Moondale

Etiqueta: Jane Williams

  • GRITAR MÁS FUERTE

    Jane – Casa de los Williams

    Mañana

    Todo lo que aparece a continuación forma parte de una pesadilla de Jane. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia (más vale). Perdón, Dioni. No me odies. 

    Me desperté sobresaltada. Estaba segura de haber escuchado la voz de mi madre llamándome y todo fue a peor cuando abrí los ojos y vi que estaba en la habitación de la casa de mis padres. Aparté el nórdico de Frozen de un manotazo y observé el dormitorio, que reconocería incluso aunque pasaran mil años: la cama nido de 90, las paredes pintadas del azul exacto del vestido de Elsa, el vinilo en el que podía leerse el que siempre sería mi tatuaje pendiente (Let it go) y todos los detalles que me traían de vuelta a mi infancia.

    Me puse en pie y salí en dirección a la cocina, que estaba en la planta baja. Según caminaba, percibí el olor a gofres, aunque lejos de ser agradable, parecía que se habían quemado un poco. Nada nuevo en Villa Williams.

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  • UNA ESPECIE DE TREGUA

    Jane – Selas

    Noche

    Me limpié las lágrimas como pude y eché a andar en dirección al pico. Dejé atrás a la bruja y a Alexander, cuya luz parecía un poco más tenue según me iba alejando.

    Estaba tan enfadada que no pensaba ni en lo que estaba haciendo. La rabia guiaba mis pasos y no era la primera vez. Mi carácter de mierda asomaba su fea cara cada vez que algo me disgustaba y eso pasaba más a menudo cuando estaba procesando mal alguna cosa.

    Por eso, cuando Caitriona desveló el pastel, me fui. Avancé sin saber adónde. Iba casi a tientas, porque se había hecho de noche. Si mi único poder consistía en dejar seco a quien se me acercara: ¿Qué pretendía conseguir con esta pantomima, matarme?

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  • UNA LUZ MÁS TENUE

    Jane – Selas

    Mañana

    Abandonamos la cabaña de Caitriona y yo me sentí extraña. Seguía a Xander estando fuera de mí misma, como cuando soñaba que conducía el coche de mi madre desde el asiento trasero. Con el tiempo, descubriría que esa sensación se llama irrealidad y forma parte del pack completo de la ansiedad. En ese momento, lo achaqué al cansancio. Esta especie de interludio entre la Nave y la acción estaba resultando más largo de lo esperado. Echaba de menos a mis hermanos, pero también el control. La vida en la Nave se parecía demasiado a la de la Tierra.

    – [Xander]¿Vas bien? Voy más despacio si lo necesitas[/Xander].- comentó cuando nos adentramos en el bosque. Era por la mañana, pero en el interior de aquella frondosidad, bien podían ser las siete de la tarde.

    – [Jane]De momento[/Jane].- musité.

    – [Xander]Encontraremos una forma de superar al guardián del portal sin luchar. Ya lo verás[/Xander].- me aseguró tendiéndome la mano para saltar una rama, gesto de deseché con un «gracias» que no sé si oyó. Alexander. Tan guapo, tan confiado. Tan Echolls. ¿Os acordáis de esa escena de Los Simpson en la que van a bautizar a los críos y Maggie se queda mirando a su familia, que está en el barro, mientras que los Flanders resplandecen? Mi familia son los de la ciénaga y los Echolls los que brillan.

    – [Jane]Eres más optimista que yo, eso desde luego[/Jane].- la toga que nos había prestado Caitriona se empezó a manchar de barro y maldije este mundo y los siguientes. ¿Dónde estaban mis vaqueros cuando los necesitaba?

    – [Xander]Siempre ha sido así[/Xander].- sonrió al verme. «Deja de brillar, maldita sea«.

    – [Jane]Tienes razón[/Jane].- le devolví la sonrisa.

    – [Xander]Enseguida estaremos con los demás y podrás librarte de mí[/Xander].

    – [Jane]Qué alivio[/Jane].- bromeé.

    Nos quedamos callados y estaba tan concentrada en intentar disimular el barro de mi toga, que no vi que delante de mí había un tronco enorme y me precipité al suelo sin poder evitarlo. Alexander corrió a ayudarme y me cogió en volandas.- [Jane]¿Ahora eres Edward Cullen? Ah, no, que eso también es muy Christian Grey[/Jane].- compuse un mueca.

    – [Xander]Lo siento, lo… lo pasé mal[/Xander].- se excusó apartándose de mí.

    – [Jane]Lo sé, pero no soy un personaje de ficción desvalido. No hagas eso, aunque te agradezco que aún tenga todos los dientes[/Jane].

    – [Xander]Ya, lo sé, ha sido… instintivo[/Xander].- se disculpó.

    – [Jane]No pasa nada[/Jane].

    De nuevo, el silencio se volvió denso y avanzamos a paso ligero. Me preocupaba no salir nunca de aquí, que el bosque fuera eterno, como si de un castigo bíblico se tratara y estuviéramos dando vueltas hasta el infinito.

    Al cabo de un rato, llegamos a una zona más despejada y Alexander señaló a lo lejos.- [Xander]Las leyendas hablan de ese pico[/Xander]. – señaló el pico de una montaña. – [Xander]Podemos acampar y ascender mañana[/Xander].

