NOAH ARKKAN
ESFERA NARA – MAÑANA
Si bien a nuestra llegada a aquél mundo inspirado en el japón feudal solo le faltó una banda sonora emocionante para ser perfecto, con aquél templo en el monte y el pico nevado al fondo, tras los cerezos en flor, la bienvenida de los habitantes no fue precisamente cálida.
No era de extrañar, aquella civilización aún no debía estar acostumbrada a ser el foco de miles de turistas de todas partes del mundo. Cole, Laura, Bowie y yo destacábamos a primera vista y Lexie, aunque en aquél momento tenía el aspecto de Xie, una chica asiática joven, normalmente de pelo oscuro pero ahora con una peluca rubia y un kimono de vivos colores que parecían sacados de cualquier franquicia de juegos de lucha, más que de la realidad. Por suerte los que nos miraban aún no conocían el concepto de apropiación cultural indebida ni la creación de arquetipos racistas.
Lexie evidentemente no se había vestido así por reírse de nadie, si no porque lo poco que conocía de la cultura de la que procedía su lado demoníaco era sacada precisamente de esos juegos de lucha.
Como las miradas cada vez eran más marcadas y estábamos cerca de un templo, di una vuelta rápida para observar los alrededores y les indiqué a los demás una ciudad o aldea grande a los pies de un sendero de piedra que cruzaba el bosque, comenzando por unas escaleras que estaban un poco más allá.
El sendero parecía tranquilo y al principio agradecí la privacidad de los árboles, evitando ya las miradas de aquellos extraños, pero no tardé demasiado en empezar a darme cuenta de la inmensidad de aquél bosque y de que en realidad, a partir de aquél momento, estábamos solos contra lo que nos pudiéramos encontrar.
La voz de Cole rompió el silencio cuando alguien se comunicó con él mediante la esfera. Era Kaylee, en Artisan estaban bien. Yo tomé la mía para no pensar demasiado y aclarar si los demás estaban a salvo.
Mi mente buscó a Henry o a Ezra, con los que en teoría debería poder contactar, pero después de varios intentos no conseguí nada. En ese momento, Lexie estaba hablando ya con Elle. En Valantis habían tenido problemas raciales, a fin de cuentas era una época muy tumultuosa, pero estaban a salvo.
Traté de despreocuparme respecto al equipo de Terra, evitando pensar en lo peor. El contacto con las esferas no estaba garantizado, podían estar ocupados, en peligro o simplemente no estar pendientes. En su lugar busqué a uno de los otros dos equipos.
– [Noah]Niall, ¿todo bien?[/Noah] – pregunté al ver la familiar imagen de mi mejor amigo.
– [Niall]De fábula. A Mike y a mí nos han tomado por dioses.-[/Niall] sentenció. La imagen se aclaró y vi que en ese momento se estaba comiendo una uva. Su piel bronceada brillaba por un maquillaje que salpicaba tonos dorados sobre ella y sus ojos estaban enmarcados en una sombra negra que ya se había aplicado antes de salir.
– [Noah]Has encajado de maravilla.[/Noah] – me alegró saber que estaban más o menos a salvo, al menos mientras les considerasen dioses. Pero me extrañó que solo les hubiesen tomado a Mike y a él por deidades, aunque no pasaba nada mientras los demás estuviesen bajo su protección.
– [Niall]¿Vosotros no? Noah, que en Japón no tienen dinosaurios… bueno tienen a Godzilla pero no cuenta.-[/Niall] replicó. Sonreí, era agradable hablar con un amigo. Hacía mucho que no hablaba con Cole, Laura era prácticamente una desconocida para mí y con Lexie no sabía muy bien cómo hablar después de habernos arreglado. Estábamos en una especie de limbo y tenía tanto miedo a espantarla que casi no habíamos charlado desde que llegamos a ese mundo.
– [Noah]No parece que les gusten mucho los extranjeros. Y Lexie…no ha colado mucho.[/Noah] – resumí. Debía estar viendo el bosque a mi alrededor.
