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Etiqueta: Mary Ashley Crawford ‘Software’

  • LA SERPIENTE ESCONDIDA

    DIARIOS DE DESTINO | PALACIO KVINNEBY

    El Director observaba de nuevo los terrenos del Palacio, un lugar al que habría podido terminar de considerar un hogar si hubiera estado a su lado la persona que más quería. Pero esa oportunidad, pese a lo que veía en los futuros, cada vez parecía más distante, especialmente desde que Butterfly había fallecido.

    Recordaba perfectamente la chispa de esperanza cuando la tuvo inconsciente frente a él y vio que su cuerpo cambiaba al de Beatrix, solo para ser de nuevo el  de Tess, apagando esa esperanza. Esperó verla regresar, pero no avanzaba. ‘Osiris’ el experto en medicina del bando negro la dio por muerta en una acalorada discusión con ‘Faust’ que decía que el alma se había transferido correctamente pero no estaba consiguiendo aflorar porque algo la retenía. El nigromante volvió a sus estudios, desesperado también porque si aquello no funcionaba para Z, tampoco lo haría para él.

    El cuerpo de Tess quedó a buen recaudo, hasta que irrumpieron y se lo llevaron. Z entró en ira cuando lo supo, estuvo a punto de tirar todo por la borda y llevar el ejército que tenía en su poder a las puertas de cada uno de los refugios de los Moondies. Pero las visiones le calmaron. Desde entonces había recurrido varias veces a ellas, a diario, buscándola siempre. ‘Faust’ le había ayudado a tranquilizarse, si Beatrix no lo conseguía en el cuerpo de Tess era que no estaba preparado para ella y solo podían recurrir al plan habitual, Sarah.  O en su defecto, la otra Cazadora, Sasha. No sería ideal, tendría que acostumbrarse a la nueva apariencia, pero en el fondo sería ella.

    Alguien llamó a la puerta. – [Z]Adelante.[/Z] –  Entraron dos mujeres. Una de ellas era bajita, llevaba frente a ella una tablet y varios aparatos más conectados a un cinturón que parecía ser bastante pesado, más los que llevaría en la mochila. Junto a ‘Software’, estaba ‘Krishna’, una cara cada vez más conocida en los últimos días. La joven tenía el pelo de un color diferente dependiendo de la semana, estaba cubierta de tatuajes y llevaba varios piercing. No era para nada la apariencia que uno esperaría para una vidente.

    Hizo un gesto a Software, su reunión con ‘Khrisna’ llevaría más tiempo. – [Software]Señor. He interceptado esto en las noticias locales.[/Software] – no le llevó más de unos segundos mostrar dicho vídeo en la pantalla de su habitación. Z observó con detalle lo que empezaba como una de las fiestas del magnate local, Alexander Fenris, pero pronto las cosas cambiaron. Se enfocó a una joven de pelo rubio que no era ni más ni menos que la inocente ‘Wing’. Allí, delante de la gente y de las cámaras, extendió sus alas y dio un discurso en el que destapaba a los sobrenaturales y abogaba porque todo el mundo resolviese sus diferencias y trabajara unido. – [Software]He evitado que salga de Ripper, pero por la zona ya estaba difundido.[/Software] – intervino antes de que terminase el discurso. El Director asintió.

    – [Z]Bien. De todas formas nos viene bien que la gente esté preparada. Así habrá menos bajas.[/Z] – afirmó. No apartó la mirada del vídeo. Estaba orgulloso de Wing y de lo que había conseguido, habría encajado perfectamente entre los suyos. – [Z]Wing habría encajado bien en nuestra utopía.[/Z] – pensó en voz alta.

    Hubo unos segundos de silencio en los que ‘Software’ comprendió la determinación del Director. – [Software]Es buena chica.[/Software] – puntualizó.

    – [Z]Sí, pero ya es tarde. Lo de Butterfly es algo que no puedo dejar sin castigo.[/Z] – aseguró. Eso significaba que si se interponían en el campo de batalla, no podría protegerlos ni gastaría recursos en ello. Estarían completamente por su cuenta. Software guardó silencio y él lo percibió. – [Z]Cuando acabemos con la Iniciativa tendremos juicios. No te preocupes.[/Z] – admitió como gesto de buena voluntad. Es lo que Abel habría querido y la decisión a la que llegarían los Reyes y las Reinas. Por eso se había rodeado de consejeros, para evitar matarlos él mismo sin dudar ni un instante.

    La pantalla se apagó y ‘Software’ asintió antes de retirarse. ‘Khrisna’ y él se quedaron solos.

    – [Z]Necesito volver a verlo.[/Z] – pidió. No hubo nada más que hablar. Los últimos días les habían hecho acostumbrarse, así que ella se acercó y preparó sus habilidades.

