Moondale

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  • LA ÚNICA OPCIÓN

    Anne – Dyavol

    Tarde

    La piel cobriza de Cas, que tan bonita me había parecido a mí cuando lo tuve por primera vez en mis brazos, era el blanco de mil y un comentarios. Eso, unido a la ausencia de su padre, nos hacía el blanco perfecto para todas las críticas. Por ello, casi cada día nos íbamos a pasar el mayor tiempo posible en la playa. Tampoco es que hubiera mucho más que hacer, la verdad sea dicha.

    Mientras mi hijo, con aquella ropa que empezaba a quedarle pequeña, correteaba por la playa, yo me senté lo más lejos posible del agua. Era un día cualquiera de la semana, porque todos parecían el mismo, pero ese fue diferente. El día que lo cambió todo.

    No esperaba encontrarme con él y tal vez, si Cas no se hubiera caído de culo en la arena, no nos habríamos llegado a conocer.- Cas, ten cuidado que vas a matarte.- me puse en pie para ir a por el niño, pero el hombre bien vestido, se adelantó y le ayudó a incorporarse.

    – [Owen]Arriba, campeón[/Owen].- le escuché decir y supe que no era de aquí. Los hombres de este lugar raras veces se dirigían a los infantes y, mucho menos aún, los tocaban. Y gracias al cielo, porque cualquiera se fiaba de esas bestias de dos patas.

    – [Anne]Gracias[/Anne].- susurré y me fijé en que mi ropa en cualquier momento se rompería de lo usada que estaba. En cambio, la suya era bonita y nueva.- [Anne]Mi nombre es Anne y él es Cassian[/Anne].- cogí a mi bebé de más de dos años en brazos y le hice un arrumaco.

    – [b]Casan[/b].- repitió el niño.

    – [Owen]Yo soy Owen[/Owen].- me fijé en su cara. Parecía triste o enfermo. Lo más probable es que fuera lo primero. Decidí entonces dejar al niño corretear un poco más para conocer mejor a Owen.

    – [Anne]No eres un refugiado, ¿verdad?[/Anne] – le pregunté para romper el hielo.

    – [Owen]No. He llegado en el último barco y… bueno, es complicado[/Owen].- quise decirle que complicado era criar a un niño en un mundo como este, pero no sabía nada de sus problemas y me caía bien. A lo mejor es porque era guapo.

    Vi que al ver que me quedaba mirándole, sonreía.-  [Anne]Tus dientes… son muy bonitos[/Anne].- él se rio también.- [Anne]Y hueles a perrito[/Anne].

    – [Owen]¿Gracias?[/Owen]- parecía sorprendido.-  [Owen]¿Tu también eres…?[/Owen]- vi que intentaba olfatear el ambiente, pero fue en vano. Lo más seguro es que solo le llegase el olor a pescado podrido y mugre.

    – [Anne]Feliántropa[/Anne].- le aclaré con orgullo.- [Anne]Una gata persa de pelo naranja. Te enseñaría a mi gatito, pero tendría que desnudarme y no me parece que nos conozcamos tanto aún[/Anne].- bromeé. Mi madre me habría reñido por decir algo así, pero estaba muerta.

    – [Owen]Te enseñaría a mi lobo, pero la verdad, no sé cómo funciona y lo mismo acabo muriendo antes de que ocurra[/Owen].- Cas se estaba entreteniendo jugueteando con un palo que arrastraba por la arena.

    – [Anne]Madre mía[/Anne].- parpadeé un par de veces.- [Anne]Sí que eres dramático[/Anne].

    – [Owen]Me has conocido en un momento complicado de mi vida. La dramática es mi hermana, por lo general, suelo ser mucho más animado. Esto debe de ser cosa de lobos[/Owen].- se explicó.

    Cassian, que ya se había cansado del palo, me tiró de la falda.- [b]Ma, teno hambe[/b].

    Suspiré y me levanté la falda. Owen, que era todo un caballero, apartó la vista.- [Anne]Puedes mirar. A lo mejor así se te quitan las penas, Lobo[/Anne].- solté una carcajada y saqué de un atillo que llevaba en la pierna un trozo de pan duro.- [Anne]Toma, cariño[/Anne].- el niño casi no lo vio delante y lo devoró.- [Anne]Yo no tengo más familia que a Cas y si la cosa sigue así, no sé cómo vamos a sobrevivir otro invierno[/Anne].

    Nos quedamos en silencio. Solo se oían el oleaje, la risa de Cassian y el bullicio del fondo.- [Owen]Creo que he encontrado la solución a eso[/Owen].-  nos miramos y se me ocurrieron unas cuantas cosas que le ayudarían a ser más feliz. En todas ellas estábamos desnudos.- [Owen]Hay una Luna en la que viven refugiados, no es gran cosa pero es mejor que…[/Owen]- señaló a nuestro alrededor. Al hambre, a los monstruos y a la oscuridad.

    Contuve las ganas de abrazarle y casi no sonreí. No me fiaba de los hombres, ni siquiera de los que eran tan guapos como Owen. De esos, creo que me fiaba un poco menos.- [Anne]Ya veremos. Todo depende de lo que quieras a cambio[/Anne].-  puntualicé.- [Anne]Gracias[/Anne].- dije sin más y me giré a mi hijo.- [Anne]Cas, vamos a la tienda que empieza a hacer frío[/Anne].- llamé al pequeño, que vino corriendo y nos fuimos sin mirar atrás.

    Cuando llegamos a la tienda y vi que no había nada que darle de comer a mi hijo, tuve claro que irme con Owen era la única opción. Me pidiera lo que me pidiera.

    Soy consciente del peligro
    Lo bueno es lo que nos pasa
    Lo demás, es no estar vivo

    (Lo que te mereces, Viva Suecia)