– [Niall]Ya le dije que ese conjunto le quedaba muy bien pero que no pegaba nada a la época que iba.[/Niall] – vi que hacía una ligera reverencia a alguien «fuera de cámara». – [Niall]A nadie le gustan los extranjeros por aquí, a nosotros casi nos matan nada más llegar.[/Niall] – no fue agradable de escuchar, pero me había prometido conservar la calma. No podía preocuparme por todos ellos y había que asumir el peligro y confiar en que eran capaces de sacarlo adelante sin sufrir daño. Aunque no era nada fácil.
– [Noah]Entonces empezásteis peor que nosotros. ¿Pero ahora todo bien?[/Noah] – pregunté para confirmar. Niall asintió y le hice una seña a Cole y Lexie para que se lo dijeran al resto. – [Noah]Si pasa cualquier cosa, avísame. Tengo esto a mano.[/Noah] – le recordé, más para sentir que tenía algún tipo de poder y evitar temer al desastre. – [Noah]El grupo de Elle está bien, ya han hablado con Lexie. Y Kaylee se puso en contacto con Cole, así que también.[/Noah] – resumí.
– [Niall]Cuidado con la Yakuza papá.-[/Niall] se despidió. Capté la indirecta, me estaba preocupando en exceso, ya parecía mi padrino.
– [Noah]No te acostumbres a que te alaben tanto.[/Noah] – bromeé. Era duro cortar la conexión, pero no podía estar hablando con todos los grupos en todo momento.
Suspiré y busqué a alguien del equipo de Dagrknot, el mundo vikingo.
– [Owen]Xander, coge el remo que me llaman por el piedra móvil. ¿Dígame? -[/Owen] escuché responder a Owen. Lo primero que vi fue su oreja cubriendo casi todo mi horizonte de visión. La imagen se alejó hasta mostrar su cara ya de un tamaño normal, seguramente Xander le había avisado.
– [Noah]Videollamada Owen, como si fuera videollamada.[/Noah] – le recordé. – [Noah]Hemos contactado con todos menos con el grupo de Henry. Los demás están bien.[/Noah] – resumí, en caso de que aquella conexión se cortase por cualquier motivo.
– [Owen]Define bien porque a nosotros casi nos comen unos tiburones.-[/Owen] la imagen volvió a moverse a medida que dejaba la esfera en el suelo de lo que parecía una barcaza, pero en una posición que enfocaba su entrepierna. Con las capas de las ropas vikingas me dio miedo que se viera en IMAX una parte de su cuerpo que no quería ver, a Owen nunca lo había visto con esos ojos. Mis crush con hombres nunca habían sido con nadie de mi entorno cercano.
– [Noah]Están todos vivos sin peligro inminente.[/Noah] – aclaré, tratando de no darle vueltas a lo que acababa de decir de los tiburones. En la imagen que habían proyectado los Daesdi ese mundo se veía muy azul, demasiado azul. Si era tan acuático y ya habían estado en peligro, por mi mente pasaban muchos miedos. – [Noah]¿Puedes…? ¿Te importa subir la….esfera?[/Noah] – pregunté.
– [Owen]Vamos en un barco con dos Vikingos, como te vean se puede liar gorda.-[/Owen] murmuró. Eché un poco en falta no poder estar en la raíz de una de mis mitologías favoritas, pero no iba a echar de menos tanta agua cerca. Prefería tierra firme sobre la que correr.
– [Noah]Solo me verás tú, pero sí podrían oírte hablar solo.[/Noah] – le recordé. Había puesto en un tablón de la biblioteca los puntos claves de la esfera antes de irnos, pero Owen seguramente no lo había mirado. – [Noah]¿Entonces os han atacado?[/Noah] – pregunté.