    Estábamos exhaustos y hambrientos. El sol se estaba poniendo en el horizonte. Llevábamos tantas horas caminando, que al oírle, me dejé caer en el suelo.- [Jane]Sí, me parece buena idea[/Jane].

    Mientras yo me quedaba sumida en mis pensamientos, él hizo una hoguera y sacó del morral que nos había prestado Caitriona, una cacerola de barro, un poco de pescado en salazón y unas verduras con las que se dispuso a hacer una especie de guiso.

    En cualquier otra ocasión, me habría puesto a ayudarle, pero no me sentía con fuerzas.- [Jane]¿Sabes lo que echo de menos de la Nave? El chocolate[/Jane].- comenté al escuchar mis tripas rugir en cuanto percibí el olor del guiso.

    – [Xander]Estás cerca de darte un festín[/Xander]. – sus ojos se cruzaron con los míos y tuve que bajar la mirada. – [Xander]Yo los helados[/Xander].

    Para dejar de sentirme inútil, me puse en pie y fui con él. Con dos hojas que me puse en las manos, removí la cazuela alzándola un poco del fuego.- [Jane]No tiene mala pinta[/Jane].

    – [Xander]Menos mal que nos lo dio Caitriona, porque no me veía capaz de matar nada…[/Xander]

    – [Jane]Esperemos que no haya que matar al Guardián del Portal[/Jane].- volví a posar la cazuela en el fuego y me senté a su lado. Empezaba a refrescar.

    – [Xander]Demasiadas muertes para toda una vida[/Xander].- suspiró y me acerqué a él para entrar en calor.

    Me pareció escuchar a alguien a nuestras espaldas, pero estaba tan cómoda, que no presté atención.- [Caitriona]¿Y quién se ha muerto si puede saberse?[/Caitriona]

    Cuando escuché aquella voz que bien recordaba al siseo de una serpiente, me separé de Alexander y él, con calma, se dirigió a ella.- [Xander]¿Caitriona? ¿Vas a ayudarnos?[/Xander]

    – [Caitriona]Depende[/Caitriona].- apreté los labios al oírla.

    – [Xander]Si vienes a por otro trato, no creo que vaya a funcionar[/Xander].- le advirtió él.

    – [Caitriona]¿Qué gano yo si os ayudo?[/Caitriona]

    – [Xander]Que Chernobog no acabe con todo[/Xander].- busqué la mirada de mi amigo para ver si era verdad lo que decía y sí, era cierto.

    Caitriona dejó escapar una carcajada guturual, malévola.- [Caitriona]Está bien. Iré con vosotros a cambio de que le digas la verdad[/Caitriona].

    «La verdad». Aquellas dos palabras quedaron flotando en el aire y me envaré, molesta. Quise buscar de nuevo los ojos de él, pero esta vez fue en vano.- [Xander]No, no tienes derecho…[/Xander]

    – [Jane]¿La verdad? ¿De qué estás hablando, Caitriona?[/Jane]- mi voz sonaba ajena, como salida de otro cuerpo.

    – [Xander]La verdad de lo que pasó[/Xander]. – el fuego crepitaba con fuerza. Había que retirar la olla del fuego o se quemaría. – [Xander]No estabas grave cuando traje a ella[/Xander].

    La bruja se cruzó de brazos, esperando a que él siguiera hablando. Se notaba que, por más que intentara disimularlo, estaba disfrutando.- [Xander]El veneno era mortal, eso ya te lo dije. Y te mató[/Xander]. – le costaba hablar, como si tuviera un nudo en la garganta. Quizás los dos lo teníamos. Una cuerda invisible atada por dos extremos unía nuestras gargantas. – [Xander]Atravesé kilómetros contigo malherida, pero a la entrada del laberinto…dejaste de respirar[/Xander].

    Las lágrimas surcaban sus mejillas y yo empecé a temblar de manera violenta. Frío, nervios, miedo. [Jane]- ¿Estaba muerta? ¿Y ahora qué soy, un zombi?[/Jane]- la que preguntaba las cosas parecía yo, pero no era yo.

    – [Xander]No, no[/Xander]. – negó con la cabeza y se pasó las manos por los ojos para no seguir llorando. Ese gesto me recordó a cuando se separaba de su madre para irse a la fila del cole y no quería que le vieran llorar. Lo conocía tan bien que me dolía verle así. – [Xander]Hice un trato con Caitriona, te trajo de vuelta sana y salva[/Xander].

    – [Caitriona]¿Y qué más?[/Caitriona]- pinchó la bruja. El guiso empezaba a oler a quemado. Todavía era salvable.

    – [Xander]Te di…te di mi alma[/Xander].

    Noté cómo todo se me venía encima y me fui en dirección a la olla. Como no estaba pensando, me quemé al intentar cogerla y lloré con fuerza. Alexander quiso ayudarme.- [Jane]Dime que es mentira, por favor[/Jane].- le supliqué muy bajito. No quería que Caitriona se alimentara de mi sufrimiento.

    – [Xander]Hice lo que era necesario[/Xander].

    Me levanté trastabillando.- [Jane]Encárgate tú de la olla. No quiero saber nada de ninguno de vosotros dos. Me voy sola. Pienso salir sola de aquí e irme a la a Nave y no ver nunca a nadie más[/Jane].

