Moondale

Etiqueta: JJ Wiliams

  • DIVIDIDOS EN LA BOCA DEL LOBO

    IDRIS SOLO-NOVAK

    TARDE NOCHE – SEDE DE INFINITY EN MOONDALE

    Bueno esto es un poco spoiler pero conseguimos salir vivos de aquellos guardias que nos apuntaban, si no, no estaría escribiéndolo ahora, desde el futuro. Eso sí, la cosa se puso bastante negra.

    – [b]Al suelo, de rodillas.[/b] – indicaron. Llevaban unas armas que parecían sacadas del Mass Effect y tenían casi todo el cuerpo cubierto, seguramente con protección. Eché un vistazo a nuestro alrededor para ver cómo podíamos librarnos de ellos y salir de allí echando leches.

    – [Henry]Tranquilos, no pasa nada. Son… sujetos de prueba.-[/Henry] el muchacho que nos había llevado allí, Henry, se colocó delante de nosotros alzando las manos mientras sostenía su acreditación en una de ellas. No digo que el chaval no mintiera bien, pero con Xander armado, Amy convertida en una loba, su primo del futuro alternativo en pelotas y la hermana clon de Coquito con mi sudadera, teníamos poca credibilidad. Intercambié una mirada con Amy, que negó con la cabeza.

    – [b]Central, tenemos sujetos no autorizados en el almacén 24-601. Solicitamos refuerzos.[/b] – comunicó uno de ellos, antes de cargar su arma. Cinco segundos después se activó una molesta alarma. El sitio no iba a tardar en llenarse de minions armados hasta las cejas. Por cierto, en ese momento, con las cejas enarcadas, Coquito estaba muy guapa. Si salíamos vivos de esa, tenía que pedirle salir conmigo en serio, estar a punto de morir disipa muchas dudas. – [b]No os mováis.[/b] – dijo el que parecía ser el jefe. Miré a Noah, pero se encogió de hombros, no se atrevía a usar su poder por si no era lo suficientemente rápido. Esos guardias no dudarían en disparar.

    – [Elle]Owen, prueba a usar tu poder pero no mates a nadie.[/Elle] – escuché susurrar a Coquito con mis oídos de elfo. Un par de segundos después se escucharon explosiones y nos pusimos a cubierto cuando los guardias cayeron al suelo, inconscientes. Miré a Owen, pero él alzó las manos.

    Detrás de los guardias, entre el humo, apareció una figura encapuchada, riendo como un demente. – [Andrzej]Tomad firobolas.[/Andrzej] – replicó, plantando en el suelo un báculo de metal con un orbe rojiza en la punta. Me fijé en que su túnica llevaba un nombre bordado ‘Lordling’, en ese momento se le abrió y dejó ver una camiseta de ‘Alabad al todopoderoso superadmin’. – [Andrzej]Corred, insensatos.[/Andrzej] – indicó, haciéndose a un lado. La capucha se le descubrió y dejó ver el rostro de un hombre de mediana edad, con una melena rala de color castaño claro atada en una coleta a la espalda. Parecía el típico ‘Dungeon Master‘.

    Amy fue la primera en moverse. Avanzó su transformación y me quedé pensando por qué no hacían una película de la ‘Mujer Lobo’, mucho menos manido y las transformaciones tendrían erótico resultado. – [Andrzej]¡Hostia, una Garou![/Andrzej] – exclamó nuestro salvador.

    Las alarmas no paraban de sonar y me daban ganas de arrancarme las orejas. No llegué a transformarme porque mis sentidos se habrían agudizado más y habría sido insoportable. – [Xander]Tienes que sacarnos de aquí cuanto antes.[/Xander] – indicó Xander. Henry levantó un dedo para hacernos esperar y se acercó corriendo a la mesa en la que tenían nuestra información, abrió un cajón y metió un objeto en su bolsa de mensajero cogiéndolo con un guante que volvió a quitarse. Nos reunimos a su alrededor sin hacer preguntas y esperamos, pero después de un rato concentrándose, negó con la cabeza.