– [Owen]Desde el minuto uno. Tiburonoctopus, comefangos, y Ruby, que si fuera por ella lo hacia todo sola.[/Owen] – explicó. Parecía que había muchas amenazas en ese mundo. Allí estaban algunos de los más fuertes físcamente, menos que los de Valantis, pero quizá los segundos. Quise confiar en que si alguien podía, eran ellos. Además, Xander había dado toda la vida clases de natación con Bill. Pero Elliot…
– [Noah]Menos mal que estáis de una pieza.[/Noah] – dije analizando cada fragmento de lo que veía a su alrededor. Xander, Ruby y Elliot estaban allí y parecían sanos y salvos. – [Noah]Nosotros vamos en dirección a la ciudad por un bosque un poco…[/Noah] – cuando tu mente va demasiado rápido y tiendes a tener bastante creatividad, tienes que tener cuidado con tu imaginación. Viviendo solo en una cabaña en mitad del bosque nunca había sido muy aficionado a las películas de miedo pero Lexie, sí. Habíamos visto unas cuantas juntos en mi cabaña y de no haber sido por mi velocidad no sé si habría sido capaz de volver solo después de acompañarla a la residencia. Ahora que lo pienso, con Allie también había visto películas de miedo en el cine y en una sesión de cine de verano. Habiendo pasado ya todo, tenía gracia ver las pistas ocultas.
El caso es que ahora tenía la información de muchos ‘jump scare’ y criaturas terroríficas de pelis de miedo metidas en mi cabeza, listas para que mi imaginación desbordada las sacara de contexto. Concretamente aquél bosque se parecía al trailer de una película sobre el bosque de los suicidios de japón que evité ver intercambiándola por una doble sesión de ‘It’.
– [Owen]Sombrío. Como mucho encontraréis algun cadáver.-[/Owen] parece que Owen sí había visto la peli o al menos el trailer.
Miré aquellos árboles y la niebla que parecía cada vez más densa entre ellos. El viento silbó pero con él no trajo solo aire, si no palabras. Los pelos del brazo se me erizaron.
– [Noah]No bromees mucho con eso, estamos escuchando susurros extraños. Como una voz que nos llama.[/Noah] .- tragué saliva. No sabía si podía correr más que un fantasma, o si reaccionaría siquiera. Los Oni eran algunos de los demonios más retorcidos que había visto. La raza de Lexie, los tanuki, parecían una fantasía Disney al lado del resto de «compañeros».
– [Owen]El viento Noah, el viento.-[/Owen] carraspeó. Le miré extrañado. -[Owen]El viento nos favorece compañeros, Thor nos ha bendecido.[/Owen] – continuó. Escuché que después lo repetía en un nórdico antiguo que parecía dar dolor de boca.
– [Noah]Será mejor que hablemos luego Ragnar, tened cuidado.[/Noah] – le dije. No me apetecía meterles en líos ahora que tenían un barco en el que estar seguros.
– [Owen]Que no os coman el culo los ciervos amables.-[/Owen] me deseó. Tardé un rato en acordarme de un gif que había pasado hacía unos meses de unos ciervos de japón que estaban acostumbrados a que les diesen comida y al no hacerlo, se cabreaban bastante. Parecía tan lejano aquello, como de otra vida.
Después de cortar la comunicación con Owen volví a intentarlo con Henry y Ezra, aún sin suerte. El silencio volvió a mantenerse entre nosotros, roto por los susurros que traía el viento, sin disipar aquella persistente neblina.
Cole, Laura y Bowie caminaban charlando, un poco más adelantados, así que aproveché la oportunidad para acercarme a Lexie. No dejaba de darle vueltas una y otra vez a todas las cosas que no conocía de ella. Quería saberlo todo, empaparme de su vida y de su personalidad, ver cada una de sus caras. Pero sin embargo mi velocidad e impaciencia iban reñidos con su carácter, que huía de hablar demasiado de ella y «atraparse». Tenía que tener paciencia, y si había algo en mi vida que me permitiría tenerla, era estar con ella.
Me fijé en cada detalle de ese nuevo rostro, tratando de asimilar cada facción, de repetirme que era Lexie y que si me atraía algo de ella, no estaba mal. Pero a la vez pensaba en su aspecto original y la echaba de menos, sintiéndome mal por estar allí con…ella misma. Era todo muy difícil.