    Me limpié las lágrimas como pude y eché a andar en dirección al pico. Dejé atrás a la bruja y a Alexander, cuya luz parecía un poco más tenue según me iba alejando.

    My love is
    Just waiting
    To turn your tears to roses
    (Whispers in the Dark, Mumford & Sons)
  • LA RELACIÓN MÁS VIVA QUE NUNCA

    Jane – Dyavol

    Noche

     

    Noté su aliento contra mi rostro. La boca me sabía a hierro por la sangre y empezaba a notar el costado entumecido. No pude evitar sonreír ante la ironía de todo esto.

    (…)

    Lo último que alcancé a ver antes de desmayarme de dolor fue a Francis y Xander cortar las cuerdas que conectaban ambos barcos.

    Odiaba los barcos. Odiaba a los piratas. Apoyada en el mástil, volví a vomitar ante el incesante vaivén. El corte de las cuerdas había provocado movimientos más bruscos y eso se traducía en más náuseas para mí.

    Entre toda aquella maraña de pensamientos desordenados, detecté que Owen estaba pensando en los tres Williams cuando éramos pequeños. Podría haber sido un viernes cualquiera en el que ni él ni yo habíamos salido para quedarnos con Elliot. Un viernes de película de Disney, palomitas y refrescos.

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  • UNA CURA DE HUMILDAD

    Lexie – Kvasir

    Mañana

    Cuando Jane tiró el delantal hecho una bola, supe que la había cagado. Llevábamos mucho tiempo estirando el chicle de su paciencia y de la mía, así que lo raro es que no nos hubiéramos tirado de los pelos a estas alturas. Pero claro, una cosa es discutir con alguien a voz de grito y otra, herir sus sentimientos.

    Por eso, una vez Xander terminó su charla motivacional, salí detrás de ella. No necesitaba que nadie me dijera lo que hacer, pero en Louna las cosas se arreglan a navajazos y empujones, no con una conversación civilizada y no estaba acostumbrada a la gente tan sensible.

    Tomé aire y abandoné la cocina. No tardé mucho en dar con ella. Estaba sentada en la escalera con la cara entre las manos.- [Jane]¿Has venido para seguir riéndote de mí?[/Jane]- tenía los ojos hinchados por culpa del llanto que yo le había provocado. Joder, qué mal me estaba sintiendo en ese preciso instante.

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  • CONFRATERNIZANDO CON LOS WILLIAMS

    CONFRATERNIZANDO CON LOS WILLIAMS

    EZRA WALKER

    MAÑANA – LA KVASIR

     

    Desde mi pacto con Caitriona notaba como algo dentro de mí había cambiado. Todos mis recuerdos eran horribles cargados de dolor, sufrimiento y muerte. Además lo que más me aterraba era que había olvidado por completo a mi madre, sus recuerdos se habían desvanecido de mi mente y los único que tenía de ella eran el de su muerte y reencuentro en esta realidad.

    Amy, como siempre salvándome una vez más, en esta ocasión mi cordura, propuso que debía encontrar nuevos recuerdos que hicieran frente a los peores, así que eso me propuse. Chloe fue de gran ayuda en eso, quería poder darle todo de lo que me había hablado en su futuro, afianzar nuestro vinculo como buenos MacLay, darle al hermano divertido que describió. Por su parte, su mera presencia en la nave me ayudaba a combatir mi otro miedo, el que ella estuviera allí solo podía significar que las cosas iban a ir bien, la batalla seria difícil pero al final abría paz.

    Y hablando de paz, el recuerdo de como conocí a Robin fue de lo poco que perduro cuando perdí los de mi realidad. Tenía la constante necesidad de estar siempre en guardia esperando lo peor, pero con Robin no era así, cuando estaba con ella me embriaga una sensación de tranquilidad, era capaz de calmar incluso al lobo. Era dulce, agradable y la luz que hacia desaparecer las sombras que me rodeaban. Y que Caitriona no fuera capaz de ofrecerle ningún pacto solo confirmaba que tenía un poder mágico sorprendente, era una guerrera con apariencia de ángel.

    También había recuerdos que podía corregir, malos momentos que podía hacer buenos. Había uno en concreto que podía solucionar ahora mismo.

    – [Ezra]Creía que no había nadie.-[/Ezra] Jane estaba en el gimnasio usando el Infinity de la nave para bailar y al escucharme entrar se sobresalto de tal manera que le hice perder el ritmo, estaba a escasos punto de superar el record de Idris.

    – [Jane]No mientas. Eres un lican.-[/Jane] Dejo de bailar para secarse el sudor de la cara con una toalla y atisbe una ligera sonrisa. El lobo rasgaba las paredes de mi mente deseando salir. A él le costaba más diferenciar lo que a mi también me había costado aceptar, Jane no es Veronica Preston.

    – [Ezra]No todo el mundo lleva bien eso de que la puedan percibir por su olor.-[/Ezra] Todas las personas tenían uno o varios olores que las hacían detectables. Puede resultar raro, pero no todo el mundo huele igual y desde que compartía cuerpo con el lobo percibía el mundo de una manera diferente.

    – [Jane]No sé cómo tomarme eso.-[/Jane] Añadió cruzándose de brazos. Ese gesto. En mi mente sabía que no era ella, pero en los recuerdos que me quedaban ella aparecía en varios de ellos con esa pose de confianza.

