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Etiqueta: Mia Browning ‘Wing’

  • EL ROLLO A LO MARTIN LUTHER KING

    EL ROLLO A LO MARTIN LUTHER KING

    Sarah | Palacio de Z

    TARDE

    sarahcurlyhair

    zwingzvineclevelandwhitepawn zseraphkentoabelmoreau

    ¿Sabes que eso le pasa mucho a las embarazadas?– explicó Mia con su inconfundible vocecita y le lancé un cojín a la cabeza, que ella esquivó con un movimiento grácil y acabó estampado contra la montaña de vestidos.

    – [Sarah]¿Y se puede saber cómo voy a quedarme embarazada?[/Sarah]- enarqué una ceja y me incorporé en la cama apoyándome con los codos. Todavía sentía una ligera sensación de irrealidad, pero se iría pasando. Russell, Rebecca, Vine y ella me dejaron espacio para que me fuese acostumbrando a estar alejada de esos recuerdos sobre el pasado de mi amiga, sobre los que procuraba pensar lo menos posible.

    – [Wing]Bueno, todo el mundo sabe que Rogue y tú…[/Wing]- metió y sacó un dedo del círculo que había formado con sus manos. Si había un contexto en el que eso fuera correcto, era éste, pero eso no quitaba que tuviera que pasarme la mano por la cara un par de veces para aguantarme la risa. Miré a Rebecca, cuyas mejillas se habían teñido de rojo por la rabia y a Russell, que ahora parecía especialmente interesado en la conversación.

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  • UNA TARDE CON RUSSELL

    UNA TARDE CON RUSSELL

    Russell «Carbon Copy» Haynes |

    PALACIO KVINNEBY

    TARDE

    Russell1

    Era en momentos como este cuando Russell agradecía no tener un gran poder y pertenecer a la alta sociedad de los grupos. Por suerte no era más que el peón blanco, y los peones no tenían porque reinarse, eran los Reyes y Reinas a los que Z había, digamos casi obligado, ha reunirse entre ellos para crear cierta sensación de unidad entre todos. La realidad era otra, a pesar de que todos anhelaban lo mismo los dardos envenenados volaban entre ellos y si las palabras mataran más de uno estaría ya en el otro barrio.

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  • INTERLUDIO: CUATRO PARES DE ALAS

    INTERLUDIO: CUATRO PARES DE ALAS

    Mia Browning, Wing | Interludio

    MEDIODÍA

    miabrowningwing

    Wing bajó las escaleras que separaban ‘Gambit’ de la plebe un poco deprimida, en parte porque ya no llevaba a Vine en brazos, pero sobre todo, porque echaba de menos a la que era su mejor amiga de toda la historia. Entendía que Sarah quisiera pasar más tiempo con su novia y, obviamente, necesitaban intimidad para…lo que fuera que hiciesen sin poder tocarse, pero desde la llegada de Rogue, se sentía relegada en un tercer o cuarto plano, como si fuera la amante de un viejo multimillonario que le asegurase día sí y día también que iba a dejar a su esposa y nunca lo hiciera porque no era lo bastante buena.

    Echaba de menos hablar con ella y jugar al parchís hasta las tantas junto a Vine y Dwarf, reírse imitando el acento de Faust, desayunar en su dormitorio y que supiera lo que pasaba por su cabeza con sólo echarle un vistazo a sus alas, pero todo se había ido al garete por la rockera aquella de la que se había enamorado a primera vista. En esas iba pensando cuando llegó al descansillo de las escaleras, observó los diez escalones que faltaban para llegar al suelo, tomó impulso y planeó con sus alas para caer cómodamente: ¡Que se chupara esa Rogue, porque ella no podía volar!

    Ni siquiera le había podido contar que tenía un novio que la invitaba todas las noches a su habitación para unos «juegos especiales», como a él le gustaba decirle. Ya tendrían tiempo si es que alguna vez Rogue se buscaba alguna obligación que no fuera robarle a su mejor amiga de todos los tiempos.

