Moondale

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  • EL AMO DE LA NOCHE

    EL AMO DE LA NOCHE

    LOUNA

    Al amo de la noche no le gustaban las mañanas, porque solían implicar para él ver la dolorosa luz del sol. Se levantó de su cama y salió de la habitación como un zombie, consiguiendo apenas evitar al resto de habitantes de aquel apartamento.

    No sería persona hasta que no le incase el diente a ese precioso líquido rojo. Así que abrió la nevera, cogió una botella sin mirar el nombre de su dueño escrito en el post-it y se sirvió un vaso.

    El líquido bajó por su garganta reconfortándole y devolviéndole a la normalidad. No le extrañaba que los romanos estuvieran locos por aquella mierda, el vino era néctar de dioses para Jaheem.

    – [b]Vengaaa, que empiece la fiestaa….partyyyyy.[/b] – el amo de la noche empezó a bailotear en la cocina, aún con su pijama de pokemon puesto y el antifaz de dormir sobre la cabeza.

    – [Dion]Jaheem, tío, baja la voz. Y deja de beberte mi vino a las doce de la mañana.[/Dion] – le reprendió Dion, una especie de líder en funciones de los ‘Drow’ cuando Drizz no estaba, algo cada vez más habitual.

    – [b]Chill hombre…necesito este néctar para revivir.[/b] – confesó el amo de la noche. – [b]Es como mi aceite de motor…si fuera un cyborg…que usa aceite de motor. ¿Has visto la peli esa de la Lara Croft? Tío, que piba… La tronca está encerrada y al final se pone ahí rebelde y se carga al pavo que la creó. Todo muy meta tío.[/b] – explicó, con aspavientos de sus manos. El amo de la noche se había pasado la noche comiendo cheetos y bebiendo vino mientras hacía un maratón de películas que iban a tener un remake protagonizado por Karima Kareem.

    – [Dion]¿Tú no tenías un encargo de Drizz?[/Dion] – le recordó. Dion era la mano derecha de Drizz, así que a sabiendas de cómo era Jaheem, le mandó una copia de la conversación porque sabía que se le iba a olvidar.

    – [b]¡Me cago en mi alma! Es verdad, tenía que….¿qué tenía que hacer?[/b] – se preguntó el amo de la noche, que quizá no tenía que haber trasnochado. Le debía la vida a Drizz, igual que muchos de los que estaban en aquel apartamento. Les había dado un propósito, les había alejado de las calles y les había dado una familia. Gracias a él tenía un techo bajo el que dormir, su propia habitación y un póster de Karima Kareem muy sugerente.

    – [Dion]Te lo acabo de reenviar.[/Dion] – comentó Dion, poniendo los ojos en blanco.

    Jaheem leyó el mensaje varias veces. – [b]Vale ¿y qué dices que tengo que hacer con esta peña?[/Jaheem] – preguntó, esperando una aclaración de Dion.

    – [Dion]Tío, haz que sean sinceros…[/Dion] – le explicó, poniendo énfasis en cada palabra. Al ver que Jaheem le miraba fijamente, añadió. – [Dion]…con tu poder…[/Dion]

    – [Jaheem]Ahhhhhh. Mi vudú especial. Venga va. ¿Tienes algo para un taxi?[/Jaheem] – pidió.

    – [Dion]Hay un portal en…deja, te llevo yo…ayer no tuve turno.[/Dion] – comentó. Dion había conseguido un trabajo de vigilante nocturno que compatibilizaba con las excursiones de los Drow para limpiar la ciudad de vampiros y demonios.

    – [Jaheem]Cool…cool, cool, cool.[/Jaheem] – respondió, a punto de salir con su pijama de pokémon. Dion le miró y entonces se dio cuenta. Se marchó a su habitación y volvió con unos vaqueros ceñidos y desgastados, una camiseta con la foto de Kein South y un chaleco negro, rematado todo por unos playeros blancos y unas gafas de sol.

    Dion se aseguró de llevarlo donde pudiera encontrar a cada uno de los de las fotos. Fue una suerte que casi todos estuvieran en la Universidad menos las dos mujeres y el hombre pelirrojo que estaban en la Escuela Legado. Intentó no dejarle margen de error, pero aun así Jaheem entró solo a la Universidad y Dion temía por los estudiantes. Por suerte solo implicaba ser sinceros durante 26 horas.

    Jaheem se quedó parado, sentado en una mesa de la cafetería, fingiendo tomarse un café mientras observaba a los tres muchachos. Drizz le había dicho que de esa foto solo eran dos a los que tenía que sincerar, pero no tenía ni idea de qué dos eran, así que Jaheem optó por hacérselo a todos. Silbó en dirección a cada uno de ellos y la sinceridad se instaló en sus corazones, igual que en la del resto de personas que le había dicho Drizz.