    – [Henry]Algo va mal. No puedo teletransportarnos.-[/Henry] respondió, frustrado. Le había debido salir mal la tirada de dados. Edito desde el futuro: o el máster era un poco cabroncete. Sí, te hablo a ti Dagrawn, por eso Esharthi es mi favorita. No te ofendas, Diarmud. O sí, sé que odiais a Noah, pero ¿qué os hemos hecho los demás? ¿eh?

    – [JJ]¿Va a salir todo mal?[/JJ] – se quejó Jane, agobiada. No dejaba de mirar a los guardias caídos y a la nevera con sus muestras.

    – [Andrzej]Esperad.[/Andrzej] – el tipo que nos había rescatado se sacó un Inphone último modelo del bolsillo y empezó a teclear. Yo solo vi una pantalla negra con letras blancas. – [Andrzej]Hay una alarma activa y según esto, desactiva el «teletransporte».[/Andrzej] – explicó, acercándose más a la pantalla. Quise decirle que igual necesitaba gafas, pero quizá no era el momento.

    – [Xander]Estupendo, eso significa que vamos a tener que abrirnos paso.[/Xander] – aclaró Xander, que venía preparado, pero no venía preparado. Suspiré, sabía por experiencia propia que Infinity podía actuar de dos formas: una era intentando acabar con nosotros y otra, denunciándonos por allanar una propiedad privada y herir a sus guardias.

    – [Elle]¿No se puede desactivar la alarma como en las pelis?[/Elle] – preguntó Coquito. Estaría bien que su mojo informático nos pudiera sacar de esto, pero el tipo alzó una ceja.

    – [Andrzej]Si ya dices «como en las pelis» vamos mal.[/Andrzej] – se quejó. – [Andrzej]Llevaría tiempo y los de los fuscos son más rápidos. Los niveles de más abajo suelen estar vacíos, yo voy a los baños de allí.[/Andrzej] – aclaró, echando una calada a su InVape. – [Andrzej]Y sé que hay un camino que da a la superficie por el que salen los guardias a fumar.[/Andrzej] – añadió con voz grave por el humo. Olía a ron añejo y a roble.

    – [Noah]Hay que darse prisa.[/Noah] – intervino Noah, inquieto. Me fijé en que le temblaba una mano, con el tiempo me daría cuenta de que había que preocuparse cuando Noah estaba en modo dildo.

    – [JJ]¿No nos puedes sacar tú?[/JJ] – le preguntó Jane. No me imaginaba a cuestas de Noah, la verdad, hasta el momento con la Brújula Planar de mi padre había tenido de sobra como para no requerir sus servicios. Prefería verle marchar, el tío tenía buen culo de tanto correr. No, es broma, eso ya no lo hacía, solo había espacio para un par de Coquitos en mi corazón.

    – [Noah]No puedo con más de dos cada vez.[/Noah] – replicó. Noah no quería dejar a ninguno atrás por miedo a llegar a tiempo. Para ser un tipo tan rápido era bastante indeciso y vivía con miedo a no correr lo bastante.

    – [JJ]Pues empieza.[/JJ] – mandó Jane, a su estilo habitual. Noah asintió y nos indicó que nos dividiéramos en grupos: yo me fui con Coquito, obviamente; Xander se fue con Jane a recuperar tiempos perdidos; Amy se llevó a Ezra, por aquello de que era su primo y se le había ido un poco la pinza antes con Jane; a Henry le confiaron a Rainbow, aunque Xander y Ellie sufrieron por tener que separarse de ella, pero si en algún momento Andrzej reactivaba la teletransportación, sería la mejor forma de salir; y Owen se quedó esperando el último, como pareja de Noah.