    Con un subidón de confianza, saludó a los que eran del bando blanco que se encontró por el camino y entró en su habitación en la que se encontró a su hermano, a Seraph, con sus preciosas alas grises caídas, mala cara y una botella en la mano. Wing arrugó la nariz con desaprobación y cerró la puerta tras de sí.- [Wing]Seraph, ¿qué te pasa?[/Wing]- preguntó con el corazón encogido por la preocupación. Si algo le pasaba a Seraph…ni siquiera era capaz de pensarlo.

    – [Seraph]Tenemos que tener cuidado Wing, este sitio es peligroso.[/Seraph] – dio un trago a la botella, que vació y la tiró a la papelera como si estuviera lanzando a canasta.

    – [Wing]¿Por qué?[/Wing]- se sentó a su lado, alisando la camisa de color aguamarina que le habían confeccionado a medida en el Palacio. Por fin podía llevar ropa sin tener que romperla para que le entrasen las alas.

    – [Seraph]Hay gente muy peligrosa. No estamos seguros. Hay…que ir recogiendo las cosas.[/Seraph] – sus ojos se encontraron con los de Wing y ella le pasó la mano con cariño por las alas, que no eran tan suaves como las suyas.

    – [Wing]Tienes que contarme lo que ha pasado[/Wing].- le pidió con paciencia. Seraph era así, a veces se enfadaba cuando los chicos miraban mucho a Wing, pero lo hacía por su bien, porque tenía que protegerla de los monstruos (o eso decía).

    – [Seraph]No puedo, no quiero que te te metas en medio.[/Seraph] – Seraph bajó la vista a los tres botones que su hermana llevaba desabrochados, con los que mostraba un generoso escote y los empezó a cerrar sin pedirle permiso. Wing se echó hacia atrás frunciendo el ceño con desagrado.

    – [Wing]Me proteges demasiado[/Wing].- se puso en pie molesta y volvió a desabotonar el tercero.

    – [Seraph]Tienes que estar preparada, nos iremos en cuanto sea posible.[/Seraph]- instó su hermano. La chica echó un vistazo a esa habitación en la que estaban todas sus cosas (que no eran muchas) y a ese Palacio en el que estaban todos sus amigos. Por fin tenían un hogar. Seraph era insufrible.

    – [Wing]No me has dicho lo que pasa, así que no pienso irme[/Wing].- espetó clavando la puntera de las bailarinas en el suelo de madera.

    Se hizo el silencio en la habitación de los hermanos Browning. Mia quería salir de la habitación para decirle al mismísimo Z que su hermano estaba como una cabra, porque quería marcharse de allí.- [Seraph]Alguien de aquí dentro me quiere muerto…y podría matarte a ti también..[/Seraph] – La rubia notó cómo le flaqueaban las piernas. Nadie podía querer matar a Seraph, era un poco…especial, pero adorable la mayor parte del tiempo, además de guapísimo, claro, aunque era un poco rarito para las novias.

    Wing notó cómo se ablandaba y fue hasta él para darle un abrazo.- [Wing]No va a pasar nada[/Wing].- mientras Mia rodeaba a su hermano con las alas y con los brazos, susurró.- [Wing]Z nunca dejaría que nos pasase nada malo. Él no es el malo de esta historia[/Wing].- le dijo al oído.

    Seraph miró a los ojos a su hermana y habló, estaba hecho un desastre, además apestaba a alcohol barato.-[Seraph]Ojalá hermanita, ojalá.[/Seraph]- y acercó sus labios a los de Mia para darle un breve beso que tenía poco de fraternal.

    Wing se removió incómoda, pero Seraph le acarició las alas y empezó a relajarse.- [Seraph]Eres preciosa[/Seraph].- siseó antes de que sus lenguas se encontrasen.

    A su novio no le iba a gustar nada como se enterase.