– [Xie]Como me sigas mirando, te empiezo a cobrar, pedazo de creepy[/Xie].- sentenció. Me había acostumbrado a los gestos en su cara habitual, incluso en la de Lexie Reed que al parecer era su cara «griega». Os explico un poco eso, por lo que había visto en los libros sobre los tanuki, en los libros de verdad, no los de fantasía, los tanuki tenían un aspecto propio por cada diferente cultura con la que tuviesen que mezclarse. Normalmente nacían con uno pero alternaban con el resto en cualquier momento. Eso, además de poder crear ilusiones.
– [Noah]Lo siento. Me sigue costando acostumbrarme.[/Noah] – como no interpretaba tan bien la cara de Xie, preferí disculparme. Entonces pensé que no nos iría muy bien si empezaba a guardarme los pensamientos para mí solo. – [Noah]Quiero decir que…si ahora te hago un cumplido, ¿soy infiel?[/Noah] – pregunté, confuso, forzándome a hablar antes de pensar demasiado en lo que iba a decir.
– [Xie]¿Si le hago un cumplido a tu parte ‘Raktatkor‘ estoy siendo infiel? Pues es lo mismo[/Xie].- explicó. Asentí, era una buena comparación, aunque mi parte Rakkthathor fuera solo una y ella tuviese…docenas.
– [Noah]Vale, tienes razón, le doy demasiadas vueltas.[/Noah] – admití. Tenía que asumir que con cualquier cara, era Lexie Fenris, la mujer que amaba, así que querría también a todas y cada una de sus apariencias. – [Noah]En ese caso, estás muy guapa.[/Noah] – añadí, sonriendo. Lo cierto es que una vez aclarado eso con ella, este aspecto también me atraía bastante, aunque un poco menos que la Lexie original, todo hay que decirlo.
– [Xie]Ya. Dime algo que no sepa[/Xie]
– [Noah]Que tengo un problema y es que me atraen todas tus caras.[/Noah]
Se echó a reír allí mismo, pero sin pararse en el camino.
– [Noah]¿Qué tal es estar aquí?[/Noah] – aprovechando que estábamos teniendo al fin una conversación, intenté saber algo más sobre ella, sobre cómo se sentía respecto a sus orígenes.
– [Xie]La verdad es que no siento ninguna conexión[/Xie].- dijo, encogiéndose de hombros.- [Xie]Mi padre es Alexander Fenris[/Xie]. – afirmó. Asentí. Era agradable hablar de ella sin que echase a correr.
– [Noah]Es normal, es el que te ha criado.[/Noah] – respondí. Yamabushi, Phoenix o como se llamase en realidad había estado brevemente con su madre y había desaparecido del mapa antes incluso de que Lexie naciera. – [Noah]Pero pensé que por tus poderes de oni tendrías curiosidad.[/Noah] – comenté. Su padre no valía nada por el mero hecho de no preocuparse por ella, pero su ascendencia era parte de ella, era una tanuki sin que ello la vinculase a su padre.
– [Xie]Meh[/Xie].- replicó.
Le devolví una sonrisa y no insistí. – [Noah]Está bien hablar de tu vida por una vez.[/Noah] – comenté de pasada.
– [Xie]Sí, está bien[/Xie].
– [Noah]¿Y tu hermano? Nunca te he preguntado.[/Noah] – ni Allie ni Lexie Reed tenían hermanos, pero a la familia Fenris al completo la conocía todo el mundo en las noticias.
– [Lexie]Ni yo por el tuyo[/Lexie].
– [Noah]Si te molesta que te pregunte por tu vida, lo evitaré, lo siento.[/Noah] – me asustó la idea de haber preguntado demasiado.
– [Xie]No es que me moleste, es que no tengo nada especial que contar[/Xie].-respondió encogiéndose de hombros.
– [Noah]Solo quería saber más cosas sobre ti.[/Noah] – me disculpé, tratando de quitarle importancia con la cara que puse. Después de eso tardé un rato en saber qué decir. Pensé cientos de conversaciones pero tenía miedo de que todas acabasen mal.
Lexie me miró y suspiró.
– [Lexie]Mi hermano es un gilipollas[/Lexie].- dijo.
Le devolví la mirada, fijándome en esos ojos que, sin importar su aspecto, siempre eran ella, siempre transmitían su misma intensidad, su mismo fuego.