    – [Ezra]No es un olor desagradable como el de Owen.-[/Ezra] Si bien por su vinculó de unión ambos hermanos compartían un olor en concreto, en el caso de Owen percibía más el del alcohol, mientras que en el de Jane eran las fresas y Omega no olía precisamente así.

    – [Jane]Eso explica por qué Amy pasa de él.-[/Jane] Dudaba que fuera por eso. Amy poseía un mayor control de sus habilidades y que Owen me oliera como una destilería no significaba que Amy lo percibiera del mismo modo.

    – [Ezra]Quería disculparme contigo por como reaccione cuando desperté.-[/Ezra] Veinte años atrapados con un único objetivo en mente y con el lobo como única compañía. Cuando la encontré allí plantada delante de mí junto al resto me invadió la ira. Había pasado mucho tiempo desde aquello y una parte de mí sabía que estaba siendo injusto con ella.

    – [Jane]Ah, no te preocupes por eso.-[/Jane]Añadió quitandole importancia haciendo aspavientos con las manos. -[Jane]No sabías quién era.[/Jane]

    – [Ezra]Si lo sabía, solo que no eres ella.[/Ezra]

    – [Jane]En esta versión, aún no me ha dado por los asesinatos.-[/Jane] Era una broma un tanto macabra, o quizás yo estaba demasiado oxidado socialmente.

    – [Ezra]No tienes la mala influencia que te corrompió en mi futuro.-[/Ezra] A pesar de todo, aunque Dominic y Rebecca estaban separados, criaron a sus hijos de buena manera.

    – [Jane]Aquí podemos intentar llevarnos bien.-[/Jane] No parecía muy convencida, intentar implica que puede salir mal. Por otro lado lo entiendo, soy una especie de alma en pena que solo habla de desgracias.

    – [Ezra]Ya me caes bien desde que apoyaste a Elle.-[/Ezra] Era curioso como podían cambiar las cosas, la pequeña Elle había crecido rodeada de cariño y amigos que la apreciaban.

    – [Jane]Llevo apoyando a Ellie desde que éramos pequeñas, así que debo caerte bien desde hace mucho.-[/Jane] La verdad es que me hubiese gustado vivirlo, compartir infancia con todos.

    – [Ezra]Eres una buena amiga Jane.-[/Ezra] Quién sabe si quizás con el tiempo también para mí. Pero el saber que Elle no estaba sola, que tenía a gente que podía contar con ella, simplemente con eso me alegraba.

    – [Jane]Eso díselo a Xander…[/Jane]

    – [Ezra]Cuida de Xander, se nota que te quiere mucho… y tú a él.-[/Ezra] Si había algo que compartían ambas, Jane y Omega, eso era su vinculo con Xander. Si bien en el caso de Jane era amor, en el de Omega era más bien obsesión.

    Me despedí de ella y la deje de nuevo con su sesión de baile. Me aleje del gimnasio retorciéndome de dolor hasta la salida de la nave. La luna en la que nos encontrábamos tenía un extraño efecto sobre él y me costaba controlarlo, pero no podía dejarlo salir. A pesar de la amigable conversación que había mantenido con ella, el lobo seguía viendo a aquella que nos había hecho la vida imposible, no podía poner en peligro a Jane y los demás.

    – [Ezra]¡Basta, no ahora!.-[/Ezra] Grite en el exterior de la nave. La visión comenzaba a ser menos difusa y recuperaba el aliento.

    – [Elliot]¿Estas bien?[/Elliot] Alce la vista y echado en el ala de la Kvasir estaba Elliot leyendo un libro. El pequeño de los Williams era una variable de mi futuro, algo completamente desconocido ya que en mi futuro no existía al igual que Vera.

    – [Ezra]Si, no es nada.-[/Ezra]  Elliot no aparto la vista de mí, parecía un chico curioso al que la vida le había dado muchos palos. En cierta forma me vi reflejado en él.

    – [Elliot]¿Duele?.-[/Elliot] Sabía lo que estaba preguntado y quería saber. Era curioso como estos Jane y Owen no se habían vistos afectados por Preston, pero sin embargo Elliot, que no había tenido ninguna clase de contacto con él, se había visto afectado por lo que le hizo a su madre años atrás.

    – [Ezra]Siempre.-[/Ezra] Si bien es cierto que desde que desperté los cambios son más llevaderos debido a las lentas transformaciones que sufrí mientras estaba congelado, el sentir como todos tus huesos se parten y reajustas nunca termina de ser agradable.

    – [Elliot]Me gustaría pedirte un favor.-[/Elliot] Añadió bajando del ala de la nave con cuidado.

    –  [Ezra]No.-[/Ezra] Sabía lo que iba a proponerme y no podía convertirlo. No era un líder y ya tenía una manada, una un poco separada, pero al menos no estaba solo. Además esto sin duda estropearía mi relación con Jane.

