January Allard | Club Silver
Había pasado todo el día preguntándome de qué disfrazarme. Amidala, Fénix y Tormenta habían pasado por mi mente, pero finalmente Harley Quinn había ganado la partida. No sabía ni cómo era posible que hubiera encontrado un disfraz tan tarde, pero supuse que quizás la gente en Moondale no leía tantos cómics como había hecho yo en mi adolescencia.
Aparqué como pude, en un espacio tan pequeño que casi parecía un milagro que lo hubiera conseguido. Eché un último vistazo a la imagen que me devolvía el pequeño espejo retrovisor y, tras retocar el maquillaje un par de veces, me decidí a salir del coche, no sin antes coger la pistola falsa que había comprado a última hora. (Y sólo porque no había habido forma de encontrar un mazo gigante.)