– [Noah]Es de la edad de Vera y Elliot ¿no?[/Noah] – comenté, para no presionar.
– [Lexie]Sí[/Lexie].- respondió.- [Lexie]Es…como yo, pero peor[/Lexie].
– [Noah]Bueno, tu eres objetivamente maravillosa.[/Noah]
– [Lexie]Este se dedica a beber, decir que folla con todo bicho viviente y hacer el imbécil[/Lexie].- el claro ejemplo de una persona joven y consentida que no tiene claro el valor del dinero que maneja.
Negué con la cabeza. – [Noah]Todavía no sabe de qué va la vida.[/Noah] – le quedaba aún mucho que aprender. Por un segundo pensé que le habría venido bien venir a este viaje como cura de humildad, pero luego me di cuenta de que Vera, Elliot y otros que no querían llevar esta vida ya estaban aquí contra su voluntad. Ya había bastante gente arrastrada a esto.
– [Lexie]Salvo que mi padre se arruine, no creo que lo sepa nunca[/Lexie].- continuó.
– [Noah]Nunca se sabe. Pero si se arruina, mi cabaña es tu cabaña.[/Noah] – me acerqué y le di un beso en la mejilla, que estaba fría por el viento incesante. Después me aparté y reconozco que estaba sonrojado porque no sabía hasta donde llegar. Quizá un beso en los labios era demasiado teniendo en cuenta que no llevaba su aspecto normal.
– [Lexie]Está bien saberlo. Siempre he tenido complejo de cerda[/Lexie].- replicó riendo. No lo entendí al momento, los nervios a veces hacían que mi velocidad pareciese ir al revés.
– [Noah]¿De cerda?[/Noah] – pregunté. Entonces me di cuenta del chiste con la cabaña y los tres cerditos. Verdaderamente ese lobo no tendría oportunidad contra mi cabaña.
Me di cuenta de que caminábamos ahora muy cerca el uno del otro y darle un beso me había costado bastante menos de lo que pensaba, así que me lancé sobre una idea que llevaba dando vueltas un buen rato. – [Noah]Ahora que hemos arreglado las cosas ¿te…te gustaría..salirconmigoenserio?[/Noah]
– [Xie]Nadie sale ya[/Xie].- replicó ella echándose a reír.- [Xie]Eso es de…1990[/Xie].
– [Noah]Soy un antiguo. Y me gustas. De verdad. Todas me gustáis…todas las lexies….no…no digo las….que también….[/Noah] – mi lengua se apresuraba demasiado y me costaba ordenar los pensamientos para no parecer un pervertido.
Ella me llevó una mano al pelo y lo acarició.
Suspiré. – [Noah]Lo que quiero decir es que te quiero.[/Noah] – noté como la sangre se me acumulaba en el rostro, ni siquiera fui capaz de mirarla.
Ella se quedó callada, alucinando probablemente. Seguro que me tomaba por loco, pero la última vez que se lo había dicho había ido tan mal que no quería que se quedase en aquella impresión.
– [Noah]Es…eso…solo quería que lo supieras.[/Noah]
– [Lexie]Joder, Noah. Qué intenso eres[/Lexie]
– [Noah]Después de Lexie Reed, de Allie y teniendo en cuenta que estamos perdidos y no sabemos cuando volver…no quiero perder el tiempo.[/Noah]
– [Lexie]Yo…yo…[/Lexie]
– [Noah]No hace falta que lo digas. Puedes decir otra cosa.[/Noah]
– [Lexie]Eres…el Drow de mi cárcel[/Lexie].- bromeó. Le devolví una sonrisa y decidí terminar con aquella timidez insana delante de ella. Lexie era una mujer decidida, estaba cansado de titubear así que recogí fuerzas recordando aquél beso en la cueva y para cuando me quise dar cuenta, estábamos el uno frente al otro, besándonos, sin que me quedase muy claro cuánto llevábamos así.
Fue un momento sencillamente maravilloso y podría haberlo disfrutado más si mi vida amorosa hasta entonces no hubiese sido un cúmulo de tropiezos y mala suerte. Para no romper la costumbre, los árboles del bosque empezaron a moverse a ritmo de un viento frío que nos rodeó. Aquél no era un frío normal, te calaba hondo, hasta los huesos y traía presagios de maldad y muerte.