     

    Se llevó primero a JJ y Xander y volvió al cabo de un rato, tenía gotas de sudor en la frente y parecía preocupado – [Noah]He tenido que dejarles en uno de los sótanos. Está todo lleno de guardias, así que tienen que esperar allí a que esté despejado para salir.[/Noah] – explicó, preocupado. – [Noah]Voy a tener que hacer así con todos.[/Noah] – nos explicó. Teniendo en cuenta que la mayoría de los guardias irían en masa a ver si estábamos en el almacén, cualquier sitio era mejor que allí.

    Siguió llevándose gente. Nosotros fuimos de los últimos en irnos, quisimos esperar para no dejar a Owen solo. Cuando nos recogió, todo fue demasiado rápido. Olí la sangre y vi que Noah tenía una herida en un costado, pero al ver que me había fijado, no me dejó preguntarle y nos llevó a toda velocidad a uno de los sótanos, aprovechando el desconcierto de movernos tan rápido para volver a irse.

    Miré el sitio en el que nos encontrábamos. Encajaba con el lugar en el que se decía que habían encerrado a los Moondies. Un pasillo enorme y ancho, con salas de paredes transparentes en el medio y celdas a ambos lados, también con una pared transparente para ver su interior. Estaba preocupado por todos, así que hice lo que siempre hago. – [Idris]Bueno, Coquito, ¿se te ocurre qué hacer solos en este gran sótano vacío con dormitorios a ambos lados?[/Idris] – sonreí, intentando paliar la gravedad de la situación.

     

  • EN EL PUNTO DE PARTIDA

    Jane – ‘Hannibal’s

    Mediodía

    Era el día de nuestro cumpleaños y como regalo, mi padre, además de su tradicional estuche de colonia, nos había invitado a comer al ‘Hannibal’s’. No voy a decir que estuviese muy emocionada por la idea, porque sería mentir como una bellaca, pero a mi papi le encantaba aquel sitio porque le recordaba cuando todavía éramos una familia y bueno, las patatas con tres salsas estaban ricas, aunque el sitio se hubiera pasado de moda antes de estarlo siquiera.

    (más…)

  • EL MURO

    Jane Jess JJ – Instituto

    Mañana

    Si había algo en lo que los Williams habíamos ido perfeccionando nuestro estilo, era a la hora de ignorarnos. Desde el divorcio de mis padres, nuestra relación familiar se había ido resintiendo de tal forma, que a estas alturas éramos unos cuantos desconocidos que compartían techo. A mí no me importaba, porque ni mi madre ni Owen me caían especialmente bien. Ella, porque parecía que estaba resentida con nosotros por no haber cumplidos sus sueños y él porque era, con toda seguridad, la persona más superficial y ridícula que había tenido la desgracia de conocer. Como digo, todo esto a mí no me afectaba, pero me daba pena por Elliot, que no había conocido cómo éramos los Williams antes de que todo se fuera a la mierda.  Eso ocurrió más o menos cuando empezó a tener conciencia de su propio cuerpo y descubrimos que su enfermedad era mucho más grave que la mía.

    (más…)

  • QUÍMICA CON LEO

    Owen Williams – De Farra

    INSTITUTO HEDY LAMARR

    Cuando no me quedo en la residencia suelo ser el último en llegar a casa todas las noches, ya sea por haber salido de fiesta o por echar horas en el pub sirviendo copas para conseguirme algo de dinero. Cuando llego a casa a horas intempestivas, (menudo palabro, Kaylee estaría orgullosa), siempre suelo encontrar a mi madre dormida en el sofá con uno de los libros que está estudiando encima de ella. Ha renunciado a mucho a lo largo de su vida y la carrera Filología Inglesa es una de esas cosas, ahora tiene un trabajo de mierda por las mañanas y hace lo que puede con sus estudios por la tarde.