     

  • ¿LE PREGUNTAS A ‘ROGUE’ O A REBECCA?

    Sarah Echolls | Palacio Kvinneby, Cirth

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    En orden de aparición:  ‘Carbon Copy’, ‘Grim’, ‘Wing’ y Vine.

    Estaba bien haber aprendido a escribir Kvinneby de una vez. Eso y que Rebecca estuviese conmigo, aunque me preocupase que hubiera tenido que dejar a Dom para venir a hacer de niñera. A veces me preguntaba qué era lo que les mantenía juntos, pero prefería no preguntarlo, porque temía que acabase contándome el epílogo de ’50 sombras de Grey’. En cualquier caso, los días eran un poco menos aburridos desde que estábamos juntas, aparentando que nos acabábamos de conocer y que teníamos una amistad un poco exagerada que había suscitado más de un comentario envenenado, pero si pensaban que estábamos juntas, mejor, porque así podíamos pasar más tiempo trazando planes.

    Me enteré de su llegada un día después de que lo hiciera, porque ‘Gambit’ estaba protegido hasta el exceso y, por suerte para nosotras, había una especie de pacto tácito en el Palacio que implicaba que nadie podía revisar tu pasado, porque ya no eras más que lo que quisieras ser. Rebecca había decidido hacerse llamar Rogue (no es que fuera el colmo de la originalidad), vestir de negro con ropa de adicta al rock de los 80 (¿de dónde la había sacado?) y le habían asignado como compañero de habitación a Julian Wyler, Grim, un tipo que no era peligroso ni un pervertido, lo que estaba bastante bien, aunque sabía defenderse sola.

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  • …AQUELLOS QUE ENTRÁIS EN ESTE LUGAR

    Sarah | Palacio de Z, Cirth

    NOCHE

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    En orden de aparición: Carbon Copy, Soma, Petra, Bagheera, Faust, Wing y Vine.

    Por más que apagara las luces de la habitación y descorriera las cortinas, el resplandor rojizo que me había parecido ver una noche no había vuelto. Habían pasado dos semanas desde aquel momento que podíamos considerar el inicio de mi locura o la confirmación de que Daniel seguía ahí y todo apuntaba a que estaba empezando a perder el norte. Seguramente, Daniel estuviese en algún lugar de la geografía de Estados Unidos sacándole brillo a las katanas con la cabeza de unos vampiros. Y sí, me dolía, me asustaba y me hacía sentir culpable, pero no podía hacer nada salvo desear que estuviera equivocada. Eso era fácil de decir, pero a la hora de la verdad, se traducía en noches en vela y cartas que le escribía a Christopher con la esperanza de que algún día pudiera enviarlas para que las leyera y así que los demás supieran que era tan tonta que deberían darme un premio.

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  • FÜR MEINE SCHÖNE

    Sarah Echolls | Palacio de Z

    Noche

    sarahyellow65
    En orden de aparición: Carbon Copy, Soma, Wing, Vine Cleveland, Seraph, Dwarf y Aaron (El Rey Blanco).

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  • LA DECADENCIA DE UNA PRINCESA

    Alice Byron | MansiÓn de Z

    NOCHE

    alicebyron65

    El coche de Mors apestaba a tabaco y aunque no quería que eso estropease la impresión de mi jefe, podía soportarlo. Esa noche podía soportar cualquier cosa, incluso la presencia de Hal, . Desde que Dylan se había marchado con la esperanza de hacerse famoso después de que Maxilian se estacase a sí mismo con el cabecero de la cama, me sentía sola, ya ni siquiera me divertía jugar con Naga.  A estas alturas todo era aburrido y rutinario, porque conocía cada recoveco de su cuerpo como si fuera el mío. Necesitaba un nuevo juguete y estaba claro que no lo iba a encontrar en Mors (demasiado viejo) ni en Hal (demasiado protestón), aunque todo era cuestión de planteárselo según el grado de aburrimiento al que llegase.

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