    Le mostró de nuevo un futuro de unos días más tarde, manejando los hilos de la visión con habilidad, centrándose en lo que él más ansiaba ver. Le mostró victorioso, alzándose sobre sus enemigos y siendo alabado, pero más que eso, él deseaba otro premio, no la gloria. Le mostró a una bella muchacha de pelo rubio a su lado, un fantasma de su pasado que por fin había regresado. Y con esa visión, la joven no tuvo problema en esconder las traiciones de la escena.

    El bando negro jamás se doblegaría a Z, usarían su poder para respaldarse siempre que pudieran y aprovecharían esa protección para seguir cometiendo atrocidades y amasando poder, hasta que tuvieran suficiente como para librarse de él.

    Habían llegado a ella hacía mucho. ‘Krishna’ nunca tuvo demasiados reparos en hacer las cosas a su manera, sin hacer mucho caso a las restricciones que nadie le impusiera. Así que la oferta de la Reina había sido un trato inmediato y desde entonces se había encargado de ocultar en las visiones de Z todo lo que tuviera que ver con las oscuras maquinaciones de los demás, eligiendo con sabiduría qué posibles futuros mostrarle, siempre endulzando un poco la parte de la visión a la que accedía el Director.

    Cuando terminó la visión, él musitó ‘Gracias’, como siempre y ella se fue. Era el trato habitual, a veces tenía que mostrarle varios futuros, porque era una persona recelosa que no daba ningún futuro por sentado y no terminaba de fiarse de los demás, pero muchos conocían su punto débil, Beatrix, y esa sería su perdición.

  • CASUS BELLI

    CASUS BELLI

    Diarios de Destino | Condado de Ripper

    MAÑANA

    bionichand

    El sol se alzó por encima de las copas de los árboles del Bosque de los Lobos, bañándo la fría y aséptica piedra del edificio de la Iniciativa, en cuyo interior la gente llevaba bastante tiempo despierta.

    En la planta más alta, el General Preston lo observaba a través de unas ventanas que no dejaban ver el interior, moviendo su mano robótica mientras esbozaba una mueca.

    Alguien llamó a la puerta y el General pulsó un botón para que se abriese, dejando pasar a la doctora Cooper.

    – [Zoe]General, el sujeto King ha tenido éxito en su cometido[/Zoe].- explicó una vez se hubo cerrado la puerta. Esbozaba en sus labios una sonrisa pérfida. A quien estaba escuchando la conversación se le antojó una mujer perversa, la clase de doctora que da pesadillas. Pero a Preston no, ese rasgo de su personalidad le parecía útil.

    – [Preston]No dudo que lo ha disfrutado.[/Preston] – aseguró refiriéndose al miembro de Adams Zero, King. Él y el resto de su equipo llevaban una semana atacando y desestabilizando a los enemigos con tácticas que el General no estaba seguro de aprobar por ser demasiado sutiles, pero que habían tenido éxito por el momento, consiguiendo eliminar unos cuantos parásitos de la gente del Director. Ahora parecía que no iban por mal camino con la Cazadora y sus monstruitos.  – [Preston]¿La ha matado?[/Preston] – preguntó él sin parpadear.

    – [Zoe]Podría decirse que sí[/Zoe].- replicó la otra. A quien escuchaba no se le pasó por alto que titubeaba, y seguramente al General tampoco.

    Preston se acercó a ella y la alzó, sujetándola por el cuello con su mano robótica. – [Preston]Estamos en guerra. No hay tiempo para tonterías.[/Preston] – sentenció mirándola como a algo prescindible.

    – [Zoe]Se-señor…suélteme[/Zoe].- dijo llevando sus manos sobre la de Preston, intentando liberarse. Él la bajo y soltó ligeramente la presa con la que la sujetaba.
    – [Preston]Habla.[/Preston] – añadió sin dejarla ir. Ella tosió, llevándose las manos al cuello.

    – [Zoe]Hemos perdido su rastro[/Zoe].- respondió tratando de no mirarle directamente a los ojos.

    – [Preston]Ahora explícame cómo es posible que una muchacha indefensa escape de un monstruo como ese.[/Preston] – la retó el General, dejándola ir, pero reteniéndola con una mirada inquisitiva.

    – [Zoe]F…Frank[/Zoe].- respondió la doctora con voz temblorosa, acompañando los movimientos de su cuerpo. Quien escuchaba aguzó su oído digital mientras buscaba la información disponible.

    Frank. Alias: Frank Umbra, Penumbra. Afiliaciones conocidas: Adams Zero, Grupo de la Cazadora. Poderes: Teletransporte a través de una realidad demoníaca. Observaciones: Clon del original. Problemas en impronta.

    – [Preston]Envía a Adams Zero. Que le rastreen y acaben con todos ahora que están centrados en su amiga moribunda.[/Preston] – espetó el General con una ira en la mirada que podría haber incendiado la sala. Después miró el reloj y guardó silencio.

