Moondale

Etiqueta: Lexie Reed

  • AL MÁS PURO ESTILO LOUNA

    Lexie – Nave

    Noche

    Nos encontramos con el otro grupo en el pasillo central de la Nave, el que conectaba con lo que esta gente llamaba «La Sala Común». A mí eso me sonaba a Harry Potter. Creo que le tenía manía a esa saga por culpa de Idris. Una vez, cuando teníamos once años, aparecí con el primer libro debajo del brazo y aquí mi colega se puso a decirme: «¿ese es el libro del puñado de blancos heteronormativos que salvan el mundo de un malo sin nariz?»

    Me dolió, para qué vamos a negarlo ahora. La mitad de las palabras que me dijo no me sonaron a nada, , pero Idris era mi modelo a seguir. Acabé donando el libro a una tienda que compraba cosas de segunda mano y me olvidé del mago inglés para siempre.

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  • CUERPO Y PSIQUE

    XANDER ECHOLLS

    LUNA VILTIS, LA KVASIR – NOCHE

    Mi prima hizo girar de nuevo la botella y se detuvo en Jane. Por un momento temí que le tocase con otra persona después del momento tan cercano que habíamos tenido hacía un rato, pero Kay captó mi mirada preocupada y me guiñó un ojo. Como era de esperar la botella giró una segunda vez deteniéndose en mí.

    – [Jane]Xander, ¿cuánto le has pagado a tu prima?[/Jane] – dijo Jane riéndose. Hacia tanto que no la veía reírse y hablar conmigo así que cuanto más nos acercábamos aquella noche más me parecía que eso no podía ser real y alguien estaba jugando con nuestra mente.

    – [Xander]Yo no…[/Xander] – me excusé, notando como me subía la sangre y la cara se me encendía. Esperaba que el resto pensaran que era cosa del calor de estar todos juntos en un espacio reducido.

    – [Jane]Y creo que elijo reto.[/Jane]-  añadió. La miré y ella parecía despreocupada. Después de que nos hiciesen bañarnos desnudos y de haber visto…bueno, su perfecta anatomía trasera, no sabía cómo reaccionar, así que parecía Geralt meditando mientras el resto del mundo pasaba a mi alrededor.

    – [Idris]Se lo voy a ceder a Lexie, Kay o Coquito, porque no quiero que me odies.[/Idris] – escuché decir a Idris. Caí en la cuenta de que yo podía haber pedido el reto y mi turno había pasado al no decir nada. En parte mejor, desde la piscina no dejaban de pasarme todo tipo de pensamientos y no quería que Jane me tomase por un pervertido o coaccionarla de alguna forma a hacer algo que no quería.

    – [Lexie]Os toca comeros la boca.[/Lexie] – dijo Lexie. Mi estómago dio un vuelco y me puse un poco nervioso. Miré a Jane, que no parecía para nada afectada.

    – [Xander]¿U-un beso?[/Xander] – pregunté. Lexie no había dicho beso pero necesitaba clarificar. No os podéis imaginar las veces que había pasado por mi cabeza un beso con Jane. Tantas que para mí verlo convertido en realidad era algo muy importante. El «primero» se había estropeado por haber sido engañado por Omega y no quería que un verdadero beso con Jane se quedase en una prueba de un juego en un noche loca. Además, era mucho asumir que Jane quisiera besarme. Ella misma lo había dicho, que pudiera tocarla no implicaba que tuviera que atraerla.

    – [Lexie]He dicho comeros la boca. Nada de un beso.[/Lexie]- escuché puntualizar a Lexie, que me miraba fijamente. Era extraño que actuase con confianza conmigo cuando esa relación la asociaba a otra cara completamente diferente, pero tenía que educarme y empezar a pensar en ella con ese aspecto. En realidad, le pegaba más, se la veía más suelta, menos contenida, menos como una actriz y me alegraba de que finalmente hubiese podido salir de eso.

    De pronto me asaltó a la mente un pensamiento. No solo sería mi primer beso con Jane, sería su primer beso. ¿Allí, mientras todos observaban? – [Xander]Delante de vosotros no.[/Xander] – avisé, sorprendido al no haberme parado a pensarlo antes de decirlo. No podía hacerlo delante de ellos. No era justo para ella, ni tampoco para mí.

    – [Lexie]Pues Dante se va con vosotros a vigilar.[/Lexie]- sugirió Lexie. Miré a Dante, que negó con la cabeza con total tranquilidad.

    – [Idris]También están las ronchas, desconfiada. Deja intimidad.[/Idris] – añadió Idris, intercediendo a mi favor.

    – [Lexie]Lo siento, Dante. No ha colado.[/Lexie]- respondió Lexie sonriendo. Entonces se levantó y vino hacia mí. No sé cómo lo hizo tan rápido pero de pronto tenía un pintalabios y me estaba pintando los míos. – [Lexie] Para que no haya dudas.[/Lexie] – añadió.

    Cuando terminó, vi que Jane me esperaba de pie, así que fui hasta ella y empezamos a caminar sin una dirección clara, pero lejos del resto.

    – [Xander]Es un juego. Sé que sería tu primer beso así que…yo hablaré con Kay.[/Xander] – estaba siendo un imbécil, ocultando mis sentimientos y lo que de verdad me apetecía hacer, solo por el hecho de que tenía miedo al rechazo o quizá peor, a la indiferencia.

    – [Jane]¿Dónde quieres…?[/Jane] – preguntó ella con timidez, como si no me hubiese escuchado. Se apartó un mechón de pelo de la frente y no pude dejar de fijarme en lo bonita que era su melena, tan oscura y tan brillante, aún húmeda después del baño.

    – [Xander]No te preocupes. Yo me llevo las culpas[/Xander] – dije aparentando seguridad. Ya veis, no era precisamente un ejemplo de asertividad. Sabía perfectamente que lo lógico habría sido decirle que me gustaba, que quería besarla y preguntarle si a ella le apetecía, pero en lugar de eso, me puse el último de la lista. Con esa mentira me había engañado muchos años, pensando que Jane estaba mejor sin saber de mí, que no quería mis explicaciones.

    – [Jane]Oye, yo quiero mi beso.[/Jane] – dijo ella, rompiendo el hechizo que llevaba años maldiciéndome. En aquél momento todo a lo que alguna vez me había resignado se tambaleó. Era la segunda vez que pasaba, después de volver a hablarnos en Senatus. Jane me rompía todos los esquemas.

    – [Xander]¿S-si?[/Xander] – fue lo único que conseguí decir. Era aún joven, acababa de ver semidesnuda a una chica con la que llevaba media vida soñando y ahora íbamos a besarnos, así que mi cabeza no regaba excesivamente bien.

    – [Jane]Hay que seguir las reglas del juego siempre y nos ha tocado besarnos, así que quiero mi beso.[/Jane] – dijo ella. Parecía un razonamiento muy lógico pero no conseguía saber si de verdad le apetecía.

    Al final, llegamos hasta la enorme cabina de la nave, desde la que se veía en toda su inmensidad el valle en el que nos encontrábamos y el cielo, en ese momento oscuro y repleto de estrellas gracias a aquél mundo sin contaminación lumínica.

    Me acerqué a Jane y apoyé una temblorosa mano en su cintura. Y hasta ahí llegué porque las dudas volvieron a atormentarme. ¿Y si no salía bien? ¿Y si solo lo hacía por la presión del juego?

    – [Jane]Ven aquí.[/Jane] – tercera vez que Jane ponía mi mundo patas arriba. Me cogió de la camiseta y nuestros labios chocaron. Eran suaves y buscaban los míos. Al principio nuestro beso fue torpe, atropellado. Yo parecía un maniquí de nuevo y ella hacía lo que podía. Entonces mi mente se conectó y me dejé llevar, entregándome a un beso que nada tenía que ver con el de Omega. En aquél había intensidad, rabia. Este era intenso pero en un sentido completamente diferente, apasionado pero contenido, melodioso, tierno. Un beso en el que los dos estábamos verdaderamente conectados.

    – [Jane]Bueno, pues listo.[/Jane]- dijo, separándose. El carmín estaba por toda su boca y probablemente también por toda la mía. Cada momento se estaba grabando a fuego en mi memoria, seguramente para revisitarlo más tarde y analizar cada uno de mis errores justo antes de dormir.-[Jane] Vamos.[/Jane] – añadió. Observé cada uno de sus movimientos cuando se puso en pie y por mi mente se cruzaron algunos pensamientos que me hicieron caer en la cuenta de que tenía un problema allí mismo.

    – [Xander]Ve… Ve delante.[/Xander]- le pedí. Ella se giró y me miró, sorprendida. – [Xander]Ahora voy.[/Xander]- no había manera en la que pudiera hablarle de eso en ese momento.

    – [Jane]¿Qué te pasa?[/Jane] – preguntó, preocupada.

    – [Xander]Nada, necesito unos minutos para… estirarme[/Xander] – disimulé, aunque no sabía si a esas alturas ya colaría entre la piscina y aquél beso.

    Jane enarcó una ceja y pensé que ese gesto la hacía terriblemente sexy. Piensa en cosas no eróticas, piensa en cosas no eróticas….Merelia, la playa de Merelia….Jane en bikini en la playa de Merelia…mierda. – [Jane]Tengo dos hermanos.[/Jane] – sentenció. Me había pillado, pero aquello era como cuando te caes y te levantas como si no pasara nada. Ya había intentado fingir así que tocaba seguir hasta el final.

    – [Xander]¿Y?[/Xander] – me hice el tonto, y no, no era buen actor, no quedó muy convincente.

    – [Jane]Nada, nada.[/Jane]- soltó una risilla y caminó de vuelta al círculo dejándome allí, mirando las estrellas y pensando en que la que más brillaba se estaba alejando en ese momento. Me giré para mirarla y terminé hipnotizado por el movimiento de su trasero. Mi cuerpo y mi psique estaban totalmente a su merced.

     

  • TODO EL MUNDO ODIA A IDRIS

    IDRIS SOLO-NOVAK

     LUNA VILTIS, LA KVASIR – NOCHE

    Aquella botella siguió girando controlada solo por la voluntad de Kaylee. Juntos actuábamos como una máquina bien engrasada que se encargaba de hacer que nuestro variopinto grupo empezase a unirse más. Kaylee era el cerebro y yo la bocaza.

    Lo peor de mi papel era que me había ganado algunas malas caras porque le había puesto demasiado empeño en impulsar algunas interacciones y forzar a la gente a saltarse sus inhibiciones.

    Aquella vez, la botella giró y apuntó primero a Ezra y después a Xander. No necesité saber qué iba a pedir, así que cuando lo hizo, respiré aliviado por no tener que pensar nada más durante unos segundos. – [Ezra]Verdad.[/Ezra] – pidió. Lo bueno de la verdad es que a mí no me tocaba hacer nada. Al principio me había divertido mucho con los retos, pero después de un buen rato jugando, no dejaban de pasar por mi cabeza las personas que podían haberse molestado.