    Jaheem repasó la lista de los que había apuntado con los nombres que le había dado Drizz:

    • Rubia maciza chiquitilla. Sarah.
    • Grandote pelirrojo. Daniel.
    • Rubia maciza de cuero. Sasha.
    • Rubio con pinta de atleta y fiestero. Xander
    • Chica de ojos claros y tetorras más grandes que las de Karima. Lexie
    • Hermano con pinta ligón. Niall
    • Chico palo que seguro que canta rock. Noah
    • Pelirroja animadora. Kaylee
    • Moreno con pinta de empollón. Owen
    • Morenaza despreocupada. Jane

    Una vez que estaba todo, volvió a montarse en el coche de Dion y le convenció para ir a comer unas hamburguesas. El trabajo ya estaba listo, la gente que había pedido Drizz iba a estar escupiendo verdades 26 horas, pero solo las que de verdad quisieran decir. Porque la gente era así, complicada de narices.

  • SINCERIDAD PARA ALGUNOS

    IDRIS SOLO-NOVAK

    PLAYA DE LOUNA. NOCHE

    2 años después

    Buenos días futura gente que esté interesada en leer mi polvoriento diario, que lleva sin actualizarse años. Tengo que dar las gracias a Mike por convencerme de escribir, porque en los cuatro borradores que hice por ordenador le encontré la gracia, así que ahora creo que voy a escribir directamente a mano. Si veis alguna errata, pasadla por alto o achacadla a nuestro anticuado y primitivo idioma.

    Bueno, volvemos al tema. El tiempo pasa muy rápido, demasiado quizá, y las cosas estaban cambiando a velocidad vertiginosa. Ya hacía más de dos meses que habíamos acompañado a mi hermano, al principio del verano, a la Universidad de Alberta. Ahí fue cuando me convenció porque soy un sentimental y me dio pena no verle por casa en una temporada. Eso y que él, que era de verano, iba a pasar un frío del carajo. Yo me habría sentido como en casa.

    Lexie salía bastante con Noah y Niall, estaba convencida de que los dos estaban liados y que ella no tenía ninguna oportunidad con Noah y yo no dejaba de morirme de risa cada vez que me contaba las anécdotas.

    Los ‘Drow‘ estaban cada vez más estabilizados. Había llevado años pero al final los tiempos de drogas y trapicheos habían quedado atrás y ahora tenían un propósito, defendiendo a los habitantes de Louna por la noche. Yo les acompañaba muchas veces, pero normalmente se las arreglaban ya sin mí.

    Pensaban que tenían una deuda conmigo y que quitándome el trabajo de patrullar por las noches me hacían un favor, pero cuando me encontré con tanto tiempo libre, no supe qué hacer. Tenía más tiempo y menos hermanos con los que pasarlo.

    Pero no he venido aquí a quejarme, todo tiene su lado positivo y el mío era que poco después de un par de semanas de soledad existencial, empecé a pasar más tiempo con Coquito. Nos habíamos ido haciendo más cercanos en los últimos años. Quizá influyó que la llamase la mañana siguiente a nuestro encuentro en la pizzería para preguntarle por Kaylee, o que me presentara en su dieciocho cumpleaños envuelto en un lazo rojo. El caso es que nos divertíamos juntos, saliendo y bromeando mientras los demás ponían caras de vergüenza a nuestro alrededor.

    Esa noche acababamos de cenar en un italiano al lado de la playa y decidimos pasear por la arena disfrutando de la brisa nocturna aprovechando que era un fin de semana de inicios de otoño y aún no hacía frío. La miré y le sonreí abiertamente, llevaba un vestido largo de flores y una chaqueta vaquera. ¿He dicho alguna vez que me encanta el coco?

    – [Elle]A veces pienso que Jane y su hermano no se van a llevar bien nunca y me da mucha pena[/Elle].- comentó, suspirando. Estábamos hablando de los problemas que llevaban años dando vueltas alrededor de todos. Este año el verano nos había encontrado separados: Leo seguía de gira con su grupo; Amy estaba distanciada de todos porque Leo se hubiese ido; Kaylee intentaba cambiar su forma de ser pero de momento solo había conseguido que Blue cogiese su puesto durante el último año de instituto, con suerte cambiarían las cosas en la universidad; Jane no se hablaba ni con Xander ni con Owen; y Dante, era Dante, pasaba de todo.