    – [Zoe]A sus órdenes, señor[/Zoe].- respondió la doctora al ver que por el momento se había librado. Salió de sala sin decir palabra y cuando abrió la puerta, se cruzó con una de las activos. Una atractiva pelirroja.

    La miró extrañada, pero al ver que ella caminaba directamente hacia el apartamento del General, continuó su camino, con la puerta cerrándose a sus espaldas.

    La muchacha cortó la conexión los sistemas y volvió a su ser. Se desperezó  y dio un trago de su bebida energética, componiendo una mueca al notarla templada. Llevaba demasiado tiempo con la cabeza metida literalmente en los sistemas de vigilancia de la Iniciativa.

    Cogió el teléfono y marcó la extensión del Director. La información que tenía que contarle le iba a interesar bastante.


    UNOS MINUTOS MÁS TARDE

    palaciokvinneby

    El Director observó a través de la ventana de su despacho mientras esperaba a que alguien respondiera al teléfono al otro lado. Finalmente, escuchó una voz cansada al otro lado que conocía bien.

    – [Z]Sarah.[/Z] – saludó el Director.

    – [Sarah]Siegfried[/Sarah].- respondió ella con seriedad al reconocerle. Esa chica provocaba en él una serie de reacciones que no podía permitirse. La principal es que en el fondo la admiraba, y se sentía culpable por arrebatarle su libertad cuando Beatrix tomase control de su cuerpo.
    – [Z]La Iniciativa ha enviado a un grupo de Adams Zero hacia vuestra localización.[/Z] – aseguró sintetizando la información que Software le había dado por teléfono hacía unos minutos. – [Z]Buscan atacaros mientras Mara está inconsciente.[/Z] – añadió, dejando caer todo lo que sabía para dejar claro que todavía ostentaba mucho poder y sus ojos y oídos estaban en todas partes.

    – [Sarah]¿Cómo lo sabes y lo que es más importante, por qué me avisas? ¿Qué ganas con esto, Siegfried? Y no me mientas, porque no das puntada sin hilo[/Sarah].- sentenció sin un ápice de miedo en su voz. Z nunca había sentido demasiada consideración en aquellos que le temían. Se preguntó una vez más por qué era a esa chica a la que no podía tener como aliada, por qué la única forma de traer a su amada de vuelta significaba acabar con alguien como ella. No había espacio para esos pensamientos si quería a Beatrix. La respuesta estaba clara hacía mucho tiempo.

    – [Z]Olvidas que soy el Director de los servicios de inteligencia de este país.[/Z] – le aseguró. No solo tenía a su disposición las capacidades de todos los potenciados que habían decidido seguirle y creían en su sueño, también tenía todo el poder que otorgaba su posición. – [Z]Mi interés no es otro que saldar la deuda que contraje cuando los míos te dejaron en la Iniciativa.[/Z] – afirmó, sin mentir totalmente. Era cierto que tenía una deuda con ella, pero también tenía otros intereses que aún no estaba dispuesto a desvelar. No quería que atacasen a Beatrix mientras aún se recuperaba en el interior de Sarah.

    – [Sarah]Tendré que decidir yo con qué saldas esa deuda, ¿no?[/Sarah]- le retó. Z esbozó una sonrisa. Envidiaba la pasión de la juventud.

    – [Z]Estamos en paz, Sarah. Suerte con tu amiga.[/Z] – le deseó de corazón segundos antes de cortar la comunicación.

    Dejó el teléfono a un lado y observó el esbozo que había hecho de Beatrix, ajado por el tiempo que había pasado desde aquél momento. Su utopía no existía sin ella. No podía permitirse dudar. Lo sentía por Sarah, pero pronto Beatrix volvería a su lado.

  • CHOCOLATE NEGRO

    CHOCOLATE NEGRO

    Sarah | La Iniciativa

    MAÑANA

    SARAH5

    Dicen que no debes arrepentirte de lo que haces, sino de lo que no haces. Supongo que el que lo dijo no había entrado dos veces en la Iniciativa y se encontraba allí una tercera, rodeado por un montón de gente desconocida, dos amigos y una supuesta enemiga, intentando burlar la seguridad del complejo que tan malos recuerdos me traía.

    Ed y Duke iban cada uno a mi lado, como si tuvieran alguna obligación de acompañarme. Supongo que eso tendría que haberme dado seguridad, pero no lo hacía. Me sentía culpable, una vez más, por arrastrar a mis amigos y por ser tan imbécil de haberme creído las patrañas de Z, pero ya era tarde y la enorme comitiva esperaba ansiosa unas órdenes que no sabía dar.- [Sarah]Lo siento[/Sarah].- balbuceé mirando a Ed, que estaba sumido en sus pensamientos, como siempre. A veces me preguntaba qué podía pasar por su cabeza para que necesitara abstraerse tan a menudo.

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