    – [Xander]¿A quién te gustaría conocer mejor?[/Xander] – preguntó Xander. Le miré y después observé a Ezra. La pregunta no estaba mal. Ezra era desconocido para casi todos nosotros aunque hubiésemos oído hablar de él durante media vida, porque su padre lo había buscado con ahínco.

    – [Ezra]A todos la verdad.[/Ezra] – alcé una ceja esperando que su mirada se cruzase con la mía, pero no pasó. – [Idris]Di al menos tres, Bob el Silencioso.[/Idris] – bromeé. Aquél grupo no se iba a unir solo mientras hacía misiones separados en mundos jodidos, necesitábamos cumpleaños, viajes y momentos extraños entre nosotros. Los Moondies habían estado encerrados en una pesadilla, pero también habían ido a Escocia; habían tenido paranoia, pero también habían cantado en la boda de Elizabeth.

    – [Ezra]Vera y Elliot no existían en mi futuro. Supongo que Jane y Owen también debido a que son distintos. Y he dicho cuatro. [/Ezra] – eso ya estaba mejor. Vera levantó la cabeza y miró hacia Ezra, encantada de sentirse incluida. Lo cierto es que podíamos haberles dicho que se sentaran, aunque sean más pequeños, habría puesto sus retos a la altura, sin cosas raras. Pero con suerte habría una próxima vez.

    De los gemelos, Jane parecía la más preocupada, debía haberse puesto a pensar en su clon malvada y eso había aguado lo bien que parecían haberlo pasado en la piscina.

    Kaylee estuvo rápida y la botella volvió a girar, emparejando de nuevo a Amy y Owen. – [Amy]Dejadme en paz. [/Amy] – se quejó ella. No parecía haber salido tan triste del armario, pero después de un rato pensando demasiado tenía pinta de haberse vuelto a preocupar. – [Owen]Supongo que…verdad. [/Owen] – pidió él, facilitándole las cosas.

    – [Amy]¿Por qué te haces el tonto si no lo eres?[/Amy] – preguntó. Todos los ojos se giraron hacia Owen.

    – [Owen]Es más sencillo así. Tenéis esa idea de mí y no me molesté en cambiarlo.-[/Owen] respondió él, demostrando que todos tenemos mucho más de lo que aparentamos.

    Después de eso, trató de bromear para tapar lo que acababa de decir y como unos cuantos se quedaron pensativos, aprovechamos para hacer una pausa en el juego y cubrir necesidades básicas como mear, beber, comer o en mi caso, disculparme.

    Decidí que lo mejor era empezar fuerte, así que caminé directo hacia Lexie que en ese momento estaba sirviéndose un trago de bebida.

    – [Idris]Eh, ¿podemos hablar?[/Idris] – le pregunté.

    – [Lexie]Depende. ¿Me vas a dejar o vas a monopolizarlo todo?[/Lexie] – vale, la valoración previa en la escala de cabreo era considerable. Aun así, conocía a Lexie de toda la vida y estaba acostumbrado a llevarle la contraria en algunas cosas y que nuestra relación saliese airosa. De todas formas, esta vez el enfado venía por algo distinto.

    – [Idris]Vale, es eso. Pensé que nos estábamos divirtiendo.[/Idris] – comenté. Cuando surgió la oportunidad no me di cuenta de que a ella pudiera molestarle. Solo lo hice, esperando dirigir la orquesta hacia nuestro momento triunfal.

    – [Lexie]El juego ha sido idea mía. Yo he robado esa botella y lo he propuesto.[/Lexie]

    – [Idris]Eso lo saben todos. Solo proponía cosas divertidas Lex.[/Idris]

    – [Lexie]Siendo el centro de atención como siempre.[/Lexie]

    – [Idris]No sabía que te había molestado tanto.[/Idris]

    – [Lexie]Pues sí.[/Lexie]- se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido. No penséis que no me afectaba su enfado, pero cuando fruncía el ceño siempre me la imaginaba en su forma de mapache y me daba ganas de echarme a reír.

    – [Idris]Lo siento. Quería dar un empujón a todos aprovechando tu idea.[/Idris] – a veces el camino más rápido es una disculpa sincera. Pensé que todos nos divertiríamos igualmente y que de paso podríamos unir fuerzas, pero no quería eclipsar a Lexie.

    – [Lexie]Bueno, da igual, es que a veces parece que no te vas a callar nunca y me apetece esperarte en la puerta de la nave con una navaja.[/Lexie] – espetó. Ahí la tenías, con más billetes que todos los demás juntos y parecía salida directamente del gueto.

    – [Idris]No tenía que haberte presentado a los Drow.[/Idris] – bromeé, echándome a reír. Llevaba mucho rato luchando con la imagen mental del mapache cabreado.

    – [Lexie]Para eso ya es tarde.[/Lexie]- sonrió, así que ya me había perdonado.

    – [Idris]¿Me perdonas bigotillos?[/Idris] – insistí para confirmarlo, aún tenía a mucha gente posiblemente cabreada y tocaba ir tachando nombres.

    – [Lexie]No juegues con la idea de que pueda tener bigote en un mundo sin pinzas de depilar.[/Lexie] – replicó seriamente, buscando un espejo en el que mirarse.

    – [Idris]Seguro que puedes robar unas.[/Idris] – le rasqué la coronilla suavemente, como hacía desde que era una renacuaja a la que le encantaba meterse en problemas. – [Idris]Pienso vengarme de tu enfado.[/Idris] –  le susurré.

    – [Lexie]Te recuerdo que podría tomar tu apariencia y asesinar a alguien.[/Lexie] – respondió ella. Los dos sabíamos perfectamente que mentir estaba en su naturaleza, pero jamás sería capaz de hacer daño a una mosca.

    – [Idris]Ya te tocará con Noah, ya.[/Idris] – le dirigí una mirada pseudomalvada y respiré aliviado mientras me alejaba.

    Os confesaré algo, esperando que nadie encuentre ahora este diario y le de por ponerse con él. Parezco un tipo muy seguro, atractivo, con mucha autoconfianza y atractivo, pero no me gusta que nadie esté cabreado conmigo, me gusta hacer las cosas bien y llevarme bien con todos.

    Así que mis ganas de que ellos también se llevasen bien entre sí habían chocado un poco con ese deseo de llevarme bien con ellos y al final, como soy un angelito de dios, les había puesto a ellos por delante.

    Chloe estaba saliendo del baño de la planta principal justo cuando pasé al lado, así que me acerqué.

    – [Chloe]Mira tío, no seas stalker.[/Chloe] – dijo al ver que caminaba hacia ella.

     – [Idris]No, no soy Dante. Soy yo, Idris.[/Idris] – bromeé, alzando una ceja.

    – [Chloe]Ja, ja.[/Chloe]- estaba empezando a notar lo adolescente que era aún.

    – [Idris]Ya sé que todo el mundo sabe que soy un poco bocazas, pero parece que hoy he batido records.[/Idris] – sinceridad amigos, la respuesta fácil. El truco está en quererse lo suficiente como par ano (jajajaja he escrito ano)…para no sentirse mal por hacer algo mal. – [Idris]Lo de antes era una broma. No quería cortarte el rollo[/Idris] – añadí. La chica había hecho un buen reto y la había cortado por ponerme yo a las riendas. Caca Idris, caca.

    – [Chloe]Da igual.[/Chloe]- gesticuló con la izquierda para quitarle importancia.- [Chloe]En en futuro eres majo y siempre me contabas chistes de caca.[/Chloe] – de ahí sacaba dos cosas, una que estaba vivo y dos que seguía teniendo mano con les niñes.

    – [Idris]Ah, bien. Ya tengo repertorio por si quieres escucharlos.[/Idris] – respondí agradecido de pasar a una conversación menos seria. En el fondo me sentía cohibido por el estar a la altura de mi yo futuro. – [Idris]Entraban un ruso, un italiano y una americana en un bar. ¿Sabes como sigue?[/Idris] – pero mi boca siempre iba por delante.

    – [Chloe]Me gustaban cuando tenía tres años. No ahora.[/Chloe] – dijo ella, poniendo los ojos en blanco. Dios mío, la adolescencia, que intensa es.

    – [Idris]Prrrrrrrrr[/Idris] – tenía práctica haciendo pedorretas, así que conseguí no regarla con saliva. – [Idris]Lo siento, ese era el chiste. Prrrrrrrr[/Idris] – alargué la pedorreta.

    – [Chloe]Qué vergüenza das, tío.[/Chloe]- espetó alejándose.

    – [Idris]Oye, no me hundas en la miseria. Te veo reírte.[/Idris] – la señalé con el dedo mientras se alejaba. Al principio había hecho un gesto dramático de vergüenza, pero mi chiste era especial, te iba calando poco a poco y ya estaba echándose a reír aunque lo disimulase.

    – [Idris]Oye, te veo reírte.[/Idris] – le dije.

    – [Chloe]No, estoy llorando. [/Chloe]- respondió ella. Solté una risa y le guiñé un ojo de complicidad. Su secreto estaba a salvo conmigo.

    Leo estaba sentado allí al lado, sin haberse movido apenas desde que se levantó del juego. Si hubiese estado hecho de piedra habría pensado que era una estatua. Por lo inmóvil y por estar esculpido como un dios olímpico.

    – [Idris]Oye Leo. Siento que lo de antes te molestase.[/Idris] – dije sentándome al lado. Había cogido práctica a las disculpas y ya daba pocos rodeos.

    Leo tardó unos segundos en arrancar a hablar y cuando lo hizo, di gracias, porque todo ese tiempo estuve pensando en que si mis ojos no fueran solo para Coquito, estaría alucinando con aquél «físico». – [Leo]No le des vueltas.[/Leo] – comentó.

    – [Idris]Ya, pero bueno, te veo aquí rallado, sin jugar y me da cosa.[/Idris]

    – [Leo]No soy mucho de juegos.[/Leo]

    – [Idris]Bueno, si te apetece algo tú dilo.[/Idris] – me puse en pie porque era mejor no insistirle y le tendí la mano. – [Idris]Sin rencores entonces, ¿no?[/Idris] – solo para asegurarme, porque era tan lacónico que aún tenía dudas.

    – [Leo]He tenido mi dosis de rencor para toda una vida.[/Leo]- añadió con amargura. Le di un apretón de manos para intentar animarle y pensé cómo demonios podía estar tan mazas alguien que se dedica a la música y no parece estar todo el día en el gimnasio.