– [Lexie]¿Eso ha sido que hemos hecho magia con el beso o algo chungo?[/Lexie]
Tragué saliva, sin apartarme de ella. Entonces lo vi por encima de su hombro. – [Noah]Algo chungo, Selardi.[/Noah] – dije, segundos antes de girarnos y colocarme delante. Cole, Laura y Bowie se detuvieron al vernos parados, pero su rostro cambió al ver a aquella…aparición.
A unos metros de nosotros, entre la niebla, completamente inmóvil sobre las escaleras empedradas había una figura de aspecto femenino. Llevaba un vestido blanco sucio, a juego con su cabello oscuro enmarañado. Sobre su cara llevaba una máscara blanca con rasgos caricaturescos de mujer, pero estaba ajada, tanto que en lugar de una sonrisa parecía estar llorando.
Cole pasó por mi lado y se colocó delante de los tres. – [Cole]Mucho cuidado al moveros y al responder.[/Cole] – caminaba lentamente y su voz era un susurro. Él tenía más experiencia con los demonios de japón, así que lo mejor sería hacerle caso.
Como si las palabras de Cole la hubiesen activado, la mujer alzó el rostro enmascarado con la mirada fija en él y de ella surgió una voz espeluznante.
– [b]¿Crees que soy bella?[/b] – Cole titubeó. Traté de pensarlo por mí mismo, pero no sabía tanto de los demonios orientales porque mi tiempo lo había invertido en los tanuki y otras especies de yokai cercanas. Sabía algunas cosas básicas, como que los espectros estaban a la orden del día y eran mortíferos y violentos.
– [Xie]¿Qué es esto, Cole?[/Xie] – preguntó Lexie, mantiendo la voz en un susurro, algo poco característico de ella. No podía culparla, la visión era aterradora. Apenas se había movido desde que habló, pero los pocos movimientos que había hecho eran inhumanos.
– [Cole]Una Kuchisake-onna. Si le digo que sí se quitará la máscara y nos enseñará su boca cortada de oreja a oreja antes de volver a preguntar. Si repetimos que si, nos hará lo mismo, si decimos que no. Nos matará.[/Cole] – respiró profundamente, pensando. Aquella descripción era digna de las peores pesadillas.
– [Laura]¿Entonces qué hacemos?[/Laura] – Laura parecía estar pasando un mal momento.
Cole siguió avanzando lentamente mientras pensaba, pero ella empezaba a impacientarse. Su pie derecho avanzó, posando lentamente su planta descalza y oscurecida por el barro en el siguiente escalón, ascendiendo hasta nosotros. – [Cole]Irá uno a uno. Yo le responderé y vosotros huís.[/Cole] – dijo con tono serio.
Iba a replicarle, no podía ponerse en peligro para escudarnos a nosotros. Quizá tendríamos más opciones saliendo de allí a toda velocidad. Pero Cole no me dejó hablar, hizo una seña y negó con la cabeza. Me asaltó el miedo de que aquella criatura pudiera cogerme incluso a todo lo que pudiera correr.
– [b]¿Crees que soy bella?[/b]
– [Cole]Sí.[/Cole] – respondió. La mujer se detuvo y llevó una blanquecina mano a su máscara. Mientras se la quitaba, no pude dejar de mirar. No quería verlo, sabía que aquella imagen me perseguiría para siempre, pero fui incapaz, estaba congelado en el sitio.
Lo primero que vi fueron sus ojos, en apariencia humanos pero con un iris blanco. Cuando terminó de quitarse la máscara lo vi. Su boca ocupaba casi toda su cara, formada por un corte de oreja a oreja desgarrando su boca completamente.
– [b]¿Crees que soy bella?[/b] – volvió a preguntar. Vi la señal de Cole y no esperé. Laura, Bowie y Lexie no habían pedido estar allí y yo era el único que podía sacarlas a tiempo, pero volvería a por Cole.