    – [Elliot]No es eso.-[/Elliot] Dijo acercándose hasta mi posición – [Elliot]Iba ha proponerselo a Amy hace tiempo, pero tras lo de Leo no quería saber nada del resto. En parte me alegro de no haberlo hecho. Pensándolo fríamente. ¿Te imaginas que no funciona y tienes por ahí un lobo que básicamente es incapaz de sentir dolor?[/Elliot]

    – [Ezra]¿De que se trata entonces?.-[/Ezra] Me fije en el libro que apretaba contra su pecho, un ejemplar de Jane Eyre desgastado por el paso del tiempo, seguramente ya lo había leído un par de veces.

    – [Elliot]Me preguntaba si… ¿Podrías entrenarme?.-[/Elliot] Dude un segundo y añadió – [Elliot]Eres la única persona a la que puedo pedírselo. Los demás me ven como un niño y no aceptarían. No quiero que me enseñes a pelear, más bien a defenderme. No quiero ser una carga para nadie.[/Elliot]

    – [Ezra]Esta bien. Nos vemos mañana al amanecer en el bosque.-[/Ezra] No sé porque acepte. Quizás era la convicción con la que lo dijo. O la intensidad en su mirada al verse menospreciado. El caso es que, quien se iba a imaginar que acabaría confraternizando y entrenando a un Williams.

  • LOS DIAS QUE PASARON

    LOS DIAS QUE PASARON

    4X11 – LOVE AND LOSS

    HENRY L. CROWE

    LA KVASIR

     

    Habían pasado un par de días desde nuestro encontronazo con Caitriona y los efectos que había ocasionado en nosotros aún eran palpables. Pero esa no era la única razón por la que se respiraba una atmósfera diferente en la nave, al poco recibimos noticias de la Tierra y descubrimos que Elizabeth, la abuela de gran parte de las personas que estaban aquí había fallecido. Pude conocerla brevemente cuando los Moondies me ocultaron de Infinity. Era una mujer agradable, simpática y no le gustaba que le llamaran señora, por eso me he referido a ella simplemente como Elizabeth.

    No sabía que hacer por ellos más allá de darles espacio, mi escape para la perdida era huir, marcharme de un lugar a otro como si no pudiera alcanzarme, pero esta vez me había alcanzado y no podía huir hacia ningún lado. Laura se había marchado y había intentando llenar ese vacío intentando mejorar la nave, pero era incapaz de concentrarme, aún percibía su presencia, como si en cualquier momento fuera a aparecer detrás de mí.

    – [Henry]Buenos días.-[/Henry] No esperaba encontrarme con nadie tan temprano en la cocina, me constaba dormir en esa habitación vacía, de por si ya era difícil en la sala de maquinas. Así que me sorprendió encontrar a Jane allí, seguramente había pasado la noche en vela también con Xander.

    – [Jane]Buenos días, Henry.-[/Jane] Me serví una taza de café y me coloque en el otro extremo de la cocina. Me costaba socializar con la gente, no entendía como pudieron elegirme para liderar una de las primeras misiones de reclutamiento, por suerte si existe alguien más antisocial que yo ese es sin duda un elfo. Además no quería que me preguntara por Laura. – [Jane]No te voy a preguntar por Laura.-[/Jane] Añadió levantando la cabeza de su taza y me tembló la mano de la mía al escuchar su nombre – [Jane]Puedes desayunar tranquilo.[/Jane]

    – [Henry]No es ningún secreto que quería marcharse. Simplemente pensé que no sería así.-[/Henry] La verdad no sé lo que pensé. Que aguantaría hasta el final de todo esto y la llevaría de nuevo a casa. En primer lugar nunca quiso estar aquí, se vio arrastrada hasta este lugar por mí culpa.

    – [Jane]Las heridas en las manos no creo que hayan ayudado.-[/Jane] No ahí día en el que no me culpe de ello. Imaginaba que conmigo estaría a salvo y le falle.

    – [Henry]¿Has hablado con ella?.-[/Henry] Quería que me dijera que si. Que estaba feliz, que había dejado todo esto atrás a pesar de lo que pudiera pensar el resto de ella, que me había… olvidado.

    – [Jane]Aún no.-[/Jane] Admitió – [Jane]Estoy enfadada con ella.-[/Jane] Añadió dándole un sorbo a su café. Jane era una de las pocas personas que había congeniado con Laura fuera de la isla. – [Jane]Me da igual que esté en la Tierra, pero me molesta que haya dejado de ser Daë. Y ya se que eso no tiene sentido.[/Jane]

    – [Henry]En parte entiendo porque lo hizo. Cuando le prometí a Xander ayudarle no pensé que fuera a ser tan complicado.-[/Henry] Cuando varios mundo se interponen en el camino no resultaba tan sencillo eso de reclutar a los Daës, y eso de que fuera un Daë aun estaba por ver. Los hijos de los anteriores eran ellos, yo aquí no era más que un mero espectador.

    – [Jane]¿Tú también quieres volver?.-[/Jane] Pregunto aguantándome la mirada. No tenía sentido mentirle ya que podía verlo perfectamente, además se me daba fatal, aún me sorprende que consiguiera estar tanto tiempo infiltrado en Infinity sin que se dieran cuenta.

    – [Henry]No te puedo mentir porque lees el pensamiento. Si, ha pasado por mi mente. Pero tranquila, no lo voy a hacer.-[/Henry] Había hecho una promesa y si algo me caracterizaba era por cumplirlas. Le prometí a Laura que volvería a por ella a la isla, a mi madre que confiara en los Moondies y me infiltrara en Infinity y a Xander que le ayudaría a encontrar los Daës.