    Mientras me alejaba pensé que todavía nos quedaba mucha intervención que hacer. Con aquél juego conseguiríamos unir a muchos, pero otros todavía se resistían más y Leo tenía varios puntos abiertos. Sobre todo con las MacLeod.

    Hablando de las reinas de Roma, me encontré a Amy hablando con Vera y esperé mientras se hacía la loca para evitarme.

    – [Idris]Ams, te toca el turno en la ronda de disculpas.[/Idris] – le pedí. Vera me miró y se fue a hablar con el tipo serio nuevo, Lekwaa. – [Idris]Lo de Owen era broma, no pensé que pasase nada…serio.[/Idris] – expliqué cuando nadie nos escuchaba. Lo que le pasaba a Amy desde hacía años era un secreto a voces y por eso quería tener especial tacto con ella, porque no se merecía recaer en esa depresión por culpa de un comentario o una acción desafortunada. Solo había querido animarla y tenía miedo de haber conseguido lo contrario.

    – [Amy]No tienes que pedir perdón.[/Amy]- respondió, intentando parecer despreocupada. – [Amy]Yo dije de jugar a esta mierda de juego en el que también estaba Owen.[/Amy] – añadió. Me pareció que se refería solo al tema del armario.

    – [Idris]Decía también desde antes de eso, cuando llegaron.[/Idris] – pensándolo bien, Amy tenía unas cuantas cosas por las que podía estar enfadada. – [Idris]Vi que estabas tensa pero no sabía que pasaba algo.[/Idris] – me acerqué a ella y le puse una mano en el hombro. Cercano pero sin pasarse.

    – [Amy]Ah, eso.[/Amy]- dijo. – [Amy]Tú no tienes nada que ver. Owen es muy intenso.[/Amy] – añadió. Intenso porque le gustaba la muchacha más que comer con los dedos. Y en este caso, era mutuo, que era un denominador común a la mayor parte de los retos que había puesto con la ayuda de Kay. A ver si fornicaba ya toda esa gente y se les quitaban las tensiones y las dudas.

    – [Idris]Ya pero no quería incomodarte. A veces intento ayudar demasiado.[/Idris] – a veces por no mencionar todo el viaje espaciotemporal este.

    – [Amy]Esto no tiene arreglo.[/Amy]- dijo ella. La miré a los ojos, o al menos lo intenté, porque el pelo le tapaba la cara.

    – [Idris]¿Tan grave es?[/Idris] – pregunté. No parecía enfadada con él ni nada por el estilo y en el armario parecía haber ido medio bien.

    – [Amy]Sí.[/Amy]- replicó.- [Amy]Y no hay forma de huir de ello.[/Amy] – añadió.

    – [Idris]Explícamelo para tontos que no estoy seguro de que ese alcohol estuviera en buen estado.[/Idris] – tenía la cabeza un poco embotada y la botella que Lexie había robado no venía precisamente con la graduación y la fecha de caducidad. Ni siquiera en un idioma comprensible, salvo quizá para Vera. Nota mental: que Vera lea la etiqueta.

    – [Amy]Pero no lo cuentes, por favor.[/Amy]- me pidió. Asentí, podía ser un bocazas, pero los secretos me los llevaría a la tumba. Que si seguía cabreando a tanta gente no sería dentro de mucho tiempo. – [Amy]Owen va a morir por mi culpa.[/Amy]- añadió.

    – [Idris]¿Cómo lo sabes?[/Idris] – pregunté, tratando de procesarlo.

    – [Amy]Lo he visto.[/Amy] – dijo, por cómo lo pronunció supe que se refería a visiones del futuro.

    – [Idris]No jodas que ves el futuro. ¿No puedes…no matarlo?[/Idris] – dije forzándome a bajar la voz. Que vida más intensa teníamos los New Moondies. No podíamos tener una vida sencilla como otra gente. «Oye, ¿por qué no quedamos luego?» sería lo normal y para nosotros la respuesta habitual era algo como «Uff no puedo, hay una profecía que dice que tengo que morir y resucitar para salvar el mundo justo esta noche. Me pilla un poco mal. Lo dejamos para un día que no haya apocalipsis». Asco de vida.

    – [Amy]Los aesir y los lican son incompatibles[/Amy] – dijo Amy, sacándome de mis ensoñaciones de una vida corriente. Mi mente tardó un poco en hacer click.

    – [Idris]Ah, joder…que se os va la mano…[/Idris] – alcé la voz y al darme cuenta la bajé. – [Idris]Hombre siempre podéis fornicar con bozal o algo así.[/Idris] – susurré. Y si alguno tenía ese fetiche hacían un dos por uno.

    Amy me miró como si le hubieran borrado todas las facciones de la cara.

    – [Idris]Y recuerda lo que toda lesbiana sabe. Uñas cortas.[/Idris] – añadí, ese meme atemporal siempre rondaba por mi cabeza.

    Las facciones de Amy seguían sin aparecer. Ante lo serio que era el asunto, no quedaba otra opción que tomarselo a broma.

    – [Idris]¿Qué? Solución tiene. Pensé que lo odiabas o algo así, pero si es por eso…[/Idris] – pensé en voz alta. Se me ocurrían mil formas. Si los padres de los gemelos habían conseguido darle al mambo sin que él la palmase y los de Amy habían conseguido tenerla sin que Diana se volviese lobuna, ellos también podían. – [Idris]Mira tus padres, tuvieron que fornicar para que…vale, ya paro.[/Idris] – frené, la imagen mental de los padres dándole candela era un trauma para todos, especialmente para los gemelos que lo habían visto hacía poco, en su fiesta de cumpleaños. «Toma un regalito hijo» «Papá por dios, vístete» «¡Y quitaos de la encimera!»

    Amy se pasó una mano por el pelo, pensativa.

    – [Amy]Owen es mi botón rojo gigante que pone «no tocar»[/Amy]. – resumió.

    – [Idris]Bueno, tú disfruta del presente que no sabemos que nos pasará mañana. Y si se muere lo resucitamos.[/Idris] – le pasé la mano por la espalda para darle ánimos y se quedó de nuevo hablando con Vera.

    Entendía su miedo, no podía haber nada peor que saber que la persona que te gusta puede acabar dañada por tu culpa, pero teníamos poder, entre todos, mucho. En su día los Daesdi habían premiado a los Daë con elecciones sobre cosas que necesitaban, así que si nosotros llegábamos hasta ese punto, podía haber una cura o un amuleto como el de su madre o algo así.

    La conversación con Xander y Jane fue breve, porque Xander estaba más agradecido que enfadado y Jane creo que debía haber visto algo de la anatomía de mi futuro cuñado porque tampoco estaba cabreada y eso en ella era raro. Tomé nota para volver a mandarles algo más tarde.

    Pasé al lado de Henry y le devolví una sonrisa. Laura estaba por allí, charlando con Jane. Me crucé con Kaylee antes de que se me olvidara y le susurré sus nombres. Ella tenía buena memoria así que caerían pronto.

    Cuando terminé de pegar un repaso a todos los presentes, hasta Vera y Elliot por no haberles dicho de jugar, me acerqué a Coquito, agotado.

    – [Idris]Creo que ya he pedido disculpas a toda la nave, hasta a las hormigas que hay fuera.[/Idris] – bromeé. La miré y os lo digo en serio, creí morir. Estaba guapísima. Era siempre tan alegre y sonriente que estaba radiante.

    – [Elle]Anda ya, no seas exagerado[/Elle].- me estrechó entre sus brazos y me sentí en casa. Sentí cómo se rellenaba toda mi estamina.

    – [Idris]Worth It. [/Idris]- dije, aliviado. El cuerpo de Elle era cálido. No me había dado cuenta hasta entonces de lo frío que estaba el mío.  -[Idris] No te preocupes por el plátano en el bolsillo[/Idris] – le susurré al oído. Sabía que le estaba haciendo cosquillas en el cuello porque su vello se erizó, pero sinceramente, era intencionado.

    Elle metió una mano en mi bolsillo y agarró el plátano que tenía guardado. Llevaba allí desde que Lexie lo había robado, no pude resistirme al chiste, ahora estaría incomible. – [Elle]Por un momento había creído que te alegrabas de verme[/Elle]. – respondió. Su mano sacó el plátano como si fuese a cámara lenta y lo siguiente ya no era un plátano.

    – [Idris]Eso siempre.[/Idris]-alcé una ceja. Elle me conocía lo bastante como para interpretar la señal, pero simplemente se rió. – [Idris]A ti aún no te he enfadado ¿no?[/Idris] – pregunté.

    – [Elle]Nunca[/Elle].

    – [Idris]Estoy deseando que Kaylee, digo, que la botella nos empareje.[/Idris]

    – [Elle]Eso va a tardar, porque he pedido magreo con Jane[/Jane].- hizo el símbolo de la victoria con los dedos. Tenía las uñas cortas y limadas. Estúpida y sensual Jane.

    – [Idris]No tenéis bastante compartiendo cuarto,¿eh?[/Idris] – me reí, siguiéndole la broma. A Elle le encantaba bromear con su crush juvenil con Jane. Por suerte ahora eran mejor amigas simplemente, porque con Jane era difícil competir. Xander y ella iban a tener unos hijos que dominarían el mundo. – [Idris]Como soy la voz de los retos me vengaré.[/Idris] – esa noche iba a soñar seguro con todos los retos porno que le habría puesto a Coquito.

    – [Elle]Tenemos que alimentar al fandom[/Elle].- sonrió. Me volvía más loco de lo que ya estaba y a la vez, me ponía los pies en la tierra.

    – [Idris]¿Y los Drizzle qué?[/Idris] – pregunté sin separarme. Era una tontería perder aquél abrazo tan agradable y además, si nos separábamos iba a tener que hacer la broma del plátano a todo el mundo. – [Idris]Alguna recompensa habrá por este sacrificio. [/Idris]- añadí. Elle me miró, ella me entendía, sabía por qué lo estaba haciendo. Con ella no tenía que disculparme ni darle explicaciones.

    – [Elle]Creo que nadie shippea eso[/Elle].- bromeó, sacándome la lengua. ¿Fantasía? Fantasía.

    – [Idris]Aquí el de los shippeos oficiales soy yo, que trabajo me está costando lanzarlos. [/Idris]- empecé a contar con los dedos. – [Idris]Xane, Leylee, Haura, Amowen, Drizzle, un poco de Jelle, Mophie, NoLexie, un poco de Soylee….[/Idris] – no se me daba de maravilla poner nombre de parejas pero algunas tenían gancho.

    – [Elle]Te vas a ganar que te echen por la puerta de la nave al espacio exterior[/Elle].- me recordó. Ah, qué maravilla pensar que aquel montón de hierro había surcado el espacio alguna vez.