    Tras llevar a mi madre a su habitación pase por el cuarto de Elliot. Siempre encendía una luz por las noches que inundaba su cuarto de estrellas. No era por miedo a la oscuridad, Elliot le temía a pocas cosas en la vida, simplemente le relajaban a la hora de dormir. En una esquina tras su batería tenía colgado de la pared varios posters de grupos, entre ellos uno de una banda local que dio bastante que hablar hace años, Red Riding Wolf.

     

    Hace menos años que la vez anterior…

     

    Seguro que estáis pensando que en mi etapa estudiantil era el típico cachas popular sin cerebro que se dedicaba a acosar a los demás, bueno no vais mal desencaminados. La pubertad me había bendecido con un buen cuerpo que utilice para el futbol americano de donde nació mi popularidad, pero no era un acosador, no mangoneaba ni pegaba a los empollones de la clase, eso implicaría ser un capullo como los que acosaban a Elliot y me negaba a ser así.

    Tampoco era el mejor estudiante del mundo, de hecho de no ser por la beca deportiva y el copiarme descaradamente de Xander no hubiese ido a la universidad. Química era una de esas asignaturas que no aguantaba, la tabla periódica presidia la clase escoltada por un puñado de fotos de tíos barbudos con nombres raros. También tenía el típico esqueleto el cual a día de hoy sigo sin comprender que pintaba en una clase de química.

    Aquel día el profesor de química decidió mandar trabajos por parejas, lo que vendría a ser Xander haciendo el trabajo mientras yo le animaba con la tarea. Pero todo se fue al traste cuando el profesor decidió montar el mismo las parejas. Jane se separo todo lo que pudo de Xander cuando se sentó con ella, era como si tuviera la peste.

    Mientras que a mí me toco con Leo, con el cual nunca había tenido mucho trato. Ni de pequeños, ni por aquel entonces, ni en la actualidad. Pero por alguna extraña razón aquella clase sirvió para cambiar la percepción que teníamos de ambos.

    – [Owen]Espero que la química se te de tan bien como a tu hermano.-[/Owen] No era ningún secreto que Noah había heredado el cerebro en esa familia. Leo era el apuesto de ellos, tenía un rollete melancólico que hacia suspirar a las chicas, y chicos. Y mientras el resto teníamos una pelusilla de mierda por la cara él tenía lo que venía a ser los primeros brotes de una barba perfecta.

    – [Leo]Algo.[/Leo] – Se le notaba en la mirada que estaba tan emocionado como yo de trabajar juntos, es decir nada.

    – [Owen]Pues estamos apañados.-[/Owen] Tras un rato mirando la roña acumulada en las ventanas, y tamborilear con dos bolígrafos que seguramente estarían haciendo sangrar los oídos de Leo recordé que era un apasionado de la música. – [Owen]Por cierto os he escuchado tocar, sois bastante buenos.[/Owen]

    Creo que rompí a Leo porque soltó el bolígrafo y se me quedo mirándome unos segundos. – [Leo]¿Qué canción escuchaste?[/Leo] – Había conseguido sacarle más de dos palabras a Leo. Recordad que habéis leído esto aquí primero.

    – [Owen]Esa de una chica de cabellos rojos y una cárcel de plata.-[/Owen] La recuerdo muy bien porque la tocaron en acústico, Leo solo a la guitarra y poniendo los coros mientras Amy cantaba. Quién iba a decir también que Amy ocultara semejante voz. La gente del local saco los mecheros y se movían balanceándose, parecían una banda profesional.

    – [Leo]’La herida invisible’.[/Leo] – Se incorporo en su asiento y parecía que se le hinchaba el pecho de orgullo. Había despertado a la bestia. – [Leo]Es una de mis favoritas.[/Leo]

    – [Owen]Se nota, no he visto tanta pasión en un escenario desde que la profesora de música nos hiciera tocar Titanic con la flauta al principio de curso.-[/Owen] Fue lamentable, había más pitidos de flautas que otra cosa. Por suerte después salió un amigo de Noah que tocaba el violín para arreglar el estropicio que hicimos. Leo hizo una mueca con la boca, parecía el atisbo de una sonrisa.