No tuve tiempo a cambiar a forma demoníaca y sus tres cuerpos empezaron a pasarme factura a medida que corría a toda velocidad entre la niebla y los árboles, así que me detuve en un hueco entre árboles, sin alejarme demasiado para poder escuchar si Cole necesitaba ayuda, pero lo suficiente como para huir si era necesario.
El viento se había parado, pero un ruido de arrastre empezó a escucharse cada vez más cerca. Miré a Laura, Bowie y a Lexie, no me atrevía a moverme de allí con ellas porque podría ir de lleno a una trampa. No sabía qué hacer.
– [Laura]No tenía que haber venido aquí…[/Laura]- dijo Laura, aferrando la mano de Lexie.
– [Noah]No te preocupes. Estamos juntos, estaremos a salvo. Solo falta que Cole vuelva.[/Noah] – le aseguré.
El ruido de arrastrar se intensificó hasta que un bulto apareció tras la niebla. Me preparé para transformarme y pelear si no quedaba más remedio.
Observé fijamente a la criatura mientras dejaba atrás la niebla y su cuerpo se distinguía mejor. Parecía también una joven de piel nívea. Busqué con la mirada sus piernas, pero no había nada que encontrar, era como aquél primer zombie de ‘The Walking Dead’, salvo que su aspecto parecía más vivo. Las puntas de su melena azabache estaban salpicadas del granate de la sangre seca allí donde rozaba con la parte inferior de su torso.
Me fijé en que se movía arrastrándose con sus brazos, dejando tras de sí un reguero de sangre. En el brazo derecho llevaba una hoz con aspecto de estar muy afilada.
Escuché gritos como a cámara lenta y me di cuenta de que Lexie y Laura me llamaban, desesperadas. Sin darme cuenta había entrado en supervelocidad mientras la observaba. Cuando volví a la velocidad normal me di cuenta de que aquél ser se movía muy rápido.
Estaba a punto de coger a las tres de nuevo cuando escuché otro ruido en el bosque. Se movía rápido y el ser que estaba a unos metros de nosotros lo buscó tambien.
Respiré aliviado al ver que era Cole quien aparecía tras la niebla y no un nuevo ser como aquellos. – [Cole]Noah aléjanos de aquí, lo más rápido que puedas.[/Cole] – pidió con dificultad, debía haber corrido como un demonio para llegar hasta nosotros.
Asentí y los agarré lo más rápido que pude mientras dejaba salir mi aspecto de Rakkthathor. Para cuando cogí a Cole, aquél «torso» de mujer ya tenía preparada la hoz para cortarlo en dos.
Me alejé de ella lo más rápido que pude, pero sentí pánico al ver que no conseguía poner tanta distancia entre nosotros como estaba acostumbrado. Por primera vez en mucho tiempo me sentía lento. Estaba ganando distancia pero poca y tenía que esquivar los árboles, cosa que a aquél ser no le daba mucho problema.
Dejé de mirar atrás y me centré en el frente, con los dos corazones resonando intensamente a raíz del miedo que tenía por mí y por los que dependían de mí.
Al final el ser se quedó atrás, pero no dejé de correr. Aquella niebla seguía cubriéndolo todo. Frente a mí y a ambos lados veía espectros de todo tipo, aterradores, observándome pasar con sus ojos muertos y una sonrisa de malevolencia.
Ese bosque era perverso y todo en él buscaba llevarnos a formar parte de sus perpetuos habitantes.
Seguí corriendo sin saber cuanto hasta que frente a mí, a escasos centímetros se apareció un espíritu horrendo, oscuro como la sangre seca, con un rostro que parecía humano pero estaba deformado por la oscuridad que lo corrompía. Le caían cabellos largos y blancos por el rostro, alargado, inhumano, lleno de dientes como los de los peces de las profundidades.
Lo esquivé pero eso me hizo tropezar contra unas rocas en el camino. Traté de rectificar el rumbo y conseguí evitar que los demás tuviesen todo el golpe del «momentum» que llevaba acumulado, así que conseguí dejarlos en el suelo antes de estamparme contra un árbol.
Lo último que vi antes de caer inconsciente fue a los espectros rodeándonos.