    – [Idris]Alguien tiene que hacerlo[/Idris]. – por un momento se me cayó al suelo la máscara de la comedia y quedó el Idris cansado y preocupado. – [Idris]Nos hace falta unión. Ya hay muchas barreras y aunque les caiga un poco peor, hay menos. [/Idris]- Xander y Jane seguían hablando de películas de cómics y de juegos de rol desde hacía un buen rato. Owen y Amy estaban charlando de algo, que ya era un avance. En general, todos estaban aprovechando lo que habían visto y hecho para entablar conversación con los demás.

    – [Elle]A ver si vas a ser tú la Kvasir…[/Elle] – bromeó mirándome fijamente. Ah, la Kvasir, la elegida entre los Daë para unir al grupo. Nosotros no teníamos una Kvasir y eso era raro, los Moondies debían haber acaparado las existencias teniendo dos.

    – [Idris]Que fantasía. ¿Eso significa que habría Drizzle con tercera rueda?[/Idris] – repliqué, frotándome las manos. Ella soltó una carcajada. Era la risa más bonita del mundo.

    – [Elle]Yo solo tengo ojos para Jane…digo para ti[/Elle]- parpadeó, le encantaba quedarse conmigo.

    Me encogí de hombros. – [Idris]Todo el mundo sabe que la Kvasir tiene superfuerza, sueños proféticos, empatía y super trío. Y si no es canon me da igual[/Idris] – Elle me pegó una patada en el culo, con cuidado, porque si no habría estado como el coyote en los dibujos, incrustado en el techo.

    – [Idris]Podemos ir a soltar energía. Entrenar… En horizontal…. Sin ropa.[/Idris] – le ofrecí. Ella caminó hacia atrás, alejándose, mientras se echaba a reír con mi dramatización.

    Volvimos al círculo y al sentarme me di cuenta de que no le había dicho a Kaylee lo obvio, que me pusiera con Elle.

    La botella giró y le tocó a Niall. – [Niall]Reto. Y ni se te ocurra meterme en el armario.-[/Niall] – avisó, riendo.

    – [Noah]Te reto a besar a alguien que te guste.[/Noah] – Noah fue rápido evitando que les emparejase a ellos. Supuse que quería evitar lo que Lexie había pasado media vida pensando.

    Niall miró fugazmente a Leo, pero por suerte no jugaba, porque habría sido un «besa a Leo» en casi todos los casos. – [Niall]Veamos. No me va, no me va. Es hermano. No me va. Es hermano… bueno, como te las das de gracioso.-[/Niall] no esperaba que se parase en mí, pero tenía todo el sentido que me viese guapo. Nos dimos un beso rápido, sin recrearnos.

    – [Idris]Tienes suerte de que ya tenga mi medio Coquito.[/Idris] – bromeé guiñándole un ojo.

    La botella giró de nuevo y oh sorpresa, me tocó a mí y después a Elle. Pedí reto y miré de reojo a Lexie para que hiciese los honores, pero Elle se adelantó.

    – [Elle]Te reto a correr en pelotas por la nave.[/Elle] – abrí los ojos, sorprendido. Había esperado que si me desnudaba no fuese delante de tanta gente. Les miré, estaban pendientes de mi decisión. Lo pensé un momento, podría haber elegido cambiar de reto, pero después de haberles puesto a ellos todos esos retos e instarles a relacionarse, lo mejor que podía hacer era entregarme a la comedia y hacer el sacrificio, que tampoco era mucho porque era un poco exhibicionista.

    – [Idris]Pero tendrás que venir conmigo para asegurarte de que lo hago, ¿no?[/Idris] – le pregunté.

    – [Elle] Me fío de ti.[/Elle] – respondió sonriendo.

    Me encogí de hombros. – [Idris]Ya te tocará.[/Idris] –  amenacé en balde. Me puse de pie y caminé hasta las escaleras. Me quité la camiseta y les hice un calvo grupal, evitando que me vieran el faro de alejandría. Eché a correr y canturreé.

    If you like Pina Coladas, and getting caught in the rain 
    If you´re not into yoga, if you have half a brain 
    If you like making love at midnight, in the dunes of the cape 
    I´m the love that you´ve looked for, write to me, and escape

  • MALA ELECCION DE PALABRAS

    NATE «NIALL» ALLEN

    ESFERA DAONNA

    Debía de existir algún modo de viajar más seguro que este porque estaba empezando a estar cansado de salir volando por los aires y aterrizar con el culo o hacer la croqueta por el suelo. Seguro que los demás eran mejores en esto y aterrizaban hincando la rodilla en el suelo como los superhéroes.

    Al menos el suelo estaba más mullido por una cantidad ridícula de vegetación. Cuando eche un vistazo alrededor era lo mismo, vegetación por todos lados apenas se alcanzaba a ver algo más allá de dos metros.

    Me moví junto a Mike intentando buscar un sendero o camino que pudiéramos usar para movernos sin extraviarnos mucho. Algo cerca de nosotros comenzó a moverse entre la vegetación, solo esperaba que no fuera otro licántropo o machirulos con armadura porque no tenía más ganas de correr. De entre la maleza aparecieron Sophie y Kaylee las cuales iban agarradas del brazo para no caerse entre tantos matorrales.  [Sophie]- ¿Pero qué hacen ustedes aquí?[/Sophie]

    – [Mike]¿Dónde es aquí, exactamente?[/Mike] – Me pregunte lo mismo. Pensaba que alguien nos había cogido desprevenidos y nos había lanzado algún hechizo para alejarnos del resto.

    – [Sophie]En la Prehistoria, mi niño.-[/Sophie] Fue decir esto y se escullo el graznido de un pájaro, pero no un pájaro pequeñito y mono, no, un pajarraco enorme con un pico igual de grande que mi pierna el cual surco el cielo.

    – [Mike]Hace un segundo estábamos en…la edad media.[/Mike] – Mike se encontraba igual de superado que yo, pero de maneras diferentes. El era un hombre de ciencia, yo solo quería irme a casa.

    – [Niall]Ya te dije que esos huesos parecían raros.-[/Niall] Cuando me llamo para recoger unas hierbas nos encontramos con unos huesos bastantes grandes. La verdad es que dimos por hecho que podrían tratarse de alguna clase de licántropo o criatura de este tipo por cómo se las gastaban en ese mundo.

    – [Kaylee]¿Hay forma de moverse entre mundos?[/Kaylee] – Pregunto con un brillo de emoción en los ojos.

    – [Mike]Eso parece.[/Mike] – Parece no Mike, lo es. Que hemos ido a parar al mundo de los dinosaurios. – [Mike]Íbamos a coger una planta extraña y al lado había unos huesos como garras.[/Mike]

    – [Kaylee]Pues voy a ver si toco algo y aparezco en mi casa, porque no hay quien aguante a Alexandra Fenris.-[/Kaylee] Se cruzo de brazos y me identifique mucho con ella, en lo de salir de aquí, porque mi mapachito es amor.

    – [Niall]¿Lexie también está aquí?.-[/Niall] La emoción me invadió el cuerpo, me estire todo lo que daba de mi, que era poco, para mirar por detrás de Kaylee y Sophie.

    – [Kaylee]Sí.-[/Kaylee] Añadió escuetamente. Alarma, espero que no estén de bronca otra vez estas dos, que la última vez casi se arrancan las pelucas.

    – [Mike]¿Y dónde está?[/Mike] – Mike me quito la pregunta de la boca.

    – [Sophie]No sabemos.-[/Sophie] Sophie se encogió de hombros y el pelo le cayó hacia delante con esas puntas rosas. Nota mental, teñirme media cabeza de rubio en un acto de pura locura.

    – [Niall]Tía, ¿donde estas?.-[/Niall] Dije en voz alta esperando que mis palabras se las llevara el viento y dieran con ella.

    – [Lexie]¿Niall? ¿Me estoy volviendo loca y ya oigo voces?[/Lexie].- Me sobresalte al escuchar su voz y no a ella a mi alrededor. Los demás me miraban extrañados. Pues claro, juzguemos a Niall que se acaba de volver loca.

    – [Niall]Yo también te oigo. Debe de ser cosa de ese souvenir que nos han dejado, mira en tus bolsillos.-[/Niall] Me di cuenta que su voz salía de mis pantalones, vale, no es la mejor forma de expresarlo. De mi bolsillo saque una piedra de color rojo y amarillo, por el centro se entremezclaban los colores dándole un efecto bastante chulo.

    – [Lexie]Estoy con Noah que se ha hecho mierda y ahora no puede correr .-[/Lexie] Explico. Maldito Noah, es como con Lexie, se le pone un dinosaurio delante y no piensa.

    – [Niall]Busca un sitio en el que podáis esconderos y vamos a ayudaros, tengo a Mike el médico conmigo.-[/Niall] Un poco ridículo lo de Mike el médico, pero apenas lo conocíamos y tenía que hacer el énfasis en que era médico.

    – [Lexie]Creo que hay una cochambre ahí un poco más adelante.[/Lexie]- Mire delante de mí  como si estuviera a mi lado y todo era árboles. A mi izquierda en un claro a lo lejos pude divisar a lo que Lexie se refería. – [Lexie]Cuatro casas que son más pequeñas que mi baño.[/Lexie]

    – [Niall]Recibido. Ten esta cosa a mano por si tenemos que hablar más.-[/Niall] Si esto se patentaba menuda locura, piedras de colorines por móviles. – [Niall]Tenemos que movernos, han herido a Noah.[/Niall]

    – [Mike]¿Dónde van a estar?[/Mike] – Mike se recoloco la mochila en la que llevaba todos sus utensilios de medicina, o lo que buena mente había entrado en ella. ¿Me lo imagine rollo vigilantes de la playa listo para entrar en acción y salvar a alguien de un tiburón? Me lo imagine.

    – [Niall]Un poblado hacia el norte de aquí.-[/Niall] Me quite la gorra que había olvidado por completo que llevaba, hacia demasiada humedad y empezaba a notar los sudores.

    – [Mike]¿Ese?[/Mike] – Señalo a lo lejos y asentí. Justo por detrás se levantaba una columna de humo que antes no estaba.

    – [Sophie]Lo mejor será que vayan ustedes y nosotras nos quedemos aquí.-[/Sophie] Propuso Sophie. Tía es que nunca has visto una peli de terror, nunca separarse, y menos si eres negro… Y SOMOS TRES.

    – [Kaylee]No, lo mejor es que vayamos todos juntos.-[/Kaylee] Dijo la única blanca del grupo, vale que no estábamos en una peli de terror, pero fijo que los dinosaurios venían antes a por nosotros que a por ella.

    – [Mike]Y rápido.[/Mike] – Dicho y ello echamos a correr en dirección al poblado con cuidado de no llamar la atención de los dinosaurios. Y los dinosaurios no eran nuestra única preocupación, los mosquitos eran del tamaño de mi cabeza y otros insectos terrestres parecían pequeños chiguaguas. Para colmo esa columna de humo también se dirigía hacia nuestro punto de destino.