    – [Leo]Quizá saquemos algunas nuevas ahora que empiezan a contratarnos.[/Leo] – Me alegre por él, Leo era un tío con las ideas claras que sabía lo que quería en la vida.

    – [Owen]Pues con estos dos lo mismo se te ocurre alguna.-[/Owen] Con las confianzas le di un codazo, el cabrón estaba fuerte, y le señale con la cabeza a Xander intentando dialogar con Jane – [Owen]Acuérdate de mí cuando seáis famosos, por si necesitáis un guardaespaldas, porque para científico desde luego no voy.[/Owen]

    Leo se quedo mirando a Xander y Jane cuando esta ultima se levanto marchandose. Xander salió pocos segundos después tras ella.  – [Leo]¿Has intentado hablar con ella?[/Leo] – La pregunta del millón, en alguna ocasión lo había intentando pero era como hablar con una pared, Leo estaba resultaba más accesible que mi propia hermana.

    – [Owen]Es difícil hablar con alguien que no quiere escuchar.-[/Owen] Intente centrarme en el trabajo porque era algo de lo que no quería hablar.

    – [Leo]No sé, a veces vemos a las personas de una forma que no es.[/Leo] – Note como me observaba Leo, parecía que podía ver a través mi alma, pero era perturbador también porque el tío no pestañeaba.

    – [Owen]¿Tengo algo en la cara?.-[/Owen] Me frote la cara por si me había manchando con el bolígrafo o con alguna de las mierdas que estábamos estudiando.

    – [Leo]Un moco.[/Leo] – Mi infancia de sacamocos me perseguiría para siempre, en mi defensa diré que no era el único crio que lo hacía, no daré nombres. – [Leo]Disimula.[/Leo] – Leo toco uno de los materiales y la punta, de su dedo no pensemos mal, se convirtió en lo mismo que el material. Era un poder que molaba, imaginaos a este tío cubierto de oro, Dios dorado.

    – [Owen]Leo haciendo una broma, el infierno se acaba de congelar.-[/Owen] Deje de reir cuando observe que me miraba fijamente serio.

    – [Leo]Apunta.[/Leo] – Hice caso y fui anotando todas las palabras que me iba diciendo que sonaban a chino.

    – [Owen]Dime, utilizar nuestras habilidades se consideraría hacer trampas o utilizar todos nuestros recursos para aprobar la materia.-[/Owen] Intentaba ir de guay calentando una de las probetas para que viera que mi poder también era la caña y casi la hago reventar.

    – [Leo]No creo que haya nada de malo en aprovechar algo con lo que nacimos.[/Leo] – El profesor solía dejar salir de clase a los que terminaban los trabajos antes de tiempo así que entre eso y la habilidad de Leo fue motivación más que suficiente para tomarme en serio la materia, al menos por aquel día. Fue maravilloso ver la cara del profesor, evidentemente saque a relucir mi mejor sonrisilla de suficiencia mientras le dejaba nuestro trabajo, Leo simplemente hizo una inclinación de cabeza y salió de clase.

    – [Owen]Bueno, creo que esto ha sido gratificante para ambas partes. Te he dado algo con lo que trabajar en tu próxima canción y tú me has ayudado con este sopor de clase. Ha sido… satisfactorio.[/Owen]- Leo asintió ligeramente, le había vuelto a comer la lengua el lobo.

    – [Leo]Hasta otra entonces.[/Leo] – Lo cierto es que no volvería a saber de él hasta un tiempo después. – [Leo]Por cierto, probablemente escriba: ‘Hermanos separados’.[/Leo]

    – [Owen]Otro éxito seguro. Recuerda, quien fue otra de tus musas para cuando el éxito llame a tu puerta.-[/Owen] Le di un manotazo en el hombro, seguía pareciendo de mármol, y me marche. Cerca de la salida Jane volvió a entrar con los ojos llorosos, no se percato de mi presencia y entro en el baño de chicas. Sabéis eso que dicen de la conexión que tienen los mellizos, pues bueno, era bastante doloroso ver a mi hermana sufrir sin poder hacer nada por ella más allá que dejarla que se desahogara todo lo que quisiera conmigo ignorándome.