    – [Idris]Yo no soportaría no hablarme con Mike.[/Idris] – respondí. Quería a mi hermano aunque la gente pensase que le tenía celos por ser hijo biológico. Esa diferencia en mi casa no existía. Jane se había ido hacía unos meses a vivir con su padre y la relación con Owen se había enfriado más. Sabía por mi madre que Elliot seguía con pruebas y tratamientos continuos y que todo giraba entorno a eso, como si el resto de la familia viviese en una burbuja temporal hasta que Elliot empezase a poder sentir algo. – [Idris]En el fondo la culpa es de Dom y Rebecca.[/Idris] – Normalmente soy un bocazas, pero capeo mis cagadas con humor. Con Elle, no necesitaba capear demasiado y podía ser sincero con las cosas que de verdad me preocupaban.

    – [Elle]Con las cartas que les han tocado, demasiado bien lo han hecho[/Elle].- Elle era de moralidad blanca, tenía tanta luz que me atraía como a una polilla. El problema es que no dejaba de chocarme con el cristal. No, no es una referencia a la falta de sexo, creo.

    – [Idris]No digo que sea consciente, pero al final les han metido en el problema y cada uno ha terminado tirando para el lado de un padre.[/Idris] – intenté explicarme, no quería que mi lengua me metiese en un problema con Elle. Espera, ahí si hay una referencia al sexo.

    – [Elle]Si me pasa eso con Xander o con Dante, creo que me muero[/Elle].- sentenció, la brisa le llevó un mechón de pelo a los ojos, que se apartó colocándose detrás de la oreja. Elle era preciosa, por dentro y por fuera. Fíjate, tan bocazas y no era capaz de lanzarme a ella salvo con bromas sexuales. Me paré a pensar en lo que había dicho. A ver, los Moondies eran una cosa del otro mundo, solo tenías que mirar lo geniales que eran mis padres, o los nudistas de los Arkkan. Los Echolls no eran menos, eran una familia de diez, no había más que ver a Elle para saberlo. Habían adoptado a Dante cuando su madre murió y le habían tratado como a uno más, igual que mis padres a mí. Eso me hacía sentir más cariño hacia mis futuros suegros.

    – [Idris]Eres demasiado pura ‘Coquito’.[/Idris] – repliqué, sonriente. Mi olfato agudizado captó el olor del coco que trajo la brisa. Elle llevaba su característico perfume, ese que le ganó el mote, aunque recientemente había bromeado ya con otros ‘Coquitos‘.

    – [Elle]Es que me gusta llevarme bien con la gente[/Elle].- afirmó encogiéndose de hombros. Veía en ella muchas cosas de su madre, había pasado bastante tiempo con ella de pequeño y de adolescente, ella se había encargado de que supiera cosas de mis padres biológicos. Tenían un sentido del deber que las hacía únicas, porque era auténtico, de verdad querían ayudar a la gente y eran buenas personas.

    – [Idris]Eres un regalo para todos nosotros.[/Idris] – respondí con una sonrisa amplia, casi caricaturesca, que normalmente le hacía reírse.

    – [Elle]Exagerado[/Elle].- respondió ella quitándole importancia. Guapa, simpática, buena, modesta… ¿A qué esperas Drizz? ¿A que se despelote en la arena y te diga ven? Pues mira, eso no estaría mal.

    – [Idris]Para nada. En realidad por eso salgo tanto contigo, para que se me pegue algo.[/Idris] – sonreí, mirándola, seguramente parecía un vagabundo mirando una hamburguesa doble con queso o cualquier persona en condiciones frente a un cachorrito. – [Idris]¿Te preocupa algo más?[/Idris] – pregunté. Había algo en su mirada, esa noche no estaba en la tierra, estaba encerrada en sus pensamientos.

    – [Elle]Mi prima Kaylee lo está pasando bastante mal, porque se arrepiente de todo lo que hizo en el instituto.[/Elle] – explicó. Elle llevaba intentando ayudarla desde la noche en la que la acompañó borracha a casa.

    – [Idris]¿Les ha dicho algo a los demás? No creo que la vayan a culpar toda la vida.[/Idris] – pregunté. A estas alturas, Kaylee se hablaba con Elle, con Noah, con Owen, con Dante y conmigo, pero no se había atrevido aún a ir a hablar con los demás por miedo al rechazo. Tenía que ser difícil, yo solía camuflar lo que sentía con bromas, así que plantarme delante de alguien y sacar un tema serio para pedir disculpas me aterraba.