    El poblado estaba más hecho mierda de lo que parecía a lo lejos. Las chabolas apenas se mantenían en pie y el suelo estaba quemado como si hubiera intentando prenderles fuego varias veces.

    – [Niall]¿Hola?¿Queda alguien con vida aquí?.-[/Niall] No tenía pinta la verdad, pero solo necesitábamos esperar a Lexie y Noah para que Mike le echara un vistazo.

    – [Mike]El poblado parece haber tenido gente hace poco.[/Mike] – Mire hacia donde el observaba. Había bandejas de comida tiradas y lo que parecían muñecos de paja y madera.

    – [Rlia]Aquí solo estoy yo[/Rlia].- El susto no fue pequeño. Una mujer con el pelo alborotado y las ropas raídas y sucias llenas de hollín como su cara se paro frente a nosotros.

    – [Kaylee]Pues si solo quedas tú y eres la Daë, te vienes  y chimpún[/Kaylee].- La mujer no pareció tomarselo muy bien ya que se acerco hasta Kaylee y la empujo haciéndole caer de culo. Sophie rapimente la agarro del brazo y le ayudo a levantarse.

    – [Niall]Tranquila. Solo estamos de paso, estamos esperando a unos amigos que vienen hacia aquí.-[/Niall] De nuevo, tal vez no la mejor frase que decir, la mujer observo como la nube de humo estaba cada vez más cerca, ahora si se podían divisar algunas figuras. Si nosotros desentonábamos en un lugar como aquel, esas maquinas futuristas cargadas de demonios y señores con túnica desentonaba más.

    – [Rlia]¡FUERA![/Rlia]- La voz le cambio por completo a una más gutural. No me fije en sus uñas antes y si las tenía tan largas, pero le hacía falta una manicura. Mike se puso delante de nosotros y sus uñas también crecieron un poco.

    – [Lexie]Coño, hemos llegado al festival del Furry[/Lexie].- Nunca me había alegrado más de ver a estos dos. Lexie iba cargando de Noah por un brazo, y si no hubiese visto la herida de Noah pensaría que se estaba haciendo el tonto para tener la cabeza a la altura de las tetas de Lexie. – [Lexie]Lo tuyo, Kay[/Lexie].

    Los rumores vuelan y más si los esparce Lexie, por lo visto Kaylee y Leo habían tenido o tienen rollito. Y algo de que fue virtual, no sé, no me entere muy bien porque fue escuchar sexo hetero y desconecte.

    Me acerque hasta Lexie y nos dimos dos besos al aire. La muy hija de tanuki tenía el maquillaje intacto incluso en un clima de mierda como este y sin embargo a mí las líneas de los ojos empezaba a corrérseme.

    – [Noah]Rlia, no. No tenemos nada que ver con la gente de los grilletes. No queremos llevarnos tus habilidades.[/Noah] – Como buena enciclopedia humana Noah nos dio el nombre de la mujer leona y mira que cosas si era la Daë que buscábamos.

    – [Rlia]¿Entonces qué queréis de mí?[/Rlia]- Pregunto aun desafiante lista para darle un zarpazo a quien se acercara más de la cuenta.

    – [Noah]Ayudarte. A salir de este mundo y a salvarlo.[/Noah] – Que bien elige las palabras Noah, pero yo no había firmado para salvar nada.

    – [Rlia]¿Y vosotros vais a salvarlo?[/Rlia]- Pregunto con desprecio y no le faltaba razón. Quiero decir, cualquiera que nos viera pensaría lo mismo. Más de la mitad estaba deseando marcharse a casa. Noah miro a Kaylee en busca de ayuda, que pena no tener un bol de palomitas encima.

    – [Kay]Vamos a intentarlo, que ya es más de lo que vas a hacer tú, por lo que se ve[/Kay].- Joder tía, no la provoques, que hace 5 segundos te ha tirado de culo.

    – [Rlia]Eres muy insolente[/Rlia].- Rlia no pareció tomárselo muy mal porque estaba sonriendo de medio lado. Los malos estaban cada vez más cerca llevaban dinosaurios y demonios, seguramente controlados por los tipos de las túnicas, amaestrar un dinosaurio debe de ser imposible. Las jaulas que llevaban iban repletas de sobrenaturales con grilletes y me dio muy mal rollo.

    – [Lexie]Mi Kaylee ve un león y se pone de un tonto…[/Lexie]- Y pensar que hace no mucho se llevaban a matar y ahora serian capaces de ir a mear juntas gracias en parte por Noah.

    – [Kaylee]Calla coño, que estaba pensando la frase épica[/Kaylee].- Se quejo. Si fuera cualquier otro dejaría esto aquí para terminar de manera épica.

    – [Niall]Podemos decidir rápido. No me gustan las pintas de la comitiva que se acerca hacia nosotros.-[/Niall] Y llevaba rato haciendome pis. ¿Que hace uno en estas situaciones, se espera a que pase todo? ¿Se va detras de unos matorrales? ¿Le pide a la anfitriona leona si puede usar su baño o por consguiente agujero donde depositar excrementos?

    – [Rlia]¿Qué gano yo si me voy con vosotros?[/Rlia]- Es que acaso no lo ve ella misma. No sé, que no nos maten esos monstruos que van echando espuma por la boca que se dirigen hacia nosotros.

    – [Soberano]Eterna esclavitud.[/Soberano] – Un día me da un infarto y me quedo en el sitio. Un pavo con pintas militares de finales de 1900 se apareció junto a nosotros junto a otros tantos que llevaban túnicas. El que había hablado era el único que se reflejaba a diferencia del resto, no estaba físicamente aquí.

    – [Kaylee]¿Tenemos pinta de esclavistas?[/Kaylee]- Tú no cariño, pero él señor con cara de pocos amigos que acaba de aparecer sí.

    – [Soberano]De esclavos sí. Lleváoslos a todos.[/Soberano] – Los de las túnicas sacaron unos grilletes y se fueron acercando hacia nosotros.

    – [Niall]Ponme eso encima y te arranco la cabeza de un picotazo.-[/Niall] No soy una persona violenta, no me gusta pelear, pero si nos metemos en temas de esclavitud, vamos a tener un problema.

    Una piedra enorme salida de la nada se lleve por delante a varios de los típicos en túnica. Una figura enorme de roca apareció corriendo con un gruñido y se ensaño con los dinosaurios que teníamos ya encima de nosotros.

    -[Lexie] Menos mal que soy rica, porque no voy a ganar para psicólogos.-[/Lexie] Yo no era rico como para pagármelos, así que necesitaba algo suavecito para tranquilizarme, una tila sí.

    Una mujer de pelo rubio apareció también a la carrera seguida de un elfo con pelazo rubio y un arco que lanzaba flechas de luz.

    – [Noah]Son los otros Daë.[/Noah] – Nos explico Noah, mientras los tres se dedicaban a acabar con las fuerzas invasoras del mal que venían a por Rlia y nosotros.

    – [Lexie]Además de sorda debo ser gilipollas, porque yo no sabía quiénes eran.-[/Lexie] Ni tú, ni yo hermana. Somos los dos pringados del equipo que están aquí por error.

    Tras la batalla, en la que el esclavista había desaparecido en un visto y no visto, hubo un fundido a negro. Pero no el típico fundido a negro del final de una obra de teatro, no. El fundido a negro de aquí viene otra hostia en el culo como no aprenda a aterrizar de una vez en condiciones.

  • MÁS SOLA QUE LA UNA

    Lexie – Louna

    Noche

    Noah y yo habíamos quedado en el puerto justo al lado del puesto de los helados de ‘Arthur’. Estaba oscureciendo y la noche parecía que se presentaba fresca, pero no en exceso. Se suponía que era una cena informal en el restaurante con forma de barco que había frente a la playa, pero cuando me encontré con él, se había puesto un smokin y una pajarita. Os juro que no me caí redonda al suelo, porque encima de las plataformas era capaz de matarme.

    – [Noah]La moda en Louna es muy diferente[/Noah].- comentó al verme con unos shorts negros, un top rojo y unas cuñas rojas también.

    – [Lexie]¿Por qué no me has dicho que ibas a ponerte elegante?[/Lexie]- le pregunté enarcando una ceja tras los dos besos de rigor y el pellizco en el culo que le pegué.

    – [Noah]Era esto o camisetas de superhéroes.[/Noah] – sonrió cohibido.

    – [Lexie]Pero ahora cada uno vamos a una sitio[/Lexie].- me coloqué el pelo.

    – [Noah]Pero si vas arreglada, ¿no?[/Noah] – se encogió de hombros.

    – [Lexie]No[/Lexie].- expresé lo obvio.

    – [Noah]Si quieres cambiarte te espero, o me cambio yo…lo siento.[/Noah] – titubeó con nerviosismo.

    – [Lexie]Vale, espérame aquí[/Lexie].- le guiñé un ojo y le invité a un helado en lo de ‘Arthur’, mientras iba en dirección de una de las boutiques de las calles cercanas en la que vendían vestidos de fiesta que no eran demasiado caros. Por suerte, aún no habían cerrado y encontré un jumpsuit negro con escotazo y volví a donde estaba Noah después de regalarle a la chica de la tienda lo que llevaba puesto antes.

    – [Noah]Va…vaya.[/Noah] – soltó a verme. Se le caía la baba casi de forma literal.

    – [Lexie]Ahora sí[/Lexie].- sonreí. Lo bueno de esta cara era que casi nadie me conocía, aunque con este escote más de uno/a estuvo a punto de comerse un par de farolas.

    – [Noah]Estás muy guapa.[/Noah] – admitió.

    – [Lexie]Esa es la idea, cariño[/Lexie].- le guiñé un ojo y le limpié un poco de helado de vainilla de la comisura del labio.

    Él me sonrió.- [Noah]Lo has conseguido, totalmente.[/Noah]

    Comenzamos a andar ante las miradas de algunos Lounies y me enganché a su brazo. «Es mío, bitches», quise tatuarme en la frente.- [Lexie]Te voy a llevar a un sitio súper pijo[/Lexie].

    – [Noah]Te aviso que como mucho.[/Noah] – agachó la cabeza de forma timida. Ay, Noah…

    – [Lexie]¿Y qué comes?[/Lexie] – le susurré al oído. Por un instante se me pasó por la cabeza hacer el resto del trayecto en limusina, pero me parecía muy exagerado, así que lo deseché en el último momento.

    – [Noah]De…de todo.[/Noah] – le costó mantener la compostura. – [Noah]Te iba a invitar a mi casa un día pero ya no me atrevo.[/Noah]

    – [Lexie]O me invitas tú o Cora me dice dónde vives[/Lexie].- era broma (o no).