  • DE TAL PALO…

    Owen Williams | De Farra

    Hacia como una hora que Xander y Dante se habían marchado dejándome tirado solo en el bar. Les quería, eran mis mejores amigos, pero tenían menos aguante que Elliot, y mira que Elliot salía poco, solo salía cuando quería jugar la baza del hermano preocupado y responsable.

    Me termine mi sexta copa de roncola, cualquiera a estas alturas iría de bruces de un lado a otro buscando bronca, a mi apenas me afecta, bendita genética aesir. El DJ se vino arriba y soltó la espuma en el centro de la pista, la gente saltaba como loca, porque saltar no es precisamente bailar. Por mi parte prefería permanecer en la barra, esa noche iba de misterioso seductor.

    En el otro extremo de la barra toda una señora mujer bebía de su copa con la ayuda de una pajita mientras pasaba de los buitres que le rodeaban, reconocí la bebida por su color rosa, la madre de Dante la puso de moda e incluso hizo algún que otro anuncio de la bebida. Mantuve contacto visual con ella un segundo y parte la vista.

    -[Owen] Caliente…-[/Owen] Balbucee en un paupérrimo español, después de todo la de los idiomas era mi hermana. Me recoloque mi cazadora negra, estaba un poco raída de todos los años que tenía encima, y si lo estáis pensando si, es la de mi padre. Pase por su lado sin mirarle pero asegurándome de que se fijaba en mi tropezando con algunos de esos lamebotas que tenía alrededor. Me escondí en el baño un par de segundos para darle suspense a la situación y cuando me dispuse a salir la encontré delante de la puerta. Tenía el pelo corto moreno a la altura de los hombros con unos mellones rubios casi blancos y unos ojazos azules cristalinos. Llevaba unos pantalones de cuero que debían de estar cortándole la circulación en las piernas con un corsé negro a juego y una chaqueta blanca. Me agarro por el cuello de la camisa y tiro de mí hacia el callejón del local, donde comenzaron los toqueteos y los morreos esos en los que parece que te van a arrancar los labios. Durante cierto momento me palpo las muñecas como buscando algo. Coloco uno de sus brazos contra mi cuello, era sorprendentemente fuerte, y en cuestión de segundos adiós a toda la magia, sus ojos se tornaron en un amarillo pis y su cara paso a parecer la de una setentona.

    -[b] ¿Tus últimas palabras?.-[/b] Me pregunto relamiéndose los colmillos con una sonrisilla de superioridad.

    -[Owen] ¿No tendrás un cigarrillo?.-[/Owen] Ella se echo a reír y saco un paquete del bolsillo de sus pantalones, estire el brazo y cogí uno llevándomelo a la boca –[Owen]¿Por casualidad no tendrás fuego?. Espera déjalo, ya lo enciendo yo.[/Owen]

    De mi dedo índice salió una llama y encendí el cigarrillo, ella retrocedió un par de pasos chocando con unos contenedores de basura. Le di una caladita pequeña al cigarro y lo tire, mi madre me había educado bien, fumar es malo. La vampiresa echo a correr por el callejón intentando huir, le lance dos bolas de fuego, la horrible música del local ahogo sus gritos y en cuestión de segundos solo quedaron sus cenizas.

    -[Owen]¿Porque siempre a las macizas?. ¿Por qué?.-[/Owen] No hacia frio pero note un escalofrío – [Owen]…Dejavu.[/Owen]

    Se lo que estáis pensando, esta historia me suena. Bueno quizás habéis oído hablar de mis padres y de los padres de los demás. Esta historia no empieza aquí, ni es nueva, es una continuación y me acaba de venir a la mente una historia muy divertida.