    – [Jane]Menos mal porque de lo contrario tendría que matarte.-[/Jane] Dijo muy seria. Debió de percibir lo que estaba pesando porque acto seguido añadió con una sonrisa – [Jane]¿En serio crees que podría matarte?.[/Jane]

    – [Henry]No, no, no… es decir tu otra… lo siento quería decir… mejor me callo.-[/Henry] No quería que le molestara mi comentario. Estaba claro que lo decía de broma, pero había visto lo que su otro yo de otra linea temporal era capaz de hacer y su encuentro con el grupo fue aterrador.

    – [Jane]Te callas demasiado.-[/Jane] Y acto seguido se tapo la cara con la taza mirando al techo de la cocina. Sabía porque lo decía, después de todo era su amiga, raro sería que no le hubiese contado algo, además todos estaban presentes en aquel momento.

    – [Henry]Creo que por eso se ha marchado Laura también. No sabía como decirle que yo…-[/Henry] No entiendo como podía ser tan difícil decir dos simples palabras, a veces podía parecer una maquina sin sentimientos. La realidad es que no quería salir herido ni poner a Laura en una tesitura porque ella no sintiera lo mismo  – [Henry]¿Sabes qué? Se lo dije al que supuestamente era Niall, porque no a ti. Me gusta. Pero mi miedo es que ella no sienta lo mismo, somos amigos desde hace bastante tiempo…[/Henry]

    – [Jane]Más debería haberte dado que se fuera y no un posible rechazo.-[/Jane] A todo lo que habíamos pasado podíamos sumarle también el que por mi culpa había dejado de ser Daë.

    – [Henry]Tienes razón, no quería perder lo que teníamos y al final lo he conseguido de todos modos.-[/Henry] El mayor error que había cometido era el no ser sincero con ella. Si me hubiese abierto a ella quizás todo esto habría sido muy diferente. Tal vez no hubiese aceptado el trato de Caitriona y seguiría aquí. El trato que me ofreció Caitriona era mis sentimientos por ellas ha cambio de una cura para mi enfermedad. Si no era sincero con ella no tenía sentido el haber rechazado ese trato, aunque acabara con el corazón roto debía abrirme a ella.

    – [Jane]Aprovecha el comunicador que ha dejado en la nave y cuando termine todo esto, ve a verla a ver que opina.-[/Jane] Esta claro que no me iba a declarar a ella ahora que no estaba aquí, pero era buen momento para recuperar de nuevo su confianza, una confianza que sentía había perdido.

    – [Henry]Se te da bien esto. Gracias.[/Henry]

    [Jane]Owen tiene problemas amorosos desde que nació. Esto no es nada.-[/Jane] Jane dejo su taza en el lavavajillas y se marcho. Coloque la esfera que Laura había dejado en le encimera de la cocina y la active. No me imagine como podría reaccionar al verme, pero una sonrisa se dibujo en su rostro al ver que era yo. Los días que pasaron ya estaban haciendo efecto, se le veía mejor, más feliz de lo que nunca había sido aquí.  Laura había elegido, y lo que ahora necesitaba era la paz y tranquilidad de la isla, de nuestro hogar.

  • REENCUENTRO EN LA KVASIR PARTE I

    Jane – Kvasir

    Noche

    Cuando los tratos terminaron, Caitriona tuvo el detalle de dejarnos en la puerta de la nave. Fuimos apareciendo con segundos de diferencia y sentí un alivio enorme al ver a la imponente Kvasir frente a mí.

    Nunca habría pensado que un cielo nocturno permanente me produciría semejante sensación de paz, pero así fue.- [Xander]¿Estáis todos bien?[/Xander].- el primero que habló fue Alexander. No sabía si era su genética de Echolls o parte de su personalidad, pero no disimulaba que tenía aspiraciones de líder del grupo. Y había algo en eso que me molestaba. Quizás porque yo también quería lo mismo, aunque en mi cabeza compartía el liderazgo con Ellie.

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  • MENTE Y CORAZON

    OWEN WILLIAMS

    LA KVASIR – MAÑANA

     

    Querido diario, hoy ha pasado algo maravilloso y no es precisamente el que este escribiendo dos veces en una semana. Ya se que gracias a ti soy el favorito de la futura generación que te encuentre, pero tenía que escribir de nuevo porque Amy y yo hemos hablado… bueno charlado… ¿cruzados dos palabras?. El caso es que me levante temprano para mi habitual rutina de ejercicio, este cuerpo no se mantiene solo sabéis, si me dejara sería una pelota, tengo un metabolismo de mierda, no se como lo hace el resto. Total, que tuvimos un breve encontronazo por los pasillos de la nave y tras una sesión de entrenamiento que pase pensando en ella y la leche que se pego contra una columna, parece que no soy el único que se levanta zombie por las mañanas, fui a por un poco de agua y ver como se encontraba.

    La encontré en la cocina con su hermana Kaylee y parecía encontrarse bien. Nuestras miradas se cruzaron un segundo saltaron chispas. En todo este tiempo nunca me había mirado así, de hecho creo que nunca lo había hecho. Era como si me estuviera viendo por primera vez. Madre mía que ojos, y que guapa a buena hora de la mañana. Amy poseía una belleza natural no retocada con maquillajes y filtros, y mejor me centro que empiezo a desvariar.