    Parecía extrañado. A ver si se había asustado- [Noah]No me tiene localizado.[/Noah] – me mostró su muñeca sin Infinity Band. En teoría, tendría que haber dejado de usarla también, pero en un mundo controlado por Infinity, no podías escapar de ellos – [Noah]Vivo en una cabaña de madera, en el Bosque de los Susurros.[/Noah]

    – [Lexie]Qué envidia[/Lexie].- a lo mejor mi padre me podía comprar una cabaña. O un bosque.

    – [Noah]No sé, viendo lo de esta noche creo que podrías comprar mi casa fácilmente.[/Noah] – señaló mi nuevo outfit.

    – [Lexie]Mis padres tienen pasta, pero no vamos a hacer un mundo de eso[/Lexie].- le resté importancia.

    Noah me miró y creo que le brillaron los ojos. Qué obvio era mi chico a veces.- [Noah]Cuando quieras puedes venir, conozco una zona bastante bonita.[/Noah] – la invita.

    – [Lexie]Yuju[/Lexie].- di un salto y le planté un beso en la mejilla.- [Lexie]Mierda, te lo he dejado marcado[/Lexie].- se lo limpié con el pulgar (y sin saliva).

    – [Noah]No te preocupes, así puedo fardar de que me ha besado una chica guapa.[/Noah] – me miró.

    – [Lexie]Ven[/Lexie].- tiré de él y entramos en el restaurante, que estaba cerrado para nosotros. Habían recogido todas las mesas y la nuestra estaba en el centro, con un mantel de hilo blanco y un jarrón de rosas rosas en el medio. Por el hilo musical sonaba ‘Home’, de Red Riding Wolf. Qué pena que hubieran acabado cada uno por su lado.

    – [Noah]¿No decías que iba muy arreglado?[/Noah]- preguntó mirando a su alrededor a ver al personal del restaurante darnos la bienvenida.

    – [Lexie]Este es mi castigo[/Lexie].- nos sentamos en la mesa. Frente a nosotros, solo estaban la playa de Louna y el atardecer.

    – [Noah]Que todos los castigos fueran una cena en la playa con una persona maravillosa.[/Noah] – le puse un dedo en los labios para que dejara de intentar ruborizarme.- [Lexie]Shhh[/Lexie].

    Pedimos las bebidas (vino con refresco de cola para mí y un té para él) y esperamos a la comida, que decidimos que fuera elección de la chef.- [Lexie]¿Me he pasado un poco? No pienses que quiero fardar de pelas ni nada[/Lexie].- me disculpé. Nunca sabía dónde estaba el límite entre ser agradable y pasarse de creída.

    – [Noah]No, claro que no. No pensaría eso de ti.[/Noah] – me miró a los ojos. – [Noah]Si después de esta noche sigo queriendo salir contigo, no pienses que es por dinero. Me habría pasado igual si hubiéramos cenado en un Infinity Burguer.[/Noah] – explicó dándole un sorbo a su té.

    – [Lexie]Me flipan las de un dólar[/Lexie].- me imaginé la salsa y me relamí.- [Lexie]Me podría comer un camión[/Lexie].- muchas noches, Idris y yo habíamos ido a comer unas cuantas.

    – [Noah]Están buenísimas.[/Noah] – se sinceró – [Noah]Te invito a una cuando terminemos.[/Noah]- llegaron los platos. Para él, una lasaña vegetal cuyas placas estaban fritas en lugar de al horno y para mí, un filete empanado con patatas. Era gracioso lo diferentes que éramos.

    El personal del restaurante se retiró y nos quedamos solos. Durante un rato, solo comimos escuchando por los altavoces al tostón de Zahara, que era la prima de Lana del Rey.-[Noah]Eh…Allie…[/Noah] – miró a ese fraude de lasaña sin carne – [Noah]Tampoco quiero asumir nada pero…bueno, me gusta pasar tiempo contigo. Mucho.[/Noah]

    – [Lexie]¿Y te gustaría hacer más cosas conmigo? Follar, por decir una[/Lexie].- sonreí después de tragar un trozo de carne.

    Noah se atragantó. – [Noah]Yo…eh…sí pero…Dos…[/Noah] – soltó una carcajada. – [Noah]…me gustas mucho Allie, no quiero que pienses que es solo por físico.[/Noah]

    – [Lexie]¿Qué tiene de malo si sólo es físico?[/Lexie] – me comí una patata con las manos. Las patatas fritas no se pueden comer con cubiertos o pierden la gracia.

    – [Noah]Pues…no es que tenga nada de malo…pero no querría que fuera solo eso.[/Noah] – se excusó.

    – [Lexie]¿Y la otra?[/Lexie]- pregunté como la cacho de cabrona que soy.

    – [Noah]No te voy a mentir. Lexie es mi mejor amiga y durante mucho tiempo sentí algo por ella.[/Noah] – se confesó. ¿Cómo podía ser tan mala? – [Noah]Pero la conexión contigo es…diferente. Sé que…bueno…que te quiero.[/Noah] – se sonrojó y la carne se me fue para Turee.

    – [Lexie]Coño[/Lexie].- tosí con violencia y me recompuse.

    -[Noah]P-perdón…¿me he pasado?[/Noah] – parecía preocupado.

    Cogí el móvil a tientas del pequeño clutch rojo y fui en dirección a la terraza.- [Lexie]No, no, es que…me llaman[/Lexie]- mentí. Noah se quedó tan quieto que ni terminó la lasaña.

    Llegué a la terraza con las piernas temblorosas y marqué el número de Idris sin pensarlo. Cuando descolgó, empecé a hablar. Por las pintas, parecía que estaba tirado en el sofá viendo algo el muy vago.- [Lexie]Idris, que me cago en la leche que me ha dicho que me quiere[/Lexie].

    – [Idris]¿Y Lexie?[/Idris] – Idris se lo estaba tomando a coña a jugar por las carcajadas que oía y a mí me estaban dando ganas de clavarle el tacón en los cojones.

    – [Lexie]Que es su amiga y yo qué sé qué más[/Lexie].- daba vueltas por el porche como una posesa.

    – [Idris]Vamos a ver, ¿a ti te gusta?[/Idris]- la pregunta de Idris me detuvo.

    – [Lexie]No sé[/Lexie].- mentí.

    – [Idris]O eres la tanuki que peor miente o he pasado mucho tiempo con mi padre.[/Idris] – confesó. – [Idris]¿Qué dudas tienes?[/Idris]

    – [Lexie]Que soy una colección de tías, mentirosa compulsiva y en mi versión de verdad, sorda y orco[/Lexie].- todos mis miedos parecían estar sentados conmigo en el porche.

    – [Idris]Un orco dice la tía…[/Idris] – bufó- [Idris]A ver, ciega sabemos que eres, pero aparte de eso, Noah está ligando con «Allie», no con Lexie, así que no te quiere solo por Lex y Xie.[/Idris]

    – [Lexie]Las llamo las Lexies[/Lexie].- me reí por no tomarme un Trankimazin.- [Lexie]Pero no puedo sacar esa apariencia porque me lo cargo todo[/Lexie].

    – [Idris]Pues vete en pelotas y usa tu poder para hacerle ver un vestido.[/Idris] – propuso. – [Idris]O puedes ser una postadolescente del presente y mandarle un mensaje como Lexie por si tienes dudas.[/Idris]

    – [Lexie]Es que no quiero que sepa quién soy. Ni que me quiera ni nada. Quiero irme a casa[/Lexie].- protesté.

    – [Idris]A ver, Bigotillos, no vas a huir toda tu vida[/Idris].- se me iluminaron los ojos al escuchar eso.

    – [Lexie]Es un buen plan[/Lexie].- Noah era tan sigiloso que no lo vi llegar. A saber cuánto había escuchado.

    – [Noah]Allie, he venido para disculparme pero…¿qué está pasando?[/Noah] – puso los ojos como platos al ver a Idris en la videollamada.

    – [Lexie]Mierda[/Lexie].- colgué con tanta rapidez que el teléfono se cayó al suelo y la pantalla se rajó. Tantos avances y los teléfonos seguían siendo de cristal.- [Lexie]Nada[/Lexie]

    Recogí el teléfono y me miró.- [Noah]Allie, explícamelo. Por favor.[/Noah]-  parecía dolido. Me miraba como si fuera un cachorrillo abandonado. ¿Qué había hecho?

    – [Lexie]No sé de qué me estás hablando[/Lexie].- mentí.

    – [Noah]Estabas hablando con Idris. No quieres que sepa quién eres. ¿Qué es todo esto?[/Noah] – estaba tenso.

    – [Lexie]¿Nada?[/Lexie] – y yo no sabía ni qué decir.

    Noah negó con la cabeza y entró con rapidez al restaurante a coger su bandolera. Los camareros y la cocinera debían estar flipando en colores.- [Lexie]Noah, no te vayas… por favor[/Lexie].- le pedí, ahora como Lexie Reed, su amiga. Qué bien me venían las ilusiones para no reventar los vestidos, pero me iba a costar untar a unos cuantos del personal del restaurante si no quería que contaran lo que podía hacer.

    – [Noah]¿Lexie?[/Noah] – la cara se le desencajó y yo asentí.

    – [Noah]¿Has sido las dos….todo este tiempo?[/Noah] – cada pregunta que me hacía, se me clavaba como un puñal. Era una puta mentirosa compulsiva adicta a hacer daño a la gente.

    – [Lexie]Te dije que era una ilusionista[/Lexie]. – me defendí. – [Lexie]Pero no que también era una Tanuki[/Lexie].

    – [Noah]Reed…¿Eres la hija de Karen?[/Noah] – se quedó pensativo.- [Noah]Y Lowell…por Fenris.[/Noah] – fui enseñándole una a una a todas mis chicas. Joder, mi padre me iba a matar cuando tuviera que soltar el pastizal que me iban a pedir estos cabrones.- [Noah]¿Cuál es tu cara real?[/Noah] – pregunta

    Volví a mi cara antes conocida como Allie. – [Lexie]Nací con esta[/Lexie].

    – [Noah]¿Alexandra Fenris?[/Noah] – me miró con tristeza y decepción.

    – [Lexie]No te enfades, por favor[/Lexie].- lo pedí en vano.

    – [Noah]Cinco años, Allie…Lexie…ni siquiera sé cómo llamarte.[/Noah] – estaba tan dolido que me estaba empezando a doler a mí.

    – [Lexie]Me puedes llamar «gilipollas»[/Lexie].- le propuse y él negó con la cabeza.- [Noah]Has estado en mi casa…te he contrado mis secretos…dos veces.[/Noah]

    – [Lexie]Noah, no lo entiendes[/Lexie]. – fui a cogerle la mano. – [Lexie]Yo… no sé qué decir[/Lexie].