    No hace muchos años, que tampoco soy tan viejo…

    La Escuela Legado era como una segunda casa para nosotros, probablemente pasáramos más tiempo allí que en nuestras propias casas. Merendábamos, jugábamos y hacíamos los deberes del colegio allí.

    – [Elle]Mi mamá va a salvar el mundo otra vez[/Elle].- Elle era la niña más adorable que te podían tirar a la cara y bueno, actualmente lo seguía siendo solo que había ganado con los años como el buen vino y tenía una sonrisa que podía matarte.

    – [Xander]Ellie, te va a escuchar todo el mundo.-[/Xander] Recuerdo al mini Xander y esos choques entre dedos de nerviosismo.

    – [Elle]¿Estás paranótico?[/Elle]- Aun puedo escuchar esas eses como zetas por la falta de una de sus paletas.

    – [Kaylee]Se dice «paranoico», no «paranótico»[/Kaylee].- Kaylee era la más pequeña del grupo por aquel entonces y ya tenía más vocabulario que todos nosotros juntos. Llevaba unas gafas que le ocupaban toda la cara, ahora había cambiado sus gafas por lentillas y en su cara solo había un maquillaje muy cuidado.  – [Kaylee]No cuesta nada hablar correctamente[/Kaylee].

    – [Owen]Eso… eres un parasonico.-[/Owen] Yo tampoco es que fuera un genio de la palabra por aquel entonces.

    – [Noah]Bueno, realmente es un hecho que el gobierno nos escucha. –[/Noah] Ahora que recuerdo esto quizás es Noah el que debería estar en modo ermitaño en un bosque con papel de aluminio en la cabeza y no su hermano Leo, aunque miradlo, tirado en el sofá con los cascos de música puestos pasando de todos.

    – [Amy]Deberíais casaros y tener un montón de bebés empollones[/Amy].- Es sorprendente como Amy no ha cambiado nada con los años, sigue siendo más sosa que un bocadillo de aspirinas. Y no lo digo solo yo, lo dice todo el mundo. Por cierto, este comentario me dolió en su día porque era yo el que quería casarse con Kaylee.

    – [Idris]¿No deberíais estar jugando o algo?[/Idris] – El puñetero Idris. No me entendáis mal, es un tío que me cae de puta madre vulgarmente hablando, pero es otro de esos que podrían matarte con una sonrisa, no sé si me entendéis.

    .- [Amy]Hablamos de lo que nos da la gana[/Amy].- Amy era sosa sí, pero tenía más valor que cualquiera de nosotros, nadie osaba meterse con Idris, ni siquiera Cole.- [Amy]Vete a meterte con gente de tu edad[/Amy].

    – [Idris]Siempre has sido de mis favoritas.[/Idris] – Idris tenía un sentido del humor innato, era como un supepoder y siempre se partía de risa, era la felicidad echa persona.  Amy por su parte siempre parecía estar enfada con el mundo y le dedico una gloriosa peineta a Idris. Mi hermana y Elle se tapaban la boca para reírse por lo bajo siempre que veían algo obsceno.

    –  [Cole]¿Jugar a qué? Estamos en una puta biblioteca.-[/Cole] Dicen que soy la viva imagen de mi padre cuando era joven, bueno, Cole siempre se ha parecido a su padre incluso desde pequeño.

    – [Kaylee]¿Es necesario que seáis tan soeces?[/Kaylee]- Cada vez que Kaylee se enfurruñaba, las gafas se le iban hacia delante y las mejillas se le sonrojaban.

    Noah combatía el aburrimiento montando y desmontando piezas de Lego a toda velocidad. Dante se entretenía viendo los dibujos, una serie animada en la que salía su madre, sorprendentemente no sexsualizaron su dibujo, igual de sorprendente era esa tele cuadrada, por aquel entonces ya viejas y obsoletas.