    El caso es que decidió acompañarme de nuevo hasta el gimnasio. Vale que pasamos todo el camino en silencio, pero ya era más de lo que había conseguido. ¿Estuve tentando de agarrarle la mano? si. ¿Se me erizaron los pelos del brazo cuando apenas nos rozamos caminando? También. Tras llegar a nuestro destino decidí romper el hielo hablando primero, porque a este paso nos hubiésemos quedado todo el día mirándonos el uno al otro, cosa que no me hubiese importado.

    – [Owen]¿Te encuentras bien? El intercambio de cuerpos ya ha pasado.-[/Owen] Me fije en que iba descalza. Los del rollo este monje tibetano eran Leo y Noah, pero en Amy imagine que era por ser como era. El ir descalza debía darle cierta sensación de libertad. En el poco tiempo que pase con ella puede notar que Amy era capaz de percibir todo de una manera mucho más profunda y… oh dios mio debo de apestar a sudor.

    – [Amy]He estado hablando con mi hermana y me ha dicho que te estoy tratando regular[/Amy].- Añadió suspirando, pero no era el típico suspiro de Owen me tienes hasta el coño. Si, se lo que significan los suspiros de mi crush. ¿Acoso vosotros no?. Muy mal.

    – [Owen]Tranquila, me encanta esta relación pasivo paso de tu culo moreno que nos traemos[/Owen].- En realidad no, me sentía como el típico empollón que se enamora de la animadora guapa popular del instituto. Espera lo mismo no habéis entendido esta referencia, es como si fueras un humano básico y te enamoras de la chica más molona de toda la galaxia.

    – [Amy]De todas formas, me gustaría pedirte disculpas[/Amy].- ¿Qué esta pasando? ¿Por que no aparta la mirada?. Tranquilo Owen, no la apartes tú. Dios el corazón me va a mil, y seguro que ella lo esta notando… no, puede que piense que es del ejercio. Maldia sea Owen tranquilízate, tortazo mental.

    – [Owen]Disculpas aceptadas[/Owen].- Hecho, después de esto solo podíamos ir a mejor. ♥

    – [Amy]Gracias[/Amy].- Murmuro bajito. Era adorable. Nos quedamos mirándonos unos segundos. ¿Es ahora cuando nos besamos, verdad? Si, creo que es ahora. Es decir el momento lo esta pidiendo. Yo lo estoy notando. Ella lo esta notando. Tu sentada en la comodidad de tu sofá en casa o en los mandos de una nave espacial que esta leyendo esto para entretenerse lo esta notando.

    – [Jane]Owen, te estaba buscando para hablar contigo, pero veo que tienes compañía[/Owen].- Bendito don de la oportunidad tiene mi hermana. Voy a matar a Xander para joderle su historia de amor. No, porque los quiero a los dos, pero mira… esto no lo olvido.

    – [Owen]Discúlpame un momento, será un segundo.-[/Owen] Le puse mi mejor sonrisa de por lo que más quieras no te marches ahora y me acerque hasta Jane. – [Owen]Dime hermanita, ¿Que necesitas?.[/Owen]

    – [Jane]Precisamente venía a hablarte de esto[/Jane].- Cuando le incomodaba a Jane tendía a aumentar el nivel de su voz, pero en este caso apenas lo dijo en un susurro para que Amy no le escuchara con su super oído. He sido Amy, lo ha escuchado seguro.

    – [Owen]Si, ya se ha disculpado.-[/Owen] Me gire para ver si seguía allí. Tenía la cabeza agachada y hacia círculos en el suelo con los dedos de sus pies haciendo como que no nos escuchaba.

    – [Jane]Ya, pero…[/Jane]- Su cara era de circunstanciaría. Porque no me dejas ser feliz, yo te dejo ser feliz. Yo luche por tu felicidad. En el fondo entendía lo que le preocupaba.

    – [Owen]Hermana, se que puedes leerme la mente. Miau, miau, miau. Y ahora dime qué has leído.-[/Owen] Quería que me digéra lo que había visto en Amy, pero no debio de entenderme. A veces es que me expreso mal, o pienso en gatitos.

    – [Jane]Miau, miau, miau. Pero no eres tú el que me preocupa[/Jane].- Espera, espera. Si no soy yo. El bala perdida de esta relación casi imposible el que le preocupa entonces. Así es habido lector de mi diario que debe de estar flipando tanto como yo. Amy ahora miraba hacia el techo mientras seguida dibujando con el pie. Era como si estuviera danzando.

    – [Owen]¿Entonces que es lo que te preocupa?.-[/Owen] Bueno ya se que soy yo lo que le preocupa, la verdad no se porque pregunto.

    – [Jane]Lo de ser amigos no va a salir bien[/Jane].- Quiero a mi hermana, de verdad. Pero ahora mismo me estaba matando. Amy pareció no aguantar más el hacer como que no nos escuchaba y se marcho por la puerta. Si, la mano se me quedo colgada en el aire como si estuviera intentando pararla.

    -[Owen] Ya bueno, pero yo no quiero que seamos solos amigos.[/Owen] Así, remarcado y en negrita. Que se note.

