el postre me decidía a contarle lo que sentía:

    – [Idris]Coquito, quiero contarte algo…[/Idris] – decía yo, vestido casi de traje pero sin corbata, con mi voz grave y sexy.

    – [Elle]Yo también. Las cosas con Blue van en serio, vamos a salir juntas.[/Elle] – explicó, sonriente.

    – [Idris]Mierda, ¿y no hay sitio para un sandwich de Idris? A tus padres les va bien.[/Idris] – sentenció mi yo imaginado, tan payaso como el real.

    Ella negó con la cabeza, así que borré la situación y volví a empezar.

    – [Idris]Coquito, estás muy guapa esta noche.[/Idris] – esta vez iba con un polo rosa y unos chinos, más informal. Al principio me imaginé con gafas de sol pero luego me di cuenta de que me había imaginado todo siendo de noche.

    – [Elle]Gracias. Es que luego he quedado con Mike, estamos juntos.[/Elle] – explicó, de nuevo sonriente.

    – [Idris]¿Con Mike? No, caca, caca. Hermano equivocado.[/Idris] – repliqué. Perra imaginación.

    – [Elle]Pero Idris, tú no me gustas de esa manera.[/Elle] – joder, mi mente iba en mi contra la cabrona.

    Venga, siguiente toma, vamos a ver si arrancamos algo bueno.

    – [Idris]Ellie yo…[/Idris] – empecemos con algo más suave.

    – [Elle]Dris, me gusta tu amigo. Jaheem.[/Elle] – sentenció.

    – [Idris]¿¿EL TRONAO??[/Idris] – pregunté. No esperé la respuesta.

    Vamos a por una, venga, positivismo.

    – [Idris]Coquito, te quiero, no puedo vivir sin ti. Desde que paso más tiempo contigo, no sé estar solo, te echo de menos cada minuto.[/Idris] – a vaciarse como una jibia.

    – [Elle]Oh Dris, por fin, no puedo resistirme más a tus encantos. Desnudémonos y hagámoslo en la mesa para celebrarlo.[/Elle] – respondió ella, subiéndose a la mesa para empezar a quitarse la camiseta.

    Aquí voy a cortar porque creo que no os interesa. Una de cuatro, bueno, si tenía un 25% de posibilidades de estar con Elle – con erótico resultado –  tenía que lanzarme a la piscina. Ellie era lo blanco de mi huevo kinder, no podíamos estar separados.

     

     

     

  • THINKING ‘BOUT YOU

    Ellie | El autobús

    Era un día muy raro, porque de pronto, no éramos pequeños y nos habíamos transformado en nuestros papás y mamás. Además, pasó sin avisar ni nada. Un momento éramos nosotros y al otro ¡PUF! éramos nuestros papás. Al lado de Jane, que ahora era el tío Dom, se podía decir que había salido ganando, porque estaba en el cuerpo de mi mamá, pero mi mamá era muy fuerte y me asustaba hacerle daño a alguien. Aún así, era bastante gracioso ver al padrino, bueno, a Jane, sonreír con cara de felicidad mientras veía «Casper» en una tablet más vieja que nada. – [Jane]Es que Devon Sawa es taaaan guapo…[/Jane]- suspiró dándole un beso a la pantalla. Aquel día, Nate había tenido que conducir el mini autobús de la «Escuela Legado» para llevarnos a la casa del tío Ed a todos, para ver si él podía ayudarnos, así que era como una excursión del cole, pero bastante más guay, porque Jane y yo nos habíamos sentado juntas. Jane me caía muy bien, porque tenía los ojos verdes y unos labios muy bonitos, pero era la mejor amiga de Xander, no la mía y eso me daba un poco de envidia. Hablando de coles, menos mal que era sábado, porque vaya cosa más rara que mi mamá tuviese que ir por mí.

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