    – [Elle]No se atreve por un lado y es bastante orgullosa por el otro.[/Elle]- se sentó en la arena y yo me despatarré a su lado. Kaylee había estado entretenida en los dos últimos años de instituto tratando de mantener su popularidad sin ser una chunga, pero al final, Blue le comió el terreno y se convirtió en la Queen. Por lo que dijo Elle para Kaylee fue un drama tener que pasarle la corona en el último baile después de haber sido la ganadora del anterior junto a Owen. Era una pena que hubieran empezado con tan mal pie, porque Lexie habría entendido perfectamente a Kaylee.

    – [Idris]A Lexie le pasa algo parecido con tu primo.[/Idris] – comenté. Noah le gustaba y en el fondo se autoconvencía de que estaba colado por Niall como una forma de escapar de algo que podría retenerla. – [Idris]Lo ha pasado muy mal pero como siga escondiéndose nunca va a ser feliz.[/Idris] – añadí, preocupado. No podía seguir corriendo toda su vida. Me había costado horas convencerla de seguir en el Instituto Hedy Lamarr y ahora al final ella misma había decidido matricularse en la Universidad de Moondale para estar cerca de sus amigos, pero aun así seguía siendo Lexie Reed, la máscara de Lexie Fenris.

    – [Elle]Con lo fácil que es decir las cosas y ya está[/Elle].- se giró y nos miramos. Tuve una frase en la punta de la lengua. De hecho el tiempo se ralentizó y entró la típica secuencia que sabes que no es real, que solo es imaginación, en la que me arrodillaba y creaba un anillo de hielo para pedirle matrimonio. Volví a la realidad, donde la arena se me colaba en los gayumbos.

    – [Idris]A veces pensamos demasiado. Todos.[/Idris] – respondí con sinceridad. Si todos fuéramos como mi padre, las cosas serían más fáciles. Aunque fuese algo temporal. Espera. – [Idris]Coño, Jaheem…tengo una idea, Coquito.[/Idris] – le expliqué, girándome. Iba a tener que sacarme mucha arena de encima más tarde.

    – [Elle]No pienso bañarme en pelotas contigo[/Elle].- sentenció. Mierda, no se me había ocurrido pero habría estado bien, de ahí a bow chika bow bow había poco.

    – [Idris]Primero: no iba a decir eso. Segundo: maldita sea.[/Idris] – solté una risotada, cuadrando el plan en mi cabeza. – [Idris]Jaheem es un colega, puede hacer que la gente sea sincera durante 26 horas.[/Idris] – le expliqué. Le había visto usarlo alguna vez estando borracho. No penséis mal, sé que no está bien hechizar a nadie para decir la verdad, mi padre habia hablado de eso muchas veces. Pero el poder de Jaheem se aseguraba de que solo dijeses las verdades que quisieras dejar salir. Un plan perfecto. – [Idris]No lo usaba de forma muy legal y le salvé el culo. Nos haría el favor.[/Idris] – aseguré.

    – [Elle]¿26 horas? ¿Y por qué no 24? ¿Qué loco puso esa franja de tiempo?[/Elle]- replicó ella echándose a reír. Estaba preciosa cuando se reía, quizá por eso me volvía aún más payaso a su lado.

    – [Idris]No sé, no se quedó muy fino de la regadera. Le dio por traficar y consumir. Casi se lo come un demonio y el tío estaba partido de risa.[/Idris] – resumí. Era un poco raro entrar a una guarida de demonio y encontrárselo a punto de comerse a un hermano descojonándose. Llevaba una buena temporada sin consumir, era la primera regla para ser un ‘Drow’, pero la cabeza no se le había quedado del todo asentada.

    Elle se echó a reír.- [Elle]No tiene gracia, lo siento[/Elle]. – se disculpó, intentando mantener la risa.

    – [Idris]¿Que no? Se pensaba que había ligado con Karima Kareem.[/Idris] – expliqué, por si venís del futuro lejano y ya no hay una crisis creativa mundial, Karima Kareem era una diva Disney que ahora cantaba más ligera de ropa y era una diosa para el colectivo LGBT+. El tío tronao pensaba que estaban en los preliminares. – [Idris]Le salvé el culo y le ayudé a salir de las drogas así que puedes reírte.[/Idris] – dije quitándole hierro al asunto.

    – [Elle]Eres un cinnamon roll[/Elle].- sentenció mirándome orgullosa. A veces tenía miedo de hablarle de lo que sentía y romper esa magia que teníamos.- [Elle]Demasiado puro para este mundo[/Elle]. – añadió, bromeando, porque yo de puro no tenía mucho. Era más bien gris plata moralmente hablando.

    – [Idris]Cómeme antes de que me vuelva impuro.[/Idris] – repliqué echándome a reír. Por intentarlo, que no quedara.