    Él se liberó con rapidez.- [Noah]¿Y lo de Lexie aquella vez?[/Noah]- se refería a cuando me declaré. Ups.

    – [Lexie]Lo siento[/Lexie].- agaché la cabeza.

    – [Noah]¿Qué pretendías? Puedes ser sincera por una vez.[/Noah] – eso fue duro de escuchar y noté cómo me entraban ganas de llorar, pero aguanté.

    – [Lexie]No quería darte pena[/Lexie]. – señalé el audífono. – [Lexie]Me parecías demasiado bueno y demasiado guapo y…[/Lexie]- ahora sí me cayeron unas lágrimas.

    – [Noah]…cinco años.[/Noah] – me replicó.

    – [Lexie]No lo quiero justificar, pero soy un puto mapache[/Lexie]. – en realidad, sí me estaba justificando – [Lexie]En el juego ese que tienes en tu casa siempre hacen trampas[/Lexie].

    Él suspiró. Supongo que estaba harto.- [Noah]Tendrás que coger un taxi. Yo iré andando.[/Noah] – comenzó a caminar.

    – [Lexie]¿Te vas?[/Lexie]- no entendía nada.- [Lexie]La lasaña sigue ahí[/Lexie].

    – [Noah]Necesito pensar.[/Noah] – dijo sin más.

    –  [Lexie]No es la mejor excusa cuando eres super rápido, pero bueno[/Lexie].- me fui a la mesa a comerme mi cena.

    – [Noah]Hay cosas que es muy difícil procesar.[/Noah]- y allí me quedé.

    En un puto restaurante más sola que la una.

  • NO TE HAGAS ILUSIONES

    Lexie – Residencia Universitaria ‘Fenris’

    Noche

    Me estaba costando horrores concentrarme. Navegaba por el catálogo de InfiniTV con la esperanza de dar con el vacía cocos perfecto. Gossip Girl, Élite y Pretty Little Liars. Nada, no era capaz de aguantar más de cinco minutos. ¿Y si probaba con Friends? La comedia más famosa de los noventa seguía teniendo gracia cuarenta años después, pero el problema era yo.

    Desconecté la tele decidida a escuchar música, pero no me animaba ni Ariana Grande. Esa debía ser la señal inequívoca de que algo iba mal, pero no quería admitirlo. La culpa de todo la tenía Noah. Si no se hubiera empeñado en jugar a los héroes, no habría tenido que negarme. ¿Tan difícil era de entender que no me apetecía salvar el mundo? ¿Qué había hecho el mundo por mí?

    El problema estaba en que, por muy igual que me diera el destino de la humanidad, porque total, era la hija de un magnate y seguro que había algún búnker en el que nos acogerían, no me pasaba lo mismo con Noah.- [Kaylee]Sé que soy la persona que peor te cae de todo el mundo, pero Noah te necesita[/Kaylee].- en algún punto, había abierto la puerta y ante mí estaba la versión desmejorada de Kaylee MacLeod en peto.

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  • PARTY WILLIAMS

    Owen Williams – Casa de los Williams

    Noche

    Seguro que os estáis preguntando, ¿un momento, esto es otra entrada con viajes al pasado?. Nada más lejos de la realidad. Lo mismo en el futuro vuelve a contar batallitas del pasado, pero por ahora estamos en el tiempo presente.

    Tras una tarde agotadora limpiando la piscina entre el trío Williams, decidimos hacer una fiesta para celebrar nuestro cumpleaños, el de Jane y el mío, que no somos trillizos, pobre mi madre si hubiésemos sido tres.

    Estábamos todos, o casi todos. Amy no era muy dada a fiestas y Xander no iba a venir por razones obvias, lo cual me parece una gilipollez, todo el mundo sabe que van a acabar juntos, y no, no estoy narrando esto desde el futuro ni soy nostradamus, simplemente es un hecho.

    Hubiese molado que viniera Leo, un famoso en nuestra fiesta de cumpleaños. Pero llevaba meses desaparecido, no se sabía nada de su grupo. Cole era otro que llevaba tiempo en paradero desconocido, lo último que sabíamos por Dante es que estaba en Japón. Cualquier día se presentaba con la cabeza rapada y unos hábitos de monje budista.

    Y Tina llevaba como media hora en el baño, seguramente esperando a que llegara Kaylee para no estar sola y encontrarse con Jane. Hubiese ido a ver como estaba, pero era el encargado de la barbacoa con mi flamante delantal de tío en bolas. Evidentemente las partes bajas estaban pixeladas como en los sims para no herir la sensibilidad de los menores.

    – [Owen]¿Quien quiere probar mi salchicha?[/Owen] Pregunte a voces llamando la atención de todos mientras movía una salchicha en el aire con las pinzas. Si os habías pensado otra cosa tenéis la mente muy sucia. – [Owen]También tengo pinchitos, bacón, un pescado muy raro…[/Owen]

    – [Dante]A mi dame uno de cada, menos de tu salchicha.[/Dante] – Me dolió que Dante no quisiera probar mi salchicha, pero se lo perdonaba por el pedazo de casco que me había regalado con llamas por lo lados.

    – [Jane]Owen, no seas ordinario.[/Jane]- Perfeccionista mi otra mitad se preparo una hamburguesa que poco tenía que envidiar a las de Hannibal´s. Mientras todos íbamos en bañador o en short las chicas, Jane recatada como ella solo llevaba un vestido de playa y a pesar de ser ya tarde un pequeño sombrero a juego.

    – [Idris]A mí ponme una salchicha y dos albóndigas.[/Idris] – Idris me puso el plato delante para que le sirviera entre risas. Llevaba un bañador con estampados de cocos y una camisa hawaiana medio desabrochada.

    – [Owen]No tengo albóndigas. Te puedo freír dos huevos en la sartén.-[/Owen] La salchicha bailoteo en su plato sola sin ningún acompañamiento.

    – [Idris]Con Coquito en bikini me los puedes freír encima.[/Idris] – Busque a Ellie e iba con la parte de abajo del bañador y una camisa amarrada a la cintura. Me recordó a las pintas de Amy en la playa de Merelia, solo le faltaba el sombrero playero.

    – [Lexie]¡Se lo voy a decir a tu madre![/Lexie]- Allie, la cual conocía solo un poco de vista de juntarse con Noah amenazo a Idris mientras llenaba su plato de comida para ella y Noah.

    – [Owen]El del fuego aquí soy yo. A ti los huevos se te quedan fríos.-[/Owen] Le chasquee los dedo en modo gueto como solía hacer él y salieron un poco de chispas de entre los dedos.

    – [Idris]¿Quieres que te haga cubitos la barbacoa?[/Idris] – Pregunto entre risas mientras posaba un dedo en la barbacoa dejando una fina capa de nieve.

    – [Owen]No, pero ve enfriando las bebidas que se ponen calentorras.-[/Owen] Las neveras donde estaban las bebidas era ya todo agua. Idris habitual en él se vino arriba e hizo una pista de hielo.

    -[Jane] Voy a ir arrancando el coche para cuando os abráis la cabeza.[/Jane]- Jane siempre pensaba en la seguridad, pero en el fondo estoy seguro de que le hubiese encantado patinar un poco en esa pista improvisada. De pequeños habíamos visto unas 100 veces Frozen. Ella era Elsa y un servidor Anna.

    – [Idris]Aguafiestas.[/Idris] – Idris derritió la pista interrumpiendo así a Elliot y Vera que eran los únicos que estaban patinando.

    – [Elle]Que alguien le quite a Jane el control de la música, por favor.[/Elle]- Pidió Ellie sonriendo mientras mordía la pajita de su refresco.

    – [Jane]¿Por qué, no os gusta Raphael?[/Jane]- Mi hermana se hizo la ofendida y cambio de canción a un grupo con nombre de condimento.

    – [Dante]DJ Villiers entra en la sala.[/Dante] – Dante se levanto de su zona en la que se encontraba apartado con una sonrisilla que le duro poco en cuanto vio la mirada fulminante que le echo Jane. Dante cambio de dirección y se marcho al centro de la pista de baile.

    – [Idris]¿No bailas?[/Idris] Le pregunto a Allie la cual estaba con los brazos cruzados mientras casi todos bailábamos.

    – [Lexie]¿Esto se baila?[/Lexie]- En realidad la muchacha tenía razón. Idris se encogió de hombros y siguió bailando con sus particulares pasos. El de repartir cartas, el de del salero…

    – [Owen]Noah, baila con la muchacha o lo hago yo.-[/Owen] Le advertí quitándome el delantal dejando al descubierto mi cuerpazo esculpido por Dioses griegos. Me pareció ver a Noah vibrar a toda velocidad calculando posibilidades y se arrimo a Allie para bailar con cierto aire de preocupación.

    – [Idris]¿Bailas conmigo entonces?[/Idris] – Idris me ofreció la mano y yo acepte encantado.

    – [Owen]Pensaba que nunca me lo ibas a pedir.-[/Owen] A pesar de no ser un baile lento nos arrimamos y nos pusimos a bailar despacio. A nuestro alrededor se escuchaba alguna risilla.

    – [Mike]Vaya, ¿entonces Ellie está libre?[/Mike] – Mike, el medico, o futuro medico, no estaba claro aun, apareció por la corredera del salón cual caballero andante.

    – [Elle]Te estaba esperando.[/Elle]- Elle se lanzo encima de él y se quedo colgando de su cuello. Buen trapecio tenía Mike.

    – [Mike]¿Me echabais de menos?[/Mike] – Me pareció ver a Dante mover las alas contento. Mike tenía cierto porte de realeza. Lo mismo acababa gobernando algún país.

    – [Tina]Vale, acaba de pasar una cosa super fuerte.[/Tina]- Tina apareció convirtiéndose en el centro de atención de todos.

    – [Owen]¿Que se ha roto?.-[/Owen] Le pregunte. A lo que ella me agarro por un brazo y tiro de mí hasta la puerta de la cocina. Escuche un gemido y me dio un escalofrió. Empecé a echar cuentas de quién faltaba en la fiesta. Quien se podría haber escaqueado. Me puse a enumerar con los dedos, lo mismo era Owen. Que digo, Owen soy yo. Abrí poco a poco la puerta entrecerrando los ojos. Lo que encontré en frente mía no se lo recomiendo a nadie. Mi padre, encima de mi madre, ambos encima de la mesa de la cocina. Dándole, dándole muy fuerte al tema.

    – [Tina]Qué flexibilidad.[/Tina]- Escuche decir a Tina detrás de mí. Se había puesto de puntillas y había apoyado su cabeza en mi hombro. Me puse delante de ella y le hice girarse para que volviera con los demás. Cuando me volví habían parado, mi madre estaba tapada con un mantel de la cocina y mi padre se estaba tapando sus partes con una olla. Ambos respiraban agitados.