    Stefy
    – [Jane]Ya, ella tampoco[/Jane].- Espera, espera. ¿Confirmamos entonces? Que mi hermana lee la mente señores. Le gusto a Amy McLeod. LE. GUSTO. – [Jane]Y como te muerda, estás muerto[/Jane].-Se cruzo de brazos a la defensiva y yo tuve que pensar en gatitos para no imaginarme a Amy y viceversa mordiéndonos.- [Jane]Yo diría que tiene pensado morderte[/Jane].- A Jane le dio grima solo de pensarlo y yo tuve que negar varias veces con la cabeza porque estaba flipando. Esto había escalado rapidamente. QUE HACE CINCO MINUTOS SE ESTABA DISCULPANDO.

    – [Owen]No te preocupes, mira su madre, están con un lican y la cosa les ha ido bien. Además seguro que hay una cura.-[/Owen] Yo siempre optimista. Seguro que el futuro tenéis una cura para estar tan tranquilos con licantripos. Cabrones suertudos.

    – [Jane]Su madre se tragó una piedra en las pruebas para poder…ya sabes…con tranquilidad[/Jane].- Me aclaro, a Jane le costaba hablar de estar cosas. Con Elliot uso los termino de polinización, luego yo fui mas directo, al final fue nuestra madre la que uso toda las terminologías adecuadas.

    -[Owen] Es sexo Jane, puedes decirlo. Y si tengo que tragarme un pedrusco por ella pues… Me lo tragó.-[/Owen] Como si me ponen una maldita fuente de piedras, como si me ponen una piedra tan grande como el puñetero Daë de piedra. Después de esta revelación como si tengo que comerme la puñetera luna.

    – [Jane]Aghhhhh[/Jane].- Se tapo la cara incomoda.

    -[Owen] Ten la mente abierta Jane, tú tienes a Xander… Bueno mejor no la tengas abierta.-[/Owen] No pienses en cosas subidas de tono con Amy, no pienses en cosas subidas de tono con Amy…

    – [Jane]¡Es diferente![/Jane]- Claro como Xander le desactiva los poderes. Mucho oh quiero ser un héroe pero mira que contento ahora que esta con mi hermana. No se va a deshacer de ese poder en su vida. EN SU VIDA.

    -[Owen] Claro como Xander es un puñetero interruptor de poderes. Un momento… ¿Y si lo pongo en la habitación mientras…?-[/Owen] Podríamos ponerle unos cascos de Infinity Band y mientras tanto… Yo lo veo, pero claro la licantropia no es un poder.

    – [Jane]¡Owen, por favor![/Owen]- Suspiro como nuestra madre. Si, que me conozco los suspiros de todo el mundo.- [Jane]Lo mejor que puedes es mantener las distancias con Amy[/Jane].

    -[Owen] Lo intentare… sabes que voy a ir ahora mismo tras ella y voy a besarla, ¿verdad?.-[/Owen] A ver, que nunca tendría secretos con mi otra mitad, pero bendita la hora en la que le dieron el poder de la telepatía-

    – [Jane]Es que no me hacéis caso nunca y luego pasa lo que pasa…[/Jane]- Suspiro con fuerza.

    – [Owen] Eres la sensata de la familia. Los demás somos unos casos perdidos.-[/Owen] De verdad, no os hacéis una idea de lo bien que esta Jane para la familia que le ha tocado. Cargando con todo desde pequeña con un desastre de padre y como el gato y el ratón con nuestra madre. Elliot, el bala perdida de Owen…

    – [Jane]Pues hazme caso esta vez e intenta ser solo su amigo[/Jane].- Puso las manos como su estuviera rezando. Implorándome que usara la cabeza.

    -[Owen] Bueno….-[/Owen] En este punto me fui poco a poco hacía la puerta, mientras una señora negaba con el dedo partiéndose de risa en mi cabeza.

    – [Jane]Podías disimular un poco[/Jane].

    -[Owen] Tienes razón. Te quiero. Adioooooos.-[/Owen] Lo ultimo que pude ver al salir del gimnasio era la cara de tristeza de Jane. Anduve por los pasillos buscando a Amy hasta que di con ella. Estaba al fondo del pasillo apunto de volver a su dormitorio. Nos quedamos unos segundos que francamente me parecieron horas mirándonos fijamente. Amy sonrió, pero sonrió de verdad, no una mueca, una sonrisa de verdad con sus pequeños hoyuelos en las mejillas. Era la primera vez que le veía sonreír de verdad. Mira me temblaron hasta las piernas, me sentí el niño de quince años más afortunado de esa nave. La chica guapa y popular se había fijado en el pardillo.

    Amy se metió en su habitación estarás pensando waaaaa, aquí viene la parte ultra romantica en la que se declaran, se besan y tienen sexo desenfrenado pero seguro, con protección, sin mordiscos y arañazos. Sonando una banda sonora ultra épica de fondo. Con el tintineo de campanas a lo lejos, con botellas de champan descorchadas…

    Pues no. Me quede como un pasmarote mirando hacia el fondo del pasillo a la más absoluta nada. Pensando en esa sonrisa que me acaba de dejar KO y en como le jodería la vida a Jane si me estuviera muriendo después de todo lo que le había hecho pasar. PERO PORQUE TENGO QUE SER TAN JODIDAMENTE DESGRACIADO.