    – [Elle]Ven, que te como ahora[/Elle].- respondió, haciéndome una seña. Alcé una ceja, sabía que me iba a hacer alguna jugarreta, pero mira, estaba un poco desesperado y por probar suerte..

    Me acerqué y ella también, pero en el último momento se giró y me lamió la cara. – [Elle]Grrr[/Elle].- gruñó. Se apartó y nos echamos a reír, eso sí, yo me quedé sentado y  evitando ponerme boca abajo en la arena.

    Al cabo de un rato, mi mente volvió a subir y retomé el plan. – [Idris]Vale, vamos a hacer la lista: Jane, Owen, Kaylee, Lexie, Noah…¿alguien más?[/Idris] – pregunté. Leo habría estado bien para que se soltara un poco pero estaba en la quinta coña y Amy parecido.

    – [Elle]Apunta a mis padres para ver si confiesan el lío con Sasha, que ya huele[/Elle].- afirmó, colocando los brazos en jarras. Lo decía en serio, así que los apunté.

    – [Idris]¿No es obvio?[/Idris] – pregunté, muerto de risa. Era un pequeño vox populi entre los más cercanos que los padres de Elle y Sasha pasaban bastante tiempo juntos, pero hacía ya tanto tiempo que las cosas eran así que a todo el mundo le daba ya miedo preguntar, por si solo lo parecía y ellos se ofendían.

    – [Elle]Pero si lo confiesan, le puedo decir Mamá Sasha[/Elle].- añadió ella guiñándome un ojo. Ya tienes que criar bien a tus hijos para que les de igual que tengas un trío, salvo por el hecho de portarse bien con la tercera persona.

    – [Idris]Y yo llamarla suegra.[/Idris] – dejé caer la indirecta tal y como yo entendía las indirectas.

    – [Elle]¿Suegra? Te estás viniendo arriba, Idris Solo-Novak[/Elle]. – sentenció ella, alzando una ceja de una forma muy sexy.

    – [Idris]Tú dame tiempo, Elle Solo-Novak.[/Idris] – bromeé, haciéndole ojitos.

    – [Elle]Idris Echolls[/Elle].- replicó ella, muy digna.

    – [Idris]Gracias, estaba deseando que lo confesaras.[/Idris] – me eché a reír al ver que había caído en mi trampa. Ella me dio un golpe en el hombro que casi me lo saca del sitio. Me gustaba eso de que fuera más fuerte que yo.

    – [Idris]¿Alguien más para el proyecto «The Truth»?[/Idris] – pregunté, inventando sobre la marcha.

    – [Elle]Lo que surja.[/Elle]- replicó. Me vi tentado a meternos a nosotros mismos en el saco, pero tenía miedo de que me matase. Era una pena ser de los que arreglan cosas, hubiese preferido que otro lo hubiese hecho y hubiese visto lo obvio de lo que sentía por ella para obligarme a decir lo que sentía.

    – [Idris]Pues listo, voy a mandarle un mensaje. Déjame que descargue alguna foto de InfinityFaces.[/Idris] – dije desbloqueando el Inphone Indus y abriendo la aplicación para buscar fotos. Encontré una en la que salían los padres de Elle y Sasha compuestos para algún evento; otra en la que salían Xander y Owen; Elle me pasó una de Jane sola, le pregunté si tenía también fotos comprometidas pero me gané un codazo; la que más me costó encontrar fue la de Noah y Lexie, lo mejor que conseguí fue una en la que aparecía Niall. Le pasé todos los datos a Jaheem y esperé a que me respondiera.

    – [Elle]Qué guapo estás cuando te concentras[/Elle]- me giré y vi que me estaba mirando, me pareció incluso que lo decía en serio, pero como soy gilipollas, en vez de decirle nada, bromeé y puse cara de esfuerzo.

    – [Idris]¿Así? ¿O parece que estoy 42?[/Idris] – la pregunté, riéndome. Ella se echó a reír y así fue como perdí otra oportunidad.

    La InfinityBand vibró y me mostró el mensaje que acababa de llegar el teléfono: ‘Vale tío, ke dices que haga a esta peña?‘. Esperé cinco minutos mientras leía «Jaheem está escribiendo» y leí. ‘Ah coño, que les haga el Verdatronic. Va. Mañana, que hoy estoy tirao.‘ Los cigarrillos aliñados no había conseguido que los dejase de momento, así que tendría que reenviarle el mensaje tres o cuatro veces, pero seguramente mañana por la mañana estaría hecho.

    Se lo dije a Elle y ella se alegró. Nos quedamos un rato más disfrutando del paseo por la playa, aunque de lo que más disfruté fue de estar con ella.