    – [Owen]En la mesa que comemos todos, so marranos.-[/Owen] Enrolle una revista y le di golpes a la puerta para que se pusieran las pilas. Poco más y le prendo fuego a la cocina para eliminarlo todo – [Owen]Anda largo de aquí antes de que os vea Jane.[/Owen]

    Le arree con la revista a mi padre en el culo y los dos salieron como un cohete hacia el dormitorio. Supongo que volvía a ser de ambos.

    – [Jane]¿Dónde están? Que los mato.-[/Jane] Jane apareció ante mí con las mejillas encendidas. Sorprendentemente Tina había tardado segundos en cascarlo todo en la fiesta. Si yo podía manipular el fuego Jane ahora mismo podía incendiar a alguien con la mirada.

    – [Owen]Están arriba. Pero tal vez no sea el mejor momento para ir.-[/Owen] Le sugerí cogiéndola por un brazo, mientras le hacia un gesto a Elliot para que no entrará nadie dentro de la casa.

    – [Jane]¿Que no? Madre mía, te digo yo a ti que sí.[/Jane]- Note como el brazo se le hinchaba y echo a andar hacia las escaleras arrastrándome detrás de ella. Subía las escaleras de dos en dos y cuando llego a la parte de arriba iba dando tumbos de un lado a otro mientras yo me comía las paredes a su espalda.

    Entro en la habitación como un huracán. Los cuadros que estaban colgados en la pared temblaron. Corrimos hacia la ventana y vimos a mi padre volar por los aires en bolas con mi madre en brazos aun tapada con el mantel.

    – [Jane]Seguid volando, que como os pille en tierra, se os van a quitar las ganas de trincar.[/Jane]- Jane alzo el puño al cielo agitándolo.- [Jane]¡Guarros![/Jane]

    Escuche algo de cristal hacerse añicos. Desde la entrada de la casa comenzó a llegar un olor fuerte a colonia. Cuando miramos hacia abajo en la entrada de la casa con cara de pavor y vestidos como si fueran a la gala de los Oscars, estaba Laura, una amiga de Jane de la universidad con la que había congeniado y su más uno. El olor venía de una caja de regalos que estaba tirado en el suelo. Mi padre había causado tal impresión que se les había caído el regalo.

    [Owen]Bienvenidos.-[/Owen] Les grite desde la ventana. – [Owen] Pasad, la puerta está abierta. La fiesta es en el jardín.[/Owen]

  • CONSEJOS VENDO Y PARA MÍ NO TENGO

    Lexie – Casa de los Williams

    Tarde – Noche

    Lo peor de tener una discapacidad, sin entrar en lo obvio, que es tenerla, porque, joder, a nadie le gusta estar como una tapia o no poder andar, es que te miren con pena. La pena está sobrevalorada, porque en realidad, es una sensación fea. Siento ser yo la que os lo diga, pero sentir pena nunca ha ayudado a nadie. «Qué pena, con lo guapa que es y tiene que llevar un audífono». Uno: mi belleza es más que obvia e independiente del audífono. Dos: si no lo llevara no te escucharía decir gilipolleces y mira, casi que mejor.

    Nací con una discapacidad auditiva unilateral que me ha costado asumir, pero una vez que lo he hecho, ser sorda (o casi sorda) no me define. Por suerte, hoy en día esto tiene remedio. Así que cuando Noah me invitó a la fiesta de sus amigos, que también eran los de la encantadora-hasta-el-extremo Elle, dije que sí como Allie y no como Lexie. Sí, todavía estábamos así.

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  • BELLEZA SOBREVALORADA

    Niall – Universidad de Moondale

     

    Hace tiempo que veo a Noah escribir diarios, desde que le conozco vamos. Dice que es un buen modo de mantener los pensamientos en orden y que es como una especie de tradición entre su familia y amigos. Así que tras un par de insistencias por su parte me he decido por empezar también uno.

    Supongo que debería de empezar por el principio. Nací en un pequeño pueblo de Colorado, Graveyard Creek. Es el típico pueblo de interior de los Estados Unidos que con el paso de los tiempos se está perdiendo hasta que no será más que un pueblo fantasma. Tampoco es que tenga mucho más que ver más allá de sus bosques colindantes, es un lugar de paso en el parar a descansar.

    Nunca he sido popular en el colegio, tampoco es que lo fuera en la actualidad. No es precisamente sencillo ser gay en un país de religiosos hipócritas como lo es Estados Unidos. Aunque peor sería vivir en Rusia o en algún país islamista, supongo que no debo quejarme del acoso que he recibido teniendo en cuenta que en otros lugares se vive mucho peor.

    Noah y Lexie son mis dos únicos amigos con los que siempre podre contar. Hasta no hace mucho no tenía amigos, lo único que tenía en mi vida era la música, un modo de desinhibirme de la realidad y crear belleza del sonido. Moondale era el sitio más barato que me podía costear, así que probablemente no acabe siendo una estrella internacional pero tal vez acabe enseñando a generaciones futuras en alguna clase, quién sabe.

    Estaba intentando crear una nueva pieza instrumental cuando me percate de que Lexie se acercaba. Algunos de los chicos y chicas se le quedaron mirando. Lexie siempre era el centro de las miradas allá donde fuera, en algunos casos de manera asquerosa por parte de los tíos y un tanto envidiosa de las tías. Aunque estas últimas a veces simplemente asentían sorprendidas por lo agraciada que había salido Lexie. La envidiosa era Blue.

    – [Lexie]Te voy a contar una cosa, porque o te la cuento a ti o reviento[/Lexie].- Se sentó tan cerca de mí que podía oler el perfume que se había echado, encima la tía iba oliendo a piruletas, flipad.- [Lexie]Pero necesito que me acompañes a un sitio en el que no nos vea nadie.[/Lexie]

    -[Niall]¿Te has comido la hamburguesa pocha de la cafetería? Te he dicho que es mejor comer fuera del recinto. ¿O es que acaso te has acostado con Noah?.-[/Niall] La verdad es que no quería saber ninguna de las dos cosas, no quería detalles sexuales de heteros o hablar de comidas en mal estado que me provocaban nauseas.

    – [Lexie]¿Eh?[/Lexie]- Se quedo mirándome confusa con una ceja levantada.- [Lexie]Ven[/Lexie].- Se levanto y me agarro de la mano tirando de mi. Como puede metí las partituras con la mano libre en la mochila y la arrastre por los aires. Salimos de la cafetería a toda velocidad hacia el baño de las tías. Había dos chicas que gritaron un poco al verme entrar, madurad. Lexie les chasqueo los dedos para que espabilaran y salieran mientras miraba en los aseos asegurándose de que no había nadie. – [Lexie]Van a pensar que estamos trincando, pero no puedo arriesgarme a que nos vean[/Lexie].

    -[Niall]Lo dudo, lo de que soy gay es de dominio público. Bueno cuéntame.-[/Niall] Me eche contra el lavabo cruzándome de brazos expectante.

    – [Lexie]No grites[/Lexie].- Se quedo quieta en un punto moviendo las piernas de delante hacia atrás mientras echaba la cabeza hacia delante.

    [Niall]Que sea gay no implica que sea experto en tetas.-[/Niall] La sociedad tenía esa impresión del colectivo gay, solo por ir con mujeres la mayoría del tiempo ya daban por sentado de que eras un experto en la materia. Se me torció el culo, literalmente del lavabo, cuando la apariencia de Lexie cambio en mis narices.

    – [Lexie]Esta es mi apariencia de nacimiento[/Lexie].- Se recogió el pelo y me enseño un audífono que llevaba en el oído.- [Lexie]Estoy sorda de un oído[/Lexie].- Hizo una pausa en la que intente procesar todo lo que me iba soltando.- [Lexie]Pero como una puta tapia[/Lexie].

    Me quede mirándola sorprendido. Era monísima, piel morena, una cara perfectamente perfilada y unos ojazos castaños, por no mencionar que tampoco iba mal servida de delantera. Supuse que se acomplejaba por lo de su oído, Lexie parecía no saber que la belleza estaba sobrevalorada y los defectos eran bonitos. Al rato volvió a cambiar de aspecto dos veces más, una de rasgos chinos, según ella, lo mismo tenía más apariencias asiáticas. Y otra de piel negra, y las dos igual de guapas, ¿es que esta chica no conocía la feura o qué? – [Lexie]Tengo muchas más[/Lexie].- Añadió volviendo a la que decía ser su aspecto de nacimiento.

    -[Niall]¿Y no tienes ninguna apariencia de un maromazo que rompa camisetas?.-[/Niall] Pregunte a modo de broma pero cruzando los dedos.

    Lexie se quedo mirándome y volvió a cambiar de aspecto, pero no a ningún maromo. Ahora tenía el aspecto de una joven delgada, alta, con una larga melena y cara de no haber roto un plato en su vida que había acaparado alguna que otra portada del corazón. – [Lexie]A esta seguro que la conoces[/Lexie].

    – [Niall]Eres la hija de el macizo de Alexander Fenris.-[/Niall] Alexander Fenris, fantasía sexual de señoras y gays, lo mismo te monta un piso en la playa que te deja preñada con la mirada.

    – [Lexie]Noah no se puede enterar[/Lexie].- Me agarro por los brazos zarandeándome.- [Lexie]Por fi, por fi, por fi[/Lexie].

    -[Niall]Lo entiendo, es capaz de explotarle la cabeza al verse ante tanta muchacha agraciada.-[/Niall] Noah era muy listo, pero ya lo estaba viendo cual gif de señora procesando todas las caras de Lexie.

    – [Lexie]Y yo pensando que Noah era más gay que tú[/Lexie].- Añadió sonriendo con su apariencia de Allie, porque al igual que caras tenía nombre para cada una de ellas. Tenía que hablar muy seriamente de esto con ella, no podía ocultar toda su vida quién era en realidad entre cientos de mascaras por un defecto auditivo.

    -[Niall]Veo que el pequeño Noah por fin te ha dicho el flechazo que tiene contigo.-[/Niall] No era… bueno si que lo era, era un secreto que solo yo conocía, Noah estaba prendado por ella desde el primer día que la vio. Caballero como es no sabía cómo entrarle a la muchacha sin parecer un acosador, así que ha optado por jugar la baza de esperar años. Ha tenido la flor en el culo de que no se le ha adelantado nadie.

    – [Lexie]Ya te contaré[/Lexie].- Añadió sin más.- [Lexie]Pero no ahora, que seguro que me paso dando detalles[/Lexie].

    Salimos del baño de las chicas, por suerte no había nadie por los pasillos para juzgar. Decidimos ir a tomar un buen desayuno a base de cereales. Noah diría que es puro postureo, pero estaban tan ricos.