    – [JJ]Si no os vais, le diré a mi papá que nos estáis molestando[/JJ].- Si yo me parezco a mi padre, JJ es clavada a mi madre, sus gestos a tan temprana edad eran igual que los suyos. Elliot por otro lado no se parece en nada a ellos, sin embargo ha sacado lo mejor de ambos.

    – [Nate]¿También me vas a delatar a mí?.-[/Nate] Nate tenía una voz tan ronca que parecía que se había pasado la vida fumando cartones de tabaco, sin embargo nunca le había visto con un cigarrillo. Nate era buena gente, ninguno sabíamos de donde había salido pero se convirtió en un miembro más de la familia de los Moondies y en segurata de la nave y niñero ocasional.

    – [Cole]Nate, ¿me has traído lo mío?.-[/Cole] El nerviosismo no solía ser algo habitual en Cole, pero eso que le pedía con tantas ganas a Nate no era más que un batido de chocolate. Al parecer el chocolate estaba muy racionalizado en casa de los Villiers por Mia, por esa leyenda urbana de que producían granos. Nate alzo por los aires a mi hermana y se la llevo a los hombros.

    – [JJ]Si los mayores nos siguen molestando: te quedas sin trabajo[/JJ].- A JJ le gustaba utilizar la calva de Nate a modo de tambor.

    Nate le dedico una sonrisa y nos pregunto a todos echándonos un vistazo. [Nate]- ¿Que estáis tramando?.-[/Nate] Nate le paso una mano por la cabeza a Michael pero no separo la vista de su libro, juro que ese tochazo de libro que tenía delante ya era de medicina.

    Nadie le hizo caso a Nate, a Cole se le quedo un bigote de chocolate por el batido. Mi hermana le tapaba los ojos a Nate para que no viera por donde iban entre risas con Elle. Xander cual alma en pena iba detrás de Nate con las manos en alto preparado por si el gigantón se caía de espaldas, lo que su cerebro no supo procesar es que si esto ocurría lo aplastaría. A mí me picaba tanto la nariz que me saque un moquete, no me lo iba a comer, eso era asqueroso, mejor pegárselo a la niña que te gusta, cosas de críos.

     

    Es ahora donde la cosa se puso bizarra. Un temblor sacudió la habitación, Nate nos metió bajo la mesa por si se trataba de un terremoto. Conocéis esa sensación de estar a punto de quedarte dormido y notas un sobresalto como si alguien te hubiese tocado, pues más o menos fue eso lo que sentí. Algo o alguien nos había cambiado de cuerpo al lugar de nuestros padres.

     

    – [Dante]¿Dónde están mis tetas?[/Dante].- La voz de Dante sonaba distante al estar en la habitación de al lado, pero no paraba de repetir esta frase una y otra vez.

    – [Mia]¡TENGO TETAS![/Mia]- Nunca olvidare la reacción de felicidad de Mia al mirar hacia abajo y ver sus pechos, solo que claro, no era Mia sino Dante, y esto me acaba de confundir aun más.- [Mia]Mierda, pero son las de mi madre[/Mia].

    – [Owen]¿Porque tengo un moco en el dedo?.-[/Owen] Era mi voz gritando pero yo aun no había abierto la boca.
    – [Dom]Oh… DIOS…MIO.-[/Dom] Delante de mí estaba mi padre tocándose los bíceps con un dedo con la boca abierta. A Sarah le brillaban los ojos de felicidad y Daniel comenzó a brillar de emoción. Cara sacudía las manos alterada y Daakka se rascaba todas las escamas con nerviosismo.

    – [Rebecca]Me duele la barriguita…-[/Rebecca] Mi voz sonaba aguda, más que la mía propia de niño. Del dolor me senté en la silla y os tengo que decir una cosa, una patada en los huevos no es nada comparado a que te baje la regla en el cuerpo de tu madre.

     

    Tal vez otro debería de continuar con esta fascinante historia de cambios de cuerpo, porque yo me estoy poniendo malo solo de recordarlo…